PAREJA: Harry x Draco
DISCLAIMER: El mundo de Harry Potter le pertenece a J.K. Rowling! Yo solo estoy utilizando los personajes por mero entretenimiento sin fines de lucro :3
ADVERTENCIAS: Es un What if,...? (qué tal si...?) Hay relación chico-chico, sexo explícito (Si no te gusta el delicioso, ¿Qué haces aquí? x9), personajes algo OoC y probablemente palabras altisonantes. ¡Están advertidos!
Como nota extra, les advierto que en este Fic tomo casi todo lo establecido del libro 1-7 (sin el epilogo) como canon, solo que habrá una ligera variación. Draco tuvo otro destino a partir del libro 6 cuando tenía 16 años. :D (Después explicaré que fue lo que le pasó :P)
Si me equivoco en continuidad, horrores de ortografía o las cosas canónicas, ¡me disculpo de antemano! (porque no podré hacer nada xD)
Notas de la Autora: Hola pequeños! Ya estoy nuevamente por aquí! creí que no quedaría bien el capi lol pero bueno, es lo que hay XP Mil gracias por sus comentarios: Smn (me alegra mucho que te guste *W*), AnaM1707 (si es pesado y no sabes cuanto XD y si ya hacía falta saber algo de Draquis jiji y todavía falta :3 si! carrie es buenísimo no pude soltarlo hasta que lo terminé +w+ creo que la mayoría de los libros del señor king son maravillosos, el único que he leído de él que no me terminó de convencer es joyland :P) y ribeiro. pipe26 (jeje tienes toda la razón! nadie es como Draco Malfoy *W* es único e irrepetible *O* y sobre Narcisa creo que en los fics han sabido aprovecharla muchísimo a diferencia del material original, no te prometo mucho, pero intentaré darle mas protagonismo :D y que comes que adivinas? justo así terminará la primera fase, aunque te tengo una sorpresa para el inicio de la siguiente ojojo a ver si puedes adivinar XD )
A leer se ha dicho~
Café Irlandés
El día del reclutamiento, Harry se enfrentó a algo que solo podría catalogar como "el horror". Ni un momento de tranquilidad tuvo para recuperarse de ese ensimismamiento que lo apresaba y sofocaba; ¿El, empleado de Draco Malfoy? Realmente perdió la cabeza.
Había sido una experiencia agotadora, pero eso no quería decir que fuera del todo mala. Si bien la presencia de Malfoy era un punto demasiado delicado, su mente fría le decía que tomó la decisión correcta al quedarse y aceptar el trabajo.
No estaba en posición de ponerse especial como para rechazar una oportunidad laboral de esa magnitud. Trabajar solo 40 horas a la semana y tener libre 3 días a la semana significaba poder pasar más tiempo con sus niños y por prácticamente el mismo salario que recibía en el ministerio. Debería estar dando brincos de gusto.
"Y ahí está nuevamente ese gran "pero"" se dijo cansado.
Tanto Seamus como Den celebraron por lo alto su nuevo empleo con unas buenas latas de cerveza deseándole mucha suerte, mientras que Ron y Hermione criticaban y cuestionaban la repentina reaparición en el mapa de Draco Malfoy.
-¡El espanto, la tragedia épica para tu vida futura, compañero! ¿Estas demente? ¡¿Cómo aceptaste un empleo de ese tipo?!- chilló Ron aun sin podérselo creer.
-Ron, no exageres…- pidió meciendo a Molly quien adormilada, se negaba a cerrar los ojos –estaré bien, solo es un trabajo, no es como si tuviera que tratarlo más allá de lo laboral-
-¡Pero Harry!-
No quería ser tan alarmista como ellos, pero debía conceder que escucharlos no acallaba la voz del pánico que le decía que estaba cometiendo un grave error. Meterse en la cueva de un lobo sonaba más cuerdo que aquella decisión.
-Es que es Malfoy. Hace años que nadie sabe nada de él como para que vuelva a aparecer de la nada. Por favor ten mucho cuidado, Harry- el azabache puso los ojos en blanco y prefirió no responder.
-Hablamos mañana- sentenció cortando la conversación, acostando a su pequeña pelirroja en su cuna durmiendo apaciblemente.
-¿Tus papás no aprueban tus decisiones? He estado ahí- dijo divertido Dean pasándole nuevamente una cerveza. No tenía padres, pero con esas actitudes de sus mejores amigos era como si los tuviera "o peor" se dijo disfrutando el líquido amargo –Así que Draco Malfoy… para saber que estaba también aquí, precisamente en Sussex del Este. Ni planeándolo daríamos con el-
-Cierto- dijo Harry por la coincidencia excepcional.
-Debe estar buenísimo- dijo Seamus con aire de ensoñación.
-¿Poniéndome los cuernos en tu mente, cariño?- preguntó con una fuerte inflexión que hizo sonreír al irlandés. Estaba disfrutando poniéndolo celoso.
-Más o menos; pero no te enojes, eres el único para mí- le dio un beso en la mejilla – claro que tienes que admitir que en la escuela lo que tenía de arrogante e imbécil, lo tenía de papacito- los tres hombres asintieron.
-Si esta guapo el desgraciado… mucho más que en la escuela…- dijo Harry recordando su semblante maduro y afilado, pensando que sería nuevamente como estar en Hogwarts, gritándose e insultándose; un gancho a su hígado y su temple. -No. Los dos somos adultos; esas niñerías deberían quedar en el pasado- se dijo más para sí mismo, seguro que si Malfoy se extralimitaba, él podría frenarlo.
Por la paz de su mente desvió el tema en conversaciones mas apacibles como divertidas, no necesitaba mas leña en el fuego para turbarlo; necesitaba estar en una pieza, sereno y listo para lo que sea que Malfoy le estuviese deparando, y así estuvieron charlaron hasta la hora de dormir de Teddy.
Como si no fueran mucha las interrogantes y mal genio por parte de Ron y Hermione, Teddy tampoco la estaba pasando mejor y estaba haciendo puchero junto a su cama.
Agitó sus manos arriba a abajo cerrando las palmas y trató de seguirle la conversación.
"No quiero cambiarme de escuela. Me gusta donde estoy ¿Qué pasará con mis amigos?" preguntaba acelerado.
-No te voy a cambiar de escuela, Teddy. Seguirá siendo la misma, solo que en turno vespertino, entiende por favor- dijo tratando de emular todas las señas, para que viera que lo comprendía perfectamente.
Sus ojitos castaños lo miraron desamparado, tan triste que supo que tenía que ser firme. Era la mejor opción.
-Por favor- se hincó para llegar a su altura. Su pequeño niño era obvio que estuviese reticente. Dejar a los primeros amigos verdaderos que hacía y que no lo juzgaban debía ser duro para él, pero tenía que entender sus razones –yo tengo que trabajar en la tarde, Teddy y sabes que me gustaría poder pasar más tiempo contigo. Si estamos en turnos distintos ya ni te vería más que dormido- el niño bajó la mirada.
Cuando trabajó como auror lo tenía para él solo los fines de semana y en las noches; pero cuanto deseaba que eso cambiara. El creció solo y sin afecto, que no quería que ni por ningún momento de su vida, Teddy ni Molly se sintieran de esa forma.
-¿Sabes cuánto necesitamos tener dinero, verdad?- levantó su mentón, pero Teddy desvió la mirada haciendo señas "¿Qué hay de Seamus y Dean?" preguntó –ellos no pueden mantenernos hasta que cumplas 18, cachorro. Tú y Molly son mi responsabilidad y yo tengo que sacarlos adelante. No está bien abusar de nuestros amigos ni de su bondad más de la cuenta, por mayor comodidad que nos den- El niño finalmente lo regresó a ver.
–Solo será temporal, en lo que agarramos el rumbo y salimos adelante. Y por lo de tus amigos no te preocupes. Aun podrás ver a tus amigos a la hora de su salida- Teddy sorbió su nariz –ven- le dijo y sintió como se prensaba a su cuerpo como un pequeño monito aferrado con brazos y piernas.
Se sentía tan cansado y supuso que Teddy se sentía igual.
-¿Te gustaría un cuento antes de dormir?- le preguntó viendo finalmente como sonreía frotando sus ojos y asentía con la cabeza. Nadie dijo que ser padre era fácil.
--EÏ3-
Con sus más viejos y cómodos snikers llegó al restaurante con tan peculiar nombre y se hizo nota mental para no ser insolente. Debía ser más inteligente si quería juntar suficiente dinero para independizarse con sus dos pequeños en poco tiempo.
-Buenas tardes- saludó efusivo nada más entrar. Tuvo un par de contestaciones parcas y miradas curiosas, los demás cocineros picaban verduras y pelaban papas entre disimulados cuchicheos. Tan poco novedoso para él que estaba acostumbrado a esa peculiar atención que le daba urticaria.
Sin la mesa cargada de insumos, el lugar le pareció mucho más grande y prístino de lo que recordaba. Se colocó su filipina en silencio.
-Hola. Te vez tenso, salvador del mundo mágico- dijo la chica de cabello naranja del día de reclutamiento –relájate. Draco no te va a comer. Siéntete como en tu casa-
-Es más fácil decirlo que sentirlo- Su fama lo precedía y las siete personas que ya se encontraban presentes, lo miraban atentos, fascinados como se observaba una reliquia en el museo.
"¿No pueden disimular un poco?" se dijo sabiendo perfectamente la respuesta.
-Descuida, ellos tienen más miedo que tú a ellos- sonrió picara.
Draco sin apenas haciendo ruido en el piso de mármol blanco, avanzó hacia él.
-Bien, llegas a tiempo- exclamó mirando su reloj de muñeca –Pensé que te asustarías y desistirías de venir-
-Yo no tengo miedo- frunció el ceño.
-Me imagino- dijo con una satisfacción que le hizo hervir la sangre -Como eres nuevo, mi deber es presentarte con mi equipo- Malfoy cruzó sus brazos detrás de la espalda.
-No suenas muy convencido-
-Es porque no sé si tengas lo necesario para hacerlo. Eres el guardián estrella de la rectitud, un guerrero que lucha contra el mal y todas esas cosas que dicen en los libros de historia. Pero para pertenecer a esta cocina, necesitas algo diferente- lo estaba retando y Harry apenas podía soportarlo. No era algo que pudiera evitar, pero ahí estuvo.
-Como sea- dijo restándole importancia -Él es Ivan, ya lo conociste el día del reclutamiento y será el lavaplatos. Fue el único que dejó inmaculado su lugar el día de la prueba y no hay nada que aprecie más- el joven nervioso de la llamarada le extendió la mano a modo de saludo, pero Draco se lo impidió –Fraternizan en horas de descanso- chasqueó la lengua impaciente –Este de aquí es Paul, mi Aboyeur, es el intermediario entre la cocina y los comensales. Es todo uso y todo terreno, así que principalmente está en la entrada de host. Con esa cara bonita no serviría para otra cosa- el chico pelirrojo le guiñó el ojo y Harry se removió incomodo en su lugar.
-Ella es Sarah Rose, mi chef pastelera- la mujer castaña alzó su duya en señal de saludo y prosiguió con los últimos detalles de ese maravilloso Fraiser –no importa mucho conocerla porque ella solo viene por la mañanas a hacer las preparaciones y se va a la hora que se le da la gana-
-Draco, no seas malo- el rubio hizo un ademan desinteresado con la mano y prosiguió.
–Este del bigote es Josef, especialista en salsas y entradas y Nico sopas y ensaladas, no hay quien los iguale. Que no te sorprenda lo juntos que están porque hasta van al baño juntos-
-Que tengo esposa Draco, uno ya no puede ser amigo de alguien porque lo malentienden- soltaron unas risillas, al parecer era un chiste común dentro de esas cuatro paredes.
-Esta señorita que ya se te arrimó como una grupie es Elise Darcy, ya la conociste el día del reclutamiento y es la encargada de las carnes y aves- "mucho gusto" le susurró dándole un apretón de manos -estarás a su cargo-
-Sí, chef- dijo servicial.
-Mi segundo al mando es Franco Zabinni- hizo una mueca al hombre detrás de él que sostenía su cintura -el sou chef y responsable en mi ausencia- por alguna razón no le agrado, y sintió al instante que la repulsión era mutua –Por ultimo Andrew Davis, tiene el mismo cargo que tú, un commi y ayudante general- señaló a un joven desgarbado que afilaba con maestría su cuchillo -tu estas reemplazando a Diana, quien tuvo que retirarse a la calidez de la maternidad y el hogar. Espero que puedas hacer un buen trabajo y seguir el ritmo-
-Eso haré-
-Grupo, él es Harry Potter y por favor no quiero sus niñeras. Si quieren un autógrafo, no será en mi tiempo - todos saludaron nuevamente y Andrew le dio una palmada en la espalda pidiéndole que autografiara a la salida su cuaderno.
-La puntualidad es indispensable porque solo contamos con una hora preparar todo y aquí todos se ayudan entre todos, así que el hecho que te haya puesto bajo el mando de Elise no quiere decir que es la única que puede darte ordenes ¿esta claro?- Harry apretó los labios asintiendo -El restaurante deja de servir comida a las 10 y nos podemos ir una vez que limpiemos y haya salido el ultimo comensal. Por ultimo en este momento introductorio, tienes que organizarte con los compañeros para hacer las compras-
-¿Que? Pero no me dijeron... -
-No es un trabajo muy demandante porque nos vamos turnando. Somos 7, a lo mucho te toca solo 3 veces por mes, si mal te va. Como estas bajo el mando de Elise ella te enseñará. De todas maneras no es la gran cosa- Harry arqueó la ceja –¿O es demasiado para ti?- hizo tripas corazón por su clara ofensiva.
-Claro que no, jefe- el rubio se cruzó de brazos y esbozó una cínica sonrisa.
-Aunque suena lindo, refiérete a mí como Draco o chef si mejor te acomoda- hizo una pausa -y una última cosa, en esta cocina está prohibida el uso de magia-
-¿Y se puede saber porque, chef? - todos estaban atónitos por su tono, pero le dio igual.
-Porque los aparatos muggles son muy sensibles y estos son muy caros como para que llegues a descomponerlos- sonrió - además trabajamos con y para muggles. Nuestros clientes lo son, nuestros proveedores también y sería desastroso que vieran flotando alguna cacerola, ¿quedo claro? -
-Sí, chef- Lo estaba haciendo apropósito.
-Ahora que todos se conocen, a trabar que tenemos que iniciar a lo grande- bufó haciéndose para atrás. Parte de su juventud lo había abandonado y dudaba poder tener otro enfrentamiento así todos los días –quiero ver el mise en place de inmediato-
¿Qué era eso?
-Calmado Harry, estará todo bien. Cualquier cosa que no entiendas me preguntas a mí, tengo más paciencia que quiero Draco, yo te guiaré- la chica chasqueó su lengua.
-Es que ¿Siempre es así de... intenso? Siento que vuelvo a estar en la escuela- rezongó.
-No... Bueno, a veces con Franco o con los proveedores que fallan sus pedidos. Pero creo que es especialmente contigo- Harry rodó los ojos, lo que le faltaba.
-Perfecto… justo lo que necesitaba escuchar-
--EÏ3-
Harry sentía que enloquecía en tan poco tiempo. Solo llevaba en esa cocina cuatro días y estaba más que perdido. El nivel no era nada comparado con lo que consideró en su cabeza; era diez veces peor.
Buquet garni, Bronoise, Roux, Mirepoix, entre otros tantos términos que su alma amenazaba con escapar de su cuerpo. Tanto por aprender y que al no saberlos, poco podía ayudar como le gustaría, ni en tiempo ni en forma.
Elise, su guía no le reprochaba en nada y si podía le ayudaba, pero sabía que eso no era lo por lo que estaba ahí, sino para que él le ayudara a ella y a los demás.
-No Harry, la chifonada es de esta manera- dijo Elise tomando con seguridad el cuchillo y comenzó a rebabar con rapidez la lechuga que iría como cama de una langosta a la mantequilla, se sentía tan torpe –acerca el mousse de aguacate y la emulsión de frambuesa para emplatar-
Esa mirada que le dedicaba Draco Malfoy de tanto en tanto, esa de "¿te vas a rendir o qué?" no lo soportaba, pero seguía adelante por su propia fuerza de voluntad negándose a rendirse. Preparó la duya con la emulsión de frambuesa y un poco de hinojo fresco para los últimos toques.
-Hazte a un lado, ni sueñes que te dejaré emplatar, Harry- dijo remarcando la parte de su nombre. No era fácil escucharlo venir de él, pese a que la intensidad era como cuando escupía su apellido.
-No iba a hacerlo- respondió molesto –solo le acerqué lo necesario a Elise- "Merlín, dame paciencia" se dijo con recelo volviendo a su estación.
No sabía cómo funcionaban las demás cocinas, pero esa en particular, parecía que Malfoy quería hacer todo y no solo se limitaba a supervisar.
El emplatado de la langosta quedó bellísimamente preparado en un festino de color que sabía que con sus manos temblorosas no lograría emular ni en un año y solo pudo suspirar. Si algo bueno salían de las órdenes lloviendo durante esas 8 horas era que poco le duraba la molestia de estorbar antes de que surgiera una nueva porque siempre había algo que hacer.
-Harry, me toca ir el miércoles a comprar, será bueno que me acompañes para que te familiarices- dijo Elise entusiasta estirándose cual felino. Harry asintió.
Todos estaban medio muertos, pero aun lo suficientemente vivos para los últimos minutos antes del cierre. Ivan fregaba enérgico las ultimas ollas al ritmo de "We will Rock you" mientras Josef sacaba una pequeña licorera de su bolcillo para darle un llegue "Dudo que sea jugo de calabaza" se dijo incrédulo.
Draco y Franco estaban afuera fumando por lo que podía ver tras la ventana y le dio la impresión de que había algo extraño ahí. Prefirió ignorarlo y se dirigió a Elise quien ya iba por su quinta taza de café cargado.
-¿No te hace daño tomar tanto café a las 11 de la noche?- la chica sonrió divertida.
-El café y yo somos mejores amigos desde hace años, Harry, esto no me hace ni cosquillas. He llegado a tomar hasta quince tazas en el día para mantenerme despierta y eficiente. Algunos como podrás ver tienen otros métodos- le señaló a Nico quien iba por su tercer vaso de agua mineral y granadina -si no bebes café, alcohol, comes dulce, fumas o los 4, difícilmente aguantas el ritmo- Harry asintió -y eso que no estaban cuando trabajábamos 6 días a la semana con papi, eso si era el infierno-
Harry se le quedó viendo.
-Ahorita que lo mencionas, no pude evitar notar que te apellidas como el fundador, Joe Darcy ¿o me equivoco?-
-¿Era muy obvio?- sonrió tomándose de un trago su café -es mi abuelo. He trabajado en "Luna Fría" desde los 13-
-¿No fuiste a Hogwarts? - la chica negó con la cabeza.
—No, mi familia estaba en Estados Unidos, así que asistí a Ilvermorny por 3 años, pero me expulsaron- se alzó de hombros quitada de la pena, tomando una mopa para ponerse a limpiar su estación.
-¿Por qué? —
—Una tontería. Le jugamos una pequeña broma a un chico mayor y su cabeza desapareció. Solo fueron 2 semanas, pero muchos pegaron el grito al cielo; allá son muy estrictos-
Recordó aquella misma broma realizada por los gemelos Wesley y amplió su sonrisa con nostalgia; aquellos tiempo que ya no volverían.
-En Hogwarts son más laxos con sus castigos y dudo que te hubieran expulsado por algo así-
La hora de la limpieza era la parte más tranquila de la marcha y todos lo hacían entre chascarrillos inocentes y juegos de quien limpiaba su estación más rápido. No era un mal ambiente para nada.
-Buen trabajo- dijo Draco a las doce de la noche, quitándose finalmente su toque Blanche, dejando ver su rubio platinado engominado hacia atrás –felicidades chicos-
-Fue una buena semana, chef- exclamaron todos dando un aplauso alabando a los cielos por terminar la jornada.
-¿Entonces vienes Harry? — Elise liberó su esponjada melena de la redecilla de cocina y tomó sus cosas.
—¿A dónde? —
-Vamos a ir a pasarla un rato en un bar. Un poco de buen ambiente para liberar tensión - exclamó Josef -¡Nos lo merecemos!-
-Ay si, vamos cada semana- dijo Andrew -aunque creo que tendré que pasar esta vez porque mi corazón ya me está esperando- sonrió doblando la filipina y poniéndose su mochila en el hombro -pero te lo recomiendo mucho Harry, es el mejor momento para conocer a tus compañeros de trabajo-
-De acuerdo- no le gustaba la idea de llegar más tarde de lo debido a casa, pero tenía razón. Si iba a trabar con ellos, debía familiarizarse con esa gente -¿y el jefe no viene?-
-No, Draquis es muy amargado para esas cosas. Si no hablamos de finanzas no le interesa. Él vive, come y respira por el restaurante-
--EÏ3-
Las siguientes 2 semanas siguió con dificultades. Todos esos términos por aprender para ser útil, formas que seguir la receta… su presteza y soltura era el último de sus problemas porque era en lo único que estaba rindiendo al ciento por ciento, la cocina no era juego de niños y comenzaba a apreciar a toda la gente que había dedicado su vida al arte culinario y jamás le dio importancia.
Draco se portó especialmente odioso esa ultima semana, quitándolo de su lugar, criticando su forma de cortar las zanahorias, gritándole por el termino de cocción y por quemar una costra de salmón. Solo quería llegar a su casa, tomar un largo baño en la bañera y subir sus piernas porque estaba hecho papilla.
Fue el último en terminar de arreglar su área y no le importó, le agradaban sus compañeros, eran muy amigables e insaciables por conocer sobre su vida, pero irse de juerga todas la semanas no era algo que estuviera dispuesto a hacer.
Con la luna en cuarto creciente asomándose por la ventaba, ya todos se habían despedido. "O bueno, casi todos" se dijo mirando de soslayo la oficina de Malfoy aún con la luz encendida; siempre era el último en irse que no le sorprendería que viviera ahí.
-Po… Harry- la voz de Malfoy lo erizó. ¿Ahora que quería?
-¿Si, chef? — preguntó colocando su mochila tras su espalda. Era una noche fría y no quería resfriarse. Quería estar en una pieza para disfrutar esos tres días a sus niños.
-¿Tienes algunos minutos? — Harry asintió. De todas maneras ya pasaban de las 12 de la noche y el beso de buenas noches a Teddy y Molly podía seguir esperando, no era como si se fueran a dar cuenta.
Nada mas entrar en la oficina revuelta, notó una taza de su lado del escritorio con un agradable aroma a chocolate. Supuso que era para él porqué Malfoy tenía uno igual.
-He visto que has tenido problemas familiarizándote con los términos de cocina-
-Yo... - quiso excusarse, pero lo interrumpió.
-Sé que llega a costar tiempo cuando no cuentas con experiencia y se de primera mano que Elise no es la mejor explicando. Tiene todo el conocimiento en la rama, pero divaga mucho y se centra en cosas sin importancia- dijo dándole un sorbo a su café que a pesar de su incitante aroma a whisky, no quería probarlo, por que permanecería en vela lo que restaba de la noche.
-Ok... - jugueteó con su taza ¿estaba despedido? -¿entonces porque asignaste al novato con ella? -
"Qué demonios" pensó al sorber la bebida caliente. El café estaba cargado, pero apenas lo sentía por la crema batida, el licor y ese punto de dulzor que relajó al instante su cuerpo. Un abrazo caliente y humeante que tan bien le sentaba.
"Así que este es un café irlandés" se dijo dándole una probada más grande. Estaba delicioso. Será el frío o el sereno, pero le gustó ese sabor.
-Porque de mi equipo, ella es en la que más confío y tiene un don con la gente que muy pocos poseen- se alzó de hombros y era cierto. Se había sentido cómodo con Elise, como si fueran amigos de todos los años.
-¿Entonces estoy en problemas? -
-No. Dije que tenías cualidades y lo sostengo, nadie aprende tan rápido, mi siquiera el bendito niño que vivió dos veces- Harry frunció el ceño - Apenas llevas tres semanas y tu desempeño es decente-
-Gracias- refunfuñó.
-Quiero ofrecerte una ofrenda de paz. Yo personalmente te enseñaré lo que debes hacer. Detesto dar mi brazo a torcer, pero quiero que en mi cocina haya paz y esta es la única forma de hacerlo- el moreno arqueó una ceja -estas niñeras entre los dos se acabaron. Ya no tenemos catorce años deseando sacarle un ojo al otro, que lo castiguen o expulsen de la escuela, retándonos, haciendo caras. Sé que tu necesidad es más grande que tu aversión a mí y estas en todo tu derecho a permanecer por eso-
-Yo no tengo aversión hacia ti...- dijo Harry avergonzado -nunca estuvimos en los mejores términos, es difícil no tomar cada cosa que me dices como una amenaza. Caramba que hasta tu semblante cambia cuando te diriges a mí- dijo desviando la mirada.
El rubio ladeaba una sonrisa a los demás ante los chascarrillos que soltaba Josef o Nico, la inocencia de Andrew o la burla soez de Elise, pero cada que regresaba a verlo, esa sonrisa se esfumaba tras una línea recta.
-Es la fuerza de la costumbre, pero por eso quiero dejar las cosas en claro. Lo que vivimos, las riñas y pleitos quedaron en el pasado. Sí soy tu jefe, pero esto no es como una pirámide y yo estoy en la punta, no. Esto es un equipo y en un equipo todos se apoyan y contribuyen en algo, nos cuidamos la espalda y sacamos adelante el trabajo. Si quieres estar aquí, debe quedarte claro eso-
Le era extraño escucharlo hablar de esa forma. El chico que compró su pase al equipo de quidditch hablando de trabajo entre compañeros, que desconocía ese término de camaradería porque siempre sacaba algo de los demás.
-Me parece bien lo que dices, tienes razón, ya no tenemos catorce años. Es extraño verte todos los días y más criticando lo que hago que es imposible que no me saqué de quicio; pero acepto tu ofrenda de paz. Si el ambiente ya no se siente pesado, por mi mejor- se dijo queriendo creer en su palabra. Sería tan bueno quitarse ese peso de su espalda.
Le tendió su mano y el rubio se la aceptó.
-Te veo media hora antes de la hora de entrada y trae una libreta para que vayas armando tu glosario- Harry asintió - hasta el martes- lo despidió.
-Hasta el martes... Draco -
Notas Finales: Es todo por el momento pequeños! Les mando un beso enorme y que estén muy bien!
Nos vemos en un mes (o con suerte en menos tiempo jeje todo depende que tenga tiempo y las musas estén de mi lado :P)
Esta vez no les dejaré adelanto, ojojo :v Solo les diré que entramos en la siguiente fase! Yey! Es la fase 2 y comenzamos con las "Patatas gratinadas"
Cuídense :3
