Disclaimer
Todos los derechos pertenecientes a la Sra. Rowling, la WB y Salamandra.
No hay fines de lucro bajo la realización de este escrito, sólo la mera satisfacción y entretención que saco de ello.
Aviso
La cursiva es un flashback y… ¡Acabo de notar que es el último capitulo! Les aseguro estoy más sorprendida que ustedes, ni me acordaba que tenía sólo 35, juraba que eran 36. Lean Notas de Autora para más información.
Dedicación
A un ángel que cambio mi vida. Milenco, todo esto es para ti.
¡Disfruten la lectura!
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HARRY POTTER Y EL CETRO DE MERLÍN
Capitulo Treinta y Cinco
Comenzando el final
Y eso había sido.
Así se había capturado el Cetro. Y así el peso del mundo era plantado más profundamente sobre sus hombros, hundiéndolo, lentamente. Con la única satisfacción y tranquilidad que no estaría solo.
Pero así se sentía. Sentado en una silla al lado de su mejor amigo, desesperanzado.
- La maldición venía dirigida hacia mí.
- ¿De que maldición hablas Hermione? –preguntó Harry con dificultad.
Cuando el chico había visto a Ron, sus pies hicieron uno de los caminos más tortuosos, algo adentro de el lo calmaba, porque si Ron estaba en la enfermería, estaba vivo. Pero… no se veía bien.
- Bellatrix… -murmuró la chica, estaba con un tono sin vida, y a la vez atormentado- Ella me lanzó la maldición y Ron la interceptó –Hermione conectó ojos con Harry.
De alguna forma terminaron abrazados, con la castaña llorando desconsoladamente en el hombro de la única persona que podía entenderla perfectamente en esa situación.
Hay algo peculiar en la pérdida, Ron no estaba muerto, pero la maldición que le habían lanzado no era algo que tranquilizaba y daba esperanza. Pero aún así era una pérdida, y en esos momentos debes encontrar consuelo en un mismo nivel. No podías juntarte con la hermana, si tú eres un tío, los dolores son diferentes, los dolores atacan de diferente manera, pero si encuentras con quien apoyarte, todo parece más simple, y a la vez complicado.
Si bien encuentras un par, el hecho de sufrir de la misma forma, podía hundirlos de manera terrible. Pero de alguna forma, Harry y Hermione encontraron la forma de consolarse, en silencio, siendo los mejores amigos…
- No despertará Harry… -le susurró en el oído después de tranquilizarse.
- No digas eso…
- Es muy difícil que lo haga. ¡Debí ser yo!
- ¡No quiero escucharte repetirlo! Ron lo hizo por ti, el te ama, y estoy segura que lo hubiera hecho otra vez de tener la oportunidad. ¡Yo lo hubiera hecho por ti Hermione! ¡Entiende! Tú eres la persona más importante de nuestras vidas, siempre fuimos y siempre seremos los tres, nadie más nadie menos, no importa con quien estemos, hay algo más profundo que nos une… y eso no puede separarlo una maldición.
- ¡Pero yo soy inútil Harry! Ron debió haberlo pensado mejor… él sirve para la gue-
- Lo que estás diciendo es para calmar tu sentimiento de culpa… y yo te entiendo, he pasado por eso antes… pero no tienes que culparte Hermione… agradece la oportunidad que Ron te dio, y entre ambos haremos que vuelva, para que terminemos con Voldemort de una vez por todas.
Y tenían que hacerlo. Ambos estaban mucho mejor, asimilando la realidad, y viviendo con ella. Lo peor habían sido los Weasley, especialmente Molly, Hermione no puedo aguantarlo y tuvo que retirarse. El señor Weasley y su esposa hablaron con ella, y la tranquilizaron, no tenía porque culparse, ella era como una hija para ellos y Ron había decidido hacer eso por algo y se alegraban.
Pero Harry aún veía el dolor en los ojos de la familia, de los gemelos, de Ginny, Bill, Charlie, e incluso de Percy que se había dignado a visitar. Ron fue traslado a la Madriguera al mes después del ataque, los Weasley habían decido ir a ella en vez de la mansión, tal vez ayudaba a Ron despertar antes en un ambiente que era familiar para él. Ellos volvieron a la casa junto con su amigo, tratando de acompañarlo lo más posible.
- ¿Qué vamos a hacer Harry?
- Volver a Hogwarts, entrenar, ayudar a armar las filas y destruirlo.
- ¿Ya sabes todo lo del cetro?
- Sí… Francis me lo explicó antes de irse.
Hermione asintió.
Cuando la castaña se durmió sentada en la silla y apoyada en su hombro, Harry se levantó con cuidado de no despertarla y averiguar el estado de Francis. Necesitaba saber como estaba.
Se acercó a la zona que la tenían, William se movía de un lado a otro de la habitación, desesperado.
- ¿Alguna noticia?
- No… -murmuró.
Harry le golpeó la espalda en manera de apoyo. Las cortinas se abrieron y un par de sanadores se mantenían al lado de la chica, mientras Madame Pomfrey salía a hablarles.
- ¿Cómo esta?
- ¿Se va a recuperar? –preguntó Harry al mismo tiempo que Will.
- Bien y sí… costará un poco pero lo hará. La señorita Lake tenía una serie de hemorragias internas, junto con una desalineación de su estructura ósea y gran parte de sus órganos y sistemas. Como si alguien se lo hub-
- Hubiera movido con la mano…
Madame Pomfrey miró a Harry asombrada.
- Exacto –Will lo miraba con entendimiento- Con una serie de hechizos, logramos arreglar su anatomía, fue algo complicado pero ya está y ayudamos con un par de pociones a la creación rápida de sangre, que era lo que más necesitaba. Probablemente se mantendré dormida por varios días, si fueran semanas no me extrañaría, esta muy débil, pero lo hará... y despertará eventualmente.
- Muchas gracias –murmuraron ambos chicos.
- No hay de que… Si quieren pueden pasar a verla.
Madame Pomfrey los dejó solos.
- Ve… no te preocupes, iré a ver a Ron.
- Harry… entra, se que necesitas verla.
- ¿Estas seguro?
- Yo tengo mucho tiempo todavía.
El ojiverde asintió. Y avanzó a la cama, le tomó la mano con delicadeza, con miedo a que pudiese romperse. La miró, estaba increíblemente pálida y fría, pero lentamente el rosado iba tomando fuerza. Le besó la mejilla y le susurró en el oído.
- Muchas gracias… yo lo tengo… no hay de que preocuparse.
Y con eso la dejó. Avanzó unos pasos para volver a la cama de Ron, pero en medio del camino sus piernas cedieron y calló al suelo de inmediato, antes de desmayarse alcanzó a oír unos cuantos gritos.
No despertó hasta la semana después. El cansancio se lo había comido y al ver que ya todo estaba controlado, su cuerpo había cedido y su mente a la vez. Estaba exhausto, herido y desesperado, quería escapar, y su sistema se bloqueó. Y en el fondo lo agradecía, estaba enojado consigo mismo porque había dejado a Hermione sola y con el como otra preocupación, pero el enfrentamiento con Voldemort no había sido nada fácil.
Volvió a mirar por la ventana de la chillona habitación de Ron. La señora Weasley entró y con tristeza mirando a su hijo envió la atención a ellos dos.
- Harry… Hermione… Albus esta aquí, quiere verlos a ambos.
Ambos se lanzaron miradas, extrañados y se pusieron de pie de inmediato para ver a su Director. Cuando llegaron a la cocina el señor Weasley les indicó continuar a la sala, donde el anciano estaba con su larga barba esperándolos, con ese característico brillo tras las gafas de media luna, pero un aire más solemne que dejaba claro sabía de la tragedia familiar.
- Buenas tardes Harry… señorita Granger
- Buenas tardes profesor –respondieron al unísono, y sentándose tras la invitación de Dumbledore.
- ¿Cómo esta el joven Weasley?
- Aguantando –respondió Harry.
- Me alegro. ¿Y ustedes?
- Mucho mejor… -murmuró Hermione.
- Bueno, creo que nos les traigo buenas noticias.
- ¿Paso algo?
- ¿Murió alguien?
- No… pero necesito saber algo antes. ¿Ya te explicaron todo sobre el cetro?
- Sí, Francis me explicó antes de irse –respondió Harry nuevamente.
Harry estaba parado en la estación de Hogsmeade, se habían aparecido junto a Hermione y Remus, para poder llevar a Francis y Will a la estación y despedirlos.
Francis había despertado una semana y media después del ataque. Y esto solo significo que tenía que irse, asuntos que arreglar, trabajos que realizar y mantenerse alejada del Cetro hasta que este haya realizado su propósito. Entre más lejos se mantuviera, mejor para ella, mejor para el Cetro, sin interferencias.
Su cara tenía un moretón que ya había avanzado y estaba en la etapa media amarillenta y verdosa, pero el dolor se mantenía, cortesía de una fuerte bofetada por parte de Voldemort. Su ojo también estaba algo hinchado y recuperando, mientras que su cuerpo seguía delicado.
La chica comenzó a despedirse de Remus y luego de Hermione, esta vez las lágrimas no llegaron, algo les decía que se volverían a ver. Harry esperaba pacientemente su turno. Hasta que llegó.
- ¿Recuerdas todo lo que te dije?
- Sí…
- Cualquier cosa, ocupas la piedra.
- ¿Esta vez me responderás? –le preguntó con una sonrisa.
- Te mandaré a Esperanza –le respondió con una risa.
Harry con cuidado le sacó una mechón de los ojos, ella se encogió un poco y los cerró con el miedo de que el le pasar a llevar sus heridas, pero no fue así.
- Creo que es hora de irme.
- ¿Te veré de nuevo?
- Algún día, tal vez, cuando toda esta locura acabe.
- Creo que faltara para eso.
- Pero llegará, no hay de que preocuparse.
Y con una sonrisa lo abrazó, el le devolvió el abrazo.
- Gracias por enseñarme a volar –le susurró en el oído.- Te quiero…
Esas mismas palabras, bueno, casi las mismas, cambiando el 'te quiero' por 'te amo' habían salido de sus labios meses antes, cuando se fue la primera vez, y Harry sonrió. Esta vez contenían un diferente significado. Ese te quiero era de amistad y el se sentía completamente de acuerdo. La abrazó con más fuerza para luego dejarla ir.
- Cuando quieras
- Dale mis saludos a Ron cuando despierte.
Y con un guiño ella se subió al tren, William se despidió rápidamente y con una estrechón de manos a Harry le sonrió y subió detrás de la castaña. Hermione se apoyó de Harry para darle apoyo. Junto con Lupin vieron el tren hacerse pequeño hasta desaparecer en el horizonte.
- ¿De que se trata señor? –inquirió Hermione que ya se estaba impacientando.
- Ambos tendrán que dejar la Madriguera.
- ¡¿Qué! –saltaron Harry y Hermione al mismo tiempo.
- Tú tienes el Cetro Harry… y no podemos arriesgarnos a perderlo o que te tomen prisionero, la Madriguera es un lugar conocido. Y completamente predecible, no solo estás en peligro tú, si no también Hermione, Ron y el resto de los Weasley.
Hizo una pausa para que los chicos se sentaran y continuarán escuchándolo.
- Cuando llegues a Hogwarts, el colegio te dará la protección necesaria, pero mientras tanto, durante el resto de las vacaciones, tendrás que pasarlo en el mundo muggle. Y aquí entra la señorita Granger.
Hermione lo miró atentamente.
- Queríamos saber si no sería mucho problema la estancia de Harry con usted en su casa.
Ambos chicos se miraron. Entendiendo que tenían que hacer esto, Dumbledore tenía un buen punto.
- No hay problema profesor. ¿Cuándo tendríamos que partir?
- Mañana mismo, me encargaré que la Orden le informe a sus padres y que se instale la seguridad necesaria, aunque no creo que sea de mucha necesidad, tu ubicación dentro del mundo muggle no es conocida.
Los Gryffindors asintieron.
- Ahora tengo que retirarme. Tonks y Remus vendrán a buscarlos.
Y el profesor desapareció.
- Así que pasaremos el resto del verano en mi casa.
- Eso parece… Hermione… ¿Y Ron?
- Cuando despierte nos acompañara.
Harry asintió. Y ambos subieron a la habitación de Ron.
Tomando un puesto a cada lado y una mano cada uno se miraron. El Cetro se mantenía guardado dentro del clóset.
- ¿Crees que todo esto funcionara y terminarás con Voldemort?
- No puedo creerlo. LO SE.
Ella asintió.
- Tienes razón, vamos a hacerlo, porque él no va a interponerse en nuestra felicidad, y no hay personas que merezcan más normalidad que nosotros tres.
Harry y Hermione rieron.
- Así que ya la oíste amigo… tienes que despertar para empezar con la normalidad, y estoy seguro que dentro de esa normalidad un juego de los Chudley Cannons entra dentro de la imagen.
Los párpados de Ron se movieron un poco. A esa altura ya estaban acostumbrados de verlo, las primeras veces habían saltado de alegría, pero ahora solo les decía que de alguna forma Ron captaba algunas cosas, como a la mención de comida, o Quidditch.
Y de esa manera sonriendo, sentado junto a sus dos mejores amigos, con todas las esperanzas y determinación para destruir de una vez por todas a Voldemort se quedó mirando el sol que se escondía por entre los árboles. Con el sueño de alguna vez poder ser libre y liberar a todas las personas que amaba de esa tortura y comenzar con el final de esta guerra.
FIN
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Notas de la Autora
¿Les gustó?
Bueno, como repito no tenía la menor idea que este era el último. Y sinceramente no estoy segura de querer hacer una continuación. Siento como la idea de esta historia terminada, podría tener múltiple continuaciones, especialmente algunas con el final que yo anhelo (Harry/Hermione) Incluso varios reviews me lo pedían, pero habrá que ver. Para los que escriben todos saben que la inspiración viene y se va, a veces ataca una idea y otras la abandona. Cuando este decidida a lo que haré o pondré la continuación o un epilogo muy largo que resuma la situación de un posible séptimo año, podría incluso imaginar un epilogo con múltiples capítulos, pero como ya he dicho todo esto es incierto.
Así que espero hayan disfrutado este largo paseo y un sentimiento de penita me embarga, porque aunque a veces pase malos ratos con este fic y me dieron ganas de eliminar a muchos personajes (¿Vieron? No maté a Francis, me contuve, LOL) aquí llegue con mi primer bebé… le tengo un cariño especial… todavía recuerdo ese martes a las seis de la mañana escribiendo y toda emocionada por lo que tenía, esta fue mi base para todo lo que he desarrollado hasta el momento y me alegro que me hayan acompañado.
Así que espero verlos por ahí alguna vez más… lo que disfruten de Harry/Hermione pueden visitar mis otros fics, claro esta y… ¡Nos vemos! Que dentro de poco tiempo deberían tener noticias con lo que probablemente será un epilogo. MUY LARGO.
Espero…
"Los reviews son el oxígeno de un escritor de fics"
¡No quiero morir ahogada! ¡Ni tan joven!
¿Por favor?
Francis
Delusional al 100
