PAREJA: Harry x Draco
DISCLAIMER: El mundo de Harry Potter le pertenece a J.K. Rowling! Yo solo estoy utilizando los personajes por mero entretenimiento sin fines de lucro :3
ADVERTENCIAS: Es un What if,...? (qué tal si...?) Hay relación chico-chico, sexo explícito (Si no te gusta el delicioso, ¿qué haces aquí? x9), personajes algo OoC y probablemente palabras altisonantes. ¡Están advertidos!
Como nota extra, les advierto que en este Fic tomo casi todo lo establecido del libro 1-7 (sin el epilogo) como canon, solo que habrá una ligera variación. Draco tuvo otro destino a partir del libro 6 cuando tenía 16 años. :D (Después explicaré que fue lo que le pasó :P)
Si me equivoco en continuidad, horrores de ortografía o las cosas canónicas, ¡me disculpo de antemano! (porque no podré hacer nada xD)
Notas de la Autora: Hola pequeños! lamento muchisimo haber demorado tanto en actualizar, pero me fue imposible hacerlo antes :'V Sin embargo planeo terminar esta fase y tomarme un mes alejada de aquí para no presionarme, estar relajada, mejorar mi salud y principalmente analizar bien hasta donde quiero llegar con la historia y no entregarles un chilaquil todo feo XD
Quiero agradecer por sus comentarios a: AnaM1707 (jeje a mi también me encanta el programa! Y las recetas de ramsey son gloriosas :9 porque aunque no se cocinar, ahí me defiendo lol y wow! de argentina! debe ser precioso *W* y sobre el señor king por el momento tengo en mi top 3: El resplandor, revival y la milla verde! los adoro infinitamente!), ribeiro. pipe26 (jeje por eso las puse querido mío, para tenerlos emocionados :P y para que te digo que no? no se esperaba encontrar semejante triple papito *O* y ten por seguro que pasaran esas cositas ojojo~ love u 2 :*) y susigabi (me alegra que te gustara :D)
A leer se ha dicho~
Crêpe Suzette
El regreso a la rutina era una tranquilidad que avivaba su ánimo y le devolvía el buen humor a su cuerpo. Haraganear en la casa por ese mes de descanso, despertarse tarde, comer paninis y cantar karaoke todos los días, lo tenía harto, así que saber que ya pronto sería el 1ro de Septiembre dibujaba una sonrisa en su cara. "¿Pero de quien fue la idea de tener un mes de descanso, Draco? Tuya" se dijo aprensivo "Si le hubiera hecho caso a papi, solo serían 15 días" torció el gesto.
-Ya que- se contestó orgulloso. Ya no podía hacer nada porque sería contradecirse y eso no podía permitirlo.
Draco bajó en su pijama temprano en la mañana y acarició la pintura de sus padres en el recibidor. Tanta felicidad en esos tiempos donde nada importaba; todo era idílico y sin problemas; cuanto lo echaba de menos, en especial a su querido padre.
Un poco de música para alegrar el ambiente matutino nunca estaba de mas, así que al ritmo de "nothing's gonna stop us now" se vistió en su pulcro traje oscuro y perla, listo para esa día ventoso que agitaba el por venir.
Ya en su cocina suspiró cortando unos trozos de pescado congelado que llevó a temperatura ambiente con su varita. Tenía cosas que hacer y no podía faltar, así que debía apurarse.
Ru ya estaba despierto y chapoteaba inquieto en su acuaterrario, sabiendo que era hora de desayunar.
-Buenos días, grandulón- lo saludó divertido al ver como lo seguía nadando de un lado a otro. Arrojó su alimento que devoró en tres bocados. Su querido amigo quelonio era una tortuga de orejas rojas de ocho años que, si bien no entendía ni una palabra que decía, tenía un excelente acoplamiento a su rutina –hoy tendremos un gran día- chasqueó la lengua sintiéndose muy bien consigo mismo –o al menos yo lo tendré-
Ru era la mascota ideal para él. No muy sucio, no muy ruidoso y sin demasiados cuidados por lo cual no tenía que preocuparse que arruinara uno de sus mejores sofás. Además siempre que regresaba de trabajar, lo recibía chapoteando como si hubiera esperado por él a que le acariciara su cabeza húmeda.
Si, gracias a Ru ya no se sentía tan solo.
--EÏ3-
Ese día de reclutamiento, planeó matar dos pájaros de un tiro. Dejar el restaurante impecable para el primero de septiembre y encontrar el reemplazo de su commi favorita.
Reemplazar a Diana era difícil, la chica era rápida, eficiente y servicial; se llevaba bien con todos, sus órdenes salían a tiempo y perfectas. Una chica así no le debía nada a nadie, pero si ella había cumplido el sueño de casarse para ser ama de casa, ¿Quién era él para detenerla?
Además, con solo tres días antes de la reapertura del restaurante tras el mes de vacaciones, tenía que poner en orden los últimos detalles del nuevo menú de otoño- invierno.
Ya todos estaban listos rodeando la larga mesa de manteles blancos y probaban los platillos nuevos, familiarizándose con los sabores y la presentación, los meseros practicaban las novedades mientras los cocineros hablaban de sus deliciosas vacaciones en Bahía, sus maravillosos encuentros románticos y sinfín de peripecias que muy poco se le antojaban.
Era su momento favorito de cada ciclo bipartido. Ver las ideas nuevas de su equipo, acentuar sabores, corregir errores y aprender cosas nuevas. El cangrejo con espuma de almendra y flor de caléndula que diseñó Franco estaba en su punto y ya ni hablar del foe gras de la "Maison Mitteault" con flores de Sauco de Nico ¿A quién se le hubiera ocurrido? Estaba fascinado.
Era una lástima que ese día no lo estuviese disfrutando al cien por ciento como todos los años por cierta persona con la que no hubiera querido volver a cruzar camino.
"Harry Potter… el jodido niño que vivió para volverse un jodido dios griego. Ni más ni menos. ¡Y en mi lado del Londres Muggle! ¿Qué está haciendo aquí?" pensó mordiéndose el labio por tremenda bomba que se dejó caer en su restaurante.
Fue difícil disimular su sorpresa, pero pudo apañársela todo el rato poniendo su mejor expresión de póker. Fingir algo que no sentía fue su pan de cada día desde su niñez, pero ahora que era independiente, el pretender ya no estaba a la orden del día, lo que era, era lo que veían.
El Gryffindor seguía siendo torpe con las manos, la forma incorrecta de tomar los utensilios, la carente técnicas tal cual en clase de pociones. Nada nuevo o eso pensó hasta que vio su platillo; se quedó anonadado.
Una delicia culinaria pese a ser llamado "el plato del pobre", nada más alejado de la realidad. Un platillo, si es bien elaborado como aquel, es elegante, clásico, un festín de sabores que incita a los sentidos y que recuerda con agrado la alegría de la infancia. La untuosidad de las alubias blancas, el punto perfecto de sal, la carne dorada y olorosa y rematada con esa costra gratinada de pan.
Era imposible darle una negativa pese a los bien contados errores técnicos que encontró.
Verlo así de nervioso, sudoroso e irritable, despertaba esos impulsos que tenía en la escuela por molestarlo. "Quien me viera que sigo siendo uno crio" se dijo divertido por ese abrupto cambio de su persona.
No era una buena idea tenerlo dando vueltas en su cocina, pero era innegable su talento.
-¡No puedo creerlo! Harry Potter, ¿Huh? ¡Y en nuestra cocina!- su querida amiga lo sacudió sin contener su emoción –por prudencia no dije porque ha de estar harto de los fans, ¡pero es una leyenda!- ató su rizada cabellera en una cola de caballo y se recargó sobre sus codos.
Era una fortuna tenerla a ella como una amiga de tantos años, tan competente y con una ética incuestionable, aunque tuviera ese descontrol por los chicos lindos.
-Tranquila Elise, que desde aquí veo el charco de baba sobre tu plato-
-No seas bobo, que también pude ver cómo te brillaron los ojos, sin vergüenza- esa miradita. Detestaba lo bien que lo conocía; no por nada llevaban 9 años de amistad -sabía que era lindo, pero por los calzones de Merlín que los libros no le hacen justicia. Es tan... Varonil...– Draco asintió mentalmente, tenía que concederle eso. Esos brazos marcados no pasaron desapercibidos para él, estaban como par a morir en ellos -lástima que no es muy alto-
-Y está más alto que cuando íbamos a la escuela, para darte una idea de la lagartija chaparra que era cuando yo lo conocí - Elise rio divertida.
-¿Y si lo contrataste? Porque probé su preparación, le quedó en su punto. Justo como lo hacía mi abuela-
-Casi en el punto querrás decir, porque utilizó magia para hacer la costra de pan, además le hizo falta las 3 horas que debieron ser y eso está prohibido en esta cocina. Pero quédate tranquila, si, lo contraté. Era el único decente de los 6; los demás rallaban en lo cursi, el cliché, lo corriente o los tres ¿Qué estamos en la película Ratatouille? Ahora si no hubo tanta competencia como cuando entraron Lolo y Lolita, eso sí fue adrenalina pura y una difícil decisión- dijo mirando su plato casi vacío.
-Nadie se compara al dúo dinámico de Manolo y Dolores, una lástima que se regresaron a España-
Si hubiera sido por él, no lo hubiera contratado. Era terreno pantanoso desenterrar el pasado porque podría hundirse en él si no se fijaba donde pisaba. Harry Potter representaba toda aquella época en la comunidad mágica que quería olvidar. No era una buena idea tenerlo ahí en su terreno; le costó muchísimo trabajo, sudor y lágrimas amargas llegar a la tranquilidad e independencia en la que se encontraba.
-Y el chico... Como se llamaba ¿Isaac?–
-Iván. Si, acepto el puesto por si lo preguntas. Le urgía encontrar trabajo-
-Me alegra. No sobreviviríamos sin un lavaplatos. Su lugar de trabajo quedó impecable y su platillo no estuvo terrible. Hubiera sido una lástima dejarlo ir- se alzó de hombro sintiendo como una mano rodeaba su cintura. "Mejor dicho, una garra" se dijo zafándose de su agarre.
-Te veo más platicador, dulzura- y ahí se acabó su diversión nada más ver su rostro. Franco Zabinni. Medio hermano de su mejor amigo y ni la mitad de agradable que este.
-Porque no es contigo con quien converso, Franco, tal vez ese será el motivo- el hombre arqueó una ceja. Si no fuera porque entró al mismo tiempo que él a trabajar en esa cocina y sus dotes culinarios, lo hubiera despedido hace años -¿qué tienes que decirnos?—
-Jean ya tiene impresos los nuevos menús y espera tu aprobación. Es un chico tímido y creo que te tiene miedo- sonrió ufano.
-Perfecto-
En definitiva esa no eran una cocina convencional. Si algo les enseñó papi Joe fue a trabajar en equipo, confiar los unos en los otros y a pesar de sus roses con Franco, no afectaba su desempeño en el trabajo.
--EÏ3-
"9 años ya" se dijo sorprendido por como pasaba el tiempo de rápido.
Cuando llegó por primera vez a esa extraña comunidad muggle le abrumó en más de un aspecto. Renunciar al lugar donde nació, a sus padres, a su fortuna y todo lo que conocía, para sobrevivir. Sonaba tan poco al compararlo con su vida, pero no fue nada sencillo.
El camino de regreso a la cima para los que caen al fondo es incierto, espinoso y carente de luz que es tan fácil perderse si no cuenta con gente amigable.
No solo papi o Elise le brindaron el apoyo que necesitó, si no que Blaise y Pansy siguieron ahí para el sin cortar comunicación, como los amigos incondicionales que eran. No apoyaban su escondite con los muggles, pero si sus planes, sus ambiciones y se preocupaban por él; era lo único que les pedía.
El callejón Diagon se encontraba poco transitado esa tarde, con gente ensimismada en sus cosas, que le era fácil pasar entre ellos sin llamar la atención; un total desconocido en aquella sociedad que llamó su hogar por dieciséis años.
Tomó asiento en el "Red Velvet", una pequeña casa de té que no le debía nada a la de Madame Pudipie. Sobria, elegante y con una decente selección de postres finos como los que le gustaban a él y Pansy.
Encendió un cigarrillo como solía hacer cuando sentía frío. No tanto por gusto, pero por costumbre y aquella sensación. Esa peculiar adicción a la nicotina mentolada que más de una vez lo ayudó a soportar con tranquilidad las largas jornadas laborales.
-¡Oh mi amor! mi príncipe de las estrellas- exclamó Pansy besando sus dos mejillas al llegar. Draco rodó los ojos. Ahora parecía niño chiquito con labial rojo en su rostro.
Su amiga se veía radiante con su cachemira amarilla y una boina ladeada dándole ese aire chic que siempre exigía en su persona su vieja amiga.
-Pansy te recuerdo que soy tu prometido- le dijo Blaise más por consideración a Draco que reproche.
-Aja, lo sé- dijo restándole importancia, tomando asiento enfrente él.
-¿Otra vez estas fumando, amigo mío?- le hizo un gesto negativo dándole un efusivo abrazo –debes cuidar más tu salud-
-Lo siento papá, no vayas a descontarme la mesada- dijo apagando su cigarrillo a medio terminar.
Si mal no recordaba, la última vez que se vieron había sido cuatro meses atrás cuando Blaise le pidió matrimonio a Pansy. Una hermosa e incómoda cena donde servía como tercera rueda al romance.
Estaba feliz por ellos y no mentía. El mejor chico que conoció, se estaba casando con su hermana no sanguínea. No solo crecieron juntos, sino que fueron tan allegados y unidos en aquellos momentos difíciles dándose apoyo mutuo que no le cabía duda que se merecían todo en esta vida.
Pansy planeaba una boda en primavera, al aire libre, con gardenias y mariposas flotando en el aire "Nada mejor que insectos voladores para disimular la alergia al polen de Blaise" se decía Draco, quien tristemente sabía que terminaría poniendo el plan en acción por qué la chica era un caos para organizar las cosas importantes.
-Bendito Blaise por casarte con ella y quitármela de las manos, ya era hora camarada- dijo para las moscas de la chica. El moreno soltó la carcajada.
-Bendito tu que te ofreciste tan generoso a hacer el banquete-
-Ya sabes, para los amigos, todo. Soy un sol- se alzó de hombros dándole un sorbo a su café cargado, sonriéndole galante al mesero que se ruborizó y puso su plato en la mesa con manos temblorosas, lo flambeó provocando que una pequeña llamarada subiera y explotara un delicado aroma a naranja alcohólica.
El sabor era impresionante para un postre tan simple. Solo mantequilla, azúcar y sumo de mandarina con ese toque de Grand Marnier y lo efervescente del flambeado. Eso sí era un perfecto Crêpe Suzzete.
-Y cuéntanos amigo mío, como van tus cosas en tu tan lindo pueblito muggle tan… pintoresco - Draco torció los ojos dejando su bocado a un lado. Ahí estaba el tono de reproche por no volver a la comunidad mágica con ellos.
-Fantástico, querido Blaise, de hecho tengo más gente de la que puedo atender. Tenemos reservaciones hasta el próximo año, tengo mi trofeo y estrella Michelin y Potter va a ser uno de mis commi- alzó su nariz con petulancia - así que tú dime-
-¡¿Qué?!¡Cállate! ¿Potter refugiado con los muggle y trabajado para ti? ¡Ay no! ¡Eso es una delicia! Digno de una primera plana - dijo Pansy emocionada por el cotillón.
-Hasta que se te hizo tenerlo "debajo de ti"- Draco rodó los ojos por ese claro doble sentido -Ya te imagino diciendo "Oh Potter déjame chuparte el pene"- dijo Blaise con voz aguda.
-Yo nunca diría eso... En ese tono- dijo aclarándose la garganta –y si alguien va a chupar la polla de alguien es el, por qué soy su jefe y tiene que tenerme contento- se cruzó de brazos mientras sus amigos reían –pero bueno, dejando eso de lado, vi que tiene un anillo en el anular y tiene hijos. Era lógico, la comadreja hembra siempre estuvo siguiéndolo como perrito faldero por toda la escuela- suspiró deseando volver a encender su cigarrillo.
-De eso nada Draqui, cariño que el hombre no está casado. ¿Qué no lo leíste? ¡Fue tremenda noticia que el salvador batea chueco y le encanta soplar la nuca de los hombres y morder las almohadas! Te dije que tenían varias cosas en común- le bailoteó los ojos divertida - las cartas nunca mienten, tesoro-
-¿Quieres hacerle competencia a Trelawney con tus maravillosos dotes adivinatorios, Madame Pansy? —
-¿A esa vieja de ojos saltones? claro que no. Ella a diferencia de mí, no tiene el don- mostró sus blancos dientes -te dije que tendrías un encontronazo ardiente con Potter y tal vez se cumpla, tarde, pero sucederá-
-Ya se cumplió, Pansy. En los baños, en sexto año. Tengo unas marcas muy bonitas en el pecho como recordatorio por si quieres verlas- ironizó para su mal humor.
-Hay Dray, cuando me enteré de eso quise torcerle el pescuezo al sin vergüenza que ni una amonestación le dieron- bufó indignada.
-Y no está bromeando, yo tuve que detenerla de cometer una locura. Seguro y te suspendían de la escuela y te meten cargos por ponerle un dedo encima al bendito cara rajada- dijo Blaise masajeando la espalda de su chica que comenzaba a perder los estribos de solo recordar.
-Y te estoy muy agradecido que la detuvieras porque si no pude sacar de la cárcel a mi padre, menos a ti, querida- su amiga le estrechó la mano con cariño –y por cierto, tengo una queja contigo Blaise. Tu maravilloso hermano es un pesado gilipollas que debería arrojarse a un risco. Ya le disminuí el sueldo, le di amonestación, le puse pastillas vomitivas a su café, le deje claro en perfecto castellano que me deje en paz y nada-
-¿Te está molestando otra vez?- Draco le dedicó la mirada de "¿tú que crees?" a modo de respuesta –ya te di permiso de hechizarlo, Drakis, no puedo hacer más. Compartimos la misma madre, pero creo que hay algo jodido con el ADN Zabinni. Por Salazar que yo salí decente-
-Pero fue tu culpa por salir con él, bebe. Y acostarte con el-
-Ay, no es mi culpa, solo pasó una vez. No quedamos en nada, no somos nada, ni me interesa. Me sentía solo, quería compañía, aun no superaba lo de Ángelo y el imbécil no se comportaba tan borde como ahora, como si tuviéramos años de casados o que se yo. Y no hermano, no me interesa en lo absoluto, no tiene la galanura Zabinni- le sonrió divertido a su amigo que se esponjaba cual pavorreal en su lugar.
-Lo sé, camarada, lo sé. Conmigo se rompió el molde- Pansy le echó los brazos al cuello –hablaré con el-
-Si, habla con él. Antes de que yo haga algo drástico-
--EÏ3-
Al terminar el encuentro con Blaise y Pansy, Draco tomó el traslador a su cita con su madre cuando el sol anunció la caída de la tarde.
Solo por una hora al mes podía estar con ella, abrazarla, ver su rostro. Una condena injusta con alguien que no hizo nada malo o algo, que otra persona no hubiera hecho en su lugar, empero el Wizengamont la condenó de buen agrado como si hubiese sido una cruel criminal.
"Esos bastardos infelices" maldijo como siempre hacía cuando lo pensaba.
Ni todo el dinero de su familia destinado a caridad por las viudas, huérfanos de guerra, los hospitales, la disposición de su casa ancestral como comedero de pobres, ni todo su dolor podrían disminuir la cadena que rodeaba el cuello de su madre. La comunidad mágica escupía a la cara de aquellos que consideraba innecesarios y con ellos, se dejó dar vuelo.
-Dragón, creí que no vendrías- saludó su madre rodeándolo con su abrazo de flores blancas que acariciaban sus fosas nasales.
Estaba más delgada que la ultima vez y solo esperaba que no estuviese faltando a sus comidas con la excusa de "no tener hambre", la necesitaba fuerte y sana para poder estar tranquilo. Ella era su fortaleza y si le faltaba, no sabría lo que sería de él.
-Nunca dejaría de venir, madre, ya lo sabes- contestó muy seguro.
Jamás la dejaría sola y era un voto que se hizo cuando se enteró que apresaron a su querido padre y lo sentenciaron a aquella condena peor que la misma muerte. Esa acción que no merecía tener nombre, tan baja que de poder, asesinaría a todos aquellos que marchitaron la vida de Lucius Abraxas Malfoy.
-Te traje tu postre favorito- dijo sacando de su capa de viaje una caja con las mismas crepas que comió en el Red Velvet -ven, come- pidió sentándola a la mesa de madera corriente, que en nada se comparaba a la que solía tener en Malfoy Manor, esa de caoba tallada a mano y con recubrimientos mágicos de duendes.
-¿Tu lo hiciste?- preguntó con recelo. Con casi una década de refugiado en el mundo muggle y su madre aún no se hacia la idea de que estuviese trabajando cual vil elfo doméstico, pese a ser idea suya en primera instancia para mantenerlo a salvo.
Draco estaba seguro que jamás pensó que se quedaría ahí a vivir, pero ¿Qué otra opción tenía?
-No madre, lo compré- dijo notando el cambio de semblante que hizo. Con sus nudillos acarició su mejilla con todo el amor en su corazón.
-Perfecto, bebe. Ven. Cuéntame como ha ido tu día…-
Notas finales: Es todo por el momento queridos míos! Espero que tengan muchas preguntas! Y a su momento, espero contestarlas todas :P
Y como siempre, les dejo un pequeño adelanto del siguiente capitulo, el ultimo de la primera fase que se llama "Café Irlandés"
"-Como eres nuevo, mi deber es presentarte con mi equipo- Malfoy cruzó sus brazos detrás de la espalda.
-No suenas muy convencido -
-Es porque no sé si tengas lo necesario para hacerlo. Eres el guardián estrella de la rectitud, un guerrero que lucha contra el mal y todas esas cosas que dicen en los libros de historia. Pero para pertenecer a esta cocina, necesitas algo diferente- lo estaba retando y Harry apenas podía soportarlo.
-Calmado Harry, estará todo bien. Cualquier cosa que no entiendas me preguntas a mí, tengo más paciencia que quiero Draco, yo te guiaré- murmuró por lo bajo Elise.
-Es que... ¿Siempre es así de... intenso? Siento que vuelvo a estar en la escuela- rezongó.
-No... Bueno, a veces, pero creo que es especialmente contigo-
-Perfecto… justo lo que necesitaba escuchar- "
