CAPÍTULO 3.

RELACIÓN.

DIA 2 DESPUÉS DEL CONTACTO.

ESPACIO U.N.S.

ZONA DE SEGURIDAD.

Seis minutos de vuelo y el Escuadrón Skull había alcanzado a la nave rebelde de la flota colonial. Un par de minutos después, los Vipers del Pegasus hicieron su aparición en escena y aquello tomó un giro bizarro.

Global había ordenado no disparar a menos que los cazas de las colonias abrieran fuego primero. Era un salto de fe enorme de parte del Almirante Global. Nadie estaba seguro si la armadura del VF-1 podría resistir el impacto de un proyectil de los Vipers.

Aquella nave que había roto la formación se trataba de la Coronis, una nave de transporte con una de las poblaciones más pequeñas entre la flota colonial. Solo 78 abordo y eso después de recibir a un grupo de viajeros por órdenes de la Presidenta Roslin. Aquella nave se había convertido en el dolor de cabeza del Coronel Tigh en cada ocasión que se enviaban las raciones.

Por el número de tripulantes, era muy común que la nave se quedará de último en la repartición y aquello había creado un descontento enorme entre sus habitantes.

El capitán de la nave, había tomado la decisión de romper formación y dirigirse a toda velocidad hacia la flota de la U.N.S.. La flota de la GI era otra opción, pero la falta de información sobre aquel grupo los convertía en una apuesta peligrosa.

Tenía la intención de pedir asilo para él y los tripulantes de la nave.

En su cabeza estaban las palabras de la Presidenta Roslin, informándoles que la flota al mando del Almirante de Flota Global no permitiría a nadie de las colonias a bordar alguna de sus naves y que si alguien lo intentaba el castigo sería fuerte.

Al momento de salir de la formación, aquel hombre sabía que ya no había marcha atrás, tenía que llegar a esas naves y de alguna forma convencer a ese almirante de aceptarlos. Estaba cansado de lo que él sentía era un trato injusto por las personas a cargo del gobierno y de las fuerzas militares coloniales.

Si sus motores no estuvieran tan dañados, habría llegado a esa flota en poco tiempo. Sus acciones se podían considerar, una rebelión para el gobierno colonial y una amenaza para su contraparte terrícola y su plan no estaba saliendo bien. Ahora tenía a cazas de Pegasus y cazas de los terrícolas alrededor suyo, maniobrando para conseguir una posición de tiro.

Cuando Skull interceptó a la nave, sirvieron como una línea de enlace con el puente de Macross. Misa había dejado claro por medio del radio que no se les permitiría acercarse a la flota y de ser necesario se usaría la fuerza.

Fokker y el resto de la primera sección del Escuadrón Skull se vieron pronto acompañados por cazas del Pegasus y de inmediato comenzaron una danza un tanto macabra. Por la radio se escuchaba la voz de Cain, informando a los pilotos del SDF-1, que si tomaban alguna acción en contra de aquella nave, los pilotos de los Vipers tenían la orden de responder acorde a las circunstancias.

Los Vipers coloniales tenían cierta ventaja sobre las Valkyries en cuanto a maniobrabilidad, velocidad y en número. Por su parte Fokker y sus muchachos tenían cazas más robustos, capaces de recibir una gran cantidad de castigo, más armados y años de práctica en combate simulado contra Ghosts y Lancer III y lo más importante, la experiencia obtenida en aquellos meses de guerra en el sistema terráqueo.

Con el Coronis en el centro de la acción, Vipers y Valkyries giraban tomando posiciones de tiro a intervalos. Los 6 Vipers enviados desde el Pegasus se intercambiaban posiciones rápidamente, mientras Skull se cubrían los unos a los otros. Cuando algún Viper tomaba posición de tiro, rápidamente un VF-1 tomaba posición detrás, hasta que otro Viper tomaba posición detrás de varitech.

Esto se había repetido una y otra vez en los últimos minutos. Tiempo en el que el Coronis había continuado su avance desobedeciendo tanto órdenes del Pegasus como de la Macross.

En el CIC de Macross, el Almirante Global recibía toda la información, de su nave, de un par de Cat's Eye y de las cámaras en sus cazas.

Como era de esperarse, sus pilotos estaban en una posición difícil, pero enviar más naves, podría darse a entender como una agresión y lo último que Global quería, era comenzar una batalla con las naves coloniales.

"¡Denme una línea con el Pegasus!".

Una de las operadoras respondió de inmediato y segundos después señalaba a un pequeño teléfono sobre la mesa frente al Almirante.

"¿Almirante Cain?". La voz de Global era dura, como la voz de un abuelo a punto de regañar a su nieto por alguna travesura.

"Almirante Global, creo que es, en el interés de todos que retire sus cazas". El tono de Cain era monótono. Cómo si la situación no tuviera importancia alguna. "Nosotros nos encargaremos de esa nave, es un asunto colonial y usted no tiene autoridad sobre ello".

"Interesante sugerencia almirante, pero como se les informó, ninguna de las naves coloniales está autorizada para aproximarse a la flota de la Tierra. Por lo menos hasta saber cuál será la que transporte a su enfermos para tratamiento. Si esa nave cruza el límite establecido entre ambos gobiernos, me veré forzado a tomar las acciones necesarias para proteger a los ciudadanos a bordo de la flota".

"Grandes palabras al venir de un hombre que no desea que nuestras gentes se mezclen. Cómo oficial de la Marina Colonial, es mi deber proteger la vida de los ciudadanos de Las Colonias de Kobol". Segundos después, luces guía iluminaban la SDF-1. "Retire sus cazas Global, si algo le pasa a esa nave, la suya será la siguiente.

Para un soldado con la experiencia de Global, no fue difícil darse cuenta que detrás de las palabras de Cain había algo más. Que aquella nave rompiera la formación colonial no había sido un plan de Helena Cain; más bien estaba aprovechando una situación fuera de su control, usándola a su favor. Pero había algo más.

Algo oscuro se reflejaba en la forma en que había hablado de los civiles. Aquella forma o tono de voz tenían un significado que Global y varias personas en la flota terrícola reconocerían en un segundo.

Aquella mujer tenía otras intenciones y no eran buenas.

"¡Vice Almirante Cain!, ¡cómo almirante de flota de las Naciones Unidas, también es mi deber proteger a los civiles y a los hombres y mujeres bajo mi mando!". Con una señal de su mano, Global dió una orden a uno de los operadores cercanos. "Y con eso en mente, estoy preparado para asumir el costo de las acciones que se tengan que realizar".

En cuestión de unos cuantos segundos, las baterías de babor del SDF-1, del Aura y sus escoltas apuntaron con dirección al Pegasus mientras un par de destructores escoltaban un Oberth al que se le había ordenado detener cualquier intento de aproximación a la flota.

Los sistemas de alerta del Pegasus se vieron saturados y el DRADIS alertaba sobre el armado de diversas armas nucleares. Si aquellas armas estaban a bordo del Macross o del Aura, Cain no lo sabía, su sistema estaba saturado.

Sus pilotos estaban solicitando permiso para abrir fuego y sus artilleros usaban sus miras ópticas, apuntando a cuánta nave podían.

Helena había fallado en sus predicciones sobre las acciones de Global. Estaba segura que dejaría pasar a la nave y que ordenaria la retirada de sus cazas para evitar una confrontación.

Por el contrario, aquel hombre permanecía firme y ahora sus naves le apuntaban.

"Vice Almirante Cain, mis pilotos tienen órdenes de abrir fuego solo en caso que se les dispare primero. Puedo asegurarles que el blindaje de nuestras Valkyries, pueden resistir sin problemas municiones del tipo de arma que está instalada en sus Vipers". Global dió la señal para que el Oberth acelerara e interceptara al intruso. "Su nave será interceptada y obligada a regresar a la flota colonial. Llame sus cazas y permita que mis hombres hagan su trabajo".

En respuesta a esas palabras, el Pegasus lanzó el resto de sus Vipers y a sus Raptors. En solo cuestión de segundos, Bruno dió una orden que no había dado en algunos meses.

"Esta mujer no entiende por las buenas. ¡Alerta dos!, ¡alguien comuníqueme con la Presidenta Roslin!".

En cuestión de segundos, una alarma se hizo presente en todo el SDF-1 y en el resto de las naves de la flota. En el puente de mando, Misa ordenaba el despegue de los cazas de guardia mientras el resto de las unidades se preparaban.

Lancer III y Ghost, se deslizaban por sus túneles de lanzamiento después de ser armados rápidamente por los mecánicos.

La alerta dos era usada cuando alguna entidad extraña no había hecho claras sus intenciones. Una parte de los cazas y naves de ataque debían ser desplegadas para crear una sombrilla alrededor de la flota, mientras que el resto se aproximaba a la amenaza a la espera de órdenes.

En solo tres minutos y medio, más de 400 cazas habían sido lanzados desde las naves de la Tierra. Muchos más, eran armados y se preparaban para ser lanzados en caso de ser necesario.

"Señor, la Presidenta Roslin en la línea". La operadora señaló al teléfono frente al Almirante Global. El simplemente agradeció y un momento después lo tomaba, aquella conversación sería interesante.

"Presidenta Roslin".

"Almirante Global, se la razón de la llamada, estoy en comunicación con el Comandante Adama y está preparando a un equipo de abordaje para tomar la Coronis. En el caso del Pegasus, la Vice Almirante Cain parece estar indispuesta para responder". Laura trataba de hablar con Cain desde el momento en que había lanzado los Vipers.

"Señora presidenta, las acciones de la Vice Almirante Cain pueden ser tomadas fácilmente como una acción hostil. Si alguno de mis pilotos es herido por esas acciones, me veré obligado a responder y aquí debo informarle que esa respuesta será únicamente en contra de Pegasus y cualquier elemento que sea considerado hostil". Global miró la pantalla principal de la sala donde se mostraba el avance de sus fuerzas. "Presidenta Roslin, espero que pueda hablar con Cain lo antes posible, y hacerla ver que si quieres demostrar que sus ovarios son más grandes que mis testículos, es una competencia perdida".

Por algunos segundos, todas las operadoras miraron a Global con semblante de sorpresa. Estaban seguras que del otro lado de la línea, la cara de Roslin debía ser la misma.

"Seguiré intentando hablar con ella y hacerle saber su …, inconformidad y preocupación".

ESPACIO U.N.S.

ZONA DE SEGURIDAD.

ESCUADRÓN SKULL.

Aquellos cazas ya habían excedido por mucho el tiempo en el que se desarrolla un combate aéreo o espacial.

Los pilotos de los Vipers aún tenían la ventaja y aquello se veía reflejado en la creciente frustración de Fokker y su equipo. Estaban seguros que podían dar cuenta rápidamente de aquellos pequeños cazas, pero también sabía muy bien que era escalar la situación a otro nivel y dejar a Global en una mala posición.

"¡Roy!, ¡ya me están cansando estos infelices!". En la voz de Hikaru se podía notar la frustración.

"¡Comandante!, ¿Por qué nos prohíbe borrarlos del espacio?". Kakizaki tenía su dedo casi sobre el gatillo, en más de una ocasión había estado a nada de disparar.

"¡Porque nosotros quedaríamos como los malos idiota!". Max se escuchó aún más molesto que sus compañeros.

"¡Cierren la boca y sigan las órdenes!, ¡NO DISPAREN!".

Fokker se dio cuenta de inmediato que sus hombres estaban al límite, un movimiento equivocado de los Vipers y el infierno se iba a desatar.

"Escuadrón Skull, escuadrón Skull, ¿Ustedes solicitaron apoyo señoritas?, ya llegamos".

En los visores de sus cascos, un grupo de símbolos aparecieron. Por su forma sabían que se trataba de Fenrirs del Aura, por la señal de su sistema IFF y la voz que habían escuchado por los parlantes en sus cascos, ya sabían quienes habían llegado.

En los Vipers, el DRADIS de inmediato les dio la advertencia de ser iluminados y los pilotos coloniales buscaron la nueva amenaza de manera visual.

"¡No veo nada!".

Un segundo después, el corazón de aquel piloto se detuvo cuando una enorme silueta tomó posición detrás de su Viper.

En aquel momento no lo sabía, pero lo que estaba a las 6 de su caza, era un Fenrir.

Algo más grande y pesado que el VF-1, los VA-3 fueron la respuesta a una solicitud del Mando de la Tierra Unida para un sistema de armas que pudiera llevar una carga mayor al de una Valkyrie, con una velocidad similar.

Algunos cientos de aquellas máquinas habían sido construidas antes del escape de la Tierra. Muchos de ellos habían quedado atrás mientras abrían camino entre los Miles de naves Zentraedi. Los nuevos Fenrir habían sido fabricados en una de las Islas y presentaban mejoras notables a sus antecesores, aquello por cortesía del Dr. Lang.

Con aquellos nuevos rivales en el juego, los Vipers casi de inmediato rompieron la formación; trataban de aprovechar su velocidad, pero aquello había quedado contrarrestado gracias a las maniobras de sus contrapartes terrestres. Tan pronto lograban colocarse detrás de uno, sus compañeros ya estaba detrás del Viper iluminandolos. La situación era aún más peligrosa y ambas partes estaban llegando al límite de la paciencia.

BATTLESTAR GALACTICA.

PUENTE DE MANDO.

Adama y Tigh no dejaban de ver la pantalla del DRADIS, Dualla no dejaba de informales sobre las órdenes que el Pegasus enviaba y Gaeta no despegaba la vista de su monitor.

El Raptor con el equipo de asalto había despegado, pero era poco probable que llegara al Coronis antes de que cruzará la línea establecida en el acuerdo de días atrás.

"¡Esa maldita loca hará que nos maten a todos!". El Coronel Tigh no soltaba el teléfono con el que contactaba a las bahías de vuelo. Su último escuadrón de Vipers estaba siendo armado. "¡Esos malditos terrícolas tienen a los pájaros de Pegasus contra las cuerdas!".

"¿Y de quién es la culpa Saúl?".

"¡Señor!, el Coronis respondió". Dee gritó desde su estación, parecía algo alegre a la hora de informar al comandante. Adama hizo un gesto a la chica y desconfío el teléfono de la estación

"Coronis, aquí Galactica, ¡respondan!".

"¡No vamos a detenernos Adama!, ¡estamos cansados de ser los últimos en recibir comida y agua!. ¡Estamos cansados de esperar hasta que todos tengan el estómago lleno para comer las sobras!, ¡NO VAMOS A REGRESAR!".

"¡Global fue muy claro, no van a permitir a ningún colono en la flota de la Tierra!, al menos por ahora. ¡Capitán Fredo!, ¡Regresa tu nave a la formación!. Veremos cómo podemos arreglar esto".

"¿Cuántas veces alguno de los perros de Roslin nos han dicho lo mismo y no se ha hecho nada?. ¡No piense que soy un idiota iletrado de Sagittaron!, probaremos nuestra suerte con la respuesta de la flota de los terricolas". Tigh miró al Comandante Adama, mientras su viejo amigo mantenía el teléfono en su oído y su mirada en la pantalla encima de su estación.

Los cazas de Pegasus estaban arrinconados por los cazas del SDF-1 y de Aura. Su nave estaba a menos de dos minutos de interceptar al Coronis y no sabían qué método usarían. Caín había desplegado lo que le quedaba de su grupo aéreo y seguía apuntando a las naves de la Tierra. Para empeorar las cosas, lo último que supo de la Presidenta Roslin, fue que estaba en medio de una batalla contra el Quórum, por lo menos una parte de ellos.

Sus ojos estudiaban la pantalla y en su mente se estaban desarrollando cuánto plan parecía factible. Ninguno parecía que daría buen resultado.

"Te daré de las provisiones que nos entreguen". Aquellas palabras salieron de la boca de Adama justo cuando su DRADIS presentaba no naves individuales, sino a los grupos que habían formado. "Regresa tu nave, toma posición a un lado de Galactica y te prometo que te entregaré parte de las provisiones que nos entreguen los terrícolas".

Los tripulantes del Coronis eran muy pocos en comparación con los tripulantes de la Vieja Dama. Por varios segundos no hubo respuesta al otro lado de la línea.

"¿Lo juras por tu nave y tripulación?, ya no me importa lo que pase conmigo, pero estaría dejando a toda mi tripulación en tus manos".

"Lo prometo por mi nave y tripulación". Adama no quitaba los ojos de la pantalla. Faltaban escasos kilómetros para que el Coronis cruzara la línea establecida por la Macross.

A solo segundos de cruzar, aquella nave encendió sus retros y lentamente cambió de curso. El Oberth y sus dos escoltas tomaron un curso en paralelo a la nave a 200 km de distancia.

"Buena decisión capitán". Adama colgó el teléfono y se dirigió a Dee. "¡Informa al equipo de asalto que tome la nave!, ¡No quiero heridos, que arresten al Capitán Fredo y que su piloto coloque la nave a nuestro costado!. ¡También ordena a Apollo y a Starbuck que escolten a la nave!".

"Si señor". Dualla de inmediato envió las órdenes.

"Señor, parece que la flota de la Tierra está desactivando sus armas. Sus cazas rompieron su encuentro con los Vipers de Pegasus y van de regreso a su flota". Gaeta miró un momento su pantalla. "Parece que aún no reciben instrucciones de la Almirante Cain y están en persecución". Adama solo agradeció el informe de Gaeta y miró al Coronel Tigh.

"Si esa idiota tiene algo de cerebro, debe ordenar regresar a los Vipers".

"Eres muy optimista Bill, esa perra se está perdiendo poco a poco".

COLONIAL ONE.

OFICINA DE LA PRESIDENTA ROSLIN.

5 MINUTOS DESPUÉS.

La presidenta colgó el teléfono casi de forma ensayada. Algunos de los miembros del Quórum la veían con cierta molestia, el resto con incredulidad.

La llamada de Adama reportando el final de la crisis, había llegado justo en el momento en que varios de los representantes exigían una acción directa en caso de que aquella nave sufriera una agresión por parte de la Tierra.

"Entonces, ¿solo esperamos y agradecemos por limosna que nos van a enviar?. El representante de Virgon estaba molesto.

"No es una limosna, es ayuda que necesitamos urgentemente". Roslin sabía bien la razón de aquella molestia. El hombre era el único entre todos los nuevos representantes del Quórum con un pasado político. Estaba acostumbrado a trabajar desde una posición de fuerza y lo había dejado claro en varias ocasiones. Tenía la esperanza de continuar en esa posición después de encontrar la Tierra.

"Señora presidenta, mostramos debilidad ante los terricolas. ¡Una demostración de fuerza era lo necesario!".

"¿Demostración de fuerza?". Laura se llevó las manos a la cabeza. "¿Cómo lo hubiéramos hecho?. ¿Despegando nuestros 60 Vipers y 18 Raptors en contra de la flota terrestre?, ¿enviar un grupo de Marines a tomar el SDF-1?".

"Pudo ordenar cubrir la nave hasta que cruzara la línea. Hubiéramos demostrado que estábamos dispuestos a proteger a nuestra gente a cualquier precio".

"¿Y después?". Zarek miro al representante de Virgon. "¿Proteger a la siguiente nave que quisiera ir con los terrestres?, ¿y después a la otra? ¿Cuántos crees quisieran hacer lo mismo después de eso?". Tom se inclinó sobre la mesa de la sala de reuniones. "Damas y caballeros, creo que estamos fallando en velar por el interés de nuestro pueblo. Estamos aquí con la idea de tratar las relaciones diplomáticas con la flota de la Tierra, como los políticos trataban a las pequeñas colonias y asentamientos cuando las 12 Colonias aún existían. No estamos en una situación de superioridad donde hacemos las exigencias y solo esperamos a que se cumplan".

"Nuestra posición es difícil y cada día es peor y si no fuera por la ayuda de la Tierra, es muy probable que los humanos de las colonias desaparezcan en menos de un año".

"¿Qué quieres que hagamos Zarek?, ¿Arrodillarnos y pedir un premio como buenos chicos?". El representante de Virgon lo miraba con odio.

"Si eso quieres hacer adelante". Zarek sonrió mientras respondía. "Mientras más rápido entiendan que tenemos que verlos como socios, mejor para nosotros".

"Algo debemos tener que ellos quieran o necesiten". Toda la atención se vio centrada en la presidenta Roslin. "¡Quiero que todos escuchen esto y que les quede claro!. Todos nosotros habíamos idealizado a la Tierra como otra de las colonias. Creímos que al encontrarlos, nos iban a recibir como a miembros perdidos de la familia y que por la simple razón de ser quienes somos, nos obedecerian y se dejarían moldear a nuestro antojo". Laura se detuvo un momento, todos en la sala la miraban. " No es así, ellos tuvieron tiempo para prepararse y están en mejor situación que nosotros. Nos están extendiendo la mano para ayudarnos y no voy a permitir que nuestra arrogancia afecte nuestra futura relación con ellos. Si no están de acuerdo, no me importa".

"Pero les advierto, que aquella persona, que afecte la seguridad de los habitantes de esta flota, deseara tener a Adar en esta silla".

"¿Nos amenaza presidenta?". El representante de Leonis miró a la presidenta con algo de incredulidad. Nunca antes la cabeza del gobierno colonial había hecho algo como aquello.

"No, pero no deseo tener que lidiar con más asuntos como este todos los días. Tenemos cosas más importantes con los que lidiar".

Nadie dijo nada, simplemente uno a uno salieron de la sala de reuniones. Zarek sonrió a la presidenta antes de salir; justo detrás salía el representante de Virgon. Aquel hombre ni siquiera volteo a ver a Laura y la mujer sabía que aquel hombre era una de tantas balas perdidas alrededor de la flota. También sabía que tendría que lidiar con ello en algún momento en el futuro.

BATTLESTAR PEGASUS.

BAHÍA DE ATERRIZAJE 2.

5 HORAS DESPUÉS.

Rabbits y Hares transportaban los suministros a las distintas naves coloniales y con el Cybele transportando a los enfermos a una de las Islas para su atención. Una misión en particular tenía la atención de muchos en la flota terrestre.

Un Rabbits de las Unidades Aerotransportadas se aproximaba al Pegasus con un Viper guiándolo y dos más atrás seguramente apuntando les.

Dentro del Rabbit, los 8 miembros encargados de la misión terminaban de revisar sus armas por tercera vez. Estaban más preocupados por la tripulación de la nave que por las prisioneras que debían retirar.

El personal de Cain se había hecho de fama en cuestión de horas.

Unas horas atrás, los parámetros de la misión cambiaron por órdenes de Global. Estaba seguro que aquella mujer intentaría algo y los 5 policías militares que se pensó enviar en un primer momento ya no parecía ser buena idea.

Las tropas aerotransportadas eran por mucho las unidades mejor adiestradas y preparadas para realizar una misión como aquella, con la menor probabilidad de ser capturados y aunque aquello aún parecía algo poco probable. Global quería que se abrieran camino a sangre y fuego de ser necesario, por esa razón de la enorme cantidad de munición oculta debajo de sus trajes NBQ.

Con el Rabbit a solo minutos de aterrizar en la bahía del Pegasus, los miembros del equipo solo podían imaginar lo terrible que sería salir con dos prisioneras a cuestas, enfrentándose a todo el grupo de Marines a bordo de aquella nave.

"¡Bien perros!, ¡quiero que pongan atención porque solo lo diré una vez!". Todos dentro del compartimento de carga miraron a su capitán. "La misión es sencilla, pero tiene una enorme probabilidad de irse al demonio en un instante".

"¿Vamos a estar en la mierda señor?".

"Por lo menos a 10 metros de profundidad sargento". Las risas de su unidad no se hicieron esperar. "¡Escuchen!, esa perra seguramente está planeando algo y tenemos que ser muy cuidadosos. Llegamos hasta las prisioneras, les colocamos los arneses y anclajes. Regresamos al Rabbit y de regreso a la Macross. ¿Entendido?".

"¿Cuáles son las reglas si esos infelices se quieren poner juguetones?".

"Si algo ocurre, disparamos primero y seguimos disparando después". El capitán centró su mirada en dos de sus hombres. "Riber, O'Brien, se quedan en el Rabbit, nadie adentro, ¿Entendido?".

"¡Sí señor!".

"Bien niños, vamos a enseñarle a esos colonos cómo se desempeña un paracaidista de la U.N.S.". Un segundo después. "¡VAAAAMOOOOOS DEL CIELO!.

"¡A LA MISIÓN!.

"¡SOMOS!"

"¡LOS MÁS AUDACES!".

"¡TODOS SALTAMOS CON VALOR!".

"Entrando".

Aque Rabbit entró sin problema en la bahía de aterrizaje de Pegasus. El piloto recién se capacitaba en el idioma colonial, pero podía jurar que el controlador de aquella nave quería estrellarlos. Eso sería algo que arreglar después, con una plática sobre cómo no ser un hijo de perra con gente que acabas de conocer.

Pequeñas ruedas permitieron a la nave taxear hasta llegar a uno de los elevadores.

Una vez abajo, los miembros de la U.N.S. se encontraron en los enormes hangares y talleres de aquella nave colonial. Al desmontar, el Capitán Lawrence se dió cuenta de inmediato que aquello no sería como se había planeado.

Las prisioneras no estaban a la vista y en su lugar, una mujer y cuatro de los marines coloniales los esperaban.

"Capitán Lawrence, 12.º División Aerotransportadas. Venimos a tomar custodia de las prisioneras cylon a bordo de Pegasus, por solicitud de la Presidenta de las Doce Colonias de Kobol, Laura Roslin". Aquel saludo había llegado a penas habían puesto pie en cubierta. Muchas de las miradas de los mecánicos y técnicos alrededor estaban sobre ellos.

"Teniente Kendra Shaw, Battlestar Pegasus". Aquella mujer escaneo rápidamente a los soldados frente a ella. "Las prisioneras están en sus celdas, asegurar su seguridad no es difícil".

"¿Entonces cómo vamos a proceder teniente?".

"Los guiaremos a las celdas; cuando la Almirante Cain autorice la transferencia, les serán entregadas".

"Entonces creo que nos conviene no perder tiempo". Shaw se dio la vuelta cuando escucho decir al Capitán Lawrence algo en algún idioma. Segundos después, uno de sus hombres le arrojó un par de maletas que aterrizaron a unos centímetros de él. Por el sonido, aquellas maletas pesaban bastante. "Guíe el camino teniente".

Aquella mujer no dijo nada y simplemente dio la vuelta y con los marines tras de si, se adentro en las profundidades de Pegasus con las tropas de la U.N. Spacy detrás.

Mientras caminaban por los pasillos de la nave, era más que claro que los tripulantes no los querían abordo. Muchos de ellos les dirigían miradas llenas de odio y las cosas estaban escalando, algo que parecía insultos ya se escuchaban mientras más se adentraba en las entrañas de la nave.

"¡Amigables estos hijos de perra!". Comentó uno de los hombres de Lawrence.

"Y se pondrá mejor cuando salgamos. ¡Nosotros sobre ellos!, ¿entendido?".

Por suerte Shaw no entendía lo que decían aquellos hombres, pero se imaginaba que podía ser.

Después de varios minutos, finalmente llegaron a las celdas donde las prisioneras eran retenidas. En la compuerta, un par de marines de Galáctica montaba guardia y no ocultaron su alivio al ver finalmente a los terrícolas. Al entrar encontraron al resto de los marines de Galáctica, a Agathon y un hombre que claramente no era militar.

"Capitán Lawrence, 12.º División Aerotransportadas. Venimos a transportar a las prisioneras al SDF-1".

"Teniente Karl Agathon, Battlestar Galactica". Help dio un saludo al Capitán y unos segundos después señaló al otro hombre dentro. "El es el Dr. Gaius Baltar, es el supervisor de las prisioneras".

Para Lawrence aquel nombre le parecía familiar, por los reportes sabía que ese hombre tenía algún puesto dentro del gobierno colonial pero no recordaba cuál era. Después de saludar al doctor con un apretón de manos, el capitán comenzó a explicar cuál sería el procedimiento.

"Estás entregando a mis hermanas a un grupo de humanos que ni siquiera sabes quienes son Gaius".

"Es seguro que estén mejor con ellos que permanezcan en esta nave. Eso se lo tendrías que agradecer a Roslin". Frente a sus ojos, los militares terrestres sacaban unos arneses y un par de chalecos y cascos antibalas. "A dónde vayan no puede ser peor que este lugar".

"Si las vidiseccionan, juro que te atormentare incluso después de la muerte". La seis en la mente de Baltar se había parado frente a él, su mirada estaba llena de furia. "También sería bueno que comenzarás a recabar información sobre los terrestres, será valiosa en el futuro".

"¿Para destruirlos como hicieron en las colonias?. Baltar estaba a punto de usar su as bajo la manga. "Si el reporte que le dieron a Roslin es cierto, creo que tú gente tiene problemas más grandes de qué preocuparse".

La seis solo chasqueó los labios en respuesta.

"¿Tienen alguna pregunta?".

"¿Que?", Gaius volvió a la realidad de golpe. Por suerte, de alguna manera su cerebro procesaba toda la información a su alrededor cuando interactuaba con su compañera. "Esperaremos su orden entonces".

En una de las celdas, dos de los hombres del capitán terminaban de poner el chaleco y el casco a Sharon.

La cylon se dio cuenta que aquellos artilugios no eran falsos, pesaban y por lo menos aquello era una buena señal.

"Se nos reportó tu estado, espero que esto no te afecte de alguna manera". Lawrence podía verse calmado bajo el visor de su traje. "

"Gracias".

En la otra celda, las cosas no estaban tan bien; la cylon que conocían como Gina Inviere se encontraba en un rincón de la celda solo mirando a los dos terrícolas fuera de su celda.

Cuando entraron, aquella cylon se arrojó contra la pared de la celda. Su mirada era de miedo y su reacción no pasó desapercibida por todos los miembros de la U.N.S..

"¿Qué demonios le pasó?". El Capitán Lawrence pregunto a Shaw mientras caminaba a la celda.

"Fue torturada y violada por la tripulación de la nave". Aquella respuesta salió de los labios del Dr. Baltar.

"No pueden culparnos, es una putita muy golosa, le encanta la carne humana". Aquella respuesta había sido de uno de los marines que acompañaban a Shaw, el resto de sus compañeros solo río.

"Eddie, por favor". El Capitán Lawrence se dirigía al miembro de su escuadrón más cercano a ese marine.

"¿Arriba, abajo?".

"Pregúntale a tu corazón". La respuesta de su oficial vino acompañada por un gesto de aquel hombre llevándose la mano derecha a su pecho y extendiendo su mano izquierda.

Shaw y el resto de sus marines no siquiera pudieron o tuvieron tiempo de reaccionar. En cuestión de segundos, la teniente colonial vio pasar la suela de la bota de aquel terrícola a solo centímetros de su rostro;, milésimas de segundos después, aquella bota se estrellaba en el rostro de aquel marine.

Lo que ocurrió después fue a los marines de Pegasus levantando sus armas apuntando a los terrícolas. Los marines de Galáctica no sabían a quién apoyar y simplemente habían levantado sus armas sin saber a quién apuntar. Por su parte Lawrence, debajo de aquella máscara, esbozaba una enorme sonrisa y al igual que todo su grupo simplemente permanecía de pie, mientras los dos paracaidistas dentro de la celda convencían poco a poco a Gina para permitirles acercarse.

"¿¡Qué mierda pasa aquí!?". Aquella voz que provenía de la compuerta no era otra que la voz de la Vice Almirante Caín.

Había llegado justo a tiempo para ver aterrizar a su marine con el rostro desecho y a sus hombres levantar las armas en contra de los paracaidistas de la Macross.

"La Almirante Cain supongo". Lawrence saludo a Caín. "Recogemos a la prisionera, ofrezco una disculpa por lo de su marine, pero tenemos un marcha muuuuuy corta".

"¡Podrían ordenar su arresto y ejecución bajo la leyes militares coloniales!". Cain se aproximó a Lawrence de manera amenazante, una táctica que le había servido en muchas ocasiones con su tripulación y otros oficiales. "¿Están dispuestos a tomar un riesgo como ese por esa cosa?, ¿por esa maldita máquina?".

"En lo personal me parece muy humana". Lawrence avanzó hacia Caín de la misma manera amenazante, bajo la mira de todos los marines del Pegasus. "Y lo siento mucho, tenemos ciertas normas de comportamiento en cuanto a violadores. Verá tuvimos nuestra mala racha después de escapar de la Tierra, de hecho tuvo suerte que nos mandarán a nosotros; si hubiera sido Maks y sus malditos, esta habitación ya sería un baño de sangre".

"¿Es una amenaza?". Caín vio el nombre del capitán escrito en su pecho. "Lawrence".

"Capitán Lawrence y no, no lo es. Informarle que cualquier intento de retrasar o bloquear el traslado de las prisioneras a Macross causaría que mis hombres en el Rabbit activen un dispositivo de reacción de 50 megatones. Eso Almirante Caín, puede considerarse una amenaza".

Helena permanecía en silencio mientras su hombres sacaban al marine herido de la sala, si aquello era un engaño, no lo podía saber. Desde su punto de vista no podía permitirse otra derrota frente a los terrícolas.

Ella misma se reprochaba el haber subestimado tanto a Global, a la Capitana Hayase y ahora parecía que sus hombres eran similares. Habían atacado al marine sin reparo alguno incluso estando dentro de su nave y ahora actuaban como si tuvieran la mano ganadora.

"Capitán, está consciente que si doy la orden ustedes mueren y mis marines toman su nave, ¿cierto?".

"Claro que sí, pero usted debe estar concientes que nosotros conocíamos los riesgos de esta misión". Lawrence se acercó más a la Almirante. "Nosotros moriríamos por el Almirante de Flota Global y por nuestra gente, porque él y el resto lo harían por nosotros de ser necesario. ¿Su hombres morirían por usted?, ¿usted, daría la vida por ellos?".

Los hombres de Caín tenían el dedo en los gatillos listos para disparar, los hombres del capitán Lawrence habían tomado una posición defensiva y habían terminado de preparar a las dos prisioneras. Agathon y sus hombres aún permanecían a la espera.

"Están jugando con fuego capitán". Caín cubrió los últimos centímetros que había entre los dos y para todos era claro el jugar de sus dedos en el arma que portaba a un lado de su cintura. "No soy una mujer con la que se juegue, como lo es esa ramera". Eso último, lo había dicho mirando de reojo a Gina.

"Me imagino que no. Pero en estos momentos está claro que voy a llevarme a las dos prisioneras de esta nave. Y el Teniente Agathon y sus hombres nos van a acompañar por si esas dos se quieren poner rebeldes".

Segundos después, los terrícolas acompañados por las prisioneras y Agathon y sus hombres salían del lugar con rumbo a los hangares, dos de ellos tuvieron la atención de recordar el camino de regreso por si era necesario.

No hace falta decir que el regreso fue aún más tenso. Con la tripulación de Cain en cada esquina con rostro de pocos amigos topándose de frente con las armas de los paracaidistas, las cosas podrían salirse de control en cuestión de minutos.

"Capitán Lawrence, ¿me escucha?". La voz del piloto del Rabbit sonó en el casco del encargado de la misión a solo un par de compuertas de llegar.

"¡Adelante Rabbit!".

"Capitán, parece que vamos a tener dos problemas. Tenemos una turba formándose en el hangar y nuestros infrarrojos nos muestran un tirador en una de las pasarelas con una vista perfecta de la compuerta por donde deberían entrar.

"No quieren que estas dos salgan vivas de la nave, seguramente quieren que alguno de nosotros las acompañen".

"¿Sus órdenes?".

"¡Acércate lo más que puedas a la compuerta, no hagas caso de indicaciones de su control!, con algo de suerte ver que el Rabbit se mueve alejara a esos idiotas el tiempo suficiente. Y por cierto, pónganse sus equipos de protección, llevamos compañía".

"Enterado".

Lawrence miró atrás, sus hombres habían escuchado su conversación y anticipando su orden, se habían intercalado entre los hombres de Agathon. Dos de sus marines cubrían a las prisioneras mientras que Agathon protegía a una de las cylon.

Unos metros atrás, Cain y Shaw solo miraban acompañadas por un nutrido grupo de los tripulantes de la nave detrás de ellas.

"Era mucho pedir que está cabrona nos dejara ir, ¿Cierto?".

"¿Esperabas algo diferente?". Fue la respuesta del capitán, justo cuando al otro lado de la compuerta el sonido de motores se vio acompañado por los gritos de mecánicos y de cualquier otro tripulantes en los hangares. "¡A CORRER PERROS!".

Uno de los paracaidistas la frente, abrió la compuerta de golpe, encontrando al Rabbit esperándolos con la escalinata extendida y los dos hombres que había dejado cubriendo sus flancos.

Los terrícolas empujaron a sus contrapartes coloniales justo al ver su nave; aquello los tomó por sorpresa y uno por poco cae.

Algunos objetos fueron lanzados al momento en que las dos prisioneras cruzaban el umbral de la compuerta. Un par de piezas golpearon al teniente Agathon sobre su ojo derecho, fue entonces cuando el primer disparo se escuchó y el subsecuente sonido del Rabbit siendo golpeado causó que todo el mundo se cubriera.

Aún con ello, el grupo continuó su escape hasta estar arriba de la nave.

El sonido de los proyectiles impactaron en la nave no había cesado.

"¡Colocamos en el ascensor!, ¡Dónde se nieguen a subirnos, revienta las compuertas por la fuerza!".

"¿Nada de violencia?, de acuerdo".

Con una sonrisa burlona, el piloto colocó el Rabbit de nueva cuenta sobre el ascensor.

"Control Pegasus, Rabbit 1-0-1 listo para partir". El piloto esperó la respuesta mientras otro disparo impactó su nave. No obtuvo respuesta. " Control Pegasus, advierto que mi nave tiene la fuerza estructural necesaria para romper las compuertas del ascensor. Ustedes dicen si quieren jugar a la gallinita, princesas".

Por minutos que parecían horas, los pilotos del transporte terrestre se alistaron para salir por la fuerza de ese lugar.

"Si activan esa bomba de la que hablo, ¿podríamos obligarlos a dejarnos salir?". Sharon preguntó mientras a su lado Gina no se despegaba de su compañera.

"No existe tal bomba, por lo menos no a bordo de esta nave". El piloto contestó aquello mientras esperaba una respuesta del Pegasus.

Sharon miró con sorpresa al piloto al igual que todo el personal de Galactica.

"Rabbit 1-0-1, en ascensor se activará en 20 segundos. Pista libres".

"Control Pegasus, Rabbit 1-0-1, entendido. Muchas gracias por su hospitalidad caballeros".

El Ascensor se activó en el tiempo que se les había informado y las pistas de la bahía de aterrizaje del Pegasus estaban despejadas.

"Rápido y sin mirar atrás, ¿entendido?". Lawrence giro para ver a los pasajeros de aquella nave. "¡Sujétense de lo que puedan! y pase lo que pase, no metamos a Dios en esto?. La nave terrícola saldría disparada al espacio.

Aquel despegue había violado casi todas las normas de seguridad implementadas por la flota colonial y seguramente había causado enorme molestia entre la tripulación de la nave anfitriona. Pero por suerte, nadie a bordo de la nave colonial tuvo la oportunidad de abrir fuego, aunque muchos quisieron hacerlo.

SDF-1 MACROSS.

CAMAROTE DEL ALMIRANTE DE FLOTA GLOBAL.

24 HORAS DESPUÉS DE LA LLEGADA DE LA FLOTA COLONIAL.

Müller y el Alcalde Luan terminaban su primer trago justo cuando Bruno cerró el folder con el reporte de las acciones del día anterior.

El Rabbit había dejado a los marines y al Teniente Agathon en el Galáctica durante una pequeña escala y para ese momento Sharon se encontraba en una zona especial de la prisión militar a bordo de la Macross y Gina estaba en una instalación médica para comenzar su tratamiento.

Las provisiones habían sido repartidas entre las naves de la flota colonial y los enfermos de aquellas naves estaban bajo tratamiento en un centro especializado en una de las islas.

Los reportes fueron variados, en su mayoría la entrega ocurrió sin ningún contratiempo. En otros hubo pequeños incidentes que fueron controlados rápidamente por el personal de seguridad colonial y de la U.N.S.

Y finalmente, estaban aquellos incidentes que llamaron la atención del Almirante. Dos de ellos, con gente intentando subir a un par de Hares que entregaban las provisiones, otro con un grupo demandando ser transferidos a una de las islas de manera inmediata. En ese caso el personal de seguridad tuvo que intervenir y desalojarlos de la nave.

Finalmente, el cuarto y último ocurrió cuando él jefe de carga de un Aura, recibió un pequeño obsequio de uno de los tripulantes de Cloud 9. Una pequeña bolsa con cubits y un par de cigarros similares a un habano, además de la promesa de mejores obsequios en el futuro si podían llegar a un entendimiento.

"Parece que nos fue bastante bien". El Almirante Müller servía un poco más de aquel licor en sus vasos. "Nada que hubiera estado fuera de los parámetros".

"A mí en lo particular me preocupa el actuar de Cain. La mujer no está bien". El Alcalde Luan pasó un vaso a Bruno que se sentaba a su lado. "Lo que ocurrió en las Colonias de Kobol es una tragedia. Pero ha perdido la visión general de la situación. El odio y la venganza la cegaron".

Bruno dio un sorbo al líquido en el vaso y después miró un grupo de folders sobre la mesa.

"El reporte de Lawrence debajo fue muy claro y coincido con él. La forma en que lo confronto y como lo quiso amenazar con su presencia nos dice mucho de ella". El Almirante paro un momento para sacar su pipa para prepararla. "Tiene completamente controlada a su tripulación. Seguramente ven en ella a su salvadora y posiblemente, también ven al líder que necesitan para triunfar en una guerra ya perdida".

"La Presidenta Roslin va a tener mucho con lo que lidiar en los próximos días. ¿Sabes si los de GI harán algún movimiento?".

"Me temo que no señor alcalde, pero es seguro que lo hagan. Al final de cuentas es otro mercado que quieren aprovechar". Global dio un sorbo al licor frente a él. "Solo espero que Roslin se de cuenta antes de caer en alguna de sus promociones".

"Eso dependerá de ella". Müller miró por la ventana de la sala justo cuando un grupo de Valkyries pasaban durante su patrulla. "Nosotros no queríamos conocerlos y muchos de ellos nos odiaron al conocernos. Creo que esto será una relación muy disfuncional".

"Una relación que por el bien de todos espero funcione".

"Gracias a este incidente, obtuvimos algo que necesitábamos. Tiempo". Global encendió su pipa y caminó hasta la ventana. "Tiempo para investigar más".

"¿Continuaremos con el proyecto?. El alcalde miró su vaso como si fuera lo más importante del universo.

"Si, con el nuestro y con otro que vamos a pensar en ello como un favor a la Presidenta Roslin y al Comandante Adama". Global volteo para mirar a los dos hombres que lo acompañaban. "En ambos casos, es historia y en ambos casos puede terminar mal para todos".

"Otro día de trabajo, simplemente otro día de trabajo". Müller bebió de golpe el contenido de su vaso y casi de inmediato sirvió otro trago. Aquella sería una mañana muy larga.

Holaaaa a todoooos. Si lo sé, el capítulo fue muy fofo, pero hice lo que pude.

Estás últimas semanas, para bien, tuvimos y vamos a tener mucho trabajo. Para mal, soy el único en la cocina.

Espero les guste el capítulo.

P.D.: Aun sigo trabajando en mi celular, me ha faltado tiempo para atender a mi computadora.