PAREJA: Harry x Draco
DISCLAIMER: El mundo de Harry Potter le pertenece a J.K. Rowling! Yo solo estoy utilizando los personajes por mero entretenimiento sin fines de lucro :3
ADVERTENCIAS: Es un What if,...? (qué tal si...?) Hay relación chico-chico, sexo explícito (Si no te gusta el delicioso, ¿Qué haces aquí? x9), personajes algo OoC y probablemente palabras altisonantes. ¡Están advertidos!
Como nota extra, les advierto que en este Fic tomo casi todo lo establecido del libro 1-7 (sin el epilogo) como canon, solo que habrá una ligera variación. Draco tuvo otro destino a partir del libro 6 cuando tenía 16 años. :D (Después explicaré que fue lo que le pasó :P)
Si me equivoco en continuidad, horrores de ortografía o las cosas canónicas, ¡me disculpo de antemano! (porque no podré hacer nada xD)
Notas de la Autora: Hola solecitos ya estoy aquí nuevamente :D tardé menos de lo que esperé y tuve que recortar lo bueno que quería escribir porque estaba quedando muy largo jojojo ni modo, ya para el siguiente capi :P blackladymoon (hola pequeña, estoy bien! con la obsesión del coleccionismo a todo lo que da, pero espero que se calme pronto porque ya no tengo dinero XD y a ti como te va? :3 me alegra que te gustara nwn creo que la mayoría hemos pasado con nuestros amigos algo similar, las burlas nunca se hacen esperar cuando se enteran que te gusta alguien :9), ribeiro. pipe26 (jeje si, lo se querido hasta acá me llegó tu canto celestial :3 y coincidimos en eso, también me gusta escuchar de todo un poco! aunque el reguetón no es de mi agrado, Daddy Yankee tiene un lugar especial en mi lista porque me recuerda mi tiempo en secundaria, esos tiempos cuando todo era mas fácil y superfluo :'V y que guay que te gustara siempre me gusta esa mezcla de dulce y picante +w+ y si Narcisa se merece mejor, ya pronto lo tendrá don't worry :9 te mando un beso y espero que te guste este nuevo capi :*),AuBlack (jejeje ya esta la actu que también espero te guste mucho *W*)
A leer se ha dicho!
Bogavante en Salsa Dorada
El último día de descanso, decidieron Dean y Seamus aprovecharlo para dar un paseo los cinco por el parque central en Hogsmeade. Un frío y nuboso día que los tímidos rayos de sol apenas y calentaban las manos. Había poca gente y se podía apreciar el aroma de pasto recién cortado junto con palomitas de mantequilla recién hechas.
Teddy sonreía radiante en su nueva escoba de practica mientras era vitoreado a todo pulmón por Seamus y Dean vigilaba que no chocara con algún otro niño igual de alebrestado que él.
No entendía porque le tenían tanto miedo a intentarlo porque estaba seguro que serían excelentes padres. "Bueno, tal vez es lógico, incluso ahora yo sigo teniendo miedo de que algo malo pueda pasarles a mis pequeños y dudo que ese temor algún día se esfume..."
Molly gorjeó divertida obligando a darle toda su atención que su propia sonrisa se ensanchó. Exploraba atenta con sus enormes ojos azules y sentía el pasto con sus regordetas manos. Gateaba de un lado a otro siguiendo las ardillas pardas que trepaban a los árboles en busca de comida.
"Que rápido crecen" se dijo con mucho orgullo ayudando a su pequeña a ponerse de pie. Aun no lograba dar ningún paso, pero siempre que estaba emocionada lo intentaba con sus piernecillas temblando. Cinco o seis segundos lograba mantenerse antes de caer sentada y soltar un gritito de júbilo.
Su niña no le tenía miedo a nada y cuanto lo agradecía. Poseía todos los rasgos Weasley, la salud de roble de Percy y la belleza junto con la fortaleza de Audrey. Lo regresó a ver y agitó las llaves de juguete que sonaban como cascabeles. Comenzó a hacerle cosquillas arrancándole un sin fin de agudas risas.
-¡Que cansancio!- dijo Dean desparramándose en el la improvisada mesa de picnic respirando copiosamente –el macaco tiene mucha energía que ya no puedo seguirle el ritmo...-
-Por eso le dije a Seamus que más de 2 ranas de chocolates no le sentarían muy bien, ya se había comido una paleta de regaliz y 3 calderos de nuez-
-Sí, sí, sí, lo sé, tú lo sabes, Seamus lo sabe, pero es débil ante los ojitos suplicantes de Teddy- Harry asintió, incluso el mismo podía ser débil pese a saber lo que era una manipulación cuando la veía, sin embargo, ya estaba curtido para no tentarse el corazón y ser firme cuando lo ameritaba –ahora no dormirá de lo acelerado que esta-
-Lo siento por ustedes, porque yo una vez den las 10, caeré dormido como un tronco y no despertaré hasta la mañana siguiente- y era cierto, dormía bastante en esos 3 días que le tocaba descanso.
Era curioso porque en el día a día no le molestaba el ritmo, era justo lo que trabajaban, el ambiente era agradable la mayoría de las veces que se iba rápido el tiempo y nunca tenía problemas para llegar a tiempo y rendir sin andar bostezando, pero cuando llegaban los domingos, dormía como bebe hasta la tarde como si en la semana no hubiese pegado el ojo.
"Tal vez tiene algo que ver la cafeína que he estado consumiendo todas las noches" meditó pensando en Draco.
"Draco, Draco, Draco, eres un enigma…" sopesó admirándose lo rápido que avanzaron las cosas entre ellos. De pasar la animadversión cual críos de regreso en la escuela, a besos nada impúdicos culminados con una tercera base a medias, muy intensa como frustrada, que lo había dejado muy ansioso y acalorado cuando regresó a casa.
Ese salto entre líneas lo descolocaba por lo rápido que se dio, porque no fue algo que planeara con antelación.
Confiaba en lo que veía y lo mucho que había cambiado, pero maldita sea que cuando probó sus labios, la dulzura que sintió recorrer todo su cuerpo como una agridulce despedida, la curiosidad de su personalidad se activó como hacía años no le sucedía. Quería más de esa dulzura letal que nublaba sus sentidos y entibiaba su pecho y si Draco no quería ponerle nombre a ese inusual intercambio, ¿Por qué tendría que hacerlo él?
Sonrió levantando ambas manos al cielo.
-Será mejor regresar-
--EÏ3-
Draco se veía confiado esa mañana de diciembre.
Aun no vestía su clásica e impecable filipina blanca, así que le daba una esplendorosa mirada de su camisa de lino azul echa a la medida que delineaba su esbelto cuerpo hasta donde terminaba su cintura. Tragó con dificultad negándose a seguir bajando su mirada porque llevaba las de perder.
Sus ojos centellaron con malicia haciéndole preguntarse ¿Qué se traía entre manos tan temprano?
"Dudo que sean las clases normales…" se dijo pensando que había logrado entrar de alguna manera al nivel experto.
Su interrogante fue respondida cuando notó que entre sus pálidas manos traía una cinta negra con la que jugueteaba ansioso.
-Me esperaba esa clase de juegos en la noche…- dijo queriendo sonar gracioso, pero no lo consiguió.
-No seas tonto, si pensara en algún juego sexual no querría que te perdieras ni un segundo de ello. Que desperdicio no poder verme en toda mi gloria-
-Creído- rio sin poder creer en su nivel estratosférico de confianza.
-No soy creído, se llama "realidad"- alzó su nariz antes de vendarle los ojos y tuvo que concederle esa, estaba como quería, tan atractivo que, de verlo con detenimiento por primera vez, se le habría caído la heterosexualidad hasta el suelo "pero, tenía que comenzar a hablar y ahí se fue el encanto" se dijo divertido porque el rubio podía ser todo un personaje –no, hoy haremos un nuevo ejercicio porque considero que estás listo para las grandes ligas-
Harry asintió a dejando sus gafas sobre la mesa.
-Algo bueno habré hecho-
-Por supuesto, no te has hecho el imbécil perdiendo mi tiempo y has escuchado mis lecciones al pie de la letra-
-Gracias- dijo con acidez.
-Se reconocer el progreso y la dedicación de la gente, así que tómalo como un halago- sintió como se alejó y rebuscó algo entre los sartenes.
Cuando estaba estudiando para ser auror ya había realizado ese ejercicio de vendar sus ojos. Era su primera clase con el profesor Schmith y recordó lo aterrados que se pusieron muchos de sus compañeros. La incertidumbre, la oscuridad. Puede que al principio era algo natural por sentir como el terror te abraza por lo desconocido, pero tan pronto como consiguió el control de sí mismo, logró agudizar sus demás sentidos.
Recorrió a tientas todo el lugar sin sentir miedo y avanzó con paso seguro antes que sus demás compañeros según le dijo el profesor. Su oído y las palmas de sus manos percibiendo con mayor fuerza las cosas hasta poder desenvolverse con soltura como si alguno de sus sentidos no estuviera bloqueado. Poner a prueba su instinto en situaciones extremas eran de sus lecciones favoritas y fue cuando más aprendió en el colegio.
Le pasaba algo similar esta ocasión, solo que, en lugar del tacto y oído, su nariz y boca le darían una completa imagen que sus ojos desconocían.
-¿Sabes cuáles son los 3 platillos favoritos del restaurante y por ende los que más se venden?-
-Si. Las patatas gratinadas, el bogavante en salsa dorada y el cangrejo con espuma de almendra y flor de caléndula-
-Muy bien. Como sabrás, la idea de poner las patatas gratinadas en el menú fue de Elise hace ocho años y el cangrejo con espuma es una creación reciente de Franco que ha despuntado demasiado bien que con seguridad se vuelve parte la carta el siguiente ciclo y ya no en los especiales- Harry asintió. Comprendía lo que estaba implicando, pero eso no quería decir que supiera preparar desde cero ese cangrejo que tanto gustó a los clientes "porque es lo que me pedirá, ¿verdad?" tenía muchas dudas –el bogavante fue creación mía hace cinco años cuando gané el derecho de volverme el jefe de esta cocina. Un platillo elegante, complicado y muy delicado-
Era la primera vez que lo escucha hablar sobre su pasado que quiso guardar silencio para ver si diría algo más.
-¿Qué es lo que puedes percibir?- pudo sentir como le acercaba algo que desprendía un aroma sutil y cremoso. Era como un día de playa, salado, cálido, muy marino.
-Caldo de pescado…- trató de concentrarse en todo lo que podía percibir, hasta lo más pequeño –nata, vino blanco ¿tal vez? -
-Abre la boca- Harry obedeció y sintió como sus sentidos se avispaban conforme los sabores se desdoblaban en sus papilas gustativas.
-Parece ajo con cebolla, sal y pimienta, un toque de aceite... ehh y esa estela del final es perejil… creo-
-Los cocineros podemos ser bastante celosos con nuestras recetas, incluso en una cocina como esta donde todos se ayudan entre todos- pudo escucharle bufar –como sabrás yo soy el que prepara esa salsa dorada. Cuando la incluí en el menú probé a mi equipo para que la recreara sin que les dijera los ingredientes y fallaron rotundamente. Claro que Franco fue el único que lo consiguió, pero él no cuenta, es un anormal con un sentido del gusto y olfato super desarrollado que podría mandarlo a buscar trufas y encontraría-
-¿Y planeas que yo pueda recrearla? Si ellos no pudieron ¿Qué te hace creer que yo sí? – los labios de Draco silenciaron sus palabras haciendo que involuntariamente aguantara la respiración.
¿Por qué sus besos siempre eran así de dulces? Tanta ternura que chocaba con su exterior a ratos serio, a otros cínico.
Su mano acarició su mejilla antes de quitarle la venda y se encontró con sus ojos de plata liquida, en ese matiz de cielo ingles que temía que, de seguir viéndolos, lo recordaría cada mañana al despertar y asomarse por la ventana.
-No creo que puedas recrearla, sería un milagro si pudieras- Harry gruñó por esas palabras de hielo. ¿se estaba burlando? –pero creo que serías el único que podría acercarse lo suficiente por las habilidades que tienes… comencemos ¿quieres?-
-Si, chef-
--EÏ3-
Las ordenes llovían una tras otra que le costaba creer que llevaran 3 horas a ese ritmo sin parar. Cada que Paul abría la puerta podía ver un hervidero de gente como si estuvieran regalando las cosas.
Si aquello fuera poco en el panorama y el cansancio en su cuerpo; estaba irritado. Bastante, de hecho.
Podía tolerar que Draco le gritara, menospreciara su desempeño y le aventara los platos de regreso a su estación. Era su jefe después de todo y le estaba pagando; pero algo que no le parecía era el tono con el que Franco Zabinni se dirigía a él como si fuera un imbécil, criticando cada uno de los platos que le pasaba.
"Esta sobre cocido, Potter. Hazlo otra vez", "¿Qué no sabes la diferencia entre termino rojo y azul? ¿Qué se supone que haga con esto que solo le falta mugir?", "Te pedí un filete de tilapia no uno de robalo, creo que el héroe del mundo mágico necesita lentes nuevos"
Era como estar nuevamente en clase de Pociones y Franco era una versión nueva de Snape, burlón, cansino y tan odioso que su paciencia comenzaba a llegar a su límite.
-No sirve, Potercillo- tomó su plato y tiró a la basura la paletilla que acababa de sacar del satén de mantequilla –vuélvelo a hacer-
-Sí, chef…- gruñó tomando con dificultad el plato de regreso deseando poder estamparse en su maldita cara y volvió a comenzar desde el principio a fuego alto.
-Franco, deja de tirar comida en mi cocina- expresó Draco tratando de colocar un enjambre de azúcar sobre esas pequeñas torres de profiteroles. Estaba concentrado en todo pese a que lo que estaba haciendo era sumamente delicado –el pedido de la mesa 34 lleva retrasado 2 minutos ya deja de regresarle platos a Harry…-
-Dejaría de regresárselos si hiciera algo bien- como si tuvieran todo el tiempo del mundo el italiano se recargó sobre la mesa en la que trabajaba Draco -¿te molesta que me meta con tu protegido?-
-No, si tuvieras motivos reales para meterte con él te daría mi bendición- sus ojos grises seguían concentrados en su labor, pero su voz era firme –y dudo que la esa paletilla a la mantequilla con costra caramelizada estuviera mal-
-No lo estabas viendo, cielo- el aceite brincó al igual que su nivel de tensión. El italiano solo le faltaba su cigarrillo en la boca de tan campante rejuntando su cuerpo y pelvis contra la cintura de Draco "¡como si todos los demás no estuviéramos hasta los cojones de trabajo!" se dijo furioso dando vuelta a su trozo de carne.
-No necesito verlo para saber que estaba bien. No cometería un error tan básico después de 4 meses porque sabría lo furioso que me pondría- le sonrió levantándose finalmente de su posición encorvada.
-¿Tanta fe le tienes?-
-Franco, mierda, ¡¿puedes hacerte a un lado?! Que estamos en una cocina no una disco- vio como Draco forcejeó cuando el brazo del italiano se plantó en su cintura. No entendía porque si no le gustaba esos modos, no hacía nada al respecto.
Apretó los puños debatiéndose sin intervenir o no. No eran pareja, Merlín que ni siquiera sabía lo que eran, pero se le hacía de mal gusto que alguien se propasara cuando no era bienvenido. En otro momento no habría dudado en saltar a escena, pero no quería parecer un idiota enfrente de todos.
-¿Qué sucede bonito, si bien que te gustó aquella vez…- Draco rodó los ojos asqueado –si tan solo aceptaras que eres mío…-
-No le perezco a nadie, mucho menos a ti, Franco. Si termino de contar hasta 3 y no estás en tu estación, no querrás saber lo que te haré- el italiano rio con cinismo.
-Me encanta cuando te pones escurridizo…- vio como hizo el ademan de besarlo y Harry cuando menos lo pensó ya estaba a un palmo de Draco, sosteniendo el brazo largo de Zabinni tras su espalda. Lo escuchó quejarse, pero no le importó. Todos en la cocina se congelaron.
-¡Joder, Potter! ¿Por qué te metes donde no te llaman? – chilló el moreno agitándose con brusquedad cual pez en anzuelo sin poder zafarse.
-Parece que el chef te dijo que no, Franco- hizo mucho énfasis en su nombre -Y si la memoria no me falla, aquí y en china cualquier negativa significa "no"-
-Ya suéltalo auror Potter que perdemos tiempo valioso- Harry bufó por la peyorativa forma de pronunciar esas palabras. Se estaba burlando y lo soltó haciendo que trastabillara –no necesito de la ayuda de nadie- le mostró el afilado cuchillo que ya traía en la mano. ¿A qué hora lo agarró? –y Franco, que sea la última vez que se te ocurre hacer algo así en las malditas horas de trabajo, porque de lo contrario con este mismo cuchillo te rebanaré del ombligo hacia la nariz, ¿capisci?- todos tragaron audiblemente. No estaba jugando.
-Pero, Dray…-
-Al congelador, ahora- no se veía molesto, pero el aura a su alrededor emanaba "peligro" con grandes letras rojas –Elise, estas a cargo en la siguiente media hora. Haz que salga de una maldita vez la orden a las 34, los profiteroles a la 18 y Andrew, flambea por amor a Godric esos camarones-
-Si chef- gritaron todos al unísono.
Ni la oficina de Draco, el cuarto de aseo o el callejón, no, al parecer el congelador era el lugar de discusión para todos en esa cocina, porque ya en incontables ocasiones vislumbró las reuniones de Elise y Paul ahí adentro, como las conversaciones de Nico y Josef, y ahora Draco no era la excepción.
-¡Wow, hiciste que se me erizaran los vellos de la piel! - exclamó Elise sofriendo con una mano un salmón con mostaza antigua mientras con la otra, vertía generosa una salsa verde -¡Nico! ¿ya está mi ensalada? - gritó antes de volverle a hablar en voz baja -Dudo que alguien olvide la escena. La manera en la que te moviste de aquí, hasta allá, al menos 10 metros en un segundo, eres mi héroe-
-Ya va, chef- gritó Nico y Harry sacó del fuego la paletilla de cerdo en el perfecto término antes de suspirar. No le molestaba ser el héroe de Elise, pero en esos momentos, tanto su cerebro como sus ojos estaban al pendiente de las siluetas que se desdibujaban en el congelador. Draco podía verse muy feroz cuando estaba enojado.
Era satisfactorio que reprendiera a Zabinni, pero eso no hacía que pudiese olvidar lo condescendiente que era a diario con él.
-Es que no entiendo porque Draco no hace nada con ese...-
-Oye, Franco es un pesado pero no tiene malas intenciones, solo… es un idiota para expresar lo que siente y claramente te ve como un enemigo- se alzó de hombros –por alguna extraña razón cree que Draco es su esposo desde hace 7 años y tiene el derecho de armarle ese patético teatro- Harry se erizó cual felino. Eso no pintaba nada bien –debe ser un polvo increíble para atrofiarle las neuronas así- rio divertida, pero Harry no le encontró ni una pizca de gracia.
-Pero…- le costaba hablar después de semejante corto circuito que tuvo su mente. No, no podía imaginarlo –si él no le deja en claro las cosas, ¿Por qué nadie interviene?-
-Es mejor no meterse en sus asuntos, Harry. Ya me regañó una vez por tratar de ponerle un alto y a Sarah Rose ni se diga… es complicado…- le dio una palmada –así que, si te interesa saber, deberías preguntarle directamente-
-Claro y luego nos trenzaremos el cabello y tendremos una pelea de almohadas- ironizó como si fuera tan sencillo -Además no es como si fuera a contarme…-
-EÏ3-
Hablar de Teddy siempre era reconfortante.
Su pequeño tan ingenioso como adorable que siempre era tan considerado con la pequeña Molly como el hermano mayor que era, tan obediente que jamás causaba problemas ni en casa o la escuela; pese a su impedimento, se desenvolvía tan vivaz con su lenguaje de señas inventado que le hacía creer que ya no faltaba mucho para que recuperara la confianza para volver a hablar.
-Lo siento, seguro te estoy aburriendo-
-No, verte hablar sin respirar sobre tus hijos es TAN interesante- Harry rezongó por ese tono irónico –es enserio, me sorprende la pasión que tienes y como, te iluminas. Debe ser genial tener hijos propios… aunque supongo que tuviste muy joven a Theodore, supongo que así se llama porque le dices Teddy-
-Se llama Edward por su abuelo, pero su mamá desde que nació le dijo Teddy… y no son mis hijos sanguíneos, sin embargo, los amo como si lo fueran- recordó ese vivaz bebe de cabello azul que llegó a su vida –no sé porque sus padres me nombraron en primer lugar su padrino… pero sintieron que yo haría un buen trabajo de alguna forma- rascó su nuca tímido. Ese cuestionamiento que nunca alcanzaba a comprender.
-Yo si lo sé- dijo confianzudo, jugueteando con uno de sus mechones rubios carente de gomina.
-Ilústrame entonces-
-Creo que en el mundo, ningún niño estaría desamparado bajo tu cuidado. ¡Por Merlín que eres el maldito niño que vivió para matar al Lord Tenebroso dos veces! Eres justo, leal, protector con lo que amas y las causas que decides luchar. De tener un hijo con gusto te lo hubiera dejado endosado en caso de que me pasara algo malo. No habría otro lugar más seguro para el- las mejillas de Harry ganaron color. ¿En serio eso pensaba de él?
Estaba anonadado que sus ojos no daban crédito de contemplar una escena real. Quiso pellizcarse, pero eso delataría lo que estaba pensando.
-Err… cuando Teddy perdió a sus padres yo alternaba su cuidado con su abuela ya que yo no podía responsabilizarme por completo, era solo un bebe…- acomodó sus gafas que comenzaban a resbalar por su nariz -pero la mayor parte del tiempo ella se la pasaba muy triste por la familia que perdió y dormía casi todo el día. Bebía mucho y descuidaba a Teddy que incluso comencé a llevarlo en una cangurera a la academia de aurores con el permiso del director por su puesto. Nunca fue latoso, pero si lloraba mucho por su "abu" que así le llamaba a media lengua, tan quedito que me dolió en el alma cuando Andrómeda dejó este mundo y Teddy seguía llamándola- un nudo se formó en su garganta –De hecho, Teddy es tu sobrino, creo que eso no te lo había dicho. Es hijo de tu prima Nymphadora-
-Como si no lo fuera. Jamás conviví con mi tía Andrómeda ni mucho menos con ella. Mi madre la desconoció como su hermana, incluso tras enterarse de su desafortunada muerte… Así que continua- hizo una ademan con su mano dando el tema por zanjado -¿dijiste que tiene 9 años?-
-Apenas los cumplió- dijo con orgullo –le horneé un pastel, le dimos muchos obsequios incluida esa escoba de entrenamiento que tanto quería. Hicimos una pequeña fiesta en casa con sus amigos de la primaria con globos y…-
-Nunca te hubiera imaginado como alguien que le pone los cachos a su pareja; que atrevido- se cruzó de brazos recargándose en su sillón mientras sonreía maliciosamente de oreja a oreja. Se estaba divirtiendo a su costa.
-Nunca engañaría a mi pareja- "por muy tentador que sea lo que puedan ofrecerme" meditó viéndole de arriba abajo –así que no, para tu información, no tengo pareja. Vivo en casa de unos amigos muy enamorados como para meterme de tercera rueda en su matrimonio. Adoran infinitamente a mis niños como unos tíos consentidores- el rubio asintió –me han apoyado mucho a lo largo de los años y después de lo que pasó… me tendieron la mano-
-Ya. Y en un sentido de lo que es correcto porque seguro no se te hacía justo abusar de su amabilidad, buscaste desesperado un empleo hasta caer en mis manos ¿o me equivoco?– Harry bajó sus hombros. ¿Cómo podía leerlo con tanta facilidad? No lo comprendía.
-Sabelotodo- dijo desviando la mirada a un lado. Tomó esa nueva bebida aromática en sus manos antes de darle un trago degustando un fuerte sabor a canela y limón –creo que es suficiente sobre mí. Todas las noches hablo sin parar sobre mis cosas personales y tú no...-
-Parece que te sienta bien, te vez relajado cuando comienzas a hablar de tus polluelos- repasó con lentitud su lengua por sus generosos labios, tal coquetería que Harry negó con la cabeza apartando pensamientos turbios ¿lo estaba haciendo apropósito? -¿Qué es lo que quieres saber? Porque supongo que tienes ansias de preguntar algo-
-¿Tú y Franco? Digo, hablas de poner cachos y parece eso aplica contigo…— Draco lo miró como si se le hubiera zafado un tornillo y soltó una risotada que resonó por toda la pequeña oficina. Era melodiosa como estridente que no dudaba que realmente le causó gracia su pregunta.
-Cómo el demonio que no. ¡Merlín me libre tener algo con ese idiota!- se limpió una lagrima de tanto reír.
-¿Entonces porque no lo frenas? Siempre te sigue por todos lados como tu sombra, incluso en los breves recesos está ahí pegado contigo. Lo cual es extraños siendo que con los demás no tienes ese tipo de confianza-
-¿Estas celoso?-
-¡Claro que no!- respondió a la defensiva –Es solo que le tienes tanta consideración que me pregunto si no es cansado tenerlo a él y jugar conmigo— Draco cruzó sus dedos sobre la mesa acercándose a él. Algo le parecía en extremo divertido y comenzaba a cabrearlo.
—No es consideración, es respeto- Harry alzó una ceja interrogante - no a él por supuesto, sino a su madre- ahora si estaba perdido. ¿Qué tenía que ver en el tema?
-Arabella Zabinni fue de mucha ayuda para mí en esos meses difíciles cuando llegué al mundo muggle. La paga apenas me alcanzaba para la renta del feo cuartucho que me consiguió Papi, para colmo mi paladar es muy fino que nunca pude comer cualquier cosa o usar ropa corriente. Soy de muy alto mantenimiento- se alzó de hombros y Harry no dudaba que habla en serio.
-Arabella me encomendó que cuidara a Franco a cambio de pasarme una pensión que mi propia madre no podía porque congelaron todos los ingresos de la compañía de mi Padre y la ancestral fortuna Malfoy; también a ella la ayudó ¿puedes creerlo? Acepté por necesidad y porque en ese tiempo Franco era muy diferente de cómo es hoy en día. Era reservado y tímido, una cosa muy mona como un basset hound. Imposible de creer, ¿verdad? -
-Vaya que si-
-De no ser porque me dio el soporte que me faltaba, me habría derrumbado. Cada vez que quiero mandar a volar a Franco por la ventana o arrancarle su hermoso cuero cabelludo, me contengo por respeto a ella-
Harry también estaba en deuda con Arabella Zabinni por otro motivo. Ella fue la pieza decisiva para su supervivencia confirmando su propia muerte a manos del señor tenebroso, y aunque la había salvado de Azkaban ayudándola a regresar a su antigua vida, dudaba que fuera suficiente para saldar su deuda.
-¿No sería mejor hablar con él? El homicidio nunca es la solución-
-¡Lo he hecho! no tiene idea de cuantas veces. De forma cortes, furioso, en italiano, con muchas groserías, con amenazas, hechizos infantiles... pero sigue plantado como roble pensando que fue el destino o alguna cursilería lo que hizo que termináramos en el mismo camino y que por obra y gracia del espíritu santo volveremos a enrollarnos como si me hubieran quedado ganas-
-Eso explica porque se pone así de intenso...– aquello le salió con más hiel de la que esperó, que ya no estaba seguro de haber respondido con honestidad ¿podría ser que en realidad sentía celoso?
-¡Maldición, que sólo fue una vez de decepcionante sexo!- rodó los ojos –nunca se habló de compromiso o algo así-
-Vale. Estate tranquilo que yo no insisto donde no soy bienvenido -
-Demonios, Harry ¿Te comparas con él? - exhaló un bufido echando sus cabellos hacia atrás poniéndose de pie -no hay punto de comparación. En ese entonces me sentía solo, triste, herido y tan caliente que no sabía que hacer conmigo mismo- jugueteó con sus pulgares -él siempre estuvo como perrito faldero tras de mí, buscando mi aprobación, comiéndome con la mirada. Creo que te brinda algo de consuelo cuando te dan amor, que te quieran cuando sientes que nadie más lo hace… es un paliativo por muy egoísta que sea. Probablemente me aproveché de sus sentimientos para sentirme mejor, pero, de saber lo que pasaría, jamás hubiera movido la arena. Es tan pegostioso, tan sofocante como boa constrictora que cuando estás tan acostumbrado a estar solo, no lo recibes bien-
-¿Y qué hay de mí?—
-¿Qué hay de ti con qué? -
-Lo que hemos hecho... -
-No tiene nada que ver con eso. Lo que fui hace 7 años es algo muy diferente de lo que soy ahora. De hecho cuando te besé no lo hice con la intensión que se repitiera porque pensé que te horrorizaría y renunciarías a quedarte en las noches en mi compañía- soltó una risilla –pero vaya que insististe- volvió a humedecer sus labios como una clara invitación -y si a ti no te molesta no ponerle una etiqueta a esta cuasi- relación- amistosa- bizarra ¿Por qué me molestaría a mí?- Harry sonrió derrotado. Eso fue prácticamente lo que se auto convenció el día anterior -Además, con Franco jamás me besuqueé como colegial cachondo por más de media hora hasta que mis labios se hincharon...-
-¿No?- preguntó sintiendo un aleteo ansioso en su corazón, de esperanza y sensaciones que creyó estarían enterradas bajo tierra.
—Ni una sola vez-
Notas Finales: quería seguir escribiendo, pero mejor que muera ahí por ahora, ojojo :P les mando un beso enorme y espero que se encuentren muy bien y preparados por que se viene algo de acción! (yey finalmente!)!
Si, sorry ya no les pondré adelanto, ahora si no tengo nada interesante escrito en el borrador para compartirles lol mejor que sea sorpresa XD (spoiler alert, ni siquiera se que titulo ponerle, si un postre o una bebida lol ya después se enterara :9)
Nos leemos prontito!
