Curiosidad, aquello era lo que sintió el rubio al ver a la mujer frente suyo, no había muchos cambios en la expresión de la albina, no, solo el hecho de quedarse viendo indefinidamente al rubio como si esperase que hiciera algo.
― Realmente me está perturbando lo tranquila que estas ―Naruto no apartó la vista de la mujer.
Una risa suave salió de Kaguya mientras que negó para sí misma meneado la cabeza hacia los lados. Alzando la cabeza la mujer miró el cielo artificial mientras que abrió la boca como para decir algo, pero fue visible, como la mujer solo se quedó de esa forma mientras que sonreía poco después.
― Nunca sentí odio a los humanos, nunca sentí odio por nadie, estaba triste, molesta y algo descontrolada en ese momento, pero odio o una molestia general, no, para mí, no eran más que niños que no comprendían el mundo, tenía miedo de mi clan, sí, pero, igual quería proteger a los humanos ¿Por qué dejar que se metan en esa guerra sin sentido que se avecinaba? ―Kaguya bajó el rostro y vio al rubio con una mirada algo perdido, abriendo la boca como para pronunciar algo, Kaguya la cerró poco después fruncir el ceño. ― No son más que niños que arruinaban el jardín y como su soberana, iba a cuidarlos ―Naruto vio a la mujer con atención.
Al final, ninguno de los dos, era tan diferente, ambos, estaban torcidos a su manera para proteger a su gente. Naruto respiró profundamente mientras que bajó la cabeza y vio el suelo. Las cadenas subiendo por su cuerpo, eran sellos, no eran simples, pero si entendibles para él ¿Podría salir? Pero ¿Valía la pena?
― ¿Por qué esa cara de incertidumbre? Parece como si alguien te acabara de golpear, no te entiendo ―Las cadenas de Kaguya resonaron mientras que se acercaba al hombre. Naruto no se movió, dejó que las manos de la mujer vayan a sus mejillas mientras que el rubio cerraba los ojos al tacto.
― ¿Por qué eres tan amable? ―Naruto no quería abrir los ojos y ver a la mujer. El rubio no se sentía en condiciones de ver a la mujer al rostro, no a sabiendas de la última vez, aquel rostro melancólico.
― ¿Por qué quizá no quiero lastimarte? Quizá peleamos, pero, al final de eso, nunca sentí odio, molestia o ira, para mí, era como ver a mis niños ―Kaguya vio el rostro del rubio mientras que parpadeo unos instantes para negar con la cabeza para sí misma. ― No, no te pareces a mi niño ahora, eres diferente, pero a la vez familiar ―la voz tranquila de la mujer hizo que Naruto abriera poco a poco los ojos y viera el rostro de confusión de la mujer.
Era curioso, como ambos estaban en esta situación.
Dando unos pasos hacia atrás, Naruto se alejó del tacto de la mujer, la cual solo se quedó quieta con las manos extendidas. Apretando los puños, Kaguya dio un suspiro mientras que volvía a el árbol y se sentaba bajo este. Naruto vio a la diosa moverse, era difícil no saber cuándo alguno de los dos se movía, en especial cuando las cadenas resonaban con tanta fuerza.
Naruto llevó los dedos de su mano izquierda a su cuello mientras que poco a poco tocaba varios lugares de las cadenas. Aquello ante la vista de Kaguya, que vio como el chakra sobre salía para luego moverse, como si estuviera poniéndose en orden.
― ¿Qué haces? ―la voz de la mujer fue curiosa más Naruto no le dio mucha importancia, siguiendo moviendo los dedos mientras que el sonido de algo encajando fue escuchado, solo para que las cadenas y el grillete del cuello cayeran de manera pesada al suelo. Kaguya vio eso, pero no se molestó en cambiar de expresión, incluso después de ver como el rubio había crecido en chakra.
― Sabes que no tiene sentido, si puedes remover los sellos, sabes lo que va a pasar cuando abandones ese lugar, más cuando la situación de este lugar es tan forzada, pero de verdad, me sorprende que puedas leer los sellos como si nada, me tomo a mí, bastante tiempo el solo poder mover algunos sellos para poder dejar este lugar como esta y no aquel cubo negro en el que dormí mil años ―Kaguya comentó mientras que Naruto la vio, sin cambios, pero el rubio sabia de lo que hablaba la mujer. Aquel espacio para sellar a Kaguya, no era un chiste.
― No busco poder de igual manera, prefiero de esa manera, quizá me tome años para volver a desarrollar chakra una vez que salga de aquí, pero no me interesa, te invitaría a salir de aquí, pero de igual manera, no confío en ti ―la voz del rubio fue cansada mientras que los grilletes de su brazo cayeron al suelo como si nada, solo para que poco después el chakra de Naruto subiera aún más.
― Debo decir que estoy sorprendida con tu poder ¿No quieres hacer un trato? No pienso salir de aquí de igual manera ―la voz de la mujer fue calmada.
― ¿Un trato? ―la expresión de Kaguya era difícil de leer.
― Correcto, es simple, físicamente y en poder estaría aquí, pero quiero que me lleves donde vas, no significare un peligro y vas a tener algunos privilegios, te servirán, puesto que una vez que salgas, tu chakra probablemente se destroce ―Kaguya vio el rostro del rubio, como Naruto fruncía el ceño mientras que veía hacia la dirección de la mujer.
― Suena demasiado bueno para poder ser real ―Naruto mencionó mientras que estiraba los brazos y sonaba los hombros. ― No quiero parecer paranoico, pero en un estado debilitado ¿Qué te impediría tomar control de mí como lo hiciste con Madara? ―la voz del rubio fue agresiva, cerrando un ojo y viendo directamente a la mujer. Kaguya parpadeó sorprendida mientras que levantaba las manos en signo de inocencia.
― No tengo interés de tu cuerpo, eres compatible sí, pero no estoy loca, tu ego, lo que sería tu mente, probablemente me aplastaría ¿Este trato va a ser algo como que puedas hablar conmigo y yo pueda manifestarme físicamente o ayudarte un poco? ―la voz de Kaguya sonó insegura. Naruto cerró ambos ojos mientras que su rostro apuntaba a la mujer. ― Por favor no me mires así, mi cuerpo y poder estarán en este lugar, este contrato sería como si fuera una herramienta con pensamientos ―Kaguya bajó las manos mientras que dio un suspiro.
Naruto se quedó viendo a la mujer. Realmente, tampoco sonaba tan mal como lo decía ella, ella ganaba una salida simple sin dañarse y él algo de ayuda de la diosa, pero ¿Dónde estaba el truco? Las facciones de Kaguya eran demasiado suaves para estar ocultando algo, Naruto no sentía tensión a parte del miedo en la voz de Kaguya, curioso, era como el rubio catalogó la situación.
― ¿Vas a hacerlo? ―La voz profunda de Kurama volvió mientras que Naruto parpadeó al escuchar a su amigo hablar.
― Podría ser, no pierdo nada realmente, tampoco es como si importara ―Naruto habló dentro de si, mientras que miró fijamente a Kaguya. Lo único que le molestaba a Naruto, era la forma tan tranquila de actuar de la mujer, casi como si no fuera la misma persona. El rubio se resignó mientras que caminaba hasta la mujer, extendiendo su mano izquierda.
― Sigo pensando que es un suicidio lo que vas a hacer, si bien dije que no me importaría lo de ser humana, muy posiblemente tu control de chakra quede deteriorado una vez que salgas del sello, no sé que tan buenas seas en esa cosa romper sellos, pero este lugar, no fue hecho para que alguien por capricho pudiera entrar, yo misma, cuando fui a tu mundo, solo fui en parte, mi cuerpo original ha permanecido en este lugar por más de mil años ―Kaguya habló mientras que se ponía de pie y tomaba la mano del rubio.
Fue un parpadeo, aquello mientras que un collar color blanco aparecía en el cuello del rubio, Naruto alzó una ceja ante lo que hizo la mujer.
― No me mires así, manipular chakra y emplearlo son dos cosas muy distintas, tu deberías saberlo mejor que nadie, puedo interactuar con tu chakra, pero no puedo tocarlo o usarlo para mi ―Kaguya comentó mientras que volvía a sentarse en el suelo. ― Cuida de mí, esa es mi consciencia, si bien mi cuerpo va a estar aquí, te estoy confiando mi consciencia, si se rompe y no estoy lista, mi mente desaparecerá, y lo único que quedara es mi cuerpo ―la voz de Kaguya fue seria.
Mas el rubio solo pudo mirar a la mujer en shock, aquello, fue realmente demasiada confianza para darle.
Naruto vio el collar en su cuello mientras que lo tocó, Kaguya vio todo eso con tranquilidad mientras que cerraba los ojos.
― ¿Qué me impide destrozarte ahora y usarte como catalizador de chakra? ―los ojos de Kaguya se abrieron mientras que alzó la vista lentamente al rubio, la boca de la mujer se abrió lentamente mientras que vio una mirada serena en el rostro del hombre. Ese fue el indicio de que no era una broma. ― Esta clase de sellos, no puedes hacer nada ahora que está recién formado el collar, puedo tomarte y usarte como quiera y no podrías hacer nada ―Naruto comentó aquello con tranquilidad mientras que caminaba alrededor de Kaguya la cual seguía con los ojos abiertos mirando el suelo, aquello mientras que sujetaba el collar.
― Tú… ¿No harías eso verdad? ―Kaguya comentó en tono tranquila mientras que cerró los ojos y vio al rubio una vez más. Solo que no era lo que esperaba ver.
― No puedo manipular donde voy a caer, por lo cual, no te entiendo, me das esto, cuando tranquilamente puedo caer en la nada, y de paso matarte, dices que si mueres tu consciencia o tu mente morirá, pero es mucho más que eso, piensas reencarnar en chakra ¿No? Tu cuerpo que está aquí y ahora, está totalmente desgastado, sin uso, por lo cual quieres salir y volver a formarte con chakra, sé que puedes hacer, yo mismo puedo hacerlo ―Naruto caminó alrededor de Kaguya mientras que la mujer abrió un ojo y empezó a seguir con la mirada al rubio. ― No me veas así, eres la rara aquí, quieres dejar este lugar, pero ¿Tan desesperada estas? ―la pregunta del Rubio hizo que Kaguya diera un suspiro mientras que agachaba la cabeza.
― ¿Sabes cuantas veces preferí haber muerto mientras que estaba encerrada aquí? ―la pregunta de Kaguya hizo que las cejas del rubio se alzaran. ― Mil años no es un corto periodo de tiempo, quizá madre pudiera estar sin problemas el tiempo que quisiera, ya superó los miles de años hace quien sabe cuánto, pero para mí…siempre fui cercana a los humanos ―Kaguya bajó mas la cabeza mientras que un leve jadeo salió de su voz.
― No te entiendo ¿Eres Kaguya realmente? ―la voz de Naruto fue calmada, pero, apareció, la duda fue sembrada en el hombre.
Naruto no podía ver a la mujer como otro Ootsusuki por alguna razón, más que esa raza, la veía, humana.
― Quiero salir, no importa si vuelvo como humana, la vez que estuve en la tierra, fue diferente, hace más de mil años, yo era como ves ahora, pero, quizá pudiera tener compatibilidad con el chakra y los frutos, pero, mi mente aun no era lo suficientemente fuerte, no, de hecho, nunca lo será, la única razón por la cual pude dominar a alguien como fue Madara fue por siglos de preparación, y ni siquiera el esfuerzo fue mío, quizá sea una princesa de mi raza, pero no soy fuerte, eso seguro ya lo sabes, después de ir a mi mundo ―Kaguya terminó mientras que se recostaba contra el árbol y miraba al rubio.
Ambos se quedaron quietos, sin moverse, Kaguya solo miró al hombre, como el rubio apretaba el collar con más fuerza.
¿Era así como iba a terminar? A Kaguya no le importaba, al menos, iba a salir de aquel lugar.
― ¿Tanto quieres morir? ―la pregunta del rubio hizo que la mujer lo viera con tranquilidad.
No hubo cambios en la expresión de Kaguya mientras que esperó a lo que el rubio iba a llegar. No le importó mucho las cosas después de todo. ¿Qué sentido tiene darles vueltas a algo lo cual lleva al final?
Era para reírse, Kaguya sonrió, casi con burla al rubio mientras que negaba para sí misma con la cabeza, la presión en el collar aumentó.
― He matado a todos los que poseían dos cuernos de tu clan ¿Y quieres que te salve a ti? Alguien que quiso dejar a la humanidad en esclavitud ―Naruto arrugó el rostro, la sonrisa y tranquilidad del rubio se esfumó al ver como la mujer sonreía, aquella acción, estaba irritándolo.
―Para aclarar, siempre quise salvarlos a todos ustedes ¿Puedes llamarlo amor de una madre? No eran esclavos, no eran mascotas, no, era para poder protegerlos ¿No fue lo mismo para ti? Sé que pasó demasiado tiempo desde que la última vez que no vimos, no pareces muy afectado por la edad ¿Verdad? Eres algo…no sabría decirlo ¿Dios? ¿Semi Dios? No sé que termino darte, tampoco me importa mucho que digamos, al final, para mí, eres otro tonto, un tonto tan grande, un tonto que se esforzó de más por algo que no podía salvar, pero al menos, lo lograste, con mi clan fuera ¿Qué más puede amenazarlos a ustedes que no sean ustedes mismos? ―Kaguya se rio mientras que llevó sus manos a su estómago.
Naruto solo se quedó viendo a la mujer, quieto, sin cambiar de expresión, para el rubio, no era la misma, no, desde minuto uno, pudo sentirlo, como el caos de chakra de aquella vez, no era nada más que una simple cortina, no, una cascada lisa, no aquella marea alborotada.
― ¿Te volviste loca para ayudarlos verdad? ―Naruto comentó mientras que soltó el collar y dejó que cayera contra su pecho. El rubio vio la expresión de Kaguya, no se inmuto, solo quedó observando al rubio.
― Puede ser, no estaba destinada a consumir de igual manera, pero ¿Importa? Ya todo hecho, no importa que haga, solo…hice lo que pude, quise traer paz, pero, las cosas nunca funcionan como uno quiere ¿Me equivoco? ―Kaguya miró al rubio mientras que le dedico una sonrisa enorme. Una de paz y añoranza.
― ¿Realmente eres un Ootsusuki? No importa, me voy, si se rompe tu cristal no importa, puedes hacer lo que quieras ―Naruto dio un suspiro mientras que una suave risa se escuchó a su espalda, girando el cuello un poco, Naruto vio de reojo a la mujer mientras que esta le dedico una sonrisa, girando una vez más el cuello, Naruto suspiró para cerrar los ojos.
Fue instantáneo, como el chakra cubrió el cuerpo del hombre y sus ojos cambiaron en cruz.
― Entonces allí estas ―Naruto susurró mientras que vio la hendidura negra en la habitación.
Caminando con cuidado hasta donde estaba aquella brecha, se puso en posición, retrocediendo el puño y acomodando los pies.
Naruto no sabía a donde podría llevarlo aquella brecha, pero, no importaba, si le tiraba en el vacío o algo así, no importaba, al final, no quedaba mucho de sí mismo que le importase la vida ¿Kaguya? Un peso más que no importaba también.
Girando los talones, el rubio suspiró mientras que apretó los dientes. El sonido parecido al cristal rotó sonó mientras que el mundo se puso negro y el rubio fue tragado. Aquello fue instantáneo.
― Realmente lo hizo ―Kaguya susurró mientras que vio como el chakra quemaba el lugar, el chakra del rubio que se quedó atrapado en aquel lugar. ― Era obvio que este pequeño lugar no iba a soportar tanto, mi chakra siendo consumido y el de ese pervertido, era obvio que destruiría este lugar junto conmigo, no importa, al menos ahora, espero poder vivir en paz, mis niños ¿Perdonarían a esta tonta? Curioso ―Kaguya comentó lo ultimó mientras que vio como su mano se volvía polvo. ― No duele, pensé que morir dolería, bueno, dentro de poco despertare en el cristal, ahora depende de cuánto tiempo tarde en recordar todo…―la mujer dio un suspiro final mientras que poco a poco, sus pies, manos y torso fueron polvo. Eso hasta que llegara a la cabeza y terminara.
En ese momento, la verdadera Kaguya Ootsusuki, murió finalmente.
― De todos los lugares, esto apesta ―la voz del rubio sonaba cansada.
Naruto estaba tirado boca abajo en el suelo, tierra y agua estaban cubriendo al hombre mientras que la lluvia no se detenía. Naruto no se sintió con fuerzas para moverse, el cuerpo del hombre ardía, su chakra estaba loco, casi como si fuera extirpado de él. Pero aun podía sentir como corría con tranquilidad por su cuerpo, ahora, el rubio sabía que no debía esforzase por un tiempo.
El sonido de un rayo sonó cerca mientras que el hombre estaba con los ojos cerrados, disfrutando de las sensaciones que no había tenido en mucho tiempo. Frio, humedad y cansancio, aquellas cosas podía solucionarlo inyectándose chakra a sí mismo.
Se sintió vulnerable, casi humano.
El sonido de la lluvia a su alrededor se detuvo mientras que las gotas ya no le golpeaban directamente. Naruto abrió un ojo mientras que alzó la vista. Un hombre de pelo rojo y una sonrisa enorme lo miraba con tranquilidad, casi con alegría.
― Estas vivo ―el comentario del hombre fue feliz mientras que hizo una seña a alguien para que se acercara. Una mujer de cabello azul pálido llegó al lado del hombre mientras que vieron al hombre.
Naruto no pregunto, solo cerró una vez más los ojos, no importaba si lo llevaban, solo tendría que escapar después. Cerrando los ojos y dejando su consciencia caer, el rubio se durmió mientras que ignoró algo, como de la espalda del hombre, que no tenía un paraguas, se extendió algo enrome que los tapaba de la lluvia.
Las gotas de agua golpeando el cristal de una ventana resonó mientras que Naruto alzó su mano izquierda y llevó su antebrazo a su rostro. Naruto sintió algo, una cama cálida, una cobija encima y varias vendas por su cuerpo ¿Había estado herido?
Naruto se sentó mientras que vio a su alrededor, definitivamente estaba en una cabaña, pero, algo no estaba bien, la cama era cómoda sí, pero algo se sentía fuera de lugar. Mirando alrededor, el rubio vio el estante con libros, el escritorio y una lámpara de aceite a su lado. Naruto giró y puso los pies en el suelo mientras que vio como tenía puesto unos pantalones holgados, su pecho estaba descubierto y las vendas tapaban vagamente su cuerpo.
Pasos, pasos fueron escuchados, Naruto iba a preparar un clon, pero nada salió. El rubio frunció el ceño, la energía de lo que sea que venía, era rara, era más espiritual que armoniosa entre cuerpo y mente y alma, era como si quitasen el cuerpo y dejaran la mente y alma solos.
La puerta de madera se abrió mientras que chirrió, unos ojos azules claros, casi celestes fueron vistos mientras que una niña, quizá no mayor a diez años entraba.
― ¡Ah! ―la voz de la niña sonó con sorpresa mientras que vio al hombre, una sonrisa creció en el rostro de la niña mientras que vio como este estaba sentado. ― ¡Papá! ¡Mamá! El hombre despertó ¡Despertó! ―la emoción en el rostro de la niña fue grande mientras que corría alrededor del hombre, viendo por todos lados mientras que alzaba las manos en señal de victoria.
Mas pasos fueron dados mientras que entraron dos adultos, un hombre con cabello color rojo, atado en una cola alta de caballo y una sonrisa tranquila, llevaba lentes y una carpeta consigo, además de su forma de vestir, quizá pareciera noble, pero Naruto podía distinguir, no era un noble de alto rango, no con la ropa de segunda mano.
Al lado del hombre, una mujer entró sonriendo, solo para abrazar al hombre de pelo rojo, una mujer de cabello azul pálido, casi celeste, ingresó mientras que vio a la niña correr en la habitación, al igual que el hombre de cabello rojo, Naruto pudo ver como la mujer llevaba ropa fina, un poco mejor que el hombre a su lado, pero tampoco demasiado diferente.
― ¿Nos entiendes? ―el hombre se acercó con una sonrisa amigable, mostrando nerviosismo y amabilidad, Naruto pudo discernirlo al instante, era una buena persona, para Naruto, años de política, le hicieron fácil saber quién era verdad y quién no.
El hombre y la mujer frente suyo, que sonreían con verdadera amabilidad y desinterés, eran genuinos.
― Tiamat, cariño, que te dije que molestar al hombre cuando despierte ―la mujer habló mientras que vio a la niña, ambas mujeres inflaron los cachetes mientras que se miraban.
― Ya, ya, cariño, Tiamat solo estaba emocionada, no siempre tenemos visitas ―la risa amigable del hombre fue escuchada mientras miraba al rubio. ― Ddraig a su servicio, bueno, no tanto así ―el hombre habló de forma torpe. ― Es raro ver a un kyubi, normalmente ustedes suelen estar por la vida o en su ciudadela, es raro verlos en tierra de dragones ―la voz del hombre fue calmada mientras que vio a Naruto.
Naruto solo sonrió y vio al hombre, pero, internamente, solo podía pensar ¿Cómo sabía lo del kyubi? Segundo ¿Tierra de dragones? ¿Ciudadela?
Este mundo iba a ser complicado.
― Bueno…tuve un problema, algunas personas me querían…cazar, parece ser que querían mi poder o algo así, no sé muy bien como, escape, pero, no de la mejor manera ―Naruto comentó, siguiendo el juego al hombre.
― Ddraig… ¿Los demonios están cazando a los kyubi otra vez? ―la mujer a su lado tomó la mano del hombre mientras que el pelirrojo dio un suspiro.
― Esos tontos…no se conforman con las almas humanas, siempre buscan más, pero no importa, él está bien, al menos, eso fue posible ―una sonrisa llegó en el rostro del hombre mientras que vio a la mujer a su lado. ― Mi amigo, no te preocupes, no te vamos a delatar, puedes ayudarnos con la casa cuando te recuperes, es un pago razonable creo, puedes quedarte el tiempo que quieras, eso demonios, siempre están locos, son peores que algunos dragones…―la voz del pelirrojo fue molesta mientras que frunció el ceño.
― ¡Tiamat es un dragón de hielo puro como mamá! ¡Pero tiene la habilidad de duplicar su poder como papá! ―la voz de la pequeña de cabello azul pálido llenó la sala mientras que todos vieron a la pequeña de vestido blanco que estaba caminando alrededor de la sala aún.
Naruto sonrió mientras que vio las interacciones de la familia. La niña saltó en brazos del padre mientras que la madre cepillaba el cabello de esta, los tres riendo. Era una imagen bonita por no decir más.
Dos semanas, fue un tiempo corto, pero suficiente para poder ver patrones, al parecer, Ddraig el rojo, estaba casado con una mujer que fue de mucho mayor estatus que él, una dragona de hielo puro, los dragones se regían por poder, y la pureza elemental era algo imprescindible, al parecer, ambos se habían escapado hace años de sus respectivas casas, la mujer le contó que Ddraig, no heredo el fuego de su familia, también fue el más pequeño de la camada, pero, a pesar de todo, conquisto a una princesa y se fugaron.
Naruto sonrió al ver una vez más las interacciones de la familia, el rubio estaba en el segundo piso de la casa mientras que vio desde una ventana a la familia jugar en el patio.
Por lo que escuchó de la esposa del hombre, Ddraig debía ser débil, pero, Naruto lo sintió, como el poder del hombre, dentro, era de todo, menos eso, era casi siniestro, pero, Naruto no entendió, todo lo que veía de la actitud del hombre, era real.
Menos aquella aura siniestra que estaba en el cuerpo del hombre.
Tres años.
Naruto terminó de barrer la entrada mientras que vio su mano, el chakra regresaba de manera gradual, lentamente, pero aún podía recuperarse, no hubo signos de Kurama en todo ese tiempo.
― ¡Señor zorro! ―una voz suave sonó detrás del rubio mientras que se giró. Una sonrisa adornó el rostro del Naruto mientras que vio a la niña corriendo hacia él.
― Parece que está de buen humor hoy ―una suave voz llegó a la cabeza del rubio, a diferencia de la niña, la cual era un tono jovial y energético, la voz que escuchó el rubio fue calmada y más madura.
― Kaguya, hablamos de esto, no hablaremos mientras que este afuera ―la voz del rubio llegó al cristal.
― … ―Naruto no necesitaba ver a la mujer para saber que estaba molesta con aquel comentario. Ya había pasado seis meses desde que la mujer despertó, y la verdad, Naruto se cuestionó si debía romper el cristal o no, tratar con una Kaguya sin recuerdos era demasiado molesto.
Los pasos de la pequeña de pelo azul claro se detuvieron frente al rubio el cual le sonrió, agachándose y esparciendo el cabello de la niña.
― Sucede algo princesa ―un tono calmada y en paz llegó de parte del rubio mientras que vio a la niña sonreír, hasta ahora, todo este tiempo, la niña había tenido sus manos en su espada mientras que corrió hacia el rubio. Con un pequeño tarareo, la niña se giró y mostró un papel que tenía en sus manos, era el dibujo de la niña junto con el rubio.
― ¡Vamos a casarnos cuando sea mayor! ―la felicidad con la que la niña comentó eso, hizo que el rubio se riera mientras que negaba para si con la cabeza, los niños eran niños.
― ¿Está segura que no quieres a alguien más joven? Este viejo no cree llegar a estar vivo una vez que estés para ser toda una adulta, además habrá muchos pretendientes para la princesa en un futuro ―la voz del rubio era calmada mientras que vio como la niña frunció el ceño.
― ¡No! Hablé con otros niños, todos ellos eran molestos y me llamaban débil ¡Soy muy fuerte! ―Tiamat gritó mientras que vio el rostro del rubio con total seriedad.
Una risa llegó del rubio mientras que sonrió con cariño a la niña.
― Quizá acepte esa oferta en un futuro ―ante la mención de eso de parte del rubio, Tiamat sonrió mientras que corrió de nuevo en su casa.
Unos pasos se detuvieron cerca del rubio, eso mientras que se daba la vuelta y lo veía.
― Ah, señora, no pensé que volvería tan temprano, después de todo, pensé que el glotón rojo fue visto en estos lares, creí que estaría con el señor cuidado del área ―la voz del rubio fue tranquila mientras que vio a la mujer, que se limitó a sonreír mientras que vio al rubio.
― De hecho, si bien hay indicios de que se vio al glotón rojo por la zona, no se sabe mucho más, mi esposo esta con los otros dragones de la zona, no sabemos bien si podemos estar en paz, pero al menos, por ahora, que no hay mas indicios, me gustaría estar en paz y feliz, pero no es lo importante o lo que quería decir ¿Has tenido hijos no es así? ―la pregunta de la mujer hizo que el rubio viera a la mujer con los ojos abiertos.
La boca del rubio se abrió mientras que no pudo decir ninguna palabra, al momento en que la mujer mencionó algo sobre los hijos, siempre era lo mismo, su cerebro, dejaba de procesar.
― Fue…hace mucho tiempo, mis niños, en ese tiempo, yo era…algo demasiado ocupado con todos, por lo cual, nunca estuve en casa mucho por demasiado tiempo ―la voz del rubio era algo baja mientras que decía eso. Naruto se sentó en el pasto mientras que vio el cielo, sin saber que decir.
― ¿Eras del clan de los zorros dorados no? Los que fueron asesinados y exterminados por los demonios ―la voz de la mujer fue demasiado melancólica.
Naruto nunca había dicho que no a lo de ser un kyubi, era lo mejor, era mejor que explicar su origen, además ¿De que servía decir que era de otro lugar? Confianza o no, no importaba más ahora. Zorros dorados, Konoha, no importaba más ahora nada, solo, la paz.
La mujer vio el rostro del hombre pasar a una expresión melancólica y triste. No había tocar aquel tema demasiado rápido, los zorros dorados, eran raros ya en sí, una especie de kyubi, pero color oro, ahora, sus miembros se contaban con la palma de la mano, había muy pocos de ellos aún con vida.
La mujer podía decir que el collar era un espíritu, pero no podía decir de que clase, pero como el rubio conversaba con una paz anormal con aquella cosa, siempre supuso que era realmente importante, tanto como para escucharlo llorar después de pedir perdón varias veces. Triste de verdad, lo mismo estaba pasando con algunas otras especies de Yokai en la actualidad, los demonios, les tenían miedo.
― Alguna vez fui padre, pero fui un padre horrible, pensé que, si podía darles una vida cómoda, entonces mi ausencia no se sentiría, pero, mi esposa estaba sola, a pesar de todo, siempre me amó, incluso a sabiendas que nunca le pude devolver el sentimiento de la misma forma ― el rubio bajó la cabeza mientras que sintió una mano pasando por su cabello.
― Cualquiera puede ver el amor con el que tratas a la pequeña Tiamat, últimamente, Ddraig, ha tenido problemas con algunos de los que viven aquí, pero siempre se esfuerza de más, su poder, no es el más fuerte ni de lejos, pero, es muy amable, siempre intenta cuidar de todos, quizá fue le mas joven de su camada, quizá fue el más pequeño, pero es el que más sentimientos tiene, después de todo, no todos nosotros estamos a favor de lo que es cuidar de los demás, pero, si hay algo que le caracteriza, es que sabe valorar a las personas, nunca fue arrogante, incluso ahora, que puede aumentar cientos de veces su poder, nunca trato de menos alguien ―la sonrisa en el rostro de la mujer hizo que el rubio viera como un ángel bajó frente suyo.
― Lo sé…el señor, es demasiado amable, con todos, y eso puede ser peligroso, así que, por favor, no se olvide de recordarle, que de vez en cuando, está bien ser egoísta ―Naruto le dijo eso a la mujer, la cual rio mientras que se dio la vuelta y caminó hacia la casa.
Los dragones no usaban su forma humana a menudo, mucho menos vivir como uno, pero esta familia rara, lo hacía, Naruto cuanto más compartía con ellos, más sentía que podía vivir en paz.
Fue feliz por no decir menos.
Las semanas pasaron a años, siendo ya seis desde la llegada de Naruto a aquella, las sonrisas, interacciones y demás, no se esperaron en cada día, Ddraig bromeando con Tiamat, para que llegue la esposa y le dijera que está consintiendo demasiado a la niña.
Naruto observó siempre desde el fondo, ayudando, cuidando de lo que pudo con aquella rara familia de dragones. Naruto sonrió al ver como a cada día, una suave historia familiar se contaba, aquel dragón rojo, siempre fue amable, calmado y paciente, a pesar de que Naruto siempre lo veía con trabajo, cuando veía a su hija o esta venía a visitarlo.
Dejaba todo para jugar con ella.
Naruto pensó en eso ¿Por qué sus hijos no venían de igual manera a visitarlo?
Un resentimiento se agrupó ante aquel pensamiento, un resentimiento que creció de a poco para llegar a una comprensión.
No todo fue su culpa.
Él había querido lo mejor para todos, pero, si la gente no estaba dispuesta a será ayudada, entonces era difícil poder estar tranquilo o feliz, siendo que aún había retozos que cuidar.
El sonido de un cuchillo cortando fue escuchado mientras que el rubio estaba picando verduras, una prótesis de madera estaba en su mano mientras que cortaba con tranquilidad las verduras. El vapor de una de las ollas le llegó. Girando su cuerpo tomó un vaso de agua mientras que ponía en la olla mientras que el vapor se bajaba y el agua debía volver a hervir.
Una sonrisa llegó a Naruto mientras que sintió ya la familiaridad con la que interactuaba en aquella casa ¿Haber traído a un completo extraño en casa y dejarlo para que sea un sirviente? Naruto sabia con eso que aquella familia, era inocente y amable, una mala combinación.
Pasos fueron escuchados detrás suyo mientras que vio a una pequeña que bajaba las escaleras con un ojo cerrado y con una mano frotando su otro ojo, un vestido blanco para dormir y un peluche de un dragón blanco estaba en la mano de la niña mientras que vio al hombre frente suyo.
― Buenos… ―un bostezo se dio de la niña mientras que caminaba hasta la mesa y se sentaba. ― Días…―completando las palabras, la niña bajó su cabeza en la mesa.
Naruto sonrió y una suave risa salió de sus labios mientras que vio como la niña recién despierta jugaba con el dragón de peluche blanco.
Era curioso, el ver como las otras razas, Naruto había conocido hasta ahora a un ángel y un caído, y por lo que sabía de los demonios tampoco estaba tan alejado la cosa, el como todas esas razas parecían vivir en la modernidad, cuando la humanidad recién estaba formándose ¿Roma ahora el nombre de aquella ciudad humana?
No importaba, al menos tuve el lado cómodo de la vida, algo le había sonreído.
El sonido de una silla siendo arrastrada se escuchó mientras que la silla se deslizaba al lado de la niña. Naruto miró de reojo y vio al causante de aquello.
Kaguya, que estaba ahora manifestándose. La mujer miraba con curiosidad a la niña, la cual giró su cabeza y pudo ver a la mujer de largo cabello blanco sonriéndole y saludándole con una mano. Casi al instante, la niña se levantó de su estado adormecido para ver a la mujer.
― ¡Hermana! ―Naruto giró los ojos mientras que vio a la niña y a la mujer chocar ambas palmas con emoción. Para Naruto en un comienzo tratar con una Kaguya sin recuerdos parecía divertido ¿Ahora? El rubio no sabía que pensar de ver a la antigua diosa hacer algo como jugar con una niña como lo hacía. Sonriendo y riéndose con verdadera diversión ante las divagaciones de la niña.
Tampoco estaba tan mal…
Los pasos fueron escuchados cerca de los terrenos.
Naruto frunció el ceño mientras que sintió la energía de al menos tres dragones.
¿Ahora que hacían aquí?
Dando un suspiro, el rubio se giró mientras que movió la olla de la cocina y bajó las mangas de la camisa blanca, caminando hasta pasar frente a la mesa ignorando las miradas de las mujeres en la habitación, el rubio siguió, llegó hasta donde estaba la entrada principal.
Más que una casa, era una mansión pequeña, algo rustica, pero tampoco podía culpar demasiado por el tiempo de vida de este lugar, los únicos que estaban adelantados eran los demonios en tecnología, y tampoco quería saber mucho de los sujetos que mataban a otros por que sí.
Una especie tonta.
Tomando unos anteojos de un estante y acomodando su cabello, caminó hasta la entrada, donde estaba colgado un saco color negro.
Poniéndose el saco y acomodándolo, Naruto metió la mano en su bolsillo mientras que un pequeño aparto salía de este.
Un reloj de bolsillo, algo lo cual muy pocos tenían acceso, y un símbolo de la confianza que tenían ambos padres por el rubio.
Naruto vio la hora, si hablaba o trataba con los que estaban fuera de la puerta rápidamente, podría terminar el almuerzo a tiempo.
Las firmas de energía se detuvieron frente a la puerta, Naruto ya estaba esperando frente.
El sonido de la puerta siendo golpeada sonó mientras que el rubio daba un suspiro, caminó hasta la puerta doble de manera y abrió uno de los lados mientras que sonreía y veía a los tres recién llegados, tres dragones, una joven, y dos jóvenes, no parecía que llegaron a su edad medio adulta hasta hace poco, al menos eso era lo que el rubio podía decir.
― ¿Puedo ayudarlos? ―la amabilidad en el tono del rubio era genuina, él siempre fue amable ¿Por qué debería cambiar ahora?
― Entonces este es el lugar ¿Eres un sirviente de esos dragones? Desde aquí puedo oler como apestas yokai, me pregunto como demonios se las arreglaron para tener a un kyubi dorado de su lado ―Naruto no cambió la sonrisa en todo el tiempo en que parecía el líder habló, poniéndose en frente y hablando como quisiera.
Era obvio que aquel joven tenía confianza en sí mismo.
― No es nuestro asunto ¿Vas a hacerlo ya? Tenemos que ir a otro lugar después ―la mujer del grupo habló desganada mientras que veía el rubio.
Alto, quizá entre su adultez, sin arrugas o signos de envejecimiento aparente. No se veía mal para jugar después.
Naruto vio a los tres, él único que no habló, estaba mirando el lugar casi con ira. El rubio dio un suspiro interno mientras que no podía darse el lujo de parecer descortés, Naruto no era más el Hokage, no era más un Dios, no era nada, solo el ayudante de aquella familia que sonreía día a día.
Y le gustaría proteger esa sonrisa.
― Como sea ¿Están tus amos? Esclavos ―la voz del dragón de pelo negro era molesta.
Mas Naruto ignoró eso, después de todo, tenía más curiosidad del porque habían estado en forma humana que en forma dragón, al final, por lo que el rubio sabía, no les gustaba esa forma a los dragones.
― Me temo que no se encuentran ahora ¿Podrían regresar luego? ¿O podría darles un mensaje de su parte si así lo quieren? ―la voz del rubio era tranquila, eso hasta que un brazo llegó al abdomen del rubio.
Naruto abrió los ojos mientras que tosió ante aquello, normalmente, eso no sería un daño, no, esa minúscula fuerza, no iba a dejarlo ni siquiera con un rasguño, ahora.
Eso le molestó.
― ¿Te dije que podías hablar? Este lugar ahora va a estar bajo nuestro territorio, sus manzanas, nuestras manzanas ¿Entiendes? ―la voz del dragón fue molesta, aquello mientras que levantaba un pie y lo ponía sobre la cabeza del rubio.
Naruto se quedó quieto en el suelo.
Sintió pena por los niños de hoy en día, los dragones jóvenes eran unos tontos de sangre caliente, era por eso que debía guiar a Tiamat.
― Mis más sinceras disculpas, pero ¿Ustedes son los lideres directos? Si es que me permite preguntar ―la voz del rubio fue tranquila, pero no dejó de mirar el suelo mientras que sostenía su estómago.
Un resoplido vino de parte del dragón de pelo negro mientras que miraba el rubio.
― Soy el líder ahora de este territorio podrido ¿Entiendes? Un dragón de hielo y un dragón sin atributo no pueden oponerse a mí, alguien que tiene algo como el atributo de la obsidiana misma ―la voz del hombre fue amenazante.
Casi.
Fue un destello, antes de saber, los cuatro estaban en unas ruinas, escombros por todos lados mientras que se alertaron.
Giraron mientras que el sonido de un reloj fue escuchado.
― Como son la cabeza, no tengo porque dejarlos libre, después de todo, si quieres matara a la serpiente, córtale la cabeza ―el sonido de la tapa del reloj fue escuchado mientras que este se cerraba.
Naruto cerró los ojos mientras que respiró hondo, ignorando todos los gritos de los recién transferidos.
Naruto no era como su padre, no tenía la comprensión de aquel sello para el desplazamiento espacio tiempo que su padre tenía, pero, con su estado actual, era lo que tenía que forzase a aprender, si quería salvar a ellos si realmente lo necesitase.
Un árbol, eso fue lo que el rubio se nombró a si mismo mientras que sintió sus manos, sus pies, sus dedos, uñas, nervios, tendones.
Una mirada muerta llegó de parte del rubio, alzando el puño, se escuchó como el suspiró de este salió.
Un árbol, cada parte era una, cada parte conectada.
Naruto se movió.
Minimizar el movimiento innecesario, usar cada musculo.
Empujando el chakra solo en su brazo, dentro de su cuerpo, sin dejar que el brillo llegase a salir.
El rubio saltó, los ojos del dragón de pelo marrón se abrieron mientras que a última instancia vio al rubio frente suyo, un golpe.
El sonido de ese golpe resonó con fuerza, el viento se movió mientras que la boca del dragón se abría y salía saliva y sangre de este, fue instantáneo, como el de pelo marrón, salió contra las rocas para salir disparado en línea recta, junto con una deformación del terreno donde se vio la dirección del golpe del rubio.
Naruto estaba en trance, girando su tobillo, su cuerpo, su cabeza, aprovechando la fuerza del mismo giro.
Patinando mientras que saltó ante la fuerza que pasó a su pie izquierdo y usándolo de impulso, para el dragón negro que estaba por transformarse. Fue como si el rubio apareciera frente al dragón a medio cambiar. Ya con el aumento de tamaño, el dragón no salió volando como el otro, pero, las escamas, escamas de obsidiana se fragmentaron mientras que la patada del rubio quebraba todo a su paso.
Raíces, fue lo que el rubio pensó, cada parte de su cuerpo, desde su cabello hasta la punta de su pie, eran uno, maximizar el movimiento, impedir que genere fuerza perdida.
El dragón de obsidiana cayó al suelo con sangre saliendo de la boca. Naruto aprovechó el giro para usar una vez más todo, y golpear a la última, la mujer de cabello violeta que se quedó pasmada.
No hubo resistencia ante el golpe en el estómago a la mujer.
El tiempo.
Naruto terminó aquello mientras que se giró sobre sí mismo mientras que se detuvo.
Metiendo la mano en su bolsillo, vio el tiempo.
Menos de veinte segundos.
Apretando los dientes, el rubio se molestó mientras que miraba a la triada inconsciente.
― Si fuera en mi mejor momento, no me hubieran tomado ni un solo segundo ―la voz del rubio fue rabia, rabia consigo mismo, eso antes de volver a desaparecer en un destello naranja.
Dejando a los tres dragones inconscientes.
Horas, habían pasado, el rubio sabía que no había posibilidad de que aquellos hubieran despertado, Naruto suspiró mientras que vio a la familia jugar en el patio, era de noche, todos estaban en una cena familiar, Naruto mencionó que había algo que tenía que terminar y que se uniría en unos minutos. Naruto sabía que iban a sentir que el emplearía chakra, pero no importó, al final, podía explicar todo después, pero, preferiría que aquello se mantuviera callado de igual manera.
Naruto volvió a donde estaba aquella triada, pero.
La sangre esparcida por todos lados y restos del cuerpo de aquellos dragones fue el indicio de que algo no iba bien.
Naruto sintió el olor cobrizo profundamente, eso mientras que veía el lugar, cada mota de sangre y carne, denotaba algo.
Comer.
Habían sido comidos y engullidos, ahora ¿Cómo?
Naruto miró por todos lados mientras que vio una huella mucho más grande que un dragón normal, mucho más grande que un dragón adulto normal, pero ¿Quién fue?
Sería mejor que comunique eso a Ddraig, no podía dejar que alguien, ese glotón que comió a los de su especie, este libre. No quería que nada amenazara a aquella familia, no.
Si Naruto no pudo salvar la suya, al menos, salvaría está familia.
― ¿Por qué sigues tratando de hacer esto? Puedes hacer uno de chakra puro―la voz de Kaguya llegó mientras que Naruto dejaba sus herramientas, una aguja se encajó dentro de la piedra que tenía en frente mientras que el rubio daba un suspiro.
― No quiero derrochar lo que tengo a duras penas, no quiero malgastar mi recurso que, a duras penas, en estos últimos veinte años logré conseguir ―la voz del rubio fue cansada mientras que veía a la mujer acostaba en su cama. La diosa conejo que estaba con su kimono de siempre estaba como si nada acostada en su cama mientras que veía al rubio trabajar.
Hace medio año, Kaguya recuperó la memoria, al menos parcialmente, aún seguía comportándose rara, pero al menos, no era como en un comienzo, era algo que podía rescatar el rubio.
Poniéndose de pie, el rubio tomó uno de los brazos de madera blanca que estaban en un estante, para caminar hasta la mujer, hace unos tres meses, Kaguya pudo recién manifestarse físicamente, pero era temporal igual, no era una reencarnación en sí, Kaguya aún no estaba lista para poder salir de la gema del collar.
― Voy a volver a dormir, más tiempo que antes esta vez―Kaguya habló mientras que se puso de pie. ― La última vez fueron casi diecisiete años, pero esta vez será incluso más, no sé cuándo, pero cuando despierte podré volver a como era en antaño, hasta entonces, por favor cuídame, sé que no pase mucho tiempo contigo, pero volveré, recuerdo nuestro trato, te ayudare, por eso…no…me rompas…―la voz de la mujer fue apagándose mientras que poco a poco, el cuerpo de la mujer se quemó en motas de luz para desaparecer.
― En serio…conejo inútil…dejándome solo siempre…―la voz del rubio fue resignada mientras que caminó hasta un mueble cercano, tomando una camisa blanca se la puso para salir. Dentro de poco, Tiamat estaría de cumpleaños, debería encontrar un regalo.
Caminando hasta la puerta, el rubio vio a la mujer recién despertándose, joven para un dragón, eso fue lo que Naruto pudo rescatar al ver el estado de la mujer que no había cambiado mucho desde hace veinte años, los dragones crecían conforme su poder se desarrollaba, hasta llegar a la cúspide donde se mantenían, pero el ver eso, era tan raro.
Tiamat, una niña de cabello azul claro, con dos coletas a los lados sonrió mientras que vio al rubio salir.
― Zorro ¿Viste a mamá y papá? ―la joven comentó mientras que veía al rubio, Naruto vio a la niña frente suyo antes de sonreír. Naruto movió una mano hacia la cabeza de la niña mientras que le acariciaba el cabello. Casi al instante la niña retrocedió mientras que miraba al hombre con el ceño fruncido.
― ¡Ya no soy una niña! ―la voz de Tiamat fue fuerte mientras que bajaba las manos y apretaba los puños, un gesto simpático e infantil.
Del cual Naruto no pudo evitar reír.
― Lo siento princesa, pero el verte cada vez, me recuerda cuando eras más pequeña y adorable ―Naruto habló mientras que se tapaba la boca para evitar mostrar que se seguía riendo. Tiamat golpeo el pecho del rubio con molestia mientras el rubio se reía de ella. ― El señor y señora salieron hace unas horas, dijeron que se iban a reunirse con los del territorio ―Naruto comentó mientras que vio como la niña suspiraba.
Naruto evitó dar algo de información, con respecto a que el glotón rojo estaba en la zona otra vez, y que ahora la familia tenía más poder que antes, mucho más poder.
Naruto no estaba seguro, pero Ddraig en los últimos veinte años, dedico cuerpo y alma en mejorar la vida que tenían, monopolizando la zona, curioso, como algo así pudiera pasar. Naruto negó la cabeza para sí mismo, el rubio no quería pensar de más después de todo.
El hombre seguía siendo el mismo saco de nervios y que amaba a su familia de sobre todas las cosas.
La mansión, ahora pasó a ser un castillo, el como empleado, pasó a ser el mayordomo y la princesa a verdadera princesa, un imperio floreciente. Eso era lo que Naruto podía rescatar cuando vio a el castillo y los alrededores, lo que en su momento fue un campo, ahora hace unos cinco o pocos años más, se había convertido en un pueblo, y cada vez más, los dragones venían más al territorio y mudarse en aquel lugar.
Poco a poco, se convertía en una ciudadela, donde los dragones pasaban a habitar en su forma humana, el papeleo del hombre también incrementó, pero, siempre lo mismo, Ddraig siempre tenía un agujero enorme en su libreta, solo para su familia.
¿Así es como debió haber actuado él?
Una mano se posó en el pantalón del rubio mientras que tomó una parte de este y lo estiró, llamando la atención de Naruto.
― ¿Sucede algo princesa? ―la pregunta del Naruto hizo que Tiamat viera el suelo.
― ¿No estas solo? ―la pregunta repentina de Tiamat hizo que Naruto parpadeara varias veces en sorpresa.
― ¿Perdón? ―el rubio preguntó mientras que vio a la niña con sorpresa.
― Es que…hablé con algunas empleadas ayer…y dijeron que es raro que alguien que no es un dragón habite aquí, así que pensé, que era raro que estuvieras aquí, solo…no entendí bien, pero algo de que…los tuyos… ¿No existen más? ―la pregunta de la niña hizo que Naruto la viese con confusión un momento para luego agacharse y sonreír a la joven.
― Los tengo a ustedes, a ti y a los señores, ellos cuidaron de mi cuando estaba mal, me dieron un lugar y un trabajo ¿Por qué me sentiría solo? ―la pregunta final de Naruto hizo que la niña lo abrace mientras que hundía su cabeza en el pecho del hombre. ― ¿Tienes miedo de que me vaya y no vuelva verdad? ―la pregunta de Naruto hizo que la niña asintiera con la cabeza en silencio. ― No voy a ir a ningún lado ―la respuesta del rubio vino seguida de un pequeño jadeo de la niña en signo de llanto.
Una sonrisa adornó la cara de Naruto mientras que le acarició la cabeza.
Esa niña.
Iba a ser alguien grande en el futuro.
Una puerta se cerró mientras que Ddraig vio hacia el frente de su escritorio, Naruto entrando con una bandeja de papeles fue lo que hizo que el hombre suspirara.
Naruto observó al dragón en forma humana, como siempre, vestido como noble, cabello rojo en una cola de caballo y dos mechones que caían en ambos lados del rostro. Los lentes redondos de lectura le daban ese aire casi inofensivo. Pero Naruto cada vez estaba más seguro.
― Emperador rojo ―la voz del rubio hizo junto con el comentario hicieron que Ddraig levantara una ceja. ― Ese es el título que te están dando últimamente ―Naruto observo los ojos verdes de Ddraig mientras que esperaba una respuesta del hombre.
Solo vino una risa.
― Es algo tonto, debe ser porque me enfrente a alguien de la realeza la última vez ―la voz del hombre fue calmada, divertida y algo insegura, cosas que fueron sinceras, pero a la vez no.
― Debe ser un problema tener otro título que no sea el que te conocen desde hace tiempo, glotón rojo ―la mirada de Ddraig no cambió, no hubo ninguna facción del rostro del hombre que demostrara que estaba sorprendido.
― Eventualmente sabía que lo captarías, pero si preguntas, no, no voy a hacerte nada, tampoco voy a negarlo ―la voz del hombre fue tranquila, incluso Naruto se sorprendió de eso. ― Mi poder, comenzó con multiplicar mi fuerza por dos, ahora, no tengo un límite establecido, la última vez que lo intenté iba a tantos aumentos que perdí la cuenta ―Ddraig estaba escribiendo tranquilamente los documentos mientras que contestaba. ― No te haré nada, tampoco pienso abusar, no, todo eso, es tonto, al final este poder solo es para una cosa ―la voz del hombre fue profunda mientras que sonrió. Naruto vio la sonrisa con los dientes afilados del hombre, pero no era una sonrisa molesta, no, tampoco maligna, mucho menos impertinente.
Ddraig se levantó de su silla mientras que se daba la vuelta y veía la ciudad que poco a poco se iba construyendo frente suyo, desde la ventana del ahora castillo de su familia.
Ddraig el rojo.
El emperador rojo.
No sonaba mal.
Dándose vuelta vio al rubio que lo miraba como si fuera un animal que no reconociese.
― Este poder, no existe para gobernar, tampoco para dominar, existe para cuidar, para proteger, pero no a esos que se hacen llamar mis aliados, si bien, extenderé mi ala por ellos, nunca los voy a priorizar, puesto que mi familia, siempre será lo primero, no importa que, no importa si tengo que dejar que el mundo se queme si es que ellos van a estar bien ―La voz de Ddraig fue honesta, feliz, a pesar de las palabras crueles.
Pero para Naruto fueron grandiosas.
Fue el verdadero signo de que el hombre no iba a cometer el mismo error que él cometió, sobre poner a todos menos a la familia y vivir en arrepentimiento.
Una lágrima salió del rostro del rubio mientras que no vio al hombre parado frente suyo, no, se vio a sí mismo, las palabras que debió haber dicho y hecho.
― ¿Qué pasa si voy y le digo a todos esto? ―la voz del rubio hizo que la sonrisa del hombre no se moviera, no flageara.
― No me importa, incluso si me odian, con tal de que pueda protegerlas, no me importa ―Ddraig caminó hasta su asiento una vez más. ― Por ellas, seré el dragón que robe los principios de la dominación de Dios, por ellas, me reiré del infinito y me burlare del sueño, por ellas, que este poder no es para dominar, lo convertiré en el poder que domine a todos bajo el estandarte del dragón rojo, por ellas hundiré todo en un infierno carmesí ―Ddraig comentó con verdadera devoción.
Una enorme risa vino de parte de Naruto cortando el ambiente serió de hace unos momentos.
Ddraig vio al hombre rubio reír mientras que las lágrimas no dejaban de salir del rostro del rubio.
― Hiciste la elección correcta de palabras, te ayudare, hazme saber si necesitas algo, sabes que soy cientos de veces más fuerte que esos tontos que se hacen llamar reyes dragones ―Ddraig sonrió, fue rara la relación desde minuto uno que había salvado al hombre, podía sentir el chakra casi paralizado dentro del cuerpo del hombre, pero ahora, verlo como después de tanto tiempo se podía recuperar.
Estaba feliz.
Feliz de ver que a pesar de los que comió, podía aun salvar algunos.
Tiamat era feliz y su esposa igual.
Aún quedaba ese tonto de blanco que era el hermano mayor de su esposa, pero no importaba.
― Si es eso así ¿Dónde me quedaría yo? Si tú mismo eres más que un rey dragón, entonces ¿Qué soy yo? ―la pregunta de Ddraig fue calmada mientras que vio al rubio adoptar una pose que no esperó.
Una reverencia mientras que sonrió al hombre.
― Eres mejor que un dios y mas grande que un rey, eres, un celestial…quizá… ¿Dragón celestial? ―las palabras del rubio salieron con facilidad mientras que veía el rostro de Ddraig, solo para que se riera de igual manera.
― ¿Mejor que un Dios? ―la pregunta de Ddraig fue realmente de risa, pero, para Naruto no lo fue, compartió la risa.
Aquel dragón rojo, aquel tonto rojo que veía a su familia en un pedestal, quizá no lo comprendiera, pero si eres mejor que un rey, entonces eres un Dios, pero, si eres mejor que un Dios ¿Qué eres?
Naruto podía decirlo, que el hombre era mejor que un Dios, después de todo.
Era mejor que el mismo Naruto cuando se trataba de algo.
La familia.
Quizá queden cosas, muy fuera de tiempo en la historia, pero, tampoco creo que sea para mucho, la historia de dxd, no relata en sí mucho del pasado de las guerras y demás, pero creo, creo que algo como esto puede que coordine con la trama, no importa, haré mi mejor esfuerzo para eso.
Disfrute una vez más escribir esto. Y espero que ustedes también lo disfruten.
Agradezco a todos los que dejaron su comentario y siguieron la historia con el primer capítulo.
Y sobre el emparejamiento.
Sigo sin tener ni la menor idea de que hacer, estoy en blanco total, pero, tampoco voy a nombrar quien va a ser la pareja, lo que sí puedo asegurar.
Que no va a ser harem la historia, existen cosas que detesto y harem es una de ellas.
Como sea, gracias a todos, pueden apoyarme siguiendo o algo así y dejando sus comentarios. Les deseo lo mejor a todos.
Rey de picas fuera.
