Disclaimer: Ninguno de los personajes de Harry Potter me pertenecen, y por supuesto no gano dinero de ninguna forma con esto, solo gano entretenerme un rato .


8. Torture me

Harry miraba hacia la ventana tentadoramente. Con grandes esfuerzos reprimía las ganas que tenia de ir corriendo hacia ella y saltar de una vez al vacío.

La semana había sido larga y agotadora. Más ataques mortífagos en distintas regiones, ya no solo de Gran Bretaña, si no también en zonas del extranjero. Una gran cantidad de integrantes de su particular ejército había quedado hospitalizada en San Mungo en una de las últimas misiones, y nadie podía ir a preguntar por el estado de los pacientes, ya que realizar esta tarea implicaría poner al descubierto sus actividades; oportunidad que el bando contrario aprovecharía agradecido. Sin embargo, Harry pudo enterarse gracias al Profeta, que no se había producido ninguna baja a pesar de que el estado de alguno de ellos parecía desalentador. Harry recordó con un suspiro que Neville encabezaba uno de los grupos y este aún no se había puesto en contacto con él.

Además los esfuerzos por encontrar más pistas acerca de la daga-Horrocrux no parecían dar sus frutos. Los grifos seguían desaparecidos, y para su desgracia, la primera incursión en el bosque había resultado un completo desastre. Aquella zona, parecía una reproducción del Bosque Prohibido en cuanto a sus peligros. En el primer intento de entrar en la maraña de árboles, Ron se había roto un par de costillas al caer por casualidad en un nido de hongos pateadores, Hermione y Ginny habían recibido quemaduras bastantes graves debido a su lucha contra arañas ígneas (por las cuales Ron casi se desmaya), Draco había obtenido nuevos cortes al quedar atrapado en una afilada enredadera metálica y Luna había sido lanzada varios metros en el aire por otro espécimen del conocido sauce boxeador. Pero cuando Harry, mientras estos eran curados en la enfermería, trató de comunicarles que los liberaba de la misión, o insistía en acompañarlos en la próxima tentativa, recibía miradas airadas y frases del tipo: "Sabemos hacerlo solitos Harry", "Si crees que tu conoces más hechizos que yo misma adelante", "Estabas tardando San Potter" o su favorita proveniente de su amigo Ron: "¡Ja¿Quieres darnos más problemas o qué¡ Tú eres un imán para los peligros!"

Harry a veces se sorprendía pensando en correr hacia la guarida de Voldemort y decirle tranquilamente¡Me rindo!. Sin embargo, esos pensamientos absurdos eran desechados rápidamente.

A toda aquella estrepitosa semana, había que sumarle sus nuevos entrenamientos. Las visiones habían desaparecido poco a poco (aún con efectos secundarios en forma de pesadillas), sin embargo Harry no estaba seguro si era peor el remedio que la enfermedad. Había descubierto que existía un profesor más cruel que Severus Snape: Malfoy era implacable en cuanto a magia oscura se trataba. Un ejemplo de ello había sido el de, tras la nula capacidad del Gryffindor para acordarse de la preparación de eficaces antídotos, Malfoy había optado por envenenarlo literalmente, dejándole como única posibilidad, elaborar el contraveneno correcto. Según él, era una forma muy válida para recordar las distintas funciones de cada ingrediente. Así, si en el futuro notaba mareos y calambres, sabría que había sido envenenado con láudano.

Malfoy no solo era duro en pociones. Harry se había sorprendido al darse cuenta de que era capaz de odiar aún más al rubio. El Slytherin intentaba inculcarle valores sobre la magia oscura aleccionándolo a aceptarla, por las buenas o por las malas. Siempre que el moreno se negaba a aprender algún hechizo, o a realizar algún tipo de macabra maldición; Malfoy le recordaba "muy amablemente" (y decir amable proviniendo del rubio era, de la forma más cruel posible) todas las personas que dependían de que él saliese vencedor contra el Señor Tenebroso.

A pesar de ello, aún no había sido capaz de realizar las maldiciones imperdonables.

Harry se levantó con aire cansado de su mesa y salió del Gran Salón. La noche estaba muy entrada, y ya nadie quedaba fuera de sus habitaciones. El moreno se paró un segundo en mitad del vestíbulo mirando anhelante las escaleras que subían. Por un momento pensó en dirigirse hacia las habitaciones de los leones, en concreto, una particular donde dormía cierta pelirroja. Imágenes de noches pasadas, acudieron de golpe a su memoria. Su cuerpo entero se lo pedía a gritos. ¿Cuánto había pasado¿Semanas¿Tal vez un mes? No recordaba el tiempo exacto, pero sí tenía claro la necesidad que en estos momentos sentía. Deseaba tanto volver a notar el contacto de la piel desnuda.

El moreno se estremeció. Una voz fría en su cabeza le recordó lo serio de la situación del mundo mágico y no mágico actual, y sus impulsos más bajos fueron poco a poco reprimidos. Se reprendió mentalmente por tener aquellos pensamientos en un momento así. ¡Por Merlín¡Estaban en guerra¿En que diablos estaba pensando? Harry reanudó sus pasos avergonzado de no poder controlar con mas fuerza sus instintos. Sin embargo, a pesar de su conciencia, se dio cuenta de lo difícil que le estaba resultando calmarse y dejar de pensar en un desahogo físico como aquel. ¿Cuánto tiempo tardaría en olvidarse de su parte racional y dejarse llevar por la irracional?.

Harry seguía con esos pensamientos cuando de forma autómata llegó a la sala común de Slytherin. Levantó la cabeza sobresaltado y dejó de andar cuando notó que casi había chocado con Malfoy, que se encontraba justo enfrente a él. No recordaba ni haber dado la contraseña. Harry se percató de lo cerca que habían quedado y se echó hacia atrás reprimiendo más fuerte que nunca las ideas que llevaba dando vueltas a la cabeza todo ese tiempo. Una imagen fugaz de una situación que los implicaba a ambos, y no precisamente entrenando magia oscura, se creó en su imaginación.

- ¿Qué te pasa Potter? – formuló con una sonrisa irónica. Harry tenía la sensación de que el rubio se había percatado de la escena que había cruzado su mente

- Na...nada – contestó apartando la vista mientras parpadeaba varias veces. Sus mejillas se colorearon de forma inmediata

- ¿Tanto tiempo conmigo y aún no te habías dado cuenta de lo bueno que estoy? – preguntó mordazmente

- ¿Bueno? – intentó reponerse - ¿En serio lo crees? – dijo mientras recorría con la mirada la figura de Malfoy arqueando una ceja- supongo que nunca tendremos la misma opinión sobre las cosas.

Draco entrecerró los ojos molesto y Harry sonrió satisfecho. Atacar el ego del rubio era una arma infalible.

- Por supuesto, yo tengo buen gusto y tú no –terminó Draco. Y antes de que Harry pudiera replicar, añadió – Supongo que no has venido a charlar¿no?

- Claro que no.

El Slytherin giró sobre sus talones y fue directamente hacia un pequeño escritorio. Harry se había dirigido al centro de la sala, esperando a que el otro volviera, mientras por segunda vez en poco tiempo se sermoneaba a sí mismo por pensar en tonterías. ¿Desde cuándo había entrado Draco Malfoy a formar parte de sus fantasías? Decididamente algo raro le pasaba.

Levantó la vista cuando notó al rubio acercarse. Llevaba una jaula en sus manos con un cuervo en su interior. El animal lo miraba con unos pequeños ojos negros cargados de un sentimiento que Harry no pudo describir, pero que le daba mala espina. Draco posó la jaula en una de las mesas, y sacó al cuervo de ella. Mientras lo dejaba en el suelo, Potter preguntó:

- ¿Para qué es?

- Para el encantamiento Cruciatus – dijo calmadamente. Harry abrió sorpresivamente los ojos.

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- Es imposible – dijo Draco remarcando con fuerza las palabras- ¡Sencillamente imposible¿Cómo tras cuatro horas con la misma maldición aún no has conseguido ni que el puñetero cuervo se despeine un poco¿eh¿cómo?

- ¿Te crees que yo no estoy harto también o qué¡Pero no puedo!

- ¿Qué es lo que no puedes¡Atiende¡Crucio!

La pequeña ave se retorció de dolor y agitó sus alas, mientras graznaba fuertemente

-¡Para Malfoy¡El cuervo no tiene la culpa!- exclamó Harry mientras bajaba el brazo del rubio

- Ese es tu problema Potter – comentó serenamente, mientras observaba como el cuervo tras recuperarse, emprendía el vuelo- Que sientes pena por un maldito pájaro. Cómo vas a poder torturarle, si te importa más el cuervo que realizar el hechizo.

- El pájaro no me importa, ese sí que es el problema. Me es indiferente. ¡Por eso no soy capaz de enviarle un hechizo para torturarle¡el animal me da igual!

- Te es indiferente – aseveró Draco- Pero yo no te soy indiferente ¿cierto?

-¿Qué...? – preguntó el Gryffindor confuso.

Como única respuesta recibió una mirada maquiavélica de Draco.

-Dime Potter –pidió el rubio mientras daba un paso hacia Harry, a la vez que él retrocedía - ¿Sigues visitando a la pobretona por las noches?

- ¿Qué? – volvió a preguntar todavía más confuso

- ¡Ah¿No¿Es que acaso ya no te da lo que tú necesitas Potter?- otro paso- ¿Es igual de inútil que de pobre? – otro paso- No me extrañaría nada si se parece a su hermano el Comadreja...

- ¿A qué viene esto Malfoy¿Qué te importa a ti¡Y deja en paz a Ron y a Ginny!

- Ron y Ginny. El Cero a la izquierda y la Aprovechada – Draco seguía yendo hacia Harry mientras este retrocedía – No lo dudarás ¿no Potter? No puedes ser tan ingenuo. La pobretona solo se aprovecha de tu fama. Pretende quedar como la abnegada novia del héroe, pero solo busca tu fama. Y Weasley...el inútil que solo es un estorbo. Vive detrás de ti, en tu sombra, y jamás destacará. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde su último ataque de celos?

-¡Ginny jamás se aprovecharía de mi fama¡Y Ron no es ningún inútil¡Ambos me son leales y los quiero como a mi propia familia¡No te atrevas a insultarlos!

- Te engañas a ti mismo. Pero no me extraña. No sabes ni rodearte de gente importante, solo hay que ver a quienes prefieres. Dos pobres inútiles y traidores a la sangre, y, como no, una Sangre Sucia.¡Qué familia Potter!

-¡Basta Malfoy¡Cierra la jodida boca!- gritó ya alterado Harry

- Aunque bueno, no me extraña que elijas a una familia tan peculiar Potter...

- Basta

- Se me olvidaba que no tienes el ejemplo de una.

-¡Basta!

- ¿Crees que de haber conocido a tus padres las cosas serían diferentes? No...yo creo que seguirías con la misma basura de gente que ahora. Tal vez el Señor Tenebroso no se equivocó al eliminarlos...

-¡BASTA!¡CRUCIO!

Harry observó como la maldición golpeaba el pecho de Malfoy y este caía al suelo. Su cuerpo se convulsionaba, mientras audibles gritos se escapaban de su garganta. Tenía los ojos muy abiertos y sus brazos se agitaban a ambos lados de su cuerpo. Harry horrorizado levantó la varita para terminar con el hechizo. Se arrodilló al lado de Draco que permanecía tendido en el suelo. Este mantenía la mirada perdida fija en el techo y respiraba con dificultad.

-¡Malfoy¡Malfoy! – Harry lo agarraba de los hombros y lo agitaba- ¡Lo...lo siento! yo...yo no pretendía...

Una risa amarga salió suavemente de los labios de Draco.

-¡Merlín Potter!...-dijo casi en un susurro- pensé que tendría que insultar a todos tus antepasados para que lanzases el maldito hechizo

- Lo has hecho a propósito

Harry se quedó paralizado manteniendo la misma posición, agarrando los hombros de Draco. Malfoy lo había enfadado a propósito para que le lanzase el Cruciatus a él. Harry estaba totalmente ido y sin saber que pensar. Solo sabía que cuando vio al rubio retorcerse de dolor por su culpa algo se rompió en su interior.

-¿Potter estás bien?-esta vez el rubio le miraba directamente a los ojos, mostrando lo que por primera vez parecía preocupación- Tienes que comprenderlo. No había otra forma

Trató de incorporarse, pero el moreno poniendo una mano en su pecho se lo impidió.

- No me habías dicho- comenzó con la voz quebrada- lo que se sentía al realizar la maldición.

Harry se levantó en un movimiento rápido y se alejó andando hacia atrás lentamente. Ahora era él quien tenía la mirada perdida. Draco también se levantó, y se fue acercando al Gryffindor poco a poco.

- ¿El qué¿El odio del principio¿O te refieres a cuando observas a tu víctima retorcerse en el suelo?- Draco apoyó una mano en el hombro de Harry- No puedes evitarlo Potter.

-¿Por qué lo has hecho¿Por qué te has puesto de conejillo de indias?

- Tú mismo lo has dicho el pájaro te era indiferente y yo te dije que te ayudaría.

Un silencio se acomodó entre ambos, y Draco fue consciente de su mano recargada sobre el moreno y la retiró raudo.

Harry se percató de la acción. En ese momento su mente era un mar de confusión y un sentimiento parecido al dolor. Le había dolido realizar aquella maldición. Era un dolor punzante en medio de su pecho, y no estaba seguro si era por culpa del Cruciatus o por haber sido él quien había hecho sufrir al rubio. En el momento en que lo vio en aquella situación, él... Harry miró directamente los ojos grises de su adversario.

- Estúpido – espetó el Gryffindor- realmente muy estúpido

-¿Perdona? - preguntó incrédulo el Slytherin- prefería mayor agradecimiento por tu parte, después de todo me acabas de torturar.

- ¡Ja!- mostró Harry una risa sarcástica- vaya comportamiento más impropio de una serpiente. Te presentas voluntario para causas nobles sin pensar en el beneficio personal y no solo eso, si no que además te indignas por no recibir un "gracias". Creo que soy una buena influencia para ti- terminó sin apartar sus ojos de los de Malfoy.

Draco bufó indignado manteniendo la mirada fija en los ojos esmeralda. Algo en su interior se revolvía incómodo.

- ¡No me presenté voluntario! Eres tan inútil que no me quedó otra opción

- ¿Qué la de sacrificarte tú? Que bonito Malfoy- dijo en voz baja mientras se aproximaba al chico rubio. Este permaneció en su posición- Tal vez tengas razón y deba darte las gracias.

Permanecieron en silencio y estáticos durante unos segundos, mirándose directamente a los ojos el uno al otro. Harry ladeó un poco su cabeza y se acercó poco a poco a Draco. Ambos mantenían los ojos bien abiertos. Fijó su mirada en los labios rosados enfrente a él que se abrieron un poco. Se desplazaban deliberadamente de forma pausada, seguros de sus acciones pero disfrutando cada movimiento.

Draco notó la respiración de Harry sobre sus labios. Solo una pequeña distancia los separaba pero en aquel momento le pareció infinita. Percibió un leve roce en su labio inferior, pero solo fue un segundo; ya que sus labios se alejaron otra vez escasos milímetros, para volver a realizar la misma breve caricia. Harry se había propuesto no tocar a Draco, ni una sola vez todo el tiempo que pudiese, para hacerle perder la razón. Repitió la misma acción una tercera vez. Draco sentía que se derretía. Notaba sus labios arder sin ni siquiera haber llegado a tocar los de su contrario. El juego de acercarse y alejarse de Harry lo excitaba sobre manera, pero lo estaba empezando a volver loco.

Harry se retiró de sus labios y bajo lentamente hacia su cuello. El trayecto lo hizo pegado a su piel pero si llegar a posar sus labios. Llegó a la zona de su pulso y se permitió rozar ligeramente con su labio inferior la piel nívea que comenzaba a adorar. La respiración de ambos estaba alterada y Draco sentía el camino trazado por las suaves caricias de Harry como quemaduras ardiendo en su piel.

Harry llevó una mano hasta uno de los botones de la camisa del Slytherin mientras su boca ascendía hasta el lóbulo de su oreja. Lanzó una pequeña exhalación en este, haciendo que Draco se estremeciera. Con movimientos calmados desabotonó la camisa poco a poco, sin llegar a tocar ni una sola vez la piel de Draco. Retiró esta, ahora con ambas manos, dejando aquella piel blanca al descubierto. Y comenzó a descender perezosamente por el pecho de este.

Malfoy había cerrado los ojos y se concentraba en no perder la cabeza. Sentía todos los pequeños roces y besos de Harry como pequeños incendios en su piel. Su sentido del tacto se había duplicado haciendo que la mas nimia caricia se incrementase, provocando en que el deseo lo inundase. ¡Y lo más desesperante era que todavía no lo había tocado!

Harry volvió a sus labios. Volvió a notar su respiración agitada sobre ellos y nada más que la intuición de la suave piel de estos. De repente, Draco notó la caricia de una suave lengua sobre su labio inferior, delineándolo, muy lentamente; para después dibujar el contorno del superior de la misma forma exasperante.

Tan pronto como empezó todo, se acabó, y Harry se retiró hacia atrás para contemplar la magnitud de sus acciones. Draco abrió los ojos desconcertado, y atisbó una sonrisa divertida en los labios que hace un segundo lo había enloquecido y no pudo reprimirse más.

Ambos se fusionaron en un beso enardecido. Sus labios peleaban el uno contra el otro sin tregua y pronto profundizaron el beso. Sus lenguas chocaron y se enredaron, causando una descarga eléctrica en sus cuerpos. Se trataba de una batalla, una batalla en la que ninguno quería dejarse vencer.

Harry volvió a trazar el camino antes dibujado por el cuello del rubio, pero esta vez asegurándose de no dejar un trozo de piel sin marcar. No pudo evitar dar un pequeño mordisco en la base del cuello, a lo que Draco respondió con un pequeño gemido.

Cuando retornaba el trayecto hacia la oreja del rubio, Draco decidió dejar de ser pasivo y empujó con fuerza a Harry contra una de las paredes de la sala. Acorraló el cuerpo del moreno con el suyo propio, y rápidamente, al contrario que el Gryffindor, desvistió su torso. Al finalizar esta tarea, apresó las muñecas de Harry por encima de su cabeza y comenzó a descender por la piel morena del chico, colmándolo de besos y pequeños mordiscos.

Harry soltó un gemido ahogado cuando notó como mordían ligeramente el hueso de su clavícula. Draco no pudo evitar sonreír, mientras seguía descendiendo. Al llegar a uno de sus pezones, lo lamió calmadamente provocando que el cuerpo de Harry se arquease ligeramente. Draco se había planeado enloquecerlo como antes el otro lo había hecho con él.

Liberó sus muñecas, pero acto seguido agarró con fuerza las caderas del Gryffindor mientras llevaba su boca hasta la cintura de este. Sus manos se hundieron por debajo de la cintura, y su lengua dibujo una línea horizontal, rodeando la zona más pegada al pantalón. El Slytherin lo abrió sin mayor problema pero antes de que pudiese comenzar a bajar la tela, notó una mano en su hombro que tiraba de él hacia arriba.

Harry agarró con fuerza al rubio por la cintura y el hombro, mientras volvía a unir sus labios con los de él. Empujándolo ligeramente consiguió hacer andar hacia atrás a Draco hasta que este tropezó con el brazo de un sillón, cayendo ambos, Harry sobre Draco.

Harry llevó una de sus manos hacia la entrepierna de su compañero y apretó ligeramente, Draco arqueó su espalda acercándose a la fuente del contacto. Con dedos rápidos, el moreno desabrochó el pantalón y se despojó de las prendas que cubrían al Slytherin. Se echó hacia atrás y contempló la erección de Draco. Se acercó hasta ella y casi sin rozarla volvió a retirarse presurosamente.

- ¡Otra vez ni se te ocurra! –demandó Draco con voz alterada

Harry sonrió divertido, y de una sola vez, introdujo todo el miembro en su boca. El rubio dejó escapar una exhalación sonora, mientras el Gryffindor recorría con su lengua de arriba a abajo. Cuando llego a la punta, dibujó un círculo en esta, con parsimonia para después, tomarla otra vez en un solo movimiento.

Draco volvió a arquear su cuerpo, y se agarró con fuerza al sillón. El contraste de lento a rápido que realizaba el moreno le encantaba, y como siguiese con él, no podría seguir continuando. Así que con un movimiento brusco lo apartó de su erección y haciéndolo incorporar lo volvió a besar salvajemente. Después, mientras mordía suavemente su oreja le susurró:

- Termina ya

Harry comprendió a lo que se refería, y en poco tiempo quedó también completamente desnudo. No estando muy seguro de lo que debía realizar entonces, intentó tantear con su dedo la entrada del rubio pero este lo detuvo con una mano:

- ¡No! Ya está bien, termina de una vez o no podré más.- su respiración era agitada y sus pupilas oscurecidas. Harry lo contempló extasiado. Nunca había visto nada tan excitante.

Se colocó en la entrada de Draco y de una sola vez se introdujo por completo. Ambos gritaron al unísono. Tras unos segundos comenzó a moverse, al principio despacio, pero pronto notó como el rubio demandaba más velocidad. Draco se aferró a la espalda del moreno hincando sus uñas en la piel y dejando pequeñas señales debido a la excitación.

Ambos se encontraban al borde del éxtasis. Las embestidas cada vez eran más rápidas, y sus gemidos ya no eran sofocados. Se movían cada vez más rápido, hasta que de pronto, Harry notó como el interior se estrechaba entorno a su miembro, provocando con ello que este también llegara al orgasmo.

Sus respiraciones se fueron normalizando. Se sentían agotados pero a la vez, extrañamente vivos. Ninguno dijo nada, y tampoco se movieron de sus posiciones mientras, poco a poco se fueron quedando dormidos.


N/A: Hola!Bueno esta vez no tarde tanto,(si ya!). Aquí teneis un nuevo capitulo y espero que os haya gustado porque al fin!al fin los junte!Tengo que decir que es mi primer lemon (se dice asi?) así que no sé como habrá salido, T.T perdonadme si metí mucho la pata porfi! Como siempre os digo muchas, muchísimas gracias por tomaros la molestia de leer mi historia y además de dejarme reviews, en serio muchas gracias!

Reviews:

dior: Hola!Aqui esta el nuevo capitulo no esperes más, y a ver si ahora te aclaro algo! bss!

aLy: Hola!Gracias de verdad (estoy colorada) y espero q te guste tb este capitulo!bss!