You don't know how you're coming across

Acting like you don't give a toss

Walking around like you're on some kind of cross

And it's a shame on you, the irony's lost

When you come undone

Come undone- Placebo

CAPÍTULO DOS: SOLEDAD

1- LEONARDO

Trato de enfocar, pero no puedo, mi cuerpo está aquí, pero mis pensamientos están lejos. Kata tras kata, intento relajar mi mente, pero no puedo concentrarme, demasiado ruido en mi cabeza, no hay calma. Me quedo de pie, erguido, respiro profundo y de pronto puedo sentir su presencia justo detrás de mí. Me sorprende. No es que no agradezca la interrupción, necesito pensar en algo más por un rato, pero ella era la última persona a la que habría esperado esta noche.

.- Así que te vas a quedar después de todo.- Le digo. No puedo verla, pero sé que está sonriendo.

.- Así parece.- Responde y su voz suena alegre. Sé que le gusta mirar cuando entreno y no me importa, su presencia nunca me molestó antes, pero esta vez hay algo diferente, me perturba. Me había hecho a la idea de que no vería más y de pronto está aquí otra vez.

Me vuelvo a mirarla. Me imagino por qué está aquí, Sora me tiene convertido en su involuntario confidente, descarga conmigo todas las frustraciones y desazones de su vida con Raph, aun cuando estoy firmemente convencido de que nada de lo que pase entre ellos es asunto mío y trato de recordárselo a cada instante, pero ella insiste en involucrarme. Mi propia relación con Raph siempre ha sido bastante tormentosa, no es mucho lo que puedo, o quiero aportar aparte de escuchar y trato de reducir mi participación a sólo eso, pero debo reconocer que me gusta que confíe en mí.

.- No pude hacerlo.- Me dice, encogiéndose de hombros.- No puedo dejarlo.

Llega hasta mí una profunda sensación de vulnerabilidad, de indefensión, cómo si tuviera ante mí a una niña pequeña que necesita desesperadamente de protección. Me inquieta por segunda vez, logra mover algo en mí y mi primer impulso es correr y abrazarla y es difícil de reprimir. En vez de eso, le sonrío.

.- Me alegra que no te hayas ido.- Le digo y ella sonríe, pero en el fondo veo tristeza. Quiero saber, quiero preguntar, quiero ver que hay más allá de esa tristeza, pero no debería involucrarme más. Me agrada. Me agrada bastante y hoy me agrada más que otros días, tal vez porque decidió quedarse. No quería que se fuera, nunca quise que se fuera, me gusta tenerla alrededor, es buena compañía, aunque no me correspondía a mí pedirle que se quedara. Fui el primero en saber que pensaba alejarse de Raph y creo que la entendí, pero entonces me di cuenta que eso significaba alejarse de mí también. No verla más.

.- Escucha...- Dice después de un rato, sacudiendo la cabeza para desprenderse de cosas en las que no quiere pensar por el momento.- Raph quiere estar solo esta noche, pero yo no, vamos a dar un paseo.

Alza la vista para fijar en mí sus tremendos ojos canela, esperando una respuesta. La verdad, no sé si sea buena idea, las cosas han estado un poco revueltas en mi cabeza últimamente, no estoy bien, pero no logro identificar qué es. De hecho, pensaba aprovechar que no había nadie en casa, estar un rato a solas y tratar de descubrir que es lo que anda mal. Ella frunció el ceño.

.- ¿Pasa algo malo?- Me pregunta.

.- No.- Me apresuro a contestar.- Pero no creo que resulte ser buena compañía esta noche.- Me disculpo y ella sonríe.

.- Deberías salir.- Dice, mirándome con cuidado.- Un poco de aire te haría bien, te ves como si lo necesitaras…

Sonrío y desvío la mirada, ocultando la cara, no quiero que me vea. Probablemente tiene razón, no he estado afuera en semanas, no desde lo que pasó la otra noche. Tiene que ser esa la razón por la que siento esto, sé que si busco dentro de mí, esa será la razón, pero no sé si estoy listo para esa búsqueda, han pasado semanas y no me siento listo aún, me consume, pero no quiero ver lo que voy a encontrar. Tal vez no sea tan buena idea quedarme solo esta noche, pienso y termino asintiendo con la cabeza.

Media hora después, estábamos sobre una azotea algo apartada del centro, mirando hacia las luces de la ciudad. No sabía a dónde ir, así que me dejó guiarla, conozco lugares de la ciudad que ella seguro no sabe siquiera que existen y este lugar es justo el punto perfecto, la ciudad se despliega en ángulo recto, como una sábana de luces, se puede ver todo, pero nadie puede verte a ti.

Hasta ese momento, jamás había notado lo ágil que era, no es fácil seguirme por las azoteas y de pronto se me olvidaba que no podía ir todo lo rápido que acostumbro, pero ella no tuvo problemas, pensé que iba a tener que cargarla, pero no.

.- Este es un bonito lugar.- Dice, de pie en el borde mismo, con las puntas de los pies fuera de la cornisa. El vértigo parece ser otra de las cosas con las que no tiene problemas.

Era una noche cálida, agradable para estar afuera, me siento en el borde y dejo que mis piernas se balanceen en el vacío. Fue bueno salir, pienso, el aire despeja mi cabeza, Sora continuaba paseándose a lo largo de la cornisa, pero no me pone nervioso ver como juguetea descuidadamente en la punta del edificio, parece segura de lo que está haciendo, aunque esa clase de confianza requiere de práctica, me pregunto de dónde sacó esta chica tanta familiaridad con los rascacielos.

.- Si.- Le respondo al fin, perdiendo la mirada en el horizonte.- Es tranquilo, no viene nadie y tienes una buena vista de la ciudad.

.- Apuesto a que traes a todas las chicas para acá.- Me dice mirándome de reojo. Me río.

.- Es mi pequeño truco.- Digo y ella sonríe.- Así que… ¿Todo bien con Raph?- Pregunto distraídamente, sin mirarla.

.- Oh, ahora sí quieres saber…

.- Sólo si me quieres contar.

.- Bueno, no hay mucho que contar. Todo es más o menos como antes, con un poco menos de histeria de mí parte y con un poco menos de mal humor de la suya.

.- Yo llamaría eso progreso.

.- Supongo que sí…

Me encojo de hombros.

.- Dale tiempo. Y espacio. Montones de espacio.

Ella se ríe.

.- Ahora eres un experto en estas cosas también…

.- Soy más o menos un experto en mi hermano, si eso quieres decir.- Digo y me vuelvo a mirarla. Ella sostiene mi mirada un segundo más y luego se vuelve a mirar la ciudad, recostada a lo largo de la cornisa, con las piernas hacia mí, el cuerpo recostado sobre sus codos.- Tienes que considerar…- Vuelvo a hablar.- Que estar contigo es algo nuevo para él…

.- ¿Y tú punto sería…?- Me urge. Me encojo de hombros.

.- Ten paciencia, eso es todo.

.- Suena como un montón de esfuerzo…- Murmura.- Sólo espero que valga la pena.

.- Nada que valga la pena viene fácil.- Le digo distraídamente. Ella se ríe.

.- Eso dicen.- Dice y luego guarda silencio por un rato antes de volver a hablar.- ¿Sería algo nuevo para ti también?

.- ¿Qué cosa?

.- Una compañera. Alguien a quien amar.

La pregunta me toma por sorpresa, me avergüenza a decir verdad, ella quiere saber si he estado con una mujer antes, siento el rostro caliente, pero soy el único incómodo aquí, ella se me queda mirando con la cabeza inclinada hacia un costado, como si nada. Desvío la mirada, nervioso, probablemente sonrojado.

.- Por supuesto que sí.- Le respondo simplemente y apenas escuchó mi propia voz, luego me vuelvo a mirar a la ciudad.

No había pensado en eso antes, simplemente porque no creo que sea algo que vaya a pasar, no para mí, enamorarse, amar, son ideas indefinidas, lejanas, sin forma. Imposibles. Ni siquiera pienso en ellas.

.- Pienso que lo manejarías mucho mejor.- Me dice, echando el cuerpo hacia atrás otra vez, recostando la espalda en la cornisa, entrelazando los dedos sobre su estómago.

Fue un comentario tirado casualmente, pero me volví a verla con brusquedad ¿Por qué estamos hablando de esto?

.- Te pasa algo.- Me dice de pronto, sin mirarme, concentrada en algún punto en el cielo, sus palabras son más una afirmación que una pregunta. Vuelvo el cuerpo ligeramente en su dirección.- Algo anda mal contigo.- Sigue, esta vez incorporándose, sentándose, recogiendo sus piernas en posición de loto. Me mira y yo la miro también, extrañado.

.- ¿Qué te hace pensar eso?- pregunto, ella se encoje de hombros.

.- Te he visto arrastrar tu humanidad penosamente por los rincones, te quedas mirando a la nada por horas. Me doy cuenta y ni siquiera estaba prestando atención.

Bajo la cabeza, considerando lo que dice y finalmente vuelvo la vista de vuelta a la ciudad, sonriendo.

.- No trate de mirar a través de mí, señorita.- Le digo, mitad en broma, mitad en serio.- Puede que no le guste lo que vea.

Ella no sonríe, ahora me mira con más atención aún, me hace sentir incómodo, ser examinado así, estoy demasiado acostumbrado a guardar mis cosas para mí.

.- Tus ojos te traicionan.- Dice, con seriedad.- Algo malo pasa.

Lamentablemente, no encuentro la energía para negarlo de forma convincente. No, no era esto lo que quería, no quería tener que pensar en esto ahora, mucho menos hablarlo, no me siento bien, no me siento fuerte. Ni siquiera me siento fuerte como para pararme de aquí e irme a casa. No he querido hablar de esto con nadie, por qué habría de contárselo a ella, pero Sora no lo pasó por alto. No sé si los demás notaron que hace un par de semanas que no soy el mismo, o sí lo hicieron y prefirieron ignorarlo, de cualquier forma, no me quejo, me sentó bien que me dejaran en paz.

Apenas la conozco, por qué habría de confiar en ella, casi no sé nada de Sora, sólo hace seis meses que la conozco, sé que ama a Raph, se puede ver en sus ojos, puede quejarse todo lo que quiera, pero lo acepta tal cual es, también sé que tiene un pasado triste y oscuro del que no quiere hablar, pero que dejó sus huellas en ella, es todo lo que he podido sacarle de nuestras conversaciones ocasionales. Aun así, su sensibilidad me sorprende y me conmueve, me hace bajar la guardia, a pesar de que apenas la conozco. Como otras veces antes, me encuentro a mí mismo siendo sincero y abierto con ella sin ninguna dificultad, con algo de alivio incluso, como si hubiera estado esperando alguna excusa para hacerlo y justo ella se hubiera aparecido. Nunca antes me había pasado, no es que antes alguien se hubiera preocupado demasiado por saber qué pasa en mi interior.

Me alegro que no se haya ido, creo no que pensé que podía extrañarla, no me había dado cuenta de cuánto me he acostumbrado a ella, a nuestras conversaciones una vez que todos se han ido a dormir. Es a mí a quien siempre encuentra cuando necesita de alguien y creo que eso ha comenzado a gustarme, creo que últimamente me había dedicado a esperarla.

.- Es bueno tenerte de regreso...- Susurro.

2- SORA

Pobre tipo.

De a poco comienza a dejar caer la máscara, deja de pretender que se la puede con todo, tan acostumbrado a dar esa imagen, que hasta él mismo se tiene convencido. Aislado emocionalmente de todos por voluntad propia, sin nunca tener absolutamente claro si forma parte de una familia o está al frente de un batallón de combate. Ante la duda, prefiere esto último porque es más seguro para todos. Pero el peso que él mismo se puso sobre los hombros, también lo abruma, está cansado, pero no se queja. Pienso que no lo querría de ninguna otra forma, después de todo, le gusta estar a cargo, está acostumbrado a la autoridad, a tener la palabra decisiva incluso si la responsabilidad es tan grande. Siempre intenso, nunca relajado, siempre el gran pensador, siempre teniendo que mantener todo bajo control, sin jamás dejarse llevar. Pero ahora… tiene los hombros caídos y la mente perdida, está bien ocultar lo malo de los demás, pero no se pueden ocultar los problemas de uno mismo.

.- Todo va a estar bien.- Digo, al azar porque no sé lo que pasa. Tiene la vista fija en la nada y pienso que fue un error decirlo, ahora mira a la nada lleno de angustia. No. No estará bien, nada estará bien. Dios, en verdad es malo.

Pongo una mano en su hombro y él cierra los ojos, sobrecogido. Me pregunto qué tan lejos del contacto humano se necesita estar para que un simple gesto lo haga reaccionar así, no lo sé, pero se ve que lo necesita. Puso su mano sobre la mía y la apretó con fuerza y me deja preguntándome si realmente quiero que comparta su pena conmigo, parece ahora mucho más grande de lo que había pensado hace un momento.

.- Necesitas descansar.- Le digo, recuperando mi mano.

No estaba esperando esto. Quiero distancia, no quiero seguir acercándome más, sé que lo necesita, sé que necesita de alguien, pero no quiero ser esa persona, tengo mis propios problemas. Se vuelve a mirarme y lo maldigo, no, no me mires así, no me pidas ayuda, no puedo.

Pero no puedo rechazarlo, su vulnerabilidad me traspasa y me resulta difícil resistirla. Cruzo la distancia que nos separa y me siento a su lado, muy cerca, rozando su hombro, lo miro con cuidado, puse mi mano en su mejilla y él cerró los ojos y se apretó fuerte contra ella, como si quisiera que la dejara ahí para siempre.

.- Maté a una niñita la otra noche.- Me dice de pronto y la voz se le quiebra.

3-

Quitó la mano de mi cara rápidamente y se me quedó viendo con ojos enormes. No pude soportar esa mirada llena de sorpresa, así que me volví a mirar a la calle allá abajo.

.- Unas noches atrás, tal vez unas tres semanas atrás...- Comencé la explicación que ya no iba a poder evitar.- Me vi emboscado por una cuadrilla disidente del Pie. Después de la muerte de Shredder, muchos elementos han renegado de Karai, algunos formando sus propios grupos; otros juraron venganza y no piensan rendirse. Ya casi me he acostumbrado a este grupo de fanáticos y la otra noche pensé que sería más de los mismo, pero no…

Hago una pausa para tomar aire, para componerme. Siento a Sora revolverse un tanto incómoda a mí lado, pero no se irá. Ya sea por curiosidad o por genuino interés, se quedará a escuchar el resto y lo agradezco, de verdad necesito sacarme esto del pecho de una vez.

.- Eran bastantes, más de lo usual, apenas novatos, pero lo que les faltaba en habilidad lo compensaban en número. Nunca los subestimo, hasta un inepto puede tener su día de suerte… trato de evadirlos, evitar la confrontación, sé que volverán tarde o temprano, sé que nunca aprenden, no importa cuán duro los golpee, pero odio seguirles el juego. Pero esa noche estaba harto, cansado, hastiado, caí sobre ellos con todo lo que tenía, estaba determinado a hacerles considerar dos veces antes de intentarlo nuevamente. Para cuando todo acabó, sólo un par logró dejar el lugar por sus propios medios, vi a mí alrededor, el piso estaba lleno de ellos, incapaces de correr, sangrando algunos, muy golpeados otros. Muchos muertos. Creo que entonces me di cuenta de que había perdido un poco el control, pero no me di cuenta de cuánto, hasta que vi ese cuerpo. Llamó mi atención, porque parecía mucho más menudo que el resto, estaba sobre una pila de enmascarados de negro, inmóvil. A simple vista era obviamente una mujer, lo que no sería raro, pero este cuerpo era pequeño, delgado. Fui hasta ella y le arranqué la máscara de un tirón…

Hice una pausa para recuperarme del escalofrío que me recorrió el cuerpo, el mismo que sentí en ese momento, nunca olvidaré esa cascada de pelo rubio cayendo sobre sus hombros, sobre su cara, su cara tan blanca…

.- Eran unas facciones tersas, suaves, redondeadas…

Sus ojos, intensamente azules, miraban a la nada, vacíos, suspendidos para siempre en una expresión de sorpresa, su pecho, lleno de sangre que comenzaba a coagularse, la sangre, tan brillante, incluso en la oscuridad, incluso contra la ropa negra. Reconocí mi trabajo al instante, el golpe certero en medio del corazón, limpio, sin vacilación, Iaido, hermosamente ejecutado, para arrancarle la vida a una chica de no más de 16 que no llevaba ningún arma en las manos.

.- Era una niña…- Dije y se me quebró la voz.- Era sólo una niña.

Sora está inmóvil, observándome incrédula.

.- No fue tú culpa…- Balbucea al fin, apenas audible.

Me río, no puedo evitarlo, no me burlo de ella, es sólo la ironía, porque también yo intenté convencerme de eso, pero esa frase ya no funciona, hace tanto que no funciona.

.- Si hubiera puesto más atención, si hubiera estado más en control…- Seguí, consiente de que estaba alzando la voz, consiente de que estaba cada vez más furioso.- Tendría que haber visto que ese cuerpo no calzaba, tendría que haber visto que no era una amenaza, ni siquiera estaba armada por Dios, cómo pude no haberlo visto.

.- Leo, fueron ellos. Ellos le pusieron ese traje, ellos la enviaron a combatir…

.- Su cuerpo estaba al final del callejón, cerca de un agujero en la cerca de madera por el que se podía salir a la calle siguiente, sobre los cuerpos de otros, no estaba al frente, nunca llegó al frente, nunca fue a combatir, estaba tratando de escapar ¡Estaba tratando de escapar!- Me golpee la cara con las manos con toda la fuerza que pude.- ¡Dios!

Me di la vuelta con brusquedad, me levanté de la cornisa y avancé por la azotea, las manos todavía en mi cabeza, como garras, si tan sólo pudiera tomar esa imagen, ese momento y arrancarlo de ahí, eliminarlo para siempre. Siento a Sora ponerse de pie detrás de mí, correr hacia mí, ponerse en frente. Toma mis manos y me obliga a bajarlas, a tener que mirarla.

.- Eso no lo sabes, eso no tienes cómo saberlo.- Me dice, casi gritando.- Lo único que sabías, era que había un montón de desquiciados tratando de matarte y estoy segura de que lo intentaron con todas sus fuerzas. Hiciste lo que tenías que hacer y lo sabes. En cuanto a ella, puede haber sido joven, puede haber sido inexperta, pero desde el momento en que se puso ese traje asumió su destino. Si quieres culpar a alguien, culpa a esos desgraciados que reclutan nenas y las mandan a morir, culpa a esa niña tonta que tomó la decisión equivocada, culpa a quien quieras, pero no a ti.- Dice y recalca cada palabra, de verdad trata de convencerme y yo quiero creerle, de verdad que sí, pero no resulta.

.- ¿De verdad?- Le digo, sonriendo sin una pizca de gracia.- ¿De verdad piensas que me lo puedo sacar así de fácil?

He combatido toda mi vida, he abrazado esta existencia que ha sido elegida para mí casi sin cuestionamientos, he querido creer que es lo que soy, que es lo que se supone que debo ser, pero ya no puedo simplemente pasarlo como mi destino. Ya no. Gente muere. El hecho de que oculten sus rostros en máscaras no los hace menos humanos, no hace que tengan menos alma.

.- ¿Es esto todo lo que soy? Un asesino, ¿sólo eso?

Sora se acerca más a mí, pero duda ¿Por qué estoy contándole todo esto? sólo he logrado incomodarla, probablemente no sabrá qué hacer conmigo, pero no quiero detenerme, quiero creer que realmente le importa. Quiero creer que intentara reconfortarme de alguna forma. Lo necesito. Me toma la cara con las manos y me mira, me mira profundamente.

.- No lo eres.- Me dice.- No fue tu culpa.

Cierro lo ojos. No sé si lo cree ella misma, no lo sé, pero no necesito de sus palabras, no quiero ser convencido de nada, no es eso lo que necesito, no es eso lo que quiero. Me inclino hacia ella, rogando porque no me aparte… Por favor, no me hagas a un lado. Por favor recíbeme. Sora no se mueve y la rodeo con los brazos, la atraigo hacia mí, envuelvo sus hombros y siento de inmediato el calor de su cuerpo, el contacto de su piel. Me apego más a ella, mi mejilla contra la suya, ella no se mueve, no hace el menor movimiento, con los brazos laxos a los costados me deja hacer. No está asustada, no está enojada, sólo me deja hacer.

Sé lo que estoy haciendo, prácticamente estoy rogando, ahora, en este preciso instante, me siento tan absolutamente sólo, la oscuridad se siente tan inmensa, me envuelve, me aplasta, me abruma, y aunque sé que no me lo merezco, quiero un poco de paz.

.- Abrázame.- Le pido. La obligo, lo sé, la pongo en esta situación de la que sé que preferiría escapar, pero no lo hace y me abraza.

.- Todo estará bien.- Repite mecánicamente y su falta de sinceridad me destruye un poco más. Quiero que me abrace y que parezca que le importa, como lo haría con Raph.

.- Lo siento…- Balbuceo, pero cierro los ojos, no quiero perder nada de esto.

.- Está bien…- Me dice.- Entiendo, entiendo como te sientes.

Me acaricia la parte de atrás de la cabeza. No, no creo que entienda como me siento, es más profundo aún que sólo este sentimiento de culpa, es más que eso. Podía manejarlo, siempre pude y de pronto aparece ella, con esos ojos, con esa sonrisa, haciéndome desear que se interese por mí, que busque dentro de mí, que vea esa soledad y quiera hacer algo al respecto.

No estaba pensando realmente, sólo no quería dejarla, no quería que me dejara, quería quedarme así para siempre, quería abrir los ojos y descubrir que lo del callejón nunca había pasado, que después de que dejé a esa niña, había logrado levantarse, que alguien había curado sus heridas y ahora estaba segura y bien. Quería que Sora pudiera decirme que todo estaría bien y que yo pudiera creerle.

No estaba pensando realmente, apegué mi mejilla más a la de ella, dejé que mis labios la rozaran. Ella se puso tensa, lo noté, pero no me detuve, seguí abrazándola, seguí reteniendo su cuerpo junto al mío, mientras mis labios seguían buscando su boca. Fue sólo un beso superficial, apenas un roce, pero mi cuerpo estaba temblando, ella se separó al instante y yo la dejé ir, de pronto demasiado consiente de lo que acababa de hacer, de pronto aterrado por lo que acababa de hacer.

.- No.- Dijo ella, suave, pero enérgico. No me volví a mirarla, no pude.

.- Lo siento. Lo siento tanto, por favor perdóname…- Me apresuré a decir, aumentando la distancia entre nosotros, todavía sin atreverme a mirarla, ella se quedó quieta, sorprendida aún.- No sé qué… No sé cómo…

.- Está bien.- Dijo ella, interrumpiendo mis disculpas.- Olvídalo. Esto jamás pasó.

Respiré profundo y me di media vuelta, dándole la espalda.

.- No. Por supuesto que no. Perdóname.

.- Ya lo hice. Olvidémoslo.- Repitió, alejándose de mí, yo la sentí a mis espaldas pero no hice nada.- Ahora, será mejor que me vaya.- Siguió.- No te preocupes por mí, tomaré un taxi en la calle…- Asentí con la cabeza, era lo mejor que podía hacer en ese momento. La sentí encaminarse a la escalera, pero en último momento se volvió hacia mí.- Esto jamás pasó.- Repitió.- ¿Entendido?

.- Lo siento.- Repetí, pero ella ya se había ido.

Honestamente, no sé lo que ocurrió. Creo que no podría estar más confundido de lo que estoy ahora y la confusión parece ser mi estado natural este último tiempo. No podría culparla si ahora comienza a huir de mí cada vez que me vea. Siento que me caigo a pedazos y no sé si alguna vez voy a volver a estar entero otra vez. No sé quien soy, no sé quien quiero ser. No sé que hacer.

.-

TBC