Hola, ¿qué tal va su día, excelente? Espero que sí, o al menos digerible.

Buenas noches, o momento del día en que te encuentras leyendo esto.

Aclaraciones:

Uno; este fic es un AU.

Dos; en un mundo humanizado, y de época escolar.

Tres; por un problema en mi computadora esto se está escribiendo y subiendo desde mi celular.

Finalmente, esperando les guste. Nos vemos abajo.

Desclemier : Steven Universe NO me pertenece, derechos y créditos a sus respectivos.


Título : No siempre lo que brilla es oro.

Capítulo 5.- ¿No hay mal, que por bien no venga?

Jueves.

Casa de Lapis.

15:00p.m.

—Bienvenida a mi casa. —Dijo la de cabellos azules avergonzada.

—Bonita. —Dijo al observar todo muy ordenado y brillante. ¿Cómo se consigue ese brillo?

—Los baños son lo más sorprendente. —Susurro Connie mientras se quitaba los zapatos.

—Cierto... los zapatos no pasan de aquí. Pero puedes usar estos "especiales" para el piso. —Dijo apenada.

—Claro. —Acepto algo impactada.— Solo que hoy salí con las calcetas de aliens.

—No te preocupes. —Río al ver la cara que hacía.— Seria raro, que no fuera así. Este comentario puso roja a la de cabellos amarillos.

—Lapis, ¿qué tal la escuela? —Pregunto una señora que se asomaba por el marco.— Tu cara es nueva.

—Mucho gusto, señorita. Me llamo Peridot. Compañera de clase de su hija.—Saludo lo más cordial que podía, rezando que su lengua no se enredara.

—Oh, con la que trabaja en ese proyecto. —Dijo con una sonrisa y feliz que esa niña era educada, pero algo descuida con su imagen.— Es un gusto. Imagino que hoy terminan. —Dijo algo acusadora al saber que esto era para mañana.

—Ya esta terminado. Solo daremos un pequeño repaso. —Sonrió nerviosa.— Estoy aquí porque papá trabaja en casa y le gusta estar solo cuando tiene un proyecto grande en manos. Pero tengo que terminar otra tarea y su hija me puede ayudar. ¿No hay problema?

—Oh, vaya. Bienvenida. Sí, mi niña es muy inteligente y amable, siempre ayudando. Pasen niñas, en unos minutos les llevo algo para merendar. —Comento alegre y acercandoles a la escalera.

—Gracias. —Dijo nerviosa pues tanto entusiasmo es raro para ella, sobretodo en adultos.

—¿Mamá, puedes hacer limonada?, a Peridot le gusta. —Comento Lapis que por cambiarse de zapatos se quedó atrás.

—No hay necesidad de...—Intento decir la rubia.

—No hay problema.—Respondió enseguida.

—Gracias. —Se limito a decir mientras seguía a las chicas.

—Adelante, esta es mi habitación. —Anuncio, Lapis que no podía recordar si había recogido todo en la mañana.

—Este es de los pocos cuarto que no te dejan ciega. —Bromeo Connie que entro tranquila, pues esta casa la conocía bien.

—Oye. —Chilló avergonzada.

Realmente no llevaba a nadie a su casa pues su madre era muy especial y en ocasiones intensa con las personas. Pues al parecer hay estándares a la hora de elegir gente.

—No pasa nada. Ya me gustaría que la mía se viera así. Pero papá y yo somos descuidados. Nos entregamos a nuestros proyectos. Que a las labores del hogar. —Dijo con una sonrisa amarga.

—¿No sería mejor pasar rato en tu casa? Estoy segura que tú padre quiere verte. —Dijo Connie inocente y desconocedora de la verdad.

—No, la primera semana que está en casa solo trabaja. Y créeme ama estar solo. Por lo menos hasta la cena. La segunda semana si solemos ver pelis y ponernos al día con proyectos personales. Así que por ahora es mejor hacer mi tarea en otra parte. —Dijo desinteresada, pero realmente incómoda pues no suele manejar conversaciones tan personales.

—Oh, bueno al menos se llevan bien. —Dijo la pelinegra sonriendo.

—Sí. Lo mejor que un padre e hija adolescente pueden. —Expreso al recordar que el era su héroe, pese que ahora mismo la había traicionado.

—Peridot, me caes bien. Pero créeme, no eres una adolescente problemática o de la que tu padre se preocuparía. Eres responsable, buena, educada, y siempre persigues un objetivo. Ten más confianza en ti. —Dijo la chica que miraba por la ventana, pues Steven había dicho que si terminaba temprano les buscaría para unirse.

Peridot atinó a fingir una risa. Sabía los malos rato que hizo pasar al hombre con ella en el baños y cortes que parecían demasiado para su cuerpo delgado de entonces. Sin duda ella era una bomba para su padre.

—Bien, empecemos para terminar, porque sigo sin creer que Steven tenga su tarea termina antes que yo —Dijo sonando lo mejor que podía a ella.— No me ganara tan fácil, aunque si sigue así tampoco me quejo.

Las chicas pensaron que su rivalidad era un reflejo de lo mucho que se apoyaban; que de la señorita perfección, quien podía llegar a humillar a quien sea.

—¿Pasa algo mamá? —Pregunto al verle en la entrada sin moverse.

—Estoy pensado que esa cara me suena... solo que no sé... Ya recordé, una amiga en la secundaría... su nombre era... Amarillo. ¿Eres pariente de ella? —Dijo la madre de Lapis que dejaba la bandeja en la mesa y se disponía a servir el agua.

—Tal vez. Pero no creo que me parezca a ella. —Dijo tratando de mantener la calma, pues realmente no pensaba que fuera buena imagen tener un ataque en la casa de tu futura novia.

—Bueno, a mi me das su viva imagen si te fijas en el cabello pese es más corto, las mejillas, esa nariz tan suya y esa mirada. Oh, una curita siempre en la cara, por alguna pelea. — Dijo divertida, pues su memoria solo podía recordar sus años de joven estudiante.

— El mío es por torpe. —Dijo evitando una mirada que no entendía. Y pidiendo paciencia, pues le estaba tocando sin siquiera preguntar.

—Lastima, me gustaría saber como anda. Sufrió mucho por el carácter de su padre, pero siempre que pudo mantuvo una sonrisa y el ejercicio a tope. —Rio para sí, lista para abandonar el cuarto y dejar a las jóvenes ser jóvenes. Pues ahora mismo solo revivía los buenos momentos en su mente.

—Raro, tu madre creo que perdió el último tornillo. —Dijo Connie al pasar tanto tiempo en esa casa cada que sus padres viajan, creia conocer del todo a una mujer que estaba obsesionada con la limpieza y la imagen de todos a su alrededor.— ¿Estas bien? ¿llamo a Steven? —Pregunto al verle algo palida.

—No sé que decir, lo siento Peridot, por el incómodo momento. Ni yo se que acaba de pasar. —Dijo Lapis segura de esa mirada en su madre era algo tan inusual.

—Esta bien. Hay que empezar con la tarea. —Dijo sin apartar la vista de su libreta.

Casa de Peridot

19:00 p.m.

—Regrese. —Anuncio a sabiendas que su padre no estaba feliz ya que ignoro sus llamadas todo el día.

—Él salió por compras y ver si te encontraba en el camino. —Dijo Amarillo que se asomo del cuarto de lavado.

—Uh. —Se revolvió incómoda.— ¿Él abuelo era duro? —Pregunto, los ojos abiertos como platos fueron suficiente respuesta.— Lo siento mucho, debió ser horrible... Aunque hay un punto en el que uno debe escoger ser una mejor versión de sus padres, o repetir el ciclo de violencia... sobre todo si en algún momento quieres que te hable. —Dijo mientras subía las escaleras.— Ya cene con mis amigos.

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Viernes

Casa de Peridot.

06:00 a.m.

—Buenos días papá, me ayudas a empacar mi proyecto en tu carro y nos podemos ir yendo. —Dijo Peridot que tomaba una manzana del refrigerador y una leche de vainilla.

—No, hasta que te sientes y desayunes con nosotros, —indico señalando la silla a su lado— hay tiempo de sobra. Y de nuevo, somos personas con modales, saludas a tu madre. —Ordeno molesto.

—Pero papá ya me habías dicho que sí desde el fin de semana. —Replico decepcionada.— No me puedes hacer esto. —Dijo pasando a fulminar a su madre.

—En esta casa hay reglas y educación. —Se mantuvo firme y miró a su hija por encima del periódico.

—Buenos días, Amarillo.—Murmuro antes de tomar asiento. Aunque sus mejillas estaban infladas.

—Bien, esa es la señorita que crié. —Dijo orgulloso.— Igual una que sabe debe avisar llegara tarde a casa, y responde su celular porque sabe que me preocupa.

— Buenos días, Peridot. Tu plato. —Sonrío un poco incómoda.— No seas duro, ella sabe cuidarse.

—Estuve con mis amigos y los conoces bien. —Justifico sin mirar a ninguno y jugando con su comida.

Preparatoria Estatal de Ciudad Playa.

06:45 a.m

—Llegamos. Bajaré tu proyecto y... —No pudo terminar, pues su hija que no había hablado nada en todo el camino, decido hacerlo ahora.

—Papá, ¿por qué nuestra casa? —Pregunto esperando esta vez una respuesta justa.

—Cariño, sabes que es hija única, y el abuelo murió hace mucho. —Recordó lo obvio.

—Pues se pudo ir con algún amigo. —Dijo con lo que sabía no era una verdad total.

—Nosotros aún somos familia. —Dijo molesto.— Y siempre nos ayudamos. Ella sigue siendo tú madre. —Comento, tratando de sonar más calmado.— Pero eso no importa, tengo dudas, ¿Qué te pasó en la cara? ¿Qué me querías decir antier que te tenía emocionada? —Pregunto esperando que de verdad sus lazos no se hayan roto.

—Nada importarte, tenía que ver con el proyecto. Y sabes que las gasas exageran. —Dijo retirando la gasa y dejando ver un pequeño punto rojo y un algo de morado en su mejilla.

—Si tu lo dices. Pero si te vas a meter en peleas, lleva a Steven. —Suspiro cansado.

—Yo no estoy cómodo en casa. Me pudiste preguntar. —Regreso al tema que sabía, después de hoy no volverían a tocar.

—Es una lástima, pero como dije la decisión ya la tomé. Soy el adulto aquí. —Sentencio.Con ese grito sabía que había marcado una línea que odiaría. Ahora solo le quedaba esperar que sus amigos se mantengan a su lado.

—¿Y cuanto se quedara?—Pregunto cruzándose de brazos.

—Un par de meses, así que aprende a mejorar tu actitud y esos gestos. — Ordeno presionando un poco su nariz.

—No. —Grito.— Ella me trato como si no fuera más que un saco de boxeo por 12 años de 16 que tengo, más de la mitad de mi corta vida. Así que no me digas mierdas de tratarla bien. Es un monstruo, ¿y si vuelve a golpearme? —Dijo frustrada, olvidando que se había replanteado su trato al saber la verdad del abuelo. Pero sentía que con esto perdería a su padre si las cosas salian mal.

—Eso no pasará. —Dijo asustado por esa reacción. — Firmo un contrato antes de poner un pie en la casa. —Mintió, pero sabia que ella quiera cambiar, que lo intentaria.— Se irá si pasa eso... Peridot, de ser el caso deja que se dé, no la provoques o te aproveches, porque entonces serás igual que ella. —Aquello lo hizo ganarse una mirada de horror e indignación, lo lleno de flechas atravesando su corazón.

—Bajaré mi proyecto yo. —Dijo herida.— Y ya viste lo que es. Así que ni te moleste en presentarte. No quiero ver a ninguno. Sobre todo su quieres te vuelva a hablar. —Siseo irritada y dando un portazo.

—Vendre aunque no quieras. Estos eventos son importantes para ti y siempre que pueda me verás. —No iba a dejarse intimidar. Pero la idea de que se hiciera daño de nuevo era abrumador.

—No me importa no haré caso a ninguno. Ni me hables. —Dijo terminando de bajar su proyecto y azotando la puerta de atrás.

—Hola, señor P. —Saludo Steven algo confuso, pues era extraño ver enojada a la pequeña con su padre. Lo adoraba.

—Hola, Steven, cuida a mi hija por favor. —Dijo con una sonrisa y una leve palmada en su hombro. Gracias a Dios que ahora tiene amigos, nada puede pasar, ¿cierto? Pensó aliviado.

—Siempre. —Dijo con una pequeña sonrisa.— Deja te ayudo, perita. —Dijo cuando logro atar su bicicleta.

—No me llames así... hoy no estoy de humor. —Dijo entre dientes, y es que sabia que el problema no era con el.

—Esta bien, Peridot. —Sin duda era muy malo lo que pasaba.

—Quita esos ojos, hablare cuando se sienta cómodo hablar. Ahora mismo el momento y el lugar no son lo suficientemente seguros. —Dijo tras respirar un par de veces para poder quitar su ceño fruncido.

—Entiendo. ¿Vamos por helado al salir? —Pregunto con una sonrisa como solo el podía, calmando le.

—A mi me gusta la idea. Claro si podemos unirnos. —Dijo una castaña.

—Chicas, hola. Connie, porque cada día vienes más linda. —Dijo con una sonrisa enorme y tomando un corto beso de sus labios.

—Steven. —Chilló avergonzada la chica.

—Digo lo que veo. —Se defendió mientras recibía un par de "golpes" de su novia.

—Peridot, ¿quieres ayuda? —Pregunto Lapis al ver que no resistiría.

—Cierto. Dame eso. —Dijo Steven que regreso su atención a la hermana que nunca pensó tener.

—Esta bien. No soy tan débil como me veo. —Dijo algo ofendida.

—Bueno es cierto, pero con lo que te llevo el proyecto no me gustaría arriesgar algo que se ve, estas orgullosa. —Dijo para asegurar cediera.

—Esta bien. Pero se lo doy porque me importa nuestra calificación. No se te vaya a caer. —Siseo al muchacho que solo alzo sus pulgares.

—Confía en mi. —La mirada de Peridot era la misma que la primera que hablaron. "Siempre."

—¿Qué se supone que es eso? —Pregunto Connie que ya no resistía.

—Lo entenderán cuando hablemos de ello en la presentación. —Dijo sin querer adelantar nada.

—Bien, señorita intriga. —Dijo rendida la de lentes.

—Entonces, ¿helado en la salida?—Dijo Lapis que seguí muy de cerca a su compañera.

—Sí, me parece bien. —Dijo la rubia que solo podía atinar apretar el agarre a su mochila.

—Las veo en un rato. —Dijo cuando vio que el pasillo se dividía.

—Si, músculos. Oye no los sueltes. —Dijo al ver que por esquivar a alguien parecía por un segundo perder el equilibrio.

...

10:00 a.m.

Consultorios "servicio a todos".

—Amatista es bueno verte. —Saludo un hombre con una sonrisa a medias. Pues sabía que esto era malo, cuando vio a la chica con esa mirada.

—Hola, doc. —Dijo con fastidio, porque las amenazas de su abuela resultaron verdad.

—Toma asiento donde gustes y dime que aflige tu mente. —Indico el hombre que espero a que tomara asiento su paciente ya que nunca se sentaba en el mismo lugar.

—Gracias, Doc. —Paso de largo y sorprendió al hombre, algo iba mal.

—¿Chocolate? —Pregunto acercando el tarro tras sacar uno para si.

—Paso. —Dijo rodando los ojos y solo queriendo volver a su cuarto.

—¿Qué va mal, Amatista? Vamos, te conozco, noto que esa actitud y energía tuyas no estan. Me preocupa. —Dijo al ver 20 minutos en su reloj y que la de cabellos morados no hablara era malo.

—Doc, usted supone porque estoy aquí. Es mas cuando me vio por última vez hace un año lo dijo, recaí. Es estúpido, pero simplemente. No quiero hablar, vine porque al final la vieja se preocupa. —Soltó a 5 minutos de terminar la sesión.

—No estás sola. Trabajé en un plan, considerate en mi agenda, solo tenga exacto hora y día, lo mandare a tu abuela para que se organicen. ¿Tienes el mismo horario en la escuela? —Pregunto con una sonrisa amable.

—Sí. —Respondió sin interés.

—Todo tiene solución. Solo confía. —Finalizo cuando escucho su alarma.

...

Preparatoria Estatal de Ciudad Playa.

Clase de educación física.

11:00 a.m

Peridot estaba agotada. Odiaba clase de física y la constante de que los profesores fueran insistentes con portar el uniforme correspondiente.

El sol iluminó su cara. Suspiro una vez más... Quedaba está clase, un corto descanso y finalmente la presentación. Así que saldrían temprano. De alguna manera amaba los fines de mes.

—Perita, más te vale no quedarte atrás. —Dijo Steven terminando de estirarse.

—Yo no soy atlética. —Comento sin importancia .

Steven solo atino a reír, sabía aquello era mentira. Lo que era verdad es que ser el centro de atención no era para su amiga.

—Oye, has llegado a hablar con Amy. Le mandé mensajes pero no responde. — Dijo bajando un poco su voz.

—Sabes que odia comunicarse con el mundo atreves de esto. Igual y se tomó un día para asegurarse que está bien. —Dijo estirándose un poco más.

—Peridot... —Llamo preocupado.

—Ella es la más fuerte de los tres, recuérdalo. ¿Tú, estás bien? —Pregunto mirandole.

—Jaja, yo estoy bien. Soy una piedra... Y se que si algo pasa tengo a quien llamar. —Dijo nostálgico. —Yo solo me preocupo. Ustedes me han demostrado que hay buenas personas en este mundo y ser su amigo es la mejor elección que he tomado, después del basquetbol... ¿Todo bien con tú padre?

—Lo se... —Agacho la mirada porque a veces su amigo brillaba mucho. ¿era eso normal? la verdad no le importaba.— Él dijo algo fuera de lugar. —Comento dolida al recordar.

—Entonces, es un enemigo más. —Cuestiono Steven con una ceja alzada.

—No. Solo necesitamos tiempo. —Contesto rápido.

—Vale. ¿Estás segura que nos acompañen? —Pregunto con una sonrisa al ver a su novia saludarlos.

—Sabes, quiero pensar en otras cosas. Así que es perfecto que vengan. —Dijo con la misma sonrisa boba al ver a Lapis quien sonrió rápido, pues al sentir arder sus mejillas regreso a estirarse.

—Me parece sensato. —Soltó tras un minuto de silencio.— Y... me vas a contar, ¿Quien di el primer paso? ¡Oh vamos! está bien que se tomen su tiempo, para ser pareja. Pero alguna debió decir algo para que lo intenten. —Dijo regresando a su habitual tono feliz.

—No me dejaras en paz con eso. —Dijo intentando sonar molesta, pero la negativa de su amigo le saco una sonrisa al ver lo infantil que llegaba a ser.— Bien. Nos besamos por un accidente, y resultó que ambas sentimos algo por la otra... Aunque claro queremos tiempo para saber si puede funcionar... —Sintió arder con cada palabra, y por los nervios solo miraba al piso, mientras sus dedos jugaban nerviosos.— Quita esa cara. —Pidió al verlo.

—Mi amiga, es tan cool. —Grito saltando a abrazarla.

—Suéltame. —Pidió intentando zafarse del agarre.— Que todos nos ven.

—No. —Nego y apretó un poco más sus brazos.

—Steven. —Chilló Peridot. Él solo atino a reír.

—Parece que ya está mejor. —Dijo Connie que terminaba de ajustar sus gafas para que no se cayeran.

—Si, se notaba muy triste en clase. —Murmuro Lápiz.

—Ugh, sigo pensando que te estás confiando mucho de ella. Cuida tu espalda o te roban el novio. —Hablo Perla cuando llegó a lado de sus "amigas".

—Si, Perla. —Dijo tras suspirar cansada— Oye, ¿Presentarás tu proyecto? —Pregunto esperando aligerar su molestia.

—Claro que si. Que pregunta más tonta. —Respondió ofendida.

—Bueno no e visto a Amatista y sabes que el profesor no deja exponer solos. —Recordo Connie que sabia el hombre era testarudo.

—Ya hablé con él. Y esa gorda, puede estar segura que si quiere reprobar el semestre, será sóla. No me llevara entre sus pies. Es increíble que prefiriera su trabajo pudo pedir un día; pero solo saco la mitad, pueden creer que yo tuve que terminarlo. Ahora esta enferma, debería dejar de comer golosinas, o desaparecer de este mundo. —Dijo la chica con un tono de molestia solo por recordar este asunto.

—Perla, un buen consejo, no digas eso. Ella es una persona igual que tú, y merece respeto. —Bufo la de piel morena, con una mirada igual o peor que la de Perla.— Además ellos la adoran, así que solo vas a conseguir problemas con esa actitud. Por ahora, deja de considerarme tu amiga.—Dijo Connie para salir correindo a Steven.

—Hey, ¿todo bien? —Pregunto al ver su entrecejo fruncido.

—Si, solo que yo también quiero un abrazo. —Dijo abrazandose a Peridot.

—Todos lo que quieras, dulce princesa. —Dijo Steven alzandoles un poco.

—Sueltenme. —Pidio la rubia que para este momento reia igual con ellos.

—Que ridículo. Nos cambia por esos fracasos para la sociedad... —Espeto Perla, pero fue interrumpida muy rápido.

—Prima, acabas de cruzar muchas líneas. —Grito en su shock al ver que esa chica que hasta ahora quería como una hermana, no cayera lejos del árbol.— Te quiero, y si me ocupas estaré, porque somos familia. Pero ahora mismo me molesta verte; ver en tan fea persona que te volviste. Connie tiene razón, así que a la siguiente cuida lo que dices. —Finalizo, e imitando a Connie se unió con el otro grupo.— Chicos, yo también quiero.

—Espera. —Logro decir Steven antes de caer todos. Se miraron unos segundos antes de reír.

—Jóvenes, espero que hayan calentado bien, no quiero que dejen de correr porque les da un calambre. —Hablo el profesor que hasta ahora solo estaba en su celular.— Ustedes 5 vueltas extras por su escándalo.—Agrego cuando estos se acomodaron en la pista.

—No, profesor. Sabe que me canso... —Dijo Peridot con horror al saber que haría más que el resto.

—Se le ha dicho que cambie de uniforme. Pero el comité acepto que usará eso, así que queda ser responsables. —Dijo el hombre que le miro desafiante antes de sonar el silbato.

—Ugh.—Bufo irritada.

—Vamos corramos juntas. —Dijeron las otras chicas que se acomodaron a su lado, para empezar.

—Pero no soy atlética. —Repitió viendo la pista.

—No me molesta seguir tu ritmo. —Susurro Lapis que le sonrió cómplice.

—Señoritas, arranquen o tendrán 4 vueltas más. —Dijo el profesor que alzo un poco la vista de su cronómetro.

—Ya vamos... —Gritaron ambas. Steven que estaba terminando la primera vuelta solo atino a reír.

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12:00 a.m.

Cerca de la exposición del proyecto. Clase de química.

—Steven, lo chicos iremos este fin a una fiesta... y como pronto serás el capitán, queremos vayas para hablar de tus próximas extra responsabilidades con el equipo. —Dijo Kevin, uno de sus compañeros e igual que Lars demasiado irritante para él.

—Chicos, suena interesante. Pero estoy seguro que ya me se las reglas. Así que pasó. Diviértanse.—Dijo mientras terminaba de guardar su uniforme.

—Escucha niño. —Intento llamar su atención golpeando la mesa.— Las reglas son lo último que nos interesan, sabes que esto es una iniciación del equipo para saber que tan calladito vas a estar... —No pudo terminar cuando Steven tomo del cuello de su camisa.

—Mira Kevin, mientras no me afecte directamente, dejaré que hagan lo que quieran, lo sé. —Dijo molesto.—No me involucrare de más, en cosas que me importan una mierda. Así que tomas tu camino y dejas que ande en el mío.

—Entendido. Ahora, somos compañeros... dejemos la rudeza. —Dijo nervioso.

—Oye, Steven, los demás esperan. —Dijo la Lapis que había regresado por unos apuntes.— Sabes que el profesor no está contento cuando llegamos tarde.

—Espera. —Grito para salir de ahí.

—Claro. —Dijo la de cabellos azules.— Puedo preguntarte algo. —Logro decir nerviosa.

—No veo porque no. —Dijo acomodándose a su par.

—¿Crees que tenga una oportunidad con Peridot? —Pregunto jugando sus dedos.

—Realmente no entiendo, porque no simplemente andan y ya. Luego recuerdo que Perita es amante de los procesos. Tranquila la traes loca. —Dijo tras pensarlo un poco.

—Gracias. —Dijo tranquila.— Ahora tengo otra duda. —Steven solo asintió.— Ahora, ¿somos amigos? —Pregunto con algo de miedo, pues estar sola no le gustaba. Perla le había ayudado, pero sabía que lo mejor era tomar distancia ahora.

—Claro que si, bienvenida al club de los raros. —Dijo Steven que sospechaba la chica se sentía sola ya que Connie pasa tiempo con él.

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—Que locura. Pero se ve muy útil. —Vociferó Steven cuando sus amigas terminaron de presentar su ultra proyecto secreto.

—No sabes de ciencias, no te hagas el chulo, —dijo la rubia que solo sonreía al ver su 10.— Además tu proyecto es igual de bueno que el mío. —Admitió sorprendida.

—Lo seré hasta que me harté. —Dijo divertido, pero toda su expresión cambio, y soltó un gruñido.— ¿Qué hace ella aquí? —Miro a Peridot.

—Steven. ¿Quién? ¿Todo bien? —Pregunto su novia preocupada, ya que esa expresión era nueva.

—Amigo, déjalo. No vale la pena. —Dijo alzando los hombros despreocupada. Porque ya se hacía una idea con esa mirada.

—Será mejor será que me vaya. —Dijo dedicando un intento de sonrisa a su novia antes de salir.

—Te alcanzamos en cinco minutos.—Grito Peridot nerviosa de tener que explicar esto.

—¿Qué acaba de pasar? —Se ánimo a preguntar Lapis.

—Un ex-compañero, con el que terminó peleado. Lo bueno es que terminó en otro escuela. —Rezo por sonar convincente. Las chicas solo se miraron.

—Peridot. Muy buen proyecto.—Dijo nerviosa Amarillo, quien había sido arrastrada a esto. Pues sentía que ponía a su ex caminar sobre una capa de hielo muy delgada.

—Sin duda una calificación acertada.—Dijo el padre que llevaba unas galletas, bien envueltas.

—Gracias, Papá. —Dijo sin mirarlo. Aún no cedería ante una tregua. Necesitaba tiempo.— Quedé con Steven y nuestras nuevas amigas para ir por helado, así que los veo en la casa. —Apresuro la voz, porque sentía que está situación era incómoda.

—Mucho gusto chicas, —saludo amable— espero cuiden a este par y tengan paciencia. —Dijo sonriendo tras notar que son buenas personas.

—Un gusto, señor. Me llamo Connie Es bueno ver que han podido venir. Los míos han tenido mucho en manos que solo me mandan mensajes. Que suerte tienes, Peridot. —Dijo Connie estrechado su mano.

—Yo soy Lapis, y claro que cuidamos de ellos. Son increíbles. —Dijo intentando no temblar, pues estaba ante sus futuros suegros. Sin duda Peridot era más parecida a su madre de la cara. Pero toda la vibra de su padre.

—Creo que es mejor irnos. —Dijo Peridot que tomaba sus apuntes.

—Oye, hija. Eres increíble, y entiendo la prisa. Yo tomaré el proyecto y lo llevaré de regreso a casa.Toma para que se compren el cono más grande. Saludame a Steven. —Su mente solo buscaba palabras, pedir perdón hacia eco en su cabeza, pero sabía que no era el lugar. Así que solo atino a suspirar.

—Gracias. —Dijo nerviosa.


Bien, me quedo aquí. ¿Qué les pareció?

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Observaciones, sugerencias y comentarios son recibidos...

Mil disculpas si hay algún error ortográfico...

Sin más, me despido; excelente día.

By : E.Y.79