El sonido invadía todo su cuerpo. Las vibraciones que viajaban desde sus pies y se revolvían en su espina dorsal, como las olas que balancean los barcos, llegaban hasta su cerebro. Sus dedos se movían lentamente golpeando el suelo con el ritmo ligero de esa música. Sentía como la letra aporreaba su cerebro, se clavaba en su mente.

And all the roads we have to walk along are winding
And all the lights that lead us there are blinding
There are many things that I would
Like to say to you, I don't know how

- Tienes que pasar consulta. – oía una voz de fondo, imperceptible.

Parecía que alguien le llamaba desde lejos. Mantuvo los ojos cerrados y con la expresión en su rostro de tranquilidad. Notó como alguien le tocaba ligeramente el hombro y despertó de ese viaje. Abrió los ojos y pudo ver la cara de Cameron mirándole desde arriba con cierta preocupación e impaciencia.

- Tienes que pasar consulta. – Repitió y esta vez lo pudo escuchar claro y nítidamente.

- Creo que no.- Contestó volviendo a ponerse los cascos.

- ¡House! – Gritó Cuddy abriendo la puerta. – Llevas casi una hora de retraso. – Dijo mientras señalaba su reloj.

- Hoy no puedo pasar consulta. – Contestó con desdén.

- Claro… - Cuddy se impacientaba mientras Cameron observaba aquella escena que le era tan familiar. – Consulta¡ya! – Gritó señalando la puerta.

- Me duele la pierna. – Miró casi suplicándole que se fuera. – Tengo suficiente con este dolor así que no provoques que me estalle la cabeza en mil pedazos. – Cameron le miró preocupada y se dio cuenta de que lo que dijo House era cierto y no una excusa.

- Valla… yo que pensaba que tomabas Vidocina como suplemento vitamínico…

- Cuddy – interrumpió Cameron. – No, no tengo nada que hacer, es decir, acabo de terminar mis consultas pero no tengo problema en sustituir a House. Parece que le duele de verdad. – Dijo mirándole con compasión.

Cuddy se quedó mirando a Cameron. Se preguntaba hasta que punto seguiría creyéndose las baratas excusas de House. De todos modos si era real que a House le dolía la pierna no tenía por qué someterle a horas de clínica, y en verdad parecía más dolorido ese día. Y en el caso de que sus sospechas fuesen ciertas y fuese todo mentira, sería Cameron quien al final acabase sufriendo las consecuencias pasando dos horas de consulta que no le correspondían.

- Menos mal que siempre estás tú para salvarme el culo. – Dijo House mirando a Cameron – En cuanto a ti, - se dirigió a Cuddy – muestras muy poca sensibilidad con los pacientes, deberías hacer uno de esos cursillos, ya sabes, tengo un montón de folletos. Pásate y luego te doy algunos consejos.

- Es justo lo que necesito, que tú me asesores. Debería despedir también a los abogados. – Contesto Cuddy antes de salir por la puerta. – Cameron, te espera un paciente en la sala 1. – Apuntilló antes de cerrar.

- ¿Necesitas algo? – Preguntó Cameron antes de irse.

- Venga, venga, no querrás que Cuddy use la fusta contigo… Por muy tentador que suene la idea de veros a las dos en tal situación no creo que tú estuvieses muy cómoda. – Contestó House divertido. - ¿Verdad?

No le dio tiempo a contestar. House se colocó los cascos y se sumergió de nuevo en la música que estaba escuchando.

You're gonna be the one who saves me?

Cameron salió del despacho de House maldiciéndole. Pensó que no hubiese sido un gran sacrificio agradecerle que pasase las horas de consulta por él. Empezaba a creer que House la había engañado y que el dolor no era tal como le había hecho querer. Bravo Cameron, se dijo. Apuntar en tu diario "House ha vuelto a engañarme como a una boba". Por un momento dudo en volver al despacho y enfrentarse a él y obligarle a pasa consulta. Sin embargo, no tenía ningún ánimo para discutir con él.

Abrió la puerta de la sala 1. El paciente estaba de espaldas a la puerta, observando uno de aquellos posters sobre la gripe, como evitarla, los efectos y paliativos. Parecía bastante interesado en ello porque no se percató del sonido de la puerta cuando Cameron la cerró.

- Buenos días, disculpe la tardanza, – comenzó mientras tomaba el historial del paciente y se disponía a leerlo – ha habido un problema con el médico que debía pasar esta consulta y…

- ¿Allison? – Aquel hombre la interrumpió.

- ¿Perdone? – Preguntó sorprendida y levantando la vista para poder ver al paciente. Cuando lo vio no pudo creerlo. – Dios mío¿Joe¿Eres… eres tú?