Free! pertenece a Kyoto Animation.
Este fanfic está situado durante "Dive to the Future".
Definitivamente, tal vez
Parte I
—¡¿EH?! —saltó Makoto, salido de sí con la noticia.
En contraste suyo, ni Haru ni Gou lucían del todo sorprendidos. Nagisa les sonreía divertido y Rei estaba rojo hasta las orejas, preguntándose para sus adentros si realizar la reunión de reencuentro en su casa fue una buena idea después de todo.
—¡¿Están juntos… como pareja?! —Después de procesar la información durante un breve segundo, Makoto volvió a hablar. O mejor dicho, a exclamar eufóricamente mientras sus mejillas adquirían un color similar a las de Rei.
—Así es. Queríamos que ustedes fueran los primeros en enterarse, ¿no es así, Rei-chan? —habló Nagisa muy tranquilo, dirigiéndole una afectuosa mirada a su novio.
Rei asintió de manera exagerada y breve, dando a entender que no daría más declaraciones. Claro, con Nagisa era más que suficiente.
—I-increíble… No sabía que ustedes tenían ese tipo de… —balbuceó Makoto, para interrumpirse a sí mismo de inmediato y exclamar—: ¡N-no digo que sea algo extraño! Solo es un poco… ¿Cómo decirlo? ¿Inesperado?
—¿Lo crees así? —intervino Gou, con una sonrisa cómplice—. ¡Para mí siempre fue muy obvio!
—Si ustedes están bien con eso, no debería haber problema —comentó Haru con su habitual inexpresividad.
A Makoto le sorprendió un poco esta reacción de parte de su mejor amigo. Se tomaba la noticia con mucha naturalidad. "Bueno, es de esperarse viniendo de Haru", pensó, sonriendo para sí.
—S-sí… ¡Haru tiene razón! —exclamó Makoto, aún algo ruborizado—. ¡Felicidades, chicos!
—¡Felicidades! —secundó Gou con el mismo entusiasmo.
—Felicidades —terció Haru.
—¡Graciassssss! —respondió Nagisa, sonriéndoles ampliamente.
—Gra-gracias —habló por fin Rei, cohibido a morir y agradeciendo a todos los dioses que estuvieran encerrados en su habitación, lejos de los oídos de su trabajólica familia y los chismosos vecinos.
—Aunque espero que esto no los desconcentre demasiado, ¡el próximo torneo está a la vuelta de la esquina! —les recordó Gou, con un tono ligeramente regañón.
—¡Cierto! Rei, Nagisa, deben esforzarse mucho —acotó Makoto, más relajado.
—¡Por supuesto! Tenemos unos novatos muy capaces este año —exclamó Nagisa, con un puño en alza.
—¡Sus músculos no están nada mal! —comentó Gou, juntando ambas manos y estremeciéndose en su posición.
—¡Gou-san! —Como siempre, Rei le llamó la atención.
—Mako-chan, Haru-chan, ¡vengan a vernos para entonces! —los invitó Nagisa, nuevamente dedicándoles una de sus joviales sonrisas.
Haru y Makoto estaban sentados uno junto al otro y sonrieron de manera simultánea.
—Haremos lo posible —aseguró el castaño—. Haru y yo tenemos un horario algo apretado.
—La vida del universitario es dura, ¿no? —comentó Nagisa, inclinándose hacia atrás y apoyando su espalda en el borde de la cama de Rei—. Y pensar que esta es la primera vez en meses que nos vienen a visitar.
—Lo siento…
La conversación continuó distendida y Makoto, de pronto, se sintió lejos de ella. Intentó disimular, aun cuando tuviera que forzar su sonrisa más de la cuenta, más teniendo al perceptivo Haru a su lado. Pero la inquietud se fue volviendo cada vez más real al plantearse el hecho formal de que Nagisa y Rei estaban juntos. No como amigos o compadres. Juntos.
Como tórtolos. Amantes. Novios.
La sola definición le causaba conflicto. Lo hacía sentir disociado de aquel escenario que creía conocido.
Y envidioso. Muy envidioso.
—Oye, Haru-chan, ¿qué tal es Tokio? —oyó decir a Nagisa.
Aquel viejo apodo que Haru tanto detestaba lo trajo de vuelta a la realidad.
—Nada en particular. Es como cualquier ciudad —respondió su amigo con simpleza—. También se habla japonés.
—¡No es a lo que me refería! —exclamó Nagisa, quejumbroso—. ¿Qué tal es la comida? ¿Y la gente? ¿Qué hay de los entrenamientos? ¿Son muy duros?
—Es… lo normal, supongo.
—Oooh, vamos, cuéntanos un poco más de tu vida universitaria.
—Haruka-senpai, ¿no se ha sentido solo? —Rei habló muy compuesto, como no se lo había escuchado desde el principio de la velada.
—No, ya que Makoto y los demás están ahí —respondió Haru.
—Tienes razón, ¡Mako-chan no vive muy lejos de ti! —recordó el rubio.
El castaño sonrió cálidamente. Siempre era un agrado escuchar su nombre en los labios de Haru, separado de "los demás". Como si fuera algo especial. Tal vez, lo era.
O eso quería pensar.
—En ocasiones, salimos a comer después de nuestras respectivas actividades —les contó Makoto, reincorporándose al fin a la plática—. Y, cuando el tiempo lo permite, paso a recoger a Haru en las mañanas.
—¡Como en los viejos tiempos! —exclamó Gou.
—Además, en tu universidad tienes a Asa-chan, ¿no es así? —preguntó Nagisa.
—Sí, aunque últimamente se la pasa de fiestas con Kisumi —Makoto contestó por Haru, encogiéndose de hombros.
—¡Ah, eso es peligroso! ¡Dicen que las fiestas universitarias son muy alocadas!
—¿Fiestas? —repitió la chica, acompañándose de un parpadeo confuso.
—¿No lo sabes? —Nagisa volteó hacia ella con una expresión sugerente—. ¡Mis hermanas siempre hablan de ellas! Música fuerte, sexo, drogas, alcohol… ¡Y mucha diversión!
—¿Se-sexo? ¿Mi her-her-hermano? —La sola idea consternó a Gou.
—¡Nagisa-kun! —lo reprendió Rei—. ¡¿Cómo osas hablar de esos temas tan abiertamente?!
—Anda, relájate Rei-chan —Nagisa le habló balanceando su mano, despreocupado—. Estamos a unos pocos meses de entrar en ese mundo.
—¡YO JAMÁS IRÉ A UNO DE ESOS ANTROS DE LA PERDICIÓN! —Rei saltó de su lugar, histérico—. ¡Y mientras salgas conmigo, será mejor que tú tampoco!
—¿Ehhh? ¡Qué aburrido eres!
Los gritos continuaron, en lo que Haru fruncía el ceño y replicaba:
—Kisumi es el único que frecuenta ese tipo de fiestas y recientemente ha arrastrado a Asahi con él. No tiene nada que ver con nosotros, ¿no es así, Makoto?
—S-sí… —respondió con torpeza el aludido, aunque…
—¡¿Qué estamos haciendo aquí?! —Solo unos días después, él mismo se encontraba en uno de esos "antros de la perdición", rodeado de universitarios bebidos y la música tan alta que apenas podía escuchar sus pensamientos.
—Dijiste que querías hablar con Rin —le recordó Sousuke, su único compañero de travesía y actual cómplice.
A diferencia suya, estaba muy tranquilo.
—¡Pero no en un sitio como este! —volvió a protestar Makoto, contemplando con pánico a una pareja que se besaba con pasión y descaro a solo unos metros de él.
—Tsk, ese tipo… Kirishima Natsuya. Él trajo a Rin a este lugar —gruñó Sousuke, evidentemente molesto.
—¡¿Natsuya-senpai?! ¡¿Por qué?!
—¡A saber! Dijo que celebrarían su encuentro en Tokio o una mierda así.
—¡Ah, chicos! —De pronto, escucharon una voz conocida. Voltearon hacia la multitud, donde vieron una cabeza rosada balanceándose de un lado a otro, esforzándose en llegar hasta ellos—. ¡Qué sorpresa verlos por aquí! ¿Decidieron probar los encantos de la universidad?
—¡¿Ki-Kisumi?! —lo reconoció Makoto.
—Estás ebrio —sentenció Sousuke. No era una pregunta.
—¡Un poco! —confesó Kisumi, más risueño y pegajoso de lo habitual—. Estuvimos jugando con los demás.
—¿Has visto a Rin por alguna parte? Me dijeron que...
—¡Ah! ¿Vienen con ellos? Natsuya-senpai y Rin están con nosotros.
Makoto y Sousuke intercambiaron miradas. Habían dado con su objetivo.
El recinto era grande y estaba ubicado cerca de un mirador, por lo que tenía un sector techado y otro al aire libre que disponía de una gran pista de baile. Kisumi guio a sus amigos hacia el interior, balanceándose un poco al andar. Allí se encontraba la barra y varios jóvenes universitarios reunidos alrededor de ella.
—¡MALDICIÓN, PERDÍ DE NUEVO! —Una estridente exclamación se dejó oír furiosa por sobre una de las mesas del club, aquella que compartía con Natsuya y muchas otras personas más. Ni Makoto ni Sousuke las conocían.
—¡Tendrás que beberte toda la jarra! —exigió el mayor, más compuesto que la mayoría de los estudiantes que reían a carcajadas.
Natsuya cargaba la jarra comunitaria de cerveza con una sonrisa triunfal, dispuesto a dársela de beber a Rin, cuando Kisumi llegó gritando:
—¡Miren a quiénes trajo la marea!
Detrás de él, dos hombres altos y compuestos los observaban con desaprobación.
—¡¿Sousuke?! —Rin dio un exabrupto al verlo.
—¡Y también Makoto! —exclamó Natsuya, con una sonrisa llena de entusiasmo.
—¡¿Q-qué están haciendo ustedes aquí?!
—Lo mismo podría preguntarte yo —le respondió Sousuke, tan serio como podía comportarse un padre con su hija adolescente.
—¡Fue Natsuya-san! —se excusó el pelirrojo de inmediato—. Se suponía que nos reuniríamos en un sitio tranquilo, pero me arrastró hasta aquí a pesar de que ni siquiera conozco a estas personas…
—¡Oye, qué grosero! —protestó Kisumi—. ¡Me conoces a mí!
—¡Tampoco se suponía que estuvieras aquí! Natsuya-san puede hacer lo que quiera y yo estoy de vacaciones, pero, ¿qué hay contigo? ¿No tienes clases mañana? ¿Y dónde está Asahi?
Apenas fue mencionado, la escandalosa voz de Asahi se elevó desde la mesa contigua:
—¡Ni lo menciones! ¡No me iré hasta acabar con estos sujetos!
—Asahi está… —comenzó diciendo Makoto al verlo.
—…Completamente ebrio —finalizó Sousuke.
Uno de los guardias de seguridad forcejeaba contra el implicado, quien estaba rojo hasta las orejas por los efectos del alcohol en su sangre. Kisumi abandonó a los chicos sin excusarse, alarmado de que consiguieran correr a Asahi del local por alborotador. Natsuya también se acercó a ver, más divertido que preocupado.
Makoto y Sousuke estaban completamente superados con toda esa incomprensible situación.
—Tsk, Asahi idiota —masculló Rin, mientras abandonaba la mesa y mantenía su distancia del escándalo que estaban armando—. ¿Y qué hay de ti, Makoto?
—Ah… bu-bueno… yo… también tengo clases… —respondió el castaño, sintiéndose repentinamente culpable.
Rin ya estaba con ellos, más sobrio de lo que parecía hacía unos momentos atrás. Paseaba la mirada curiosa desde Makoto hasta Sousuke, esperando que alguno de los dos le reprochara por estar bebiendo o algo. Y es que nunca antes habían compartido en un contexto como aquel, menos en días de semana.
Como era de esperarse, el moreno fue el primero en hablar:
—Makoto me llamó porque quería hablar contigo de algo importante —dijo, cruzándose de brazos—. Es por eso que estamos aquí.
—¿Algo importante? —Rin enarcó una ceja y volvió la vista hacia Makoto, quien parecía tener dificultades para mirarlo a los ojos—. De acuerdo. Vamos a un sitio apartado.
—¿Y? ¿De qué querías hablar? —preguntó Rin, una vez los tres estuvieron en un mirador alejado del barullo y la gente.
La noche helaba aún más cerca de la costa. Makoto se estremeció.
Ya estaba ahí. No había vuelta atrás (y aunque la hubiera, Sousuke no le permitiría retractarse).
—Estuve hablando con Sousuke… acerca de una… situación en particular —comenzó diciendo, con el susodicho a sus espaldas—. Y ambos acordamos que lo mejor que podía hacer, para evitar cualquier mal entendido, era ser honesto y aclarar las cosas contigo.
Rin ladeó el rostro, sin entender.
—¿De acuerdo? —respondió, un poco preocupado del exceso de solemnidad.
—Rin… Tú quieres a Haru, ¿verdad? —Makoto fue directo, como nunca antes.
Durante un segundo, la mente de Rin se fue de vacaciones. No estaba lo suficientemente ebrio para esa mierda.
—¿Q-qué clase de pregunta es esa? —exigió saber, desviando la mirada hacia el costado, luego hacia el suelo. Luego, hacia el costado de nuevo—. Haru es mi rival. Lo aprecio y le estoy profundamente agradecido.
Aun en la oscuridad, Makoto notó que sus mejillas empezaban a adquirir un color similar al de su cabello. Lo quedó viendo, incrédulo.
—¿No te gusta… de manera sentimental?
—¡¿Haa?! —saltó Rin, escandalizado—. ¿De qué estás hablando, Makoto? ¿Se te zafó un tornillo?
—Rin, escúchalo hasta el final —intervino Sousuke.
—Rin, verás, yo… —Makoto retomó la palabra con dificultad. Contuvo un poco el aire antes de decir—: Yo estoy enamorado de Haru.
—¿Eh? —soltó Rin, sin poder agregar nada más.
Y aunque su mente seguía lejos, muy lejos de allí, una dolorosa punzada en su pecho le hizo saber que ya no quería ser parte de esa conversación.
—Lo quiero. Siempre lo he hecho —continuó el castaño, y solo entonces Rin pudo notar que la vergüenza que le ruborizaba las mejillas desde hacía un rato no se debía al ambiente bohemio ni a las universitarias que los rodeaban por montones. Se debía a esto. A una confesión que llevaba esperando tiempo… Solo él sabría cuánto—. Sé que quizá sea difícil de entender, ya que eres una persona muy independiente y no es del todo usual ver que un chico se sienta así por otro chico. Pero es la verdad.
—Makoto…
—Desde hace tiempo he creído que tú le gustas a Haru. I-incluso… llegué a pensar que tú… tú… —Makoto se esforzó en continuar. Debía aprovechar que, por una vez en su vida, estaba sincerándose por completo—. He llegado a pensar que a ti también te gusta él —reveló al fin, fijando firmemente sus esmeraldas en Rin. Su opuesto perfecto—. S-si es el caso, no voy a interponerme entre ustedes. Si bien siento esto, él es un amigo muy preciado para mí y quiero que sea feliz.
Rin lo sabía. Bastaba con mirarlo.
Si alguien estaba dispuesto a darlo todo por Haru, ese definitivamente era él.
—Estuvo bien, Makoto. —Después de un silencio, Sousuke avanzó hacia ellos y dejó caer una mano sobre el hombro del castaño—. Yo me encargo ahora.
—Sousuke… —Rin habló con suavidad, encontrando miradas con su mejor amigo.
—Rin, Makoto va en serio con Nanase. Pero necesita que tú le confirmes que no saldrás lastimado si él se declara y todo va bien.
—¿Todo… va bien? ¿Quieres decir…?
—Si es que acaban saliendo.
—¿Te refieres… como novios?
—Sí.
—Haru y Makoto… saliendo.
—¡N-no se apresuren tanto! —interrumpió Makoto, bastante apenado de que Rin estuviera realmente imaginándoselos en ese plan—. Haru aún no sabe lo que siento y es altamente probable que me rechace —aclaró, mientras se rascaba una mejilla—. Cuando estaba en la escuela media le dije lo que sentía, pero no me entendió. Pretendo ser más directo esta vez. Si todo falla y Haru me rechaza… pues… quizá nos tome un tiempo volver a la normalidad, pero creo que sucederá, ¿no? Porque somos amigos desde hace años. Dudo que se aleje de mí para siempre, ¿verdad?
Rin pudo identificar el temblor en su labio inferior al decir aquello. Estaba asustado. Dudaba.
—No, Makoto. Haru jamás se apartará de ti. Es más… creo que podría aceptar —le aseguró—. Nunca antes ha demostrado ese tipo de interés hacia nadie, pero... creo que el género de las personas no le importa realmente. Y… tú eres quien mejor lo conoce. Sin lugar a dudas, eres la mejor opción para él. De hecho, si me detengo a pensarlo bien, lo "lógico" es que Haru acabe saliendo contigo… Si es que realmente está interesado en tener una pareja.
El rostro de Makoto se iluminó al escucharlo.
—¿Lo dices en serio, Rin? —preguntó esperanzado.
—Sí —asintió el pelirrojo, para entonces sujetar al muchacho de los hombros—. No lo pienses tanto y hazlo. Incluso si no va bien, Haru y tú seguirán siendo amigos. Eso tenlo por seguro.
Y le dedicó una sonrisa llena de confianza. Confianza que estaba lejos de sentir.
—¿No te irás con los demás?
Al cabo de unos minutos de plática, Makoto regresó a ver si Kisumi y Natsuya consiguieron salvar a Asahi del guardia de seguridad.
Pero Sousuke seguía a su lado, contemplando la bahía.
—Rin —mencionó su nombre con fuerza, para entonces voltearse a mirarlo severamente—. ¿Qué mierda estás haciendo?
—¿De qué hablas? —quiso saber.
—No te hagas el tonto conmigo. Sé mejor que nadie que a ti te gusta Nanase.
—¡¿Haa?! —Rin volteó a verlo con estupefacción—. ¡¿Tú también piensas eso?!
—No me mientas.
—¡No te miento! Maldita sea… yo no… —se interrumpió—. Yo jamás he visto a Haru de esa forma… —Había algo extraño en su voz temblorosa, pero estaba diciendo la verdad. Tenía que estar diciendo la verdad.
Un silencio incómodo se coló entre ambos.
Sousuke dejó escapar un suspiro.
—Ya veo —dijo solamente, para luego volver con Makoto y los demás—: Suceda lo que suceda, tuviste la oportunidad de decir algo. No vengas a llorar después.
Y a Rin esta advertencia le irritó muchísimo, aunque no tenía idea por qué.
—Tsk, ¿quién está llorando?
NOTAS DE LA AUTORA:
Llevo siglos, SIGLOS, queriendo escribir algo de este estilo.
Free! es una de mis drogas más fuertes, así que de verdad espero que este fic no quede tan mal ni los personajes tan OOC.
Planeo que solamente tenga dos o tres capítulos y, aunque en esta primera parte Rin y Haruka no interactúan, ES un RinHaru/HaruRin.
No digan que no se los advertí. (?)
