Disclaimer

Todos los derechos pertenecientes a la Sra. Rowling, la WB y Salamandra.

No hay fines de lucro bajo la realización de este escrito, sólo la mera satisfacción y entretención que saco de ello.

Aviso

Dedicación

A un ángel que cambio mi vida. Milenco, todo esto es para ti.

¡Disfruten la lectura!

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Capitulo Treinta y Cuatro

Sobreviviendo

Y ahí estaba, lo que había rondado tanto tiempo su mente, lo que había rondado por un tiempo sus sueños, largo y territorial, el hecho de mirarlo provocaba una sensación en él indescriptible, hipnotizante, lo llamaba y lo pedía. Y Voldemort sonreía, de una manera enfermiza pero lo hacía de igual forma.

Miró a Francis, necesitaba asegurarse que estuviera viva, el espejo estaba hecho esfera otra vez y lentamente ingresaba de nuevo por le pecho, el rayo iba apagándose y el brillo alrededor desvaneciendo, de pronto el cuerpo cayó abruptamente al suelo.

Francis tosió, y trató de apoyarse con los brazos poniéndose en cuatro, estaba viva, y Voldemort levantaba el Cetro, todos los mortífagos alabándolo.

El SUEÑO.

Se había hecho realidad, Francis se desplomó en el suelo, respirando, pero absolutamente débil y exhausta, tenía que sacarla pronto de ahí, o estarían condenados. Sí tan sólo hiciera un pequeño esfuerzo, ella podría sacarlo de su atadura, un pequeño esfuerzo.

Voldemort estaba maravillado, completamente abrumado, como un pequeño niño recibiendo el regalo anhelado por mucho tiempo. Con un pequeño movimiento del Cetro dos de los mortífagos comenzaron a flotar, y fue el más leve de los movimientos, imperceptible, el Cetro era poder, del más puro y potente. Si Voldemort se lo quedaba estarían en problemas. Graves problemas.

- ¿Crees ahora que serás competencia Potter?

Sin hablar, sin aviso, sin advertencia sintió un dolor cruzarle el alma, era un crucio, pero nunca había recibido uno como este, este era profundo, martillaba sus sentidos, desgarraba su cuerpo y pegado a la pared no podía hacer mucho más que contraerse, cerrar los ojos y ahogar los gritos que amenazaban por salir, pero no duro mucho. Su sangre palpitaba, ardía y avanzaba por todo su cuerpo, llegando a su cabeza tratando de reventarla, la risa sicótica de Voldemort sólo aumento su dolor. Y no pudo resistir, soltó un gritó, un grito desgarrador y desesperado.

El grito retumbó por toda la mansión, llegando al bosque, un bosque que sin su conocimiento pronto iba a estar repleto de aurores, cruzó las paredes, paredes que estaban llenándose de mortífagos lentamente atacando a Remus y Ron que estaban escondidos de las maldiciones. Y resonó en los oídos, oídos de sus amigos, como una manera de llamado, y esperanza.

Una lágrima calló al suelo por debajo de sus gafas mientras el dolor perdía intensidad y Voldemort volvía a reír.

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Hermione lo escuchó, estaba llegando donde Ron y Remus cuando un grito se oyó en el lugar, y si sus temores y suposiciones eran verdad, ese grito era de Harry. Su mejor amigo, cerró los ojos soltando un par de lágrimas atrapadas desde que los habían tomado prisioneros. Respiró profundo y se acercó a los dos hombres.

- ¿Escuchaste eso? –le preguntó Malfoy.

Ella asintió.

- Ron, Remus… aurores vienen en camino.

- Me alegro Hermione.

Remus tenía un color grisáceo e insalubre, como si se fuera desplomar en cualquier minuto.

- Lupin, creo que podemos aguantar si nos mantenemos lanzando maldiciones desde aquí, lo mejor es que se vaya… aurores ya viene-

- No es tu decisión Malfoy. ¡Yo no los dejaré a ustedes solos aquí! –el gritó salió como un rugido.

Los tres adolescentes saltaron un poco.

- Lo lamento… es esta luna…

- No se preocupe profesor. Tenemos que aguantar un poco más.

Y sus plegarias fueron oídas. Pasos se oyeron y voces se escucharon. Los aurores habían llegado, refuerzos aparecían. Todo saldría bien.

Y la batalla comenzó, entre la gran escalera, el vestíbulo, algunas habitaciones.

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Los ruidos de más explosiones desconcentraron a Voldemort.

- ¡Que esta pasando! ¡Apuesto que esos ineptos de Parkinson, Zabini y Nott perdieron a Weasley y Granger!

Un sentimiento de alivio recorrió las venas de Harry, sus amigos, estaban vivos, ese era el único pensamiento que lo llenaba además del constante dolor que había quedado.

- ¡Vayan! ¡Todos! ¡Déjenme solo! Quiero terminar con Potter de una vez por todas…

Todos se levantaron y salieron por las puertas, a un escenario que no se esperaban. Caos.

- ¿Agradable el crucio Potter? Poderoso ¿No? Siempre te has hecho el valiente, me alegra que esta vez expresaras el sentimiento. Dolor. Eres humano, a diferencia de mí. Luego de esta noche ¡Seré un dios! Y tú no existirás para detenerme.

Con la cabeza baja divisó su varita. Estaba a unos centímetros de sus pies. Cuanto deseaba sujetarla, el hecho de tenerla entre sus dedos le daba un sentimiento de confianza. Miró a Francis. Estaba perdido. Estaban perdidos. Si Voldemort salía por esa puerta era el fin.

- ¿Con que quieres morir? Hay muchas formas ¿Sabías?

Y él todavía con la cabeza gacha, intercambiando mirada entre la varita y Francis respiró, pensando como una persona podía convertirse tan mala. Pero Francis se movió, levemente levantó la cabeza tiritando, Voldemort no la veía, estaba de espaldas a ella.

La castaña abrió los ojos y los conectó con él. Le guiño el ojo con dificultad y con un movimiento de mano sintió como sus ataduras fueron liberadas, la chica cayó de nuevo al suelo.

Estaba libre, esta libre. Miró a Voldemort que lo observaba esperando respuesta. Y sin dudarlo un segundo se lanzó a su cuello, derrumbándolo y haciéndolo botar el Cetro a unos cuantos metros de ellos dos. Harry se mantenía arriba de su cintura presionando todo el peso sobre él, ahorcándolo, estiró una mano y tomó su varita apretándola fuertemente contra la garganta del hombre.

Voldemort no titubeó y golpeó a Harry con una mano botándolo al suelo, arrastrándose se acercó al Cetro, pero el chico lo tomó del pie arrastrándolo con él, con un movimiento de varita Voldemort quedó aplastando contra la muralla. Pero esa jugada sólo hizo que el Cetro quedará a igual distancia de los dos.

Ambos se lanzaron de estomago hacia el, tomándolo por un lado cada uno. Harry y Voldemort lanzaban maldiciones para que el Cetro reaccionara y atacará a uno, pero era imposible, necesitaba estar en posesión de uno solo. Voldemort tenía la varita en la mano, y trató de atacar a Harry, con una mano con varita y la otra firmemente tirando el Cetro era algo difícil defenderse, pero logró hacerlo.

Harry levantó el pie y girando la cadera le pegó una patada de lleno en la cara lanzando a Voldemort de espaldas. Tomó el Cetro y lo apuntó directo a la cara del hombre.

Estaba dudoso, no se atrevía a atacarlo.

- Esa es la máxima diferencia entre ambos Potter. Yo no dudo en asesinar a mi enemigo, eres demasiado noble para este juego, y un cobarde, sigue los pasos de tus padres, ¿Te gusto mi recordatorio? Creí que sí… -rió.

Este hombre si que estaba mal, tenía el arma más poderosa que existía plantada en su garganta y reía. ¿No creía que lo haría? ¿No lo creía capaz? ¿No pensaba que lo odiaba?

Harry lo odiaba, con toda su alma, con todo su corazón, Voldemort le había cambiado y quitado tantas cosas en sus vidas, lo había olvidado a crecer y olvidarse de ser adolescente. Le había quitado una infancia feliz, una familia. A Sirius, sus padres, tal vez sus mejores amigos, las vidas de cientos de personas. El lo merecía. Y en ese segundo no lo dudo.

- ¡Crucio! –gritó.

Esta vez si hizo efecto, y un efecto esperado, Voldemort se contorsionaba de manera extraordinaria en el suelo. Era como si algo estuviera dentro tratando de comerlo. Pero Harry no encontró satisfacción en ello, él no era como Voldemort, él era mejor, mucho mejor. Él no necesitaba infligir dolor a su enemigo para ser feliz. Pero ya lo había hecho.

Detuvo la maldición. Voldemort quedó jadeando. Lo miró con odio, esos ojos rojos estaban llenos del más puro e intenso odio.

- Has ganado esta batalla pero no la guerra Potter. Nos volveremos a encontrar.

Y desapareció.

Y a pesar de lo que pensó que pudo haber creído en un escenario como este quedo satisfecho. Voldemort había entendido que el no jugaba, que si el tenia que matarlo con una imperdonable, lo haría y no dudaría ningún otro segundo. Lo dejo entendiendo que el tenía el Cetro y que lo iba a ver de nuevo y lo estaría esperando, esta vez sería él.

Harry esperaría, él no iría en busca de Voldemort. Estaba cansado de ello. Esta guerra se había convertido en algo personal desde hace mucho y era hora de terminarla, aunque aún quedaba tiempo.

Corrió donde Francis, la chica todavía tiritaba, no sabía que hacer con el cetro. El objeto no era tan grande, pero algo incómodo de administrar. La tomó en brazos y mirando el balcón vacío intentó aparecerse. Imposible. ¡Maldito sea Voldemort! Tenía vallas especiales.

Se acercó a la puerta y salió con cuidado, en la parte superior, tuvo completa vista de lo que acontecía abajo. Él lugar estaba lleno de aurores y mortífagos peleando. Vio unas cuantas cabelleras pelirrojas. Los Weasley. Puso a Francis resguardada y se dirigió corriendo.

Mirándolos a todos desde arriba afirmó el cetro con ambas manos y apuntando hacia el techo conjuró un Lumos.

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Hermione y Ron junto con más aurores habían salido de la mansión en busca de Bellatrix y unos cuantos mortífagos que habían salido. Ambos chicos corrían mirando a través de los árboles, Hermione sabía que estaban en desventaja, esa era la mansión Lestrange.

- Ron… creo que será mejor volver por Harry.

- Espera, sólo cinco-

Un rayo los separó abruptamente, ambos se pararon con dificultad y vieron quien lo lanzaba. La misma retorcida que buscaban.

- ¿Qué pasa Weasley? ¡Ponte de pie!

Ron lo hizo apretando la varita fuertemente en su mano, Hermione lo imitó. Los dos comenzaron a avanzar para quedar cerca el uno del otro.

- Que hermosa escena –dijo Bellatrix con aburrimiento.

- ¡Donde esta Harry!

- Realmente no lo sé… muerto… herido… pero me importa en lo más mínimo. Su otra amiguita si que morirá.

Ambos pensaron en Francis, pero no duró mucho porque Bellatrix comenzó a atacarlos mientras reía. ¡Donde estaban los aurores!

Hermione y Ron salieron de las sombras para contraatacar. Bellatrix notó a la chica y le lanzó un rayo violeta. Hermione cerró los ojos con impotencia y pidiendo que no fuera algo tan potente. Pero nunca llegó.

Abrió los ojos y vio a Bellatrix a unos cuantos metros.

- Para que te quede de recordatorio. Nos veremos –y con eso desapareció.

Hermione lucía confundida, algo la hizo despertar. Ron. Miró frenética a su alrededor y cuando iba a avanzar en esa oscuridad algo estaba a sus pies.

'¡Ron! ¡No puede morir! ¡Eso no era un Avada!'

Se agachó a su lado buscarle pulso, y lo encontró soltó un suspiro de alivio. Lo movió para ver que era lo que tenía, pero no encontró nada, estaba completamente dormido. Inconsciente.

La castaña abrió los ojos alarmada mientras se llenaban de lágrimas. No podía ser posible, Bellatrix no podría haberlo hecho. El sentimiento de que estaba en lo correcto la comenzó a molestar y apretando el cuerpo de Ron, lloró.

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La luz cegó todos los presentes automáticamente levantaron la vista donde se encontraba Harry con el Cetro de Merlín en mano. La mayoría abrieron los ojos consternados, alarmados o simplemente maravillados.

Harry Potter era el poseedor del Cetro de Merlín, como lo había conseguido no importaba, pero la mirada de decisión en sus ojos y las heridas que tenía en la cara demostraban que no dudaría un segundo en atacar al que se le cruzara, y en esos momentos nadie quería ser el blanco.

Los mortífagos comenzaron a desaparecerse de inmediato, sin titubear, los aurores y gente del Ejército presente miraban consternados. ¡Cobardes!

- ¡¿Pero como! ¡Uno no puede aparecerse! –gritó alguien entre la multitud.

Draco se desapareció y apareció unos cuantos centímetros más allá.

- La marca tenebrosa –murmuró con molestia.

Pero volvían a recordar quien estaba arriba con una de las armas mitológicas más conocidas que existían en el mundo. Harry dejó de preocuparse por el caos y tomó a Francis en brazos, corriendo escalera abajo. Se topó con Remus que estaba peor de lo que el creía.

- ¡Remus!

- Harry ¿Estas bien? ¿Voldem-

- ¡Que estas haciendo aquí! ¡Es luna llena!

- No podía dejarte… enseguida me largo, no te preocupes…

- Voldemort escapó, pero no te preocupes, ya llegara el momento, ahora necesito llevarla al campamento. ¿Ron y Hermione?

- No lo sé… los vi salir.

Harry asintió y salió al jardín del lugar para aparecerse al campamento.

Sintió tierra firme y tratando de no botar a la persona inconsciente que tenía en brazos se echó a correr hasta la carpa con los sanadores. Se demoró un poco pero logró llegar, la desesperación del momento no lo había dejado aparecerse donde tenía.

- ¡Por favor! ¡Alguien ayúdeme!

Un par de sanadores, entre ellos Madame Pomfrey lo vieron acercarse y corrieron a su lado, con una hechizo llevaron a Francis a una cama y cerraron la cortina.

- ¿Va a estar bien?

- Eso lo veremos señor Potter.

Y con las palabras de Madame Pomfrey, Harry quedó con la imagen de Francis completamente blanca y algo morada, y sus ojos cerrados. No podía morir.

Alguien se acercó a su lado. Y le movió el brazo.

- ¿Qué ocurrió? –preguntó un preocupado Will.

- ¡Will!

- ¡Que ocurrió!

Harry le mostró el Cetro. El chico rubio cerró los ojos.

- ¿Quién lo hizo?

- Voldemort.

- ¡Maldita sea!

- La traje lo antes posible…

- Muchas gracias Harry… -dijo el chico más tranquilo y con una pequeña sonrisa.

Harry trataba de sostener el peso del Cetro, pero sus brazos ya estaban cansados. Will lo vio y rió.

- ¡Que!

- Préstamelo un momento…

Harry vio como la cara de William se iluminó con el Cetro en la mano.

- Nunca creí que lo vería. Menos tocarlo –murmuró.

- ¿Quieres usarlo?

- No –dijo firmemente- El poder del cetro sólo trae ambición, si no estás destinado a él, no puedes ocuparlo o tus días pasaran en sueños con él.

Harry asintió.

- Supongo que Francis debería haberte explicado todas estas cosas. Pero el Cetro tiene ciertas reglas. Nadie más que tú puede utilizarlo, no es de uso diario y si quieres guardarlo… -el chico hizo unas florituras en el aire y el largo Cetro se achico quedando sólo un pequeño bastón, no más grande que una varita.

- Muchas gracias.

- Así no funcionara. Pero si haces los mismos movimientos volverá a su tamaño natural.

Harry lo hizo un par de veces para dominar el movimiento.

- Eres rápido aprendiendo Potter.

- Gracias.

- Bueno… creo que iré a hablar con Madame Pomfrey.

- Adelante.

Ya no era su tarea. Había hecho todo lo posible por salvarla, pero él no era el novio. Miró a su alrededor buscando por si veía a alguien conocido, y lo encontró.

A unas cuantas camas de distancia Hermione estaba llorando con la mano de Ron entre las suyas, mientras el pelirrojo yacía completamente dormido.

Ron.

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Notas de la Autora

¿Les gustó?

Ya estamos llegando al fin del Cetro de Merlín, creo que son como dos capítulos más. Pobre Ron, al menos no esta muerto, ya verán que le ocurrió y que va a pasar. Les aviso que estoy barajando demasiado hacer o no continuación y de hacerlo no será de inmediato, lo lamento mucho.

Espero que dejen comentarios, que adoro leerlos y que les haya gustado el capítulo, se que la pelea aquí fue corta, pero si llegó a hacerla en el futuro, la última tiene que ser épica ¿No? Además si algo que me gusta en los fics de Harry, es cuando se ocupa violencia física y a Voldemort le debió haber dolido esa patada, hasta mi me dolió leerla, me recuerda a Malfoy con Harry ¡Desgraciado no más!

Bueno, eso es todo por hoy, dejen review… si es que no es mucha molestia.

"Los reviews son el oxígeno de un escritor de fics"

¡No quiero morir ahogada! ¡Ni tan joven!

¿Por favor?

Francis

Delusional al 100