Capítulo 5

Ya fuera del apartamento de Irisviel y Kiritsugu. Shiro se ofreció a llevar a Arturia en su auto, esta le estaba dando las indicaciones para llegar a su casa.

- A la izquierda – dijo la rubia al pasar por una gasolinera.

- Es una opción sí. ¿Por qué no seguimos derecho y vamos a mi departamento? – le respondió el pelinaranja.

- Shiro a la izquierda – le corto, deseando que dejara de insistirle con el tema. Shiro lo entendió y se quedó callado, pero al notar que Arturia parecía estar demasiado pensativa se dispuso a preguntarle.

- ¿Estas bien Arturia? –

- ¿Por qué no quiero sexo contigo? – respondió la rubia cortantemente.

- Jajaja puedes no tener sexo conmigo, pero no te quedes en mi auto sin decir nada – la miro un segundo para después volver la vista a la carretera.

- Perdón – dijo después de un suspiro – en serio, estoy bien –

- Estas pensando mucho eso es obvio – respondió Shiro – ¿sabes que deberías hacer? – Pregunto mirándola – decírmelo – Arturia lo observo con incredulidad – a mí – insistió al ver duda en la rubia – Porque debajo de este rudo exterior, hay un alma sensible –

- Claro que no – le corto.

- No, no la hay – admitió el pelinaranja – pero puedes decírmelo – si de algo sabia Shiro es cuando alguien necesitaba desahogarse, y él era perfecto escuchando los problemas de las personas, más si estas eran chicas hermosas.

Arturia sonrió, quizá no era mala idea. Hizo que se detuviera en una cafetería para poder hablar cómodamente.

- Cosa de chicas ¿no? ¿Cierto?, bueno tiene que ser… una escena de cosas sexuales – dijo el pelinaranja estando ambos sentados en una mesa, Arturia negó ligeramente con la cabeza, estaba empezando a arrepentirse – tú y otra vegetariana – la rubia rió – vamos dile a Shiro lo que piensas – podrá parecer que dijo una estupidez por nada, pero la realidad es que lo hizo con la intensión de que Arturia se relajara – pero con detalles – aunque una parte de él (la morbosa) realmente quería que se tratara de problemas sexuales.

- Alguna vez has conocido a alguien – se decidió a contarle después de pensarlo, no tenía nada que perder – pero que ya tiene a alguien –

- Sí, claro. Las lindas están ocupadas – respondió con calma.

- ¿Y qué haces? – se interesó la rubia.

- ¿Qué hago? – Lo pensó un momento – seducirlas –

- Jajaja – Arturia rió ante su respuesta.

- La pareja es su problema, no el mío – siguió el pelinaranja como si nada. Arturia paro su risa y pensó lo que el chico le había dicho.

- Yo nunca separaría una pareja – dijo después de unos segundos – no les causaría sufrimiento jamás, solo aceptas el hecho de que no puede pasar – hizo señas con las manos – te alejas y buscas a alguien libre – finalizo queriendo creer que podría hacerlo.

- Tu apartamento o el mío – le respondió el pelinaranja en son de broma.

- Jajaja estás loco –

- Vamos, soy bueno en la cama – dijo Shiro sonriendo.

Después de eso la rubia le pidió que la llevara, ahora sí, a su casa, el pelinaranja lo hizo sin queja. Ya en su cama Arturia observaba el techo pensando en lo vivido con Irisviel hace tan solo unas horas atrás. Realmente tenía que encontrar a alguien pronto o podría hacer una locura. Recordó también su conversación con Shiro, a pesar de no haber sido de mucha ayuda, se sintió más libre después de haberle confesado a medias su situación, con eso en mente se dispuso a dormir.

Al siguiente día, Irisviel y Kiritsugu estaban en un minimarket, comprando (obviamente).

- Me prometes que buscarles parejas termino ¿cierto? – pidió el pelinegro a su esposa.

- Anoche fue todo un éxito se fueron juntos – respondió en su defensa la peliplateada – ese sonido distante son campanas de boda – termino con su fantasía agregando otro producto al carrito de compras.

- ¿No te diste cuenta? – pregunto Kiritsugu incrédulo, Irisviel era muy observadora, entendía todo, hasta lo que no se decía con palabras. Al ver la cara confusa de la peliplateada supo la respuesta – ah eres tan ingenua –

- ¿Ara? ¿Qué? –

- Bueno lo que no sabes sobre Arturia es el hecho de que ella… - detuvo su habla al notar la aparición de la rubia por una esquina, quien tenía también un carrito e iba acompañada de una sexi pelinegra que se colgaba de su brazo, era Rin que trataba de convencer a Arturia de salir esa noche de casería.

Casi chocan, puesto que Arturia estaba ocupada intentando alejar a Rin de su brazo.

- Esta aquí, hola – dijo rápidamente el pelinegro para hacerle saber a Irisviel de la presencia de la rubia, la peliplateada observo con curiosidad y molestia la posición de las amigas, pero lo disimulo bien con su típica sonrisa calmada.

- Hola – saludo Arturia con una sonrisa nerviosa aprovechando el momento para alejar a Rin de ella, quien puso una mirada confusa al notar a los desconocidos.

- Es extraño, hablábamos de ti – le dijo Kiritsugu también con una sonrisa nerviosa.

- Oh, espero que bien – bromeo tratando aligerar la tensión, cuando un carraspeo por parte de su pelinegra amiga la hizo reaccionar – ah, lo siento, Kiritsugu ella es Rin – presento la rubia.

- Rin – fue el saludo del pelinegro inclinándose ligeramente.

- Kiritsugu – respondió de igual modo la pelinegra.

- E Irisviel – continuo Arturia señalando a Irisviel.

- Irisviel – Rin hizo lo mismo que antes.

- Rin – respondió la peliplateada.

- Arturia – llamo la pelinegra queriendo que la rubia le explicara el porqué de la rara incomodidad que se empezó a sentir cuando los desconocidos aparecieron, además del porque la peliplateada la vio, por un breve momento, como amenaza.

- ¿Ah? Si, y así que, ¿de compras? – fue lo único que se ocurrió decir a la rubia para cortar la tensión, mientras Rin la observo extrañada por su comportamiento.

- Así es – le siguió el pelinegro.

- Genial – contesto Arturia otra vez con su sonrisa nerviosa. Irisviel simplemente observaba a Rin sin decir nada – disfrútenlas y gracias por la cena deberíamos volver a hacerlo algún día –

- En definitiva – respondió Irisviel mirando esta vez a la rubia.

- Seguro – dijo a la par de Kiritsugu.

- Ahora por que no siguen con sus compras – dijo Arturia para después entrelazar su brazo con el de Rin, que tenía una mirada curiosa dirigida a la peliplateada.

- Y ustedes – dijo Irisviel queriendo terminar con esta rara situación.

Dicho esto las amigas se fueron, aun con sus brazos entrelazados, y la pareja se fue en dirección opuesta. Rin tenía muchas preguntas que hacerle a Arturia pues para ella no pasó desapercibida la mirada que se dirigieron ella y la peliplateada, además de que en un principio, Irisviel la observaba a ella como si intentara descubrir algo, pero su mirada se volvió dulce al ver a su rubia amiga, no quería sacar conclusiones apresuradas, pero si sus suposiciones eran ciertas entonces Arturia podría estar metida en un buen lió y lo que menos deseaba era que su amiga saliera lastimada de alguna forma.

- ¿Saldrás hoy? crees que tal vez yo… - la rubia intento sacar un tema de conversación para que su amiga olvidara lo sucedido.

- Oye ¿Qué rayos sucedió ahí? – pero no le resulto

Por el lado de los esposos, Kiritsugu se dispuso a decirle a Irisviel lo que sabía.

- Es lo que quiero decirte Arturia es gay – dijo el pelinegro. Irisviel se quedó pensativa sin entender por qué el saber eso le hacía sentir ligeramente aliviada.

- Es gay – se dijo a sí misma.

- Como la tenista Sueca – siguió el pelinegro – viste a su novia – una sonrisa se formó en su rostro sin duda la rubia tenía buenos gustos.

Ahora con Arturia y Rin.

- Ella no solo es heterosexual, es una Barbie heterosexual – decía la pelinegra para convencer a su amiga de que la peliplateada no valía la pena, después de escucharla hablar de todo lo que aconteció luego de la boda de la susodicha. Arturia no contesto en un principio pero cuando se disponía a hacerlo, Rin detuvo el carrito abruptamente – Oh ¿Qué tal? Estábamos hablando de ustedes también – si, en una intersección de la tienda se volvieron a encontrar con la pareja.

- Llegaremos tarde al partido – dijo la peliplateada a su esposo con una sonrisa y su brazo entrelazado al de él, no deseaba pasar más tiempo con las chicas después de que la idea de que fueran pareja se incrusto en su mente.

- Si, apoyamos al mismo equipo – le informo el pelinegro a la pareja de amigas.

- Ah, qué lindo – Rin fingió una sonrisa después de decir eso, Arturia volvió a portar la sonrisa nerviosa de antes – ¿no es lindo? – le pregunto a su amiga.

- Si bien, espero que ganen – dijo la rubia encogiéndose de hombros. Irisviel seguía sonriendo con aparente calma, al igual que Kiritsugu, pero el chico tenía que saciar su curiosidad.

- ¿Rin eres gay? – le pregunto directamente, la peliplateada borro su sonrisa y exclamo un "ay dios" en voz baja.

- ¿Qué si soy gay? – Repitió con sorpresa la pelinegra, Arturia dejo de sonreír y frunció un poco su ceño – jajá soy estática – en palabras simples SI.

- Oh entonces ¿ustedes dos…? – continúo el pelinegro sin poder terminar la pregunta.

- No – respondieron ambas al mismo tiempo – claro que no – dejo claro la rubia, Rin vio esto como una oportunidad para confirmar sus sospechas.

- Lo he intentado con ella – dijo mientras abrazaba a la rubia con un brazo pegándola a su cuerpo, Arturia volvió a sonreír nerviosamente – pero ella ama a otra – término esto dándole un pequeño beso en la mejilla, y como supuso, la peliplateada la observo como si quisiera arrancarle el brazo que aun sujetaba a la rubia.

- Jajaja – rieron, aparentemente tranquilos, la pareja de esposos.

- Les llamare – se apresuró a decir Arturia moviendo sus manos de manera nerviosa, sintiendo la mirada pesada de Irisviel ahora en ella.

- Si, hazlo – le dijo Kiritsugu.

- Definitivamente – apoyo Irisviel.

- Lo hare – dijo la rubia queriendo ya terminar con esto.

- Vamos por allá – informo la peliplateada señalando el camino derecho.

- Si, adiós – respondió Arturia tomando la dirección opuesta a la de ellos con Rin aun abrazada a ella.

- Bueno, adiós – se despidió la peliplateada viendo como la rubia se iba y no hacia ningún intento por separar a la pelinegra de sí, que empezó a reír ligeramente, lo que le genero una pequeña presión en el estómago, después siguió a su esposo que se había adelantado.

- Averigüe que no son una pareja – dijo Kiritsugu una vez se alejaron lo suficiente.

- Si, muy tierno. Vámonos – respondió Irisviel secamente. A pesar de no serlo, no le gustaba para nada la camaradería que había entre ellas.

Una vez terminaron con las compras fueron hacia las cajas para pagar y…

- Hola – dijo Rin, que se encontraba con Arturia a dos puestos de ellos. Ninguno se podía creer que se siguieran encontrando en un lugar tan amplio como lo era ese minimarket.

- ¿Están acosándonos? – respondió Kiritsugu medio en broma, medio en serio. Irisviel solo rió ligeramente.

- ¿Por qué querría hacer algo así? – pregunto Rin a modo de broma. La rubia, que se encontraba descargando el carrito de compras, se volteo para mirarlos.

- Estaremos en esta caja – dejo en claro desde su posición con una sonrisa.

- Saludando – termino la pelinegra agitando la mano.

- Saludaremos – respondió el pelinegro también agitando la mano.

Un par de balbuceos por parte de las parejas y finalmente terminaron con las compras.

A la mañana siguiente en el departamento de los esposos, estos se encontraban aun en la cama desayunando, a su alrededor habían periódicos esparcidos mientras ellos leían uno que otro en completo silencio. La peliplateada había untado jalea en un pan que luego le dio a Kiritsugu.

- ¿Podrías pasarme la sección de viajes? – Pidió el pelinegro para luego darle una mordida al pan – que rica jalea – comento luego de que Irisviel hiciera lo pedido – excelente jalea – se lamió los dedos que habían logrado mancharse con esta – debería hacer jalea – lo medito un momento – podría hacerla – finalizo sorbiendo un poco de su café.

- Claro que si – le respondió Irisviel aun concentrada en lo suyo.

- ¿No crees que lo haga? – pregunto con gracia, logrando sacarle una sonrisa fugaz a la peliplateada.

- No lo dudaría – dijo Irisviel.

- En fin, ayer estuve hablando con Shinji – cambio de tema el pelinegro, la peliplateada hizo su cabeza para atrás y soltó un suspiro.

- Ese hombre está loco – la peliplateada dio su punto de vista con respecto al sujeto mencionado.

- Ese hombre está loco – afirmo Kiritsugu – pero tiene una linda y dulce novia. No sé porque lo ama, pero así es y él la engaña con cualquiera – dijo con lamento. Irisviel se levantó de la cama – vuelve a la cama – pidió viéndola ya de pie.

- Ya me levante – replico la peliplateada – ¿ella sabe? – Pregunto. Kiritsugu negó.

- Le dije: si quieres dejarla, díselo – contesto, mientras Irisviel se ponía ropa encima de la camisola que usaba para dormir – ¿ya te levantaste? – pregunto con una sonrisa.

- Si, me vestiré – respondió – tal vez él no quiera dejarla – siguió la peliplateada con el tema importante (a su percepción) – tal vez no sabe lo que quiere – finalizo.

- Debería averiguarlo antes de que alguien salga herido – le dijo Kiritsugu. Irisviel se sintió identificada con esa frase, pero solo se quedó observando al pelinegro – ¿Por qué estas mirándome? – pregunto con curiosidad.

- Porque eres muy bueno – le contesto, diciéndose a sí misma que eso debía ser suficiente, luego se dirigió a la ducha.

- Espera que prepare la jalea, eso te volverá loca – dijo en cambio el pelinegro viéndola adentrarse al baño.

Muchas gracias a:

nadaoriginal: El problema que le veo a esta bella e idiota rubia, que le importa mucho lo que piensen de ella, mchas gracias por comentar ñ.ñ

Erika: I hope you liked this chapter

Lectores anónimos: Muchas gracias

Pd: Tengo pagina de facebook por si quieren leer doujin traducidos de love live, symphogear, Mai Hime, los espero con ansias, me pueden encontrar como: Mapache Curioso, espero su visita ansiosamente.

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