Disclaimer: Todo lo que reconozcas pertenece a J.K. Rowling.
Capítulo 6
Draco despertó temprano ese día, Theo había arribado al amanecer; para preparar las cosas de la fiesta. Draco no entendía por qué Theo se tomaba la fiesta tan en serio y con tanta precipitación, eran magos, todo estaría listo en segundos con un movimiento de varita. Pero su amigo decía que había más satisfacción al hacer las cosas por sí mismo. Draco seguía molesto, no quería una fiesta de bienvenida y mucho menos quería ser el anfitrión. Así que simplemente dejó que su amigo se encargará de todo.
El mago pidió a Tiny que le preparará el desayuno y se lo llevará a su estudio. El estudio de Draco era una de las habitaciones más grandes de la mansión. El estudio solía ser una habitación secreta en la que su padre guardaba artificios oscuros, Draco destruyó los que pudo y los demás los entregó al Ministerio de Magia. Ahora esa habitación era su estudio y biblioteca privada, la mansión contaba con una biblioteca más grande y completa pero; la que se encontraba en su estudio tenía una colección personal, tenía un valor sentimental para él. Contaba además con un escritorio de madera para su trabajo y un sillón que podía convertirse en cama, para cuando pasaba noches trabajando. Finalmente, su posesión más preciada se encontraba también en ese estudio: su piano. Era un viejo grand piano que estaba en la familia desde hace generaciones. Pocos sabían el talento que Draco Malfoy tenía para la música: sus amigos más cercanos y aquellos sangre puras que lo habían escuchado alguna vez en las fiestas que sus padres solían organizar.
Draco tocaba el piano desde niño, era de las pocas cosas que había aprendido porque quería y no porque sus padres lo obligaban, por lo tanto; siempre fue su refugio, y un lugar de escape cuando no sabía qué hacer o a dónde ir. Sin embargo, con los años había dejado de tocar, sobre todo después de la guerra: no se sentía correcto. No fue hasta hace poco que comenzó a tocar de nuevo.
Al terminar su desayuno que Tiny le había preparado, decidió tocar un poco, necesitaba relajarse si quería soportar durante todo el día a la gente del Ministerio.
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Draco veía desde la ventana de su estudio como Theo recibió a los invitados, éstos habían comenzado a llegar hace una hora, lo que significaba que él tendría que hacer acto de presencia dentro de poco.
Había decidido usar un pantalón de seda blanco con una guayabera blanca que había comprado en un viaje a México que hizo hace algunos años por trabajo. Era cómodo y además seguía manteniendo un toque de formalidad. Draco decidió bajar al jardín y participar de la fiesta, su mesa se encontraba casi en el centro, era la misma mesa de Theo y Blaise, quiénes venían acompañados de Pansy y Daphne, los cuatro eran grandes amigos desde pequeños. Aún faltaba tiempo para la recepción por lo que decidió ir a caminar un rato por el lugar.
Draco se encontraba cerca del lago, cuando notó a dos niños salir corriendo como si estuvieran huyendo de algo. ‒ ¡Alguien se ahoga en el lago! - gritó otro niño que había visto la escena que había ocurrido hace un segundo. Draco giró su cabeza hacia donde el niño apuntaba y vió que había una pequeña tratando de salir del agua, sin pensarlo corrió hacia ella y entró al lago, éste no era muy profundo por lo que él podía simplemente entrar y permanecer de pie. Tomó a la niña en sus brazos; estaba temblando. La sintió aferrarse a él y volteó a verla.
- ¿Estás bien? - le preguntó el mago a la niña pero ésta no le contestó. Debía de estar en shock, pensó Draco.
La pequeña comenzó a llorar, Draco se puso nervioso, no sabía qué hacer, nunca había sido bueno consolando a las personas. Abrazó a la niña mientras acariciaba su cabello vacilante y le daba palabras de aliento.
Todo va a estar bien, tranquila.
- ¡Charlotte! - Una mujer llegó corriendo a donde se encontraban y le arrebató a la niña de los brazos. Debía ser su mamá.
- ¿Estás bien, mi vida? - la mujer estaba agachada sosteniendo a su hija en brazos, por lo que lo primero que notó Draco fue su cabello, el cual reconoció al instante, acababa de salvar la vida de la hija de Hermione Granger.
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Hermione no quería soltar a su hija, la sostenía en sus brazos mientras Lottie se escondía en su pecho y su mamá acariciaba su cabello. Hermione casi perdía a la razón de su vida. Se sentía tan culpable nunca debió haberla traído a la fiesta. Hermione se encontraba bailando en la pista con Ron, cuando escuchó a una niña gritando que alguien se ahogaba, lo primero que hizo fue ver hacia el lugar donde se suponía que Lottie se encontraba pero no la veía por ningún lado. En ese momento sintió como si se le saliera el alma del cuerpo. Corrió en dirección al lago, un hombre sostenía en brazos a su pequeña, el tiempo se detuvo. Sin pensarlo tomó a su pequeña y la abrazó con todas sus fuerzas.
- ¿Estás bien, mi vida? - le preguntó a su hija. Sin darse cuenta había empezado a derramar lágrimas. ‒ Perdón, perdón. - Hermione se sentía tan culpable. Nunca debió haberla traído a la fiesta, pensaba.
Lottie comenzó a llorar desconsoladamente, no quería ser una carga para su mamá pero lo había sido. Había hecho que se preocupara y se sentía triste. Quería decirle que no era su culpa, que todo estaba bien pero no podía, las palabras no salían. De repente escuchó que el ángel le hablaba a su mamá y se sintió más tranquila. Lottie soltó a su mamá y se lanzó a los brazos de Draco Malfoy.
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Draco sintió ganas de ayudar a Granger. Pero sobre todo no quería que esa pequeña volviera a llorar. Por lo que sin pensarlo habló: - Granger, creo que deberíamos entrar a la mansión para tratar de calmar a tu hija. - Tan pronto las palabras salieron de sus labios, sintió como la niña se lanzaba a sus brazos. Sin embargo, esta vez Draco no se quedó en shock y la sostuvo dulcemente. - Vamos, Granger. - Draco sostenía con una mano a Lottie, mientras que su otra mano la extendió hacia Hermione Granger, que aún se encontraba agachada en el piso.
Hermione tomó vacilante la mano de Draco Malfoy y juntos caminaron hacia la mansión. Sin importarles, como todo mundo los observaba y susurraba sobre todo lo que acababa de pasar.
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Draco las llevó hacia su estudio, era el lugar más tranquilo de su mansión, además que era el único que probablemente no le traería malos recuerdos a Granger. Lottie estaba más tranquila pero seguía llorando. Draco decidió intentar lo que lo calmaba a él: el piano. Fue a sentarse enfrente de él mismo con la niña aún en brazos. La sentó en su regazo mientras él comenzaba a tocar. Sintió como el llanto de la pequeña cesaba. Tocó y tocó hasta que observó que la pequeña se encontraba recargada en su pecho. Lottie se había quedado dormida. En ese momento Draco se detuvo y llamó a Tiny.
Cuando esta apreció Draco le pidió que hiciera aparecer una cama en el estudio. Ella así lo hizo y Draco depositó a Lottie en ésta con sumo cuidado.
Hasta ese momento Hermione no había dicho palabra alguna. Aún seguía pensando en que casi había perdido a su hija. Además que todo lo que estaba pasando le parecía muy irreal. Draco Malfoy, su némesis durante más de una década había salvado a la razón de su existencia y no solo eso, la había apoyado y cuidado como si en verdad estuviera preocupado por ella. No entendía cómo Lottie se había comportado de esa manera, era muy difícil que actuará con naturalidad alrededor de extraños, había tomado mucho tiempo para que se sintiera a gusto incluso con los Weasley.
- ¿Estás bien? - Hermione despertó de su trance cuando Draco Malfoy le habló. Era lo primero que le decía desde que habían llegado al estudio.
- Eh… sí… - Hermione no sabía qué decir, definitivamente no se encontraba bien pero no era una conversación que quisiera tener con él.
- Eso me suena a que no lo estás. - Draco llamó de nuevo a su elfina y le pidió que preparará un té con un poco de poción calmante.
- No, no, en verdad estoy bien. Solo necesito procesar todo lo que ha pasado. - Hermione insistió en que no era necesario que le diera nada pero Draco hizo caso omiso y a los pocos minutos la elfina había aparecido y le había entregado el té a Hermione.
- Muchas gracias… - Hermione sonrió.
- Tiny. - dijo de repente Draco.
- ¿Qué? - Hermione lo miró confundida.
- El nombre de mi elfina es Tiny.
- Muchas gracias, Tiny. - Hermione repitió.
- De nada, señorita Granger.
- ¿Cómo sabes mi nombre? - Hermione parecía sorprendida.
- No hay nadie en este mundo que no conozca a los héroes de guerra, señorita. - Tiny respondió, parecía un poco avergonzada. Era la primera vez que conocía a alguien tan importante. El joven Malfoy rara vez tenía invitados.
- Ah… claro. - Hermione sonrió levemente, para ella nunca iba a ser normal ser llamada de esa manera.
- Tiny, puedes retirarte. Muchas gracias. - Draco le sonrió a su elfina.
- De nada, joven Malfoy. - Tiny hizo una pequeña reverencia y se retiró.
- Hubo un silencio por varios minutos después de que Tiny se retirará, pero no era incomodo, simplemente ambos estaban organizando sus pensamientos.
- Hermione se levantó de la silla en la que se encontraba sentada y se acercó a la cama dónde Draco había depositado a su hija hace unos momentos. Se sentó sobre ella y comenzó a acariciar el cabello de su hija, estaba tan feliz de que Lottie estuviera bien. Sin ella su vida simplemente no tendría sentido.
- ¿Cuántos años tiene? - Draco le preguntó a Hermione.
- Lottie tiene 4 años, casi 5… - Contestó Hermione y en ese momento recobró la razón. Tenía que agradecerle a Malfoy por todo lo que había hecho. - Malfoy… gracias. Muchas gracias - la bruja miró al mago directamente a los ojos. Draco podía sentir su sinceridad. - Si tú no la hubieras salvado no sé qué habría pasado, yo… la hubiera perdido y… - en ese momento Draco la hizo callar.
- Basta, Granger. No pienses en eso, no tiene caso que te atormentes. Ella está bien y eso es lo importante. - Draco dijo firmemente. - Además, no tienes que agradecerme nada. Hice lo que cualquier persona hubiera hecho.
- Pero no fue cualquier persona la que lo hizo, fuiste tú. - Hermione sonrió. - Y te voy a estar eternamente agradecida.
Draco apartó la vista, se sentía raro que la bruja le hablará de esa forma, además que en verdad no tenía por qué agradecerle tanto. Hizo lo que cualquier persona en su sano juicio hubiera hecho.
- Si bueno. De nada, supongo. - Draco era muy malo cuando se trataba de sentimientos sinceros. Disculpas, agradecimientos. Siempre prefería tratar todo con humor, pero no creía que en este caso fuera lo correcto.
- No entiendo qué es lo que pasó, Lottie nunca se hubiera acercado al lago porqué sí. Nunca se hubiera movido de su lugar sin una razón. - Hermione sonaba pensativa y preocupada, tal vez algo más le estaba pasando a su hija y no se había dado cuenta. Sin embargo, esos pensamiento se fueron cuando Malfoy habló.
- Creo que podemos descubrir lo qué pasó. Tengo cámaras que vigilan la mansión las 24 horas. - dijo Draco como si fuera lo más normal, mientras sacaba su celular.
- ¡¿Cámaras?! - Hermione preguntó impresionada. - ¿Y desde cuándo usas un celular? - Hermione estaba muy confundida.
- Sí, creí que tú siendo muggle estabas familiarizada con esos dispositivos. - Malfoy la miró con el ceño fruncido.
- Claro que estoy familiarizada con las cámaras y los celulares. - Hermione rodó los ojos. - Solo estoy impresionada de que tú sepas qué es y aún más impresionada de que tengas un artefacto muggle instalado en tu mansión. - Y estaba aún más sorprendida de que no la había llamado sangre sucia, ni parecía decir la palabra muggle con condescendencia. Pero no pensaba decirle eso, no quería iniciar una pelea.
- Es por seguridad. Además, al ser un artefacto muggle los magos no están familiarizados y ni siquiera lo notan. Y el celular, bueno, no creo que tenga que explicar, probablemente tú tienes uno también. - Explicó Malfoy, mientras buscaba algo en una aplicación. - Lo encontré. - El mago se acercó a ella y le mostró el celular. - Son las imágenes alrededor de esa hora, lamentablemente no podemos escuchar, pero podemos saber qué pasó.
Hermione hizo un espacio para que Draco se sentó a lado de ella y juntos observaron las imágenes, en las mismas vieron todo lo que había pasado. Los niños hablándole a Lottie, ella no respondiendo, estos enojados llamando a su elfo doméstico y el elfo doméstico tomando el libro de la niña, para que los niños lo aventaron al lago. Hermione no lo podía creer, estaba furiosa e indignada, no entendía cómo unos niños podían hacer algo así. Sin embargo, Draco sabía que los niños, especialmente los sangre pura podían ser perversos.
- ¿Conoces a esos niños? - le preguntó Draco a Hermione.
- Creo que son los hijos de Zacharias Smith. Recuerdo que él me los presentó alguna vez. ¿Cómo pudieron hacer algo así? - Hermione sonaba muy decepcionada.
- Bueno, de tal palo tal astilla. - Draco intentó romper el hielo. - Así como tú, al parecer Lottie toma muy en serio sus lecturas. - Draco sonrió. - Los ignoró completamente para centrarse en su libro.
Draco esperaba que Hermione rodará los ojos, se enojará o se riéra, pero no fue así. Simplemente lo miró por un segundo y después habló.
- No los ignoró… - Hermione suspiró. - Charlotte no puede hablar.
- Oh, perdón. - Draco estaba confundido. - Lo siento, no lo imaginaba. No es común que un mago sea mudo, al menos que… - Draco la miró pensativo. - ¿Es una squib? Pero es muy pequeña para estar seguros.
Hermione rió por primera vez, Malfoy lucía como si en verdad estuviera pensando en diferentes posibilidades de porqué era muda. Era la primera vez que alguien reaccionaba de esa manera, la primera reacción de todos era simplemente no preguntar del tema o recomendarle hechizos, como si ella no lo hubiera tratado ya, por eso nunca presentaba a Lottie con extraños.
- No es eso. No se trata de algo físico… tiene un trastorno que los muggles conocen como mutismo selectivo. - Hermione sonaba un poco avergonzada, la reacción de los magos que conocían esta historia siempre la trataban como si fuera una mala madre, pensando que simplemente no sabía utilizar magia y no sabía cómo ayudar a su hija. - Ningún médico en el mundo mágico ha sabido cómo ayudarla y un psicólogo, un médico muggle, empezó a tratarla hace un tiempo, está mejorando poco a poco pero aún no ha dicho ninguna palabra.
- Claro, los psicólogos muggles son mucho mejores que los magos cuando se trata de la salud mental. Creo que tomaste una buena decisión al llevarla. Puedo preguntar, ¿cómo es qué Lottie desarrolló ese transtorno? - Draco preguntó sinceramente, sin ningún tono de sarcasmo en su voz. Draco estaba familiarizado con eso muy bien, durante su depresión él había buscado la ayuda de un muggle.
Hermione estaba muy conmovida. Era la primera vez que alguien reaccionaba de esta manera. Incluso Harry, siendo muggle seguía teniendo un poco de estigma hacia los problemas de salud mental.
- Lamentablemente no, el psicólogo dice que sería mucho más fácil si supiéramos el origen, pero por más que he tratado de pensar no hay ningún acontecimiento que pudo haber sido traumante para ella. - Hermione sonaba muy decaída, la culpa siempre la carcomía, si fuera una mejor madre tal vez Lottie estaría mejor.
- Hey, ¿estás bien? - Draco la miró. - Sé que probablemente estás pensando en toda la culpa que sientes por no poder ayudar a tu hija. Sé que no es mi lugar hablar pero creo que estás haciendo lo mejor que puedes, es normal él no saber, él desconocer. La niña es muy pequeña, sinceramente cualquier cosa pudo haber sido el detonante. Como dije hace rato, no tiene caso que le des tantas vueltas. Estoy seguro que pronto va a mejorar. - le sonrió. - Sin embargo, hay algo que sí podemos hacer en estos momentos, y es hablar con Zacharias Smith. Esos niños tienen que recibir un castigo. - Draco sonaba furioso. Aunque sabía que los niños podían ser crueles, eso no justifica nada.
- No quiero hacer de esto un problema más grande, además que quisiera que Lottie descansará un poco más y no pienso dejarla sola. - Hermione volvió a acariciar el cabello de su hija.
- Entonces, esperaremos a que ella despierte. - Draco fue y se sentó en el piano de nuevo.
Hermione lo miró confundida. - ¿Qué?... No, Malfoy, tú deberías regresar a la fiesta. Es tú fiesta y ya te hemos dado demasiados problemas.
- Estoy seguro que Theo tiene todo solucionado, además aún falta una hora para el banquete, prefiero pasar ese tiempo tocando el piano que en una fiesta con puros snobs.
- Pero… -Hermione iba a empezar a discutir pero se calló cuando Draco comenzó a tocar de nuevo. Hermione simplemente cerró los ojos y se dejó llevar por las notas que escuchaba, al poco tiempo Hermione también se quedó dormida, a un lado de su pequeña.
Nota de autora: He vuelto. Dios mío, tanto tiempo. Han pasado tantas cosas en mi vida pero no me he olvidado de esta historia. Como les dije, lo voy a terminar aunque me tome tiempo. Muchísimas gracias a las personas que lo siguen leyendo y me siguen dejando sus reviews, en verdad que siempre los leo y no saben lo feliz qué me hacen. No pensé que está historia le fuera interesar a nadie, en verdad trataré de ser constante pero no puedo prometer nada, pero de que vamos a llegar hasta el desenlace, lo vamos a hacer. Disculpen mucho el formato, no tengo word desde hace un tiempo y he estado usando google drive, pero al momento de importarlo el formato cambia, trataré de solucionarlo para el próximo capítulo, pero tan pronto terminé este no quería dejarlos sin él. La canción que Malfoy toca cuando quiere calmar a Lottie se llama Kimi Ga Kureta Mono del anime AnoHana. ¿Creen que haya alguna razón por la que la escogí o simplemente porque me gusta? ;) Nos leemos el siguiente capítulo. - Lots of love, Juvia.
