Mittelt abrió los ojos sin ganas.
La alarma estaba sonando a su lado.
Realmente.
Ella no quería salir de su cama e ir a la academia.
¿Quizá Issei iba a estar como siempre?
Cabía la posibilidad de que aún no le contasen nada sobre lo sobre natural.
A Issei le gustaba la tarta que ella preparaba ¿Debería hacerlo?
Una sonrisa adornó el rostro de Mittelt.
Extendió su mano para ver la alarma.
Dedos llenos de vendas y curitas.
La mano de Mittelt tembló por un momento ante la vista de su mano.
Sentándose en la cama, la joven de cabello rubio, cabello que ahora estaba caído y esparcido por todos lados, se abrazó a sí misma.
Akeno no había tenido piedad la última vez.
Naruto aun no regresaba.
―…―Mittelt se quedó callada mientras que apretaba los ojos en busca de contener lágrimas.
Ya no era divertido nada de aquello.
Antes de que los demonios llegaran, ella era popular, ella podía hacer muchas cosas, hablar, salir y disfrutar…
Pero Mittelt sabía que ella era un blanco que muchos apuntaban.
Todo por el rubio.
Peligroso.
Quedarse al lado del sabio era absurdamente peligroso.
¿Pero realmente quería irse?
Felicidad, la felicidad de Mittelt al lado del hombre era grande.
¿Era esa clase de felicidad como la gracia del cielo?
Quería llorar.
No quería irse.
Pero de igual manera Mittelt se puso de pie.
Y se preparó.
Al menos iría, por el sabio.
E Issei.
Cuando Naruto entró en su oficina encontró lo de siempre, los libros, las carpetas de los docentes y, sobre todo, una taza de café preparada y puesta a la misma hora de siempre en su oficina.
― Grayfia-chan realmente es algo ―dando una suave risa caminó hasta el librero en la oficina.
Moviendo dos libros de su lugar.
El suelo se abrió para mostrar una escalera hacia abajo.
Naruto sonrió mientras que caminaba dentro.
Era demasiado obvio lo que hizo alguna de las dos herederas.
Una cámara humana para grabar.
Naruto no sabía quién fue, pero era algo obvio esto.
Lo estaban subestimando mucho.
¿Realmente creyeron que él no iba a ver eso?
Mostró la forma de acceder porque sí, no importaba de todas formas lo que tenía dentro de aquel lugar.
No era como si fuesen los grimorios que hacía en su casa.
En aquel lugar solo almacenaba cosas que vendía como productos de producción en masa.
A lo mucho lo que ellas iban a quitar es que él era el autor de algunos grimorios.
¿Aumento de velocidad, estamina y fuerza temporales?
Eran solo encantamientos tontos de un solo uso que los demonios compraban como si no hubiera un mañana.
La magia nórdica era por lejos, superior en todos los aspectos a cualquier otro sistema mágico.
― Es demasiado refinado para que sea Rias ¿Sona? Tonto de su parte sinceramente ―Naruto se quejó en voz baja mientras que tomaba uno de los libros que estaban almacenados.
A cualquiera que, entre abajo, era como ver una enorme biblioteca.
Un subespacio que se creaba a partir de las barreras de los demonios.
La magia era útil, sí.
Pero Naruto odiaba usarla, estaba feliz con estudiarla, pero eso es todo.
Nunca cambiaría el chakra por algo que él mismo consideraba deficiente.
Issei observó por todos lados apenas entró dentro de la academia.
Se sentía raro.
Era de día, Rias le explicó que por eso él iba a sentirse algo débil hasta que se aclimatase, por lo que no podía sobre exponerse aún.
Issei dio un suspiro mientras que siguió su camino.
― ¡Issei-kun! ―Issei se quedó quieto cuando escuchó aquella voz detrás suya.
Un retumbar en el pecho fue lo que el castaño sintió cuando se giró lentamente y vio a la rubia de siempre.
Mittelt venia con una sonrisa, una sonrisa radiante y feliz.
Tenía guantes en sus manos y llevaba una lonchera extra.
Pero el recuerdo de lo que mencionó Akeno llegó a su mente.
Miedo.
El rostro sonriente de Mittelt decayó de a poco al momento en que Issei daba un paso atrás en miedo y miraba a la chica con sorpresa.
Mittelt tragó.
¿Realmente él también?
Mittelt sintió una opresión en su pecho, algo nació en el estómago de la joven de cabello rubio mientras que daba una risa nerviosa.
― ¿Sucede algo? ―Mittelt sintió un sudor frio recorrer en su espalda.
― Yo- ― Issei intentó contestar, pero se detuvo.
Se dio media vuelta y siguió su camino.
Mittelt solo se quedó con la boca abierta y extendió la mano como para intentar sujetar el hombro de Issei.
Mittelt miró sus guantes blancos unos instantes antes de retroceder y sonreír.
Si eso era lo que el chico quería.
Que así sea.
Naruto respiró hondo mientras que terminó de corregir lo que tenía en frente.
Kokabiel aun no estaría listo para asediar la ciudad.
Naruto frunció el ceño ante aquello.
Ahora tenía que resolver todo lo relacionado con la Iglesia y los caídos de la zona.
Primero pensó que iba a dejar morir a los caídos de siempre, pero ¿Desde cuándo él pensó así?
Dando una risa muerta el rubio se masajeó la frente.
No importase lo mal que le tratase el mundo.
Él no podía hacer el mal.
La puerta de su oficina sonó, solo podía ser una persona que tocaba la puerta y la abría sin pensar dos veces.
Mittelt entró con una sonrisa y una canasta en la mano.
― ¿Oh? ―Naruto se preguntó viendo la canasta en la mano.
― No te había visto en los últimos días y bueno, quería disfrutar esto ―Naruto no vio el rostro en sí de Mittelt debido a que solo fue un borrón rubio que arremetió a su estómago.
Naruto se quedó con los brazos abiertos y sorpresa impregnada en su rostro, fue dudoso de parte del rubio mayor, como poco a poco, cerró los brazos y abrazó al ángel inferior.
Naruto no notó los ojos rojos de Mittelt por el hecho de aquel abrazo.
Mittelt solo podía sujetarse al rubio y esperar algo, pero ella misma sabía que su actuar era infantil, solo necesitaba una palabra suya para que el rubio haga algo ¿Pero si le complicaba las cosas?
Afecto.
Algo que no era necesario.
Por situaciones como estas.
Las manos envueltas en guantes, las lágrimas ocultas en sonrías, todo aquello, una situación tan humana.
― Tiamat te amaría, ella siempre fue amable con todos, pero eres una buena niña, posiblemente ella y tú serían realmente unidas ―
― Nunca entendí como me agradaste tanto con el paso de los años, con la de caídos que hay ¿Cómo me puede ayudar a sentirme vivo el levantarte? ―
Los fragmentos de conversación en los recuerdos de Mittelt llegaron mientras que intentaba contener cualquier emoción.
¿Alguien alguna vez pensó en cómo era sentirse agradecido?
Mittelt nunca esperó sentir nada en ese sentido.
A pesar de todo, ella nunca fue un ángel de la gracia de Dios.
Era más fácil mentir que fue una vez alguien con mucho tiempo a que era lo que era ahora.
Una tonta adolescente humana más.
Posiblemente Naruto lo notó, después de todo, ella había crecido poco, casi nada, pero creció con el paso de los años.
Un ángel de última generación, los que nación en el inframundo de padres caídos o humanos y caídos.
Al menos era un ángel caído de sangre pura, pero a pesar de todo.
Era absurdamente débil.
A tal punto que cualquier exorcista podría ganarle ¿Ese era el pecado de sus padres al caer de la gracia de Dios?
Ella no tenía un pasado especial, sus padres no eran especiales, nada en su vida fue especial, de hecho, en su momento, si no fuera que, por ese entonces, el buitre de guerra, Dohnaseek, ella hubiera muerto junto con otros cientos de caídos más.
Y claro, con sus padres.
Kalawarner fue posiblemente la mayor estabilidad psicológica que tuvo en su tiempo, los tres se movieron por todos lados, eso hasta que llegó el momento, en el que sería el único peleador de su equipo.
Quedó incapacitado por culpa de demonios.
¿Sufrir?
Era curioso, si no eran parte de algo alto en Grigori, o trabajabas de manera continua o en algún cargo verdadero.
Entonces no eras nadie.
Las puertas siempre estaban abiertas en el territorio, quieran o no, era una facción que de igual manera tenía sus problemas de población, es por eso que en el momento en que intentaron regresar, no hubo mayor problema, pero eso no quitaba algo.
El ser marcado.
Era mejor salir de aquel lugar e irse a cualquier lugar en el mundo humano a quedarse, Azazel cuidaba de su gente, pero los que estaban debajo suyo no.
Problemas de ira, arranques de furia o juegos. La mayor parte de los ángeles caídos que eran dirigentes no eran algo lo cual uno pudiera tomar como "Bueno"
Baraqiel fue un buen ejemplo de un líder que dejaba salir su furia por las cosas que le molestaban, en los años que Mittelt recordó.
Si bien no fue un mal líder, era conocido por su corto temperamento y agresividad, en torno a los propios de los suyos.
No hubo muchas quejas de ninguno de los tres al momento en que decidieron salir del inframundo e ir al mundo humano en ese sentido.
Miedo, miedo de lo venidero, todo aquello.
Hasta que llegó el sabio y les tendió la mano.
Una mano que en un comienzo tomaron con duda, para llegar al actual estado del grupo.
Mittelt sonrió y se abrazó a sí misma una vez más.
Estaba feliz de ser querida y la ayuda que le daba el rubio.
Una mano se posó en la cabeza de Mittelt, pero no alzó la cabeza para ver la sonrisa enorme del rubio.
― Realmente eres una niña mimada ―
Un mundo donde los dioses u otras especies no estén relacionadas con los humanos.
La edad del hombre.
― Si sigues con esa clase plan, me preocupa de lo que pueda pasar a la larga ―Naruto cerró los ojos y vio a la mujer sentada como siempre en el sofá de la oficina.
Grayfia era todo menos profesional cuando ella realmente no necesitaba serlo.
Agradecía eso.
― ¿Por qué pasas tanto tiempo aquí? Es un poco monótono y repetitivo siempre tener que venir aquí, tener casi los mismos diálogos y cosas que mencionar ―dio un suspiro la mujer de pelo plateado para inclinar la cabeza hacia atrás en el respaldo del sofá.
― Bueno, tengo que "trabajar" de verdad, es divertido, por un lado, me recuerda no solo a los días de allí, si no a un tiempo mucho, mucho más lejano ―la sonrisa en el rostro del rubio creció al recordar su tiempo como Hokage.
Un tiempo que se dio hace tanto tiempo, por tantos viajes por los mundos.
Que ya no tenía una noción exacta de su edad actual.
El miedo a lo desconocido había pasado a un punto el cual era un miedo por lo venidero. El rubio sonrió al momento en que juntaba sus manos y cerraba los ojos
― ¿Cómo era la vida antes de que aparecieras con los dragones? Nunca te pregunté ―Grayfia preguntó.
Naruto se detuvo.
La mano con el bolígrafo en mano se quedó quieta mientras que los ojos del rubio se abrieron.
¿Cómo era su vida antes de llegar aquí?
― ¿Cómo fue? ―la pregunta del rubio vino con un montón de imágenes a su cabeza.
Recuerdos.
Sonrisas, risas, papeles, peleas.
Amistad, familia.
Una sonrisa cálida vino en el rostro del rubio.
― Fue buena ―no había rostros en la memoria del rubio, no había caras, solo acciones que se repetían en bucle.
Una sonrisa se extendió en el rostro del rubio.
La expresión de Grayfia cambió a la de una de duda, para luego sonreír.
Ella no necesitaba más respuestas del rubio para saber.
Que el hombre no recordaba nada.
El teléfono del rubio sonó de repente haciendo que ambos miraran hacia el escritorio del este.
El sonido de la llamada entrante vino para que el rubio diera un suspiro.
Tomando el teléfono, Naruto contestó.
― ¿Azazel? ―fue sorpresa pintada en la cara del rubio al recibir la llamada.
Grayfia se puso de pie y camino a lo largo de la sala.
La cámara de seguridad que alguien había puesto, seguía prendida.
Grayfia caminó hasta el estante y movió los mismos libros que había movido Naruto. Abriéndose el pasaje entró en la sala de abajo y luego se cerró la puerta detrás de ella.
― Ni siquiera le dije que se fuera ―Naruto alejó el teléfono de su rostro.
Dedicación.
Grayfia tenía demasiada dedicación actual a la causa de traer de vuelta a la reina Tiamat.
― ¿Sucede algo? ―Azazel habló detrás del teléfono del rubio.
Naruto cerró los ojos y apretó el puño con fuerza, las venas del cuello del rubio se inflaron.
Ira.
Grayfia no quería saber de más, porque ella misma sabía que si Sirzech le ordenaba como rey decir algo.
Ella debía obedecer.
Un recuerdo de hace mil años.
Un susurro entre lágrimas de felicidad y alegría.
― Quiero hacer de este mi hogar ―una voz quebrada de una mujer rota que buscaba volver a conectar sus fragmentos.
Aquella persona que buscaba volver a juntar los retazos de su vida.
Ahora no tenía nada más que polvo el cual podía acomodar en el vacío que dejaron.
― ¿Naruto? ―el rubio abrió los ojos y miró una vez más a su teléfono.
Él se había quedado espaciado.
Chasqueando los dedos, el suelo del lugar brilló unos instantes.
Silencio.
Sin sonidos en la habitación.
― ¿Siendo vigilado? ―la pregunta de Azazel sacó una risa de Naruto.
― Dejaron de intentar usar familiares y ahora van por tecnología humana ―la respuesta de Naruto vino con un silbido de Azazel.
― Me sorprende, esto huele a la heredera Sitri desde kilómetros ―
― Lo sé, es ella, la estoy viendo actualmente, está sentada frente a un monitor en el consejo viéndome hablar ―
― ¿Es eso clarividencia? Kaguya-san también puede ver todo lo que pasa en determinados lugares ¿Es algo de tu clase? ―Azazel tuvo curiosidad.
― Puede ser ―
Naruto nunca supo o comprendió bien el termino de progenitor, a pesar de los cientos de documentos que encontró, solo hablaban poco de ellos.
Al parecer Kaguya y él entraban en esa categoría. Pero facilitaba muchas cosas ese mal entendido, después de todo.
Solo tenían que decir que era algo de su clase y listo.
― Siempre con ese misticismo, tú y el conejo realmente son tal para cual.
Aquel comentario sacó una risa de Naruto.
― Puede ser, somos los que quedan después miles de cosas, ella y yo somos únicos en cierto sentido ―
― ¿Eso de que asesinaste su clan menos a ella? ―
Naruto parpadeó.
¿Kaguya se lo dijo?
― Vali me comentó esa historia, no fue mi intensión traer algo como eso, pero es curioso, no hay registros de ustedes, pero tiene sentido, el que, si se conoce a los kyubi, pero a los "conejos" como Kaguya, no se le conozcan en nada ―Azazel hizo con los dedos la seña de comillas para sí mismo.
― Aquel tonto…primero fue esa apuesta ridícula que ahora está pagando y ahora eso, creo que Kaguya lo va a dejar como está por un tiempo más ―Naruto se rio ante aquel pensamiento.
― Ah, siento pena por él ¿Ella? No me importa, sigue siendo un maniaco por la batalla como siempre, además que no le molesta eso porque no interfiere en su crecimiento de pelea…Dios, tuve que pensarlo mejor antes de dejarlo con alguien como Kaguya ―
― ¿Por qué crees que yo mismo cuidé a Tiamat? Si fuese Kaguya la que hubiera cuidado de su rey dragón Tiamat, entonces medio mundo ya hubiera muerto ―Azazel murmuró algo inentendible después de escuchar las palabras del rubio.
― Como sea, después voy a ver su problema que le gusta recibir y no dar, pero a lo que venía ¿Qué vas a hacer con la monja? La poseedora actual del Twilight Healing ―
Hubo silencio por unos segundos, segundos que Naruto usó para cerrar los ojos y bajar la cabeza.
― No sé si va a funcionar el método actual, separar su alma del sacred gear es una cosa, mi investigación siempre fue para un lado, mantener el sacred gear en la más fina condición, no al portador ―
― Yo mismo no entiendo del todo cómo funciona la sincronización, no puedes sellar el alma del portador y alejar el sacred gear, porque puede que con la separación se dañe el sacred gear ―
― Lo sé, es por eso que el procedimiento tiene una tasa de mortalidad alta, le tiré la información al grupo de Dohnaseek, Raynare no dudo en tomarlo para ella y la monja ―
― Veo…―hubo decepción en el tono de Azazel.
― Hay algunos que no pueden ser salvados ―Naruto comentó para reclinarse en el asiento en el que estaba.
No le gustaba nada aquello.
Miedo, y asco.
A pesar de todo, un alma inocente seguía siendo eso.
Inocente.
Aquello fue por lo cual buscó alguien que no le importara y cuando llegue el punto.
Iba a condenarlo por las acciones.
¿Pero esas acciones no movían a alguien para que sea peor de lo que es?
Naruto cerró los ojos ante aquel pensamiento.
― Siento pena por la niña, toda su vida viviendo algo, para que llegue un demonio y arruine la vida que tanto abrazó ―
― Va a llegar el punto el cual va a pagar, todos tiran la moneda con la esperanza de tener suerte, pero siempre hay que esperar que caiga ―
― Esas frases de sabio no te quedan bien ―
― ¿No se supone que mi título es de eso? ―
― Si la te conocieran dudarían de eso ―
Una risa vino con una despedida.
Entonces Azazel tenía curiosidad de aquello.
No rea alguien malo al final y al cabo.
La puerta sonó al momento en que Naruto bajó su teléfono.
― Pase ―el grito de Naruto fue lo suficiente fuerte para que se audible del otro lado de la puerta.
Entró una persona que no esperó ver, al menos, que no esperó ver tan temprano.
Issei Hyoudou.
El castaño entró en silencio dentro de la sala y vio al hombre sentado con una sonrisa.
Al igual que siempre, Issei sintió la tranquilidad exudante del hombre.
Amistad que siempre mostró a él.
― director… ―Issei habló para luego tragar con miedo.
― Oh, Issei-kun, es bueno verte, pero es raro que vengas por tu cuenta ―la respuesta de Naruto hizo que Issei sintiera una opresión en su pecho.
Como si algo le hubiera empujado dentro de su corazón.
Mala persona.
Rias y Akeno le habían comentado que el hombre era todo menos una buena persona, pero al final ¿Por qué le dedicaba tal sonrisa sincera?
Crédulo.
Aquella palabra llegó en la mente de Issei al ver al hombre, quizá él estaba siendo demasiado crédulo.
Con el director y Mittelt.
Issei abrió la boca como para decir algo, pero la cerró de inmediato.
Caminó hasta la silla frente al escritorio del director y se sentó allí.
Con un movimiento de la mano de Naruto, sin que nadie se diera cuenta, ni la cámara ni Issei.
El silencio y sello de la sala se levantó.
― Es raro que me llames director, supongo que hiciste algo que me moleste ¿No? ―el rubio entrelazó las manos en el escritorio y le sonrió a Issei.
Una sonrisa sincera de Naruto.
―…―no hubo respuesta aún de Issei.
Naruto miró al castaño unos instantes y esperó que dijese algo, pero el rubio sabía.
Que los demonios no iban a decir nada bueno de él.
― Ahora que recuerdo ―Issei vio como el rubio se levantó y caminó hasta uno de los estantes de la oficina, sacando una lonchera envuelta en una servilleta de color verde.
Issei se quedó quieto viendo la lonchera.
― Mi pequeña llegó aquí, no sé porque me abrazó y lloró un momento, ah, siento que como padre es lo mejor, la forma en la que me abrazó y la felicidad que me mostró, oh, no lo mal entiendas, eran lágrimas de felicidad ―la sonrisa y palabras del rubio.
Eran sinceras en su totalidad.
Los ojos de Issei solo veían una cosa.
La tela que envolvía la lonchera.
Un recuerdo de como la joven de cabello rubio trataba a ambos.
A Issei y Naruto.
La servilleta verde era para Issei, y la naranja era para Naruto.
¿Por qué le dio su servilleta a él?
La dejó de lado con la lonchera en la mano.
Issei comprendió que era para él.
Oh, cierto ¿Hoy no era ese día?
― Me gustaría que siempre este día me trajeras lo que preparas, es demasiado bueno ―
― ¿Sucede algo Issei-kun? ―Issei alzó la cabeza y vio al rubio.
Tendiéndole la lonchera como para que compartan.
Issei tragó.
Pero…
¿Rias no lo salvó?
Sí, ella debía tener razón en esto… ¿Pero en base a qué él sabía sobre Naruto y Mittelt?
― No, nada, solo venía a saludar y ver como estaba ―poniéndose de pie.
Issei se levantó y salió de la sala al instante.
Rias debía tener razón.
Además de que ella y Akeno le prometieron dejarlo tocar sus pechos si cumplía con comportarse.
El pensamiento de aquello tranquilizó a Issei y lo dejó soñando.
Sonriendo siguió su camino.
Y dejó de lado los pensamientos innecesarios.
― ¿Por qué me buscas a mí de todas las personas? ―una pregunta algo tosca y sin ganas vino de parte de una de las personas sentadas en una sala.
Sala que parecía acogedora, con una hermosa decoración y pisos bien cuidados, muebles detallados y caros.
― ¿A quién más le puedo hablar? ―
― No veo el punto porque me molestas con esto, Mittelt ―cruzando las piernas mientras que se sentaba.
La persona miró a la niña que estaba viendo el suelo con cansancio.
― No sé a quién más recurrir, además que por tu estado actual pensé que iba a ser más fácil hablar contigo…Vali ―Mittelt miró al que antes era un chico.
Ahora era una chica que se podría considerar como linda, o quizá sexy hasta cierto punto.
― ¿Viniste para burlarte de mí? Aposté con mamá y perdí, no es mi culpa, no pensé que ella podía convertir, pero no revertir, supongo que incluso alguien como ella tiene sus límites ―Vali comentó con diversión.
― No pareces molesto en nada ―Mittelt vio a la joven frente suyo.
― ¿En qué me interfiere para pelear? Mi cuerpo sigue teniendo la misma fuerza, la misma capacidad y menos debilidades, incluso tengo mejor agilidad para las peleas, esto no fue una maldición, es una mejora ―Mittelt arrugó el rostro y vio a Vali.
Ambos prácticamente vivieron años juntos con la forma en la que Kaguya, la diosa de los ingratos, y Naruto, el sabio, pasaban tiempo juntos.
― Bueno…―Mittelt intentó decir algo, pero al procesar las palabras de la joven solo dio un suspiro. ― ¿Qué crees que puedo hacer? Es obvio que le dijeron que no se acerque a mí por el hecho de que estaba con los caídos ―Mittelt preguntó mirando al poseedor del divine dividing.
― Que puedo decir, es un idiota lujurioso asqueroso que solo quiere tirarte a ti y a toda mujer que pueda, apuesto a que intentará lo mismo conmigo, incluso si le digo que antes era hombre ―Mittelt abrió su boca como para defender al castaño.
Pero la cerró al instante.
Porque de hecho esa sería la forma de accionar de Issei.
Pasos con tranquilidad fueron audibles mientras que una mujer con un semblante tranquilo entraba en la sala.
― Nunca me agradó de igual manera ese pequeño ―Mittelt miró a la mujer que traía té.
La diosa de los ingratos.
Un yokai que era conocido por cada raza por su odio a los demonios y a todo aquel que participó en la matanza general de la ciudadela dragón.
Kaguya Ootsusuki.
Más para Mittelt y Vali.
Era una mujer demasiado cariñosa y algo orgullosa, pero al final.
Era de las mejores entidades que existían.
El título de los ingratos era porque nunca recibía gracias de parte de sus seguidores.
― A Naruto le agradaba ―Mittelt comentó mientras que bajaba la cabeza.
― Es tonto, obviamente le va a agradar la gente tonta, además, piensa en esto ¿Issei se preocupa por ti en primer lugar? ―
No hubo respuesta de parte de Mittelt.
― Es bastante obvio, solo lo quieres porque es el único humano que te correspondió cuando estabas sola ―Vali comentó haciendo que Mittelt girase el cuello y viera a la joven.
¿Era eso?
― No veo lo relevante de este conflicto ―
Mittelt no entendió las palabras de Kaguya.
― ¿Sabes que le pasó al último tonto que conocí que decidió que era mejor tirarlo todo por otros? ―la pregunta de Kaguya hizo que Mittelt mirase a la mujer.
― ¿No era sobre el empresario? ―Vali preguntó haciendo que Kaguya niegue con la cabeza.
― Dije hombre, necesitas mucho para que te reconozca como tal, en tu caso te considero ya una dama ―Vali alzó una ceja ante la broma, pésima por decir menos, de Kaguya.
― Era un tonto que busco felicidad a parte de los otros ¿En qué sentido? Si otros eran felices, entonces él debía ser feliz, pero ¿Qué pasó al final? ―la pregunta de Kaguya vino con un silencio mientras que se sirvió un poco de té.
― ¿Fue infeliz? ―
― Casi cariño, pero no, consiguió la felicidad, pero tardó en comprenderla, siempre estuvo solo al final de todo, justo cuando entendió que podía estar acompañado con personas y siendo feliz, fue cuando la felicidad que buscó para todos se convirtió en su sufrimiento, causando la pérdida total de todo lo que quiso ―
Una figura alta y erguida vino a la mente de Kaguya mientras que miraba el té en su taza.
― Un verdadero idiota que busca la felicidad ahora ―
Vali no necesitó saber más para identificar a la persona.
Naruto Uzumaki.
― No entiendo como esto ronda en torno a lo de Issei y los demonios ―Mittelt interrogó, pero se intrigó con la historia breve de la Diosa.
― ¿En qué tornas se encuentra esto con tu situación? ―Kaguya preguntó.
Mittelt quedó expectante de lo que iba a mencionar la mujer.
― Hubo una vez, un tonto que le encantaba ver a todos por igual, a todos menos él ―Mittelt alzó una ceja cuando el relato de Kaguya comenzó. ― Uno pensaría ¿Por qué no tomarse a sí mismo como un igual? Es porque él no se consideraba digno a pesar de todo lo que ganaba ―una sonrisa cansada se asomó en las facciones inmaculadas de la mujer.
― Digno ―Vali susurró viendo a Kaguya.
― ¿Alguna vez pensaste para que dedicarías tu existencia? No me refiero a tus peleas tontas, sé que serías feliz muriendo en batalla, pero ¿No sería eso solo a lo que dedicarías tu vida? ―Kaguya preguntó a Vali.
La boca de la joven se abrió, pero no salieron palabras.
― Imagina pasar miles y miles de años cuidando a todos por nada más que una promesa vacía de gente que te quiere muerto ―Kaguya cerró los ojos y empezó a recordar las imágenes vivas de cierto idiota. ― Incluso cuando el reconocimiento del mundo caía sobre sus hombros, para él, no era nada más que un simple logro, no, ese pequeño deseo egoísta de ser alguien, se fue cuando la montaña de responsabilidades llegó con el título que buscó ―Kaguya abrió los ojos y miró ahora a Mittelt.
La historia de Naruto Uzumaki contada de forma vivida.
Por la única persona que se conocía en toda la existencia que sabía algo de aquel aclamado sabio.
― Miles de años vagando matando a todos, y por todos me refiero a cada uno de mis familiares ―los ojos de Mittelt se abrieron y Vali solo quedó en silencio. ― ¿Por qué dejarme viva? Desesperación, y, sobre todo, soledad, con el último esfuerzo de aquel hombre, buscó por más que fuera su enemigo, evitar estar solo para siempre ―Mittelt ya sabía que hablaba del rubio antes de todo, pero ¿Por qué degradarse a una existencia tan triste?
― Fue entonces que llegaron donde estaba la ciudadela de dragones ¿No? ―Vali pregunto, sabiendo algo de la historia, pero nunca la parte completa.
― Oh, no siempre fue la ciudad de los dragones, antes que todo eso ocurriese, solo fue una casa pequeña de una familia pequeña pero feliz, el dragón rojo Ddraig, y la Tiamat de la mitología de babilonia, Azure Tiamat, o como aquel tonto decidió llamarla, Tiamat o reina ―Vali cerró los ojos procesando la información.
Era raro de escuchar cómo eran los hechos reales.
― El sirviente que traicionó a Ddraig para acostarse con la reina dragón ―Mittelt habló haciendo que Kaguya alzase una ceja en confusión.
― ¿Traicionar? No, todo lo contrario, ese tonto, que solo conoció la soledad del mundo y de las personas que lo habitaban, encontró algo dentro de un dragón roto que perdió a su esposo ―Kaguya bajó la taza de té en la mesa y sonrió.
― Algo sentimentalista obviamente ―Vali suspiró haciendo que Kaguya lo mirase con diversión.
― Un poco repetitivo he de mencionar, pero sí, después de la muerte de Ddraig, ellos se juntaron, tuvieron que ver la felicidad que tenían ambos, cada año, de cada mañana que estuvieron juntos, cada día, cada acción, fue en reflejo de la felicidad que sentían de ambos, no me sorprendería si cuando Azure fuera asesinada estuviera embarazada ―Kaguya mencionó con simpleza haciendo los ojos de Mittelt se abriesen.
― ¿Y los rumores de los sirvientes? ―
― Oh, eso, sorpresa, sorpresa, pero esa pequeña parte, es mentira, pero no tanto como creen, en todo el tiempo en que Naruto estuvo allí, solo estuvo con una mujer, y fue Tiamat, por favor, no confundan cuando el menciona el nombre Tiamat, nunca se refiere a la reina dragón del karma, siempre se refiere a su Tiamat ―Kaguya terminó para ponerse de pie, y luego comenzar a flotar.
― Entonces la moraleja de la historia…―Vali habló a la espera de que Kaguya dijese algo más.
― Sí el idiota no puede darse cuenta de lo que ama antes de que sea tarde, terminará como el sabio, con rencor a todo y buscando la resurrección de la única persona que necesita en el mundo, incluso si ese mundo se termina, él va a ser feliz cuando ella viva otra vez ―Kaguya comentó para tomar a Vali de la camisa y abrir un portal. ― La diferencia con Issei, es que si lo veo lo voy a matar, y que él no tiene ninguna posibilidad como Naruto, así que Mittelt, por favor, piensa en ti y no solo en el tonto, está solo, lo sé, pero no para siempre ―al terminar de decir aquello.
Ambos desaparecieron en el portal que la Diosa formó y se fueron.
El silencio llegó donde estaba Mittlet, sin saber que hacer o que decir.
Quieta, a la espera de algo.
Pero ¿Qué?
¿Qué se suponía que iba a hacer?
Si después de escuchar eso.
Tenía menos ganas de hablarle al rubio sobre su situación escolar, al final y al cabo.
No necesitaba sufrir más el hombre en vida por cosas tontas.
― Es raro que me digas para salir a caminar, pensé que tenías vergüenza de llevarme a todos lados ―Naruto sonrió a la joven caída que estaba a su lado.
Mittelt estaba con un vestido raro que pudiera asemejarse al de una criada.
La joven miró un momento al rubio y volvió a tomar la malteada que tenía en mano.
― Quería salir contigo, hace mucho que no lo hacemos ―aquella respuesta hizo que el rubio le sobase la cabeza a la joven y le desordenara el cabello.
― ¿Qué es esto? ¿Mi pequeño ángel extraña estar con papá? ―el rostro de Mittelt se puso rojo para luego apartar al rubio.
Una pequeña risa pasó al lado de Mittelt mientras que vio a un par de mujeres mayores que veían aquella escena con diversión.
― No hagas una escena otra vez, nos echaron la semana pasada porque gritaste de que no había ramen ―
― ¡Y lo haré otra vez! ¡¿Cómo es posible que no tengan ramen?! ―el rubio llevó ambas manos a su cabeza y miró a la nada como esperando una respuesta.
Mittelt sonrió ante la forma tan payasa del hombre.
¿Pero era feliz de verdad el hombre?
Las palabras de Kaguya indicaron dos cosas, y la primera era que Issei tenía que elegir con cabeza antes de que fuera tarde, y la segunda…
Que el hombre a su lado posiblemente la dejaría de lado si pudiera acelerar las cosas para Tiamat.
¿Pero era así?
Mittelt no quería preguntar y tampoco veía que el hombre le dijese algo, pero mostraba imparcialidad en algunas cosas, cosas las cuales que daban señal de que la vida a veces le importaba y a veces no.
¿Pero que era ella?
Mittelt no quería morir.
Una mano se posó otra vez en la cabeza del caído y luego fue un abrazo.
― No sé qué pasa por esa cabeza de pájaro tuya, pero me encariñe demasiado contigo para que tengas esa expresión afligida ―Mittelt abrió los ojos por la sorpresa de las palabras de hombre.
¿Realmente era así?
Naruto sonrió ante la mirada de desorientación que dio Mittelt.
Era obvio una cosa.
La joven estaba dudando de él por alguna tonta razón.
― Mittelt pertenece a los caídos, pero a la vez, no, Azazel te dio el pase de embajador, ni los caídos o demonios pueden tocarte sin tener bien presentado su motivo ¿Crees que es fácil conseguir eso? Eso fue para que no te hagan nada ―Naruto comentó con suavidad mientras que veía como la joven alzaba el rostro y veía los ojos azules del hombre.
― ¿Por qué importo yo? ¿Por qué no Kalawarner o alguien más? Ella es miles de veces más útil que yo ―Naruto abrió los ojos y miró a la joven.
Ahora el rubio entendió algo.
― Niña tonta ¿Por qué un padre le tiene que decir a su hijo porque importa? ―Mittelt se quedó quieta, sus pasos se detuvieron y solo pudo ver el rostro de Naruto.
Un latido vino del pecho de la joven.
― Yo…―lagrimas salieron de la cara de la joven.
Llorando, llorando de tal forma, que parecía algo de su edad.
Una niña que aprendía de nuevos sentimientos.
Amor.
Caridad.
Felicidad.
Issei se sintió en un paraíso, paraíso de los pechos de Akeno.
La mano de Issei estaba tocando el pecho de Akeno, la joven dejó salir un suave jadeo ante aquel contacto.
Cualquier pensamiento que esperase tener el castaño se detuvo ante aquella simple cosa que tenía gozando en la palma de su mano.
Pechos.
Grandes y hermosos pechos.
Suaves y grandes.
Issei miró por la ventana de la academia un instante, y vio a una joven de cabello rubio caminar sola con un rostro algo tranquilo, pero se notaba un pequeño semblante de tristeza.
Mittelt.
Issei no había hablado con ella desde que se convirtió en demonio.
― Ah, Issei-kun ―el castaño dejó que cualquier pensamiento se esfumase de su cabeza ante la vista de Akeno ante sus ojos.
La joven estaba frente a él con la camisa abierta y el sostén puesto, pero Issei pudiendo tocar con tranquilidad los pechos de Akeno.
Aquel deleite.
Fue lo máximo.
¿Qué tenía que preocuparse?
Cuando podía sentir el mundo en su mano.
― Viser sucumbió a la locura hace unas horas ―Naruto cerró los ojos ante aquellas palabras.
El rubio apretó los dientes y el puño.
― Dile a la niña Sitri y Gremory que voy a terminarla yo mismo ―el rubio se puso de pie.
Él estaba en su casa en frente de un escritorio.
Y la persona que estaba sentada cerca.
La mujer sentada en frente al rubio asintió con la cabeza.
Poniéndose de pie, invocó una familiar y lo envió.
― Realmente, entonces no aguantó…―Naruto comentó viendo la ventana.
Ya estaba oscuro y la tenía cosas por hacer.
― Lady Phenex, no, Glass, Gracias ―Naruto se derrumbó en su asiento y cerró los ojos.
Una niña humana con una sonrisa pasó en la mente del rubio.
Una niña humana que fue elegida contra voluntad para reencarnar.
― Esto ya no es gracioso ―Naruto comentó con desagrado.
Sabía que estaba algo mal con el rey de aquella niña, pero ¿Hizo algo?
No, la niña pasó a ser adulta y ahora solo quedaba esperar a que pudiera localizarla y volver a traerla a la humanidad.
No importaba que ella perdiese los recuerdos, no quería víctimas de más por los demonios ¿Hipócrita siendo que él buscaba algo parecido? Puede ser.
Lady Phenex dio un suspiro ante aquella situación.
― Antes de ir recuerde su misión, tiene que esperar a lo que dijeron, por mi autoridad puedo preguntar de inmediato la ubicación ―la mujer de pelo rubio mencionó haciendo que el rubio diera un suspiro y se sentara una vez más.
― Conocí a esa idiota hace tiempo, un demonio tonto la reencarnó cuando murió, ella era una niña enferma, no me sorprende que fuera débil a todo eso, pero esto…―Naruto miró el techo para fruncir el ceño.
― Los caídos atacaron a esa nobleza no hace mucho y se quedaron en malas condiciones, su rey posiblemente empezó a descargar toda su ira en ella, suele ocurrir mucho, pobrecita ―Naruto soltó un bufido de diversión.
Puede ser aquello que mencionó la mujer ¿Pero que ganaban los tontos a parte de doblegar a su nobleza?
Un pequeño pájaro de fuego se manifestó en la mano de la matriarca Phenex.
Hubo silencio después de que aquel familiar soltara el mensaje.
Naruto se reclinó en su silla y se rio por lo bajo.
― Mis más sinceras disculpas, esto se supone que era mi responsabilidad…además el hecho que confiaste lo suficiente para que quitaras tus ojos de esa zona ―la mujer apretó al familiar para que desapareciera en una estela de fuego.
― No importa ahora, no afecta a tu contrato o al de tu familia…―Naruto comentó dando un suspiro desganado.
La mujer parpadeó en sorpresa.
¿No estaba actuando demasiado natural ahora el rubio?
― Tengo que conseguir ahora otro peón descartable…―
― Oh ―la exclamación suave de la mujer hizo que Naruto se girar en su silla y mirase por la ventana.
Lady Phenex no esperó mucho de esa persona frente suyo.
Al final era lo de siempre.
Solo buscar peones fieles.
Era por eso que no se debía hacer contratos con el hombre.
― ¿Hay algún problema con que me retire? ―la pregunta hizo que Naruto girase el cuello y viera directo a la mujer.
Las venas marcadas en el cuello y frente del rubio eran mostradas, los ojos azules ahora eran unos ojos amarillos brillantes.
Glass se retractó al instante de aquel pensar anterior.
― Puedes hacerlo ―
Aquellas palabras vinieron seguidas por una leve reverencia de la mujer antes de que el circulo bajo los pies de esta se mostrase.
No sin antes escuchar un leve susurro de aquel demonio.
― Eres demasiado amable ―
Aquel susurro fue lo último que Naruto escuchó antes de que la mujer se fuera.
― Ah…―exhalando con fuerza Naruto se puso de pie y caminó hasta la puerta y siguió todo el camino hasta la cocina.
Aquellas palabras.
Eran ciertas.
― Ni en una eternidad voy a poder dejar de preocuparme por todos ¿No? ―la pregunta de Naruto fue seguida por una risa seca suya.
Caminando hasta uno de los estantes abrió el que tenía en frente y sacó una botella de vino.
Silencio.
No estaba Kaguya.
No estaba Kurama.
No estaba Grayfia.
No estaba Tiamat.
Y no estaba su Tiamat.
Solo.
Naruto destapó la botella antes de beber directo de ahí.
Caminó hasta las escaleras y subió.
― ¿Pasa algo? ―Naruto se giró y vio a Mittelt, tenía ropa holgada para dormir, la joven se estaba frotando los ojos para luego abrir uno con pesadez.
Naruto vio unos instantes al ángel caído.
Sonrió para luego reírse.
― ¿Qué te sucede? Estas bebiendo… ¿Pasó algo papá? ―la sonrisa de Naruto se murió al instante de aquel nombre.
Se notaba que Mittelt estaba a penas despierta.
No lo llamó sabio, no lo llamó por su nombre.
Papá…
Quizá…
¿Él podía vivir una vez más feliz con lo que tenía ahora?
Los días como demonio para Issei fueron lo mejor que le pasó en toda su vida.
Las chicas del club de ocultismo estaban a su lado, todos parecían empezar a reconocerlo como algo más que basura por el simple hecho de que ahora estaba al lado de las personas más importantes de la escuela.
Felicidad.
Aquello fue lo que el joven sintió en todo momento.
Eso hasta que se encontró con Asia.
Rias le había abofeteado por desobedecer y acercarse a la iglesia local.
Miedo.
Miedo de lo que pudiera ocurrir si hacía algo que no le gustara a Rias pasó brevemente en el sistema de Issei.
Pero aquello murió casi al instante cuando Rias lo abrazó y se disculpó.
Rias realmente se sentía mal por lo que hizo, aquello era lago que no quería la pelirroja.
Pero si no lo hacía corría el riesgo de que Issei se exponga al peligro.
Ella cuidaría de él.
Porque ahora era parte de su familia.
Nobleza. Aquel termino para Rias no era lo mismo que para otros demonios, para ella, su nobleza era lo más importante, ante todo, y sobre todo Issei que ahora recién entraba en aquel mundo.
Ella debía cuidarlo, ella debía tratarlo bien.
No por el hecho de que ella podría sentirse mejor consigo misma, no, aquello no entraba en la cabeza de Rias. La razón por la cual quería cuidar a Issei era porque ahora.
Era miembro de nobleza.
Suya.
Su familia.
Todo lo demás a parte de su querida familia.
No importaba.
― Es raro verte aquí ¿Sucedió algo? ―Naruto preguntó al momento de abrir los ojos.
Kaguya estaba volando sobre él.
― No, solo tenía curiosidad de como iban las cosas, pero veo que todo va bien ¿Estuvieron viendo algo interesante? ―la pregunta de Kaguya fue seguida de una sonrisa del rubio.
Actualmente estaba con una manta rosa a su alrededor cubriéndolo, Mittelt estaba en su regazo dormida con la boca abierta.
Ambos rubios había pasado la noche viendo algunas películas después de aquel pequeño encuentro a la madrugada hace algún tiempo.
Mittelt le había dicho algo de alguna buena película.
Últimamente aquello se convirtió en costumbre para ambos.
― Se fue feliz ―Kaguya comentó mientras que descendía con lentitud al sofá al lado del rubio. ― Ese olor ¿Ella bebió? ―la pregunta de sorpresa de Kaguya hizo que Naruto se riera.
― Quería probar algo nuevo, dudé en un comienzo ¿Quién le dejaría tomar a un niño? Bueno, una cosa a la otra y tiene una resistencia al alcohol igual a la tuya, o sea, casi cero ―Kaguya hizo un resoplido ante aquel comentario.
― Sabes que puedo beber tanto como quiera sin perder ni un solo estribo ―
― ¿Es eso así? Hablo de tu resistencia si no usas tos poderes, conejo alcohólico ―la sonrisa que le dio a Kaguya fue seguida de una breve risa.
Kaguya parpadeó sorprendida ante aquel nuevo apodo.
― Vali te lo dijo ¿No? ―
― Quizá…―
― Entonces sí ―
― ¿Qué esperas? Tengo su habitación aquí porque a veces se cansa de tener que soportarte ebria ―ante aquel comentario se pudo ver la indignación clara en el rostro de Kaguya.
Un balbuceo sin sentido salió de Mittelt que estaba cubierta por la misma manta que el rubio dejando solo ver la cabeza de la joven.
Kaguya ante aquella vista bajó su pensar y sonrió.
Familia.
Hijos.
Divertido.
¿Alguna vez pudo pasar una situación así con sus hijos?
No.
Siempre con miedo, a la espera de que vengan los de su clan ¿Ahora con tanta paz?
Una sonrisa maternal vino de la mujer antes de volver a sentarse al lado del rubio y recostarse a su lado.
― ¿Qué haces? ―
― Tu Diosa está cansada ―Naruto vio como la mujer desvió la mirada y bajó la cabeza.
Pero igual pudo ver el leve atisbe de sonrojo en las orejas de la mujer.
Con una sonrisa movió su mano y pasó la misma manta alrededor de la mujer.
― ¿Y esto? ―la pregunta de Kaguya hizo que Naruto le sonriera con tranquilidad y de forma radiante.
Kaguya no sabía que decir, pero igual como en aquel entonces en el pecho del rubio, cuando no era nada más que una gema.
Se sintió cómoda.
Cálida.
En casa.
― Solo quería asegurarme de que estés cómoda ¿Qué hace viniendo con ese kimono todo suelto? ―la pregunta de Naruto hizo que Kaguya moviera la manta y se mirase.
Un kimono blanco que estaba mal puesto y dejaba sus pies al aire.
Retrayendo los pies se acomodó mejor dentro de la manta.
― Me desperté, estaba algo…no sé si es ese sentimiento que tanto quiero creer que tengo o solo algo más, pero estaba preocupada ―
― ¿Es eso así? Dulce de tu parte ―
― Sigues igual de irritante como siempre ―
― Que puedo mencionar, soy la persona más impredeciblemente irritante que existe, y tú la más arrogante ―
― Gracias ―Kaguya asintió con la cabeza ante aquello.
― Eso no fue un cumplido…―el susurro de Naruto hizo que Kaguya alzase una ceja.
― ¿No lo era? ―Kaguya giró la cabeza y vio el rostro del rubio con verdadera confusión, el cabello blanco de la mujer cayó a un lado por el movimiento.
Naruto alzó la cabeza para luego moverla a otro lado.
― Tengo que admitirlo, ese movimiento fue lindo ―
― Gracias ―
― Deberías trabajar en tu sentido común…―
― Sigo sin entender porque tienen que ir allí ―
Naruto habló a las cuatro personas en frente suyo.
Los cinco estaban en la sala del rubio, tres ángeles caídos y un exorcista que estaba con los ojos cerrados y recostado contra una pared.
― Azazel lo ordenó, por más que te obedezcamos, sabes como es esto, quiere saber por el tema de Kokabiel, no nos gusta, en mi caso no tengo problemas, pero Kalawarner y Mittelt tienen una vida a parte de esto ya ―Dohnaseek mencionó viendo al rubio frente a él.
― Me sorprende que el mismo Azazel diera la orden…―aquel comentario hizo que Dohnaseek diera un suspiro.
Nadie sabía que planeaba el líder de aquella facción.
― Puedo cuidar de todos ellos y lo sabes ―las palabras de Dohnaseek hicieron que Naruto suspirara. ― Además Freed estará allí, si algo sale mal, el solo tiene el único objetivo de proteger a Mittelt ―al terminar aquello hizo que el sacerdote abriera un ojo y viera la sala.
Naruto miró al hombre.
Si fuese la misma persona que encontraron hace un par de años.
No lo hubieran dejando cerca de nada.
¿Ahora?
Estaba "arreglado" por así decirlo, el ex sacerdote estaba ahora cuerdo en un sentido de resentimiento reprimido, era curioso como pasó de ser un psicópata más a trabajar en un café a tiempo completo.
― Saben que puedo evitar ir ¿Verdad? Mi tapadera es demasiado grande para esto, pero…quiero hacerlo, Azazel ya no me da ordenes, porque sabe que se meterá en problemas con Kaguya, pero igual, quiero hacerlo ―Naruto vio el rostro serio de Mittelt.
― ¿Por qué? Vas a la escuela, tienes amigos, estas bien en todo lo humano ¿Por qué pintarte un blanco? ―Naruto preguntó.
Realmente.
¿Por qué no enviar a más ángeles caídos que no sean estos?
Casi pareciera un elenco de reparto de bajo presupuesto.
― Sabes que, si bien los demonios pueden hacer algo, si me matan sin tu autorización será malo para ellos ―
― Eso se aplica a ti, pero no a ellos, además ¿Crees que quiero que mueras? ―
El silencio llegó a la sala.
Mittelt iba a abrir la boca, pero Freed habló primero.
― Si haces movimientos, solo vas a hacer que todo tu plan fracase maestro, todo, todo lo que intentó hasta ahora, Diosa estará en desacuerdo con eso ―Freed habló con calma. ― Busca vivir en paz una vez que Cocytus se abra ¿No? Si se expone ahora no va a resultar como quiere, además, surgió ese asunto urgente en el Kioto ―Naruto no dijo nada.
Porque todo lo que Freed decía era cierto. El antiguo sacerdote tenía arraigado algo.
Velar por le bien de Naruto y Kaguya.
Era por eso que pasaba eso.
― Esos tontos dioses de allí…solicitándome como si fuese algo como su perro ¿Creen que pueden ordenarme por que me consideran un simple kyubi? ―Naruto comentó para luego apretar el puño. ― No me importa, enviaré un clon allí, no respondo a ellos ―
Freed asintió con la cabeza.
― ¿Entonces como quedamos? ―Kalawarner preguntó.
― No se van a presentar ¿No es obvio? Raynare quiere lo suyo, pero no tiene nada que ver con ustedes ―el rubio comentó.
Aquello hizo que Kalawarner diera un suspiro de alivio.
― Bueno, no importa realmente, solo sabemos también que son "Ordenes de Azazel", pero ¿Cómo podríamos confiar otra vez cuando uno de nuestros camaradas hace el mismo juego sucio? ―Dohnaseek comentó con una sonrisa.
― Ah, bueno, no es como si esto importara una mierda ―todo giraron el cuello y vieron a Freed que ahora tenía una expresión de molestia plasmada.
Eso y comenzó a blasfemar.
― Entonces todo listo, solo vean a la distancia si quieren, pero dejan a esa mujer a su suerte, lo más probable es que los demonios, como siempre, lleguen para su "Entrada de salvación" ―Naruto comentó para mover los ojos y ver a la persona que estaba sentada en las escaleras que estaban contiguas a la sala. ― No es así ¿Kiba? ―
Kiba estaba tranquilo, con una expresión que cambió a la de una sonrisa amable.
― Por supuesto, Rias-sama ya me ordenó que ayude a Issei-kun para que ella venga después y salve a la santa ―la sala se llenó de silencio ante aquellas palabras.
Kiba solo sonreía con amabilidad.
Mittelt caminó y se paró frente a él.
― ¿Por qué estas ahí? Ven ―Kiba parpadeó en confusión para luego ser jalado a uno de los sofás y sentarse al lado de Mittelt.
― Veo que su relación mejoró ―Naruto comentó haciendo que Kalawarner también sonriera.
― Tienes mi voto, "Príncipe" me agradas más que aquel pervertido ―Kalawarner le regaló una sonrisa a Kiba.
― ¿Eh? ―la confusión fue plasma en el rostro de Kiba.
― ¿Por qué todo el mundo busca emparejarme con alguien? ―Mittelt se cruzó de brazos e hizo un puchero.
El pequeño colmillo de la niña se asomó.
Adorable.
Fue lo que pensaron los presentes en la sala.
― ¿No es obvio? Quiero nietos ―al decir eso Mittelt miró a Naruto con un rostro lleno de sorpresa.
Naruto negó con la cabeza para sí mismo para poder calmar la risa.
― ¿Es necesario aquel proceso para extraer el sacred gear de Asia-san? ―Kiba preguntó haciendo que Naruto diera un suspiro.
― Quisiera otro proceso, pero no hay tiempo, no por culpa de Rias ―Kiba rechistó la lengua.
No existía algo como una facción buena.
Todos querían algo.
Todos buscaban algo.
Solo existía gente que quería libertad y ser feliz.
― Si hacen otro tipo de proceso, pueden dañar el alma en el sacred gear, y si eso pasa, el apocalipsis será su menor problema, ahora entonces ¿Por qué les dejé a ustedes esa información del ritual? Porque si es para separar un alma del sacred gear y se tiene en la variable la muerte del portador, entonces no hay peligro, incluso un niño puede hacer ese ritual ―Naruto mencionó haciendo que Kiba baje la cabeza en signo de confirmación.
― Lo mencionaste en tu informe, Koneko-chan no sabe nada de esto, solo que el ritual es algo que creaste hace tiempo ―Kiba mencionó.
― Eso facilita las cosas, ahora, sobre Himejima ―ante aquel apellido Mittelt se tensó. ― No crean que no vi lo que hizo la ultima vez, estaba expectante de algún cambio, lo siento ángel ―Naruto miró a Mittelt que parpadeó con confusión.
― ¿Lo sabías? ―la voz de la joven se quebró un poco.
― Solo hace unas horas, mis ojos eran viejos, por lo cual tenía que esperar para poder ver que pasaba, no son como mis ojos nuevos que ven todo lo que pasa y lo veo directamente ―Naruto se llevó una mano a su parpado izquierdo.
― Ah…―Mittelt bajó la cabeza.
Entonces nunca la ignoró como tal.
Una sonrisa creció en el rostro de la joven.
― Voy a ver algunas cosas a la larga, pero ahora, te daré un pequeño pase, con esto libre ¿Supongo que no hay más cosa que preguntar? ―Naruto comentó para dar un suspiro.
― ¿Puedo comer lo que tienes en tu cocina? ―Freed interrogó haciendo que Naruto diera un suspiro.
―…―no hubo palabras directas, solo una confirmación con la mano de parte del rubio.
Asia la primera vez que ingresó a la iglesia con los caídos.
Tuvo miedo, miedo que se incrementó cuando vio a muchos antiguos sacerdotes, el ángel caído que estaba a cargo era algo…Asia no sabía como decirlo, pero era aterradora, era la representación de lo que ella pensaba que eran los demonios.
Asia se sintió tan fuera de lugar que no sabía por como comenzar.
― ¿Aún no te asientas Asia-chan? ―Asia se sobre saltó cuando una voz habló detrás suyo.
Un hombre de pelo blanco mirada loca, pero a la vez una sonrisa amable.
Una combinación rara.
El hombre dio un suspiro para luego caminar dentro de la cocina en la que Asia estaba.
El hombre se quitó el abrigo de sacerdote, quedando solo en una camisa blanca la cual remangó para luego atarse el cabello.
Asia miró con curiosidad lo que hacía el hombre.
Café.
Una taza de café quedó frente a Asia antes de que se diera cuenta.
― Eh…―Asia no sabía que decir, a ella no le gustaba el café.
― No es amargo, tiene azúcar, vainilla, crema y un poco le leche, para la gente que no toma café es lo que normalmente se les da ―Asia miró la taza con desconfianza, pero levantó las manos y cerró los ojos con fuerza.
Y tomó un sorbo.
Los ojos de Asia se abrieron de sorpresa y miró la taza con un nuevo brillo en los ojos.
― Es bueno ¿No? ―ahora la sonrisa del hombre era mucho más relajada y la mirada de depredador se fue. ― A mi Diosa le encanta esto, dice que el café solo es amargo y no le gusta ― Asia le dio otro sorbo a su taza.
A los ojos de Freed parecía un animalito bebiendo del rio.
La emoción en el rostro de Asia fue mermándose y pasó a un sonrojo al pensar en su actuar.
― Lo siento…es la primera vez que pruebo esto…―Asia estaba realmente avergonzada por como bebió.
― No importa ―la mano de Freed fue a la cabeza de Asia y le sacudió el cabello. ― Prepárate para más tarde, tengo que ir a exorcizar demonios, por lo cual, espero que puedas hacer una barrera decente ―Asia sonrió y tuvo un nuevo brillo en sus ojos.
Quizá aquella vida no estaba mal.
Sangre, el olor a cobre recubriendo el lugar fue lo que Asia sintió cuando se barrera cayó.
Un hombre y una mujer totalmente destruidos, esparcidos, sus restos pintaban el lugar a tal punto que Asia sintió ganas de vomitar.
Freed estaba con sangre en su mejilla, y la persona que hizo que su barrera cayera.
― ¿Issei-kun? ―Asia preguntó haciendo que el chico girase y la viera.
Freed se rio con una risa totalmente espeluznante.
Aquella casa era uno de los lugares donde tenía más que justificada su acción y horror a aquellos que invocaban demonios.
Pero igual, esperaba que la nueva viera nada de esto.
― ¿Se conocen? Curioso, divertido, una antigua santa y un demonio ¿No es esto amor? ―la pregunta final de Freed fue completada por un resoplido diversión. ― Asia-chan, ponte detrás de mí ―
La risa de Freed creció. Sacando una pistola de su túnica. Freed apuntó a Issei que estaba sorprendido.
Issei no entendió ¿Por qué el hombre le apuntaba con un arma humana?
Un dolor inmenso surcó la pierna de Issei.
― Balas de luz demonio-kun ―Freed comentó para comenzar a caminar con su espada hacia Issei.
Freed no iba a matarlo.
Aún estaba en la lista de protección de Naruto y Mittelt se enojaría con él si hiciera eso.
Era mejor prevenir aquello.
Un silbido sonó a su lado.
Kiba apareció con una sonrisa en su rostro y chocó espadas con él.
Ambos espadachines sonrieron.
Hubo un intercambio rápido de cortes.
Issei solo puso ver como para sus ojos, los brazos de ambos eran nada más que borrones.
― ¿Qué? ―aquel susurro de Issei vino con sorpresa, para luego mirar a Asia que estaba detrás Freed.
Ambos espadachines vieron eso.
Fue instantáneo, como para Issei le pareció ver como Kiba golpeó a Freed y este volaba directo hacia donde estaba Asia.
Con una sonrisa oculta, Kiba vio como Freed se preparaba para escapar con la monja.
Era demasiado pronto que para un error como este Asia fuera rescatada.
Antes de que nadie pueda hacer algo de los recién llegado.
Freed rompió un cristal y desapareció del lugar.
Junto a él Asia siguió.
El grito de Issei resonó cuando aquello ocurrió.
Impotencia.
Issei sintió impotencia al momento de ver como alguien que estaba siendo dañado salía de su alcance y desaparecía.
Lejos de allí Naruto había visto todo aquello.
― Me estas decepcionando Issei-kun…―
Fin de semana, día el cual Naruto no solía irse a la academia.
Día el cual Sona usó para entrar a su oficina.
Había visto algunas cosas que no quería ver.
Pero al menos sobre todo lo que estuvo observando.
Vio lo que buscaba.
El sonido de la puerta de la oficina del director sonó para que Sona ingrese.
Vacía.
Normalmente estaba Grayfia en aquel lugar.
Pero por lo que estuvo viendo.
El contrato de la Reina suprema era en un horario determinado, el cual siempre tenía la hora actual y dentro de un margen de nueve horas libres.
Por lo que Sona contaba con todo ese tiempo para ingresar en la parte que sabía que el hombre guardaba cosas que en su casa no quería.
Aquel lugar había sido la base del poseedor del sacred gear de la mente del sabio mucho antes de que ellos llegaran.
Tenía sentido que aquel lugar contara con cosas las cuales podía usar en contra el hombre.
Sona caminó hasta los estantes de libros e hizo el mismo movimiento que siempre veía a ambos, Naruto y Grayfia hacer.
Moviendo los libros en el orden adecuado.
Se abrió la puerta bajo el suelo.
Estaba llena de sellos
¿No era eso aquello algo de nórdico?
Sona no comprendió en nada el encantamiento alrededor de la puerta.
Solo descendió con cuidado y bajó.
Se giró y vio el interruptor que estaba al lado del lugar.
Era para cerrar la puerta o salir.
Ella prefería dejarlo abierto.
Cuando ingresó abajo.
Sona no esperó lo vio.
― ¿Grimorios? ―Sona preguntó viendo el título reconocible de todos los libros que estaban abajo.
El hombre estaba vendiendo aquello a los demonios.
Cosa que sabía, Pero ¿Qué hacían encantamientos negros también ahí?
Tomando fotos del lugar, Sona caminó y siguió adelante.
El lugar era mucho más profundo de lo que parecía a simple vista.
Fue hasta que llegó a un escritorio mucho más detallado que se quedó quieta.
La madera estaba cuidada y sumamente limpia.
Caminando hasta el asiento notó algo.
Parecía un trono de cerca.
Algo que usaban los humanos hace cientos de años ¿Quizá del siglo diez o más?
Un tintero de cristal estaba colocado junto con una pluma que estaba al lado de este.
La pluma era algo lo cual nunca había visto, aquella apariencia verde como la esmeralda adornada por pequeños zafiros hizo que Sona mueva su mano con curiosidad hacia aquella pluma.
Había algo raro en aquella pluma.
Justo cuando Sona iba a tocar la pluma identifico el aura que esta impregnaba aquel objeto.
― Dragón…―Sona abrió los ojos al ver el mueble y la pluma.
Caminó alrededor del escritorio y abrió el primer cajón.
Una corona estaba guardada allí.
― ¿Qué? ―
― Era del único y verdadero rey, o mejor dicho reina ―Sona se dio vuelta rápidamente y no vio a nadie detrás suyo.
Tragó en seco en ese momento.
Algo no iba bien.
Aquella voz fue la del director.
¿Pero por qué parecía más siniestra de lo normal?
― Es normal tener miedo ¿Viniste buscando el contrato de tu hermana? Penosamente no tengo nada de esto en este mundo ―Sona escuchó los pasos a su izquierda y vio se giró.
Nada.
― Deberías relájate, no te voy a hacer nada, a diferencia de Rias, me agradas ―Sona tropezó y cayó al suelo.
El rubio estaba sentada en aquella silla con un rostro melancólico mientras que veía la corona.
― Eres más el sabio que el mismo Naruto Uzumaki ―Sona dijo aquello viendo al hombre.
Naruto alzó una ceja ante aquellas palabras.
¿Estaba pensando que se poseyó a sí mismo?
Divertido.
― ¿Por qué crees que el sabio me tiene controlado? ―Naruto se rio internamente.
¿Por qué no jugar un poco con Sona?
Sona parpadeó, no pensó que el hombre hablase con tranquilidad.
― Tus expresiones, forma de actuar y pensar, es obvio, eres prácticamente el sabio reencarnado ¿Recuerdas algo de tu pasado o quien eras antes de despertar el sacred gear? ―Naruto quiso reírse.
¿Por qué no actuar un poco para mejorar las cosas?
Sona vio como el hombre llevó una mano a su cabeza por unos instantes.
Tembló.
Las manos del hombre temblaron mientras que caía de rodillas sujetándose la cabeza.
― Yo…―Sona lo comprendió.
Entonces era cierto.
Mientras más se usa el poder del sabio, más control emerge este en el cuerpo de la persona.
Era por eso que era un sacred gear tan despreciado.
― Tranquilo, respira profundo ―Sona aún había estado sentada en el suelo, se puso de rodillas y puso una mano en hombro del rubio.
Casi de manera de reconfortar.
Naruto había estado temblando.
Pero de la risa contenida.
― Yo soy Naruto Uzumaki ―Sona vio al hombre alzar la cabeza y verla a los ojos.
Al instante notó algo.
La mirada de paz y calma de siempre se reemplazó por una de cansancio y resignación.
― Lo eres ¿El sabio está escuchando ahora? ―
― No…no lo creo, se quedó en blanco, es cuando algo pasa ―Naruto mintió y quedó mirando a la joven.
¿Por qué no aprovechar esta situación para generar más caos entre ella y Rias?
― Lo necesitaba, todo por…los demonios…―Sona parpadeó ante aquel ultimo comentario.
¿Qué pasó?
― ¿Los demonios? ―Naruto lo sabía, lo cerrada que podía ser la joven Sitri.
Y era fácil de usar por ese pequeño hecho.
― Se llevaron todo, mi familia, mi esposa…mi hogar, todo ¿Qué querías que haga que no sea odiarte a ti y a todos? ―Sona abrió los ojos.
No esperaba esa historia del hombre.
Naruto soltó aquella frase con una verdad a medias.
Si se llevaron todo de él, pero no su esposa.
Pero sí su reina.
― ¿Qué familia? ¿Por qué? ―Rias preguntó haciendo que el hombre se ría.
Una risa real por el hecho de contenerla.
― ¿Familia? Supongo que fueron los Lucifer ¿Pero no ellos desaparecieron con la guerra civil? No lo sé con certeza, yo solo hago lo que veo conveniente, lo de tu hermana es lo que necesito, necesito protección y lo que ella puede brindar ―mentira.
Usaba a Serafall porque con el gran poder que tenía y su actitud infantil, era mejor tenerla de una correa que dejándola a sus anchas.
No es que la joven fuera una mala persona.
Era que no entendía como era vivir como un humano.
Alguien débil.
― ¿Lucifer? ―la mente de Sona viajó por todos lados.
El sabio con resentimiento por cierto demonio, cierto demonio quitó todo a un poseedor de ese mismo sacred gear.
Grayfia.
El sabio.
Los ojos de Sona se abrieron.
Una pequeña risa salió de los labios de la mujer.
No podía ser.
No lo creía.
¿Sirzech?
La realidad.
Era que nada de eso pasó en esta vida actual.
Naruto cambió su semblante a uno neutro y miró a la joven.
― Supongo que con eso terminamos ―Sona se sorprendió por el repentino cambio de voz, tono y actitud.
El sabio volvió.
Pero para Naruto ya no importaba.
La semilla de la duda se plantó.
Ya no buscaba destruir a todos, tampoco odiar a todos.
Pero no podía evitarlo.
Que los que se encargaron de su reino cayeran en la ruina junto con las columnas de aquel castillo que una vez habitó.
Naruto no podía evitar emocionarse.
Al final.
Creía férvidamente en las segundas oportunidades.
Pero no siempre eran necesarias.
Aquello fue lo que aprendió en todo lo que llevaba como sacred gear.
No todos merecían la misma propuesta de segunda oportunidad.
¿Por qué usaba principalmente a Serafall como su escudo personal para cualquier problema político o algo así?
Prefería verla estresada para que al final sirviera de algo.
Alejándose cada vez más de todos los que quiso, cada vez más lejos de lo que alguna vez le gustó, todo aquello.
Porque fue la persona que le dio el golpe final a Azure.
Sona no iba a pagar el mismo precio que su hermana.
Los menores no tenían que pagar por el pecado de sus mayores.
Cosa que parece que Akeno no compartía nada con él.
No importaba.
Estaba siendo el colmo haciéndole lo que le hacía a Mittelt, cosa que no iba a durar para siempre.
Kiba observó la situación que se desarrolló frente a él.
Como Rias predijo.
Issei fue a la iglesia para intervenir a nombre de Asia.
Kiba se quiso reír cuando vio a Issei sorprendido por que le brindó su ayuda.
¿Si le hubiera preguntado de manera directa sin que nadie interviniera?
Le hubiera tendido una mano de igual manera al pervertido.
Rias y Akeno estaban fuera a la espera que el resto de los caídos aparezcan.
Más no hubo señales de Mittelt y los otros.
Kalawarner incluso se fue a trabajar hoy como cualquier otro día.
Era divertido como Dohnaseek trabajaba en una taberna como si nada a plena luz del día.
Y ellos junto con el consejo estudiantil dejaban pasar aquello. Hablando de conveniencia…
Una explosión hizo que Kiba dejase al sacerdote a sus pies.
Muerto.
Silbó al momento de ver el cráter generado en las gruesas paredes de la iglesia.
Caminó con tranquilidad mientras que las decenas de sacerdotes muertos estaban esparcidos a su alrededor.
¿Era esta la libertad que buscaba?
Kiba extendió su mano y vio la sangre en esta.
Una sonrisa amable surcó la cara del joven.
Sonrisa que era amable a la vista, pero no coincidía con el pensar del joven rubio.
Tarareó mientras que seguía su camino hasta donde estaba Issei.
Asia posiblemente ahora está muerta o en agonía mientras que Rias espera a los otros ángeles para eliminarlos.
Divertido que aquello no ocurrirá por más que espere lo que quiera.
― ¡Freed! ―Raynare gritó.
Aquel ángel caído que hasta hace poco gritaba que gozaba de supremacía.
Ahora estaba degradada a una mujer llorando y pidiendo auxilio a cualquiera.
Freed estaba sentando en una de las ventanas de la iglesia.
Mirando todo con una diversión absoluta.
Kiba vio al hombre.
Y pudo verse a sí mismo reflejado en él.
Haciendo lo que quería y cuidando solo de lo que le importaba.
Fuera de ellos.
Era uno de los bastardos más desequilibrados que Kiba conocía.
― ¡Oh! Ángel caído-sama ¿Qué necesita de este humilde sacerdote? ―la pregunta de Freed hizo que Raynare arrugara el rostro.
― ¡Qué esperas para salvarme! ―el grito desesperando fue recibido con Issei y Koneko poniéndose en guardia.
Koneko no conocía a Freed de igual manera.
Era mejor así.
― ¿Me dejarías follarte hasta el cansancio si lo hago? Como sacerdote ¿No sería la gloría máxima follarte a un ángel? ―la expresión de Raynare se distorsionó en una de asco.
Kiba se preguntó si el hombre era serio o solo actuaba.
Nunca se sabía con Freed.
Según Naruto, la Diosa Conejo le hizo entrar en una ilusión donde pudo recobrar algunas funciones para la sociedad.
Pero no era del todo efectiva al parecer.
― ¿Eso es un no? ―Freed interrogó viendo a Raynare. ― Son muchos demonios super fuertes los que están ahí ¿Sabes? No quisiera arriesgarme por nada ―Freed comentó sonriendo.
Poniéndose de pie.
El sacerdote vio a demonios y al ángel caído.
― ¡Sucio humano asqueroso! ―el grito de Raynare solo hizo que Freed sonriera.
― ¿Realmente crees que puedes escapar? ―unos pasos se oyeron para ver a Rias pararse frente a todos.
― Oh, la perra mayor ¿Terminaste de jugar a las muñecas? ―Rias alzó una ceja ante aquel comentario.
Kiba quiso reírse.
Después de todo.
El mismo había sido una de esas muñecas con las que se jugaba.
― Meh, no me importa, la santa está muerta, bueno, casi, sigue agonizando mientras que todos hacen un drama tonto ¿No creen que hubieran tenido alguna posibilidad de salvarla si no perdían tanto tiempo? ―Issei parpadeó
Era cierto.
Un sentimiento de culpa llegó a su ser.
Pero fue interrumpido cualquier pensamiento por el sonido de algo chocar contra el suelo.
Una granada.
La luz llenó el lugar para que pocos segundos después Freed se fuera.
Escapando.
Aquel bastardo era realmente bueno en eso.
― Entonces ¿Terminamos con esta suciedad y salvamos a Asia? ―Rias preguntó haciendo que la mirada de Issei brillase de emoción.
Kiba sonrió mientras que a espadas de todos.
Cerraba un frasco al momento en que Raynare era asesinada por Rias.
El alma de la emperatriz Tiamat era asegurada.
Dando unos pasos hacia donde estaba Asia, como si fuese curiosidad. Kiba soltó un segundo frasco el cual sin que nadie se diera cuenta dejó salir un remplazo para el sacred gear de Asia.
Nunca iba a llegar a ser lo que podía ser sin el alma de la reina Azure.
Pero no era su problema.
Kiba solo era un repartidor.
La felicidad de Issei era inmensa.
Asia volvió entre ellos.
No solo eso, si no que despertó su sacred gear al completo.
Un Longinus.
Un arma hecha para matar dioses.
Algo dentro de Issei se llenó mientras que aprendía algunas cosas nuevas y entendía mejor otras viejas.
Kiba estaba en otro nivel.
Rias podía ser mágicamente absurda, pero la velocidad de Kiba…
Issei negó la cabeza para sí mismo.
Con ese poder.
Iba a alcanzar el verdadero poder y crear su harem definitivo.
Los pasos de todos se detuvieron cuando Kiba se quedó con los ojos abiertos y una cara en blanco al ver la escena fuera de la Iglesia.
La mente de Kiba iba a mil por hora.
¿Por qué ella estaba ahí?
¡¿Por qué?!
― Oh, entonces era cierto lo que decías Akeno ―Rias comentó caminando hasta su reina.
Y vio al ángel caído en el suelo.
Sangre salía de la boca de la mujer mientras que las lágrimas no dejaban de salir de su rostro.
Kiba quiso moverse, quiso hacer algo, pero ¿Qué haría después?
Incluso con la velocidad que tenía, con todo lo que poseía.
Con el sabio en la ciudad ¿Cómo?
¿Cómo?
Kalawarner estaba en el suelo con un agujero en el pecho.
Kiba se quedó quieto al recordar una conversación entre Akeno y Rias.
― Impresionante Akeno-senpai capturó a otro sin problemas ―Issei comentó con entusiasmo.
¿Impresionante?
¿Impresionante era aquello?
¿Sobre información de aquel ángel caído que vivió de forma inofensiva?
Sobre aquel posible ángel caído viviendo en la ciudad.
Kalawarner iba a trabajar hoy.
Ella trabajaba de algo tan simple como de camarera ¿Entonces por qué?
Kiba sintió como su brazo se tensó, las venas de su cuello se asomaron y cada fibra de su ser quedó lista para hacer algo.
Decapitar a Akeno.
¿Cómo había llegado a aquel punto?
― ¿Sucede algo Kiba-kun? ―Rias se volteó, pero no le dio mucha importancia a su caballero.
Para ella.
Tenía la lealtad absoluta de Kiba.
― Solo pensaba en el enemigo ―
Aquellas palabras de Kiba hicieron que Koneko se volteara y viera al joven que hasta hace unos instantes estaba tranquilo.
Incluso con toda la muerte y sufrimiento.
Permaneció en paz.
Una pista llegó a la mente de Koneko.
Un pensamiento de algo que no quería creer.
Pero era absurdamente posible.
No podía ser…
― Oh, veo que regresaste y con ella contigo ―Kiba le entregó la botella con total cuidado al rubio.
Naruto al instante sonrió y vio aquello.
Ahora solo faltaba el cuerpo de ella que estaba en Cocytus junto con su cuerpo original.
Un paso más cerca.
― Kiba ―Mittlet apareció y saltó sobre el cuello del rubio.
Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Kiba ante el accionar de la joven.
― Por cierto ¿Kala te respondió? Ella tenía que venir hoy, se supone que ibas a tener una noche chicas ―Kiba sintió que algo se rompía dentro suyo.
Entonces el desvío que tomó la mujer de pelo azul fue para venir aquí.
Debía ser una mala broma.
― Ahora que lo pienso, no la vi…se supone que controlo su ruta de trabajo a su casa y de su casa aquí, pero no la vi ―Kiba cayó de rodillas mientras que se reía ante las palabras de Naruto.
Un sabio, alguien que controlaba lo que quería a su vista, pero a la vez, tan ciego cuando alguien que apreciaba hacia un movimiento raro.
― Akeno encontró a Kalawarner y bueno…―las palabras no salieron al ver el rostro de ambos rubios quebrarse. ― Ella realmente odia a los caídos ―
…
La vida debía ser algo hermoso, algo realmente apreciable, algo lo cual uno pudiera decir.
Me encanta.
¿Esto?
Naruto estaba con una expresión plana viendo a Mittelt llorar a una tumba vacía.
Dohnaseek no estaba sonriendo ni nada por el estilo.
¿Realmente era tanto pedir algo de paz?
El rubio sintió una opresión en el pecho.
La mujer le había preguntado si la desecharía.
Había dicho que no.
¿Y ahora pasaba aquello?
Era estúpido.
Absurdo.
¿Por qué siempre tenía que llover cuando alguien moría?
Un funeral con solo un puñado de personas.
― Me encontré con ella mientras que huía ―Naruto se giró y vio a Freed. ― Me dijo que quería una taza de café gratis la próxima vez que nos viéramos ―
Tenía ojeras y una expresión molesta.
Molesta a un punto el cual podía entender.
Naruto reconoció aquella misma expresión con la que tenía siempre que pensaba en el pasado.
Pasado…
¿Por qué no dejar morir el pasado y vivir bien el presente?
Aquella pregunta iba rondando la cabeza de Naruto hasta hace poco.
¿Por qué?
¿Por qué gente que no merecía morir moría de forma injusta?
Nadie orquestaba el destino.
¿Entonces por qué?
¿Qué sentido tenía intentar seguir adelante cuando todos los que uno quería morían una y otra vez?
Lo peor.
Por errores tontos y sin sentido.
Algo estúpido.
Sin razón.
No tenía ni la más mínima lógica ¿Por qué todo debía ser tan conveniente para estas cosas?
Mittelt no dejaba de llorar.
Kaguya estaba con un kimono negro parada a su lado sin decir ni la más mínima palabra.
Grayfia solo veía la tumba y la niña gritando sin control ¿Qué era aquella opresión que sentía ella?
Impotencia, tener palabras en la boca que tanto uno quería decir, pero al final.
No salían.
Naruto caminó y abrazó a la niña.
Ojos rojos.
Miedo, no solo por la muerte de Kalawarner, alguien que era básicamente su hermana.
― ¿También voy a terminar así? ―una pregunta con una voz quebrada hizo que el rubio ponga la cabeza de la niña contra su pecho.
― No ―
Grayfia cayó de rodillas.
No sabía la razón.
"Oh"
Ella lo recordó.
La hermosa y deslumbrante sonrisa de la que en su momento fue la pequeña Tiamat.
Una sonrisa hermosa que fue borrada por el deseo de los que en su momento no podían ser tratados.
¿Ahora? Aquella sonrisa no era nada más que una expresión de molestia y frialdad continua.
Aquello fue totalmente evitable.
Totalmente posible de salvar.
¿E igual no pudieron hacer nada?
Solo quedaba arrepentimientos pintado el rostro de las pinturas sonrientes.
― No te culpes, nadie puede culpar a nadie, nos pusimos cómodos, cómodos por tener poder que antes no teníamos, pero ¿De qué sirve ese poder si tenemos que esconder algo? ―Kaguya miró al demonio de rodillas y puso su paraguas para taparla.
― ¿No nos hace esclavos de algo? ―
― Lo es, esa libertad que se pinta en la elección del mundo, ahora mismo no existe ―Kaguya comentó viendo a ambos rubios abrazando la tumba.
Grayfia se puso de pie y abrazó a ambos rubios.
Kaguya solo se quedó quieta.
Emociones tales como ira no eran propio de ella, y, sobre todo.
La empatía que sentía ante aquella escena.
¿Por qué todos siempre se torcía en algún punto?
― Joven Kiba, espero que no estés pensando en hacer algo, ahora mismo todos estamos muy enojados, pero no por eso vamos a hacer algo ―Kiba alzó el rostro y sintió algo.
El mundo de color blanco y negro.
Los cuernos de la Diosa estaban arriba y tenía una expresión vacía.
Solo había visto aquella expresión una sola vez en todo el tiempo que llevaba al lado del sabio y la Diosa.
― Puedo decirlo Kiba, puedo decirlo tanto, sientes odio ¿No? Tanto odio que quieres terminar algo, pero a la vez ese sentimiento no te llena ¿Verdad? ―la pregunta de Naruto hizo que Kiba se quedara quieto.
Era cierto.
Sentía la muerte de la mujer inocente.
Pero no fue de manera tan directa.
Todos compartían aquello.
Todos estaban reunidos por una sola persona.
El ser más débil que conocían.
Mittelt.
Naruto estaba sentado frente a su escritorio en su casa viendo las runas que tenía en frente.
Era para reírse.
Todo.
Cada pequeña cosa que salía mal no podía decir que era su culpa.
― No tienes que culparte de esto ―
― Lo sé, lo sé tanto que no sé como decir algo al respecto ―Naruto se rio, comenzó con una sonrisa para seguir con una gran carcajada.
Hubo silencio total en la habitación aparte de aquella risa.
― Te estas lastimando ―
― Lo sé ―
― No tienes que hacerlo así ―
― Realmente siento que cada acción que hago es la incorrecta ―el rubio llevó sus manos su rostro y empezó a llorar.
Un collar estaba en el escritorio frente al rubio.
― Siento impotencia de no poder abrazarte ahora ―aquella voz.
― Azure ―
― Pensé que llamabas Tiamat a pesar de que mi hija tiene el mismo nombre ―una suave risa salió al final de aquello.
― Nunca quisiste que te llame Tiamat ―
― ¿Ahora nos ponemos así? Si el tu de ese tiempo te viera ahora se reiría ―
Naruto no estaba llorando por luto.
No estaba llorando por un caído que le sirvió con su corazón y dedicación.
Lloraba por la impotencia que sentía viendo a la joya frente suyo.
― Solo…míranos ¡No tengo nada más que esta cosa de cuerpo! ¡Y tú solo eres un cristal ahora! ―Naruto gritó mientras que caía de rodillas de la silla y tocaba la cabeza con el suelo.
Aquellas emociones.
Aquel sentimiento.
No había perfección, no había algo como si todo fuese fácil de llevar.
Humano.
Siempre lo fue.
Y siempre lo será.
― Uh, sí, esos es un inconveniente, me gustaba que me tomaras por mis cuernos o poder darte un abrazo como es debido ―
Una risa seca salió de Naruto ante aquello.
― No recuerdo que mi querida reina tuviera un lenguaje tan vulgar ―
― Que puedo decir, aprendí de ver a los humanos, hay cosas que quiero probar una vez salga de aquí y volvamos como antes ―la reina, Tiamat habló haciendo que Naruto se riera.
― Siempre pareces querer alegrarme con ese optimismo que tienes ―
― Es porque eres un pesimista ―Naruto podía jurara que la mujer tenía un puchero en su cara.
― No puedes imaginar como extrañé esto…busqué tantas formas y solo ahora puedo verte, incluso así, el saber que estas tan cerca ―el rubio se levantó y tomó el cristal y lo acunó contra su pecho.
Por un breve momento
Naruto sintió que unos brazos lo rodearon y le dieron consuelo.
Fue aquella noche, que después de tanto tiempo.
El rubio pudo dormir por primera vez al lado de la persona que buscó recuperar.
La parte uno de su plan.
Estaba completa.
Grayfia estaba en su cama quieta.
Sirzech estaba acostado a su lado.
Ambos habían pasado la noche juntos.
Más ¿Por qué no había emoción?
Grayfia se sintió rara, rara a tal punto en que se puso de pie y se duchó dejando al hombre en paz.
No es que Sirzech fuera incompetente.
Mucho menos.
Posiblemente estaba mucho más que completo y podía llevar a la locura a cualquier mujer.
El problema era que ella ya estaba rota.
Grayfia se miró al espejo y esperó ver algo.
Algún destello de vida, algún destello de emoción.
Un rostro plano.
¿Por qué no podía mostrar nada en aquel lugar?
Emociones.
Reina de hielo.
Grayfia se abrazó a sí misma mientras que tocaba su cuerpo como para consolarse.
Una sonrisa torcida apareció en el rostro de la mujer.
¿Qué era ahora ella?
Cada recuerdo del pasado, cada pequeña acción con Kaguya y Naruto recobraban cada pequeño fragmente de memoria faltante.
Hoy fue el día en que habló pro primera vez con Azure desde mil años.
No hubo enojo, no hubo quejas de la mujer, no hubo nada en su contra.
Le saludó con tanta felicidad que algo dentro de Grayfia se rompió.
¿Quién era ella ahora?
La pregunta de hace mil años llegó a la cabeza de Grayfia, en aquel entonces, resolvió que aquel lugar podía ser su hogar, pero ahora… ¿Qué se suponía que debía hacer?
Grayfia llevó sus dedos abajo y empezó a tocarse.
Ya no estaba el pensamiento de estar en el castillo de los Gremory.
Ya no estaba en sola.
Había una mujer de cabello celeste sonriéndole junto a un hombre de cabello rubio que estaban a su lado.
Los tres juntos.
La boca de Grayfia se abrió mientras contenía un jadeo.
La saliva salía de su boca al momento de pensar aquello.
Placer.
Afecto.
Quería aquello.
No de cualquiera, no de alguien bajo, no, solo de aquellos dos seres…
Pero.
¿Ella era digna?
La mirada de Grayfia se perdió ante su imaginación.
Antes que se diera cuenta una sonrisa creció en su rostro para sentir como algo venía.
No era como cuando estaba con Sirzech.
No era como cuando estaba intentando hacer algo en aquel lugar.
Un pequeño fragmento de memoria llegó a Grayfia antes de gatear hacia el cesto de ropa.
La ropa con la cual Naruto le había abrazado hace poco.
Inhalando.
Aquel aroma.
Algo nació.
La mirada de Grayfia se perdió unos instantes.
Ella no deseaba seguir como era ¿Pero realmente tenía que esperar?
El cuerpo del rubio no estaba presente.
Cocytus.
Faltaba poco para que los planes de todos se cumplan y se abra aquella puerta.
Deseo.
Por primera vez en toda su vida y existencia.
Grayfia deseó algo para sí misma.
Algo lo cual empezó a anhelar.
Su final feliz.
Su vida sin control.
La felicidad sin temor.
El amor sin castigo.
Su propio destino.
Me duele todo después de este capítulo, me duele la espalda, la cabeza y las muñecas.
Por favor leer.
Si quieren una referencia de Tiamat, para ambos casos, tanto madre e hija, siempre me base en la Tiamat de Fate go.
Bueno, más que nada porque antes de terminar esto estaba jugando uno de esos malditos fps con unos amigos, en serio, siento que cada partida que juego de csgo se me sale el alma.
Creo que es uno de los capítulos más largos que hice, seguido de un one-shot.
Después de subir esto terminaré durmiendo hasta la próxima semana.
Tuve que rehacer el capitulo tres veces, me costó, porque hasta la cuarta vez, que es esta, no sentía nada cuando escribía.
Un mes prácticamente, creo que me tomé mucho tiempo otra vez…
Como cuando escribí el capitulo cuatro de esta historia, posiblemente creo que este va a ser el capitulo con menos aceptación, y no me sorprendería, cambie algunas cosas de mis borradores a mano, como sea, espero que disfruten el capítulo.
Comentarios: No voy a mentir no tengo ganas de responder, solo quiero dormir, pero sinceramente quiero mostrar mi agradecimiento a todos los que siempre comentan y apoyan.
Leer comentarios es mi motivación para seguir.
Altair-Chaan: Lo de Akeno ya lo tenía en mente hace tanto tiempo, es que da para eso, siempre se señala eso, pero mágicamente desaparece, ah, tantos capítulos y llegamos a esto. No te imaginas como busqué en internet alguna referencia de ella para no encontrar nada, pensé que me perdí alguna ilustración. Como sea, espero que este capitulo sea de tu agrado y espero que cumpla con las expectativas que tiene o que al menos no genere perdida de interés.
Andres Gutierrez1: Y bueno, me pongo frente a mi ordenador y empiezo a escribir por horas que se extienden en semanas para terminar un capítulo. Gracias, espero que este capitulo también te parezca bueno.
Eliceo Lopez: Sobre mi salud…bueno, al menos tengo internet, como sea, siempre que me imagino las escenas entre Naruto y Kaguya es con ese sentimiento, intento pensar lo más posible en interacciones casuales, quizá por eso te parece eso. No creo que pase a mejor vida pronto, al menos eso es seguro, ruta harem, no sé que decir sobre eso, solo que aaaaaaaaa.
Guest (invitado 1): Gracias.
Ragma: Y no fuiste el primer comentario, creo, no sé como funciona esto del tiempo, como sea, espero que este capítulo también te guste.
Retrofenix: Quería dar una razón valida del porque de un actuar de los personajes, no solo soltarlos y decir "Bueno hagan eso" espero que este capitulo también sea de su agrado.
cristrol44: Oh, no te imaginas cuantas ganas tengo de poner eso, pero aún no es el momento. Mi intensión es que esa relación padre e hija sea de esa forma, así que me alegro que te guste. Y bueno, Naruto siendo el bromista de siempre, cincuenta cincuenta con Asia, de que va a seguir en la historia ahora sí, hola, vos vemos, espero verte otra vez.
Crimson Riot 01:Y aquí el capitulo de este fic, espero que le guste, me esforcé hehe.
black fox of moon: Un mes, creo que mejoré mi tiempo en vez de dos a tres meses, sobre los dolores de cabeza, bueno, siguen, menos, pero que más da.
VicenteVanCoco04: Esa es mi intensión cuando escribo, que se sienta algo de los personajes, por eso suelo reescribir mucho los capítulos, sino me gusta o no siento algo, no lo termino. Espero que este capitulo también te resulte agradable.
Gabriel Suarez: Yo también quiero ver eso, yo también quiero ver ese final…Naruto a plena potencia, ah, aún queda algo para eso.
Yahiko 8D: que puedo decir, cada personaje va por su tropo, no sé si odiarlo o no.
Espero que el capitulo sea de su agrado y recuerden dejar su comentario, que siempre motiva a continuar cuando los leo.
Rey de picas fuerza
