Disclaimer: Todo lo que reconozcas pertenece a J.K. Rowling, lo demás ha salido de mi cabeza necesitada de fanfictions.


Capítulo 4

-¿Cómo es que Granger tiene una hija? -Draco sonaba incrédulo.

-Cuando una mujer y un hombre se atraen, hay fuego en su mirada, no pueden resistir la tentación por lo que se acercan el uno al otro para unir sus cuerpos y... -El moreno fue interrumpido por un golpe en la cabeza.

-Deja de decir estupideces, sabes a lo que me refiero.

-Nadie sabe quién es el papá, hace casi 5 años hubo un revuelo en el mundo mágico porque en El profeta publicaron un artículo donde decían que la notable y pura heroína de guerra estaba embarazada a los 21 años, sin estar casada y sin ningún rastro del padre del bebé, Rita Skeeter se encargó de destrozar su imagen. -Le relató el pelinegro a Malfoy.

-¿En verdad no sabías nada de esto? -Preguntó Blaise.

-No, la noticia no llegó hasta Francia. -Draco estaba mintiendo, probablemente la noticia hubiera llegado hasta allí, el trío de oro que salvó al mundo mágico era conocido por todos lados pero en ese tiempo sucedió todo lo de la muerte de su padre y él estaba luchando para salir adelante con su mamá quien tenía depresión, los primeros años después de la guerra estuvo desconectado del mundo, solo se dedicaba al trabajo y a su madre.

-Que extraño, creía que la fama del trío dorado no conocía fronteras. -Dijo el moreno.

-Como sea, si es verdad lo que dicen probablemente Granger ignore mi orden. Así que brindemos por volvernos a reunir después de un largo tiempo.

Los tres amigos chocaron sus bebidas y las terminaron de un solo trago, ninguno estaba muy convencido de las palabras de Draco aunque éste intentaba sonar muy seguro de lo que decía.

...

Draco fue el primero en llegar al trabajo, quería ponerse al corriente con todo lo que pasaba en la oficina, además sabía que todos iban a tener los ojos en él. Así que no podía darse el lujo de llegar tarde, a pesar de que tenía una resaca enorme. Al principio de la noche se sintió algo inquieto por lo que pasó con Granger pero conforme avanzaba la noche y seguían bebiendo y bebiendo, olvidaron todo el incidente y se divirtieron como si no hubiera un mañana, pero lo había, y Draco estaba sufriendo las consecuencias.

Al llegar a su oficina lo primero que vio fue un sobre flotando sobre su escritorio, le pareció extrañó ya que era muy temprano para que alguien lo hubiera dejado allí. Se acercó al escritorio y abrió el sobre, entonces recordó. Era el documento que le había pedido a Granger, realmente lo hizo. Revisó el reporte y todo estaba perfectamente, muy bien redactado y con todos los detalles que había solicitado, probablemente la chica tuvo que quedarse gran parte de la noche para terminarlo. Draco Malfoy se sentía como un completo idiota.

Hermione llegó a la oficina puntual como siempre. Fue complicado dejar a Charlotte con los Weasley, después de la crisis de la noche anterior, su hija no quería que la dejará sola, pero al final consiguió calmarla y hacerle prometer que se portaría bien.

Emma saludó muy alegre a Hermione. La rizada no entendía cómo es que su secretaria siempre lucía tan radiante, ella solo quería empezar a trabajar para salir temprano y tener un buen descanso.

-Buen día, Hermione.

En verdad, esa chica tenía que dejar de ir por la vida tan sonriente.

-Buen día, Emma. ¿Te sucedió algo bueno? Luces más feliz de lo normal.

Emma suspiró. –La verdad… sí. Ayer conocí al amor de mi vida.

Hermione rodó los ojos, Emma siempre conocía al amor de su vida.

-No me ruedes los ojos Hermione, esta vez es en serio. ¿Recuerdas a Thomas Strange? ¿Él auror sensual que vino el otro día a pasarte un mensaje del Jefe de Aurores?

Ah, claro. El subordinado de Harry, lo recuerda bien, era muy atractivo y lucía como esas personas que eran conscientes de ello y se aprovechaban. Además, según lo que ella sabía, ése chico tenía novia y así se lo hizo saber a Emma.

-Sí, yo también creía eso pero me lo topé ayer a la salida del trabajo, chocamos y él tiro su café en mi blusa, se sintió muy mal y me ofreció ir a tomar algo para compensarme. Acepté y platicamos durante horas, es un chico increíble ¿y sabes qué es lo mejor? –Emma hizo una pausa dramática.- Acaba de romper con su novia, es un hombre libre. Creo que he encontrado al indicado.

Hermione miró con ternura a Emma, siempre pasaba lo mismo, se enamoraba en un día y a las semanas descubría que el chico era un idiota o que no era lo que ella realmente esperaba y lastimaban su corazón, a veces era tan ilusa.

-Emma, siempre crees encontrar al indicado y ya sabes como termina.

-Esta vez es diferente, estoy segura.

-¿Cómo estás tan segura?

-Porque leí en mi horóscopo que este mes iba a encontrar al amor de mi vida.

-¡Emma!

Su secretaria comenzó a reír. –Estaba bromeando, solo lo sé Hermione, relájate un poco, todo saldrá bien.

-Mejor volvamos a trabajar. -La castaña suspiró y retomó su trabajo.

-Claro, patroncita. –Emma estaba a punto de retirarse pero se detuvo – Cierto, Hermione, el señor Malfoy te vino a buscar hace un rato, me pidió que te dijera cuando llegarás que por favor, fueras a su oficina.

Hermione estaba estresada, no se imaginaba para que la quería si había entregado lo que solicitó a primera hora, no tenía ningún falló, ella era una perfeccionista.

-¿Sabes qué es lo que quiere?

-Nope, lo siento, fue todo lo que me dijo.

-Está bien, gracias Emma.

...

-¿Me mandó a llamar, señor Malfoy? –La castaña le habló con el tono más irónico que podía existir.

Draco no sabía por dónde empezar, probablemente disculpándose pero las palabras no le salían, no sabía por qué se estaba comportando como un niñato.

-Recibí el informe.

-Ajá.

-Y… -¡¿Por qué no le salían las palabras?!

-¿Y? –La bruja parecía enfadada. – No me digas, algo salió mal y quieres que vuelva a escribirlo, sin errores, perfecto. –Granger suspiró. -Dame el informe y dime en que me equivoqué, lo volveré a hacer.

Draco suspiró y se acomodó el cabello.

-No es eso. Yo…

-¿Tú…?

-Lo siento. –Ya, al fin lo dijo.

-¿Lo sientes? –Granger lo miraba como si estuviera loco.

¿Qué le pasaba? ¿No entendía lo difícil que era para él? –Sí, lo siento por lo que pasó ayer, fue una estupidez y un total abuso de poder de mi parte, la verdad no sé qué me pasó y no me voy a justificar, tienes todo el derecho si quieres reportarme con el Ministro.

Hermione no lo podía creer, Draco Malfoy, su némesis del colegio, el que nunca decía por favor, ni agradecía nada, estaba pidiéndole una disculpa.

-¿Lo dices en serio?

-No, solo me gusta pedir disculpas porque sí. –La rizada rodó sus ojos.

-Claro, eres Draco Malfoy, esto es lo mejor que puedo conseguir. –Hermione sonrió cansada. –No te preocupes, no te voy a reportar, pero espero que no vuelva a pasar algo así, señor Malfoy.

Draco asintió.

-Si es todo, me retiro.

-Claro.

La bruja salió de su oficina y el rubio siguió con su trabajo. No podía concentrarse, seguía pensando en su excompañera de colegio. A pesar de haber pasado tantos años, la chica no había cambiado en nada, seguía siendo igual de molesta y terca que en sus años de juventud. Pero, debía admitir que se había vuelta atractiva, no es que antes no lo fuera pero los años le habían sentado bien, ni siquiera se notaba que había pasado por un embarazo.

¿Cómo es que la nacida de muggles tenía una hija? Siempre le había parecido una mojigata. La imagen de concebir una hija antes del matrimonio y a una edad tan joven no iba con la recta de Hermione Granger. Al parecer no era el único al que la guerra había cambiado.

...

-Entonces, ¿vas a ir? –Ginny estaba en la oficina de Hermione, era la hora del almuerzo.

-¿A dónde? –Hermione había terminado rápido su almuerzo, por lo que estaba ordenando unos papeles y no le mostraba mucha atención a su amiga.

-Ay Hermione, siempre estás aquí pero no lo estás.

-¿Qué? –Hermione la miró con confusión.

-Nada. ¿Irás a la fiesta de bienvenida del Jefe de Departamento?

-¿Fiesta de bienvenida?

-Sí, ya sabes que el ministerio adora festejar por todo y prácticamente es obligatorio ir.

-No lo sé Ginny, Charlotte…

-Para, sé con lo que vas a salir, pero sabes que la fiesta es familiar y Charlotte puede ir.

Hermione sabía eso, pero también sabía que era la única persona de su edad que iba a ir acompañada de su hija, ella estaba acostumbrada a las habladurías y a las miradas sobre el hombro de las personas, pero no quería que su bebé pasará por esa incomodidad.

-Herms, deja de pensar tanto, además ¿no sería bueno para Lottie?

-¿El qué?

-Que saliera un rato, que conviviera con más personas además de nosotros y por supuesto, que conociera más niños.

Ginny tenía razón, a veces era demasiado egoísta con Charlotte, muchos pensarían que la tenía en una caja de cristal, pero es que era lo único que tenía en su vida y no quería que nada la hiriera.

-No lo sé, Ginny.

-Además, tú también necesitas relajarte un poco Herms, vamos, anímate. Incluso puedes invitar a Ron.

-¿A Ron?

-Sí, hoy llamó a Harry para decirle que iba a pasar el fin de semana en la madriguera.

-¿En serio? ¿Por qué no me dijo nada? –Hermione estaba muy emocionada, hace mucho que no veía a su mejor amigo.

-Creo que quería sorprenderte.

Hermione sonrió, a Ginny le encantaba arruinar las sorpresas de Ron.

-Eres mala, Ginny. –Hermione negó con su cabeza. –Está bien, creo que iré, si va Ron será divertido, probablemente se la pasará burlándose de los miembros del ministerio.

-Vaya vaya, quién diría que a Hermione Granger le divierte criticar al mundo.

-Al mundo no, solo a los snobs del ministerio.

Hermione y Ginny se echaron a reír, ese fin de semana sería interesante, aunque no se imaginaban que tanto lo sería.

...

-Entonces, me estás diciendo que tengo que hacer una fiesta de bienvenida para mí, en mi propia casa.

-Ajá, eso mismo.

-¿Qué demonios? –Malfoy sonaba incrédulo. -¿No se supone que hay alguien encargado para ese tipo de cosas? A mí ni si quiera me interesa esa ridícula fiesta.

-Yo soy el encargado y he decido que el mejor lugar para la fiesta es tu casa. –El pelinegro lo dijo como si fuera lo más lógico del mundo, Draco odiaba a Theodore, por más que discutiera con él sobre eso, sabía que al final terminaría perdiendo, lo mejor era rendirse.

-¿Y cuándo es esta supuesta fiesta?

-Este sábado.

-Maldición, Theo. –Draco estaba desesperado.

-¿Qué? – Theodore en cambio, sonaba de lo más tranquilo.

-¿Cómo esperas que organice una fiesta para este sábado?

-Todo está bajo control, tengo todo listo, desde que supe lo de que había un nuevo Jefe de Departamento lo planeé. Y ayer que me enteré que tú lo eras solo les di la indicación de donde dejar las cosas. –Le explicó Theodore como si estuviera relatando el clima y no que había organizado una fiesta, en su casa, sin su permiso.

-Eres todo un caso, Nott. –Malfoy suspiró. No entendía como un chico tan serio y razonable como Theo adoraba organizar ese tipo de cosas, en verdad, era de lo más raro. Nott odiaba ir a fiestas, pero cuando se trataba de organizarlas era el primero en ofrecerse como voluntario, tal vez le gustaba tener el control de las situaciones, sí, eso era lo más probable.

-Y por favor, vístete decente o al menos, vístete.

Draco se rio y Theo lo miró con reproche. Cuando eran jóvenes el pelinegro organizó una fiesta en casa de el rubio, era para un club al que los había obligado a Blaise y a él a unirse, era algo sobre sangres puras e intelectuales, la verdad es que era muy aburrido. A Draco no le había gustado la idea de que organizara algo como eso en su casa y sin su aprobación, por lo que cuando llegaron a su casa el salió a recibirlos en un traje de baño muy revelador, ya que era verano les dijo que el cocktail en realidad era un día de campo. Sus reacciones no tenían precio. En fin, los expulsaron del club y Theo lo odió por una semana. No fue para tanto.

-No lo sé, creo que a los trabajadores del ministerio les hace falta un poco de diversión.

-Draco, hablo en serio, esto es importante. Los departamentos tienen que ver que el Ministro hizo una buena elección contigo.

Draco se acomodó el cabello, su rostro lucía cansado.

-Lo sé Nott, lo sé muy bien. Quédate tranquilo, será una tarde esplendida.

Theo sonrió.

-No esperaba menos de un Malfoy.

-Ahora, vete, largo de mi oficina, pasas mucho tiempo aquí, la gente pensará que somos amigos.

-Eres un idiota Draco.

-Sí y también soy tu jefe, vuelve al trabajo.

El ex slytherin salió de su oficina, murmurando cosas como: que genio, empeoran con la edad.

Draco negó con la cabeza, ese chico nunca iba a cambiar, todos lo veían como un chico muy serio, callado y tímido, pero Blaise y él que lo conocían tan bien, sabían que cuando dejaba salir su personalidad, era el más carismático y divertido de los tres.

...

Theodore iba hacia su oficina cuando escuchó algo muy extraño, había alguien cantando en pleno Departamento de Seguridad Mágica.

-Como quisiera, que tú vivieras. Que tus ojitos jamás se hubieran cerrado nunca y estar mirándonos. Amor eterno…

Había una chica rubia, saliendo desde los elevadores cantando en lo que al parecer era español. Pero eso no era lo más extraño, su vestimenta era algo peculiar, ninguno de los colores de su vestuario combinaban pero sin embargo, armonizaban de una manera que nunca había visto en nadie antes y tenía unos extraños lentes en el rostro. Definitivamente tenía que conocer a esa chica.

El pelinegro se acercó a ella.

-Disculpa, ¿puedo ayudarte en algo?

La chica le sonrió.

-Hola, Theodore Nott.

¿Cómo es que esa chica sabía su nombre?

-¿Nos conocemos? La verdad no creo haber olvidado a alguien tan… singular, como tú.

La chica simplemente le sonrió.

-¿Sabes dónde se encuentra el despacho de Hermione Granger?

-¿Qué? Eh… claro, al fondo, primera puerta.

-Gracias, Theodore Nott.

La chica se despidió con un asentimiento de cabeza y el chico se quedó plantado allí, sin saber qué hacer, se quedó viendo a la chica dirigirse al despacho de su compañera de trabajo. Que mujer tan más extraña, aunque su rostro le sonaba de algo.

-¿Qué haces viendo el trasero de Lunática Lovegood?

Theodore saltó en su lugar y miró a Blaise enojado.

-¡¿Cuántas veces te he dicho que no hagas eso?!

Blaise tenía la maldita costumbre de aparecerse en cualquier lugar, en cualquier momento, se la vivía espantando a la gente y era realmente molesto.

-No lo sé, ¿mil? –Blaise lo miró como si no quebrará ni un plato.

Theo lo fulminó con la mirada.

-¿Qué haces aquí? –Antes de que Blaise le respondiera Theo recordó lo que le había dicho. –Dijiste ¿Lunática Lovegood?

-Sip, al parecer te gustó su trasero.

Theo se sonrojó.

-Yo no le estaba viendo el trasero a nadie. –Blaise lo miró con picardía. –Olvídalo, ¿a qué te refieres con Lunática?

-¿No la recuerdas?

-¿Debería?

-Fue con nosotros a Hogwarts, creo que era un año menor, generalmente se le veía sola pero al parecer era muy buena amiga del trio de oro. –Theo no recordaba.

-¿Por qué le dijiste Lunática?

-Ah, porque está chiflada.

El pelinegro lo miró con malos ojos.

-¿Qué? Yo no le puse el apodo. –Blaise se defendió. -¿En verdad no la recuerdas? Medio Slytherin hacia burla de ella y muchos chicos de otras casas.

La verdad es que Theodore no recordaba a muchas chicas de su época de Hogwarts, era la época en la que solo tenía ojos para su ex prometida, Daphne Greengrass.

-No, no la recuerdo. –Nott dirigió sus ojos a donde Luna se había ido.

Blaise vio la mirada en los ojos de Theo, era esa mirada que ponía cuando no podía resolver un acertijo, cuando estaba planeando algo y cuando quería conquistar a una chica. Blaise sonrió. ¿Debería decirle que Lovegood estaba comprometida? Bah, será más divertido que el pelinegro se enteré por sí mismo.


Nota de la autora:

Surprise guys, ya no me voy a justificar porque no tengo perdón pero espero que sepan que he leído todos su reviews y me alegran mucho sus comentarios, siempre que me llegaba el correo de que alguien había comenzado a seguir la historia o comentado algo me estrujaban mi corazoncito de pollo. La verdad no pensé que el fanfic atraería a tantas personas, muchas gracias en verdad. Les pido una disculpa por que no les puedo prometer que actualizaré más seguido pero si les puedo prometer que está historia tendrá un final, no se quedará inconclusa y aún le falta mucho por recorrer. Espero que me acompañen.

Entre otras cosas, estoy muy triste por la muerte de Juan Gabriel, era una artista al que admiraba mucho desde pequeña (soy Mexicana por si no lo había mencionado nunca) y me deprime, por eso me tomé el atrevimiento de hacer un guiñó a él como un pequeño homenaje, tal vez lo notaron. En fin, en la mañana mataron a mi personaje favorito de mi manga favorito así que estoy muy deprimida pero terminar este capítulo me puso mejor, espero que les guste, nos vemos en mil años.

PS. Si me dejan reviews bonitos tal vez nos veamos en solo doscientos años :')

-Lots of love Juvia.