Disclaimer : Ninguno de los personajes de Harry Potter me pertenecen, y por supuesto no gano dinero de ninguna forma con esto, solo gano entretenerme un rato .
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7. Tinieblas y piernas dormidas
Se aferró a los extremos de la mesa con toda la fuerza de la que fue capaz. Toda la estancia a su alrededor comenzó a girar a gran velocidad. Las paredes se oscurecían, y en cada vuelta se formaban pequeñas figuras confusas y de brillo mortecino. La sensación de mareo se incrementaba y de lo único que era consciente era de sus manos, ya casi blancas debido a la fuerza que ejercía para agarrarse al borde de madera.
No se acordaba de quien era, ni que poco tiempo antes estaba en el Gran Salón Comedor. Harry se concentraba en sus manos y luchaba por no soltarse, pues tenía la sensación de que si esto sucedía se perdería eternamente en aquella oscuridad aterradora que lo envolvía. Solo existían aquellas manos, que no reconocía como suyas.
Esas manos –sus manos- se habían vuelto alargadas y de dedos finos alcanzando gran similitud con un par de arañas pálidas. Parpadeó. No se sentía como él, pero¿quién era él realmente? No recordaba nada, pero tenía la certeza de ser alguien. Alguien poderoso. Alguien importante. Alguien que la gente temía hasta tal punto que no se atrevían a pronunciar su nombre. Esa sensación crecía en él, esa sensación que le comenzaba a decir quien era. "Yo..." pensó, "Yo soy Lord...,yo soy Lord Vol...", cada vez le costaba menos recordar y estaba más seguro "yo soy...¡NO!" gritó una voz en su cabeza.
Al momento la oscuridad fue desapareciendo, las figuras comenzaron a tomar su forma original, las imágenes dejaron de pasar a gran velocidad, y el salón comedor reapareció poco a poco ante sus ojos. La sensación de mareo disminuía, pero Harry seguía encorvado con las manos agarradas firmemente a la mesa, para no caer al suelo.
Su respiración fue volviendo a la normalidad, pero le costaba respirar, casi como si el aire se hubiese vuelto sólido. Harry oyó pasos que se dirigían hacia él así que trató una vez más de adoptar una falsa máscara de normalidad.
- Harry – reconoció la voz de Ginny llamándolo – te estaba buscando. Necesito que vengas pues creemos haber encontrado algo sobre la daga. ¡Harry¿me oyes?
- Sí Ginny, no grites
- Perdona, es que se te veía distraído – Harry endureció la mirada- quiero decir concentrado en el trabajo- intentó bromear la pelirroja
- Vamos – dijo secamente Harry. "A veces Malfoy tiene razón, en ciertos momentos Ginny es insoportable" pensó el moreno.
Harry aún tenía en la mente aquella extraña sensación de haberse convertido en su odiado enemigo, mientras Ginny parloteaba cosas que el no atendía. "Tal vez se me esta yendo de las manos" se dijo a sí mismo, "No" volvió a decirse decidido. No podía abandonar, tenía que seguir con lo que hacía.
Llegaron a uno de los cubículos en una esquina con los que se había reorganizado el Gran Salón Comedor, donde ya estaban esperando Ron, Hermione, Luna y Draco. Cada uno parecía enfrascado en su propio quehacer y ninguno se dirigía la palabra en el momento. Al llegar Harry todos levantaron la vista hacia él. Permaneció expectante pero al ver que nadie comenzaba preguntó:
-¿Qué es lo que ocurre? – Hermione pegó un pequeño saltito sobresaltada
- Hemos encontrado algo Harry, bueno...- dudó unos segundo intercambiando una mirada con Malfoy, que este devolvió impertérrito – creemos.
Harry captó el cruce de miradas y miró extrañado primero a Hermione y luego a Draco, ambos lo observaron unos segundos recelosos como si se acabasen de dar cuenta de algo.
- ¿Y bien? – preguntó impaciente. Ninguno de los dos contestó, pero siguieron con aquella mirada inquisitiva.
- Hermione nos habló sobre un pacto realizado entre Gryffindor y un grupo de grifos- intervino Ron- no sabemos muy bien lo acordado en el pacto, pero sabemos que esa fue la clave para la creación de esta arma de Guerra Mágica en concreto. Y bueno y Luna cree...- señalo con la mano vagamente a la chica
- Luna no cree. Luna esta segura – atajó Ginny
-¿De? – preguntó nuevamente Harry mirando a Luna, dando gracias el poder alejar la mirada lo más posible de Hermione y Draco, que seguían escaneándolo con la vista. Luna bajó un poco el libro que estaba consultando para contemplar a Harry. Este pudo notar, que la chica en lugar de leerlo, hacia un crucigrama mágico oculto tras el libro.
- De que la única forma de destruir las armas de Guerra Mágica o también llamadas las Tres Ies (indestructible, inmutable e imposible), es averiguar su proceso de formación y revertirlo¿te has puesto lentillas Harry? –dijo de carrerilla Luna
- Revertir el proceso...- meditó Harry, pero de repente se dio cuenta de lo ultimo dicho por Luna - ¿qué si me he puesto qué?
- Lentillas, ya sabes esas cosas que se ponen los muggles en los ojos para cambiarlos de color¿o tal vez te has hecho un encantamiento vanidoso? Es que tienes los ojos más oscuros.
- Sí Harry – saltó por fin Hermione – yo también lo estaba notando.
Todos, incluidos Ron y Ginny que no se habían percatado, comenzaron a mostrarse interesados.
- No sé tal vez sea por la luz – dijo de forma natural- vaya tontería por la que os estáis preocupando.¿Me habéis llamado para hablar del color de mis ojos o para hablar del Horrocrux? – dijo falsamente molesto. Esto pareció hacerles reaccionar, y se mostraron algo avergonzados; menos,(pudo notar Harry), Draco que seguía contemplando al moreno de forma recelosa. Harry recordó que el rubio ya había visto el extraño suceso anteriormente, así que se revolvió incómodo.
- Bueno, así que según he entendido, para destruir el Horrocrux debemos revertir el proceso de formación de la daga.
- No exactamente – tomó por fin la palabra Hermione- se trata de que al volver al principio de la creación del arma, podemos eliminar los poderes de arma de Guerra Mágica, pero no destruírla. Es decir, la convertiremos en una daga normal que seguirá siendo el Horrocrux de Voldemort, pero esto nos facilitará la tarea de acabar con él.
- Empiezo a entenderlo.¿Cómo vais a hacerlo? Me refiero a invertir el proceso, si no sabéis lo acordado en el pacto.
Hermione puso una expresión parecida a la que se pone cuando se muerde un limón, Ron se llevó una mano a la cabeza revolviéndose el pelo; Ginny desvió la mirada y Luna seguía con su crucigrama. El único que mantuvo la vista fija fue Draco.
- El pacto fue llevado a cabo por Gryffindor, al que naturalmente no podemos preguntar, y uno de los grifos de la manada, supongo que el líder –aclaró Malfoy
- ¿Y? – preguntó Harry provocando que el rubio arquease una ceja.
- Cómo que ¿y? Potter¿no escuchas o eres un completo ignorante?
- Lo que Malfoy quiere decir – intervino Hermione con una mirada de advertencia a ambos, ya que Harry estuvo a punto de responderle de la vieja manera – es que los grifos son criaturas legendarias en el mundo mágico; dotadas de una gran inteligencia y longevidad; tienen el don del lenguaje, y en la antigüedad formaban alianza con la comunidad mágica.
- ¿Creéis que sigue con vida el grifo del pacto? Entonces, solo hay que encontrarlo
- La duda esta contestada Potter: eres un completo ignorante
- Malfoy nadie ha pedido tu opinión, y tampoco tu compañía.¿Por qué no te vuelves con los tuyos para hacernos un favor a todos? – dijo Ron contrariado
- Claro Comadreja, y tú ¿por qué no te vuelves al basurero en el que te gusta vivir?
- Que lo dejéis –intervino una vez más Hermione – Harry – dijo para llamar la atención de este- el problema es que por culpa de cómo fueron tratados por los magos, los grifos se han vuelto muy orgullosos y recelosos hacia los humanos. No será fácil que nos presten su ayuda, y además; para conocer la naturaleza del pacto tendríamos que encontrar al grifo implicado, y no tenemos ni idea de por dónde empezar.
Todos se quedaron en silencio en muda reflexión. Harry parpadeó notando como volvía a empezar aquella desagradable sensación de mareo, e hizo acopio de todas sus fuerzas para impedir otro suceso como el de la mañana; y más delante de todos sus amigos.
- Eso –se escuchó la voz soñadora de Luna por detrás del libro – no es del todo cierto –los chicos se giraron para atenderla – es famoso un lugar que lleva el nombre de Gryffindor, en el cual se oían leyendas donde una manada de estas criaturas habitaba.
- El Valle de Godric – dijo en un susurro Ginny, que hasta ese momento había permanecido en silencio- Puede ser. Creo que hay un bosque en las inmediaciones, pero la comunidad mágica no suele adentrarse en él, porque se dice que está maldito desde...-lanzó una ojeada a Harry-... bueno desde...
- Desde que Voldemort se ocultó en él para sobrevivir, después de aniquilar a mis padres, sí. – atajó Harry de forma brusca. Se quedaron en silencio. Harry luchaba contra las nauseas y en cada parpadeo comenzaban a distorsionarse las figuras ante sus ojos. Notaba la mirada clavada en él del Slytherin, y cada vez le costaba más volver a la realidad ya que imágenes tenebrosas comenzaban a invadirlo.
- Entonces ya sabéis por dónde empezar a buscar, si encontráis algo mantenedme informado. – inició de forma apresurada. Necesitaba alejarse ya de la estancia
- Pero... – escuchó la voz de Hermione pero al enfocar su vista hacia ella Harry tuvo que reprimir con todas sus fuerzas un grito asustado: su amiga estaba recubierta de sangre de pies a cabeza - ¿Harry? – preguntó esta alarmada. El moreno sacudió la cabeza y la imagen correcta de la chica volvió
- Dime – contestó con normalidad
- ¿No vas a venir con nosotros? – saltó Ron
- Ya os dije que os encomendaba esta misión a vosotros. Yo tengo otros asuntos. Confío en vosotros. – hablaba el Gryffindor mientras se encaminaba al exterior con paso apresurado.
-¡Harry! – llamó Ginny
Pero el moreno ya se encontraba fuera, y corría desesperadamente alejándose del lugar. Aún tenía grabada en la mente la escena de todos sus amigos con miradas vacías y completamente ensangrentados, mientras un extraño zumbido retumbaba en su cabeza.
Harry trastabilló tomando una curva del pasillo, y se agarró a una estatua; tras la cual no pudo evitar vaciar el contenido de su estómago. Un sudor frío recorría cada fibra de su ser, y pequeños temblores lo invadieron mientras se deslizaba hacia el suelo apoyado en la pared. Notaba la frente arder, el pasillo se volvió borroso, y lo último que pudo distinguir fueron unas botas negras paradas justo enfrente.
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-¿Se va a convertir en una costumbre?- dijo una voz arrastrando las palabras a su espalda. Harry se incorporó del sillón en el que se encontraba y un paño húmedo resbaló de su frente hasta su regazo. Giró la cabeza hacia la procedencia de la voz y encontró a Malfoy observarlo desde el sofá que tenía enfrente – digo el desmayarte en mi presencia. Me voy a acabar creyendo en serio que lo haces para que te cargue en brazos.
El moreno se llevó la mano a la frente para intentar mitigar el dolor de la cicatriz. Esta escena ya la había vivido, y no creía que el rubio fuera a dejarle marchar tan fácilmente como la vez anterior sin aclarar lo sucedido. "Como la vez anterior" resonó en su mente, y las imágenes de lo ocurrido acudieron raudas provocando la tinción de sus mejillas. Harry dio gracias a Merlín por la oscuridad de la sala común.
- Sí...bueno – trató de comenzar Harry – Gracias Malfoy...Pero ahora me tengo que...- no pudo continuar la frase, puesto que al intentar levantarse descubrió que sus piernas no reaccionaban. Se alarmó pensando en otro posible efecto secundario de aquellas visiones, pero al fijar su vista el rubio, pudo ver una pequeña sonrisa de satisfacción.
-¿Tú¿Qué me has hecho? – preguntó contrariado- ¿Me has dormido las piernas?
- Compréndelo Potter. Necesito respuestas, ya sea por las buenas o por las malas – sentenció con una sonrisa cínica – No pienso dejar que te vuelvas a escapar sin contestarme. Además, recordando nuestra última sesión de terapia, también tengo que pensar en asegurar mi propio "espacio vital"¿no crees?
Las mejillas de Harry volvieron al rojo intenso, y esta vez no estuvo seguro si la penumbra del salón las ocultaría. Aún así, intentó mantenerse impertérrito.
- Pierdes tu tiempo Malfoy. Eso no es algo que te incumba, así si haces el favor de quitar el hechizo...
- No lo pienso hacer – cortó Draco – Un acuerdo es un acuerdo, y no puedes violarlo a la ligera; y menos uno mágico Potter sin evitar las consecuencias. Y esas son tus consecuencias – señaló las piernas inmóviles- si quieres que despierten tendrás que contestar tu pregunta como hice yo la vez anterior.
Harry apretó la mandíbula obstinado. No permitiría salirse con la suya a ese presuntuoso Slytherin. Lo que él hacía no le concernía para nada, así que tras pensarlo unos segundos Harry se apoyó en sus brazos e hizo fuerza para intentar incorporarse; aunque tuviese que salir arrastrándose, no dejaría al otro vencer.
Tardó un momento en comprender que tendría que bajarse del sillón arrojándose al suelo. Recibió un fuerte golpe en el trasero, que le constató que este no estaba bajo la influencia del hechizo; después apoyó ambas manos a cada lado de su cuerpo e hizo fuerza levantándolo para echarse hacia atrás.
Draco miraba la escena con una mueca entre divertido y sorprendido. Desde luego el orgullo Gryffindor era notable. Cuando el moreno estaba ya cerca de la chimenea, Draco se incorporó del sofá y con movimientos ágiles se sentó en las caderas de Harry, impidiendo su intento de fuga.
Harry notó un escalofrío comprobando otra parte de su cuerpo que tampoco estaba dormida. Soltó un gruñido en intentó bajar al rubio de encima, pero este se echó hacia atrás y lo único que consiguió el moreno fue perder el equilibrio y caer tumbado al suelo. Su respiración estaba agitada del esfuerzo, y desde el suelo miraba frustrado como el Slytherin sonreía victorioso.
- No pensarías que te ibas a salir con la tuya ¿no? No puedes ser tan ingenuo
- Tenía que intentarlo – contestó contrariado Harry.
- Ah vale, bien. Entonces ahora que ya has agotado todos tus recursos y solo te queda contestar a mis preguntas. Dime Potter: te desmayas en dos ocasiones, tus ojos cambian de color como camaleones, eres brusco con tus amigos, evades preguntas, estas fuera continuamente y nadie sabe que "asuntos" son los que tienes que atender...¿Qué es lo que realmente estás haciendo?
- Nada – contestó Harry con la mirada perdida en el techo. Draco sonrió sarcásticamente.
- ¿Notas que se te despierten las piernas? – preguntó retóricamente- Entonces no es la respuesta correcta. Más vale que contestes si quieres terminar con el hechizo, o...¿es qué te gusta tenerme aquí sentado? –terminó la frase haciendo un pequeño movimiento con las caderas.
Harry lo miró con furia mientras miles de cargas eléctricas subían desde "ese" punto hacia el resto de su cuerpo. La verdad es que no sabía como salir de ese embrollo sin tener que hacer lo que el Slytherin le pedía, así que con una maldición mental hacia él comenzó su explicación:
- Simplemente me entreno – un hormigueo leve comenzó en la planta de sus pies indicándole que desaparecía el embrujo
- Te entrenas. Ya se el para qué, así que te preguntaré cómo te entrenas
- Aprendiendo embrujos, hechizos, maldiciones...- Harry movió ligeramente los dedos de los pies.
- Vaya, si quisieses ser menos conciso te resultaría difícil así que te preguntaré otra vez. ¿Qué se supone que estas haciendo para entrenar¿Qué tipo de hechizos aprendes?- el rubio formulaba las preguntas como si ya supiese la clase de respuesta que iba a recibir. Harry apretó las mandíbulas y contestó sin remedio:
- Magia oscura
- ¿De dónde sacas la información? – preguntó ya Draco sin asomo de diversión
- De libros que hemos incautado a los mortífagos – su pierna derecha ya reaccionaba del todo
-¿Desde cuándo tienes esos efectos secundarios?
- ¿Desde cuándo puedes hacer tantas preguntas seguidas¿Has cambiado el pacto y tú no recibes consecuencias?
- Responde Potter – comentó impaciente
- Un poco después de encargaros la misión – su otra pierna también despertó completamente.
- ¿Por qué has decidido aprender magia negra?
- Lo decidí cuando recuperaba el Horrocrux. Tuve que enfrentarme a demasiados peligros, y comencé a pensar que sabía defenderme de todos ellos, pero nunca tendría el poder suficiente para realizar alguno. No sabía combatir, solo defenderme; y eso no me serviría en mi enfrentamiento con Voldemort
Draco se estremeció ante la mención del nombre y Harry aprovechó ese momento de descuido para cambiar las tornas. Con un fuerte empellón tumbó al rubio en el suelo y lo agarró de las muñecas.
- ¿Contento serpiente? – dicho esto se levantó en un solo movimiento para marcharse de la sala común de Slytherin.
- Enloquecerás
-¿Perdona? – Harry se dio la vuelta mientras el rubio se comenzaba a levantar
- Digo que te volverás loco. Seguirás teniendo visiones, la magia oscura te invadirá poco a poco haciéndote perder los cabales. No se puede practicar magia oscura si se desprecian sus artes, y tu los detestas. Acabarás inundado de dolor, desesperación y amargura, sin distinguir quién eres o dónde estás. Simplemente vivirás una eternidad en el infierno hasta tu muerte.
El moreno mantenía la vista fija en el suelo.
- ¿Y qué propones? No puedo hacer otra cosa. Conozco miles de hechizos defensivos y de ataque, pero de magia blanca. Y estos no son ni la mitad de poderosos que la magia oscura. Tengo que aprender de todo porque mi enemigo conoce ya todos los entresijos de la magia, y yo ni si quiera me atrevo a hacer las imperdonables.- Harry hablaba apresuradamente- Tengo que matarlo, Malfoy.¿No lo comprendes? Tengo que matar a Voldemort, y no tendré mas oportunidades que una. Tengo que seguir con lo que estoy haciendo aunque implique llegar a la locura.
- Me parecen muy loables tus acciones, pero eso no te conducirá a nada –sentenció Draco- No llegarás a enfrentarte al Señor Tenebroso de esta forma. Perderás la cordura mucho antes. Tú mismo has visto como hoy casi te da otro ataque delante de nosotros¡y no llevas ni un mes!
- No tengo otra opción Malfoy
- Sí la tienes. Te he dicho que no puedes practicar magia oscura si desprecias sus artes, por ello si en serio quieres continuar realizándola tienes que comenzar a aceptarla.
Harry lo miró desconcertado. ¿Aceptar la magia negra¿Cómo? Sonaba más fácil decirlo que hacerlo. Ese tipo de magia acabó con tantas personas que el quería, convirtió a magos normales en viles asesinos, y Malfoy pretendía que la aceptase, es más, estaba seguro que aquellas palabras implicaban el que le terminase gustando.
- No
- No hay otra forma Potter
- No. No me has entendido. No puedo hacerlo. La odio demasiado.
Draco sonrió
- Lo sé.
El silencio se extendió entre ellos. Harry se dejó caer abatido otra vez en el sofá, escondiendo su cara en sus manos. Aún notaba nauseas y la fiebre no le había bajado.
- El odio es la clave
- ¿Qué? – preguntó confuso el moreno, mientras incorporaba la cabeza.
- El odio. No hay otra manera. Yo...yo puedo ayudarte en esto Potter, puesto que no nos vincula nada, solo el odio.
El Gryffindor se quedó unos instantes mirando a Draco. El recuerdo de una Bellatrix Lestrange gritándole que para realizar un Cruciatus correctamente se debía realizar con odio verdadero, atravesó su mente. Ya era la segunda vez que el Slytherin le abría los ojos y no le resultaba menos extraño.
Draco permanecía expectante a la decisión del moreno. No sabía porque se había ofrecido ayudarlo. Mientras la imagen de un joven de ojos verdes besaba con cuidado y afecto las cicatrices dibujadas en el pecho de otro joven rubio cruzó su cabeza, se planteó que a lo mejor no era que no lo supiese, si no que no quería aceptar el porqué.
- De acuerdo – dijo por fin Harry.
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Nota de la Autora: Holaa! He vuelto (si ya se, ya esta aquí la pesada). Tardé tanto en actualizar (y pido perdón por ello en todos los idiomas) por dos razones principalmente: una porque estaba algo vaga; y la otra porque tuve un lio grande con esto de las universiadades y las carreras y todas esas cosas para mi futuro que tanto odio, y que me dejaron harta del todo.
Bueno aquí os dejo un nuevo capitulo que ya no se si me quedo largo o corto, raro o no, pero espero que no sea aburrido. Por cierto tuve que poner esas rayas cutres porque no se que le pasaba a la pagina que me daba error. Espero que os guste el nuevo y muchas gracias por leerme.
bss!
