Disclaimer: Todo lo que reconozcas pertenece a JK Rowling, yo solo lo tome prestado porque estaba aburrida y quería jugar un rato. Lo que no reconozcas ha salido de mi extraña cabeza.


Capítulo 2

Draco Malfoy suspiró cansado, su vuelo se había atrasado y llegó a Londres más tarde de lo previsto, detestaba cuando las cosas no salían como las planeaba. Podría haber volado o simplemente aparecerse, pero le había agarrado el gusto a algunas cosas muggle, como volar en avión, a Draco lo relajaba. Sí, Draco había superado su prejuicio contra los muggles y la pureza de la sangre, la guerra lo había cambiado al igual que a todos, aún seguía creyendo que era superior a muchos pero eso no tenía nada que ver con la sangre, simplemente él era asombroso en comparación a algunas personas.

Se apareció en la Malfoy Manor al anochecer, realmente odiaba volver allí, le había prometido a su madre que volvería y cuidaría del lugar que había sido su hogar por tantos años pero era muy difícil, le traía recuerdos que no quería rememorar. Había enviado un día antes a su elfina doméstica Tiny, para que remodelara la casa totalmente, entre más cambios hiciera mejor.

La mansión que se encontraba en Wiltshire seguía siendo igual de imponente por fuera, un sendero flanqueado por arbustos que te llevan a un par de grandes verjas de hierro forjado, la entrada que delimita los terrenos de la mansión.

Malfoy entró al lugar y apreció los cambios que había hecho Tiny, realmente se había lucido. Había optado por una decoración minimalista y elegante, en el vestíbulo se podían apreciar unos pequeños sillones verde esmeralda que rodeaban la gran chimenea que había sido su refugio cuando era niño y no podía dormir, siempre bajaba y encendía la chimenea, le gustaba ver el fuego arder. Los cuadros de sus antepasados no los había quitado, los detestaba a cada uno de ellos por imponerle un camino del cual nunca quiso ser parte pero le parecía una falta de respeto, simplemente los ignoraría. Lo que más le gustaba era que esa enorme alfombra, donde 6 años atrás su tía Bellatrix había torturado a tantas personas, había desaparecido. Le había pedido a Tiny que la quemara y que bueno que lo hizo, probablemente no hubiera podido dormir con todos esos recuerdos que le producía cuando la veía.

Subió a su habitación, fue el único lugar que había querido conservar tal y como estaba, era el único lugar que estaba limpio, nunca nadie había entrado más que él y los elfos que limpiaban el lugar, ni si quiera sus padres tenían permitido el acceso.

El cuarto apenas era alumbrado por un pequeño candelabro que colgaba del techo, a Draco nunca le habían gustado los lugares muy iluminados. En el fondo de la habitación se encontraba una enorme cama con dosel, tenía un juego de sábanas con los colores de Slytherin, al lado izquierdo de la cama se encontraba una puerta que llevaba a su enorme baño y vestidor y en el lado derecho se encontraba su pequeña biblioteca personal. Se dejó caer en la cama y suspiró, la comodidad de su cuarto sí que la había extrañado, era de los pocos lugares en los que se sentía en su zona de confort.

Había sido un largo día, después de haber estado trabajando en el Ministerio de Francia durante 5 años, bajo el apellido de su madre, Black, se había construido una enorme reputación allí, era muy determinado en todas sus decisiones y siempre pensaba con la cabeza fría, por lo que todo mundo recurría a él cuando querían una solución para sus problemas, todos sabían que venía de Londres, pero nadie sabía en realidad quien era.

Por lo que se sorprendió hace unas semanas cuando Shacklebolt había aparecido en su despacho ofreciéndole un alto puesto de trabajo, Jefe del Departamento de Seguridad Mágica. No creía lo que estaba escuchando, al parecer Kingsley tampoco entendía que estaba diciendo, pero según él, Draco era la mejor opción que tenían, él había viajado hasta Francia porque había escuchado muchos rumores de que alguien de la familia Black estaba trabajando en el Ministerio Mágico de ese país y era altamente respetado por todos allí, nunca se hubiera imaginado que en realidad se trataba de él joven heredero Malfoy, cuando había llegado y se había encontrado con que el joven al que todo mundo recomendaba era Draco no lo podía creer y había estado a punto de volver por donde había venido pero al parecer realmente necesitaba ocupar ese puesto y no había otra opción mejor que él.

Claro que no la había, pensó Draco. Iba a rechazar la oferta amablemente, no le interesaba para nada volver a Inglaterra, pero recordó la promesa que le había hecho a su madre y esta era la mejor manera de lograrlo, que mejor que recuperar el prestigio de los Malfoy trabajando en el Ministerio, por lo que al final aceptó.

Mañana iba a ser su primer día de trabajo y él sabía que sería largo y pesado, no desconfiaba de sus habilidades pero por lo que Shacklebolt le había dicho había unas cuantas personas que probablemente no iban a estar muy contentas por la decisión que el Ministro había tomado, verdaderamente a Draco le traía sin cuidado, pero sabía que si no le tenían respeto ni tolerancia iba a ser difícil que estuvieran de acuerdo con las decisiones que el tomara y eso sí que le traería problemas. No le interesaba que lo idolatraran pero por lo menos haría que le tuvieran un poco de respeto.

Llamó a Tiny quien apareció con una bandeja de comida y un poco de jugo, esa elfina sí que lo conocía bien, la verdad es que estaba muerto de hambre.

−Amo – le saludó con una pequeña inclinación − ¿Qué tal su vuelo?

−Tiny ¿Qué te he dicho sobre llamarme amo? – Le reprendió Draco.

−Que Tiny no debería hacerlo, Tiny le pide una disculpa a… joven Draco. – Se corrigió rápidamente.

−Descuida. – Draco sacudió la cabeza. – Estuvo bien, aunque se retrasó.

−El joven señor parece algo estresado ¿quiere que Tiny le prepare un baño?

−Estoy bien, solo comeré lo que me has traído y me dormiré, mañana será un largo día.

−De acuerdo señor, si no necesita nada más de Tiny, Tiny se retira.

−Necesito que me despiertes a las seis y media de la mañana si ves que aún no lo he hecho.

−Como usted deseé, amo. – Dijo rápidamente y desapareció.

Draco resopló, era difícil quitarle esas costumbres.

Después de comerse lo que le había preparado Tiny, Draco dejó la bandeja en una pequeña mesa que había en el centro de la habitación y fue a prepararse para dormir, después de quitarse la camiseta y ponerse un pantalón de pijama fue directo a la cama y se quedó dormido a los pocos segundos, estaba agotado, había sido un día pesado y mañana le esperaba uno igual o más difícil.

Se despertó a la mañana siguiente justo a tiempo para arreglarse y que no se le hiciera tarde, fue directo al baño para tomar una ducha, se quitó la única prenda con la que había dormido, se acercó a abrir la llave del agua caliente y espero un momento a que se calentará para entrar, su madre siempre lo regañaba porque se duchaba con el agua hirviendo, decía que le haría daño en la piel, pero Draco nunca le hacía caso, a él lo ayudaba a pensar.

Al salir de la ducha observó que en el vestidor se encontraba un traje negro listo para usar, a veces Tiny lo hacía sentir como un niño pequeño, pero por más que le decía que no tenía que hacer todo por él Tiny simplemente hacía como que no escuchaba lo que él le decía, era algo exasperante.

Luego de ponerse el traje negro con una camisa blanca y corbata plateada, se puso sus zapatos y fue hacia el espejo de cuerpo entero que se encontraba en el cuarto, se pasó los dedos por el cabello para acomodarlo, lo tenía un poco más largo que en su época de Hogwarts y había dejado de usar gomina, por lo que su cabello caía un poco desordenado, lo que le daba un aire despreocupado sin perder su formalidad. Se dio un último vistazo en el espejo, acomodo el nudo de su corbata y bajó al comedor para desayunar.

Desayunó tranquilamente un poco de pan con café, Shacklebolt le había dicho que no tenía que llegar exactamente para la hora de entrada, ya que les iba a dar el anunció a todos los directores en una junta a las 8, con que llegará unos 10 minutos antes del comienzo de esta estaría bien.

Shacklebolt no le había dicho quiénes serían sus compañeros de trabajo por lo que probablemente él también se llevaría alguna sorpresa, pero estaba decidido a seguir adelante con ese puesto, era una gran oportunidad y los Slytherin y mucho menos los Malfoy desaprovechaban oportunidades.

Después de la guerra y el juicio contra los Malfoy, la chimenea de la mansión la habían desconectado de la Red Flu y aún no la habían conectado de nuevo, por lo que tuvo que ir al ministerio en su escoba y tomar la entrada de los visitantes, no le gustaba tener que ir hasta esa calle despoblada de Londres para entrar por la cabina muggle que utilizaban como ascensor.

Al entrar al Ministerio, Draco se sintió un poco incómodo, era extraño volver y más aún porque algunas personas se le quedaban mirando, al parecer lo reconocían y no entendían porque se encontraba allí, pero a pesar de las despectivas miradas llenas de curiosidad que le lanzaban Draco como el Malfoy que era no bajó nunca la cabeza y permaneció con esa postura característica de él, en la que no se podía observar lo que pasaba por su mente.

Fue directo al elevador, si no recordaba mal el Departamento de Seguridad Mágica se encontraba en el segundo piso, Shacklebolt le había dicho que al llegar fuera directo a ese lugar y después él lo buscaría para darle instrucciones. El ascensor se encontraba solo y subió directo al segundo piso, llegó y estaba a punto de salir cuando sintió que algo choco contra su pecho.

−Lo siento, venía distraída y no me di cuenta de que había alguien adentro. – Dijo una voz desde el suelo que se encontraba recogiendo unos papeles. Esa voz le sonaba muy conocida a Draco, la había escuchado un montón de veces en clases haciendo preguntas cada que podía.

− ¿Granger? – Preguntó con una extraña mezcla de curiosidad y sorpresa, aún no había visto la cara de la muchacha porque se encontraba agachada pero ese cabello lo reconocería donde fuera, seguía siendo un desastre, no es qué él se fijara en esas cosas pero todo mundo siempre lo había dicho.

La chica levantó la cabeza sorprendida había reconocido esa voz y se asombró aún más cuando confirmo sus sospechas.

-Malfoy… ¿Qué estás haciendo tú aquí? –Preguntó con un tono despectivo mientras se levantaba, como si él no tuviera derecho de estar en ese lugar.

−No es de tu incumbencia Granger. Veo que a pesar de los años sigues siendo un desastre andante. – La observó de la cabeza a los pies, seguía teniendo muy mal gusto para la vestimenta.

−Y tú a pesar de que ahora eres nadie, sigues comportándote como un idiota arrogante.

Draco rió sin humor.

− ¿Nadie? Por favor Granger, no me hagas reír. Claro, como eres nuestra "Heroína de Guerra" crees que eres mejor que los demás.

−Yo no me creo mejor que nadie y no soy ninguna heroína. –Replicó indignada.− Tú eres el que siempre mira a todos como si se sintiera superior.

−Es porque yo soy superior. –Le dijo con una engreída sonrisa.

−No entiendo por qué estás aquí y la verdad no me importa, pero no creo que seas bienvenido, así que si no quieres problemas deberías irte. –Pasó a lado de él para entrar al elevador y le dio un pequeño golpe en el brazo con su hombro. –Si me disculpas, los adultos tenemos cosas que hacer.

−No te disculpo.

Hermione rodó los ojos.

−Imbécil. –Murmuró.

−También me dio gusto verte comelibros.

Hermione estaba a punto de replicar algo pero el elevador se cerró y bajó, llevándose a la chica con él.

Draco suspiró, se había comportado como un niñato, pero es que siempre había detestado a Granger, era irritante y el tono que usó cuando hablo con él no le había gustado para nada, solo sirvió para que se comportara como un inmaduro.

Que desastre, esperaba que no trabajara en ese Departamento porque si no, eso significaría tener que verla todos los días y no creía poder soportarlo.

Estaba a punto de ir a buscar a Shacklebolt cuando escuchó su voz.

−Señor Malfoy, que bueno que ya está aquí, estaba a punto de ir a buscarlo.

−Señor Ministro. –Draco lo saludó con un asentimiento de cabeza.

El Ministro de Magia subió al ascensor y le hizo señas a Draco para que lo siguiera.

−La sala de juntas se encuentra en el primer piso, allí nos reuniremos con los distintos líderes de las subdivisiones, ya qué trabajarás muy de cerca con ellos.

−He de suponer que aún no les ha dicho quién será su nuevo Jefe de Departamento.

−Supones bien.

−Y también que no se lo tomarán nada bien.

−Probablemente tienes razón, pero ya he tomado una decisión y ellos van a tener que aceptarla.

El ascensor bajó al primer piso, salieron de este y fueron hasta el fondo, donde se encontraban dos puertas grandes que daban a lo que Draco suponía era la sala de juntas.

−Señor Ministro, antes de entrar ¿debería de estar preparado para alguna reacción en particular? – Le preguntó Draco.

−Pues no estoy muy seguro, tal vez tienes que saber que Harry Potter es el Jefe de Aurores.

La cara que puso Draco era digna de fotografía, confusión y sorpresa cruzaron su rostro. Iba a decirle a Shacklebolt que se olvidará de él, no iba a trabajar con cara rajada, pero las palabras no salieron de su boca, ya que en ese momento el Ministro abrió las puertas y se encontraron con 6 rostros que miraban a Draco muy confusos.

−Buenas tardes señores, les presentó a su nuevo Jefe de Departamento, el señor Draco Malfoy.

− ¿Qué? –Preguntaron todos muy sorprendidos, incluso parecían ofendidos. Claro, porque Draco Malfoy no merecía trabajar para el bando de los buenos, Draco volvió a suspirar por milésima vez en ese día, ese trabajo iba a ser difícil.


Nota de la autora:

Lo sé, sé que no tengo perdón de Dios, disculpen que haya tardado tanto en actualizar y que el capítulo sea tan corto, pero es que la escuela y otros proyectos a penas y me da tiempo para dormir. Pero no quiero poner excusas, primero que nada quiero agradecerles porque la verdad no pensé que el fanfic fuera tener una reacción tan buena desde el primer capítulo, gracias a todas las personitas que me dieron amor dándole fav, favorito o dejando algún review. Tengo pensado seguir con esta historia aunque al final solo lea una persona, así que no se preocupen porque vaya a abandonar o algo así, se lo terrible que es que dejen las historias abandonadas, sufro eso muy seguido. Solo que no les prometo un día en especifico para actualizar, ya que todo depende del tiempo y disponibilidad que tenga, voy a tratar de que tengan un nuevo capítulo cada semana y que sean más largos. En serio muchas gracias por leerme y Duhkha muchas gracias por el consejo, investigaré. Bueno, eso es todo por hoy, me despido.

PS. Para las que tienen la duda, Draco no es el papá de Charlotte, nadie se imagina quien es el papá de Charlotte.

Lots of love. -Juvia