Disclaimer: Los personajes y el universo le pertenecen a JK Rowling. Solo la historia me pertenece. No obtengo beneficios lucrativos ni económicos al escribir.
Capítulo 02.
Jayren le había advertido la primera vez que viajó por las sombras que podía sentirse un tanto agobiado y con frío. Así había sido. Dijo que viajar con su familiar sería menos intenso y aunque Harry tuvo que sostenerse de Storm durante unos minutos debido a que le temblaban las piernas, no fue tan malo como cuando viajó solo con Jayren y su familiar.
Durante unos segundos no podía entender lo que veía. Sabía qué era, pero se sentía desconcertado.
Pensó que la academia sería toda negra, oscura y fría. Sí, había escuchado las quejas de su mentor durante toda la tarde acerca del estigma que se les daba a los demonios, pero era difícil el pensar de otra manera.
Así que durante un momento solo miró, aferrado a su perro familiar, y se echó a reír.
No había nada sombrío hasta donde alcanzaba a ver.
-Por todos los infiernos, Harry. No me digas que te has roto. No quiero que estés roto. Estoy muy entusiasmado con un tutelado.
Eso sacó al mago de sus pensamientos pero no dejó de reír.
-Oh, por todo lo impío, lo he roto.
-No, estoy bien. Solo me estaba riendo de cosas sin importancia.
-Menos mal, porque encontrar otro estudiante sería tedioso y aburrido hasta las lágrimas.
-Entonces... ¿Qué hacemos ahora?
-Obviamente está la clasificación. Tenemos que saber donde ponerte. Si fueses un demonio de luego sería absurdo que dieras clases que tuvieran que ver con el elemento agua. Tendrás algunas clases con todos, pero después están las especializadas para cada elemento.
-¿Que seas mi mentor no quiere decir que yo sea de agua también?
-Nop. Un mentor no tiene necesariamente que compartir la misma afinidad elemental que el estudiante.
-Vale... ¿Y cómo me van a clasificar? ¿Con un sombrero?
Jayren se echó a reír.
-¿Qué? ¡No! Qué cosa más rara para decir. No. Vamos a salir de la sala de transporte, que es esta, e iremos a conocer a la directora. Después de eso, te colocarás en el cilindro elemental y mientras todos los alumnos miran, serás colocado en una categoría.
-¿Sala de transporte? -Harry miró a su alrededor el lugar circular lleno de ventanas que mostraban la academia.
-Sí. Esta es una de las salas de llegada y partida. Cuando quieras salir, tienes que venir aquí o a una de las otras salas iguales a esta. Hay veinte. Los demás lugares están protegidos para que nadie viaje a donde no le está permitido. Y cuando vengas a la academia aparecerás en una de estas salas también... A no ser que tengas una emergencia y entonces aparecerás en la enfermería. También puedes salir por allí pero solo si el sanador lo autoriza.
-Está bien. -Harry rascó a Storm tras las orejas distraídamente. No me gusta eso de que me esté mirando tanta gente mientras un tubo raro me prueba, pero supongo que estoy acostumbrado.
-¡Ese es el espíritu! -Jayren le dio una palmada entusiasta en la espalda.
Harry suspiró. Esperaba que no fuese un espécimen raro para mirar como a un perro en un concurso de belleza. A veces parecía como si algunas personas esperaran que sucediera algo grandioso solo porque estaban delante de él.
-Vamos entonces. La directora Gainesborough está esperando. Ella sabe que estamos aquí. Todo el que entra y sale de las salas de transporte o de la enfermería se registra en el libro y el libro está en su despacho.
Harry pudo ver algunas personas que caminaban por los pasillos e incluso volaban o se deslizaban por el agua.
Era una escuela bastante curiosa y especial según podía ver.
-¿Es un elemental de aire? -Preguntó cuando vio a una joven con alas que volaba sobre ellos.
-En efecto.
-¿Quiere decir eso que ya que no tengo alas, cola de pez o aletas no soy elemental de agua ni aire?
Jayren negó con la cabeza y le hizo pasar a otro pasillo a través de una puerta giratoria.
-No es necesariamente así. Hay elementales de aire sin alas y hay elementales de agua que las tienen. El aspecto físico no te clasifica automáticamente en un elemento
-Suena complicado y engorroso. -El joven mago opinó.
-Sí. ¿Pero qué tendría de divertido hacer las cosas simples?
El menor le dedicó una mirada poco impresionada a su mentor.
Al menos no estaba yendo a ciegas y solo por aquí.
-¿Hay ascensores? ¡Genial! Subir y bajar tantas escaleras en Hogwarts era un suplicio.
-No es el único medio de subir o bajar. Podemos ser muy creativos si queremos. -Jayren se mostraba engreído.
Al salir del ascensor se toparon con cuatro hombres que se parecían mucho a Jayren. Junto a ellos había adolescentes como él que miraban también a su alrededor con curiosidad a la recepción a la que habían llegado.
Le pareció reconocer a alguien pero no podía ser. ¿O sí? Así que miró atentamente y sí, sí que se conocían. No habían interactuado mucho, pero compartían clases a menudo.
-Ellos son mis hermanos. Jonah, Jude, Josh y Jem.
-El pequeño Jayren también ha conseguido un estudiante. Ya era hora, ¿eh?
-Lo bueno se hace esperar, Jude.
Harry se ruborizó. ¿De verdad tenía que ser el centro de atención?
-Bueno, pequeños demonios. Es aceptable que saquéis vuestros atributos. -Jonah les dijo.
-No los íntimos, ¿eh? Mi estudiante anterior lo hizo y fue... En fin. Algo que no comentaré. -Jem añadió.
Los adolescentes obedecieron y también Jayren. Harry se sintió más ligero con ellos fuera. Si hubiera estado solo acariciaría su cola. Se veía suave y por la mañana había estado demasiado alterado como para disfrutar de sus nuevas adiciones.
Era aterrador, pero pasar tiempo con Jayren lo había calmado.
Una puerta se abrió entonces. Harry había estado tan concentrado en los hermanos de Jayren y sus tutelados que no se había dado cuenta de ella. No sabía cómo podía habérsela perdido porque era muy ornamentada y vistosa.
Tal vez la vista de su compañero mago le había distraído.
-Adelante, vosotros cinco y compañía. Sois los últimos y la clasificación no tardará. -La directora, una mujer de sonrisa amable los llamó. -Los perros pueden quedarse fuera o hacerse pequeños. A elección vuestra, muchachos y muchachas. -Añadió al ver a las estudiantes de Jonah y Josh.
Ella se presentó y les habló de las reglas de la academia. Eran todas aceptables y tenían sentido. Sobre todo la de no utilizar los elementos ni los poderes secundarios contra otras personas a no ser que estuvieran practicando duelos.
-Vuestros mentores os hablarán de las posibilidades tras acabar el año. También del reino de los demonios. Al menos a quienes no sois de aquí. -Miró cálidamente a Harry y a su compañero de clase. Adelante entonces. La clasificación comenzará pronto y la cena irá después. Bienvenidos a Inferno academy. Espero que os encontréis a gusto aquí.
-Mamá nos querrá para cenar el domingo. -Jonah dijo antes de que todos se separaran.
-Y no aceptará excusas esta vez. No cuando Jayren tiene un estudiante. Querrá oír todo acerca de él. -Jude estuvo de acuerdo.
-Maravilloso. Cena familiar. -Jayren gruñó.
El ascensor se cerró entonces y Harry y él se quedaron solos.
-Tengo mucho más para decirte. Pero es necesario. Así que espero que no te explote la cabeza por tanta información. -Bromeó.
-Te escucho. Estoy listo. Seguro que no puede haber nada peor que saber que estás destinado a matar o a ser asesinado por un loco que mató a tus padres.
-Ese cara de serpiente no sabe qué se le vendrá encima. Vas a ser poderoso y tendrás aliados demoniacos. No va a saber qué le golpeó.
Harry le sonrió. No se sentía tan desesperado de repente.
Resultaba que la academia era como Hogwarts. Solo que esta empezaba a los ieciséis y la mayoría de gente eran demonios que habían estudiado en otro conjunto de edificios que formaban parte de la misma academia. Estaban en el nivel alto que duraba de los dieciséis a los veinte. Quienes venían de fuera tenían que ser clasificados porque no sabían a qué elemento pertenecían y también los demás demonios porque los elementos no se presentaban hasta los dieciséis.
Harry se sentía algo cauteloso porque no sabía cuánto tiempo permanecería en la academia ni si se perdería su sexto año en Hogwarts...
Pero no quería tampoco que sus poderes demoniacos se descontrolaran y convertirse en esas criaturas de pesadilla de las que Jayren le había hablado.
Eran demonios que se habían dejado llevar por la maldad y sus cuerpos se deformaban grotescamente debido a lo oscuro de sus acciones.
También estaban los que habían sido consumidos de dentro hacia afuera porque habían sido demasiado arrogantes y pensaron que podían controlar sus poderes sin ayuda... Y después habían ido más allá.
Los demonios eran criaturas muy longevas. Su esperanza de vida era de setecientos años y solo durante la mitad del último siglo envejecían hasta tener el aspecto de un anciano y luego morían. Su envejecimiento se detenía en los treinta y retomaban el envejecimiento a los seiscientos cincuenta.
Harry aún tenía que procesar eso porque no le cabía en la cabeza que alguien pudiera vivir tanto... Aunque conocía a un fénix y se había topado con un basilisco milenario...
-¿Estás listo para la clasificación? -Su mentor le preguntó.
-No mucho, pero supongo que se tiene que hacer.
-Exacto. Pero no te preocupes. Todo irá bien y cuando acabes podemos comer algo y luego te mostraré donde dormirás.
-Son muchas cosas. -Harry acariciaba distraído a su lechuza.
-Lo sé. Es aterrador pero irá bien.
El joven mago tomó aire y asintió.
-Estoy listo.
Se dirigieron a un anfiteatro en el que que había muchas gradas. Sobre una tarima había un enorme tubo transparente que parecía inofensivo.
Quienes serían clasificados se quedaron abajo y quienes mirarían subieron a las gradas.
Jayren se tuvo que ir y también su familiar y Hedwig.
Harry se vio entonces solo con sus nuevos compañeros de los que solo conocía a uno. ¿O quizá a más? No se había tomado el tiempo para mirarlos y sabía que él estaba allí porque se habían encontrado en el despacho de la Directora Gainesborough.
-Jóvenes demonios, buenas noches. Hoy estamos aquí para presenciar la clasificación de aquellos que ya han entrado en su mayoría de edad. Se los considera adultos ya que han despertado sus poderes y se fortalecerán con el tiempo.
Una enorme ovación se escuchó y Harry sonrió. No lo estaban aplaudiendo a él. Él solo era uno más en la multitud.
-Comencemos. Diré el nombre y entraréis en el cilindro elemental. Él nos informará cuál es vuestro elemento. Después subiréis a las gradas para disfrutar del resto de la clasificación.
Se sentía cierta tensión nerviosa y expectación. ¿Qué pasaría? ¿Qué elemento serían?
-Armitage, Luca. -Un chico que a Harry le recordaba mucho a Charlie Weasley solo que más joven, se adelantó y cuando se acercó al tubo no se detuvo. ¿Qué hacía? Entonces apareció dentro de él.
-Oh, es como la pared que lleva al andén del Hogwarts exprés. -Dijo Harry en voz alta.
Había sido un poco desconcertante verlo entrar al cilindro como si nada.
El tubo pareció girar y un caleidoscopio de colores se formó por todo él. De repente una llama de fuego pareció envolver a Luca y no se le vio durante unos segundos.
La gente en las gradas aplaudió así que Harry lo hizo también. Si nadie estaba corriendo hacia esa cosa, entonces no era peligroso, menos mal. Aunque él preferiría no ser envuelto en llamas si podía elegir.
Armitage salió del tubo cuando se volvió transparente y subió a las gradas.
Hubo dos Armitage más. Miranda y Selene. Ambas de fuego como su hermano. ¿O quizá primo?
Jayden le había contado que los demonios solían tener embarazos múltiples porque una gran guerra había acabado con la mayoría de ellos. Al menos los compañeros con un nexo los tenían. Quienes solo tenían parejas elementales apenas lograban tener bebés.
También podían concebir fácilmente con humanos, pero muchos de esos bebés no eran demonios y a veces era difícil para los padres porque su esperanza de vida no era demasiado larga y no tenían poderes.
-Astor, Berlín.
Fue el turno de un chico vestido de cuero. Harry juraría que había visto un tatuaje en su cuello pero cuando miró de nuevo no había nada.
Tenía el pelo castaño y los ojos azules y salió de la fila confiado, como si nada le importara en el mundo.
Entró en el tubo y una chica a su lado pareció contener la respiración.
Tras los colores giratorios un embudo de arena cubrió las paredes del cilindro y no se vio al chico.
Después todo se calmó y Berlín salió como si no hubiera estado enterrado vivo.
Harry no sabía qué era peor. Ser quemado o enterrado.
-Astor, London.
Una chica de pelo negro y ojos castaños caminó o más bien fue saltando al cilindro y se metió dentro sin vacilar. Se movía dentro como si estuviera bailando. A Harry le recordó un poco a Luna.
De nuevo los colores se arremolinaron hasta que en vez de una llama de fuego, fue una especie de tornado que giró a su alrededor. Ella estiró ambos brazos y echó la cabeza hacia atrás mientras se reía como si fuera la persona más dichosa del mundo.
Salió del mismo modo que entró. Dando saltos.
La lista continuó y más personas atravesaban el cilindro.
-Ericsen, Dagmar.
Ella era bastante grande. Harry pensó en Millicent Bulstrode versión demonio... Y más atractiva.
Atravesó la multitud empujando a algunos sin pedir disculpas y el tubo permaneció transparente un rato bastante largo.
Dagmar se sobresaltó cuando una cascada de agua cayó sobre ella empapándola de pies a cabeza.
Eso seguro no fue agradable.
Al salir, uno de los hermanos de Jayren la secó.
A Harry le gustaba ver la clasificación. Era muy entretenida y fascinante. No veía la hora de entrar en el tonto tubo. ¿Es que no podían darse prisa?
Luego decidía que era mejor quedarse en la multitud para no ser quemado, enterrado, empapado o zarandeado como un muñeco de trapo.
Pensó que podía ser un elemental de aire. Le encantaba volar y se sentía libre arriba, cerca de las copas de los árboles.
Ojalá se le permitiera volar en la academia. Le gustaría mucho.
-O'Bryen, Patric.
Harry lo miró muy sorprendido. Era como Seamus. Casi esperó que el tubo explotara con él dentro porque Finnigan siempre creaba explosiones... Algunas sin ni siquiera intentarlo.
Él se metió en el cilindro elemental y la cosa giró y giró y giró. Entonces se volvió dorado y así se quedó durante un largo rato.
La gente en las gradas jadeó y se inclinaron como si quisieran ver mejor.
También hubo jadeos entre los que quedaban por clasificar.
-Eso es lo que ocurre cuando un nexo entra en el cilindro elemental. -Un chico con el pelo rubio de punta explicó. -Mi hermana me lo contó. Es treinta años mayor que yo y quería que yo supiera todo. -Se encogió de hombros.
Cuando Patric subió a las gradas muchas personas quisieron que se sentara cerca de ellos.
Harry recordó lo importante que era un nexo y que había muy pocos.
Pobre tipo. -Pensó.- Va a ser muy buscado hasta que forme su vínculo.
-Potter, Harry.
Era su turno. Al fin. No sabía qué quería. No sabía qué esperar así que con algo de inseguridad caminó hacia el cilindro y se metió dentro.
Se sintió solo allí y quería salir. Era muy incómodo sentirse encerrado sin una puerta de salida ni ventanas.
Cerró los ojos y cuando los abrió tuvo un deseo casi incontrolable de maldecir y hechizar la cosa.
El tubo estúpido se había vuelto dorado. Lo que le faltaba. Famoso en el mundo mágico y un premio para locos elementales que lo querrían para sí mismos.
Sospechaba que ahora que se sabía que era un nexo, conocería a mucha gente lo quisiera o no.
Ya no le parecía tan genial Inferno academy.
