Antes que nada, tengo que decir una cosita:

Nunca fue mi intención iniciar una conversación.

Al final de cada capítulo siempre me gusta dejar una nota de autor, a veces puede ser una opinión, un comentario, una aclaración, un pensamiento, una poesía (no, eso no creo que pase jamás), algún crédito, etc.

Entiendo que algunos temas merezcan mayor discusión, pero mi intención no es que esto se convierta en un foro.

Por eso mismo, les recomiendo usar también el "send a message" que hay en el profile de cada quien, si quieren hablar de otras cosas que no sean la historia, chismes y otros varios.

Eso.

Y gracias una vez más por darse el tiempo de leer esto.

.-

CAPITULO 11:

CÍRCULO

Lo vi nacer, lo vi crecer

Lo sentí transformarme

Tomé la vida, la comí de a poco

Ahora me consume...

- The leaving song pt II, AFI.

.-

Sora se puso de pie despacio, probando sus fuerzas antes de decidirse a cargar todo su peso sobre sus piernas.

Temblaron un poco, pero la sostuvieron.

Se sentía increíblemente cansada, demasiado adolorida para seguir de pie...

Ya no debería ser capaz de levantarse... ya no debiera ser capaz de intentarlo.

Pero seguía ahí. No había nada que hacer al respecto...

Aunque, en el orden de las cosas que importaban... poco valía la pena.

Poco más valía la pena.

Una de las tiras del camisón se deslizó hombro abajo con el movimiento, pero no importaba, tampoco el pelo que le cubría la cara, sólo se quedó mirando, apenas conciente de sí misma.

Se atrevió a dar un vistazo a su alrededor...

Ahogó un sollozo con la mano.

Ya no debiera ser capaz de ver... ya no debiera ser capaz de sentir...

Tan muerta como estaba por dentro.

Nadie se dio cuenta que estaba en pie, la pelea había comenzado y habían dejado de prestarle atención, pasó desapercibida entre los ruidos, los gritos y los golpes...

Avanzó un par de pasos, tambaleándose.

Leo estaba tirado con las manos aún atadas tras la espalda, boca abajo... unas motitas de sangre habían salpicado los escombros de baldosín a su alrededor...

La poza más grande estaría justo bajo él, pero no se acercó a comprobarlo, apenas si lograba mantenerse en pie. Cerró los ojos.

Gritó con todas sus fuerzas.

Sus manos se crisparon contra su cuerpo, los brazos tiesos, tensos...

Ya no debiera ser capaz de respirar... ya no debería ser capaz de vivir...

Pero seguía ahí.

No sabía cómo huir... no sabía como escapar.

Leo destrozado en el piso...

Raphael culpándola por todo...

Battou recordándole que ella había comenzado...

Todo arruinado. Sin nada en absoluto.

Abrir los ojos era una idea horrible...

Lo mismo que dejarlos cerrados.

Ya no debería ser capaz de sentir culpa, pero llegaba en el peor momento, cuando estaba sola y se moría de miedo.

Pero aún así... no iba a pedir perdón, ya estaba lista...

Cualquier cosa pero que todo acabara pronto... cualquier cosa pero que la borrara de ahí para siempre.

Aceptaría cualquier castigo, de veras que si, si con eso podía poner fin a todo...

No había donde más buscar alivio ahora que ya no podía seguir mintiéndose a sí misma.

Enterró las uñas en la cabeza sin dejar de gritar, deseando de pronto quedar ciega, de pronto dejar de sentir porque se estaba destruyendo por dentro y no lo soportaba... Las escenas de todo lo que alguna vez hizo pasaban todas juntas y las caras y los ojos y las voces y los gritos.

Y todos los que alguna vez la quisieron de verdad...

Tuvo oportunidades, pero las desperdició todas.

Y no podía dejar de gritar porque nada iba a desaparecer, seguía viendo a Leo destrozado en el piso y a Raph odiándola...

¿Por qué le hizo eso a Battou?

Porque no quería que fuese feliz porque entonces ella se quedaría sola...

Ahora... ahora estaba sola de todas formas y se lo merecía.

Sabía que si, no iba a pedir perdón, no se hacía ilusiones.

Pero ya no podía aguantar un segundo más...

Y sólo había una forma de acabar con todo eso, muy rápido. Borrarlo todo...

Acabar con todo de una vez.

Dejó de gritar, se quedó en silencio por un minuto.

Y entonces todo terminaría por fin.

Era la última opción.

Lo que había a su alrededor salió disparado en todas direcciones, hacia las paredes de la habitación... el piso se sacudió bajo sus pies.

Si hubiera podido abrir un enorme agujero en la tierra y mandarse a sí misma hasta el fondo...

Ya no podía esperar más por eso...

Los vidrios de las ventanas explotaron en mil pedazos... los trozos se dispararon lejos...

Comenzó a caminar, sin mirar a donde iba.

A cada paso que daba, los objetos que la rodeaban salían volando sin control... mientras todo en la habitación iba a chocar contra las paredes como si un huracán se hubiera colado por las ventanas.

.-

.- Detente de una vez, no quiero hacerte daño.- le advirtió de pronto Battou, deteniendo la pelea.- Ya hice lo que debía, tu no me debes nada.

.- Leo no te había hecho nada, él menos que nadie tenía nada que ver con este asunto.- dijo Raph entre dientes, sin dejar de avanzar hacía él, volteando nerviosamente el único sai que podía sostener entre la mano que le quedaba.

.- Lo sé. Pero era la única forma, no se me ocurrió nada mejor... tenía que hacerla reaccionar... si te volvía contra ella, entonces tendría que despertar.

.- Desgraciado... – susurró con desprecio Raph.

Battou siguió mirándolo y esperando.

Cuando acabó con Leo su cara estaba llena de odio... ahora no.

Ahora se veía cansado... triste...

Cómo si eso fuera hacer alguna diferencia.

Corrió hacia Battou dispuesto a partirlo por la mitad cuando un grito perforó su cabeza.

Soltó el sai e instintivamente se cubrió con las manos, enrollándose sobre sí mismo... sintiendo que algo iba a estallar en su cerebro de seguir escuchando eso.

Battou fue arrojado hacía atrás y pasó casi volando junto a él.

Ambos trataron de erguirse justo en el momento en que un nuevo golpe volvió a arrojarlos por los aires hasta la pared y de ahí no los dejó moverse más.

Apenas si lograban respirar.

Raph trató de recuperarse, pero casi no podía ver qué pasaba... con los ojos cerrados escuchó explotar las ventanas, cosas estrellarse contra las paredes.

¿Ella¿ella podía estar haciendo eso?

Esperó. ¿qué otra cosa podía hacer? Salvo esquivar los pedazos de escombros que volaban por todas partes, chocando a centímetros de su cabeza.

Creía verla, estaba de pie y avanzando hacia ellos, en medio del desastre.

Y de pronto todo se detuvo.

Tan repentinamente como había comenzado, se detuvo. En un segundo, la calma había vuelto a la habitación.

Cuando al fin pudo dejar de cubrirse, pudo distinguirla perfectamente entre los fragmentos que todavía flotaban a su alrededor.

Se volvió a mirar a su alrededor, Battou había hecho lo mismo y ahora se acomodaba la solapa de su abrigo y estiraba las mangas.

Esperó. Lentamente recuperó el sai que flotaba muy cerca de él, pero por el momento ninguno de los dos parecía dispuesto a reanudar lo que habían dejado a medias.

Miró a su alrededor y lo mismo hizo Battou.

Las cosas no caían al piso, todo flotaba.

Todo lo que había sido arrojado por los aires permaneció perfectamente inmóvil en su lugar, todo se detuvo, flotando, sin hacer un sonido.

Parecía una escena sacada de un sueño...

Se volvió a verla, pero ella no le devolvió la mirada... tenía los ojos fijos en el suelo a lo que avanzaba en su dirección.

Todo era absoluto silencio. Raph permaneció alerta, Battou no hizo ningún movimiento, atento como él a la mujer.

Pero ella no parecía prestarles ninguna atención, concentrada en lo que hacía.

Sora siguió avanzando, hasta encontrar a Leo boca abajo en el piso.

Lo miró desde su lugar antes de inclinarse sobre él.

De un solo tirón cortó las ataduras y liberó sus brazos que cayeron sin resistencia.

Se arrodilló a su lado.

Tomó sus hombros y volvió su cuerpo hacia ella, recostando su cabeza sobre sus piernas.

Volvió la cara y cerró los ojos cuando de pronto se encontró con los suyos abiertos mirando a la nada...

Pasó su mano sobre ellos y los cerró.

Al final, apoyó su frente en la de él y se quedó inmóvil.

Raph esperó, Battou esperó... los segundos parecían eternos.

Hasta que finalmente alzó la vista hacia ellos.

Los miró a ambos desde el piso.

Apenas si se detuvo en Raph, sus ojos se quedaron clavados en Battou.

.- No se lo daré.- dijo desafiante.- Si debes llevarle una, lleva la mía, pero devuelve ésta o te juro que de aquí no vas a salir... te he dejado hacer hasta ahora, pero sabes que soy capaz de responder.

Battou la miró sin decir palabra, sin expresión alguna.

.- Padre la está esperando.- siguió la mujer.- Le debo una vida y tu le prometiste que te asegurarías que cumpliera. Nos está esperando a los dos y sabes que si no vamos, él vendrá a buscarnos... si crees que haz sufrido hasta ahora, el castigo será mil veces peor. Si quieres salvarte y quedar bien, dale lo que quiere, entrégame a mi...

.- ¿Para que te querría?.- reaccionó de pronto Battou. Ya te tiene asegurada. Preferirá al tipo que se sacrificó para salvarte. Piénsalo, es la mejor traición de todas... si se lo entregas tu, serás su favorita por siempre... ibas a hacerlo de todas formas.

Sora negó con la cabeza.

.- Me entregarás a mi y él aceptará porque traté de escapar... se la pasará bien castigándome por los siglos de los siglos.

Battou siguió en silencio.

.- Querías vengarte de mí,.- siguió Sora.- sabes lo que me hará cuando me tenga, será la mejor venganza de todas. No hay razón para entregarle a Leo, si lo haces, me harás un favor, harás exactamente lo que yo tenía planeado... tu no quieres quedar bien conmigo...

Pero Battou siguió sin decir nada y la mujer perdió la paciencia.

Extendió la mano hacía él.

.- ¡Dámela!.- urgió y por fin su cara perdió la sangre fría que había tenido hasta ese momento.- ¡ahora!.

Battou sonrió suavemente.

Sin decir palabra, comenzó a avanzar hacia ella obedientemente, pasando a través de cientos de pequeños fragmentos y escombros flotantes entre ellos.

Cuando estuvo frente a Sora, se volvió a mirar a Leo sin vida en sus brazos.

.- Si no le das a éste, vendrá por el otro.- dijo señalando a Raph con la cabeza...

.- No, Battou...- dijo ella, mirando a Leo.- no se llevará a ninguno de los dos... conmigo será suficiente.

Battou metió la mano a su bolsillo. Estaba por sacarla cuando se detuvo un segundo.

.- ¿Por qué?.- preguntó simplemente.

Sora no se volvió a verlo, seguía mirando a Leo mientras le acariciaba la frente.

.- Estoy cansada...- dijo con un hilillo de voz.-... no hay razón para seguir con esto. Quiero que se acabe...

Battou la observó en silencio un momento y finalmente sacó la mano de su bolsillo, esta vez empuñada.

Raph decidió que era tiempo de moverse. No entendía un carajo de lo que estaban diciendo esos dos y francamente no le importaba.

El sai se revolvió en su mano otra vez, estaba preparándose cuando la mujer se volvió a verlo...

Por el rabillo del ojo pudo ver a Battou... también lo estaba mirando.

De pronto, los dos se habían vuelto hacía él y lo miraban fijamente.

Los ojos les brillaban... casi rojos.

.- Que...- comenzó, pero las palabras se le atragantaron. Boqueó en busca de aire, mientras sentía cómo se le cerraba la garganta...

Soltó el Sai y se llevó la mano buena al cuello, en un acto reflejo, tratando de respirar.

Justo cuando creyó que iba a desmayarse, la mujer parpadeó y sus ojos dejaron de brillar.

Se volvió a mirar a Battou.

.- Ya basta.- le susurró con dureza. Battou sacudió la cabeza y parpadeó y sus ojos dejaron de brillar también.

.- Lo siento.- dijo con una media sonrisa.

Raphael sintió como una maravillosa ráfaga de aire fresco entraba en sus pulmones devolviéndole la vida...

Pero eso fue todo lo que sintió.

Su cuerpo estaba paralizado...

Se volvió a mirar a la mujer, deseando tenerla más cerca para poder ponerle las manos al cuello.

.- Lo siento...- le dijo ella sin expresión.- No puedes interrumpir esto.

Luchó por recuperar la movilidad pero era mil veces peor que antes... gritó furioso, pero sólo lo hizo cansarse más.

No dijo nada más, pero con los ojos le prometió muchas cosas, ni bien pudiera soltarse de ahí.

Battou volvió a lo suyo. Abrió la mano empuñada sobre la cara de Leo mientras la mujer miraba atenta. De la palma del hombre brilló una luz blanca, a ratos intensa, a ratos más tenue, perfectamente redonda.

.- Hazlo de una vez.- le ordenó ella con impaciencia ante la parsimonia del hombre.

Battou acercó su boca hacía la pequeña luz y sopló sobre ella.

Al instante se deshizo en múltiples pequeños rayitos que quedaron suspendidos sobre su mano en un círculo aún más grande.

Los pequeños granitos de luz amenazaron con diseminarse en el viento, pero al fin, por sí solos, volaron hacía el pecho de Leo y allí se disolvieron junto a su piel.

Luego la luz se apagó por completo.

.- Listo.- dijo el hombre encogiéndose de hombros.

Battou dio media vuelta y caminó con paso firme, alejándose un poco de la chica, para luego volver a girar hacia ella, con las manos en los bolsillos.

Sora tomó la cabeza de Leo y la recostó suavemente el suelo.

Pasó sus dedos ligeramente sobre sus ojos antes de apartarse definitivamente de él, ponerse de pie y alejarse, ahora en dirección a Battou.

Raph quiso correr hacia Leo y ver que diablos le habían hecho, pero no le quedó más alternativa que seguir observando. Ni siquiera pudo hablar.

Si lograba soltarse, lo juraba, iba a matarlos a los dos...

Sora y Battou se quedaron mirando unos segundos el uno al otro, sin expresión alguna.

A Raph le pareció que esa debía ser la sensación de final...

Después de eso no quedaba mucho más que hacer... todo iba a acabarse pronto y para siempre.

La mujer rompió la inmovilidad avanzando hacia un rincón de la habitación. Battou la siguió con los ojos.

La mujer volvió hacia él con el arma plateada en las manos.

Sin decir una palabra, caminó hasta él, tomó su mano derecha y delicadamente ubicó el arma en ella, obligándolo a empuñarla.

Alzó el brazo del hombre y apoyó el cañón contra su propia frente y lo dejó ahí, sin dejar de mirarlo.

Battou la había estado dejando hacer con la boca entreabierta.

.- Debes jalar el gatillo...- le dijo ella después de un rato, en un susurro, como si tratara de recordarle el paso siguiente sin que nadie notase el olvido.

El hombre siguió sus manos, pequeñas al lado de las suyas, hasta sus brazos, sosteniéndolos como si él fuera incapaz de hacerlo por sí mismo.

.- ¡No!...- Raphael gritó, pero ninguno de los dos le prestó atención.

Battou quitó el seguro y la dejó lista para disparar. La mujer retiró las manos de los brazos del hombre y cerró los ojos.

.- Oblígalo a liberarte a cambio de esto.- le recomendó.- no le entregues nada antes que lo haya prometido.

Respiró profundo y luego esperó el disparo...

Por tercera vez, Raphael intentó moverse...

Intentó desesperadamente moverse...

Aunque sabía que estaba demasiado lejos, que iba a ver la misma escena otra vez... ella esta vez.

De todas formas intentó desesperadamente moverse.

Aunque sabía que no iba a alcanzar a llegar... y que a esa distancia era imposible que fallara.

Pero nada ocurrió.

Después de varios segundos, la mujer abrió los ojos extrañada.

Battou seguía en el mismo lugar, congelado.

Se le quedó mirando, preguntándole con los ojos.

Él simplemente separó el cañón de su cabeza y arrojó el arma lejos, con un gesto de hastío.

La mujer le miró ceñuda, con los ojos redondos, sin comprender en absoluto.

.- Battou, vendrá a buscarla... estará aquí en cualquier momento.- le dijo con temor.

Battou se metió las manos en los bolsillos y se encogió de hombros.

.- Peor para él.- dijo, con una media sonrisa.

.- Que...- comenzó ella, pero él volvió a encogerse de hombros y desvió la mirada al techo.

.- Las cuentas están saldadas. Ya no me debes nada.- antes de que la mujer pudiera hacer la pregunta que tenía en mente, continuó.- Tu me jodiste, me jodiste de verdad.- entrecerró los ojos, recordando.- Así que vengo aquí y te jodo de vuelta. Tuve que esperar bastante, pero la paciencia es una virtud... y realmente te jodí ¿o no?– Battou hizo una pausa y luego volvió a sonreír, sin dejar de mirar el techo.- Él esperaba esto, esperaba el momento en que terminaríamos matándonos entre nosotros. Pero él me jodió la vida, así que ahora lo jodo yo a él y no le doy nada. No voy a matarte sólo para hacerlo feliz.

.- Pero si no... si no le das lo que quiere...

.- Estoy muerto, ya sé. Aquí es donde el círculo se completa...- Battou se volvió a verla con una expresión amarga..- ¿O crees que no tengo mucho porqué pagar también? Sabes de sobra que no he sido mejor que tu. Pagaste por lo que le hiciste a Adriana, ahora yo tengo que pagar por todo lo que he hecho todo este tiempo... me lo merezco, me merezco todo lo que me ha pasado y todo lo que va a pasarme ahora. Tengo tantas ganas como tu de que todo esto se termine de una vez... de la forma que sea.

Sora se quedó mirándolo.

Por mucho rato, ninguno de los dos dijo nada.

Hasta que ella comenzó a llorar...

Sentía que había estado conteniéndose por siglos... ahora por fin se hacía pedazos.

Battou la miró con extrañeza mientras sus lagrimas caían y temblaba y se encogía. Mientras se derrumbaba justo frente a él...

Una vez pensó que le alegraría verla así.

Ahora no. No lo hacía feliz... pero su compasión estaba demasiado oxidada como para poder hacer algo por ella.

Nunca supo cómo había sido antes de convertirse en su hermana... se imaginó que así era como debía haber sido, tal cual la veía ahora...

Pequeña y lloroza.

.- Lo siento...- dijo ella, apenas.- Lo siento mucho.

Él la miró y terminó sonriendo suavemente.

.- Yo no. Yo no, cariño... De veras que no.

Sólo dejaron de mirarse cuando la habitación comenzó a temblar salvajemente. De pronto, todas las cosas que habían permanecido suspendidas en el aire cayeron al suelo con un ruido espantoso.

.- Mierda.- Battou volvió los ojos al techo y las paredes como si esperara ver salir algo de ahí en cualquier momento.

.- ¿Viene?.- preguntó ella nerviosa, secándose las lagrimas.- ¿es él?

.- Está aquí.- asintió él.

Raphael miró a su alrededor, tratando de descubrir que mierda estaba pasando y de pronto descubrió los ojos de la mujer mirándolo.

.- Tienes que tomar a Leo y salir de aquí lo más rápido que puedas.- le dijo asustada.

Raphael descubrió que ya era perfectamente capaz de moverse y sin hacer el menor comentario, corrió hacia Leo.

Lo tomó por los brazos para cargarlo sobre sus espaldas cuando de su cuerpo escuchó un quejido.

Creyó que el corazón le iba a estallar dentro del pecho.

Sonriendo, tomó a Leo por los brazos y lo puso frente así.

.- ¿Leo¿estás bien¡contesta maldita sea!.- lo sacudió salvajemente, pero Leo sólo arrugó la frente y volvió a quejarse sin abrir los ojos.

Renunciando a la idea, Raph volvió a cargarlo sobre sus hombros y corrió hacia la ventana.

Estaba vivo... estaba vivo después de todo...

Estaba vivo... solo tenía que asegurarse de que continuara así en los próximos minutos.

Ya había puesto un pie sobre el alfeizar cuando descubrió que nadie más le seguía. Se volvió hacia los demás.

La habitación había comenzado a tambalearse aún más fuerte...

Vio asqueado cómo de las paredes comenzó a deslizarse un líquido negro, viscoso que comenzaba a avanzar por el piso.

Sintió un escalofrío en la nuca...

Sora y Battou estaban parados uno junto al otro, mirándolo a él, sin hacer el menor movimiento.

No se movían, a pesar de que las paredes se tambaleaban de un lado a otro, de que difícilmente se mantenían en pie.

Aunque todo empezaba a crujir alrededor, amenazando con desplomarse en cualquier instante.

.- ¡Vámonos!.- les gritó.- ¿o quieren estar aquí cuando todo esto se venga al suelo?.

En un segundo, sus ideas homicidas habían desaparecido por completo. Tal vez fuera en el preciso instante en que escuchó a Leo vivo, pero ya no le urgía tanto la idea de matarlos.

Sora y Battou intercambiaron miradas y luego ella se dirigió unos pasos hacía Raph, mientras la cosa negra que caía por las paredes comenzaba a cubrir el piso y se acercaba velozmente hacia ellos...

.- Por favor... él no recuerda nada.- dijo.

Raphael parpadeó confundido.

.- Leo...- continuó ella.- No va a recordar nada. No lo soportaría... déjalo así. Por favor.

Raph la miró y tras unos segundos, decidió no preguntar nada, sólo asintió, sin estar seguro de haber entendido.

.- Ok., pero vámonos.- siguió.- sólo vámonos de aquí, ya arreglaremos todo después.

Se estaba asustando... comenzaba a creer que Sora quería quedarse ahí. Que quería quedarse a morir...

Porque no dudaba que fuera a terminar así si no salían en ese instante.

Tenía un horrible presentimiento. Realmente no quería seguir ahí... no quería que nadie siguiera ahí ni un segundo más...

Ella retrocedió, bañando sus pies hasta los tobillos con la cosa negra que avanzaba por el piso. Negó con la cabeza suavemente.

.- No puedo. Tengo que esperarlo. Es tiempo de enfrentar las cosas... Tu única oportunidad es que te vayas ahora.

Raph miró incrédulo a Battou y éste le devolvió una mirada de resignación. Luego se dio cuenta que el liquido viscoso le había consumido hasta las rodillas y seguía subiendo por su cuerpo...

Y él no hacía nada, solo estaba ahí, con las manos en los bolsillos.

.- ¡Vámonos ya!.- volvió a gritar, con desesperación.- Por favor... de lo que sea, te ayudaré, debiste decírmelo antes ¡debiste decirlo! Antes de idear toda esta mierda... ¡te habría ayudado, maldita sea¿crees que no¿crees que esto no me importa, crees que no me importa dejarte aquí?...

Raph no supo si le estaba preguntando a ella o a sí mismo.

La mujer no contestó.

.- ¿No vendrás?- siguió y su voz sonó penosamente débil.

A ella le temblaron los labios...

Una nueva ola de líquido negro subió por sus piernas... por un minuto parecieron manos, tratando de abrazarla, de arrastrarla hacia abajo.

Ella se resistió... aún no quería hundirse, quería verlo una última vez, quizás retenerlo en la memoria...

Todo el edificio comenzó a crujir.

.- ¡Ven conmigo, ahora!.- ordenó Raph. La chica retrocedió aún más.

.- No puedo.- sus ojos estaban llenos de lagrimas.

Raphael la miró.

Debió abrazarla cuando sintió que debía hacerlo.

Debió abrazarla y decirle que todo estaría bien, cuando sintió que debía...

No iba soportar odiarla... ni siquiera iba a soportar dejarla ahí...

No se suponía que debía pasar así... hace dos segundos quería verla muerta, seguro de que no valía el esfuerzo, seguro de que no valía nada, que lo que había hecho era tan despreciable que se merecía que la odiaran por siempre... de que debía odiarla...

Y ahora no podía soportar dejarla ahí

No quiso perdonarla... ella se lo pidió y prefirió odiarla.

¿Ya era tarde para cambiar la decisión¿podía pedir otra oportunidad? .

¿Tenía tiempo...?

Debió perdonarla, debió hacerlo de inmediato.

...Y abrazarla y decirle que todo estaría bien... que nadie jamás volvería a hacerle daño... debió protegerla...

Y tal vez la quisiera, y tal vez la amara a pesar de todo el esfuerzo... sólo sabía que sentía como si le estuvieran arrancando algo del pecho, de un tirón... y que dolía demasiado.

Era un imbécil. Un completo imbécil.

Porque lo que tenía que hacer era abandonarla a su suerte, mandarla al diablo y tratar de sacar el trasero de ese lugar antes de que fuera demasiado tarde...

Y no podía.

Había siempre una cosa oscura en sus ojos pero el jamás se molestó en preguntar qué era..., qué escondía, qué le dolía de esa forma...no quería que le importara, no quería que le importara nada de ella.

.- ¡No! No tienes que hacer esto, no tienes que hacerlo, ven conmigo... no tienes que quedarte aquí...

Jamás se dio cuenta que aún cuando no quería involucrarse, nunca dejaba de pensar en ella... cuando se alejaba y lo único que quería era estar con ella, pero se obligaba a sí mismo a alejarse, alejarse lo más posible...

Se negaba a decir te amo porque tenía un miedo atroz a que fuera cierto...

Sora miró su cintura, completamente sumergida en la cosa negra... ahora había comenzado a caer desde su frente, sobre su cara... comenzaba a desaparecer dentro de ella.

Miró horrorizada como salía de la punta de sus dedos, como le llenaba las manos...

El piso cedió bajo los pies de Raph, saltó sobre la ventana justo a tiempo para evitar caer en el abismo que se abrió bajo él.

El agujero avanzaba lentamente hacia ella, rompiendo el suelo... haciendo saltar las vigas, rompiendo el camino a su paso...

.- Si no te vas ahora, no podrás hacerlo después.- le dijo ella.

.- No...

La ventana de la que se afirmaba comenzaba a cubrirse por la mancha negra que era como un vacío vivo que avanzaba comiéndoselo todo. El frío le atenazó el cuerpo... casi podía sentir cómo lo arrastraba hacia abajo y ni siquiera lo había tocado aún.

Podría haberla salvado... podría haber arriesgado lo que fuera... podía haberlo intentado...

Podría haber intentado entender, pero esa era una opción que había descartado de inmediato.

Ahora que no quedaba tiempo, ahora que no había nada que hacer, pensaba en todas las cosas que podría haber hecho para evitar todo eso...

Ahora, que no valía para nada.

.- Ven conmigo...

La mujer lo miró sorprendida.

.- Por favor.- casi rogó

.- Tal vez, algún día...- comenzó, pero se calló al instante. Sabía que no podía ser, no había forma de volver del lugar al que iba.

.- Sal de ahí, por favor... ven conmigo...

Pero de qué hablaba... no había forma de llegar hasta ella, no había forma de sacarla de ahí, el vacío se abría a cada lado... aún si aceptaba, cómo diablos llegaba hasta allá, cómo diablos la sacaba de ahí...

Estaba rodeada... parte de su cuerpo había desaparecido ya... las paredes y el piso se desvanecían como si estuvieran hechos de nada... y ese horrible sonido... un rugido que venía desde abajo...

No podría llegar hasta ella.

Dios... se iba a quedar ahí. Ni siquiera hacía el menor intento por moverse.

La miró...

Estaba llorando, pero no hizo nada por tratar de alcanzarlo.

No se movería. Se iba a quedar ahí.

Se estaba dejando morir.

.- No... yo... yo te...

Lo intentó... de verdad que si.

Si ella pudiera saber cuanto estaba sufriendo por tratar de decirlo.

La mujer le miró boquiabierta. Las últimas dos lagrimas cayeron lentamente y luego ninguna más.

.- No.- lo detuvo con una sonrisa.- No lo digas. Yo sé que no. Tu sabes que no.

.- No, yo...

No, sólo un segundo más, sólo necesitaba un segundo más.

La mujer acercó la palma de su mano a su boca y sopló sobre ella. Lo siguiente que sintió Raph fue ese mismo golpe de antes...

Lo arrancó del borde de la ventana hacía afuera del edificio.

Lo último que vio fueron sus ojos, a punto de desaparecer tras una mano negra viscosa que la envolvía.

.-

Tardó varios segundos en darse cuenta que estaba cayendo en picada hacía el concreto de la calle varios metros más abajo, con Leo desmayado sobre su hombro.

Fueron sus quejidos los que le hicieron recordar que lo traía encima.

.- ¿Qué...- comenzó Leo, recobrándose y tratando de incorporarse.

Raphael no se movió, no dijo nada, sólo siguió cayendo.

Ante sus ojos, el piso en el que se encontraba hacía sólo unos segundos comenzó a desmoronarse, a caer sobre sí mismo como si fuera de líquido.

Y él sólo podía mirar.

.- ¿Pero qué mierda...?- volvió a gritar Leo, esta vez alarmado al descubrir que estaban en medio del aire y cayendo.

Raphael sintió como le agarraban por la espalda y como comenzaban a caer con menor velocidad, pero lo único en lo que podía fijar los ojos era en el edificio que se hacía pedazos frente a él.

Leo usó el propio cuerpo de Raph para darse impulso hacía el edificio contiguo saltando sobre él en medio del aire... estiró su mano y comenzó a deslizarla por el concreto esperando encontrar un saliente, o algún balcón del cual agarrarse... con la mano libre sujetó a Raphael, atrayéndolo hacía él lo más que pudo.

Finalmente dio con el borde de una ventana y clavó los dedos a él.

El tirón al detener su propio cuerpo y el de Raphael a la velocidad a la que caían le dislocó el hombro y lo hizo balancearse dando tumbos contra la pared del edificio.

Estuvo a punto de abrir la mano y dejar caer a Raph al vacío.

Esperó a que dejaran de moverse y juntó fuerzas.

A la cuenta de tres, alzó a Raphael por encima de su hombro y lo soltó en medio del aire. Gritó de dolor al sentir que el hueso de su hombro se movía sin control dentro de su piel.

Cuando Raph estuvo en medio del aire boca abajo, volvió a sostenerlo por uno de los brazos, dirigiendo su espalda en dirección a la ventana sobre ellos.

Luego la arrojó contra ella, haciéndola pedazos.

Raph atravesó la ventana sin problemas y tras ponerse de pie, hizo un rápido chequeo del lugar, para asegurarse que allí no había nadie, sólo una oficina vacía.

Sacó el cuerpo por la ventana e hizo pasar a Leo a través de ella.

Éste se dejó caer contra una pared y se sentó en el suelo resollando.

.- No sé qué pasó y francamente, no quiero saberlo...- dijo, tratando de recuperar su respiración. Como Raph no le contestó, se volvió a mirarlo.

Estaba parado frente a él mirándole desde arriba, ceñudo.

Era una mirada horriblemente oscura.

.- Que...- comenzó Leo.

.- ¿De verdad no te acuerdas de nada?- interrumpió Raph, con los dientes apretados. Leo tuvo la impresión de que iba a golpearlo en cualquier momento. En la oscuridad del lugar le pareció que le miraba amenazante...

Pero no podía ser ¿verdad?.

.- No... ¿me golpeé la cabeza, verdad? Porque el dolor te lo encargo...- dijo frotándose la frente.

Raphael continuó en silencio, sin dejar de mirarlo de aquella forma...

Leo intentó ponerse de pie, pero volvió al piso con un aullido.

.- ¿Qué te pasó?.- preguntó Raph bruscamente.

.- El hombro...- contestó, haciendo una mueca de dolor.- Vas a tener que ponerlo en su lugar.- dijo, haciendo su cabeza hacia el lado contrario, dejando el hombro expuesto, en espera de Raph.

Éste se le quedó mirando varios segundos, como si tuviera que decidir si ayudarlo o no. Finalmente se inclinó frente a él, apoyando el peso de su cuerpo en una pierna y arrodillando la otra en el piso. Empuñó la mano buena y practicó la trayectoria hasta el hombro de Leo, como si se preparase para destrozar los bloques de concreto que tanto le gustaba romper durante las prácticas.

.- Prepárate.- le dijo a Leo con voz grave. Éste comenzó a preguntarse si era buena idea pedirle ese favor a Raph, sobre todo por la forma como lo había estado mirando. Cerró los ojos.

Raph rugió y descargó el golpe sobre el hombro de Leo, de la misma forma que lo haría con la pila de bloques de cemento que rompía en las prácticas.

Tal vez un poco más fuerte.

Sintió perfectamente bajo su puño como el hueso del hombro se deslizaba hasta su lugar... de haber seguido el golpe, habría terminado destrozándolo, así que desvió su mano hasta golpear la pared.

Leo cayó hacia el lado opuesto, gritando con voz ronca.

Su mano se cerró contra su hombro mientras hacía esfuerzos por tratar de calmar el dolor y no desmayarse.

Con la frente cubierta de sudor y respirando golpeadamente por la boca, se volvió hacía Raph.

Tenía la mano incrustada en la pared y la observaba fijamente con furia. Respiraba agitadamente, los dientes apretados... lo conocía, sabía que estaba tratando de calmarse, sabía que trataba de no destrozar nada más... sabía que había tenido suerte por que Raph había decidido cambiarlo a él por esa pared.

.- ¿Ya?.- preguntó, jadeando.- ¿Te desahogaste?

Raph abrió los ojos, sorprendido, pero no se volvió a verlo.

.- ¿Te sientes mejor ahora? - preguntó otra vez Leo, tratando de ponerse de pie.

Raph aguardó unos segundos antes de responder. Sacó el puño de la pared que salió cubierto de yeso y polvillo.

.- ¿Cómo está el brazo?.- preguntó todavía sin mirarlo.

.- Mejor. Esa fue la mejor excusa ¿no?. Espero que haya servido...

Raph sonrió y se volvió a verlo.

.- Créeme que nada estuvo de más.- se puso de pie y caminó hacia la ventana, pasando junto a él.- Nada estuvo de más.

Leo se quedó mirándolo sin entender.

Raph se quedó mirando como al edificio de Sora le faltaban los tres últimos pisos, como si alguien le hubiera dado un enorme mordisco.

No recordaba haberse sentido así de desolado antes.

.-

Hacía tanto frío y estaba todo tan oscuro.

Y esa voz... un sonido gutural acercándose desde abajo.

No había hacía donde moverse, no sabía si estaba de pie o acostada... siquiera si sus pies tocaban algo sólido bajo ellos.

Resopló nerviosa y su voz le pareció extraña, ronca, como un gruñido...

¿Y si ese fuera el castigo?... estar sumergida en esa oscuridad por siempre... con esa voz, para siempre, sola, por siempre con frío, incapaz de escucharse a sí misma, porque su propia voz le ponía los pelos de punta.

Sintió que le faltaba el aire.

Y de pronto algo tomó su mano.

Su cuerpo se puso tenso... pero el toque no era frío, era cálido, suave... permaneció inmóvil, esperando... estaba tan oscuro que no podía ver quien estaba junto a ella.

.- No tengas miedo.- dijo una voz.

La pudo escuchar con claridad, a pesar de ese sonido que venía desde abajo...

No sonó extraña como la suya, sino fuerte, tranquila.

Volvió la cabeza hacía donde debía estar quien le sostenía la mano.

El sonido comenzaba a volverse un rugido, profundo... no era él el que se acercaba más, eran ellos los que estaban descendiendo hacía él.

Entrecerró los ojos en la oscuridad y creyó ver tenuemente el brillo de unos ojos blancos que la miraban.

.- Battou...- susurró.

Y después el rugido se volvió tan fuerte que podían sentir sus vibraciones chocando contra la piel, su sonido metiéndose por su cabeza... tragándoselos, empujándolos hacía abajo.

.-

Te será dado amor

Serás cuidada

Te será dado amor

Tienes que confiar en ello.

Tal vez no de las fuentes

En las que has estado vertiendo

Tal vez no de las direcciones

Hacia las que has estado mirando

Voltea tu cabeza alrededor

Está todo a tu alrededor

Todo está lleno de amor

Todo a tu alrededor

Todo está lleno de amor

Tu sólo no estás recibiendo

Todo está lleno de amor

Tu teléfono está descolgado

Todo está lleno de amor

Todas tus puertas están cerradas

Todo está lleno de amor

Todo a tu alrededor.

all is full of love, Byork.

.-

FIN DEL CAP.

Ya solo nos queda el capítulo final. No se los advertí pero ya lo habrán adivinado: esta historia no tiene un final muy feliz.

Espero que igual les haya gustado.

Ksk: pájaro de mal agüero ¿por qué me lanzas maldiciones¿ah? jejejeje ¡tu eres la flipante! (ve el lado bueno a tus veinteaños: ya nadie te va a pedir el carné en los bares... lo trágico será cuando te vistas de traje y en la calle te llamen "señora" ¡horror! cuando te pase eso, entonces hablamos) y como verás, a Leo le volvió el alma al cuerpo, literalmente (o debería decir los sesos que le espachurre en el capítulo anterior)

Rebe y Samarita, gracias a las dos por sus coments. Tranquilas, vieron que no estaba muerto? (vamos, respira samara, reacciona!. plaf! plaf! jejeje)... creo que esta ya es la tercera vez que lo mato, pero ahí está todavía... (estoy decidida, en la proxima historia se va a ir de parranda, carrete non stop toda la noche... una juerga que jamás olvidará) Y no mira, no conozco la página de nacho, así que dame la dirección.

Gracias a Miss all Sunday que debuta en esta sección... (te parecen que son muchas tragedias, jum, jum, puede ser ¿ah¿será mejor escribir pecados? oj,oj,oj, chiste musical)

Karlita: es verdad, no lo había pensado: podía haberlo pasado bien con los dos... Era una mujer de poca visión, después de todo, jejeje

Tengo mucha pena, penita de no alcanzar a leer todos los fics, pero de a poco voy juntando las letritas, jejejeje

Besos a todas!

Comentario inútil: Las tortugas tienen manos enormes... ¿cómo se las arregla Donatello para tipear tan rápido sobre un teclado de tamaño normal¿ah?...