Pokemon no me pertenece; esta es una historia creada por mí.
Los asistentes y las hermanas Waterflower tenían una tarde muy atareada. Después del incidente, descubrieron que uno de los estanques principales se contaminó peligrosamente para la salud de los pokemon acuáticos por lo que decidieron trasladarlos a otro que aún permanecía intacto, para así poder darle mantenimiento inmediato. Pero tenían problemas; estos mismos que no se dejaban atrapar.
-¡No, espera!- exclamó una chica intentado sujetar un Goldeen que huyo de ella.
-¡Cuidado!- gritó otro joven que se agachó evitando el golpe de aleta de un Seele.
-¡No dejen que regresen al fondo!
-¡Están muy asustados para hacernos caso!
Misty pasaba un mal rato. Uno de los Goldeens con los cual solía trabajar le había atacado con su chorro de agua. Daisy intentó ayudarle, pero el resultado fue el mismo.
-Esto no está llevándonos a nada Misty.
-Si tan solo pudiéramos calmarlos…
-Será una tarde muy larga- terminó de decir la peli-naranja, mientras se preguntó de cómo le iba a los demás con Red.
En tanto en una habitación del Gimnasio, una Oficial Jenny discutía con Red y los demás.
-Bien, he comprobado tu cuartada con el distrito de Ciudad Forents- dejaba saber la mujer al joven cerrando una carpeta- Pero deberías avisar con una llamada al cuartel de la ciudad para saber de tu presencia; así evitarías que la policía te retenga cada vez que actúas- explicó la joven oficial a Red. El muchacho hizo un gesto molesto sin disimular. Los demás solo sonrieron apenados ante su actitud.
-¡Gracias por el consejo oficial!-intervino May oportunamente-. Red lo tomará muy en cuenta la próxima vez.
La joven mujer sólo pudo parpadear extrañada. Asintió y se retiró no sin antes darle una mirada a Red que estaba distraído con los chicos. Le llenó de curiosidad cómo alguien como ese joven llegó a trabajar con la oficial Jenny de ciudad Forents.
Al estar ya solos, Ash fue el primero en entablar palabras con el pelinegro.
-¿Y entonces, el venía por ti?
El azabache comenzó con la más obvia pregunta que todos tenían. Red dio un suspiro y se acomodó en su lugar.
-Aparentemente así era- admitió -, este sujeto… Vaker- lo expresó sin sarcasmo.
-¿Pero por qué atacar el Gimnasio?- preguntó Brock.
-¿habrá querido robar los pokemon también?
-No… eso solo era un señuelo-afirmó Red respondiendo la pregunta de Max.
-¿Uh señuelo?- exclamaron todos a la vez menos Red que asintió.
-Usaron el gimnasio para tomarme por sorpresa- pausó momentáneamente para continuar muy serio-. Y el plan les funcionó a medias.
Red solo recordaba cómo el villano le había reducido. Lo había tomado desprevenido que de no haber sido por la intromisión de Pikachu que le salvó en esos instantes, no sabría qué hubiera pasado. Rebuscó en sus bolsillos, contrajo sus manos dentro de ellos, y apretó sus labios en molestia por lo sucedido.
Todos estaban muy pensativos, hasta que Ash recordó como su pokemon había salvado a Red, acordándose de algo que había hecho Vaker en la batalla.
-¿Red?-
-¿Dime?
-Este tipo, cuando llegué, antes de que pikachu le atacara…- decía Ash llamando la atención de todos- él revisaba tus bolsillos.
El pelinegro solo frunció el ceño y se llevó la mano a la cara algo estresado. La enfermera Joy o Emily como se dejó conocer al pelinegro le miro preocupada.
-Creo que deberíamos dejar descansar a Red un poco- recomendó la enfermera.
Red se negó.
-No hay problema.
El joven volvió su mirada el presente; en especial a Ash y May.
¿Qué debería decirles?
Recordó que le había prometido a Ash contarle parte de la verdad cuando llegaran a Pueblo Paleta, sin embargo la situación actual le hizo saber que quizás no era el momento ni el lugar indicado. Pero también pensó que no haría mal contestar un poco las inquietudes del azabache y los demás.
-El buscaba algo que le arrebate a Selens- se levantó metiendo sus manos en uno de los bolsillo de su chaqueta-. Por suerte no buscó en el último bolsillo que quedaba.
Una pequeña canica de color negro yacía en la palma de Red mostrándosela a todos que se quedaron poco escépticos. Max quien era el más curioso se acomodó sus lentes y se acercó a la mano de red viendo más de cerca el pequeño orbe negruzco.
-¿Todo por una pequeña canica?
-¡Max!
-Pero…- intentó defenderse el niño pero May le negó.
El pelinegro sonrió algo divertido, mas no duró mucho ya que la seriedad le volvió al rostro.
-Sé que no parece peligroso…- aclaró - pero el peligro viene de donde menos piensas.
Los demás reflexionaron sobre eso. Red agregó más.
-También le he prometido a Ash decirles todo sobre mí y Selens al llegar a Pueblo Paleta-Esto último saco de postura a todos provocando diversas reacciones.
Ash era uno de los más sorprendidos, ya que esto lo había tomado con guardia baja ¿Iba en serio que dirá la verdad a todos? Pensó. Pero instantáneamente, recordó lo último que el joven de ojos rojos le dijo aquella vez, tan solo verle en estos, preguntándose qué clase de detalles no quería revelarles.
May por su parte se sintió algo emocionada. Su expectativa era muy alta, pero también temía mucho que les revelaría Red. De alguna manera le simpatizaba mucho; y al mismo tiempo le provocaba a veces una incomodidad que solo era eclipsado con el extraño sentimiento de alivio que le provocaba con su sola presencia.
En tanto Emily, veía la pequeña canica con suma atención lo cual fue notado por Red.
-¿Quieres verla más de cerca?
-¡Eh!, ¿Qué dices?
-¿Acaso no quieres verla más de cerca?- acercó su mano con la canica- Adelante, satisface tu curiosidad.
La Enfermera Joy dudosamente quiso tomarla, pero decidió no hacerlo.
-Creo que mejor no.
-Está bien…- pero las manos de Max aparecieron de la nada sujetando la de Red.
-¡Yo si quiero verla!
-¡Espera, no…!- intentó decirle Red pero la acción de Max provocó que tirara la canica al aire. Ash y Brock intentaron atraparla pero su velocidad no fue suficiente; el pequeño objeto pasó entre sus manos. Fue al final May quien la atrapó por golpe de suerte para después ver a Max con reproche por lo que había provocado.
-¡Max!- le llamó la castaña enojada al niño que bajó la mirada apenado.
Red iba intervenir a favor del pequeño pero se detuvo en seco al no dar crédito a lo que sus ojos acabarían viendo a continuación. Una luz cegadora proveniente del pequeño orbe iluminó las manos de May para que poco a poco comenzara a crecer y expandirse por toda la habitación. Los jóvenes presentes admiraban el extraño fenómeno con suma sorpresa
-¿Eh?- May apenas pudo exclamar al ver la canica brillar intensamente…
En un bosque cercano de Pueblo Paleta una estridente carcajada se escuchó.
-¡Esto es irónico!- Selens se retorcía de risa mientras frente a su persona una especie de reliquia flotaba y brillaba. Extendió sus manos al ancestral artilugio que pareció reaccionar a su contacto. Domino miraba aquello con sorpresa e incertidumbre al igual que los presentes del equipo Rocket que no podían comprender aquel fenómeno.
-¡Red, Red, Red!- bramó el nombre de su antagonista – ¡O el destino tiene un sentido del humor macabro o tu suerte está llena de sorpresa!- Y tomando la
Reliquia, se inclinó riéndose más macabramente, Domino sencillamente no sabía si molestarse o preocuparse mientras una gota de sudor bajaba de su nuca inusual comportamiento…
La canica flotaba frente a May brillando aún más haciendo casi imposible para el resto ver lo que pasaba. Violentamente Red reaccionó tomando la esfera con una de sus manos perdiendo aquel brillo al contacto, para después ver el objeto en su mano que temblaba incontroladamente. La castaña le miraba confundida, y sin esperarlo el pelinegro posó sus manos en sus hombros.
-¡Auch!, eso due…- no termino de decir la chica al ver las lágrimas en los ojos de Red.
-No… no otra vez…- murmuró cayendo de rodillas.
-¿Qué, que pasa Red?
Intentó preguntar May, pero el joven murmuraba cosas inaudibles, y sus sollozos se hicieron más fuertes. Apretó con aun más fuerza los hombros de la castaña que empezaba a demostrar inconformidad lo que llamó de inmediato la atención de a Ash que reacción al instante.
-¡Red estas lastimando a May!
Al ver que el pelinegro no reaccionaba intentó intervenir; sin embargo no fue necesario ya que en ese preciso momento, el joven dejó caer sus manos de los hombros de May.
-Esto… ¡Esto no puede estar pasando!- gritó Red dando un golpe al suelo hundiendo su puño tomando por sorpresa a todos. Se levantó dirigiéndose a la salida de la habitación; encontrándose casualmente con Caroline.
-¡Hola Red!, ya te sien..- no termino de decir la mujer al ser apartada bruscamente por Red que no le volvió la mirada, Acto seguido, Ash salió de tras él.
-¡Señora Caroline! ¿Ha visto a Red?
-Sí, pero…- se frotó un poco asustaba su hombro.
-¿Por dónde se fue?
La mujer al ver el rostro de angustia del muchacho le señaló el corredor y salió rápidamente desapareciendo. Caroline entro a la habitación toparse con un ambiente agitado. Noto a May sentada mientras la enfermera Joy parecía examinarle.
-¿Qué ha pasado?- preguntó la mujer al grupo que dejo ir un silencio sepulcral en respuesta…
Red por su parte se dirigía a la salida de gimnasio. En su andar, volvió a ver su mano que aun sujetaba la canica. Poco a poco fue alentando su pasó hasta que al final terminó por dejarse caer de espalda contra una de las paredes del lugar. Se llevó sus manos a su cabeza, y temblores invadieron su cuerpo. Ira, indignación eran emociones que invadían al atormentado al joven al haberse confirmado uno de sus peores temores.
Inútilmente intentaba convencerse de que lo que había pasado era solo una coincidencia que pasaba una en un millón. Pero si Vaker había hecho todo un escándalo para obtener el pequeño orbe, entonces sabía que Selens estaba detrás de todo esto por lo que probar lo contrario era inútil. Tarde o temprano nuevamente se tendría que afrontar con el destino. Significaría que…
-¡Red… espera!
Ash le había alcanzado. El azabache intentaba hablar pero a falta de aire, pidió tiempo en lo que recuperaba el aliento. El pelinegro lo observaba con expresión sería.
Para su suerte, notó con la mirada un dispensador de agua en el pasillo. Se levantó y tomó del brazo a Ash que se percató de los temblores del cuerpo del joven además de su alta temperatura. Lo llevó cerca del aparato, tomó un vaso desechable, lo lleno de agua y se lo ofreció al entrenador que gustosamente lo bebió de un sorbo; casi ahogándose por la prisa.
Saciando su sed, Ash le dio una mirada seria al pelinegro.
-Vas a irte, ¿verdad?
-…- Red no dijo nada; sólo examinó con la vista al chico, para apoyarse en la pared y dar un respiro pesado.
-Esa era mi intensión, pero cambie de opinión-le expresó.
-¿Cambiaste de opinión?-
-Así es…-
-¿Que pasó en la habitación con May?- preguntó sin reservas el entrenador.
Red le miró serio y con expresión calmada ¿Qué debería decirte Ash?, ¿la verdad?, ¿Una vil mentira?, ¿O simplemente no decirle nada? Su mente divagaba muchas variables mientras que poco a poco retomaba el control de sus pensamientos. Contempló al azabache, y sin aviso alguno, posó su mano en el hombro de Ash - ¿Esperarías mi respuesta cuando lleguemos a pueblo paleta?
-¿Qué?
-Sólo te pido paciencia… necesito tiempo para pensar.
-¿Tiempo? ¿Pero por qué?- reprochó el azabache- ¿Acaso May corre peligro?
Red sintió la dura mirada de contra la suya. En sus adentros el joven sonrió por lo perspicaz del chico.
-Es muy probable.
La respuesta hizo helar la sangre del entrenador haciendo que bajara la mirada, pensativo.
-Si esperamos, ¿nos dirás todo en mi casa?- le preguntó mirándolo a Red nuevamente- ¿Nos dirás todo en Pueblo Paleta? ¿Sin secretos?
Lo último atrajo la atención del pelinegro que recuperó la compostura discretamente.
-Lo tomaré en cuenta.
El azabache asintió con una sonrisa y extendió la mano a Red que gustosamente estrecho dando por terminada la conversación.
Poco después, Red y Ash volvieron con el grupo. El joven de ojos rojos pidió disculpas a May y a su madre por su comportamiento, y junto con Ash les explicó que en Pueblo Paleta aclararía todas sus dudas; incluyendo lo que paso con la castaña y con la pequeña canica.
Durante el transcurso de la tarde, las líderes y sus asistentes lograron pasar a los pokemon al estanque limpió, que junto con las enfermeras Joy, dieron por terminada su labor comenzándose a ir una por una. Antes de marcharse, le dieron el aviso a su prima Emily de ello. Los oficiales y bomberos que ayudaron se retiraron después de limpiar la mayoría de los escombros.
Ya en la noche, Emily se despidió del grupo ya que en la mañana regresaría a ciudad Forents, yéndose acompañada por Red que insistió en acompañarla al centro pokémon. La mamá de May volvió a su hotel despidiéndose de todos, y los demás se dispusieron a dormir.
Ash decidió conversar con May llevándola a uno de los corredores del gimnasio sobre lo que había conversado Red. Se sentaron en una banca que estaba cercana, y el azabache empezó a contarle acerca de lo que había sucedido horas antes.
-Así que eso paso…
-Sí, parece que se arrepintió a último momento-dijo Ash en un tono serió.
-¿Sabes? A pesar de que sujeta muy fuerte, no me lastimo-le hizo saber a su novio.
-¿De verdad?- preguntó el muchacho algo sorprendido.
La castaña asintió. Eso alegro mucho a Ash que se había preocupado. En los pocos días que tenía de conocer a Red, sabía de la fuerza que poseía el de ojos rojos, por lo que su preocupación fue evidente. Pero May confirmándole que se encontraba bien y sin lesiones aparentes, alivió la pequeña angustia que se había apoderado después del extraño suceso. Nuevamente el entrenador pokémon puso gesto serio volviendo a la conversación.
-Él a veces me asusta- decía Ash recordando cómo se sentía cuando estaba cerca de Red-, parece tan imponente y muy fuerte.
-Pensé que ya te sentías tranquilo con su presencia...-comentó May un poco extraña.
-Si me tranquiliza- le confesó- pero hay algo en él que me incomoda bastante; y no sé qué es…-
Al ver la seriedad que invadía a de Ash, May no pudo dejar ir un comentario.
-Cuando te pones serio te pareces mucho a Red- Le dejo saber la castaña al chico que sonrió ante su respuesta. Aquello hizo que ambos lanzaran una risotada a la vez que dejaban el ambiente tenso que se respiró minutos previos.
Red y Emily casi llegaban al centro pokémon. Caminaban en silencio. Red rompió la monotonía hablándole muy seriamente a la Enfermera.
-Emily…
-¿Sí, Red?- contestó la enfermera deteniéndose.
-Has estado muy callada después de lo que paso con May ¿Hay algo que te moleste?
El joven le miró a los ojos la enfermera sin apartar la vista.
Después de pensar un momento, se mordió un poco los labios y respondió.
-¿Quién eres Red?- preguntó la enfermera sin rodeos. Red miro a un lado frunciendo el ceño preocupado.
-¿Qué crees tú?- le respondió con otra pregunta.
La enfermera se apartó un poco de su lado mirándole de reojo.
-Me da miedo la respuesta- enteró la chica a Red que se acercó con discreción.
-Escucha; puedo contarte toda la verdad- pauso momentáneamente-. Pero te aseguro que no vas a sentirte bien enterándote de todo. Podemos seguir el camino como si nada pasara o puedo decírtelo todo; tú decides y recuerda que, probamente, no importa cuál sea la respuesta, no volverás a verme ya que es seguro que en unos días volveré a mi lugar de origen- aclaró Red a la enfermera que pensó un momento, y devolviéndole la mirada le sonrió.
-Déjalo así, sé que será lo mejor para ambos, en especial para mí- respondió compresivamente la enfermera. El joven sonrió complacido por la respuesta.
-¡Gracias!- contestó continuando ambos con su camino.
Al poco tiempo su destino. Pero en lugar de entrar en la parte frontal, la enfermera insistió en ir a la puerta de servicio del centro pokemon.
-Creo que hemos llegado- comento la Emily a a Red que miró la puerta con cierta extrañeza.
-¿Emily?
-¿Si?
-¿No era mejor entrar por la recepción?
La enfermera le dio una mirada algo divertida, y procedió abrir la puerta con cierto recelo.
-No, esta es la mejor opción...- explicó volviéndose a Red- así puedo hacer esto…-
La enfermera apuntó a un lado de Red que por inercia viró su mirada hacia donde había señalado Emily, al no ver nada le regresó su vista a la peli rosado; algo molesto por haber caído en la trampa de la chica.
-A que te re…- Pero joven no pudo decir más al sentirse aprisionado. La enfermera que le encerró con sus brazos rodeando su cuello mientras sus dedos apretaban fuertemente la chaqueta del pelinegro que abrió los ojos sorpresivamente.
Lo había besado.
Y sin darle tiempo de parpadear, la enfermera le liberó y entró rápidamente lugar cerrando la puerta sin aviso o pronunciar alguna palabra más.
Red se quedó contemplando la puerta de servicio por unos momentos. Aquel beso lo había tomado desprevenido, sin embargo sabía que aquella acción por parte de la Emily la había ayudado a poner en orden su corazón. A lo mejor no era la manera de como demostrarlo, pero se sintió aliviado al ver que toda su frustración y confusión desaparecieron de la enfermera, con su acción. El pelinegro sonrío para sus adentros y se retiró del lugar tranquilamente mientras que el viento le revolvía sus cabellos y el pasado se encargaba de guardar aquel ameno recuerdo en sus memorias.
Un par de horas más tarde, Red había vuelto al gimnasio. Al entrar al lugar vio a Misty y a sus hermanas en traje de baño limpiando el gimnasio y uno de los estanques. Pasó unos minutos contemplándolas detenidamente a las cuatro jóvenes mujeres; hasta que la peli naranja al sentirse observada le lanzó la cubeta que tenía en sus manos. Ágilmente el joven de ojos rojos evitó el proyectil que terminó por estrellarse contra la pared con un ruido sonoro resonando por todo el recinto.
Red sin saber el porqué de esa reacción, dio una mirada rápida al lugar en el que dio el objeto, para después devolver la mirada hacia una Misty extremadamente ruborizada, y sus tres hermanas que estaban extrañadas por la situación. Y antes de que Red pudiera emitir palabra alguna la líder de gimnasio le encaró.
-¿¡Cuánto tiempo llevas ahí!?-Preguntó Misty con tono incómodo. Red solo levantó una ceja, y miró algo nostálgico a la chica.
-Un par de minutos tal vez más, ¿Quién sabe?-expresó inocentemente.
La simpleza en que había respondió el joven de ojos rojos molesto más a la peli naranja.
Daisy curiosa por la actitud de su hermana, intervino.
-¿Misty, qué ocurre?
-¡Pues parece que este…Red tiene el hábito de mirar a una chica de forma… intensa!
-¿Intensa?-cuestionaron Daisy y sus demás hermanas. Red se acomodó su gorra algo incómodo por cómo iba manejándose la situación.
-Sí, el…- Misty pausó momentáneamente apenándose al recordar como el pelinegro la miró durante el concurso. Lily por su parte concluyó a que se había referido Misty con ello.
-Ahora entiendo- exclamó golpeando con su puño la palma de su otra mano - A la pequeña le da pena ser vanagloriada por su figura-aseguró con picardía arrastrando las palabras. Las demás hermanas mayores inmediatamente comprendieron la frase.
-¡Ah, ya veo!- Violeta agregó al instante-. La niñita aún no se acostumbra a deslumbrar a los hombres.
Por otro lado, Daisy se acercó a Red y lo tomó del brazo.
-Vaya Red, a simple vista eres serio. No sabía que tenías ese tipo de costumbres- comento con tonó sensual la chica. Red se ruborizó un poco sin perder su compostura.
El pelinegro no tuvo necesidad de ver que las hermanas de Misty la estaban molestando. He intentó acabar con el asunto al instante.
-¡No es lo que piensan, además yo solo quería ir a descansar! argumentó intentando soltarse de Daisy, pero Misty estaba furiosa por los comentarios de sus hermanas.
-¡Arg! ¡Ustedes jamás han tenido algo de respeto propio!- La peli naranja dio un pisotón molesta al suelo- ¡Siempre han sido unas exhibicionistas!
Red por una extraña razón se le hizo gracioso ese comentario. Por lo que no pudo evitar disimular una sonrisa. Esto molestó más a la chica que se dirigió hacia él para reclamarle. Iba tan enojada que no puso atención al suelo y se resbaló con una manta mojada. Su cuerpo dio un giro en el aire para ser atraído por la gravedad, mientras su rostro iba directamente al suelo. La peli naranja solo cerró los ojos y espero el golpe pero sintió que algo la detuvo. Y por instinto se abrazó de ello sintiendo que el objeto era muy cálido. Al abrir los ojos vio a Red agachado quien la estaba sosteniendo, sujetándolo con fuerza. Esto hizo que se sonrojara en el acto.
-¿Estás bien?- Pregunto el joven pero la peli naranja se separó inmediatamente de su agarre.
¡Y tú quién te crees para abrazarme!-reclamo Misty ante la extrañeza de Red que parpadeo sorprendido.
-Pero hermanita- replicó Daisy con mirada perversa-¡Fuiste tú quien lo abrazo!
-Además, él te salvó de golpearte el rostro- anexó Violeta.
-Creo que deberías ser más agradecida, tontita- terminó agregando burlonamente Lily. El tono de piel de Misty adoptó un tono aún más rojo no solo por la vergüenza, sino también por el enojo que tenía. Lo que sus hermanas decían era la pura verdad. Antes de que gesticulara un reclamo, percibió un aroma femenino que no provenía de su cuerpo. Olfateó un poco y se volvió seria hacia Red que se sobresaltó por su mirada.
-¿Qué pasa?- Misty sin decir nada se le acercó y lo olisqueo cerrando sus ojos para abrirlos algo perturbada.
-¿¡Qué has estado haciendo!?- demandó poniendo sus manos a la cintura.
-¿Qué dices?-preguntó Red intrigado por el comportamiento de la chica mientras las hermanas curiosas también se acercaron al ojos rojos. Percibieron cierto olor lo que provocó que las tres soltaran dar una pequeña risa que tiraba de lo sensual, a lo travieso.
-¡Red, eres una cajita de sorpresas!
-¡Eh! ¡Qué!- apenas pudo decirle a Daisy.
-No pierdes el tiempo; ¿verdad?
-¡Nos tenías engañada con tu porte de chico solitario!
El pobre chico estaba sumamente confundido por los comentarios de Lily y Violeta; hasta que recordó el beso de Emily lo que le hizo comprender la actitud de Misty y sus hermanas. De repente un dolor agudo invadió uno de sus pies. Era Misty que le había dado un pisotón haciéndole perder la concentración.
-¡Auch!- salto alejándose de Misty- ¿Qué te pasa?-
-¡No te hagas el inocente!- le acusó la chica para volverse a sus hermanas - ¡Y ustedes no lo halaguen!-
Las hermanas de la peli naranja sencillamente soltaron una carcajada.
-Hermanita, ¿acaso estás celosa por Red?
-¡Están locas! ¡Apenas lo conozco!- exclamó contrariada la líder de gimnasio
Red parpadeó ante la situación pero sintió nuevamente que alguien le sujetaba del brazo.
-Mejor vete a descansar…- Daisy le recomendó a Red que le miró extrañado. El muchacho después enfocó su atención a Misty. Se encontraba s discutiendo con Lily y Violeta que burlonamente le hacían comentarios sardónicos.
-Veo que se llevan… muy bien- Comentó con un poco de sarcasmo el ojos rojos.
Daisy sonrió algo apenada observando a sus hermanas.
-Es lo mejor que podemos hacer…- respondió con un deje de tristeza- Pero la familia es la familia ¿no crees?
Red percibió simpatía en sus últimas palabras y asintió con una sonrisa. Se separó del agarre de Daisy y se despido de ella no sin antes darle una mirada nostálgica a la peli naranja que disimuladamente se dio cuenta de ello. A lo cual simplemente le despidió con un gesto amigable; sus hermanas le imitaron, y Red regresó en silencio a la habitación que le había tocado con Ash, Pikachu y Brock. En su trayecto no pudo dejar de pensar en la actitud de Misty hacia sus hermanas. Era peculiar la manera en como convivían una con la otra, pero notó que a pesar de las burlas hacia la menor de estas e insultos cariñosos, Red podía afirmar que las Waterflower serían hermanas hasta el fin.
Al día siguiente después del desayuno. Todos se preparaban para irse a Pueblo paleta; al menos casi todos tenían esa idea.
-¿No irás con nosotros Brock?- preguntó Ash al chico de piel morena.
-Bien, quiero visitar a mi familia y saludarlos, después los alcanzaré
-¿Pero, es que acaso no pasaremos por Ciudad Plateada?-le cuestionó con desconcierto May pero Max intervino al instante.
-Nosotros tomaremos la ruta 074; es nueva y nos tomará cinco horas a pie ir a Pueblo Paleta- explicaba el niño de lentes -. Brock irá por el viejo trayecto, que nos tomaría una semana de viaje a pie
-Ah, entiendo, pero que lástima que no vayamos juntos, Brock.
El moreno solo sonrió por la solidaridad de May.
-Entonces llamaré al profesor Oak para avisarle que vamos a llegar hoy-declaró Ash dirigiéndose al teléfono del gimnasio pero no dio unos pasos para encontrarse con la peli-naranja que lo hizo detenerse momentáneamente.
Misty que no se había visto desde la mañana cargaba una mochila y dirigiéndose al grupo, lo que hizo la miraran curiosos.
-¡Voy con ustedes chicos!- saludó la líder de gimnasio con tono agresivo dando por hecho que no cambiaría de opinión. Lo que llamaba la atención de la líder fue la decisión de ir con ellos; su atuendo fue atrajo la atención de Ash y de Red respectivamente: sus viejas ropas de cuando viajo por Kanto.
Misty dándose cuenta era observada por Red de manera penetrante, rompió en agresividad comenzando con una de sus clásicas peleas.
-¡Y tú que me ves!-
-¿Verte de qué?-
-¡No te hagas el inocente!-
-¡Yo no estoy viendo nada!-
El pelinegro aunque sabía que esto era verdad, debía de admitir que gracias a sus entrenamientos, La peli-naranja había desarrollado muy buenas piernas. Curioso Ash intervino salvándolo en cierta manera de la ira de Misty haciendo que se distrajera mientras que Red se alejaba poco a poco de ella.
-¿Y esas ropas Misty?-
-Quise recordar viejos tiempos-
-Oh…- Respondió con simpleza el azabache recordando la llamada que debía hacer; se dio prisa para volver al edificio.
-¿Uh? ¿Por qué?-preguntó Red inocentemente detrás de ella que provocó que diera un sobresalto ante la sorpresa. Enojada, se puso frente a frente del pelinegro poniéndose de puntillas para mantener su vista lo más cerca posible; intentando ser intimidante.
-¡Porqué me da la gana!-
-Me parece bien- respondió simpleza Red haciendo que Misty cayera de espalda.
-¡Este chico me exaspera!- anunció la peli naranja quien apretó sus dientes. Los demás vieron la escena un tanto avergonzados manifestando su sentir en una gota de sudor.
Pasando aquella la escena, Ash ya regresaba de hablar con el profesor Oak por teléfono.
-Chicos, ya hable con el profesor, nos esperara en casa- explicó el azabache.
-¡Qué Bien! ¡Así nuestras mamás se conocerán!- comentó alegremente May confundiendo a Ash.
-¡Espera! ¿Cómo es eso?- preguntó Ash con los ojos muy abiertos del asombro ¿Cómo era eso que sus madres se conocerían?
-Ah, olvide decirte que mamá nos va acompañar a Pueblo Paleta-declaró May inocentemente sacándola lengua y rascándose la nuca, poniendo nervioso a su novio.
-¡Qué, qué!- quiso gesticular el azabache -¿Quieres decir que tu mamá hablará con mi mamá?
-Sí, Ash ¿No te alegra?
-S-sí, claro…- contestó Ash ocultando difícilmente su incomodidad-. Ya se me hacía difícil encontrar la manera de decirle a mama que May es mi novia; ahora su mamá entrará a escena- pensó Ash algo nervioso -que difícil es tener novia- dijo para sí mismo Ash, mientras el grupo vio venir un vehículo. Red se puso en alerta; el vehículo se detuvo frente al gimnasio. El pelinegro suspiró aliviado al ver que se trataba de la madre de May y Max que bajaba del vehículo.
-¿Mamá, y esa camioneta?- preguntó May saludándola.
-Bien, pensé que sería muy cansado caminar y decidí alquilar este vehículo para todos ¿Qué les parece?-
-No debió molestarse- comentó Ash.
-No es nada, además yo no estoy acostumbrada a caminar mucho-les explicaba apenada la señor. El grupo solo sonrió por su franqueza.
-Entonces me despido chicos, iré en unos días a verlos, cuídense- Y sin más se despidió Brock retirándose para tomar el camino a su ciudad natal.
Poco después el grupo imitó al chico, listos para partir. Las hermanas de Misty les despidieron no sin antes molestar un poco a su hermana menor.
-Ya sabes Red, no espíes a Misty o te pueden dar pesadillas después.- bromeó Daisy, haciendo que Red escupiera un refresco que se tomaba, por la ventanilla del vehículo.
-¿Y tu quién te crees, Miss Pokegirl?- le retó Misty casi saliéndose por la ventana. Los demás dejaron caer una gota de sudor por detrás de su cabeza..
Cerca de Pueblo Paleta (más precisos en una meseta), un grupo de Dugtrio y Sandslash trabajaban sin descanso en una excavación siendo supervisados por agentes de equipo Rocket. Vaker que estaba dentro de una tienda le daba su reporte a Selens y a Domino sobre lo ocurrido en ciudad Celeste.
-Falle en la misión.
-Descuida, indirectamente todo salió bien-sonrió Selens mirando hacia afuera de la tienda.
-¿Qué tiene este Red en su poder?- preguntó la rubia al siniestro hombre que le miró con sencillez.
-Algo que me arrebato hace tiempo; una simple tontería privada entre él y yo-
Domino lo observó con cierta desidia; pues a pesar de mostrar una expresión despreocupada, de alguna manera detectaba una pequeña aura de deshonestidad en sus palabras.
-¿Me hago cargo nuevamente?- preguntó Vaker
-No, quiero que vayas a las islas naranjas. Yo me haré cargo de las demás regiones ordenó Selens.
-Bien, entonces me retiro- Y el elite Rocket dejó la tienda algo inconforme. Aquella falla en Ciudad Celeste le había pegado provocándole cierto malestar. En las misiones era el mejor. Pero lo que pasó con Red y lo demás lo hacía enrabiar. Se preguntaba quién en realidad era aquel chico; principalmente quién era en realidad Selens. Desde que llegó al Equipo Rocket prácticamente se apoderó de la organización, mandando órdenes asignando misiones…pero no misiones de delitos y robo, sino de exploración ¿Qué era lo que estaba buscando? Esperaba que algún día todas esas preguntas tuvieran respuesta pronto.
Domino quien se encontraba hablando por su comunicador, había contemplado la tensión reflejada en el rostro de su compañero. No era que le agradara del todo. Se podría decir que hasta cierto punto rivalizaban. Sin embargo en lo que si podía estar de acuerdo con Vaker, era los enigmas que compartían acera de Selens y el extraño muchacho llamado Red.
-Bien, sigue pendiente- término la conversación por el aparato y llamó a Selens.
-¡Red y sus amigos vienen a hacia Pueblo Paleta!- comentó preocupada.
-¡Excelente! exclamó contentó el hombre de cabellera blanca saliendo de la tienda; Domino solo lo miró salir desconfiadamente
-No me agrada este sujeto.
Ya en las cercanías de pueblo Paleta, camino a casa de Ash, Red sacó de sus bolsillos la canica que nuevamente brillaba pero con tenue color.
-¡Qué bonito!-comentó Misty al ver el objeto.
-Está brillando como ayer-declaró Max.
El pelinegro frunció el ceño.
-¿Qué pasa Red?- oportunamente preguntó Ash.
-¡Selens está en esta región!-afirmó con seguridad preocupando a los chicos.
-¿Estás seguro?
-Lo estoy; y él también sabe que estoy aquí- anunció Red provocando que un aire tenso se respirara dentro de la camioneta. Caroline que escuchaba la conversación, notó algo de preocupación y seriedad en la voz del pelinegro. Esto le dio algo de tristeza sin saber el porqué. Quería saber cómo ayudarlo, pero la única manera de podía hacerlo, era no involucrarse.
-¡Miren, ya llegamos!- apuntó Ash hacia su casa haciendo que todos dejaran de lado su preocupación y comenzarán de bajar del vehículo 4x4.
Estando frente a la casa del azabache, todos pasaron por la pequeña puerta de madera delante del jardín principal. En lo que Ash tocaba el timbre de la puerta, Red observaba el lugar y sus alrededores.
-Debí suponerlo…actitud y físico diferente; casa diferente- murmuró el ojos rojos para sí mismo. May escuchó discretamente lo que Red estaba hablando extrañándola.
-¿De qué hablara?- pensó la castaña al verle como seguía admirando el jardín.
De repente la puerta de la casa se abrió y la madre de Ash salió a recibir al grupo.
-¡Hola Mamá!
-¡Ash, que sorpresa, pensé que vendrías en la tarde y no en la mañana!- la mujer abrazó a su hijo apenado que le permitió el capricho. Realmente había echado de menos.
-Venimos en una camioneta; no dio tiempo de avisar- explicó el entrenador pokemon.
-Ya veo, pero no se queden ahí pasen, pasen-invitó la madre del azabache a los demás. Mientras que todos se acercaban a la puerta principal, la Sra. Ketchum notó la presencia de Red y Caroline que se presentaron inicialmente.
-Hola, soy Caroline, la madre de May- cortésmente se presentó la señora a Delia que le percibió un tono a agradable.
-Un gusto, yo soy Delia.
Red por unos momentos se quedó viendo la madre de Ash. La Sra. Ketchum dándose cuenta de cómo era observada por el pelinegro, se incomodó un poco. Misty quien notó el cambio de actitud de Delia y de cómo Red la miraba, le dio un codazo haciendo que reaccionara.
-¡Red!- le replicó en voz baja la peli naranja.
-A ti nunca te he visto ¿Tú eres?-preguntó cortésmente la señora.
Red dando una mirada nostálgica, respondió.
-Bueno…- titubeo un momento en presentarse- Soy Red, mucho gusto señora Ketchum- dijo finalmente algo dudoso.
-Bien Red, el gusto es mío. Vamos, pasa que te ves muy pálido.
-S-si claro ¡Gracias!- agradeció Red a la vez que entraba a la casa.
Entrando al hogar, el pelinegro sin exaltarse se sorprendió al ver en la sala al profesor Oak y a Eve sentados en el sofá con un par de tés sobre la mesa de la estancia. Dedujo que habían estado hablando por un buen rato ya que ambas tazas estaban casi vacías.
-¡Eve!- exclamó Red primeramente.
-Hola, Red- saludó la joven arqueóloga- tardaron mucho; llevo tres días esperándolos- contestó simplemente la chica con una sonrisa.
-Debí haber supuesto que esto pasaría…-los demás rieron ante al comentario de Red. El profesor Oak se levantó del sofá para saludar al muchacho, una vez que las risas pararon.
-Así que eres el famoso y misterioso Red- dijo Oak con una sonrisa extendiéndole una mano-. Es un gusto conocerte, muchacho- el pelinegro con simpatía correspondió al saludo dando un apretón cortésmente.
-Lo se profesor, es bueno ver un rostro conocido.
-Veo que es verdad lo que dicen de ti; con solo decir algo provocas que todos se confundan-bromeó el profesor haciendo que Red se rompiera en una risotada.
-Parece que algunas cosas jamás cambiaran.
Ash y el resto viendo lo sucedido lo contemplaron con sorpresa; ya que verlo desenvolverse entre risas era algo muy raro. Sin embargo esto duro poco ya que al término de las carcajadas, el muchacho cambio su semblante por uno serio.
-Bien Ash, como prometí, te explicaré qué es lo está pasando- dijo Red para dirigirse después a la joven arqueóloga-. Tienes suerte Eve; muchas interrogantes que has de tener sobre Pokemopolis se te serán contestadas en unos momentos.
La arqueóloga se quedó sin palabras, asintiendo. ¿Qué era lo que sabía Red respecto a uno de los misterios más grandes de la arqueología pokémon?
-Será mejor que todos tomen asiento. Y nadie pregunte nada hasta que termine de hablar ¿Han entendido?
Todos afirmaron con la cabeza al escuchar el tono serio de Red que comenzó lo que considero que era importante que ellos supieran.
-Bien, para comenzar… yo no soy de este mundo…
En la meseta donde se realizaba la excavación, Selens y sus hombres se toparon con lo que parecía una tumba que al parecer estaba sellada. Tenía varios labrados, característicos de aquella época, que parecía que el tiempo no había hecho mucho para deteriorarla. El sujeto de cabellera larga tenía una expresión de satisfacción al notar que el ancestral sepulcro se encontraba casi intacto.
-Perfecto, como suponía que debía ser- Domino que veía de reojo a Selens, replicó.
-La entrada está sellada herméticamente, nos tomara días abrirlo-sentenció la mujer.
-No, si hacemos explotar todo.
-¡Estás loco!- exclamó alterada- ¡Qué hay con las cosas invaluables que hay ahí!
El sujeto de cabello blanco sólo limitó a reírse burlonamente rodeando a la agente. Domino tuvo que morderse la lengua para aguantar las ganas de reprochar por la solución extrema que sugirió Selens, sumando el hecho de que también se tomaba esto como un juego de niños. Deteniéndose, el hombre de gabardina roja le dio una expresión despreocupada.
-Lo único que nos interesa es la llave del Redion- sentenció -; el resto es inexorable comparado con la llave- Selens llamó a otros agentes que cargaban unas cajas y comenzó a dar indicaciones.
-¡Señores preparen todo, no se preocupen por las cosas, lo que buscamos resistirá la explosión! ¡Tómense la libertad de volar toda la colina si lo desean!- ordenó Selens con una carcajada. Los agentes se pusieron manos a la obra.
-¿Qué hay de las autoridades?- preguntó Domino preocupada.
-Ellos no importan, ya para cuando vengan, nosotros no habremos ya ido.
-¿Y Red?- cuestionó nuevamente la chica. Selens en respuesta le sonrió burlonamente mientras detonaba una mirada macabra.
-Me encargare de su persona…- declaró el sujeto de cabello blanco mientras reía satisfactoriamente. Domino se preocupó; no tanto por la risa de Selens, sino lo que se asomó en ojos del siniestro sujeto; algo sombrío; algo que le helo la sangre…
-Así desperté en el bosque de ciudad Forents; ya después los conocí a ustedes y el resto ya lo saben-terminaba de relatar Red contando parte de su historia; lo que creyó que era prudente decirles acerca de él y sobre Selens. Era difícil de creer. Se respiraba un ambiente pesado; como si en cualquier momento tan solo musitar un sonido o palabra, haría que toda de duda, angustia y temor los ahogara por completo. El profesor Oak que aún le costaba digerir un poco aquella información, tosió un poco y tomó la palabra.
-Entonces muchacho, vienes de otro mundo… paralelo- dijo el profesor un poco dudoso. El siguiente en hablar fue Ash
-Creo que eso explica muchas cosas.
-¿Qué cosas?-preguntó Red con algo de preocupación. Ash se levantó, y pensando un poco sobre lo que iba a decir, comenzó.
-Bueno… si lo entendí bien, tu mundo es como un reflejo del nuestro, ¿No?- preguntó el azabache, el pelinegro le afirmó con la cabeza, y continuó.
-Entonces en tu mundo como en el mío, existen la misma persona; tú nos reconociste porque en tu mundo también existimos ¿verdad?-manifestó
Ash sorprendiendo a todos con su conclusión. Red sonrió ante la iniciativa del chico. Había dado en el punto que no quería tocar.
-Bien, es correcto Ash, a todos ustedes los conozco en mi mundo, salvo que hay unas cuantas diferencias.
-¿Diferencias?- interrogó Max.
-Bueno, debo aclarar que algunos de ustedes…no existen en mi mundo-declaró el pelinegro dejando extrañados a todos.
-No entiendo, Red- hizo saberle May. El ojos rojos se puso una mano en la cabeza chasqueando los dientes. En verdad no quería hablar de ello, así que pensó rápidamente en una evasiva.
-¡Esperen un momento!- dijo Red rápidamente. Todos le dieron su atención.
-¿Cómo es posible que se lo tomen tan calmadamente esto? Les he dicho que vengo de otro mundo y no me toman por loco; es más, ni siquiera se burlaron de mi historia.
-Sabes, creo que todos hemos tenidos aventuras que podrían catalogarse de extrañas o increíbles- excusó Misty con tono serio pero irónico ya que en el tiempo con el que había convivido con Ash y el resto, se podría presumir que han experimentado de todo un poco.
-Es verdad, últimamente con las cosas que hemos pasado, ya casi nada me extraña- le contestó Ash con una sonrisa. En cuanto a May por su parte también estaba de acuerdo.
-Yo he sido testigo de muchas cosas también, así que mi mente está abierta a cualquier expectativa- también opinó la mamá de Ash. En conclusión se podía definir algo hipotético pero muy cierto a la vez.
Ciudad que pisaban, igual a una aventura de colisiones catastróficas.
Eve por su parte miraba pensativamente a Red sin dar opinión alguna. Muchos de los misterios que había tratado de resolver la mayor parte de su vida de una de las cavilaciones más grandiosas de la antigüedad, fueron resueltas por un giro inesperado d tiempo y espacio. La mayoría de las cosas que el muchacho de ojos rojos había relatado, apenas y estaban en proceso de ser investigadas ¿Cómo era posible que todo se resolviera por un choque de dimensiones? Verdad o no, lo terrorífico es que todo coincidía con sus hipótesis.
-Parece que todos estamos de acuerdo Red, te creemos- le afirmó la castaña al ahora viajero inter-dimensional que se quedó sorprendido por la opinión del grupo; sin embargo, sintió la mirada inquisidora de Eve. El joven le volvió la mirada, con la certeza de que la arqueóloga tenía más perspicacia que el resto de los presentes. Antes de que pudiera hablar, Eve se le adelantó.
-Red, tú y ese Selens…- comenzó ella - ¿Usaron algo llamado Prismoide Blanco?- El pelinegro que cambió su semblante, y dio un suspiro rápido.
-¡Así es¡
La joven quedó paralizada. Su asombro fue tal grande que provocó que sus pupilas se contrajeran y temblaran por su incredibilidad.
-¡No puede ser!- renegó la joven arqueóloga levantándose alterada caminando de lado a lado muy nerviosa.
-Eve, ¿Qué pasa? ¿Qué es eso del prismoide?-interrogó Misty.
-Creo que ella se refiere a una leyenda de los pokemopolitanos- expusó el profesor Oak.
- ¿Cómo sabe eso?- cuestionó Ash al profesor que le sonrió calmadamente.
-Bien, hace días Eve me pidió ayuda sobre este asunto de Pokemopolis; me contó sobre Red y sus pokemon, así que ella me envió sus anotaciones. Hay cosas que no entiendo pero la mayoría de las leyendas de Pokemopolis se adhieren a los pokémon. Sinceramente, hay cosas en sus manuscritos que yo jamás he tomado en cuenta, pero…-el profesor Oak se detuvo al darse cuenta que se estaba saliendo del tema.
-Bien eso explica cómo lo sabe, pero ¿qué eso del primo… cosa de la que hablan?- replicó Misty exasperada, pero Eve le respondió inmediatamente.
-El prismoide Blanco es una especie de artefacto místico que los pokemopolitanos construyeron para expandir sus conocimientos a otros planos. Es decir, para viajar a un mundo paralelo o alterno al nuestro ¡Pero eso es solo una leyenda, no puede ser cierto! ¡Es sólo un cuento! ¡Me niego a creer que sea verdad!-Gritó. Cayó de rodillas al suelo y se llevó sus manos a los lados de su cabeza; como si esta quisiera explotar. Procesar todo aquello le resultaba exasperante. Misty y la madre de Ash se inclinaron para calmarla. Estaban confundidos por la reacción de la joven arqueóloga. Red viéndose impotente, bajó su mirada, triste.
-No me extraña su reacción- pensó, pero salió de su trance al oír a May.
-¿Red, crees Selens está buscando a los...prohibidos?-preguntó con un poco de temor la coordinadora.
-A decir verdad, lo dudo-mintió. En realidad Selens si estaba en parte detrás de los prohibidos, sin embargo pensó que lo mejor era no revelar eso. Se decía a si mismo que si revelaba "la verdad" acabaría destrozando no solo sus, sino todo lo que creían por lo que lo mejor que pudo hacer es mentir. Pensó que tal y sólo talvez más adelante les revelaría "esa" verdad pero el enigma de conocer cómo ellos lo tomarían era algo que intranquilizaba la conciencia de Red.
-Pero Red, ¿acaso lo que se robaron en ciudad Forents no tenía que ver con esas cosas?-le interrogó Ash extrañado por la respuesta que había dado el pelinegro.
-Sí, pero algo me dice que Selens busca algo más; los tres prohibidos son poderosos, pero son más útiles unidos que separados. Y por lo que paso en Ciudad Celeste me hace pensar que hay algo más en juego-explicó Red caminando hacia una ventana ¿Qué era lo que estaba planeando ese maniaco?
-¿No sabes que es, verdad?- le cuestionó Ash acercándose a Red quien frunció el ceño.
-No, no lo sé, eso me tiene en desventaja-confesó-. Desde que estoy siguiendo a Selens he desconocido sus intenciones. Me engañó en un principio para poder utilizar el prismoide blanco- admitió contrariado sin ocultar su enojo. Ash al verlo no supo que decir. Nada de esto se comparaba a lo que había vivido en el pasado.
Conocía los peligros; los riegos; y las consecuencias que conllevaba arriesgarse. Los tomaba en cuenta pero siempre eran remplazados por su deseo de hacer lo correcto; no era la excepción aquí. Pero sentir el estrés y la frustración que emanaban de la mirada de Red, indicaba que la palabra peligro estaba remarcada con una cosa seria.
Muy…muy seria.
Despejo su mente sacudiendo su cabeza ligeramente, y con su habitual entusiasmo recuperado, decidido animar a quien se había convertido en cierto modo su mentor.
-¡No te preocupes Red, nosotros te ayudaremos!- respondió Ash por el grupo que intentando levantar sus ánimos. Después el resto le siguió afirmando lo que había dicho el azabache. Viendo sus ánimos, Red no tuvo palabras para agradecer; se limitó a sonreírles, asegurando que de una u otra forma podía contar con ellos.
Eve ya calmada se acercó a Red que lo miró de reojo, púes temía por lo que iba a preguntar.
-¿Sabes cómo puede activarse el prismoide blanco?- preguntó sin rodeos la joven arqueóloga.
-Más o menos tengo una idea- le contestó sin mirarle. Eve bajó la vista.
-Entiendo, entonces…tú eres…- Y se sintió un temblor en lugar. Las ventanas que empezaban a crujir, se rompieron en pedazos explotando convirtiéndolas en una lluvia de cristales seguido de un estruendoso ruido golpeó los oídos de los presentes, evitando que la arqueóloga pudiera proseguir con su pregunta.
-¡Al suelo!- gritó Red protegiendo a Ash y a Eve de los vidrios rotos que caían de las ventanas mientras los demás por instinto se arrojaron al piso.
-¡Todos, abajo!- ordenó la madre de Ash.
-¡May, Max protéjanse!- pidió angustiada Caroline.
-¡Esto no es un temblor!- exclamó el profesor cubriéndose la cabeza.
Unos segundos después la casa dejó de moverse. Temerosos esperaron unos segundos en el suelo, pero no sucedió nada más. Con sumo cuidado empezaron a a ponerse de pie del suelo, al mismo tiempo que intentaban recuperarse del susto. Red ayudaba a Ash y Eve a levantarse la vez que observaban la escarcha y pedazos de vidrio regados por el lugar.
-¿Están bien?- preguntó el joven a ambos que asintieron, pero Eve se asustó al ver a Red que tenía incrustado fragmentos de vidrio en su espalda.
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-¡Estas herido!-dijo alarmada la arqueóloga viendo como la chaqueta roja del pelinegro se manchaba con un poco su sangre.
-No te preocupes, no es nada- Red intentó tranquilizarla pero no convenció a Eve.
-¡Mamá!- Max abrazó a su progenitora.
-¿Están bien chicas?- preguntó Delia a May y a Misty que asintieron.
-¡Esto fue provocado!- sentenció el profesor siendo ayudado por Ash y Red a reincorporarse.
Red por el comentario del profesor, dedujo de golpe y de golpe supo la respuesta
-¡Selens y el Equipo Rocket están en las ruinas de pokemopolis!- y corrió hacia la puerta.
-¡Espera Red!-
Ash le siguió pero justamente antes de llegar a la entrada del jardín; el ojos rojos se detuvo en seco para mirar atrás y detener el andar del entrenador.
-¡Regresa a la casa!- pero en ese instante una nueva explosión ocurrió sorprendiéndolos. Red se cubrió el rostro con sus brazos y Ash por la onda expansiva, cayó al suelo cerca de la entrada de la casa.
-¡Ash!- gritó Delia al ver a su hijo en el suelo, May y Misty salieron a ver al azabache que estaba aturdido por la sacudida. Red al verlos afuera les advirtió alarmado.
-¡Todos adentro!, ¡No salgan sin importar lo que pase!- Ash y las chicas obedecieron. A prisa, salió de la casa, sacó de su cinturón dos pokebolas arrojándolas al aire, y Striker y Trigger hicieron su aparición.
-¡Rai!-
-¡Rattata!-
Y así el pelinegro y sus pokemon se pusieron alertas. Los demás observaban expectantes lo que iba a pasar.
-¿Qué rayos fue eso?- se quejaba Ash mientras frotaba su mano en su nuca.
-Miren ahí hay alguien- apunto Max hacia una de las ventanas. El humo provocado por la explosión comenzaba a descender revelando una silueta que se acercaba a paso tranquilo. Una figura que Red conocía a la perfección.
-¡Selens!-
El tipo de cabellera larga notó su agresividad. Le sonrió he hizo una reverencia.
-¡Mis más cordiales saludos, Red!- le contestó cortésmente el tipo.
-¿Vienes a detenerme?-habló entre dientes el ojos rojos conteniendo su ira.
-¡Claro! no puedo permitir que interrumpas el trabajo de mis asociados, no me conviene- le hizo saber Selens arrojando sus pokebolas revelando a los pokémons que contenían: dos Growlithe muy agresivos que no se musitaban a mostrar su poderío, mostrando sus dientes, intentando intimidar a los pokémons de Red.
-¡Espera, Selens!-Llamó el pelinegro al sujeto que hizo una seña a sus pokemon que quedaron en alertas, mirando en forma despreciable a los pokemon de Red que de igual manera los miraban de forma recíproca.
-Dime…- le dijo tranquilamente el tipo al chico, que con un semblante serio le preguntó
-¿Cuánto tiempo llevas aquí?- la pregunta tomó por sorpresa a Selens quien sonrió; y poniendo su mano en su barbilla le respondió al instante.
-Cinco años, mi estimado Red…-
-¿Cinco años?...- Repitió el joven-no… esto debe ser una broma- vociferó el pelinegro casi quedándose sin aliento por el asombro. ¿Era posible hacer eso?
-¿Extrañado?-dijo de forma altanera Selens arrastrando las palabras- no es raro; no te preocupes. Te explicaré que paso, mi joven adversario-. El hombre de gabardina roja caminaba de lado a lado sin que Red le perdiera de vista.
- Cuando activamos el Prismoide blanco, el objetivo era viajar a este mundo; eso estuvo bien. Pero cuando te robaste la perla de la llave Blanca me obligaste a alterar nuestra llegada a este mundo; no podía evitar que pasaras el umbral, pero si podía llegar antes que tú. Así que alteré tu tiempo de llegada; para mi suerte fueron casi seis años. Eso me dio tiempo para buscar aliados, pero en cuanto a ti, no sé cuánto tiempo llevas en esta realidad. Pero debo admitir que me has causado ya muchos problemas- Red sonrió ante su explicación.
-Entiendo, por suerte a pesar de llevar una semana aquí, he podido ponerme al corriente- agregó el pelinegro mientras daba una mirada de reojo a la casa de Ash. En cuanto a Selens, sonrió sin prestarle importancia, pero sin obviar la información que tenia de los amigos de Red.
-Estoy impresionado- dio una mirada a el hogar del azabache, dando con él y sus amigos quienes se encontraban refugiados detrás de la puerta y las ventanas-. Llevas unos días y te has encontrado con los paralelos de tus amigos en este mundo-volvió a dar otra caminata sin mirar ninguna parte en particular.
-Uh…pero ya enserio, debo eliminarte, de paso recuperare la perla que me pertenece- sentenció Selens preparándose.
-No lo creo- Red se preparó- ¡Esta vez será diferente!- termino e decir y corrió directamente hacia Selens seguido por sus pokemons.
-Inesperado e impredecible, ¡me gusta!- Selens hizo una seña y comenzó a correr para arremeter contra Red. Sus Growlithe también le seguían.
-¡Red va a pelear contra ese sujeto!- exclamó aterrada May al ver las intenciones del pelinegro.
-¡Esto no será una batalla pokemon!-declaró el profesor sorprendido por la manera de actuar de ambos individuos, mientras Delia y Caroline se tapaban la boca admiradas y a la ves algo asustadas; en especial la señora Delia que por alguna razón le angustiaba la idea de que Red peleara contra Selens. Ash y Max miraban intensamente el inicio de la pelea, he Eve disimulaba su preocupación de manera suprema.
Pero sin que ellos supieran, otro espectador admiraba la pelea
-Será interesante ver que pasa…- pensó Domino sin ocultar su curiosidad – Así veré que secretos nos ocultas-la rubia elite del Equipo Rocket yacía sobre la rama de un árbol observando la persecución. La curiosidad la venció finalmente para poder saciar su sed de respuesta de quien era en realidad el tipo de cabello blanco, y el chico de ojos rojos.
Con suma atención veía como ambos intercambiaban ataques; sin permitir que ninguno de los dos cayera fácilmente. Trigger arremetió contra uno de los Growlite y lo arrastró a una buena distancia. Striker y el Growlite con el que había entrado en batalla, se dieron un cabezazo quedando aturdidos momentáneamente, mientras que Red le lanzó varios golpes a Selens que evadió soberbiamente cada uno y en respuesta empezó a lanzar patadas y golpes que algunos eran bloqueados, y otros eran eludidos por el pelinegro. En un dado momento, este logró acertarle un golpe a Selens en una costilla contrayéndose un poco por el golpe. Este en respuesta golpeó en la parte baja del hombro de Red saliendo disparados de lado contrario por la magnitud de sus golpes.
-¡Maldita sea, es más rápido que yo!- pensó Red mientras transpiraba pesadamente, poniendo su mano en el hombro lastimado
-Es torpe y su estilo de pelea se basa en la brutalidad- reflexionó el peliblanco mientras resentía su costilla-. Pero sabe cuándo bloquear y apartarse de un golpe; es más fuerte que yo- Selens sonrió admirando a su oponente.
Por otro lado Trigger le lanzaba mega golpes y mega patadas al Growlite que evadía y contraatacaba con lanzallamas y embestida, ninguno cedía y avanzaba.
Striker por su parte estaba corriendo al lado del Growlithe que lo igualaba en velocidad, ambos atacándose con híper Rayo y con lanzallamas respectivamente. Hasta cierto punto ambos se embestían con ataque rápido, chocando uno contra el otro quedando aturdidos momentáneamente; y al recuperarse comenzaban de nuevo la carrera para atacarse nuevamente.
Los demás miraban exaltados, la crudeza con la que se lastimaban tanto los pokemon como sus entrenadores era algo nunca visto nada por ellos. Domino también estaba sorprendida no por la pelea en sí, pero había notado algo extraño en la pelea de Red y Selens.
-No entiendo, esos dos…- pensó y sacaba su binoculares para verles más detalladamente- algo tienen en esos dos que sobresale a la vista pero está oculto a la vez, ¿Qué es?- intentó conjeturar la rubia entrecerrando los ojos analizando el combate. Ya no le importaba más que saber que había detrás de esos dos individuos.
La pelea de los pokemon estaba definiéndose poco a poco, pero Red tenía comenzaba a tener problemas. La fiebre que siempre le agobiaba comenzaba a traicionarle provocando que transpirara aún más y un terrible dolor se avecinara a sus brazos y piernas haciéndolo flanquear. Selens aprovechó el momento y sacando de ritmo al joven le dio una patada en la cara. El no cayó, pero al instante, recibió una lluvia de golpes que dieron de lleno a su rostro. Red que estaba aturdido tuvo que retroceder en el último momento cuando Selens comenzó a darle patadas en el tórax.
-¡Hora de caer Red!- gritaba obscenamente el tipo de gabardina roja con risa burlona mientras golpeaba una y otra vez al pelinegro que retrocedía poco a poco.
Ash viendo que Red estaba en dificultades quiso salir, pero fue detenido por May y Misty que no se lo permitieron
-¡Apártense, ese tipo va a matar a Red!- reclamó Ash pero este fue apagado al ver llorar a ambas chicas. Les dolía ver como el pelinegro se sacrificaba por ellos y no dejarían que alguien más hiciera lo mismo.
-No vayas, el confía que le hagamos caso- Misty dijo casi sollozante junto con May. Ambas chicas seguían sujetándolo-. Confía en él; yo estoy confiando en él-
-Él no quiere que nos lastimen- May le dijo casi susurrando a Ash- ¡Por eso no deja que intervengamos!- El azabache dejó de hacer oposición ante los ruegos de las dos chicas. Estaba molesto, frustrado, sintiéndose un inútil al tener que ver como a Red lo destrozaba aquel sujeto sin poder hacer nada. Aunque fue muy claro en decir que no interviniera, le era imposible reprimir todas esas emociones.
Eve miró a otro lado cerrando sus ojos. Ya no quería ver semejante agresión. Caroline tenía ganas de llorar. Y en cuanto a Delia no sabía por qué, comenzaba a tener una sensación de ahogamiento en su interior cada vez que veía al ojos rojos retorcerse de dolor por los golpes. Cuando Red era golpeado, sus entrañas se le revolvían sintiendo algo peor que el dolor. Hubo un momento en que lágrimas empezaron a brotar de sus ojos salvajemente, y mordiéndose el labio ya no pudo resistir más y grito.
-¡Hijo defiéndete!- gritó Delia haciendo eco su voz en la atmósfera.
El ruego de Delia penetró en la mente de Red que reafirmando sus piernas con una increíble y sobrecogedora voluntad que alimentó su adolorido cuerpo. Cerró sus puños con fuerzas y recuperando su postura corporal, vio venir un golpe a su rostro y en lugar de evitarlo se abalanzo para recibirlo de lleno.
Selens sintió que su mano se había estrellado contra un muro de concreto, dolorosamente la retiró del rostro del joven que mostraba más determinación y furia que antes. Al ver que Red se preparaba para golpearlo también tiró un golpe con todas sus fuerzas; ambos puños iban encontrarse. El tiempo se detuvo por unos segundos, los rostros de expectación de todos que observaban desde la casa se transformaron en rostros sonrientes y aliviados al ver como el puño de Red, al momento que hizo contacto con el de Selens, mandó a retroceder al sujeto haciéndolo girar, y ver que ese mismo puño impactó contra su rostro deformándolo e inmediatamente enviándolo de espalda a unos metros de Red.
Selens se levantó con la mano en la cara, y miró de nuevo con furia al pelinegro, pero un mareo le debilito las piernas. Se arrodilló para escupir unos cuantos dientes y algo de sangre confundida con saliva; el sujeto vio su mano cubierta por su guante blanco manchado con sangre. Se levantó y extendiendo sus brazos al cielo, lanzó una carcajada macabra asustando a los demás, incluyendo a Domino.
Red se mantenía con disimulada debilidad de pie. Intentaba ocultar su estado; su vista le fallaba; y sus brazos y piernas temblaban sin parar. Pero le preocupaba más la reacción de Selens.
-Espero que no recurra a ese método- pensó el joven mientras un semblante serio le invadía a su mirada -. Si lo hace, tendré que hacerlo también.
Red se puso en guardia al ver que Selens reacomodaba sus guantes.
-¡Excelente, Red!- pausó momentáneamente – que digo, ¡Lord Red! Te tenía respeto pero ahora te has ganado mi admiración. Debo decir que, muy a pesar de tus limitaciones como humano y las lesiones que te atormentan, has logrado hacerme daño. Es obvio que debo ser más estricto y rígido contigo, así que espero que no haya rencores- El sujeto de traje carmesí junto sus manos. Red dio un paso atrás y se preparó para lo que fuera hacer el individuo.
Selens lo observó sonriente. Junto las puntas de sus dedos de cada mano respectivamente y empezó a moverlas de manera extraña. Bajó su mano izquierda y su mano derecha la empezó a mover como si sacara algo de ella. Red se extrañó por lo que hacía. Hasta que en un determinado momento notó algo brillante que se movía balanceándose entre las manos de Selens.
Su vista se contrajo al ver que el tipo movió su mano hacia él. Se apartó de un salto y vio con sorpresa como la grama y unos arbustos que estaban a lado se cortaron por una fuerza invisible. Los que observaban la pelea, quedaron mudos por la sorpresa.
-¡Hilos invisibles!
-¡Acertaste, Lord Red!-confirmó Selens a la vez que movía sus manos de abajo hacia arriba dejando ver leve y momentáneamente unos hilos metálicos que salían de las puntas de sus ensangrentados guantes blancos.
-¡Eres el asesino del museo!- le culpó Red a Selens que le sonrió.
-¡Ah eso paso hace años!- el sujeto bajo las manos con una mirada perdida- ¡Sí!, recuerdo haberles pedido cordialmente la llave blanca y se negaron hacerlo; tuve que tomar medidas drásticas…- admitió con tranquilidad su crimen.
EL pelinegro no dijo más, y se abalanzó contra Selens que admirado por su valor le atacó.
-¡Esta vez no!-
El maniático empezó a realizar una especie de danza para atacar al joven que evadía sagazmente los hilos, pero cada vez que se acercaba uno lo detenía y rasgaba sus ropas a casi tocar su piel. Los demás guardaban silencio, admirados y asustados por la forma en que iba la pelea. Domino estaba demasiado entretenida también, que había olvidado que hacia ahí.
-¡Diablos, si me acerco me matará!- declaró Red saltando, evitando un hilo. Otro le obligó agacharse para no perder la cabeza.
-Y si me alejo también- pensó mientras buscaba la manera de acercarse a su oponente que se movía de forma extraña. Sin embargo, notó algo en particular en la rutina de Selens: una oportunidad para contraatacar.
Red dio un saltó extrañando a Selens. Inmediatamente seguro de lo que hacía, le ordenó a sus pokemon que estaban a cierta distancia peleando con los pokemon enemigos.
-Striker, Trigger, ¡Terremoto!
-¡No se los permitan!-les ordenó.
Trigger con un ataque de agua apartó a su oponente, y Striker con un ataque de cola de hierro hizo lo mismo. Se pusieron en posición y ambos pokemon realizaron a la vez el movimiento provocando que todo a un radio de cien metros temblara. En la casa de Ash todos intentaron estar de pie. Domino a como pudo se sostuvo del árbol. El movimiento telúrico hizo sacar de ritmo a Selens que Red no desaprovechó. Llegó de espaldas al tipo de gabardina roja, pero este no se inmutó. Al contrario, sonrió viéndolo de reojo y levantó rápidamente los brazos.
-¡Muy tarde!- exclamó bajando sus extremidades. Los hilos que estaban sobre él, se enredaron sobre en el joven de ojos rojos.
-¡Te cortare la cabeza!- Justo en el momento en acertaría su golpe final, sintió un forcejeo. Cuando miró hacia atrás, vio a Red protegiéndose con sus antebrazos su cuello. Pero no evitó que los hilos se hundieran y cortaran la carne de sus miembros. Selens quedo atónito momentáneamente contra la defensa de Red.
-¡Bien hecho, pero tus brazos no te protegerán por siempre!- gritó Selens jalando con más fuerza. Red al sentir que sus brazos eran cortados dio un salto encima del peliblanco, cayó frente a él y de un movimiento inesperado, sujetó sus antebrazos.
-¡Veamos qué pasa si te quito tus guantes! - Red hizo un movimiento con su cuerpo sujetando a Selens para azotarlo contra el suelo estremeciendo la zona de tal manera que las piedras y el polvo se levantaron; mezclándose con la sangre que el Selens escupió del impacto. Abrumado, reaccionó soltándose de Red dando un salto hacia atrás; y sacó una granada de sus ropas que arrojó hacia joven que no pudo evadir el objeto explosivo.
Todos en la casa de Ash tuvieron que agacharse por la magnitud de la onda expansiva. Por todo el pueblo el eco del siniestro rezumbo entre las casas, las colinas, los árboles que agitaron sus ramas haciendo caer sus hojas; el estruendo ensordecedor hizo eco en los oídos de los habitantes de Paleta.
Selens salió disparado cayendo de rodillas a unos metros del árbol en el que se encontraba Domino que no pudo sostenerse, y cayó.
-¡Diablos Selens!- maldijo la rubia - ¡Qué fue eso!
El sujeto de larga cabellera miró serio al lugar de la explosión que aun emanaba humo, sin hacerle caso a la elite Rocket que trataba de llamar su atención
Ash por sumarte miró angustiado hacia el lugar de la explosión con los nervios destrozados.
-Red…- el azabache buscó con la vista al joven - ¡Qué paso con red!- clamó en voz casi susurrante. Los demás miraron con ojos temblorosos esperando que se disipara el humo, esperando la terrible respuesta.
Los pokemon habían detenido su pelea observaron expectantes lo que había pasado. Trigger y Striker contemplaron fijamente el humo. Esbozaron una sonrisa y poniendo una pose de reto, le gruñeron a sus oponentes.
-¡RAIIIIII!
-RATTA-TAAAAAAAA!
-¿Growl?- quedaron desconcertados ambos Growlithe.
Selens se levantó acomodando sus guantes. Apreció el humo que comenzaba a dispararse de manera satisfactoria mostrando sus blanquecinos dientes, y sus ojos brillaron de manera sombría al saber lo que se avecinaba.
-¡Así que mostraras tu verdadero rostro, mi Lord!- exclamó con una sonrisa.
Una corriente de aire se manifestó haciendo desaparecer lo que quedaba del humo mostrando a un Red cubierto de un aura azulada. Sus ojos rojos comenzaron a dar un brillo cegador, mirando directamente a Selens que se le acercó sin temor y le saludo nuevamente con una reverencia.
-Ya que tendrás la cortesía de presentarte debidamente- los ojos del peliblanco también se iluminaron en color amarillo- ¡Déjame corresponderte igual!
Un aura de color amarillo empezó a brotar de Selens haciendo brillar su cuerpo. Despacio, fueron cubiertos por sus respectivos hálitos formando una esfera.
-Justo como pensé- se dijo para sí misma Eve que miraba el fenómeno atónita.
Ash y el resto no daban crédito a lo que revelaron las esferas al explotar: pokemon cuadrúpedos; uno naranja y el otro celeste; uno de fuego y otro de hielo. Pero lo que más les impactó fue que uno de ellos era una leyenda; el legendario viento del norte.
-¡SUICUNE!
-¡ARCANINE!- Domino exclamó con voz casi ahogada.
Los pokemon se miraron fijamente y se abalanzaron uno contra el otro.
Continuará…
