23º Capitulo: Las cuatro C
La semana había pasado sin mayores contratiempos. La única diferencia era que Severus Snape se había comportado como un verdadero: DESGRACIADO, palabras textuales de Ron. Los chicos averiguaron, Tonks había terminado con él.
Estaban todos en el Gran comedor, desayunando esperando el fin del día, para que el paseo a Hogsmeade llegara antes. Hedwig voló posándose en el hombre del ojiverde. Llevaba una carta en su pata.
El sobre era de un papel muy fino y se veía una delicada letra en el frente. La dio vuelta y estaba sellada con cera. A. Dumbledore, decía en la parte posterior.
-¿De quien es Harry?- preguntó su amiga
-De Dumbledore. Quiere que vaya esta noche a su despacho- dijo después de leerla.
SssssssssssS
-¿Profesor?
-Pasa Harry.
-Buenas noches ¿Cómo esta?
-Muy bien, gracias por preguntar.
-No hay de que.
El ojiverde se acercó al escritorio y tomó asiento cuando el profesor le indicó.
-¿Has pensado respecto a la otra noche?
-Mucho… Aunque no he tenido el tiempo con esto de los exámenes.
-Por supuesto.
-¿Profesor?
-¿Si Harry?
-Hay algo que quisiera contarle.
-Habla…
-Bueno, yo… Me comunico con mis padres.
-¿A que te refieres?
-¡Hablo con ellos!- se paró y se puso a caminar de un lado a otro- Los veo, conversamos…
-No será obra-
-¡NO! Son ellos con el espejo de Sirius.
-¡Oh! Ya veo. Extraño caso, se ha registrado muy pocas veces. Siempre me pregunté porque no lo usaste.
-¿Sabía de él?
-¡Claro! YO le sugerí a Sirius que te lo diera. Podría comunicarte con él cuando quisieras.
Harry suspiró apenado.
-Si tan sólo hubiera recordado su regalo.
-Entiendo. ¿Tienes algo más que contarme? ¿O preguntar?
Claro que había algo. Pero sabía que no debía hacerlo, no podía pedir la ubicación de Francis. Todos quedarían expuestos.
-¿Dónde está?- lo hizo rápidamente temiendo arrepentirse.
-¿Dónde esta que?
-Ella profesor.
-Lo siento Harry, sabes que no puedo decirlo.
-Entiendo- bajó la cabeza.
-Italia- agregó sonriendo ante la expresión del chico.
-Gracias.
-No te preocupes. Esta noche te he llamado para que aprendas a utilizar 'maldiciones'.
-¿Imperdonables?
-Así es. Voldemort las utilizará, y no podrás quedarte atrás cuando lo haga.
-OK
-¿Qué necesitas para lanzar un patronus?
-Recuerdos felices.
-Exacto. Para lanzar maldiciones, específicamente imperdonables. Necesitas ODIO. Se que es una palabra bastante fuerte, pero es la única forma que lo logres. Puede que no lo sientas por tu adversario, muchas veces lo único que siento es pena y lástima por ellos, pero deberás llenarte de ese horrendo sentimiento.
-No tengo problema.
-No necesariamente un recuerdo. Sólo siéntelo. Está de más preguntar a quien odias.
-Es algo obvio.
-Por supuesto.
-He traído más arañas. Se que Barty Crouch las utilizaba.
-Así es.
-La más suave es la IMPERIO. Ya estoy enterado que sabes controlarte.
-Sí…
-Me alegro. Para esta maldición, más que odio se necesita sentimiento de CODICIA y CONQUISTA. CONTROLAR a otro es algo grande y para eso necesitas CONCENTRACION. Las cuatro C. Codicia, conquista, concentración para controlar- agregó para resumir.
-Entendido- respondió contando con los dedos para grabar las instrucciones.
-Quiero que te rehúses a hacerme caso.
-Esta bien.
-¡Imperio!
Harry sentía voces en su cabeza que lo hacían tirarse al suelo. Era bastante la diferencia entre Barty Crouch y el mayor mago de la historia.
'NO QUIERO'
'Al suelo'
'NO'
'Al suelo'
Harry ponía todo su esfuerzo. Pero era imposible.
-Lo siento profesor- se disculpó luego de ser liberado.
-¡Para esto necesitas concentración! Aún más para ejecutarlo. Necesitas tu mente en blanco y poner todo tu corazón para salir.
-¡Imperio!
'Salta, salta'
El chico comenzó a saltar. Harry cerró los ojos y puso su mente en blanco.
'¡NO QUIERO!'
'¡Salta!
'¡NO!'
'¡Hazlo!'
'¡DEJEME!'
Tensó sus músculos y se lanzó al suelo. Lo había logrado. Aunque respiraba entrecortadamente.
-¡Felicitaciones!
-Gracias- respondió al ponerse de pie.
-Pero debes tener en claro. Durante un ataque es difícil poner la mente en blanco y conservar la concentración.
-Lo sé- estaba muy cansado.
-Harry. Se hace tarde, será mejor que descanses.
-Está bien.
-Me alegraría que practicarás el hechizo.
-¿YO?
-Dudo que tus amigos se OPONGAN- Dumbledore guiño el ojo y el ojiverde sonrió.
SssssssssssS
-¿Cómo te fue Harry?
-Practiqué maldiciones imperdonables.
-¡¿QUE!
-Calma Herm. Estaba con Dumbledore.
-¡Lo entiendo! Pero estás practicando maldiciones- agregó algo asustada.
-No te preocupes. Iré a dormir. Mañana usaré el imperio- todos lo quedaron mirando- con ustedes- agregó mientras subía las escaleras- dejando a Ron, Hermione, Neville, Seamus y Dean con la boca abierta.
SssssssssssS
Quedaban dos semanas para los exámenes y el año ya acababa. Hermione mantenía a los chicos encerrados en la biblioteca. Aunque el hecho traía beneficios, Harry se estaba aburriendo. Su máxima meta era sobresalir en Defensa Contra las Artes Oscuras, para tapar la boca al profesor; ¡Y ya lo había logrado! Por más que Snape quisiera reprobarlo, no podía. Harry era demasiado bueno en la asignatura.
-Quiero que hagan un resume de 1 metro con todos los hechizos y contrahechizos que hemos aprendido.
Todos hicieron sonidos de aburrimiento.
-Para mañana
Y los sonidos y quejas aumentaron, al igual que la sonrisa de Severus.
-Ha vuelto a ser un amargado. ¡Tonks!
-Me di cuenta.
-¡Potter!¡Weasley! Cinco puntos menos por hablar en clase.
-¡¿Por qué siempre hace eso!- susurró.
-¿Quiere perder más puntos señor Weasley?- agregó con ironía.
-No profesor- respondió desganado.
-Ustedes dos harán 1 metro y medio.
Los Slytherins se retorcían de la risa.
SssssssssssS
La final de Quidditch era al otro día. Luego de varias competencias Slytherin y Gryffindor habían quedado a la cabeza y se debatirían. Si Gryffindor atrapa la snitch en seguida ganarían de inmediato. Ambos equipos iban empatados.
Harry buscaba afanosamente la escurridiza pelotita. Sus compañeros hacían un estupendo trabajo.
La voz de Dennis era apenas audible para Harry, porque volaba bastante alto y Malfoy lo interrumpía constantemente.
-¿Dónde estás?- se preguntaba así mismo. Un sonido llamó su atención. Gryffindor había hecho punto. Aplaudió a su equipo desde lo alto.
Un suave aleteo resonó en sus oídos desde lejos. Corrió su vista hacia la derecha, ahí estaba. Se lanzó en picada seguido rápidamente por Malfoy. Lo único que necesitaba era tomarla entre sus manos y poder terminar todo aquello.
Le quedaba muy poco, sentía al Slytherin volver sobre él. De pronto el negro lo nubló. ¿Se había transportado?
-¿Harry? ¿Harry?- las voces lo llamaban.
El chico abrió los ojos. La inconfundible sombra de Hermione estaba a su lado. Sintió una cama bajo su cuerpo, tapado y un terrible dolor le partía la cabeza. Se llevó una mano a está última, una venda le apretaba el cráneo.
-¿Mis lentes?
Hermione se los pasó.
-¿Estás bien?
-Me duele la cabeza. ¿Qué pasó?
-Bludger.
-¡¿Y el partido!- se sentó súbitamente. Mala idea. Cayó otra vez de bruces.
-¡Cuidado! No te preocupes. Se suspendió.
-¿Y Malfoy?
-Para él no fue distinto- e indicó a otro lado de la habitación.
Ginny le acariciaba en rubio cabello a su novio.
-¿Y el resto del equipo?
-Una persona por paciente.
El sonrió.
-Gracias.
-No te preocupes. Además, para que son las amigas. Lo mejor que puedes hacer es dormir.
-¿Cómo fue?
-Algo muy raro.
-¿Por qué lo dices?
-Harry…- empezó algo dudosa- Dumbledore cree que hay mortifagos en Hogwarts. Están investigando.
-¡¿QUE!
OoooO
FLASHBACK
OoooO
El moreno era seguido muy de cerca por Draco. Ambos luchaban por alcanzar la escurridiza pelotita. Los equipos cesaron sus actividades. Y el silencio inundó sorpresivamente el campo de Quidditch.
Todo recaía en los jugadores que volaban a gran velocidad por el destello dorado. Pero dos bludgers cruzaron el campo hacia los capitanes y en segundos ambos estaban en el suelo inconcientes. Los golpeadores se miraron y se largaron a pelear, el público gritaba y anima al resto del equipo a unirse. Sólo las chicas corrieron a ver el estado de sus buscadores.
OoooO
FIN DEL FLASHBACK
OoooO
-¿Nadie lanzó las bludgers?
-Nadie…
-No puedo creerlo. ¡Como en segundo!
-Exacto. Sólo que esta vez no fue Dobby.
-Dudo que lo haya hecho. No después que expresamente le pedí que no tratara de salvarme.
-Dumbledore ya habló con él para verificarlo.
-¿Y como está Malfoy?
-Peor. Estaba a mayor altura. Además es un debilucho.- ambos rieron.
-De algo sirven tantas golpizas.
-Madame Pomfrey le dejo dicho a Fleur que podías salir en unos días. Ella te cuidará.
-OK…
-Y yo te traeré las asignaciones.
-Gracias
-Nos vemos…- y se marchó de la enfermería.
SssssssssssS
Le tiempo transcurrió muy lento. Malfoy era un fastidio, discutieron toda la parte respecto quien hubiera atrapado la snitch. Pero había llegado a la conclusión: Era un buen chico y amaba a Ginny.
La noche se colaba por las ventanas y la puerta se abrió estrepitosamente. Al contrario de Malfoy o había querido tomar la poción para dormir y se sentó al oír el estruendo.
Una sombra era levitada y trasladada hacia una cama vacía.
-¿Estará bien?- la profesora McGonnagal preguntaba rápidamente a la ahora profesora de Pociones.
-Eso creo… Pero deberemos llevarlo a San Mungo.
Harry se paró y se acercó al pequeño tumulto compuesto por varios profesores.
-¡Haggy! ¡Ve a tu cama!
Fleur entraba ahora por la puerta cerrándola tras de sí.
-¿Qué ocu…- pero se interrumpió a si mismo cuando en sus lentes se reflejó el cuerpo inconciente de Albus Dumbledore.
