El silencio estaba impregnado en la habitación.

El simple olor de libros y perfume era lo único que se podía sentir en la habitación.

Claro.

Y las dos personas que estaban una frente a otra.

Naruto tenia a una joven problemática frente suyo.

No problemática en el sentido de la academia.

Si no por el hecho de que se metía siempre demasiado en donde no debía.

Arrogante.

Eso fue lo que el Naruto podía decir la joven frente suyo.

Extremadamente arrogante, pero esa arrogancia nacía por la inteligencia que tenía la joven.

Inteligencia que demostraba.

Pero nunca tuvo que ponerla al límite de todas sus capacidades.

Una pequeña risa salió de la boca de Naruto.

Lo que sucedía con las cunas de oro siempre era tonto.

― Estas siendo irracional ahora mismo ―

― ¿Es eso así? ―

― Primero, deja ese libro, se que tienes una revista debajo de la cubierta, además el libro esta al revés ―la voz de la joven sonó demandante.

Naruto se quería reír.

Demandaba como si ella fuera la dueña del lugar.

Pero disfrutaba ver eso.

A lo cual nunca dijo nada.

No estaba nunca al punto de molestarlo.

Inclusive si fuese un demonio.

Solo era una niña.

O al menos esa era la excusa que se ponía Naruto.

Una vez amable.

Siempre amable.

― No veo el punto para lo que pides ―Naruto dio un suspiro mientras que se reclinaba en su silla.

Ambos estaban en la oficina del directo.

En resumen

La oficina de Naruto.

― ¿Incluso con tu sacred gear no lo entiendes? Hasta donde escuché y conozco, todos ustedes tienen un aumento en el pensar, por no decir que el sabio mismo te habla ―Naruto vio con aburrimiento a la joven.

― Ahora, pequeña Sitri, tu grupa tiene un montón de beneficios, por favor, deja insistir, Mittelt ya estaba aquí antes de que ustedes llegaran, no veo el punto de echarla ahora ―Naruto respondió con calma mientras que veía a Sona.

La cual no cambió su expresión en lo absoluto.

― Aterrador ― el comentario de Naruto vino con una sonrisa.

Fue en ese momento en que Sona dejó escapar un suspiro de cansancio.

― No veo el punto de mantener a un ángel caído activo en la escuela ―la voz de Sona sonaba cansada.

― No veo el punto en que demonios estén estudiando en una academia humana ―Sona frunció el ceño.

― Esto es- ―

― Esto es distinto ¿Eso es lo que vas a decir? ―la voz de Naruto cambió a un tono más serio. ― Soy un contratista de demonios, tu mejor que todos, debes saber que conlleva eso ―el aburrimiento ahora era presente en el hombre detrás del escritorio.

Sona no dijo nada.

De hecho, conocía como funcionaba bien los tratos de ese hombre.

Porque su hermana misma tenia un trato con el rubio.

A este punto.

Hacer el trato con el diablo, era una metáfora ambigua, claro está.

Si el demonio se llamaba Naruto Uzumaki.

El humano que es más demonio que muchos demonios.

― Como es un experto en esto, entonces debe entender nuestra…sintonía con los caídos ―la voz de Sona hora era más tranquila.

Relajándose en su asiento, Naruto dio un suspiro.

― Si es por lo de Akeno, Rias ya me lo pidió varias veces, mi respuesta es no, Mittelt ya estaba aquí antes que ustedes vinieran a la que sería mi ciudad, no veo el punto de dejarlos hacer todo lo que quieran ―girando en su asiento, el rubio le dio la espalda a la joven.

Fue en ese momento en que Sona entendió que era la señal de que saliera.

Otro fracaso más.


Issei se sentía emocionado al comienzo del día, después de todo ¿El poder espiar de la forma en la que iba a hacerlo hoy?

Fue una bendición.

El director normalmente lo dejaba a sus anchas, quizá le castigase un poco, pero al final del día.

No le hacía nada.

Según él, no tenia ninguna motivación para expulsarlo, que si bien, se quejaban, nunca presentaron nada formal.

Issei empezó a pensar en eso, y supuso que era porque las chicas del club de kendo querían ser vistas.

― Que emoción… ―un susurro llegó mientras que Issei suprimía un grito.

― Veo que sigues igual de podrido que siempre ―Issei giró el cuello y vio a la persona que le habló.

Cosa rara, puesto que solo había al menos cuatro personas que le dirigirían la palabra primero.

― Mittelt-chan ―la respuesta de Issei fue algo rígida.

Issei sabía sumar dos más dos, quizá el directo fuera amable y todo, pero tampoco iba a probar suerte con su hija.

― ¿Qué pasa con esa respuesta? Gusano ―dando una expresión de molestia, Mittelt entrecerró los ojos y miró al joven castaño.

― Ah, bueno, esto…―Issei miró a todos lados buscando una salida.

Pero nadie le ayudaría.

Matsuda y Motohama, ambos eran amigos de Issei.

Amigos que vendieron al castaño al momento de ver que la que le habló en clase fue Mittelt.

Traidores.

Fue lo único que pensó Issei al ver a sus "Amigos"

― ¿Te vas a quedar pensando todo el día? Ve y tráeme mi comida ―Issei abrió la boca como para decir algo.

Pero la cerró al instante en que vio como la joven alzó una ceja, expectante a la respuesta de Issei.

Issei quería llorar.

Si hacía eso.

Entonces no iba a poder espiar.

― ¿Sigues aquí? ―Issei suspiró y tomó el dinero en la mesa de Mittelt y salió de la clase.

Al final, no le dejó opción.

Cuando Issei salió de la clase.

Mittelt suspiró con cansancio.

Le prometió al Naruto que haría que el castaño haga menos de sus "Travesuras" pero controlar a Issei fue complicado. Y más porque no podía simplemente hipnotizarlo

― Como se esperaba de Mittelt-sama ―Mittelt desfiguró su rostro al momento de escuchar eso, pero se recompuso al instante.

Actualmente estaba en la academia Kuoh, como los ojos y manos de Naruto, por lo cual, para facilitar las cosas y minimizar preguntas.

Pasé a ser llamada Mittelt Uzumaki.

No le agradó.

Pero no podía decir que no.

― No veo el punto en que me llamen así ―inflando las mejillas, Mittelt desvió la mirada.

La joven ángel caído escuchó los comentarios de "Que linda" "Que tierna" y cosas así.

― ¿No lograste convencer ya para que echen a ese pervertido? ―la pregunta vino volando de la nada.

Y nadie comentó nada.

Si bien era un tema que querían.

No lo mencionarían frente a la joven rubia.

No cuando todo el mundo suponía que Issei y Mittelt eran cercanos.

No era para menos, la perversión de Issei, importaba poco a Mittelt, después de todo ¿Qué era un pervertido más? Cuando la mayor parte de los integrantes de Grigori eran pervertidos.

― Cumple con todo lo que se pide académicamente, no veo la razón porque ―cruzando los brazos Mittelt respondió.

Fue en ese momento en que el todos ignoraron el tema y volvieron a compartir.

El teléfono de Mittelt sonó unos instantes para tomarlo.

Era del sabio.

Levantándose de su asiento, se puso de pie y salió en silencio de la clase.


Caminando hasta la oficina del director, Issei suspiró ante ser convocado.

Era molesto, no es como si el director le dijese que se detuviera.

Solo que se controlase.

Una de las razones por las que le gustaba el director, a pesar de que se escuchaba que era estricto, siempre fue amigable con él.

A un punto el cual podía llamarlo amigo.

Issei caminó hasta la oficina del director y tocó la puerta.

El golpeteo de la puerta fue recibido con un, "Pase" desde la habitación.

Al entrar lo vio.

El director tranquilamente sentado y con Mittelt a un lado.

Uno comiendo ramen y el otro tomando té.

Issei siempre quiso saber como dos personas tan distintas podían ser familiares.

Pero al final del día, se podía ver lo bien que se llevaban ambos.

― Escuché lo del dojo esta vez ―Issei abrió la boca para responder, pero ninguna palabra salió.

El director suspiró ante aquello, solo para negar con la cabeza y soltar una breve risa.

― Para que te encuentren, no sé si te gusta ser golpeado, o algo por ese estilo ¿Issei-kun? Quizá Mittelt ya te amaestró bien, de tantos golpes que te dio, hasta te gusta ¿No? ―una risa salió del rubio mientras que veía a Issei con los ojos abiertos y una expresión de querer negar algo de lo que dijo.

Issei internamente no podía creerlo.

Incluso el director pensaba que iba tras su hija.

Lo peor.

Que a una basura conocida como lo era, Issei Hyoudou, le estaba dando el permiso que quisiera.

El castaño no sabía si sentirse feliz u ofendido de eso.

― ¿Realmente le estas dando permiso a ese pervertido de cuarta para que salga conmigo? ―Mittelt levantó una ceja y en vez de mirar al director, miró al castaño.

El cual palideció.

― No veo el porque no, después de todo, pasan más tiempo juntos que las parejas normales ―una risa breve salió del rubio viendo la expresión de molestia de Mittelt.

Fue en ese momento en que Issei suspiró.

Al final, tenía que sentarse, tomar una taza del té que Mittelt estaba bebiendo.

Y escuchar como ambos rubios discutían continuamente.


El sol estaba cayendo al punto de indicar la noche, los rayos de luz roja dieron a las habitaciones un tono entre lo oscuro y lo luminoso.

Curioso como siempre a la vista de Naruto.

― Entonces es hoy ¿No? ―la pregunta de Naruto hizo que Mittelt asintiera desde el asiento frente a su oficina.

― ¿No lo vas a rescatar? ―Naruto parpadeó unos instantes, alzando los ojos de los papeles que tenia en frente, vio a Mittelt con inquietud.

― Tengo un trato con los demonios, de no interferir en sus "Negocios de caza" ―Mittelt empezó a jugar con sus dedos ante las palabras del rubio.

Moviendo el cuello de su camisa color naranja, el rubio liberó espacio y vio y vio a Mittelt.

Preocupación total.

― Raynare piensa que va a tener éxito, la monja va a llegar en un par de días ―Mittelt miró ahora el suelo, insegura de como continuar. ― Ella va a matar a Issei-kun ―la respuesta de Mittelt hizo que la boca del rubio se abriese en sorpresa.

Un deje de tristeza era mostrado en la cara de Mittelt.

―… ―el rubio no respondió, solo se quedó viendo a la joven la cual no sabía del como seguir. ― ¿No era que no te importaba nada de los humanos? ―Mittelt abrió la boca como para responder.

Pero la cerró y apretó los puños.

― No quiero que termine como un demonio ―fue un susurro bajo que hizo que el rubio parpadease con sorpresa.

Si hubiera sido hace un par de años.

A la joven ángel caído no le hubiera importado nada el que Issei fuera asesinado.

― Tan poco…valoras los recuerdos que se formaron ¿Por qué es un simple humano? ―los ojos de Naruto se abrieron al igual que su boca.

Las palabras de Mittelt.

Golpearon fuerte.

― Yo…―Naruto quiso decir algo, pero Mittelt siguió.

― Todo es para traer a la verdadera reina dragón Tiamat ¿Verdad? Pero ¿Voy a morir en el camino? ―Naruto se levantó de su asiento, intentando alcanzar a la joven.

Peo esta retrocedió antes de que pudiera ponerle una mano encima.

― Sé que me cuidas, realmente me cuidas, y es por eso que tengo miedo ¿Todo este tiempo solo fue para poder lograr tus metas? ―Naruto ahora estaba con la mano extendida sin moverse.

Mittelt no sabía del como sentirse.

El que Issei pasase a ser un demonio.

Era algo que la traicionaría.

― Sálvalo…―Mittelt susurró mientras que veía al rubio.

Este bajó su cabeza y caminó de vuelta a su asiento.

― Te prometo que lo traeré de vuelta a lo que era, no va a ser un demonio para siempre ―Mittelt sintió un sabor agridulce.

Una risa seca salió de la boca de la joven.

― ¿Es eso todo lo que puedo tener? ―Naruto no quiso decir nada más cuando Mittelt le preguntó eso.

― Encariñarse con las cosas, siempre hace las situaciones difíciles ―Naruto comentó mientras que se reía, pero era una risa cansada.

El cielo ya a punto de cruzar el umbral de la noche se elevó ante la espalda del rubio.

Mittelt lo vio.

La tristeza en el rostro del rubio.

Una genuina.

― Solo quiero salvar a los que quiero, ya no a todos los que estén en mi frente, pero traeré a Issei de vuelta una vez que las cosas estén mejor, lo prometo, no, lo juro, al final, ese tonto tiene mi bendición ―una sonrisa que brillo por el contraste fue puesta ante los ojos de Mittelt.

Una sonrisa más tranquila llegó en el rostro de la caída.

― Supongo que es lo mejor que puedo quitar de ti, bueno ¿Vamos al restaurante de ramen de la otra vez? ―Mittelt preguntó haciendo que Naruto sonriera.

― De hecho, es muy bueno el ramen de allí ―Naruto terminó para sonreír.


― No lo van a creer, pero ayer, una chica linda me invitó a una cita ―la sonrisa y felicidad de Issei fue grande, a tal punto.

Que enervó a sus amigos.

Matsuda que no lo creía y Motohama que lo miraba con envidia.

Para ambos pervertidos.

No podía ser real aquello.

― ¿Vas a dejar a Mittelt-chan, así como así? Ahora si te van a expulsar ―Matsuda comentó mientras que se reía. ― Claro, si la cita es real o solo estabas demasiado desesperado que ya lo imaginaste ―ahora a la risa se le sumó Motohama.

Ambos sin creer ninguna palabra de Issei.

Mittelt se levantó de su asiento y salió en silencio.

Ella no necesitaba saber más, solo tendría que esperar, y por un corto tiempo.

Ver como el único humano que llamó amigo se iba degradando a…

Un demonio.

Un golpe llegó al hombro de Mittelt para seguido de eso sentir que algo se le caía encima.

― Ara, lo siento, no te vi, supongo que estaba distraída ―Mittelt desde el suelo, en su estado húmedo y degradante.

Alzó la cabeza y lo vio.

A la reina de la chica Gremory.

La cual la miraba con asco y diversión ante su estado.

― Oh, Himejima-sama chocó con la desviada ―los bullicios sonaron de fondo, pero fueron simples susurros, nadie dijo nada al final.

― Debió ser un error de ella ―

― Seguro se cruzó con ella sin querer ―

― Me siento mal por Himejima-senpai ―

Mittelt no dijo nada al momento de salir.

Nadie le tendió la mano, nadie le ayudó.

Al final.

No era popular por culpa de esa misma mujer.

Era demasiado evidente.

Que Akeno Himejima la quería fuera o muerta.

Cuando estaba por ingresar al baño Mittelt escuchó su nombre.

Sonrió ante quien era.

Aquel pedazo de desperdicio humano.

Corriendo con una toalla y un uniforme de educación física.

Sinceramente.

Mittelt no sabía si sentir felicidad o desagrado que la primera persona que corriera hacia ella fuese Issei.

No importaba de igual manera.

Esta vez si se lo diría a Naruto.


Naruto estaba algo estresado, por lo de Issei, y por todo lo que era ser alguien como un director, cuando le preguntó a Kaguya por ese puesto.

No se esperó que le diera presupuesto y comprase una de las escuelas que ya tenían renombre.

Hubiera sido mejor con algo simple.

Mañana de noche sería el día en que Issei moriría.

Y no le gustaba nada, por el hecho de que a pesar de tenia problemas con su perversión, y que era algo lamentable.

Era buena persona en las malas situaciones.

Tenía ese pequeño heroísmo interno.

Divertido.

Pero a menos después de esto podría recoger a la monja.

Y obtener el alma de Azure que estaba en esta.

Apretando con fuerza el cemento de la pared en la que estaba apoyándose y viendo por la ventana al patio.

No se dio cuenta cuando esta empezó a fracturarse y resquebrajarse.

A pesar de todo lo que aquel cuerpo significaba.

Era realmente eficiente.

No al punto en el cual debía poder ser arrogante.

No contaba con la resistencia innata de su mundo, por lo cual, podía ser fuerte, podía tener poder, pero un simple rasguño, un simple golpe normal.

Y él estaba fuera.

Quizá ese fue el precio por algo que pudiera soportar su alma de manera temporal.

La puerta del rubio sonó.

― Puede pasar ―la respuesta fue sencilla.

Naruto no necesitaba voltearse y saber quién venía.

Lo único que podía decir que otorgaba de verdad aquel cuerpo.

Era el poder manejar el chakra natural con facilidad.

Sona entró con una expresión complicada y sería.

― Bueno, bueno, pero si es mi demonio favorito ¿Qué puedo hacer por ti? ―la pregunta de Naruto fue cortes mientras que indicaba que se sentara en el asiento frente a él.

Caminando hasta su asiento, Naruto vio a Sona que lo miraba con recelo.

― Entonces, supongo que vienes a negociar ―la pregunta de Naruto hizo que Sona asintiera con tranquilidad e indicaba hacia la puerta.

La cual no fue cerrada.

Que entrase el que estaba fuera.

Tsubaki entró con un maletín en mano.

Naruto alzó una ceja.

― No te voy a dar el contrato de tu hermana por dinero, te tomé como alguien lista ―Naruto comentó mientras que dejaba apoyar su cabeza en su mano y miraba a ambas chicas.

― Sé que no necesita dinero, alguien conocido como el pontífice de Kaguya no necesita dinero ―ahora Naruto sonrió ante aquellas palabras de Sona.

― Divertido ¿Pontífice? Alguien hizo su tarea por fin parece ser ―un ligero fruncido de ceño salió de Sona mientras que su reina, Tsubaki, no ocultó su hostilidad.

― Tengo la sospecha de que eres más viejo de lo que dejas ver, él ultimo portador conocido de tu sacred gear, fue ya hace más de medio siglo, el portador es seleccionado al nacer, por lo cual, creo que tu eres uno de los que recibió la ayuda del sabio, sabemos que el sabio otorga muchas bendiciones, como maldiciones ―una sonrisa divertida nació en el rostro del rubio.

― ¿Es eso así? Me sorprende que también estudiaste historia, pero no importa ¿Qué ofreces? ―la pregunta de Naruto fue recibida con la respuesta de un ademan de parte de Sona.

Tsubaki movió sus manos en el maletín que ella tenía y lo abrió.

Los ojos del rubio miraron con diversión e interés lo que estaba dentro.

― Eso, por más divertido que sea y entretenido, no llega ni siquiera al diez por ciento, no quizá, ni siquiera al cinco, de la deuda de Serafall ―Naruto sonrió cuando el ceño de Sona se frunció.

― ¿Crees que esto es fácil de conseguir? ―Sona cuestionó.

― Creo que es fácil de rechazar ―ante aquella respuesta de Naruto.

Sona se levantó de su asiento y apunto un dedo hacia el rubio.

Una fina línea de agua salió de la punta del dedo de Sona.

Una ligera cuchilla creció y cortó el borde de la mejilla del hombre.

― Ni siquiera Rias es tan atrevida ―Naruto comentó mientras que se reclinaba en asiento. ― Veo que incluso Rias te sobrepasa en intelecto, bastante penoso, siendo que no es su característica destacable ―Naruto comentó mientras que movía su cabeza una vez más donde estaba Sona.

Cinco personas estaban paradas alrededor de la sala.

Entre ellas.

Figuras demasiado destacables.

― Lord, y lady Phenex ―Sona susurró mientras que sentía el poder mágico a su alrededor.

― Supongo que el conocimiento de los tratos no se llevó para nada al heredero Sitri ―una voz fría sonó.

Fue el Lord quien habló.

― De hecho, cariño ―la señora de los Phenex contestó.

― Sitri-sama, le recuerdo que no puede tocar a ese hombre ―Sona tragó ante esa última voz.

Una voz fuerte y realmente fría.

La reina definitiva.

Grayfia, y uno de los demonios contratados del rubio.

― Puede retirarse, fue solo un simple juego de alguien joven, supongo ¿No? ―Naruto comentó con tranquilidad.

Sona odiaba a ese hombre.

Lo odiaba tanto, a tal punto en que quería destrozarlo para que no pudiera pedir más que muerte.

Pero se limitó a asentir con la cabeza y salir de la habitación.


― Sabes que Rias-sama y Sona-sama no dudarían en córtate la cabeza en la primera oportunidad que tengan ―Naruto abrió uno de sus ojos y vio el rostro tranquilo de una mujer.

― Puede ser, gracias Grayfia-chan ―la sonrisa de Naruto creció cuando la sonrisa de la mujer también llegó.

Naruto se encontraba en el sofá amplio de la oficina, con su cabeza apoyada en los muslos de Grayfia, la cual le acariciaba el cabello con delicadeza.

― No te preocupes, incluso después de mil años, sigo en deuda por esa oportunidad que ustedes me dieron ―la sonrisa de la mujer se atenuó un poco, más aquello fue solo por unos instantes antes de que una sonrisa ahora con dulzura saliera. ― Milicias es buen chico, creo que ambos se llevarán bien ―Naruto sonrió con diversión ante eso para cerrar los ojos.

― Quizá, por lo que me contaste, parece todo lo contrario de tu demonio promedio ―Naruto sintió la mano de Grayfia pasar por su cabello.

― De hecho, es bastante dulce ―Grayfia vio la expresión del rubio para dar un ligero suspiro. ― ¿Algo te molesta? ―la pregunta de Grayfia hizo que el rubio abriese un ojo para ver a la mujer con una expresión algo preocupada.

― ¿Cómo es que tú, la princesa y el conejo pueden leerme tan bien? ―Naruto suspiró para girar y ocultar su rostro en el abdomen de la mujer.

― Porque te conocemos como Naruto, la persona que quiere hacer las cosas bien, no como el sabio o como el que corrompe a Dios ―Grayfia se rio mientras que vio la actitud de Naruto. ― Más que un zorro pareces un gato ahora, puedes decirme lo que te molestas, sabes que siempre estaré para ustedes ―Naruto se giró y vio la sonrisa en el rostro de la mujer.

Dando un suspiro Naruto llevó una mano su cara y se tapó con ella su rostro.

― No quiero dejar que uno de mis estudiantes muera por Rias ―Grayfia abrió la boca con sorpresa.

― Entonces…Rias-sama sigue con lo de entrar como salvadora…―el susurro de Grayfia se ganó una burla seca de Naruto.

― Es la mejor opción para crear lealtad absoluta, es por eso que, a pesar de todo, me agrada Sona, ella es directa, pero a la vez amable en su propio sentido ―Naruto sintió como una mano se posaba en la mano que tenía sobre su rostro.

― ¿Quieres salvarlo no? Eres demasiado bueno, siempre te la pasas diciendo que entendiste lo que querían Tiamat y Kaguya, pero no, al final, siempre terminas intentando salvar a todos ―Grayfia expresó aquella ultima oración con un tono de nostalgia.

―…―no hubo respuesta directa de Naruto.

Solo un silencio que indicaba que era cierto.

― No puedes ser malvado, por más que lo intentes, no puedes, actúas como si quisieras terminar con todo el mundo, pero solo quieres un final feliz para todos ―Grayfia movió la mano de Naruto y destapó la cara del rubio.

Una expresión de afligida era dada por el rubio.

― No quiero centrarme en tantas cosas, tengo mis planes, pero es la ciudad que elegí con Kaguya, ella misma cuida de todos sus seguidores con delicadeza ―Naruto volvió a meter su rostro entre la ropa de Grayfia.

― A veces, debes ser más egoísta, eso fue lo que aprendí, en todo el tiempo en el cual viví en esa burbuja de realidad que conocía ―Naruto se quedó callado.

Era para pensar aquello.

― ¿Aún quieres a Sirzech? ―la pregunta de Naruto hizo que Grayfia guardase silencio unos segundos para responder.

― Es complicado, puede que empiece a tener desagrado por lo que me hizo, pero viví cientos de años con él, si bien a cada instante en que pienso lo que hizo, me desagrada más, también está el hecho de que indirectamente, yo viví como su esposa por años, sin querer, por los meros recuerdos, no puedo darte una respuesta a eso ―la respuesta de Grayfia hizo que Naruto cerrara los ojos e imaginase la situación de Grayfia.

Una persona rota, destruida.

Psicológicamente inestable, incluso después de unos años de haber roto la ilusión que tenía delante.

Grayfia solo avanzaba de a poco.

Era lo mejor.

Alguien tan dañado.

Debía tomarse su tiempo.


El sol se estaba poniendo ya en otro día más.

Naruto no solía salir de su oficina, por lo cual, solo se quedó parado al lado de la ventana de la habitación.

Viendo a Issei reír y hablar con sus amigos.

¿Por qué había aceptado el rubio?

Dohnaseek y Kalawarner no tenían problemas con dejar a Issei a su suerte, para ellos era solo una excusa para poder ejecutar a Raynare.

Pero no tenía muchas opciones al final y al cabo.

Naruto alzó su mano derecha y la vio.

Sin vendas, casi viva por así decirlo.

Pero muerta a sus ojos.

Un cuerpo perfecto, la resurrección perfecta.

Aquello era como el rubio podía definirse, o al menos le gustaría.

Incluso, después de todo, no podía competir con su verdadero cuerpo.

A penas tenga la oportunidad que sabía que iba a venir.

Naruto lo recuperaría sin problemas.

Eso y el cuerpo de Azure.

La monja, portadora del alma de Azure estaba por ser parte de un ritual, ritual que el mismo Naruto dejó como pista para Raynare.

Era mejor tener de carne de cañón a un ángel caído, al final del día.

Era solo eso, un nombre que no se extrañaría ni se pensaría demasiado.

El teléfono de la oficina del rubio sonó unos instantes para que poco después de que el sonido fuera persistente, Naruto caminase hacia el teléfono.

Tomándolo vio el nombre y contestó.

― Conejo ―un saludo casual y tranquilo vino de Naruto.

― Zorro, por tu voz pareces que estás pensando algo molesto ―Naruto abrió la boca ante aquello.

No podía ser que la diosa lo leyera tan bien.

― SÍ, puedo leerte correctamente, cuando no actúas como político o en pelea, eres demasiado fácil ―una pequeña risa vino del fondo del audio.

Naruto puso una expresión plana.

― No creo que me llamases para saber del como estoy ―Contestó Naruto mientras que se sentaba en su silla.

― De hecho, sí, Grayfia me mencionó que estabas algo decaído, es por eso que llame ―Naruto parpadeó ante las palabras de Kaguya.

― ¿De verdad estabas preocupada? ―Naruto escuchó un sonido de refunfuño de parte de Kaguya.

― ¿Es tan difícil de creer? Eres el único que actualmente puedo molestar y hablar con esta comodidad ―Kaguya contestó con un tono molesto. ― En vez de cuestionar todo el tiempo, deberías sentirte honrado que me digne inclusive para hablar contigo ―Naruto parpadeó ante las palabras de Kaguya.

Solo para soltar una risa bastante grande.

― Por favor, nunca cambies ―Naruto se rio e ignoró lo siguiente que dijo Kaguya, aquello sin saber que, del otro lado, Kaguya sonreía ante la reacción del rubio.

― De verdad estas siendo alguien deprimente otra vez ―Naruto bajó su risa y puso una sonrisa suave, mirando el techo se llevó una mano al rostro tapándolo.

― Quizá, pero agradezco que siempre estuvieras ahí, incluso desde el primer portador, y con tu estado penoso, siempre apareciste ―Naruto se reclinó en la silla y dio un suspiro.

― Es obvio, Dios no comete errores, y Dios no pierde palabras o promesas ―un resoplido de burla salió de Naruto. ― Además, quizá tu cuerpo original fuese humano, pero a la vez, posiblemente se adaptó a ser un como yo, o sino un Semi-Dios como lo llaman aquí, como sea, hay que esperar que abran la puerta, será mejor de esa forma, me sorprende el como de control tienen por ese lugar pútrido ―Kaguya se recostó en el sofá que estaba en su departamento.

Estirando las piernas alzó el teléfono unos instantes antes de volver a ponerlo a su oreja.

Los cuernos ahora estaban presentes.

― Bueno, del como dejé de envejecer fue un indicio que algo se cambió ―Naruto comentó.

Pasos fueron escuchados del otro lado de la línea.

Del fondo se escuchó algo caer y romperse.

Sonaba a un vaso o un plato.

― ¡Mujer loca estas desnuda! ―Naruto parpadeó.

No creía que la mujer estuviera desnuda.

― Estoy en ropa interior, lo cual no cuenta como desnudo, además ¿Qué tengo de que avergonzarme? ―Naruto rodó los ojos.

Vali seguía viviendo con Kaguya, al rubio le sorprendía que la joven no hubiera ya saltado sobre la diosa, por el tiempo que pasaba con la mujer. Parecía que la relación de ambos no era tan buena.

Bueno, eso fue hasta que sin querer escuchó como Kaguya era llamada Mami.

El rubio en ese momento no sabía si reírse, sorprenderse o asustarse.

― Cada día me sorprende su relación ―Naruto expresó su sorpresa mientras que veía su teléfono unos instantes.

Cada interacción entre ambos era demasiado real para no ser una familia verdadera.

― Bueno, dejando de lado eso- ―Kaguya se cortó cuando un sonido de algo arrojándose se escuchó de fondo. ― ¿Por qué me tiras una manta? No es como si tuvieras amigos al final, para invitarlos aquí de todos modos. Pensar que antes me abrazabas cuando querías dormir y corrías a mi cama, eras super adorable ―Naruto alzó las cejas mientras que miraba su teléfono ahora con real desconcierto.

El sonido de la línea cortada fue audible por unos segundos.

Eso hasta que una llamada entrante volvió a sonar.

Era Kaguya otra vez.

― ¿Hola? ―Naruto preguntó con duda.

― Vali se fue a jugar con su equipo, ah, pensar que puede ser alguien infantil cuando casi siempre actúa tan maduro…―Naruto suspiró.

Era obvio que el chico en algún momento se rompería mentalmente.

Después de todo.

Vivir con Kaguya era el equivalente a vivir en un psiquiátrico con lujos.

― Como sea, recuerda, quizá ahora sufras, pero, siempre tendrás un lugar para volver, no importa que, siempre estaremos nosotros, y por nosotros, somos las personas que no necesitamos que te sacrifiques, sino las personas que quieren que vivas ―Kaguya habló con tranquilidad.

Naruto sonrió ante las palabras de la mujer.

Viniendo de alguien como la Diosa conejo.

Era realmente algo.

Un sentimiento de algo llenando el pecho del rubio llegó ante las palabras de la mujer.

― Realmente nunca me voy a arrepentir de haberte salvado aquella vez, gracias princesa ―la sonrisa de Naruto fue cálida mientras que cerraba los ojos.

No hubo respuesta de Kaguya.

Un sonido de algo romperse sonó a su lado para que Naruto se diera la vuelta.

De un portal negro que parecía que se rompía en el aire.

Salió una mujer de cabello blanco puro largo que abrazaba una almohada.

Tenía una manta colgando de su espalda tapando el hecho de que estaba solo en rompa interior y medias altas.

― ¿Conejo? ―Naruto preguntó viendo a la mujer que no dijo nada, solo caminó hasta el rubio, lo agarró del brazo y lo jaló de vuelta al portal.

Antes de que Naruto pudiera decir algo.

Ambos estaban en el departamento de Kaguya.

― Tengo sueño, y bueno, no te sientes bien, quiero evitar que hagas algo estúpido, solo por esta vez, descansemos juntos ―Naruto no pudo ver el rostro de Kaguya cuando lo lanzó a la cama, tampoco cuando la mujer solo le quitó los zapatos ante de lanzarse a su lado y hundirse.

Naruto se quedó con los brazos extendidos.

Kaguya se recostó por el pecho del rubio.

La expresión de sorpresa no abandonó al rubio, era la primera en todo este tiempo en que la mujer intervenía de manera directa.

La mano de Naruto se movió lentamente hacia la cabeza de Kaguya para acariciar el cabello de la mujer.

― No me gusta como estas ahora ―Kaguya habló ante el contacto.

Alzando la cabeza miró el rostro del rubio, ambos quedándose frente a frente.

La mano de Kaguya subió a la mejilla de Naruto.

― ¿No soy de tu agrado? ―la pregunta de Naruto hizo que una sonrisa de Kaguya creciera levemente.

― Todo lo contrario, peor ¿Eres de tu agrado? ―la voz de Kaguya sonó curiosa.

― ¿Si soy de mi agrado? ―la pregunta de Naruto hizo que Kaguya suspirara.

― A lo que quiero llegar, si estas cómodo como piensas ¿Sigues siendo el Hokage en tu cabeza? ¿O eres Naruto Uzumaki? ―Naruto abrió los ojos ante la pregunta. ― No, no eres ninguno de ellos, ahora mismo, eres el sabio dragón ―Kaguya inclinó su cabeza en el pecho del rubio y cerró los ojos.

― ¿Quién debería ser? ―Naruto se lamió los labios, el toque de Kaguya, era realmente algo lo cual no debía estar disfrutando.

Pero el rubio no pudo evitarlo.

― ¿No lo sé? Tu debes decidir, bueno, es suficiente, ahora vamos a dormir que temprano sale un evento del juego que estoy jugando ―Kaguya se reclinó y cerró los ojos.

― Realmente eres una neet ahora…―un quejido salió de Kaguya, pero eso fue todo.

Naruto sonrió a la diosa.

Aquella acción de la mujer.

Era que ella quería hacer todo lo posible para poder ayudarlo.

Y realmente estaba agradecido de aquello.


― Veo que te tomaste la vigilancia muy en serio, me sorprende que lo hayas invitado a salir ―una voz algo ronca sonó de fondo.

Una joven con un traje de cuero negro salió de las sombras para entrar en la habitación de donde provino la voz.

― Dohnaseek, no recuerdo que tu opinión importase, solo estoy cumpliendo las ordenes de nuestro señor Azazel ―Dohnaseek miró a la persona que lo trató al instante con desprecio.

Raynare.

O mejor dicho.

La asesina del portador de Ddraig, el ángel caído sabía bien que aquello era cosa de alguien más, pero el mismo sabio le dijo que no interrumpiera nada.

Un circulo brillo cerca de la habitación.

Mittelt entró en la escena con una expresión blanca.

― Oh, pequeña Mittelt, lo siento, pero tuve que romper a tu mascota, bueno, aún puedes tener a el portador del sabio, al final, ese es tu mejor títere, avísame cuando quieras robarle ese sacred gear, si es que lo quieres ―Raynare comentó con casualidad caminando dentro de la habitación.

El suelo resonó bajo los tacones de Raynare.

Pero antes de seguir, el ángel caído de cabello negro se giró sobre sus talones y miró a Mittelt, esta vez con una mirada maliciosa.

― Perdón por robártelo, pero tuviste que ver la expresión que hizo cuando le atravesé el corazón y la sorpresa junto con el horror ―al terminar de decir eso, Raynare se giró nuevamente y siguió su camino.

Poco después que una segunda puerta resonó.

Mittelt cayó de rodillas y se abrazó a sí misma.

La joven de cabello rubio no estaba para nada disfrutando aquello.

Muerte.

Issei Hyoudou estaba muerto, su vida como humano llegó a su fin.

Tranquilamente podía haber vivido con él si no fuera por el dragón tonto que tenía dentro.

Raynare fue la condena final al ataúd con el cual nació Issei.

"Sufrió"

Aquellas palabras llegaron de manera amarga a Mittelt.

Naruto le comentó todo el tiempo.

Que no tuviera emociones que no se interesara demás con los humanos, que no intentara vivir una vida que no pudiera.

Pero…

A pesar de todo lo pervertido y aberrante que era el castaño.

Aún seguía siendo un tonto de corazón blando.

― ¿El sabio te mencionó como debemos actuar? ―Dohnaseek preguntó a Mittelt, la cual no respondió.

Al cabo de unos segundos de ser ignorado.

Dohnaseek suspiró, si Mittelt estaba aquí, era porque el sabio no estaba en la ciudad.

Era regular eso.

Que el hombre viajase a donde estaba la Diosa de los ingratos y los conejos.

La Diosa de la pereza.

Un titulo raro que se ganó la mujer por nombre Kaguya Ootsusuki.

Un yokai clasificado como progenitor.

Algo que estaba más allá de la razón y entendimiento.

― Naruto me comentó que hay una forma de traer a Issei de vuelta, no solo eso, sino que habló con Azazel, que incluso puede hacer que pase a ser uno de nosotros. ―Mittelt comentó con cuidado.

― Entonces solo queda esperar ―Dohnaseek metió una mano en su abrigo y sacó un cigarrillo y un cipo.

― Pero también me dijo que posiblemente ahora odiará a todos los caídos y conociendo a la reina de Rias haga que nunca vuelva a hablar conmigo por el odio que puede sembrar ―Mittelt terminó.

Dohnaseek suspiró.

Justo ahora que el sabio idiota no estaba le tocaba recomponer psicológicamente a Mittelt.

A veces odiaba a ese sabio.

Pero a la vez.

Tenía que agradecerle.

Por su ascensión a unos cuatro pares.

Raynare o la heredera Gremory, realmente no tenían idea de que iba a suceder si peleaban.

De recolector de información a primera línea.

No estaba mal, pero tampoco bien, pero igual.

Era increíble.


Un par de días después, cuando el fin de semana terminó.

Fue cuando Naruto pudo sentirlo.

El aura de demonio de Issei que era ahora irradiada sin contención.

Naruto miró desde su oficina como entraba el castaño con una mirada desorientada.

Era momento en que la duda se siembre en Issei.

Dohnaseek había puesto un ojo en el chico, al final del día iba a enfrentarlo para "matarlo"

Naruto sabía que no iba a pasar eso, incluso sin conocerse, Dohnaseek le tomó aprecio al castaño pervertido.

Dando un suspiro Naruto se enderezó la espalda al estirarse.

― ¿Cuál es mi agenda de hoy? ―la pregunta de Naruto fue seguida de una voz tranquila.

― Reunión con el heredero de Glasya-Labolas para después una reunión con el único de la familia Marbas, el primero en discusión por las tierras y demanda de materiales y el segundo por el pago de cristales ―Naruto asintió mientras que se giraba.

― Oh, me alegra que cambiases de apariencia esta vez Grayfia ―la sonrisa del rubio creció al ver como la mujer no tenia el uniforme de sirvienta.

Era más hogareño.

Una camisa mangas largas suelta de color amarillo con una falda larga de color marrón, incluso era posible ver pantuflas en la mujer.

― Oh, esto, me dijiste que no importaba como estaba, y no tenía ganas de ponerme todo ese maquillaje y el uniforme, además esa apariencia es la de la reina de Sirzech, no Grayfia Lucifuge ―Naruto parpadeó ante aquello.

Mirando hacia abajo, vio que la camisa de color naranja sobre salía y resaltaba por sus pantalones y corbata color negro.

Una sonrisa llegó al rubio.

Quizá no fuera su típico chándal.

Pero seguía siendo él mismo.

El mismo Naruto.

― Es impresionante como siempre ayudas con cualquier cosa sin siquiera intentarlo, si no estuviera casada te propondría matrimonio ―Naruto comentó.

Una risa compartida vino de ambos.

Una risa de verdadera diversión ante aquel tema.

― Lucifer-sama lo a estada haciendo bien ―la voz de Grayfia fue tranquila mientras que se sentaba en uno de los sillones. ― ¿No tienes miedo que algún estudiante entre y me vea? No sería bueno para tu imagen ―Grayfia se acostó boca abajo en el sofá y vio al rubio que se reclinó en su silla.

― ¿Es eso así? Reamente no te preocupes, tengo una barrera aquí, cualquiera que no toque la puerta va a ignorar el hecho de que puede entrar ―Naruto comentó mientras que vio a Grayfia alzar una ceja.

― Por cierto ¿Qué tal vas con los grimorios que pidió la familia Astarot? ―Grayfia soltó un gemido mientras que estiraba sus pies y se relajaba.

El hecho de tener un contratista tan bueno que la dejaba flojear como quisiera…

― Hechos, si quieres puedes llevarlos a ellos, tu tienes la llave de mi biblioteca ―Naruto estiró su mano y tomó su teléfono que había sonado. ― Por cierto ¿Alguna noticia de la pequeña Tiamat? ―Naruto preguntó con interés evidente.

― Voy a llevarlos, y sobre Tiamat, pude hablar con ella, cuando le conté mi situación y tu estado, se emocionó, peor decidió que es mejor esperar, si ella aparece, entonces sería demasiado evidente que algo esta demasiado fuera de control ―Grayfia comentó girando y quedando boca arriba.

― Veo, me alegro, pero ¿Está enojada conmigo? ―Naruto preguntó con algo de preocupación.

― No, estuvo tan feliz que dijo que quería estar contigo y abrazarte, ella no te guarda ni el más mínimo resentimiento, por otro lado, ya conoces como trata a los usuarios de Ddraig, supongo que ya sabes cual es el padre favorito ―Terminó Grayfia aquello mientras que hacia una seña de mano hacia un estante de la oficina.

Naruto dio un suspiro.

Levantándose tomó abrió la puerta del mueble y sacó algunos dulces.

Un leve brillo nació en los ojos de Grayfia.

Sentándose en el sofá, ella extendió la mano cuando el rubio le tendió los dulces.

― Sabes, de vuelta a mil años atrás, y de cuando nos volvimos a ver, me cuesta creer que actúas así ―Grayfia llevó unos dulces a la boca e ignoró al rubio.

Naruto suspiró y se sentó al lado de Grayfia.

― Las cosas cambian, toda mi vida fui una sirvienta ¿Cómo voy a aprender a disfrutar la vida si solo me encierro en el hecho de que tengo que servir? Me diste libertad, y no la voy a desperdiciar ―Grayfia comentó con tranquilidad.

Tranquilidad que hizo que Naruto parpadease con confusión.

Confusión que pasó a ser entendimiento y entendimiento que pasó a ser felicidad.

Después de mucho tiempo.

El rubio salvó a alguien, a alguien que verdaderamente quería salvar.

Rota quizá, con demasiadas partes vulnerables, pero Grayfia iba por buen camino a la reforma y reconstrucción.

Una mujer de mente fuerte.

Una persona fuerte.


El día para Issei fue molesto.

Nadie recordaba a su novia, nadie estaba creyéndole con eso, inclusive pensaron él se había confesado a Mittelt al principio.

Fue realmente extraño para el castaño.

Tanto como el hecho de que ahora Mittelt estaba durmiendo en su hombro con tranquilidad.

Que chica más tonta.

Issei suspiró viendo a la joven durmiendo.

La tranquilidad de ella era demasiado a veces.

Pero al menos, a su lado tenía la esperanza que Akeno Himejima no le hiciera nada.

Issei suavizó su mirada en la joven dormida.

Akeno era conocida como una de las dos "Onee-sama" de la academia, a lo cual llegaba cierto estatus.

Y personas que no comprendían que ella intimidaba a Mittelt en cada oportunidad que pudiera.

A Issei podría gustarle ella, como era su pecho, un pecho realmente grande, pero a la vez.

Tenía ese sentimiento de molestia por la joven de cabello negro.

El sonido de la campana indicaba que el tiempo de descanso había acabado.

Issei miro a Mittelt, el chico no sabía si despertarla.

Eso hasta que un par de pasos se escucharon en su posición.

Era la persona que menos esperaba ver.

Y Mittelt posiblemente estaría enojada cuando supiera que la vendió a su padre cuando estaba durmiendo.

Issei tragó podría sobrevivir a eso.

"…"

Al menos eso era lo que Issei pensó y supuso.

― Veo que ella durmió a esta hora, no me sorprende, la otra vez no pudo dormir casi nada ―Naruto habló a Issei.

El castaño alzó una ceja.

Naruto suspiró.

― Obviamente igual tendrá castigo, pero sé porque está así, y no me gusta, déjame a Mittelt, ve a clases y no olvides regresar a casa a tiempo ―Naruto habló haciendo que Issei parpadease.

Más el castaño no dijo nada para luego retirarse del lugar.

Caminando del lugar, Issei giró la cabeza una vez, viendo a Naruto que abrazaba a Mittelt que estaba durmiendo.

Un abrazo que expresaba preocupación.

Issei no dijo nada.

Solo siguió su camino.

Al menos, Issei creía que la joven iba a estar bien, después de todo, Akeno no iba a hacer nada contra la joven con el director a su lado.


― Espero que Rias esté realmente bien para hablar después, porque esta broma fue demasiado lejos esta vez ―la voz de Naruto fue a nadie en particular.

Eso hasta que en un movimiento fluido y sin apenas poder verse.

Había lanzado una aguja a el árbol que estaba al lado de la ventana del pasillo en el cual estaba.

Girando lentamente la cabeza, el rubio vio a Koneko que estaba viéndolo con los ojos entrecerrados.

― No sé de que hablas ―la voz de Koneko fue sin emociones.

Pero estaba sorprendida de verdad.

― Ya veo, entonces voy a disimular que alguien no llenó la comida de Mittelt con una poción de sueño ―Naruto comentó con tranquilidad.

Pero esta vez fue distinto.

Cerró los ojos y dio una sonrisa amigable.

Dejó a Mittlet en la banca en el pasillo y caminó hasta el árbol.

Koneko quiso saber que haría.

El árbol estaba cerca para saltar, pero no parecía que el rubio iba a tomar impulso.

Naruto dio un paso y alzó un pie en la ventana, el zapato negro del hombre tocó el marco de esta para luego el siguiente pie hiciera lo mismo.

Koneko no entendió nada hasta que fue tarde.

Había una barrera a su alrededor.

Como sensor que era, Koneko se sorprendió que no supo que se alzó aquello, mucho más se sorprendió por el hecho de que el hombre la levantó al instante y sin ninguna demostración.

― Es obvio que no haré movimientos vistosos o que gritare el nombre de mi técnica ―Koneko se sorprendió una vez más ante las palabras del rubio.

Era como si leyera su mente.

Los pensamientos de Koneko se detuvieron cuando los pies del hombre tocaron la pared.

Pared que estaba puesta verticalmente, de forma en la que no había nada que agarrarse.

Pero viéndolo.

Parecía que toda lógica física se fue.

Dando pasos en la pared, Naruto caminó hasta ponerse cara a cara con la joven que no se movió de la sorpresa.

― Esta pequeña broma la voy a cobrar de Rias o de Akeno, no te metas en esto gatito, me agradas ―Koneko sintió algo en la sonrisa de Naruto, algo andaba mal.

Muy, muy mal.

Y no eran el hecho de que el único ojo entre abierto del rubio ahora era rojo con una rejilla negra.

"El sabio era un kyubi, pero nadie pudo desbloquear su poder hasta ahora"

La información que Rias le propinó a Koneko vino a su cabeza.

―…―Koneko no dijo nada, mucho menos expresó algo cuando el rubio frente a ella desapareció en un montón de hojas como si el árbol las hubiera tirado.

Aterrados.

Fue lo único que pudo pensar Koneko.

Ese era nivel de alguien que podía hacer contratos con demonio de clase alta y que era conocido como el pontífice de la Diosa de la desgracia y de los ingratos.

La Diosa de la pereza.

Aquel único nombre hacia que cualquiera se retractara de hacer algo contra el rubio.

Nadie quería estar enemistado con algo que parecía ser la competencia para los primeros puestos.

Quizá nunca se vio mucho de la Diosa de la desgracia.

Pero no había demonio que no la conociese, después de todo.

Una presa sabe conoce a su depredador.


Sona entró con prisa a la sala del club de investigación de lo oculto.

La molestia era evidente en su rostro.

― ¿Sona? ―Rias preguntó.

Pero fue recibida por una bofetada de ella.

Los ojos de Rias se abrieron, se abrieron tanto que se quedó en su lugar pasmada.

Las palabras intentaron formularse en la boca de Rias, pero no pudo decir nada cuando otra bofetada llegó a su rostro.

Fue en ese momento en que Kiba, Akeno y Koneko se pusieron en alerta.

Rias ahora estaba en el suelo tocándose su mejilla.

― ¿Sabes que tienes la responsabilidad de controlar a tu nobleza verdad? ―la pregunta de Sona hizo que Rias parpadease, mostrando más confusión.

― ¿Qué-? ―Rias fue interrumpida.

― Tu reina atacó otra vez a la hija adoptiva del portador del sabio ―Rias giró su cabeza lentamente hacia Akeno, quien parecía igual de sorprendida.

― No creo que vengas para acusar a mi reina sin-―Rias volvió a ser interrumpida.

― ¿Sin ninguna prueba? Rias, como mi rival, te tengo respeto, pero ¿Alguna vez leíste mis informes sobre las habilidades conocidas del sabio? El hombre en un cierto espacio, el literalmente omnipresente, no sé como lo hace, pero lo ve todo, tiene sus puntos ciegos, y se dónde están, a lo cual su visión no es perfecta, pero sí tan buena como para saber que tu reina puso una posición de sueño eterno en la comida de Mittelt ―el disgusto de Sona hora era papable y evidente.

Rias abrió los ojos ante aquellas palabras.

Pero Akeno no expresó nada.

Entonces era cierto.

― Es solo un caído sucio-―Rias se puso de pie y puso una mano en la boca de Akeno para que se guarde silencio.

― Akeno, sé que ninguno aquí le gusta que algo así esté en la academia, pero la niña es una desertora, una desertora al cuidado de un hombre que la cuida como su propia hija, un hombre que puede votar para tu ejecución inmediata en el consejo si es que quiere ―Akeno no dijo nada.

Cuando Rias se ponía así de sería, era realmente por una razón válida.

El silencio llegó para que poco después.

Akeno abriera la boca una vez más.

― No veo el punto de confiar en que ella no esté manipulando al director ―Sona alzó una ceja, y una pequeña y controlada risa salió de Sona.

Una burla evidente.

― ¿Crees que alguien como Mittelt es capaz de manipular a ese sujeto? El sabio da una tolerancia a las ilusiones absurda, por no mencionar el nivel de conocimientos que tiene el mismo director ¿Alguien que engaña al diablo día tarde y noche controlado por un ángel caído de baja estirpe? ―la pregunta final de Sona fue ya con un tono molesto.

Era evidente que Sona pagó la molestia del rubio.

― No, no me hizo nada, de hecho, me dijo que si me mantenía al margen iba a entregarle los papeles del contrato de mi hermana ―Rias abrió los ojos con sorpresa.

Entonces ahora realmente estaba cabreado el rubio.

Magnifico.


― Es raro verte tan molesto ¿Sucedió algo? ―una voz casi sensual resonó.

Kalawarner estaba sentada en la casa del rubio mientras que llevaba una taza de café a su boca.

― Una pequeña disputa con los demonios, están molestando a Mittelt aún ―el rostro de Kalawarner se arrugó ante aquello.

― No veo el punto, ella esta indefensa en todos los sentidos en ese lugar, no tiene poder de ataque o de defensa ―Kalawarner bajó la traza y vio al rubio.

Naruto entendió la mirada del caído.

― No me mires así, les dejé un lindo mensaje a los demonios, me gusta burlarme de ellos, pero actualmente no tengo el interés de estar como receptor de su estupidez ―Naruto alzó las manos en signo de rendición.

― Veo…―el susurro de Kalawarner hizo que Naruto diera un suspiro.

― Asia ya esta en la iglesia ¿No? Ese molesto y asqueroso niño de Astarot realmente quiere que ponga su alma en una roca y la tire a un pozo de mierda ―Kalawarner parpadeó ante aquello.

Eso fue realmente aterrador de pensar.

A veces olvidaba, debido a la familiaridad que tenia el rubio con su grupo.

Que el sabio era la existencia mas aterradora que podía haber.

No había escape incluso en la muerte.

― Lo siento, eso fue…extremo, lo sé, pero no hay palabras para describir, actualmente tenemos que hacer que la chica Gremory reviva a Asia ―Naruto comentó para sentarse en la silla frente a la mujer de pelo azul.

Dando un suspiro Naruto se dejó caer en la silla con cansancio.

Kalawarner parpadeó y se levantó.

Naruto que había cerrado los ojos, vio a la mujer caminar y ponerse detrás suyo.

Para darle un masaje en los hombros.

― ¿No estas sobrecargando demasiado otra vez tu cuerpo? ―la pregunta de la mujer de pelo azul hizo que Naruto desviara la mirada.

A pesar de lo bajo que era el rango de Kalawarner, tenía una habilidad bastante peculiar.

― Hice una pequeña demostración hace poco, quería asustar a los demonios, pero no pensé que me empezaría a romper por algo como eso ―Naruto sintió como las manos de la mujer fueron al cuello de su camisa.

La cual se empujó y se abrió.

Revelando fracturas.

En vez de lo que tendría que ser piel.

Era algo parecido a fisuras en una piedra.

Un brillo purpura llegó en la espalda del rubio antes de que Kalawarner frunciera el ceño.

Las fisuras se cerraron.

La luz sagrada de Kalawarner, una habilidad única e inútil de la mujer.

Que le permitía unir cosas pequeñas.

Inútil en el combate, pero ahora.

Era la cosa que más ayudaba al rubio.

― ¿Qué paso con tu cuerpo nuevo que planeabas tener? ―la pregunta de Kalawarner fue dada ya con un jadeo.

La mujer cayó de rodillas mientras que se sujetaba del respaldo de la silla del rubio.

― No lo voy a hacer, en vez tengo una idea, puedo hacer clones, pero ellos son inútiles a la hora de pelear, por lo cual voy a usar a hacer otro cuerpo como este ―Kalawarner estaba jadeando en el suelo.

La mujer de pelo azul estaba recuperando aliento.

Su habilidad era tan inútil y a la vez costosa de usar.

Que era estúpido como se forzaba por algo como eso.

La mujer ángel caído lo sabía.

Si hubiera sido Grayfia, la reina, Tiamat, la reina dragón actual o incluso Mittelt, el rubio la estaría sujetando y ayudando.

Pero ella era algo prescindible.

Una mano se posó en el hombro de la mujer.

Naruto pasó un brazo de la mujer por su hombro y la ayudo a ponerse de pie.

― No soy como piensas tonta, obvio que me preocupo por ti, solo…no tenía las respuestas hace poco, Dios, realmente Grayfia es una psicóloga impresionante ―Naruto sonrió ante el recuerdo de la conversación con la aquel demonio.

Esa mujer sabía del como dejarlo pisando tierra.

― Bueno…le voy a agradecer…para la próxima…―fue casi sin aliento como la mujer respondió.

Naruto sonrió ante aquello, una sonrisa ahora estaba presente en el rostro de la mujer.

― Realmente eres algo a veces Kala-chan ―la sonrisa de Naruto brillo mientras que dejaba a la mujer en sofá.

― Cállate…―una sonrisa divertida salió de la mujer para poco después cerrar los ojos.

Durmiendo casi al instante.

Naruto vio a la mujer unos instantes antes de dar un suspiro.

Era amable, pero despiadada a la vez.

Cualquier raza lo era.

Los demonios mataban caídos y los caídos mataban demonios ¿Eso era algo que importase?

Seekvaira era un punto de inflexión divertido la verdad.

El sonido del teléfono del rubio sonó por poco tiempo.

Naruto sacó el celular y vio alzó una ceja ante el número y la persona que se comunicó.

― Ahora, ahora, Hades se esta moviendo, eso es bueno y malo, no importa, tengo que darle camino libre a Loki supongo…―dando un suspiro Naruto leyó el mensaje para alzar una ceja. ― A veces no te entiendo Hades ―aquel comentario vino con una risa.

Incluso siendo el tipo de Dios que era.

Ese sujeto podía tener sus momentos.

― Divertido, al menos que los otros Dioses ―Naruto se rio ante el recuerdo de Indra.

Una deidad de tan alto nivel, quería llevar a Kaguya, alguien que se consideraba en ese momento como una deidad menor, para que sea una de sus pertenencias.

La arrogancia fue algo que realmente hizo que el golpe que recibió fuera peor.

Naruto llevó una mano a su mentón y pensó en aquello.

Pensando, varias deidades ya habían querido llevarse a Kaguya a la cama.

Divertido.

Al parecer el hecho de que fuese conocida como progenitora, por el termino de un ser original, hacia que la mayor parte de los Dioses quisieran que ella diera luz a sus hijos.

Incluso Zeus se interesó en su momento.

Dando un suspiro y dejando aquel tema de lado estiró los brazos.

Era momento de volver todo a la normalidad, y, sobre todo.

De confrontar al nuevo Issei.


Issei no entendió nada en comienzo, de un momento para el otro cuando estaba regresando a su casa.

Un hombre con gabardina y sombrero apareció y le preguntó si era un callejero.

Ese hombre de gabardina era un monstruo, pero también Issei se consideró un monstruo por como logró esquivar cada cosa que le lanzó el hombre.

La tranquilidad que daba el hombre indicaba que no estaba intentando en ningún momento ir en serio.

Una mosca, un insecto, los ojos del hombre decían que no estaba viendo nada más que un pequeño bicho que podía aplastar cuando quisiera.

Aquello fue hasta que Rias llegó.

El hombre retrocedió, y salió del lugar.

Una diosa.

A los ojos de Issei, la mujer frente suyo, Rias Gremory, era nada más que una Diosa que descendió para ayudarlo.

Algo así como si lo hubiera elegido.

Caminando por el pasillo de la escuela y quitando aquellos recuerdos de su cabeza.

Issei caminó hasta su clase, entrando al salón vio a sus amigos, y a Mittelt que estaba dormitando en su pupitre.

Una sonrisa llegó en el rostro del castaño.

En los últimos días la diligente niña del director estaba durmiendo mucho, posiblemente el director le estaba pidiendo hacer algo.

― Mittelt-chan, ya terminó las clases ―la joven de cabello rubio abrió uno de sus ojos con lentitud.

Aquello antes de saltar y ver a su alrededor.

Era solo el descanso.

― Hijo de puta…―Mittelt fue cortada por la risa de Issei.

― Realmente deberías ver tu cara, para la siguiente te quitaré una foto y se la mostraré a Naruto-san ―aquel comentario, y la forma en la que Issei se expresó y que algunos a su alrededor parpadeasen en confusión.

― ¿No llamó al director por su nombre? ―

― Eso fue demasiado casual…―

Susurros de ese estilo estallaron en la sala para que Issei entendiera lo que hizo.

Solo tiró más leña al fuego en torno a eso.

La cagó.

El sonido de la puerta de la clase hizo que casi todos se volearan.

Era raro que alguien tocase la puerta.

Abriendo la puerta lentamente.

Kiba Yuto se asomó con una sonrisa.

― Hola, podrían prestarme a Issei-kun un momento ¿Sí? ―la sonrisa del rubio y la forma en la que se dirigió a Issei solo hizo estallar otro montón de comentarios.

Issei entrecerró los ojos ante la situación.

Y eso que el día no terminaba.


Cuando llamarón a Issei a la sala del club de ocultismo no esperó ver a todos los más grandes representantes de la escuela reunidos.

Fue sorprendente, y más incluso, el poder ver a su diosa, Rias, casi desnuda saliendo de una ducha.

― ¿Cómo les dejaron poner una ducha ahí? ―la pregunta de Issei se ganó una expresión de disgusto de Rias.

En todo el tiempo en que hablaron, fue en ese momento en que la expresión de Rias se deformó.

― El director aprobó todo esto, bueno, ahora sobre la verdad de los demonios…―Rias comenzó a explicar sobre los rangos, los contratos y la magia, el mundo y la guerra.

Y sobre todo los sacred gears.

Todo aquello vino como algo nuevo para Issei, algo que no comprendió pero que intentó asimilar, pero una pregunta surgió a su cabeza.

― ¿El director también es un demonio? ―la pregunta de Issei fue valida, pero solo hizo que Rias arrugara el rostro.

― Posiblemente el sería todo lo que conoces como el estereotipo de demonio, pero no, es humano ―Issei parpadeó.

Para que sea llamado así por alguien tan amable como lo era Rias…

― Yo...me cuesta creerlo ―Issei no supo del como continuar.

Un nudo se formó en la garganta de Issei.

Todo lo que conoció sobre el director.

Se deformó con unas simples palabras, después de todo.

Rias fue su benefactora.

Una sonrisa que quería crecer en Rias se detuvo en una simple expresión amable.

― Es un contratista de demonios, pero, sobre todo, un portador de un sacred gear algo…molesto, por favor, evita de ahora en adelante toda relación con él ―Issei parpadeó ante aquello.

Pero ahora fue una expresión sería la que se formó en las finas facciones del rostro de Rias.

― Hagas lo que hagas, nunca, pero nunca hagas un contrato con él, es lo mismo que someterte a un destino peor que la muerte…hay familias que se rompieron por algo como él ―Rias se llevó una mano a su ante brazo y lo sujetó con fuerza.

Rias nunca perdonaría al rubio.

No después de que se aprovechó de Grayfia, una persona que consideraba su hermana mayor, y la convirtió en algo como su sirvienta personal.

Una sonrisa nerviosa salió en el rostro de Issei.

No podía creer, no podía suponer.

― Yo…no sé…―Issei intentó formular palabras, pero no salieron.

Traición.

Entonces.

¿Era esa la verdadera cara del amigable rubio?

― Es un manipulador, alguien que sabe demasiado y que no puede ser tocado, escúchame Issei, nunca, pero nunca, intentes golpearlo, no importa que tan enojado o ira sientas ―Rias se acercó y puso un dedo en el pecho de Issei.

Issei quería disfrutar de la sensación.

Pero algo no cuadraba.

― Si es un humano y un contratista… ¿No se supone que los demonios deberían manipularlo a él? ―Rias no respondió de inmediato al castaño.

― Normalmente son los demonios los que nos hacemos cargo de esas cosas, sí, pero es todo por ese sacred gear que tiene, te pido que tengas cuidado por el hecho que posiblemente está relacionado contigo ―Rias contestó haciendo que Issei se confundiera.

― Peligroso ―Koneko habló con un tono algo bajo, pero era evidente algo.

Miedo.

― Koneko y Kiba tienen un contrato con él, así que no pueden hacer ningún movimiento en su contra, es más, si se da el caso, ellos tienen que defenderlo, por lo cual, si intentas golpearlo o algo más, Koneko-chan y Kiba-kun van a saltar a tu cuello, es una serpiente ese hombre ―Rias comentó.

Ahora con el desprecio evidente en la voz.

Issei abrió su boca con sorpresa.

No era lo que esperó, no era lo que tenía en mente.

¿Qué era ser un demonio entonces?

Se suponía que era porque tenía un contrato.

Los contratos por lo que explicó daban privilegio, pero entonces ¿Por qué había gente que se arriesgaba a tener un contrato que se supone que era malo?

Issei llegó a un rápido pensamiento también.

― Mittelt-chan… ¿Sabe de esto? ―Rias no dijo nada, pero cuando iba a abrir la boca.

Akeno habló primero.

― Esa cosa, Mittlet, es algo como lo que te mató aquella noche Issei, un ángel caído que fue adoptado por el rubio ―la boca de Issei se abrió.

Todo lo que vivió con la pequeña rubia.

¿Era una farsa como lo fue con Yumma?

Caídos.

Un sentimiento de que algo faltaba comenzó a nacer en el pecho del rubio.

¿Qué era?

Raro.

Piedad.

Esa palabra sonó en la mente del rubio.

La duda creció.

Rias no mentía y Akeno estaba con Rias.

Entonces ¿Era cierto?

Utilizado.

¿Era Mittelt quien le dio todos los datos a Raynare para que lo maten?

Algo se movió en la boca del estómago de Issei.

Los recuerdos, cada momento, cada acción con la rubia.

¿Todo fue planeado?

Las quejas, burlas y momentos.

¿Era todo por obra de algo que querían lograr?

Issei se lamió los labios.

El silencio llegó en la sala del club.

Issei no dijo nada.

Koneko guardó silencio.

A la niña no le gustaba, pero no dijo nada.

No como Kiba que caminó hasta otro lado de la sala.

Disgusto.

El caballero llevó una mano su rostro cuando salió de aquella y cerró los ojos.

Mittelt era genuina.

Kiba lo sabía, la conocía inclusive.

La chica de verdad se preocupaba por el castaño.

Lloró, le imploró que no lo deje morir.

Lloró a un demonio por que Issei no muriera esa noche.

La chica sabía que iban a matar a Issei.

Pero el poder mágico de la niña era mediocre a lo mucho.

Kiba caminó hasta el baño y se vio al espejo una vez que cerró la puerta.

¿Qué rostro estaba viendo?

Un hombre de tez bronceada y pelo rubio corto estaba en su reflejo.

Ah, cierto.

Solo era eso.


― Te ves más relajado de lo habitual ―una voz suave recibió a Naruto cuando abrió los ojos.

― Grayfia…―el susurro del rubio fue contestado con una leve risa de la mujer.

― Si, soy yo ―la respuesta de la mujer de pelo blanco hizo que Naruto sonriera.

― Quizá estoy tranquilo ahora, que las cosas se van armando como todo era previsto, solo…no quiero que Issei sufra, es un tonto, un pedazo de escoria, pero que conoce que es un pedazo de escoria ―la respuesta de Naruto se ganó un suspiro de parte de Grayfia.

― Ya hablamos de esto, al final, el chico va a ser feliz, va a encontrar su propia felicidad, como tu la tienes que encontrar ¿Qué es felicidad? ―la pregunta final hizo que Naruto pensara en eso.

No hubo respuestas de Naruto.

Actualmente estaba acostado sobre el regazo de Grayfia, la mujer sentada en el extremo del sofá largo de la habitación.

Naruto miró el rostro de la mujer con tranquilidad buscando una respuesta.

Una risa suave hizo que el rubio enfocara sus ojos en la mujer.

― Era predecible que no lo supieras definir ―Grayfia llevó una mano a los ojos del rubio.

― ¿Debería pagarte por mi terapía? Estas curando mi idiotez ―la sonrisa de Grayfia fue tranquila.

Ella estaba vestida como siempre lo hacía cuando trabajaba para el rubio.

Ropa holgada y cómoda.

― Quizá, mi conocimiento no es tan barato, pero solo porque eres tú, lo hago gratis ―una risa compartida vino en la sala.

― Bueno, estoy agradecido que siempre este aquí para molestarme ―la sonrisa de Naruto fue tranquila mientras que volvía a cerrar los ojos.

Algo húmedo vino en su frente para que el rubio abriese los ojos.

Un beso de Grayfia en su frente.

― Quizá tengas el titulo de sabio, pero esa cabeza tuya es bastante la de un idiota ―un pequeño suspiro de burla salió de Naruto al escuchar las palabras de Grayfia.

― Para tener el apodo de Reina de hielo, eres demasiado cálida ―Naruto comentó haciendo que Grayfia se riera.

― Ambos podemos ser polos opuestos cuando de algunas cosas se tratan ―Grayfia comentó cuando vio como el rubio alzaba una ceja.

Raro.

Toda esa situación.

Era rara.

Pero la vez.

Era de los pocos momentos en los cuales Naruto podía sonreír y disfrutar de la situación.

Grayfia no sabía del como expresarse.

¿Un sentimiento de gratitud?

Fue demasiado profundo para eso.

Amor.

Quizá.

Un sentimiento de apego se formó en Grayfia una vez que pudo recuperar su memoria faltante.

Un sentimiento que le decía que el único que decía la verdad era Naruto.

El único que le decía que no mentía era el rubio.

La única persona que era real.

Era el rubio.

Sin que Naruto supiera.

Una sonrisa posesiva creció en el rostro de Grayfia cuando llevó una mano por el cabello del rubio.

Aquel sentimiento de ser completo.

Grayfia sintió un latido en su pecho.

Vivir.

Ella existía.

Ella estaba viva.

Ella…

Era si misma…


Tiamat miró su puño lleno de escamas.

Una oleada de humo salió del enorme cuerpo de la reina dragón.

Una mujer adulta.

Alta y con un busto algo generoso salió de aquella bruma de humo.

El cabello largo de color azul claro tapó sus pechos y parte de su espalda.

Pero fuera de eso. Estaba completamente desnuda.

Los cuernos de la mujer eran grandes y curvos de un tono verde claro mezclado con azul.

A primera vista.

Cualquiera podría decir que era una diosa por su belleza.

― Pero no soy tan hermosa como lo fue madre ―el susurro de Tiamat llegó rompiendo el silencio.

Ella estaba sola en aquel bosque.

A la espera del sabio.

Para cuando llegue el momento, para cuando la oportunidad nazca.

Todos vuelvan a estar juntos.

Dando vuelta y pisando el piso frio.

Los pies descalzos de la mujer sonaron mientras que entraba en la cueva.

Oro.

Joyas.

Todo tipo de metales y piedras preciosas estaban ahí.

Pero la mujer puso sus pies sobre el oro y siguió caminando.

No importaba que su cuerpo casi brillaba con todo el dinero que había.

Cualquiera que viera aquella escena.

Pensaría que le habían regalado la fortuna del mundo con la mujer más hermosa de este.

El cabello de Tiamat se movió mientras que caminaba.

Alzando una mano.

Una lluvia de monedas de oro bañó el cuerpo de la mujer.

El metal precioso, para el que estuviera viendo aquello.

Valdría más solo por haber tocado aquel cuerpo casi irreal.

Cuando la corriente de oro terminó.

Entre todo ese montón de brillo.

Una espada de madera vieja, astillada y sucia resaltó.

Debes mejorar tu postura ―una voz casi fantasmal vino a la cabeza de Tiamat.

Alzando la mano con la espada de madera.

La bajo en un movimiento fluido.

Una vez, y otra y otra.

No hubo fin.

Al final.

Ella debía ser fuerte.

No era suficiente solo ser una reina dragón.

Débil.

Mediocre.

El grito de agonía de todos resonó en la cabeza de Tiamat.

Lagrimas, sangre y un rostro de desesperación.

Un cuerpo sin vida y maltrecho de Naruto cayendo en su frente.

Su madre decapitada y sin movimientos.

Ambos despojados de todo.

Pero aun así.

Tomándose de las manos.

El movimiento de la espada fue fuerte.

El viento se arremolinó e hizo que el oro y joyas vuelen.

Lagrimas salían del rostro de la dragona.

Mil años llorando una perdida.

Mil años odiando y amando.

¿Ella podría ocupar el lugar de su madre?

La madre de todos los monstruos.

Aquel titulo fue dado a Azure, la Tiamat original.

¿Qué era ella?

La dragona miró su mano y observó como la espada estaba ahí.

El único recuerdo.

El único objeto que le decía que fue feliz.

¿Ella lo fue?

Ah…

Tiamat cayó de rodillas.

Incluso con mil años.

No podía olvidar esas escenas.

No podía olvidar nada.

Incluso si pasaba una eternidad.

Lloraría y recordaría ese tiempo.

Felicidad.

Un sentimiento lejano.

Gritar.

Un rugido salió de la garganta de la dragona, sacudiendo el lugar.

Sufrir.

Lo que hizo por mil años.

Añorar.

Algo que quería, pero no estaba cerca.

Pero ahora, Tiamat podía desear.

Quedaba poco tiempo.

Venían, cantaban.

El coro de la esperanza con el canto de los ingratos se entonaba.

Felicidad.

Algo que alcanzaría otra vez.

Una vez más.

Sin pensar, sin querer esperar algo más.

Naruto siempre le sonrió, le acarició la cabeza.

Con su única mano la mimaba.

¿Era amor de hija o una obsesión?

Tiamat llevó una mano a su rostro.

Los ojos en rejilla azules brillaban con fuerza.

Odio.

Rencor.

Sangre.

Cada facción, no solo las tres.

Todo, y cada uno.

La era de los seres superiores estaba demasiado extendida.

Los humanos.

Debían vivir con libertad.

Un crujido vino debajo de los pies de la mujer.

El oro se disolvió mientras que estaba adquiriendo un rojo vivo.

El suelo cuando llegó a sus pies se quebró y hundió.

Fuerza.

Ahora ella era fuerte.

Incluso sin que Naruto la guiase.

Agitó aquella espada de madera por mil años.

Sin saltarse un solo día.

Sin dejar aquel recuerdo morir.

Para esperar.

El final feliz.

Del cuento de hadas que iban a narrar.


Ah, me quiero dar un golpe fuerte contra algo, a ver si me sale el dolor de cabeza que tengo.

No importa.

Bueno, aquí la continuación prometida ¿Pasó un mes o dos? Dios, mis promesas de fechas son tan mentirosas.

Como sea, espero que disfruten el capítulo.

Si hay errores, bueno, después cuando pase un tiempo y lo relea, los corregiré.

Por cierto, si alguien tiene buen manejo de inglés, me envía un PM y si quiere puede traducir y subir en su perfil la historia.


Comentarios:


alkirius: Bueno, cosas que pasan y cosas que van a pasar, a saber, como va, lo sabremos como va la historia jeje.

Altair-Chaan: Me alegro, espero que el capitulo sea de tu agrado otra vez si se da el caso.

Eliceo Lopez: La felicidad es relativa, como el tiempo, bueno no, como sea, ya tengo en mente como va a ser el rumbo, y bueno, como por fin me decidí, las cosas van para todos lados. Me alegro que mi historia te tenga tan enchanchado, espero que disfrutes el capítulo.

btorresalizaga: La actualización, y bueno, con lo del comienzo de la historia, jeje, las cosas van por ahí y por allá, bueno, haré como me parezca correcto.

DSarcas: Hola, nos vemos otra vez, espero que te guste el capítulo, gracias por seguir la historia.

Andres Gutierrez1: Graciassssssssssssssssssssss

cristrol44: No sé si tengo un dejavu, pero creo que ya mencioné, que nunca, pero nunca voy a dejar de lado a Kurama, su falta de la historia, es temporal, pero no perpetua. Lo de los portadores obvio va a haber partes, ya tengo escenas de eso. Gracias por pasar y espero que te guste el capítulo.

trollmemex: No uso auto corrector, las palabras que están, mal es porque mi cabeza decía algo, pero mis manos escribieron otra cosa. Sabes, me esfuerzo mucho para aprender de ortografía y gramática para que no me de la cabeza, jaja. Sobre los mundos y trama, para mi es una religión que todo tiene que estar fundamentado. Intento, a pesar de los cambios de las acciones, conservar lo más que pueda las cosas que hacen a ese personaje, pero cuesta, y mucho.

Nightocore : Bueno, aquí esta compañero.

LuisPerez77: Kaguya tiene la habilidad más uff. Eso de borrar a alguien si hace contacto con sus huesos, no importa la defensa, la fuerza o nivel de diferencia, me encanta ese concepto de absoluto que tiene, ah, como me encanta Kaguya, creo que se nota un poco…Espero que te guste el capítulo, nos vemos, espero verte una vez más.

Gues (invitado): Malvado ¿Yo? Si soy un pan de Dios, pero creador original, no lo sé, quizá alguien hizo algo parecido, pero como contexto diferente, como sea, gracias por tu comentario me motiva leer esa clase de cosas, el que actualiza rápido, me tiraste una maldición parece, jaja, y bueno, perdón, pero estoy algo fuera de si con la universidad. La cuenta en la parte de arriba la puedes crear. La divina comedia, Good omens, los libros de Steve Erikson, boneshaker, los relatos de Edgar Alan Poe, y de Franz Kafka, sus historias, son realmente buenas.

Nightocore: bueno, aquí está la continuación, espero que la disfrutes.

black fox of moon: Muchas gracias, espero que este capítulo le guste también.

Saben empecé con esto de contestar los comentarios, porque hay gente que cree que no los leo, cuando es lo que más motiva para poder hacer una historia.

Recuerden.

Siempre leo los comentarios, y espero que entiendan la alegría que da el que te den una felicitación. Así que como ustedes contestan, yo también, nunca piensen que no leo los comentarios.

Como sea, les deseo suerte en la vida a todos, y que este siempre bien, descansen bien y hagan sus cosas. Nos vemos en la siguiente actualización.

Rey de picas fuera.