Los personajes de She-ra and the Princesses of Power son propiedad de Noelle Stevenson y Dreamworks Animation y las razas y ubicaciones son propiedad de Games WorkShop.
(En colaboración con davidomega59)
Los inviernos de Athel Loren eran simples ventiscas comparadas con el clima de la remota Norsca. Millhadris nunca creyó que se aventuraría más allá de la propia Bretonia en pos de salvaguardar la integridad del bosque, solo porque es la voluntad de Isha…
Todas las advertencias que se les dieron sobre el Mar de las Garras fueron ciertas, sus gélidas aguas suponen la perdición de numerosos marineros, y los vientos que soplan procedentes del norte pueden ser tan helados que la propia espuma del mar se congela, enviando con cada ráfaga de viento una nube de afiladas cuchillas de hielo que desgarran la carne y congelan las extremidades. Sus turbulentas olas son azotadas por feroces tempestades; y como dicen los marineros marienburgueses, sólo "Elfos locos y Nórdicos" osan navegarlo en invierno.
Sin embargo, parecía que todo aquello que acontece en esas aguas se vieron disminuidas a menos de la mitad. Todos los monstruos marinos que abandonan el Mar del Caos para adentrarse en este no se asomaron. No vieron ningún navío de norteños yendo a saquear las tierras del sur, no se asomó ninguna barca centinela de los Altos Elfos durante su camino. El fuerte oleaje y el frío fueron una constante en todo el camino.
Parece que los Dioses Oscuros estaban centrando su poder en otro lado.
En la primera noche pudieron vislumbrar las luces de Erengrado, la llamada Joya del Norte, una de las ciudades mercantes más grandes del Viejo Mundo. Si el clima así lo permitía pudieron ver las frías costas de Kislev y el Territorio Troll a la distancia. Un escalofrío recorrió su espalda cuando vieron las orillas de las playas a los pies de blancas montañas mientras la nieve caía de manera copiosa.
Las pieles que les fueron entregadas en Laurelorn hacían su trabajo lo mejor que podían. Pero Norsca es Norsca, y aquí los Dioses del Caos manifestaban su corruptora influencia.
— Hay un bosque cerca de aquí —, dice Aradis, uno de los compañeros de la Guardia Eterna, — Si llegamos allá tendremos…
— No habrá ventaja duradera aquí —, interrumpe Millhadris, — Los Dioses Oscuros no tienen sus ojos fijos en nosotros pero tampoco nos ignoran por completo.
— ¿Cómo llegaremos hasta ese lugar? —, pregunta Elthros, — Está en el centro de este… reino.
— Que Isha nos guíe y que Khaine nos dé su fuerza —. Es la única respuesta que obtiene de Millhadris.
My War:
La-La-La-La
Ba-ba-ri-as-ras-ti-ti-ti-ras-ti-ti
Ba-ba-ri-as-ras-ti-ti-ta
Ba-ba-ri-as-ras-ti-ti-ti-ras-ti-ti
Rastis! Rastis! Ra-ti-ti-la
Let's start a new life from the darkness
Until the light reveals the end
Sinister faces, growing curses
This is my last war
La-La-La-La
Ba-ba-ri-as-ras-ti-ti-ti-ras-ti-ti (Angels playing disguised)
Ba-ba-ri-as-ras-ti-ti-ta (with devil's faces)
Ba-ba-ri-as-ras-ti-ti-ti-ras-ti-ti (Children cling to their coins)
Rastis! Rastis! Ra-ti-ti-la (squeezing out their wisdom)
La-La-La-La
Ba-ba-ri-as-ras-ti-ti-ti-ras-ti-ti (Angels planning disguised)
Ba-ba-ri-as-ras-ti-ti-ta (Rastis! Rastis!) (with devil's faces)
Ba-ba-ri-as-ras-ti-ti-ti-ras-ti-ti (Children cling on to their)
Rastis! Rastis! Ra-ti-ti-la (very last coins)
Destruction and regeneration
You are the real enemy (Rastis! Rastis! Rastis!)
War!
(My) War!
(My) War!
Rastis! Rastis! Rastis! Rastis!
— ¿Reporte? —. Pregunta Catra mientras termina de subir a una de las torretas del área norte de la Zona del Terror.
— Todo tranquilo y en silencio, capitana —, responde uno de los guardias, — Y eso me inquieta.
— Tengan los ojos abiertos. Ya saben que hacer si ven algo que esté fuera de lugar —. Era más un recordatorio que una orden.
— Sí, capitana —. Responde el guardia.
— Hey —, Catra le acerca la bengala, — Tenganla cerca siempre.
— Sí… Capitana —. En los últimos días se había dedicado muchas de sus fuerzas a levantar una empalizada a lo largo de toda la Zona del Terror.
Se tuvieron que desvalijar varias áreas del lugar. Placas de metal de las paredes, blindajes de los tanques, partes de repuesto de los deslizadores y transportes pesados, todo soldado de la manera más resistente posible. Se tomaban turnos de tres para trabajar en la empalizada mientras otros vigilan y otras descansan o comen.
Catra recorría cada torre y puesto de guardia uno por uno para verificar que no los iban a tomarlos desprevenidos de ninguna manera. Habían determinado ya un punto donde estarían varios vehículos a donde irían y se subirían aquellos que pudieran y escaparían.
El dolor de las marcas en el brazo crecía cada día pero las visiones y augurios habían disminuido y cada que pasara alguno de esos sucesos trataba de poner la mayor atención posible si podía sacar algo en claro. Alguna de pista de lo que eran, de dónde venían y si podían ser vencidos, y de las veces que podía dormir esperaba volver a soñar con Morr para pedir consejo.
Jamás creyó que requeriría del consejo de alguien, siempre hizo su voluntad a placer y ahora anhelaba poder recibir alguna indicación, pero todo la superaba en todos los sentidos y necesitaba ayuda y nadie en la Zona del Terror podría nunca entender lo que estaba pasando.
Abandonó todo intento de contactar con las fuerzas que estuvieran afuera y solo podía esperar que aquellos que estuvieran vivos el destino fuera amable con ellos más no dejó de pensar en si Scorpia estaba a salvo. A pesar de ser como es, Scorpia es fuerte y persistente pero la hacía sentir culpable que la única compañía con la que realmente contaba tuvo que destruirla solo por desvaríos.
— Capitana —, La voz de una soldado la saca de sus pensamientos, — Se están acabando el material para las municiones.
— Usen las cargas de los tanques, dejen solo en funcionamiento los que consideren necesarios —, indica Catra, — ¿Cómo están en el puesto suroeste?
— Hay demasiado silencio —. Responde la soldado.
— A mí también me inquieta. Ya saben qué hacer, no traten de enfrentarlos solos.
— ¿Qué son esas cosas? ¿Por qué aparecieron hasta ahora? —. Catra quiso decirle que todo era su culpa, que ella había abierto una puerta hacia algún lugar macabro y repleto de sangre y ceniza pero no iba a admitir nada hasta que no tuviera la certeza de que podían darle vuelta a la situación.
— No piensen mucho en eso, solo concéntrense en que…
— Hay que darle en la cabeza —. Catra suprimió el instinto de esbozar una pequeña sonrisa.
— Vuelve a tu posición.
— Sí, capitana.
Hay que resistir. Hay que aguantar hasta que…
Odiaba tener que admitir que en el fondo esperaba que Adora apareciera con una solución. Ahora, incluso La Horda necesitaba una chispa de esperanza.
No hay verdadera desesperación sin un poco de esperanza.
Fue buscando respuestas con Madame Razz sobre el arma del que hablaba Mara y terminó descubriendo el terrible secreto de Light Hope, que Mara nunca hizo nada malo, que hizo lo posible para salvar Etheria que ahora mismo ardía en las llamas de una guerra en varios frentes tenía el potencial de reventar por completo.
La terquedad de Glimmer la sacaba de sus casillas, no importaba cuantas veces se le advirtiera sobre el peligro del Corazón de Etheria ella insistía que debían usarlo y con Shadow Weaver susurrando al oído de su amiga, cosa rara, pues nunca había sido de aquellas que hablara a escondidas, soltar sus comentarios rudos casi rozando en lo soez.
Aquella sensación de debilidad la acosaba constantemente, Glimmer no escuchaba de razones, Mermista la apoya, Perfuma no puede tomar una decisión, Spinerella y Netossa están demasiado ocupadas cuidando a los refugiados y Frosta se reserva el derecho a responder pensando en la evacuación de los pobladores y para terminar de ajustar, Scorpia llegó desde la Zona del Terror y sus noticias no fueron nada alentadoras pues ahora por toda Etheria había seguidores de los "Verdaderos Poderes".
Tantos poblados vacíos, tanta gente desaparecida y una sensación de opresión alrededor del planeta. Todo encajaba, el enemigo estaba bajo sus narices y lo ignoraron por completo. Se preocuparon tanto por defender Luna Brillante que se olvidaron de lo más importante; de la gente y ahora el precio a pagar era tener que luchar contra aquellos a quienes quisieron defender.
Imploraba que no tuviera que llegar a eso.
Según las palabras de Scorpia, habían arrasado con todas las tropas de tierra de La Horda y desconocía el estado de la Zona del Terror y por momentos se preguntaba "¿Cómo estará?". Pero ese no era momento de pensar en eso pues, no solo habían desobedecido a su reina, sino que estaban en el lugar más peligroso de Etheria, aunque para este punto eso quedaba a discreción de cada quien.
Cuando Swift Wind dijo haber oído un ruido que le aterró fue cuando volvió a sentir esa sensación de opresión en su espalda y en su pecho, pero esta vez no iba a dejar que le ganara, iba a resistir, iba a encontrar a Entrapta e iba a detener las intenciones de Light Hope.
Los mil ojos que se esconden entre la corrupta tecnología de los Primeros siguiendo su andar entre el suelo rojo mientras el aire se encerraba más y más, los sonidos del lugar la estremecían hasta los tuétanos, algún par de animales peleándose por algún trozo de comida, una hormigueante sensación en sus piernas le hacía creer que iba caer de rodillas y de repente…
— Tal vez todo esté callado por una buena razón —. El caballo alado habla ante la falta total de sonido.
Todo parece girar a su alrededor, como si el mundo siguiera su curso y ellos se hubieran quedado estáticos hasta que en el fondo de ese claro ven a una criatura arácnida de ojos brillantes y celestes.
— No, por una mala razón —. El monstruo empieza a moverse.
— Ok, que nadie se mueva —, dice Bow con voz baja, — Tal vez así no nos vea.
La criatura ruge y da un pisotón. El trío se echa para atrás e instintivamente Adora clama…
— Por el Honor de Grayskull —. La espada brilla por un momento y no hace nada más ante la consternación de su portadora.
Empiezan la huida mientras sienten las pesadas pisadas detrás de ellos hasta que Swift Wind tropieza haciendo que tengan que detenerse para ayudarle dándole oportunidad al monstruo de alcanzarlos, las flechas de Bow resultan inútiles así como los intentos de Adora de volverse She-ra, solo gastaba energía y solo se sentía más cansada.
Siendo salvada de ser aplastada o devorada por aquella cosa, un sujeto encapuchado aparece y hace un despliegue de control sobre la magia virtuoso, incluso majestuoso haciendo retroceder al monstruo que, viéndose sobrepasado y siguiendo su instinto se retira.
— ¡Gracias! —, grita Adora, — Nos salvaste, ¿quién…? —. Antes de que Adora pudiera terminar la pregunta el hombre se quitó la capucha y le siguió una exhalación sorprendida de Bow.
— ¡El Rey Micah!
El cortante viento aúlla entre las frías montañas de Norsca arrastrando uno que otro susurro de los espíritus que infestan esas tierras provenientes desde los Desiertos del Caos. Nada que asuste a cualquier druchii que se precie, pues incluso en su natal Naggaroth se debía de dormir como mínimo con un puñal a mano ante cualquier intento de asesinato.
El frío no es un problema, las amenazas del lugar tampoco, el problema es estar con tales "compañeros" en un ambiente tan hostil y con una capitana como ella había que tener los ojos abiertos, pues a pesar de ser de las pocas que pueden decir que tienen algo de "respeto" por sus congéneres si es que se lo merecen.
— Si el Rey Brujo tanto le urge esto ¿por qué no solo la mandó a ella? —. Se queja uno de los subordinados de Velshakir.
— No lo sé, pero no iba a pasar la oportunidad de matar a un par de salvajes norteños —. Responde otro.
— Pues yo no he visto a ninguno desde que llegamos.
— Deben estar vigilándonos. Creen que por es su terreno tienen la ventaja.
Una fogata crepita haciendo que un par de cenizas rojas sean llevadas por el viento mientras la grasa de la carne de un oso goteaba al cocinarse lentamente sobre el fuego.
— Tal vez no es una misión real, no para ella al menos. Tal vez está harto de ella y algo grande le espera a aquel que regrese y asegure haberla acabado —. Sugiere un druchii que la mayoría le decían Alas Negras, pues se había robado un yelmo Asur y lo pintó negro y las alas las tinó con la sangre de esclavos Altos Elfos y desde entonces no volvió a mostrar su rostro.
— No digas estupideces.
— No lo es si lo piensas en retrospectiva —, el tono en su voz logró captar la atención del resto, — Dicen que es hija vaulkar de alguna de las grandes ciudades de Naggaroth que rechazó convertirse en una bruja, dicen que hasta se mofó de Khaine en su templo delante de la propia Hellebron. Eso la volvió una molestia para ocupar el puesto, su hermano le ofreció algo que rechazó y él le tendió una trampa y la vendió como esclava.
— Mentira. ¿Cómo pudo escapar entonces? —. Antes de que Alas Negras pudiera responder sintió el frío roce de una daga en su cuello.
— A veces me gusta recordar mi propio pasado, me hace entender por qué merezco estar donde estoy —, presiona más la daga contra el cuello del druchii, — Aunque faltan detalles en esa historia. Nunca caí en ninguna trampa, el lanzó a sus lamebotas cuando rechacé su oferta y que también que le corté tres dedos de su mano cuando intentó "tomar" aquello que quería —, aparta la daga del cuello dejando un fino hilo rojo sobre la piel, — Hagan guardia, estoy cansada.
No sabían cuánto faltaba para el amanecer y menos si verían algún rayo de sol, pero sabían que tendrían que pensar mejor las cosas si alguien se planteaba siquiera contradecirla.
Este lugar es una masa de tecnología antigua.
Era algo bastante evidente pero saber que hay algo en el centro de la isla que emitía una señal de manera ininterrumpida y que afecta al subconsciente de todo aquello que la escuche agregaba un poco de más preocupación a una situación ya de por sí tensa.
Adora no quería pensar que las señal de la que el Rey Micah y Swift Wind hablaban tuviera que ver con aquello con infesta Etheria, pero era innegable que ese ruinoso poder había llegado también a Isla Bestia, pues el Rey Micah mencionó algo sobre una presencia pesada que no es la señal de la que habla y también algo sobre una sombra roja con ojos llameantes.
Fue un gran alivio encontrar al padre de Glimmer sano y salvo, dentro de lo que cabe, ahora una leve sensación de emoción porque padre e hija se encuentren se revolvía en su pecho al mismo tiempo que la hacía sentir culpable por no saber como explicarle al rey el destino de su amada esposa. Disociaba bastante pues se refería a Glimmer todo el tiempo como "su pequeña", algo normal viniendo de un padre, pero por las preguntas que hacía era fácil darse cuenta que el rey no distinguía el paso de los años.
Las alarmas se encendieron de nuevo cuando el rey advirtió de la presencia de Pucas acechándolos, lanzó un ataque mágico a una zona oscura donde decenas de ojos púrpuras brillaron con malicia, cuando emprendieron la huída solo podía ver de reojo como con una velocidad aterradora los rebasaban. Iban a rodearlos por completo.
En la huída, y por uno de los comentarios de Bow, fue que Micah al fin descubrió la verdad sobre el tiempo de su ausencia, fue cuando tomó a Adora del brazo y la encaró exigiendo una respuesta y entonces… silencio.
— No, no, no, no, no, no. El silencio siempre es mala señal —. Dice Swift Wind mientras todos miran alrededor esperando el siguiente movimiento de los Pucas. Adora logra ver a la manada a varios metros de distancia alejándose a toda velocidad.
— No… no nos estaban persiguiendo, parece que están huyendo —. Afirma la rubia.
— ¿Pucas huyendo? —, replica Micha con sorpresa, — ¿pero de qué?
— Tal vez de eso —. El aliento se les escapa cuando ven que de entre la penumbra sale algo que ni en las más retorcidas historias sobre Isla Bestia había escuchado.
Una colosal criatura de cuatro patas combinan rasgos caninos con los de un toro. Es cuadrúpedo con cuerpo ancho, cabeza parecida a un perro deformado, piernas poderosas y fauces anchas y recubierto de grandes placas de metal, como el hierro y el bronce. Sobre aquella cosa hay un monstruo de piel roja y cuernos largos y negros, de anchos hombros, el cuerpo estirilizados y esbelto, con brazos largos rematados en garras negras brillantes, espaldas torcidas y con cresta y portando una espada en llamas.
Mientras contemplaban aquella pesadillesca visión, lianas negras empezaron a cubrirlos. Enrollan a Swift Wind haciéndolo hincarse agotado mientras suelta unas palabras de desaliento, fue ahí que empezó a escuchar aquello que Swift Wind y Micah hablaban, un pitido ensordecedor que lastimaba los tímpanos. Pronto, Bow también empezó a ser atrapado por esas lianas.
— Ya es tarde, ¿verdad? No pudimos solucionarlo —. Micah intenta tirar al joven para que se ponga de pie pero él también estaba cayendo a merced de la voluntad de la isla. Adora intenta alcanzar al Rey Micah en un último esfuerzo para salir de ahí.
— ¡Rey Micah! ¡No se rinda ahora, no en este momento! Lo llevaremos a Luna Brillante, Glimmer necesita que la ayude a ser reina y…
— ¿Reina? —, debía saberlo pero no en ese momento —, Si es reina significa que… —. Los ojos del rey se cristalizaron mientras las lágrimas amenazaban con salir mientras el agarre entre ambos se debilitó. Adora pudo jurar que escuchó a aquel jinete reír insidiosamente.
Al escucharlo lo único que vino a su mente fue los últimos momentos de Ángela, los buenos momentos con su amigos y las demás princesas, recordó por lo que estaba atravesando Etheria y la risa de aquel demonio solo la hizo enfurecer.
— ¡No me rendiré! ¡Por mis amigos, por Etheria, por mí misma! ¡POR EL HONOR DE GRAYSKULL! —. Con el brillo de She-ra las lianas se quemaron, volviéndose cenizas brillantes, liberándose.
La bestia y su jinete rugieron echando humo de sus fauces, Swift Wind lanza un relincho y Adora lo monta rápidamente, los ojos del demonio brillaron con furia mientras babeaba sediento de sangre. Ambos espolearon a sus monturas, Swift cabalgó de frente aún a pesar del miedo que el monstruo le infundaba, el valor logró hacerse un lugar.
El demonio levantó su espada llameante y lanzó un tajo que She-ra devolvió con su propia arma para desviar el ataque. El choque hizo un eco por el lugar mientras ambos jinetes le daban vuelta a sus monturas para enfrentarse otra vez.
— Entonces… ¿ella es la legendaria guerrera She-ra y mi hija es la reina? —. Pregunta Micah confundido.
— Hay muchas cosas que explicar, su majestad —. Responde Bow.
El demonio avanza hacia adelante haciendo temblar la tierra, Swift Wind carga de frente, antes de chocar despliega sus alas y monta vuelo y da una vuelta sobre la cabeza del demonio mientras daba un golpe con su espada que bloqueado por el demonio, cuya montura se encabrita y empieza a perseguir al corcel aún en el aire. La mole de carne y metal atravesaba el metal y la flora de la isla como si fuera papel mientra el demonio que lo montaba rugía con furia.
— ¡Adora! —. Llama Swift Wind que hace un gesto con su cabeza, Adora entiende de que se trata y ambos asienten.
El caballo se desvía que es seguido desde tierra por ese monstruo, después de atravesar un par de muros de metal el monstruo se encuentra de frente con otra bestia con forma de cangrejo y cola de escorpión. Cuando ambas bestias chocan el demonio que lo montaba es derribado y She-ra cae del cielo dispuesta a acabarlo.
Una larga lengua sale de entre los colmillos del demonio que corre hacia ella, el fuego de su espada se reflejaba en la espada de She-ra mientras el acero chocaba contra el acero y las cenizas del arma del demonio se regaban por el suelo. La fuerza de aquel ser era algo que no había experimentado antes, la lucha estaba lejos de estar pareja, pues cuando la golpeaba el dolor sobrepasaba las palabras y el ardor de sus rasguños era como el fuego.
En un ligero descuido She-ra logró tomarlo por uno de sus cuernos y estamparlo contra el suelo y arrojarlo contra su montura que estaba destripando al monstruo que usaron de señuelo, cosa que llamó su atención y cargó con velocidad pasmosa contra ella. Su espada no pudo penetrar la armadura y la fuerza del impacto la hizo soltar la espalda teniendo que usar sus manos para parar su embestida sin mucho éxito.
Swift Wind cae del cielo y con sus cascos y con toda la fuerza que tiene golpea para desestabilizar al monstruo, a duras penas logra cumplir con su cometido y siguió pateando su cabeza con sus patas traseras hasta que logró reventarle un ojo con una de sus patadas, cosa que solo lo enfureció más. Su jinete brinca sobre la mole de acero intentando asesinar a She-ra quién logra recuperar su espada y la convierte en una lanza, pues de cerca sería imposible que le gane.
Manteniendo la distancia continúan con el combate de manera ardua, de las pocas oportunidades que tuvo Adora para hacerle daño parecía ser inútil pues el demonio seguía como si nada ignorando el daño y su montura estaba por ahí intentando aplastarla bajo sus patas. En un breve momento, Adora vuelve a convertir su lanza en una espada e intenta cortarle la cabeza del demonio terminando en otro choque de espadas y la vibración del metal duró varios segundos más.
Toda la fuerza que She-ra le podía dar se fue en ese ataque.
Swift Wind relincha y cae sobre el demonio, Adora sin pensarlo lo toma por el cuerno y se monta en su corcel y montan vuelo, el demonio grita y aúlla mientras intentan zafarse del agarre de She-ra, lastimando al caballo en el proceso. Swift Wind cae en picado sobre el monstruo blindado y She-ra salta poniéndo al demonio por delante. La fuerza y la velocidad hacen lo suyo y con el cuerno logra atravesar el blindaje de la cabeza del monstruo que cae pesadamente contra el suelo.
She-ra rueda sobre el suelo, ve como el jinete seguía con vida y corre para tomar su arma, con un crujido el demonio rompe sus cuernos y va detrás de ella a gran velocidad, solo logró alcanzar la aún ardiente arma del demonio y antes de que pudiera ponerle las manos encima una pesada máquina gris cae sobre el demonio.
— ¡Adora! —. Aparece Bow y Micah quienes se sorprenden de ver a un nuevo enemigo.
— ¡Pónganse detrás de mí! —. Micah conjura un círculo de hechizos y Bow prepara su flecha mientras unas fauces mecánicas se abren de donde brillan dos ojos grandes y azules.
El miedo y la ira dan paso a la sorpresa al ver a quien estaban buscando.
— ¡Princesas! ¡Las salvé! —. Grita Entrapta ignorando que había aplastado a algo que definitivamente no era de Etheria.
— Nuestra querida Reina Glimmer ha descubierto la pieza que le faltaba para llevar a cabo su plan maestro —. Dice Slaanesh con júbilo.
— ₮ØĐØ Ɇ₴₮á Ɇ₦ ₴Ʉ ⱠɄ₲₳Ɽ Ɇ₴₱ɆⱤ₳₦ĐØ ɆⱠ ₥Ø₥Ɇ₦₮Ø. Ɇ₴₮₳ Ɇ₴ Ⱡ₳ Vł₵₮ØⱤł₳ ĐɆ Ⱡ₳ QɄɆ ₮Ɇ Ⱨ₳฿Ⱡé —. Responde Tzeentch con frialdad.
— Hablas de muchas cosas, hermano, a veces es difícil saber de quién es la victoria de la que hablas, pero el saber que toda mi paciencia tendrá su recompensa solo me hace sentir complacido —. Dice Slaanesh esbozando una sonrisa.
— ǟʊռ ɦǟʏ ǟʟɢօ ɖɛ ʟօ զʊɛ ռօֆ ȶɛռɛʍօֆ զʊɛ ɛռƈǟʀɢǟʀ —. Comenta Tzeentch.
— Será una desgracia perderse una parte del espectáculo pero si lo que dices es cierto, valdrá la pena. Ansío ver la expresión en su rostro —, el Príncipe Oscuro suspira, — Siento pena por lo fácil que será, pero aún nos queda ese otro mundo.
— Şน tiē๓p໐ hค llēງค໓໐ ค Şน fiຖ —. Sentencia el Señor del Cambio.
El viento acarició su melena con delicadeza, Catra abre con suavidad los ojos. Era probablemente la primera vez en mucho tiempo que durmió en verdadera paz. Sin demonios, sin dioses, sin penurias. Solo ella y la calma.
Fue a aquel punto en el techo en el que compartió tantos momentos con Adora, desde allí veía como faltaban luces encendidas en las barracas, había menos ruido en la fábrica, había menos humo en las chimeneas. Había menos en general.
El cielo nocturno estaba cubierto de nubes que ocultan las nubes y el viento del norte soplaba caliente y frío al mismo tiempo, Catra solo veía al horizonte pensando en Scorpia, en el día que tiró de la palanca para abrir ese portal, en el día que vio a Adora irse en medio de una nube de humo. Suelta un pesado suspiro por todo y todos.
Tres luces verdes fueron disparadas al aire desde el oeste, se deshizo de sus reflexiones y bajó de aquel lugar para ir hacia aquella parte tan rápido como podía mientras durante el camino se le unían más soldados siguiendo las anteriores órdenes de Catra.
Cuando llegaron al punto las bengalas seguían ardiendo en el cielo, Catra ordena que tomen sus posiciones y que se preparen para lo que sea mientras sube al puesto de vigilancia solo para encontrarse a los guardias tendidos en el suelo sobre un charco de sangre y las gargantas cortadas. No pudo pensar en nada más hasta que escuchó una explosión desde el este.
Que idiota se reprocha a sí misma.
(Suena "Envy Revealed - Fullmetal Alchemist Brotherhood OST")
— Quédense aquí y tengan los ojos abiertos, fuego a discreción ¡¿Entendido?! —. Ruge Catra.
— ¡Sí, señora!
—¡Tú, tú y tú, conmigo, ya! —. Seguido por su escolta empieza a correr hacia el otro lado de la Zona del Terror, y se empezaron a escuchar los disparos de las armas a la distancia.
Al otro lado de la Zona del Terror de la brecha humeante del muro de contención un reptil de escamas negras aparece entre el polvo y el humo seguido de docenas de guerreros híbridos como la mayoría de los habitantes de Etheria, todos portando armas afiladas y con miradas crueles y seguras. Los soldados de La Horda siguen sus órdenes previas y empiezan a disparar sus armas hacia Oroshk Fuegonegro, quien era lo que más les intimiadaba, los disparos impactaron sobre su cuerpo quemando escamas y piel por igual. La ráfaga de disparos continúa hasta que se quedan sin munición.
Oroshk siente como alrededor de su cuello hay un peso extra. Un collar de acero con la forma de la runa de Khorne aparece y sus heridas sanan al instante, los hordeanos vuelven a abrir fuego y esta vez Oroshk ni se inmuta y empieza a avanzar con paso seguro. En un arranque irracional, disparan uno de los cañones fijos hacia el levantando una nube de humo de donde brota Oroshk y lo siguiente que ven es a varios compañeros tendidos en suelo.
Oroshk toma a un hordeano del cuello y con un corte limpio lo decapita, alza la cabeza al cielo mientras lanza un grito gutural lo que envalentona al resto de invasores que se abalanzan sobre La Horda.
Catra sigue haciendo su camino hacia el otro lado, girando por una esquina solo logra ver un resplandor verde y el sonido de alguien cayendo al suelo. Al girarse ve como uno de sus acompañantes cayó con un tiro en la cabeza.
— ¡Cúbranse! —, los otros dos rompen filas y buscan algún lugar para cubrirse, uno de ellos sin más opciones siguió a Catra hasta el interior de una bodega, — Hay que llegar al otro lado, sígueme.
El tipo solo asiente con la cabeza y continúan su camino bajo las tenues luces de un pasillo que son cortadas, encendiéndose las luces de emergencia. Catra escuchó un gorgojo y al pobre tipo cayendo de rodillas mientras se sujeta el cuello mientras su uniforme se tiñe de rojo. Un etheriano sostiene una daga con una expresión desencajada y se abalanza sobre Catra.
Ella logra sujetarle el brazo y lo golpea varias veces mientras gruñe con rabia hasta que lo hace soltar la daga y antes de que caiga logra sujetarla con la cola y devolverle el favor al intruso. Cuando su atacante cayó al suelo ella no tuvo tiempo de compadecer a su escolta pues parecía que en el exterior había una lucha encarnizada.
Subiendo por un par de cornisas y atravesando varios pasillos llega a otra bodega donde hay tanques dañados y doblando en una esquina sus instintos la hacen esquivar el tajo de un pesado mandoble yendo directo hacia su torso.
— Hola, extranjera, tenemos asuntos pendientes que resolver —. Tung Lashor sonríe de lado a lado mientras sujeta con fuerza su arma.
No puede ser, el sujeto con nombre ridículo.
— No tengo tiempo para esto. Si tengo que darte otra paliza, lo haré rápido —. Responde burlonamente.
— ¿Paliza? No, no, no, no —, niega Tung, — No habrán trucos sucios, no habrá escapatoria, solo habrá sangre.
Catra reconoce la estrella de ocho puntas en la chaqueta de Tung Lashor y el miedo se apodera de ella.
This is War:
A warning to the people
The good and the evil
This is war
To the soldier, the civilian
The martyr, the victim
This is war
It's the moment of truth and the moment to lie
The moment to live and the moment to die
The moment to fight, the moment to fight, to fight, to fight, to fight
To the right, to the left
We will fight to the death
To the edge of the Earth
It's a brave new world from the last to the first
To the right, to the left
We will fight to the death
To the edge of the Earth
It's a brave new world, it's a brave new world, it's a brave new world
A brave new world
The war is won
The war is won
A brave new world
