RESUMEN: La Luna Fría marca la llegada del invierno con días más cortos y noches más largas, un conector ancestral con el imborrable pasado y el misterioso futuro.
Como padre primerizo, auror desempleado y exiliado del mundo mágico, Harry se recluye en el mundo muggle con el corazón roto, 2 preciadas cargas que cuidar y tan solo 50 galeones en el bolsillo.
El futuro se ve incierto y depresivo pero es una oportunidad para comenzar de nuevo y tener una nueva vida de la mano de alguien que no esperó volver a encontrar.
PAREJAS: Harry x Draco
DISCLAIMER: El mundo de Harry Potter le pertenece a J.K. Rowling! Yo solo estoy utilizando los personajes por mero entretenimiento sin fines de lucro :3
ADVERTENCIAS: Es un What if,...? (qué tal si...?) Hay relación chico-chico, sexo explícito (Si no te gusta el delicioso, ¿qué haces aquí? x9), personajes algo OoC y probablemente palabras altisonantes. ¡Están advertidos!
Como nota extra, les advierto que en este Fic tomo casi todo lo establecido del libro 1-7 (sin el epilogo) como canon, solo que habrá una ligera variación. Draco tuvo otro destino a partir del libro 6 cuando tenía 16 años. :D (Después explicaré que fue lo que le pasó :P)
Si me equivoco en continuidad, horrores de ortografía o las cosas canónicas, ¡me disculpo de antemano! (porque no podré hacer nada xD)
Notas de la Autora: Hola hermosas personitas! Espero que se la pasen super bien! No pude resistirme y comencé a escribir esta historia lol
Espero que les guste tanto como a mi! Si a ratos la sienten, confusa, pesada o aburrida, díganmelo para mejorar, porfis! :P
A leer se ha dicho~
FASE 1: Luna Creciente
Endivias de Manzana
Esa mañana que despertó, pensó que sería igual a las anteriores. El suave viento matinal meciendo las cortinas del este, el delicado aroma a vainilla chispeante llamando su atención desde la cocina y el tibio cuerpecito de Teddy ovillado contra su abdomen, durmiendo plácidamente. Unos primorosos labios besando los suyos motivándole a despertar y la coqueta sonrisa de Tim dándole los buenos días.
-Hola…- saludó con su voz grave por la gran noche de sueño que tuvo en días.
-Hola campeón. ¿Listo para desayunar?- preguntó su efusivo amante dándole una camisa para cubrir su torso desnudo. Jamás le gustaron los motes que utilizaban en la academia de aurores como "niño", "campeón", "tigre", etc., pero cuando Tim lo decía, le parecía muy sensual.
Asintió acariciando con mimo el cabello castaño de Teddy, quien comenzó a abrir los ojos con un bostezo.
-Buen día dormilón- Teddy sonrió divertido haciendo un movimiento con la mano derecha, apresurándose a correr al baño.
-¿Sigue sin hablar?- preguntó Tim poniendo su mano en la cintura, incrédulo para el pesar de Harry. Ya llevaba cuatro meses sin decir palabra, que comenzaba a preocuparle pese al diagnóstico a modo de consolación del medimago "físicamente, se encontraba bien, lo que tiene, es un trauma emocional. Hablará cuando sienta necesidad de hacerlo"
Era más fácil decirlo que conciliarlo.
-Si. Parece que va para largo…-
-EÏ3-
Tras el desayuno que transcurrió sin novedad o distracción, Harry preparó sus cosas, asegurándose estar en tiempo para su llegada puntual, no quería romper su record perfecto en el Ministerio.
Su túnica de auror estaba inmaculada colgada en el perchero y solo pudo agradecerle a Tim por sus atenciones. ¿Qué haría sin él?
"Bendito sea" pensó sintiéndose afortunado, recorriéndolo con la mirada. Era el empaque completo. Atento, dulce, sexy, tan encantador con su cabello rubio cenizo y ojos azules que centellaban divertidos como si guardaran un secreto que Harry moría por descubrir. Le dio un beso en la boca.
-¿Nos vemos en la noche?-
-Claro que sí, cariño- le guiñó el ojo –no me lo perdería por nada del mundo-
Quiso llamar a Teddy para irse, pero se detuvo a último instante al verlo tan concentrado mirando las fotos en el recibidor, ahí donde se encontraban sus propios padres danzando en una lluvia menuda de hojas, siendo acompañados en el cuadro de a lado, por un muy nervioso Remus Lupin abrazando a una extrovertida Dora sonriendo de oreja a oreja haciendo molinetes con ambas manos.
La guerra mágica fue un duro golpe para muchas personas tanto físico, mental como económicamente, pero para Andrómeda Tonks, lo fue todo. Perder a su única hija, su recién yerno y su amado marido, pasó de ser una tragedia que sobrellevar, a una tarea insoportable para la solitaria mujer, que al poco tiempo los siguió llena de tristeza, dejando a Harry con la responsabilidad de cuidar un bebe de tan solo un año de edad.
No sabía nada del cuidado de niños, pero dejar solo a su suerte a Teddy nunca fue una opción. No permitiría que tuviera la misma infancia que él tuvo y se esforzó los siguientes años en cumplir su palabra.
Claro que fue muy difícil al principio, adaptarse a lo nuevo siempre lo es, pero una vez que puso todo su corazón en la tarea, era tan enriquecedor ver como su niño crecía tan sano y feliz que supo que fue la mejor decisión que pudo tomar en su vida.
-¿Ya estás listo Teddy?- preguntó al niño que asintió señalándole con los dedos que ya traía puesto su uniforme, al igual que su mochila lista en el hombro. Se estaba acostumbrando tanto a hablar con señas que Harry optó por dejarlo ser.
Jamás lo presionaría porque conocía su temperamento de toda la vida. Si había decidido no hablar, lo respetaba y esperaría pacientemente hasta que volviera a hacerlo.
Le tendió la mano y se aparecieron.
-EÏ3-
Para tener 25 años, ya era considerado un auror con mucha experiencia tras entrar a trabajar nada más terminar la escuela. Su estatus como "héroe de la comunidad mágica" solo era uno de los muchos nombres con los que la gente seguía dirigiéndose a él como si no fuese lo suficientemente odioso.
Siempre detestó todo ese exceso de atención a su persona, pero sin importar cuanto tiempo pasara o a donde fuera, siempre sería recordado de esa manera aunque le pesara, o eso hubiera sido si los sucesos no se hubieran comenzado a maquinar en su contra sin que se diera cuenta.
Saludó a sus compañeros y entró a la oficina del Ministro de Magia.
-Buen día Percy- saludó al hombre pelirrojo que tiraba de su prematuro cabello entrecano. Se veía ansioso y triste, que tal semblante le daba pena.
-Dudo que sean buenos, Harry. Audrey no se sintió bien esta mañana…- suspiró quitándose sus gafas de carey –dice el sanador que si hace esfuerzo alguno, podría tener una hemorragia… otra vez…-
-Lo siento tanto- exclamó genuinamente acongojado dándole una palmada en el hombro. ¿Qué más podía hacerse en una situación tan delicada como esa?
Esos últimos 8 años le habían servido de resarcimiento a Percy Weasley, era un hombre nuevo.
Con su familia, limó todas aquellas viejas asperezas, resentimientos y muros; si hubo alguna vez rencor, ya no existía; En pocas palabras, había madurado y ahora veía al mundo con ojos distintos formando y siguiendo su propio criterio.
En un principio le sorprendió ver esa nueva faceta en su persona, pero no por ello rechazó apoyarlo cuando se postuló para Ministro tras la salida de Kingsley Shaklebolt. Siempre creyó en las segundas oportunidades y claro que le daría el beneficio de la duda al hermano de su mejor amigo.
Era una joven promesa y tanto Ron como él mismo se convencieron que podía hacer realmente un cambio en la comunidad que comenzaba a resurgir tras la guerra atroz.
Uno pensaría que con tal crecimiento y reforma del ser humano, la reparación de los errores de la juventud; lo peor había pasado, pero no había sido así para Percy.
Nadie podía ser moneda de oro para todos y les pesara cuanto les pesaba, había un grupo resentido con el ascenso del ministro más joven de la historia en el mundo mágico, que desataba una oleada de asaltos e inseguridades que poco se podía contener y por si aquello fuera poco, la esposa de Percy tenía una salud tan precaria que el más pequeño resfriado, terminaba por sepultarla un mes en cama con neumonía; así que tras dar a luz, dejó de poder levantarse por si misma.
-¿Vas a trabajar medio día?- preguntó Harry con cautela.
-No- negó con la cabeza volviendo a ponerse los anteojos –sé que Audrey estará bien. Mamá está cuidándolas a ambas. Además ya no puedo descuidar el puesto. Como si mi cabeza no tuviese un precio y estuvieran esperando que cometiera el más pequeño error- rio sin una pizca de gracia –la cena de beneficencia a los caídos debe llevarse a cabo como todos los años y esta no será la excepción-
-Entendido- asintió anotándolo rápido en su libreta. Tenía que hacer los preparativos de seguridad para que no hubiera sucesos indeseables. Al menos en su guardia no se había dado ninguno y esperaba seguir en racha.
-Harry, antes de que llegue Ron, quisiera pedirte algo- dijo poniéndose de pie apretando sus manos nerviosamente sin apartar la vista del gran ventanal.
-Claro, lo que quieras- ahora que eran amigos, sentía que podía darle esa opción.
-En el caso que a mí o Audrey llegue a pasarnos algo ¿puedes hacerte cargo de la pequeña Molly? Como su padrino- Harry tragó con dificultad. ¿Por qué aquello le sonaba de tan mal augurio? La primogénita de Percy no hacia ni un mes que había nacido y aquello le sentó como un balde de agua fría.
-Pero tus padres…- quiso agregar, empero el primer Ministro lo interrumpió con ese tono que usaba en las conferencias. Tan distante como serio que lo instó a callar.
-Mis padres cuidaron 7 hijos y tuvieron el infortunio de perder uno. Creo que lo que menos necesitan ahora son complicaciones y lo que me gustaría, es que pudieran descansar por una vez en su vida del cuidado de otros…- hizo una pausa –amo a mis hermanos, pero Bill ya tiene su propia familia y dos preciosas niñas que cuidar; el empleo de Charlie es de alto riesgo y dudo que lo abandone algún día, George no puede ni cuidar de su mismo sin la presencia de Angelina, mientras que la carrera de Ginny apenas está despuntando como para que la trunque y Ron… bueno, es Ron… no podría cuidar de un sándwich de pavo porque seguramente terminaría comiéndoselo- se alzó de hombros con una sonrisa culpable.
-Si no es descortés preguntar ¿Por qué yo?- se apresuró a agregar –es un honor, no me malentiendas; pero no lo entiendo-
-Porque eres la persona más capaz que conozco. Eres responsable, cuidadoso, atento, un mago capaz y te he visto tantas veces con Teddy. Es tu ahijado, pero lo cuidas como tu propio hijo. Eso es lo que yo quisiera para la pequeña Molly; alguien que la quiera y la cuide incondicionalmente-
Harry bajó la mirada avergonzado. Sentía a Teddy como su propio hijo sin ser de su sangre, pero no siempre consideraba que estuviese haciendo un buen trabajo como figura paterna, siempre tenia miedo al error y dudas sobre sus decisiones o sobre el camino por el que estaba guiando a Teddy... mucho más oprimía su pecho después del altercado en su escuela que fue el motivo por el que dejó de hablar y usar sus dotes de metamorfomago. Cicatrices como aquella difícilmente se borraban de la mente de un niño y cuanto se reprendía a si mismo por no poder hacer más.
-¿Crees que va a pasar algo?- prefirió cambiar el tema. Estaba agradecido por considerarlo, pero no estaba listo para hacerse cargo de otra vida.
-No lo sé- cruzó los brazos tras su espalda –pero es mejor estar prevenidos…-
--EÏ3-
Harry estuvo alerta el resto de la mañana. Dudaba tener dotes adivinatorias o que Percy los tuviera, pero algo en el tono de su voz y el ambiente que creó, lo había dejado intranquilo.
Estaba al tanto sobre la inseguridad en las calles, los pequeños grupos rebeldes siempre se movían de manera imperceptible, mañosos y con un gran gusto por generar caos y repudio hacia los metamorfomagos, pero de eso a pensar que algo catastrófico pudiera pasar, lo veía poco probable.
-No es justo, hermano ¿Por qué tu comida se ve de lujo?- se quejó Ron amargamente –dice Hermione que si quiero comer otra cosa que no sea lo que venden en la cafería, que me levante temprano a prepararlo. ¡Merlín que hasta quemo el recipiente donde hiervo el agua para té! ¿Cómo voy a prepararme un almuerzo decente?-
-Es cuestión de acostumbrarte, Ron y no distraerte- sonrió viendo con orgullo su comida dividida en secciones. La carne estofada, tan jugosa en su salsa de naranja con trozos de pimiento, cebolla y zanahoria, la pasta con mantequilla aromatizada con perejil y su especialidad, endivias rellenas de manzana y aguacate cortados en cubos con su aderezo ranch casero, era el punto cumbre de su creación -¿quieres probar?- su amigo ni tardo ni perezoso asintió.
-¡Hombre que delicia!- dijo con la boca llena, cerrando los ojos como si se maravillara por el sabor -Para ti es fácil para ti decirlo, seguro Tim es el que te hace esos manjares. ¡A mi Hermione no me quiere preparar ni una avena!-
-No te prepara nada porque no le gusta cocinar- rio por sus muecas –y para tu información yo me preparo mi propio desayuno, Tim es incluso peor que tú cocinando. Una vez le prendió fuego al cereal. Con eso te digo todo- Harry recordó con cariño aquella escena que fue la primera vez que Tim se quedó en su casa. Tan nervioso que se veía después de que le diera ese inesperado primer beso.
-Joder- dijo Ron divertido sin podérselo creer.
-Sí, casi incendia la casa porque pensó que los malvaviscos del cereal sabrían mejor un poco ahumados... Tal vez no sea bueno en la cocina, pero es buenísimo con las manos en otras cosas- sonrió con picardía.
-Maldición Harry, no quiero saber de tu vida íntima, no podré volver a Tim a los ojos- se puso colorado –volviendo a tu almuerzo, tiene muy buena pinta y sabe cómo los dioses. Si vendieras lo que preparas dejarías en quiebra a la dama de la cafetería-
-¿Tu crees?- Harry le gustaba ese elogio, aunque consideraba que su amigo estaba siendo exagerado. ¿Cocinar para alguien mas que Teddy, Tim y él? le parecía una locura.
-Te lo garantizo-
--EÏ3-
Todo estaba listo.
El banquete ya estaba dispuesto en una larga exhibición que parecía que hubiera juntado todas las mesas del gran comedor. Los colores y aromas eran exquisitos y la decoración en memoria a todos los héroes con rosas blancas y tonos grises daba ese aire de nostalgia y pesar que iba de acuerdo con la ocasión.
El perímetro se encontraba asegurado y Harry le dirigió un asentimiento a sus compañeros de turno dispuestos estratégicamente en cada esquina. Una vez terminó su ronda, se colocó al lado de Ron.
Si algo ocurría, estaba seguro que lo impedirían.
-Va a ser una noche larga ¿no crees?- Ron miró el suelo secando rápidamente su ojo con el antebrazo y el moreno supuso que estaba pensando en su hermano Fred. Era difícil no hacerlo en esa época del año.
-Ya lo creo- dijo en voz baja ajustándose el abrigo porque comenzaba a sentir frío -Solo espero que una vez que Percy de él discurso, deje todo en manos de Hermione y vaya a ver como esta su esposa. Estuvo preocupado toda la mañana-
-Yo también quisiera, pero Percy es necio para muchas cosas. Si siente que el ambiente está muy tenso, seguro y comienza a besar los traseros de esta opulencia para que no se vaya- respondió socarrón.
Harry bufó mirando crítico a las personas que entraba. Mucha gente rica, reporteros de varios periódicos, gente vestida de negro y uno que otro colado inofensivo que iba por el banquete. Nada nuevo que se tuvo que recordar de reprender al anfitrión que no respetaba la lista de invitados.
El señor Weasley llegó en compañía de George y Angelina, Bill y Fleur, mientras Hermione pasó a examinar de esquina a esquina, esperando que todo estuviera en orden.
-Mi chica no puede relajarse un poco- le dio un beso en la cien a su esposa.
-No es por gusto, Ron. Falta la mitad de los invitados y ya llevamos retrasados 25 minutos y por si fuera poco, la prensa ha estado viboreando como si yo no tuviera orejas- fulminó con la mirada a un incauto reportero que pasó rápidamente delante de ella con su trípode –¡Es el día más importante del año y aun no hay nadie listo! Percy aún no se termina de aprender el discurso que le preparé, la comida apareció antes de tiempo y…-
-Voy a ir a hablar con él, Herm, sabes que siempre se pone muy triste este día- Ron le sonrió –te encargo mi cuadrante camarada- Harry asintió -Yo creo que cuando este día termine pediré mis vacaciones. Deberíamos ir los cuatro a vacacionar en Ibiza ¿A que suena bien?-
-Mejor que el preámbulo de hoy, por supuesto- sonrió haciéndole un movimiento con la mano, regresando a ver su reloj de muñeca.
"Qué raro, Tim ya se retrasó" se dijo deseando poderle dar un trago a la champaña que mágicamente se movía y se servía por toda la estancia para quien tuviera sed. Era extraño que Tim se retrasara en algo, pero decidió no darle mucha importancia; ya llegaría haciendo una entrada triunfal como solía hacer en esas situaciones.
Por momentos muertos como ese, es que se cuestionaba su decisión de volverse un auror del servicio personal de Ministro. No era la vida que pensó que sería en la adolescencia, donde se pintaba tan idílico, lleno de aventura y perfecto para él. Tal vez lo idealizó mucho, pero siempre que llegaba a esos cuestionamientos, decidía dejarlo de lado porque era la vida que escogió por mero gusto, no porque alguien se lo hubiera dicho, sino porque él tomó la decisión consiente y eso era lo que quería o al menos, lo que se convencía de querer.
Sus ojos se iluminaron cuando vio a Tim entrando en un ceñido traje oscuro, caminando a grandes zancadas hasta donde estaba él.
-Es mejor tarde que nunca- exclamó Harry sintiendo su cuerpo siendo rodeado por el de Tim, se sentía tan bien cuando lo abrazaba de esa forma, con fuerza, envolviéndolo con su intoxicante fragancia a vainilla. Quiso regresarle el abrazo, pero comenzó a sentir una punzada fuerte en el costado de su espalda cerca del sacro que lo hizo jadear.
-¿Tim?- preguntó sosteniéndose de su hombro. Las fuerzas lo abandonaban y comenzaba a sentirse muy mareado como si estuviera sobre un bote en el corazón de una tormenta.
-Descuida, cariño, no te pasará nada. Solo fue un piquetito…- murmuró en su oído con esa voz encantadora que comenzaba a oírla tan lejana –no podía tenerte jugando al auror en medio de la fiesta…- le dio un beso en la mejilla y comenzó a alejarse sin que pudiera mover un solo musculo para detenerlo.
Comenzó a respirar con dificultad y sus extremidades se negaron a responder como si fuera presa de un "petrificus Totalus", solo pudo caer al suelo mientras el mundo a su alrededor comenzaba a tornarse en un caos colectivo, fuego, gritos y fue devorado por una completa oscuridad.
Notas Finales: Pom, pom, pom! que cosas no creen? :P Espero que les haya gustado este capitulo que fue la entrada y estén ansiosos por el siguiente que se llamará "sopa de cebolla" (Les dejo un pequeño adelanto:)
"-Claro que pueden vivir con nosotros. Entre más, mejor ¿o no, Seamus?- exclamó Dean sentándose en de flor de loto -nos encanta tenerlos aquí. Teddy es un encanto-
-No puedo abusar de ustedes todo el tiempo...- Seamus lo interrumpió echándole el brazo al hombro con camaradería.
-Esto es un quid pro quo, Harry. ¿Quién dice que nosotros no quisiéramos abusar de ti en otros aspectos?...-
Les mando un beso enorme! Que tengan una muy feliz navidad y atásquense de comida por mi XD! Nos leemos la próxima semana! :D
