Línea del Tiempo: Entre X – men 1 y X – men 2

Resumen: Rogue se encuentra recibiendo atenciones de un admirador secreto luego de que Bobby decide dejarla por Kitty Pride. Es de los conocidos "y si hubiese sucedido así." Me encantan.

Aclaración: Los personajes de X-men y Marvel no me pertenecen, solo los he tomado para jugar un ratito con ellos y tan pronto termine, los devuelvo.

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A veces nos equivocamos y tomamos decisiones incorrectas que pueden afectarnos el resto de nuestros días. Yo cometí ese error. Pero fui tan agraciada que alguien muy allegado a mi corazón… No; rectifico lo que acabo de decir, alguien que es todo en mi vida y que se ha convertido en mi corazón me ayudó a ver mi error y enmendarlo. Por siempre le seré agradecida y por siempre será suyo mi corazón.

¿Cómo comenzó mi génesis hacia mi redención? El día exacto no lo sé pero si lo que aconteció. He decidido que así será el modo como los enumeraré:

Día 1

Ese día empezó de igual manera que los días anteriores a ese. Al abrir mis ojos esa mañana lo primero que desee es nunca salir de mi cama. Enfrentar otro día en que vería a Bobby con Kitty, era humillante y deprimente. Seamos honesta, ninguna mujer le agrada saber que ha sido sustituida por otra. Es una idea que juega con tu auto estima y acaba con ella. Y para males de colmo, extrañaba a mi lobo. Cuando llevas a una persona en tu cabeza no es difícil encariñarse con ella. ¡Añoraba tanto su regreso!

Estaba en el segundo periodo de mis clases vespertinas. Traté de sentarme lo más alejada posible de la nauseabunda pareja. Junto a mi estaba John. Era increíble lo bien que había tomado todo. Luego de yo aceptar ser novia de Bobby, John había comenzado a cortejar a la gatita, la misma que había utilizado sus uñas para arrebatarme mi novio. Estuvo algo molesto los primeros días que ese par de inconscientes comenzaron su noviazgo pero lo superó inmediatamente. ¡Cómo me hubiese gustado hacer lo mismo!

Tocaron a la puerta del salón y el señor Summers acudió a esta para abrirla. Entró un jovencito con un hermoso ramo de flores.

-Muy bien¿quién de ustedes don juanes aquí presente ordenó este ramo? – preguntó el señor Summers.

Le di una ojeada al salón, curiosa de ver quien había sido y para quien. Nadie contestó.

-Con que estamos algo tímido¿eh? –

El señor Summers tomó la nota que traía el ramo y la leyó. En su rostro apareció una fugaz expresión de desconcierto. Mi gran sorpresa fue cuando me miró y me dijo:

-Creo que son para ti, Rogue. –

-¿Para mí? – estaba perpleja.

-Bueno, no tiene tu nombre pero su dedicatoria lee así: "A mi dulce y bella sureña" No hay nadie presente en el salón que provenga del sur, solo tú. –

Arrebolada, caminé hacia el joven, le murmuré un gracias y tomando el ramo, me dirigí de regreso a mi asiento. A mi lado, John abría y cerraba su encendedor como de costumbre y con indiferencia me preguntó:

-¿Te gustan? –

Por un segundo creí que él era el responsable pero inmediatamente deseché la idea. Solo éramos buenos amigos, además de que no podía visualizar a John haciendo algo así.

-Son hermosas. –

-¿Quién crees que te las envió? –

-No sé. – y me alzé de hombros.

-Debe de estar muy enamorado de ti. Se ven que son muy costosas. – y haciendo una mueca, añadió, - Al menos yo no desperdiciaría mi dinero de esa forma. –

-Eres un aguafiestas, John. –

-¡Ah! Pero así me quieres¿no? – y me envió una sonrisa petulante.

Yo intenté mirarle de manera reprobatoria y le ignoré. Entonces, casi en voz inaudible me dijo: - Disfrútala, te lo mereces. –

Yo lo miré; estaba tan absorto en lo que escribía en su libreta que dudé haber escuchado bien. Volviendo a ignorarlo, me dediqué a escuchar al señor Summers.

Día 4

La conmoción de las flores ya estaba desvaneciendo. Jubilee y Syrin casi habían olvidado lo sucedido y no me importunaban con su interrogatorio. Ya había sido reemplazado por otro chisme del momento. ¡Ah, cómo nos gustaba chismorrear a nosotras las jóvenes! Nos encontrábamos sentadas en la mesa de la cocina, devorando un helado de chocolate cuando entró Bobby con un extraño personaje. Las tres le lanzamos una curiosa mirada.

-Dice que tiene un mensaje para la belleza sureña. –

Yo sentí mi rostro palidecer. El hombre, vestido a la usanza de la edad media, hizo una genuflexión con su cabeza hacia nuestra dirección.

-¿Quién es la hermosa dama que ha capturado el corazón del galante caballero que me ha enviado? –

Yo enrojecí al escuchar las risitas de Jubilee y Syrin.

-Ella. – exclamaron las que decían llamarse mis amigas y me señalaron.

-Dama de belleza sin igual. Ahora comprendo el porque de la perdición de tan agraciado hombre. Cualquiera que pose su mirada sobre vuestra hermosura no podría continuar siendo el dueño de su corazón.-

Bobby carraspeó. Lo miré extrañada, juraría que estaba molesto por toda la situación.

-¿Es ese el mensaje? –

-¡Oh no, mi buen hombre!- y el hombre me miró, yo pensé que debía recibir un buen sueldo para hacer algo tan bochornoso, - Se me ha elegido para decirle a vuestra merced lo siguiente:

Podrá nublarse el sol eternamente;

Podrá secarse en un instante el mar;

Podrá romperse el eje de la tierra

Como un débil cristal.

¡Todo sucederá! Podrá la muerte

Cubrirme con su fúnebre crespón;

Pero jamás en mí podrá apagarse

La llama de tu amor. -

A mi lado escuché ¡Ohes! y ¡Ahes! Seré sincera. La hermosa poesía me conmovió en mi interior. Ahora sentía una necesidad imperante de conocer quien era mi admirador secreto. El galante hombre se acercó a mí y de la nada hizo aparecer una roja rosa, diciéndome: - Para la dulce y bella sureña. –

Yo tomé la flor y no pude evitar llevarla a mi rostro para aspirar su delicioso aroma.

-Gracias. – murmuré.

El hombre volvió a hacer una genuflexión y abandonó la cocina.

-¡Dios mío, Rogue! Eso fue… -

Yo comencé a reír al ver a Jubilee hacer un gesto imaginario de arrojarse aire con un abanico.

-Debemos comenzar a hacer nuestras propias investigaciones… -

-No puedo creer que se lo estén tomando como un juego. – Bobby interrumpió a Syrin, -Por todo lo que sabemos, podría ser un asesino en serie con una compulsiva obsesión hacia Rogue. -

Yo miré furiosa a Bobby. ¿Cómo se atrevía a ser tan insolente y arruinarme ese momento que yo consideré era uno especial?

-¿Sientes amenazada tu hombría, Drake? -

Esa voz gruesa la reconocería en cualquier lugar. St John Allerdyce. Ahora, lo que sí me sorprendió fue haber sentido un estremecimiento agradable al escucharlo. Debía ser el peculiar cariño que estaba comenzando a tomarle. Además de Jubilee y Syrin, mis momentos libres los pasaba en su compañía. Los cuatros miramos hacia uno de los extremos de la cocina. De pie, reclinado contra la pared, miraba la lengua de fuego que bailaba en su encendedor.

-¿Qué insinúas, Dyce? –

-Tú sabrás. –

Por un momento me asusté. Los ojos aguamarina miraron los azules con petulancia y retadores. No necesitaba ver que Bobby había cerrado su puño para transformarlo en hielo. Ese pedazo en mí que era parte de Wolverine lo pudo sentir y oler.

-Hazlo, por favor. – en la voz de John escuché el velado tono provocativo.

Entonces sospeché que estaba equivocada, que quizás esa imagen de indiferencia ante la perdida de Kitty era una falsa. Sino¿qué otra razón podía existir para que John estuviera deseoso de una confrontación con Bobby? Sentí miedo ante la posibilidad de una pelea entre esos dos… y cierta melancolía, que no pude entender de donde provenía. Decidí que no podía quedarme de brazos cruzados.

-¡St John Allerdyce¿Qué demonios crees que haces? –

Para mi total sorpresa, él cerró abruptamente su encendedor. En su mirada aguamarina pude captar cierto brillo de arrepentimiento. Se irguió y me dijo:

-Me alegra saber que tienes un admirador secreto. Una chica como tú los debería de tener, a contrario de lo que opina aquí el helado ambulante. –

Y abandonó la cocina.

-¡Qué susto! Por un momento pensé que habría una guerra en la cocina. – escuché a Jubilee decir pero como si estuviera a miles de kilómetros de mí; ni tan siquiera me percaté de que Bobby también se había marchado.

Pensaba en John y en lo que debía estar sufriendo en silencio por Kitty. Traté de luchar contra la extraña sensación que se apoderó de mí ser. Temía reconocer lo que sentía… Eran celos. Pero no debía sentirlos, después de todo John solo era un buen amigo, el hermano que nunca tuve. ¿No?

-Tierra a Rogue. – y sentí que Jubilee sacudía su mano frente a mí.

-Debe de estar soñando con su admirador secreto. – capté en la voz de Syrin un tono de ensueño.

-De eso quería hablar. – nos informó Jubilee. – Tenemos que planear; formar un equipo de investigación a lo Ley y orden: acción criminal.

Yo voltee mis ojos, a veces Jubilee podía ser tan sobre dramática.

Esa noche, en mi cama comencé a pensar en mi admirador secreto, tratando de discernir quien podría ser de los chicos. Y segundos antes de quedar dormida, a mi cabeza vinieron unos ojos aguamarina.

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Nota: La poesía pertenece a Gustavo Adolfo Bécquer, Rima LXXVII .