En colaboración con davidomega59

My War:

La-La-La-La

Ba-ba-ri-as-ras-ti-ti-ti-ras-ti-ti

Ba-ba-ri-as-ras-ti-ti-ta

Ba-ba-ri-as-ras-ti-ti-ti-ras-ti-ti

Rastis! Rastis! Ra-ti-ti-la

Let's start a new life from the darkness

Until the light reveals the end

Sinister faces, growing curses

This is my last war

La-La-La-La

Ba-ba-ri-as-ras-ti-ti-ti-ras-ti-ti (Angels playing disguised)

Ba-ba-ri-as-ras-ti-ti-ta (with devil's faces)

Ba-ba-ri-as-ras-ti-ti-ti-ras-ti-ti (Children cling to their coins)

Rastis! Rastis! Ra-ti-ti-la (squeezing out their wisdom)

La-La-La-La

Ba-ba-ri-as-ras-ti-ti-ti-ras-ti-ti (Angels planning disguised)

Ba-ba-ri-as-ras-ti-ti-ta (Rastis! Rastis!) (with devil's faces)

Ba-ba-ri-as-ras-ti-ti-ti-ras-ti-ti (Children cling on to their)

Rastis! Rastis! Ra-ti-ti-la (very last coins)

Destruction and regeneration

You are the real enemy (Rastis! Rastis! Rastis!)War!

(My) War!

(My) War!

Rastis! Rastis! Rastis! Rastis!


Una muchedumbre yendo hacia Luna Brillante esperando atestiguar un momento de júbilo, pues una nueva reina iba a ser coronada, aunque por razones trágicas. Dos figuras un tanto más altas que el resto de etherianos cubiertas con túnicas blancas elegantes con bordes azules oscuros cubriéndoles el rostro, cada uno con collares; uno con un cristal azul y el otro con un cristal púrpura. Caminan a paso firme observando la fachada blanca con detalles dorados en los acabados con forma de alas y una gema igual de dorada. Observan la gran gema opalescente suspendida en el aire que brillaba con una luz blanca azulada sobre un pedestal dorado.

Atravesando una entrada romboide con detalles dorados, llegando a un gran salón con detalles dorados y rosa pálido. Las personas charlaban animosamente mientras las dos figuras se abrían paso entre la aglomeración. Encontrando un portal que daba un pasillo con paredes naranjas y techo morado.

-Siempre es divertido como tus juguetes hacen fácil el acercarse a ver el espectáculo y estar en medio sin ser notados. Es mejor que solo estar en medio siendo invisible. – Dice el del cristal púrpura

Avanzan por el pasillo llegan a otra entrada que daba a un jardín con césped y árboles verdes. Una estatua de hielo con dos figuras musculosas se alzaba, un caballo alado con crin de colores, una mujer de mediana edad hace su camino a fuera del jardín enojada, una par de muchachas, una más baja que la otra, una rubia y un joven de piel morena observan como un charco de agua se había formado.

Una de las figuras se siente atraído por la espada que lleva en la espalda la muchacha rubia, sobre todo por la energía que emanaba de ella. Ve como la toma y con un brillo, se convierte en un trapeador y la chica se pone a limpiar el desastre. Pero su atención se desvía a la otra chica más baja se ve envuelta en un brillo rosa pálido mientras dirige su vista a la gema del exterior que también está brillando. La chica más baja, quien llevaba ropas de tela fina y una capa blanca, tiene una vista melancólica que demostraba un gran pesar.

-¿Quiénes son ustedes? – Una niña con un grueso abrigo y cabello azul corto les habla. – No deberían estar aquí hasta que sea la hora. Largo. – Las dos figuras se ven entre sí y se van del lugar - ¡GUARDIA! – Grita alzando los puños al aire.

- La tristeza y la ira no es algo que me satisfaga. – Dice una de las figuras, quien deja ver un poco de su rostro cautivadoramente bello.

- Aunque hay algo que es de interés, al parecer. – Le responde el otro.

- Oh, debo admitir que es raro escucharte hablar con voz clara, hermano. Pero tienes razón. Sin embargo, un arma transformándose en un artículo de limpieza no es algo particularmente útil. Me pregunto si aparte de artículos de sirviente o guerrero también tomaría forma de instrumentos de arte, después de todo sería interesante algo así para cuando necesite un nuevo pincel para mi próximo lienzo. – En su mente exploraba la idea de si usar las pieles de sus próximas víctimas o las de sus propias legiones. Slaanesh siempre había sido un adepto al arte y la música.

- Pero la energía que emana de ella es lo que importa. Dale tiempo y veremos la utilidad que podremos darle. – Los planes de Tzeentch son siempre rebuscados y resultan incomprensibles y contradictorios para toda mente mortal, o contra los propios intereses de Tzeentch. Sólo Tzeentch alcanza a ver las posibilidades de los potenciales futuros que se entretejen como hilos y filamentos multicolores.


El lúgubre frío del laboratorio de Hordak se veía adornado por el sonido de chispas chisporroteando de artefactos destruidos mientras partes metálicas, cables y cristales yacían tirados en el suelo. Después del incidente del portal y la huida de las princesas, el lugar quedó destrozado, al igual que el líder de La Horda. Sentado en lo que queda de la estructura del portal, tiene sus ojos rojos puestos en algún punto del infinito mientras Catra mira por donde camina para no pisar algo que le pudiera lastimar los pies. Viendo a Hordak, ahí sin hacer nada, se acomoda los vendajes en su brazo derecho y decide hablarle.

-Hordak. Nuestras tropas se están aburriendo, y estamos esperando. Necesitamos hablar de los planes para… - Es interrumpida por su prominente y profunda voz.

- ¿Planes? – Pregunta de forma irónica mientras ríe por lo bajo. Una risa derrotada y sarcástica. – Tu último "plan", fue encender la máquina del portal antes de que estuviera lista, ¿ya olvidaste como terminó eso?

- Como sea. – Catra se cruza de brazos y desvía la mirada. – Funcionó para nosotros, ¿No? La rebelión es un desastre, su reina se ha ido. Es nuestra oportunidad de tener la ventaja.

- ¿Y cómo vamos a lograrlos? – La diferencia de estaturas se evidenciaba, los ojos rojos de Hordak brillaban como dos brazas ardientes mientras en su pecho relucía una pieza de tecnología de Los Primeros. – Si ni siquiera pudiste impedir que la rebelión se infiltrara en la Zona del Terror.

- Ajá, como te dije antes, fue Entrapta quien… - Una vez más se ve interrumpida por el gruñido furioso de Hordak quien se gira rápidamente para levantar y arrojarle un pedazo de la estructura del portal con facilidad, como si tuviera el peso de una pluma, cayendo detrás de ella. Ella suelta un grito mientras se cubre y el sonido pesado del metal cae haciendo un estruendo en toda la sala.

- Te dije que no mencionaras ese nombre ¡en mi presencia! Si estás tan desesperada por hacer algo. Redobla nuestras defensas para que ninguna princesa vuelva a poner un pie en la Zona del Terror. – Catra fija su mirada en la pieza de tecnología de Los Primeros. Hordak no había tenido tal fuerza, hasta que Entrapta le hizo ese traje. – Por suerte para ti, Mi señal para Hordeano Primero pudo traspasar. – Catra intentó decir algo pero Hordak no la dejó. – Esa, es la razón por la que sigues aquí en vez de estar enfrentando un castigo por fracasar. – Amenazaba Hordak mientras caminaba hacia ella haciéndola retroceder. – Ahora ¡ya LAR-GA-TE! – se gira hacia su escritorio para presionar un botón con el puño y cerrar la puerta.

Ahora, cualquier intento de Hordak para intimidarla ya no funcionaba. Después de haberse perdido en ese limbo de locura y muerte y haber sido acechada por lo que fuera haber asegurado verla, cualquier cosa con la que Hordak la amenazara eran palabras vacías. Se dirige a su habitación que le fue asignada después de ser ascendida a Capitana de la Fuerza y se quita los vendajes y observa las marcas que quedaron grabadas en su brazo. Marcas que parecían haber sido grabadas a fuego sobre su piel, quemando su pelaje. Eran extrañas, no se parecían en nada a cualquier cosa escrita en el lenguaje de Los Primeros. Una eran tres flechas puestas una sobre otra formando un triángulo invertido, otra era un cráneo con un yelmo con cuernos y dos espadas cruzadas detrás de él, otra era también un cráneo coronado con colmillos, otra parecía ser un rostro alargado y serio con orejas grandes y un par de astas; la última era un cráneo con una especie de corona con alas extendiéndose a cada lado.

Había puesto la excusa de resultar herida durante el incidente para usar las vendas y ocultar las marcas, recordó la reacción de Scorpia cuando la vio así:

-¡Catra! ¡¿Estás bien?! Después de lo de Entrapta te fuiste y ya no supe… – Entra corriendo a la habitación de Catra, se termina de ajustar los vendajes en su brazo, al verla Scorpia se pone histérica. - ¡¿Qué te pasó?! ¡¿Cómo te hiciste eso?! – Se sienta a su lado, intentando tomar su brazo. - ¿Te duele? ¿Te sientes bien? ¿Voy a buscar algo para calmar el dolor? ¿Qué puedo hacer para ayudarte?

- No tocándome, y sí, estoy bien; solo son rasguños. – Dice de mala gana intentan apartarse de Scorpia.

- No pueden ser solo rasguños, tienes vendado todo el brazo y…

- ¡Estoy bien! No necesito de tu ayuda. Sal de aquí, necesito descansar. – Ordena, dándole la espalda. Scorpia se queda un momento viéndola y solo se retira con la cabeza baja. Catra aún podía oír esas voces en su cabeza "Te vemos". Desde entonces su sueño se ha visto mal logrado, pues siente constantemente esas presencias a su alrededor, acechándola.

Pero había algo que la molestaba. "Únelos" había escuchado. La rebelión en esos mismos instantes debía estar atravesando su momento más bajo, sin reina o líder aparente sería el germen a problemas internos, si lo que sea que le hubiera hablado se refería a darle el gusto a Adora de hacer una vez más lo que ella deseaba y unirse a la rebelión, se equivocaba. "Encuéntralos" había escuchado también, ya sabía dónde estaban, en Luna Brillante. Casi la había tomado de no ser por la conveniente aparición del resto de princesas, solo debía alcanzar Luna Brillante y ganarái. Ella hacía su propio camino y destruiría a todo aquel que se entrometiera y la rebelión, aún ahora, era un molesto obstáculo. Hordak es un inútil, pero ella es la Capitana de la Fuerza.


Los árboles en Plumeria eran más llamativos que los del resto de Etheria. Sus troncos gruesos y fuertes los hacían duraderos y sus hojas embellecían el reino. La flora era la más característica de todos los biomas etherianos y el estilo de vida austero y de comunión de sus habitantes lo hacían un lugar paradisiaco al que asistir si se buscaba la paz, y en los últimos años de guerra, era difícil encontrar un lugar que irradiara tal belleza natural.

A la sombra de los árboles cuyas hojas eran mecidas por el viento, figuras encorvadas de ojos rojos y colas delgadas y fibrosas se movían con rapidez entre las raíces sobresalientes y las ramas de los árboles, entre sus copas dejando caer hojas al suelo mientras emiten chirridos.

-No-no. Territorio conocido no es. – Dice una de las criaturas en chirridos.

- Les dije que estábamos perdidos, yo-yo. – Dijo otro de ellos.

- No importa, Kalmtrukz. – Le interrumpió otro, entre ventilaciones. – Aún vendrán por nosotros. No se detendrán, no-no. ¡Caven!, si-si. Bajo tierra debemos estar. La superficie no es lugar para nosotros.

- ¡Ellos vendrán! – Gritó uno con una voz semiaguda – El Clan Mors vendrá ¡cortando, gritando y matando!, si-si

- ¡Silencio y caven! – Bramó Kalmtrukz

- Kalmtruks se atreve a mandar después de darle la espalda a La Rata Cornuda.

- Luz brillante darnos la oportunidad de escapar, ¡hay que usarla! ¡A cavar, a cavar! Bajo tierra debemos ir. – Se adentran entre los árboles para empezar su labor.


Los colores naranjas del atardecer adornan el cielo mientras los pobladores esperan expectantes el momento que han venido a presenciar. Una cascada que filtra colores azules, morados y naranjas por sus aguas mientras Castaspella, Bow y Adora observan como Glimmer, con su túnica blanca ceremonial, avanza a paso lento con la linterna de luz blanca en sus manos. Llegando a un arco lila con un detalle dorado en el centro, Castaspella despliega un pergamino y lee lo que ahí está escrito.

-Estamos aquí reunidos para presenciar la coronación de la Reina Glimmer de Luna Brillante, mientras completa la búsqueda de reinas, para comenzar su reinado como nuestra nueva líder. – Bow y Adora comparten miradas preocupadas. – Será acompañada por dos testigos: El Maestro Arquero Bow y también Adora; She-ra, La Princesa del Poder.

Las dos figuras cubiertas por túnicas blancas observan como una mujer de piel morena hace gestos con sus manos, haciendo que las aguas de la cascada se abran dejando ver un pasadizo adentro de la montaña.

-Deja que la luz te guíe, y avanza con paz y seguridad, hasta emerger como reina de Luna Brillante. Glimmer, Bow y Adora se adentran en el pasaje mientras las aguas se cierran atrás de ellos. Las dos figuras hacen su camino fuera del lugar.

- Su capacidad para manipular la magia no parece estar restringida. – Dice Slaanesh con voz cautivadora.

- Es una princesa. Al igual que la nueva reina, debe estar ligada a alguna gema como la de ahí. – Dice Tzeentch, señalando a la piedra rúnica de Luna Brillante.

- Esta… She-ra, parece tener una similar en su espada. Su energía es demasiado parecida para ser una coincidencia. – Slaanesh reanuda su paso. – Tengo curiosidad. Iré a ver un poco más.

Dentro de los túneles debajo de Luna Brillante había pasado un rato ya, y la nueva reina y sus dos testigos se encontraban en problemas. El Guardián de Luna Brillante los había acorralado dentro de una de las cavernas y en su intento por entrar estaba haciendo que se colapsara. Adora le pide a Glimmer que los transporte pero esta dice que no puede hacerlo. Ante la negativa, Bow pregunta por qué no puede.

-¡Porque no he recargado mis poderes! – Grita con impotencia, acurrucada en posición fetal recargándose contra la pared de la cueva.

- ¿Qué? – Preguntan Bow y Adora al mismo tiempo mientras son sacudidos por la tierra temblando ante los golpes del gusano cíclope afuera.

- Recargar significaba tomar el poder de la Piedra Lunar solo para mí. Significaba admitir que realmente se ha ido. – Decía Glimmer con los ojos llorosos, mientras su corazón se encogía en su pecho y los recuerdos de su madre pasaban como un flash por su mente. Las palabras dulces y amables y los regaños severos, hasta las peleas más amargas era lo único que le quedaba ahora. – Todo el mundo se comporta como si ella no importara. Como si ya lo hubieran olvidado. ¡Nadie la extraña! – Abraza un cristal brillante esperando que le transmitiera ese calor que sentía en los brazos de su madre, pero era frío y rígido, y la única calidez que sintió fue la de sus lágrimas rodando por sus mejillas. – Tenemos esta coronación porque ella se fue y todo el mundo actúa como si fuera una fiesta divertida ¡y no lo es! – Adora pone una mano sobre su hombro.

- Claro que no lo es. – la abraza. Un reconfortante y fraternal abrazo que sustituye la fría superficie del cristal al que se aferraba. – Solo pensé que hablar de eso… de ella, duele. – Glimmer esconde su rostro en el pecho de Adora. – Se supone que cuide de ti, Glimmer. Fue la última cosa que me pidió que hiciera. Y quería que hoy todo fuera perfecto, pero…

- No sabemos como hacerlo. – Bow termina la frase.

- Yo tampoco lo sé. Pero tal vez podamos averiguarlo. Juntos. – Agrega Glimmer, levantando la mirada a sus dos mejores amigos.

- Cualquiera que sea el camino que elijas estaremos contigo. – Dice Adora. – Siempre a tu lado.

- ¿Aún si nos lleva a monstruo gigante de los cristales? – Pregunta Glimmer dudosa.

- En especial si el camino nos lleva a monstruo gigante de los cristales. – Responde Adora.

- Nada que no podamos manejar. Somos buenísimos para esto. – Dice Bow con una sonrisa segura. Slaanesh llevaba un tiempo observando la escena con rostro neutro, escondido detrás las piedras dela cueva.

- Entonces adelante. Hagamos esto. – Glimmer se levanta con seguridad en sí misma. Adora saca su espada y grita.

- ¡POR EL HONOR DE GRAYSKULL! – Un rayo dorado ilumina el lugar, Slaanesh presencia el momento en que Adora se convierte en She-ra, su confrontación contra el guardián de Luna Brillante. Su fuerza, su velocidad, su fiereza y su capacidad de moldear la espada a diferentes formas a voluntad. Cuando Glimmer pone la linterna en el altar y el lugar se ilumina con un resplandor celeste. Tzeentch por su parte ve como la piedra rúnica se ilumina liberando estelas de luz en varias direcciones.

Habiendo visto lo que necesitaba, Slaanesh abandona el lugar. Alejándose de Luna Brillante y adentrándose en los Bosques Susurrantes se encuentra con Tzeentch.

-¿aVer¡gÜast3 lg0? – Pregunta Tzeentch.

- Lo suficiente para saber lo que necesito, además de un completo drama. Aunque prestando la suficiente atención te darás cuenta que sus únicos defensores son seres torpes. El ambiente de luto no es algo que disfrute, sin embargo me quedaré a ver la regencia de la nueva reina. Después de todo, viven momentos… "difíciles". Sus ansias de pelear se incrementan, y tal vez las victorias que consigan hagan crecer su arrogancia o tal vez un deseo ciego de lucha se geste en She-ra. Son aperitivos que no puedo dejar pasar.

- ¿¥ tÜ c mp30n?

Preparándose. Los Vientos de la Magia soplaran con una fuerza, nunca antes vista por ningún mortal en sus efímeras y fútiles vidas. – Declaraba con ardiente pasión en su voz.


This is War:

A warning to the people

The good and the evil

This is war

To the soldier, the civilian

The martyr, the victim

This is war

It's the moment of truth and the moment to lie

The moment to live and the moment to die

The moment to fight, the moment to fight, to fight, to fight, to fight

To the right, to the left

We will fight to the death

To the edge of the Earth

It's a brave new world from the last to the first

To the right, to the left

We will fight to the death

To the edge of the Earth

It's a brave new world, it's a brave new world, it's a brave new world

A brave new world

The war is won

The war is won

A brave new world