Capitulo 24: El fin de las estrellas

Sobrevolaba el oscuro y tenebroso cielo, cubierto por grandes nubes con un gran volumen, todas completamente grises bien oscuras. Por los cielos, sobrevolaba un corcel alado y negro, con un demonio sobre éste.

Se paro sobre aquel inmenso mar, sonriendo malevolamente. Fue cuando alzó su mano en donde se hallaba una perla hermosa, pero se veia que contenia una gran maldad, porque aquela perla que antes fue violeta con un magico resplandor, ahora se hallaba cubierta de un brillo oscuro, como si la maldad lo hubiera invadido en contra de su voluntad. Al azar su mano con aquella perla, aparecieron uns rayos azules y purpuras surcando los cielos. Un temblor, y grandes olas, separando por la mitad aquel extenso mar, haciendo una gran grieta en el fondo, donde se podian apreciar unos hilos plateados como barreras, y debajo, un choque de energias y gritos.

Naraku: oh, mis siete guerreros! Diganme que aun podran estar a mis servicios despues de todos estos años, estos 17 largos años!

Oh, mi señor Naraku, nosotros, tus fieles y leales guerreros siempre te serviremos, por una eternidad.

Naraku: pues dejenme liberarlos, para destruir de una buena vez al dios Inutaishou y tomar el control del Monte de las Animas y de la region del Sengoku como dios supremo!

Obedecemos!

Naraku: liberense, Bankotsu, Jackotsu, Renkotsu, Ginkotsu, Suikotsu, Mukotsu, Kyokotsu!

Otro temblor más grande que el anterior, y de la perla salió un rayo azul oscuro, dandole en pleno a aquellos filamentos extraños de plata, rompiendolos en mil hebras de color. Del interior de la grieta, salio una gran rafaga de aire oscuro, dandole paso a unos siete grandes y fornidos hombres, todos pareciendo tener alguna habilidad especial.

Bankotsu: danos tus órdenes, dios Naraku

Naraku: quiero que Ginkotsu vaya a luchar contra ese idiota de Inuyasha, mientras, los demas, quieron que me acompañen al monte de las animas. Vamos!

Ginkotsu fue en dirección a las fronteras de la aldea, en donde Inuyasha tuvo su lucha con Kikyou, la ninfa del mal.
Mientras, en el bosque Dandellaion…

Inuyasha corria y corria, y estaba muy cansado, pero aun asi no paraba. Una imagen pensamiento del cuerpo de Ahome livido en el suelo sin poder moverse y perdiendo la vitalidad poco a poco lo hacia perseverar con toda su alma. Nunca antes oyo de aquel lado del bosque, y claro, nunca antes habia estado alli tampoco, lo unico que hacia era seguir su instinto animal y su ira, aquella ira hacia una ninfa que le habia confundido su corazon ensegandolo por completo. El se echaba la culpa por lo que le estaba pasando a Ahome, y siempre se decia que tenia que salvarla.

Inuyasha:" nunca me di cuenta de quien era la persona a la que en verdad yo le importaba, sin tomar en cuenta que fuera un hibrido…"

Siguio corriendo, hasta que una neblina oscura lo envolvio. Se paro, y olfateo el aire. Todo estaba impregnado por un suave veneno, pero a él no le afectaba. Fue cuando a lo lejos logro vislumbrar una boca oscura; la entrada a una caverna. Se dirigio hacia alla, y penetro en ella. Camino por el frio y rocoso suelo, tratando de acostumbrarse a aquela profunda oscuridad. Estuvo a punto de devolverse, pero una corriente de aire, como un pequeño torbellino lo hizo cambiar de opinión, y siguió avanzando un poco mas aprisa.

Adonde crees que vas, maldito hibrido?

Inuyasha salto hacia atrás al esquivar unas tres espinas de hierro. Se paro y giro su cabeza hacia la oscuridad. Alli brillaba una mirada rojiza, maliga, y una sonrisa ironica.

Inuyasha: quien eres?

Jajaja!...soy uno de los siete guerreros, mi nombre es Ginkotsu!

Inuyasha: de los…siente guerreros? "Hay no…la anciana Kaede tenia razon…Naraku los desperto, y la profecia…se hizo realidad" – pensaba, mientras Ginkotsu salia a la vista. Inuyasha pudo apreciar que no era ningun ser humano o hibrido; era mitad humano mitad maquina, un insulto y error de la naturaleza.

Ginkotsu: Naraku me mando para destruirte, maldita bestia!

Inuyasha volvio a esquivar otro grupo de espinas, mientras sacaba al colmillo de acero, el cual se habia transformado.

Inuyasha: Ja! Intentalo, maquina desgastada!

Se encontraban peleando por un buen rato. Inuyasha no habia utilizado ninguno de sus ataques especiales, y aun asi lograba estar a la par con Ginkotsu.

Ginkotsu: jajaja! Veamos si podras con esto!

Lo que le toco a Inuyasha, a continuación, fue esquivar todo lo que le lanzaba Ginkotsu, desde espinas de hierro hasta grandes cuchillas. Inuyasha no podia perder mas tiempo, tenia que apurarse.

Inuyasha: no puedo seguir con esta tonteria. Viento Cortante!

El ataque le dio de pleno a Ginkotsu el cual lo tomo por sorpresa. La caverna temblo un poco, y se levanto una cortina de humo y tierra. Inuyasha guardo la espada, y siguio su rumbo.

…deberias dejar de confiarte, bestia…

Inuyasha movio sus orejitas, y se volteo de golpe, recibiendo un ataque de cuchillas, las cuales trato de esquivar, pero no pudo. Las cuchillas le hicieron un monton de cortes por todo el cuerpo, haciendo que cayera agotado al suelo. Ginkotsu se acercaba lentamente a el para terminarlo. Inuyasha no se podia mover, lo unico que hacia era maldecirse a si mismo. Mientras, Ginkotsu lo tomo por el cabello, levantando el puño.

Inuyasha" Ahome…perdoname…"

Naraku: Jajaja!...el Monte de las Animas…preparate Inutaishou…

Mientras, los otros guerreros se encontraban acercandose a la montaña por tierra, destruyendo las pequeñas aldeas. Las personas desesperadas gritaban la ayuda de los dioses.

Victoria: Sesshomaru! Naraku desperto a los siete guerreros, y andan destruyendo las aldeas!

Sesshomaru se paro, recordando las palabras de su padre…

FlashBack:

Inutaishou: O los vas a dejar a la deriva solo porque hay unos que no creen en nosotros, y otros que sufren suplicando nuestra ayuda?

Sesshomaru: no, padre…

Fin FlashBack

Victoria miraba confusamente a Sesshomaru, quien levanto su brazo izquierdo, haciendo que la media luna brillara con toda su intensidad, lanzando rayos plateados los cuales pegaron a las aldeas de la region, creandoles un campo de proteccion espiritual.

Bankotsu: Maldición! Ese dios Inutaishou nos arruino la diversion!

Jackotsu: maldito dios, hay que destruirlo a él y a los otros dioses tal como nos dijo Naraku!

Ahora, aumentaron la velocidad al monte de las animas.

Sango: excelencia, parece que el dios Inutaishou logro proteger las aldeas.

Miroku: no creo que haya sido él, hay media luna…

Se voltearon de golpe al oir unas voces. Se pararon, y aquellos que venian detrás de ellos tambien.

Miroku: tu eres…

Los miro con detenimiento y seriedad.

Sesshomaru: ustedes son los que acompañaban a mi hermano Inuyasha

Miroku: dios Sesshomaru!

Victoria: son el monje Miroku y la guerrera Sango. Ellos son fuertes y habiles, Sesshomaru, nos pueden ayudar.

Sango: es cierto, vinimos a ver si podiamos ayudarlos contra las fuerzas malignas de Naraku

Sesshomaru: humanos o no, son nobles, y su ayuda nos vendra muy bien – dijo sonriendo. – Hay que apurarnos. Al ponerles el campo de proteccion a las aldeas, les arruine la diversion a los siete guerreros, y aumentaron el paso hacia el monte. Vamos!

Y fueron mas aprisa hacia la enorme e imponente montaña, con la esperanza de llegar antes para impedir que alguna desgracia sucediera.

Inuyasha…

Inuyasha: eh?

Inuyasha, por que te dejas vencer de esta forma?

Inuyasha: quien eres?

Todo se hallaba oscuro, y no sabia en donde se encontraba. Una dulce y delicada voz, algo conocida para el, lo llamaba. Fue cuando una luz lo encego, y aparecio una bella figura de una diosa…

Inuyasha: A…Ahome?

Ahome se hallaba frente a él, con su tipico traje marron, pero se la veia diferente; su cabello negro ondeaba con una corriente de aire inexistente, y su cuerpo estaba rodeado por una fina aura violeta. Inuyasha pudo contemplar aquellas hermosas y esbeltas alas, de blancas plumas, las cuales en ese momento se encontraban encojidas en su espalda. Se quedo hipnotizado en su mirada, mientras ella, con una calida sonrisa, se le acercaba.

Ahome le acaricio suavemente su rostro, hasta que lo abrazo, poniendo su cabeza en su pecho, consolandolo como una madre consuela a su hijo pequeño. Inuyasha sintio un suave aroma y un calor que le daba paz y tranquilidad a su alma. Las alas de Ahome se desplegaron, rodeando al joven bestia para abrigarlo con todo su amor, y hacerle dar cuenta de que no se hallaba solo en ese mundo. Mientras, Inuyasha tambien abrazaba con fuerza a Ahome, botando unas cuantas lagrimas.

Inuyasha: perdoname Ahome. Por mi culpa, estas muriendo, y no puedo recuperar tu alma…

Ahome: Inuyasha, no digas eso – le decia, mientras acariciaba sus plateados cabellos y sus pequeñas orejitas de bestia – tu no causaste nada, y mucho menos mi muerte. Ahora estas en una situacion dificil, y no quiero que te pase nada, y asi sera. Inuyasha, lucha, lucha por todo lo que quieres y lo que amas…

Inuyasha:…eso es lo que hago Ahome…estoy luchando por ti… - la abrazo mas fuerte botando mas lagrimas con mayor intensidad – pero he perdido, he perdido, y he muerto!

Ahome: no, aun no has muerto. Yo detuve el tiempo, para decirte de que no hay persona mas especial en mi corazon que tu, que tu eras y aun eres la razon de mi vida y de mi existir, y no permitire que nada te pase.

Inuyasha desperto, y se encontro en su situacion anterior. Ginkotsu lo iba a golpear. Inuyasha cerro sus ojos preparado para el gople…pero éste nunca llego.

Abrio sus ojos sorprendido, viendo como Ginkotsu rugia del dolor. Inuyasha no entendia lo que pasaba, cuando se vio; su cuerpo estaba siendo rodeado por un aura violeta.

Ginkotsu: maldicion! Una barrera afroprotectora!

Inuyasha abrio enormemente sus ojos

Inuyasha: " entonces…si me ama…!"

Saco de nuevo su colmillo de acero.

Inuyasha: ahora pagaras…

La espada se torno de un color rojizo y plateado, brillando por toda la cueva.

Inuyasha: Bakuryu Ha!

Ginkotsu no podia hacer nada, la barrera de afroproteccion de Inuyasha lo habia debilitado notablemente, y fue destruido por la tecnica especial de Inuyasha.

Mientras, el joven volvio a correr con todas sus fuerzas, guardando la espada.

Inuyasha: "resiste un poco mas, Ahome…"

Llego al final de la caverna, una habitacion de piedra de marmol oscuro, donde vio a dos personas; una mujer y una niña.

Kagura: Inuyasha!

Inuyasha: no tengo tiempo. Donde esta?

Kagura: de quien hablas?

Inuyasha: donde esta el hilo de la vida de Ahome? No permitire que la maten!

Kanna: no podras impedirlo…

Inuyasha: si lo hare…

Inuyasha salto hacia ellas, pero un tornado de viento se lo impidio, estampandolo contra la pared de la habitacion.

Kagura: es muy tarde bestia, aun asi no lo puedes evitar, su alma esta muy debil al recibir un golpe sentimental muy fuerte, aun siendo una diosa, no podra impedir la muerte.

Inuyasha: no… "es mi culpa, esta asi por lo de Kikyou…"

Shippou: Ahome, resiste!

Myoga: resiste Ahome, Inuyasha te salvara…

Ahome:…ahhh…

Shippou tenia tomada la mano de Ahome, la cual estaba muy palida y fria. Ahome tenia los ojos llorosos, y los cerro lentamente botando una lagrima, mas calida que su cuerpo.

Ahome…Inu…yasha…

Kagura estiraba un hilo violeta, el cual tenia una luz que parpadeaba debilmente. Mientras, Kanna sostenia unas tijeras de hierro, acercandolas al hilo. Inuyasha gritaba y gritaba que no lo hicieran, sin éxito.

Inuyasha: Ahomee!

Kanna corto el hilo, mientras que la mano de Ahome, que Shippou sostenia cayo pesadamente al suelo.

Shippou: Ahome… - decia, mientras comenzaba a llorar en silencio

Myoga: ay no…