Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de Stephenie Meyer y la autora es fanficsR4nerds, yo sólo traduzco sus maravillosas palabras.
Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of Stephenie Meyer and the author is fanficsR4nerds, I'm just translating her amazing words.
Thank you, Ariel, for giving me the chance to share your story in another language!
Gracias a Yani por ser mi beta en esta historia.
.: Uno :.
Estoy borracha de energía.
Mi cuerpo está palpitante, zumbando a la vida bajo el hipnótico encantamiento que desciende sobre la multitud. Estoy ardiendo con alegría, pasión, excitación y lujuria.
Entre más siente la multitud, más borracha me pongo hasta que estoy en una bruma, ardiendo como una estrella bajo las luces estroboscópicas.
Un brazo me rodea la cintura, unos labios tan suaves como la seda se apoyan en mi oreja.
—Deberíamos salir por aire.
Me giro hacia mi mejor amiga, capturando sus labios con los míos. Ella se ríe en mí, pero no se aparta del beso.
Ella también está borracha de energía y esta no es la primera vez que se han intercambiado besos entre nosotras dos.
Unos silbidos nos separan y unas fuertes manos me agarran las caderas, alejándome de Tanya para empujarme contra una polla desconocida.
No la quiero y lo codeo en las costillas hasta que me suelta.
—Vamos. —Tanya me toma de la mano y me guía fuera del centro de la pista de baile.
—Tanya, quiero bailaaar —me quejo mientras me guía hacia el patio que está más allá de la bodega. Está más calmado afuera, aunque no por mucho.
Tanya me mira.
—Estás sonrojada —me dice—. Necesitas aire y agua.
Hago un puchero.
Ella me apoya contra la pared de la bodega, está consciente de que estoy demasiado borracha para pararme sobre mis pies a pesar de que ni una sola gota de alcohol ha pasado por mis labios. Gracias a la diosa porque me puse mis tenis esta noche en vez de los tacones que Tanya quería, o es seguro que me estaría cayendo.
—Quédate aquí —me ordena.
—Oblígame. —Suelto una risita al decirlo y Tanya sonríe, sus malvados labios rojos brillan sobre su pálida piel.
—Dios, estás muy traviesa esta noche —dice, sacudiendo la cabeza. Se mueve hacia enfrente y deja un gentil beso en mis labios. Eso enciende mi energía como un rayo lo hace con un barril de pólvora, y estiro las manos hacia ella, quiero acercarla solo un poco más.
Se ríe al romper nuestro beso.
—Sigue así y pensaré que me quieres en tu cama esta noche —bromea.
—Hagámoslo —le digo, una sonrisa se extiende sobre mis labios.
Agranda ligeramente los ojos. Hemos sido mejores amigas desde siempre y siempre ha habido algo ahí entre nosotras. Al principio creí que solo era amistad, profunda y devota, el tipo de amistad que solo pareces encontrar en libros.
Pero últimamente… últimamente se ha convertido en algo más, algo urgente y desesperado. Amo a Tanya. Ella es mi alma gemela en más de una manera. ¿De verdad sería tan malo dar ese siguiente paso con ella?
Antes de poder convencerla de que hablo en serio, unas alas doradas revolotean a nuestro alrededor cuando Rose, la prima de Tanya, sale con nosotras.
—Es una locura ahí adentro —dice, sacudiendo su cabello dorado. Se ve tan impecable como siempre; el yang perfecto para el yin de Tanya. Incluso van vestidas como un diablo y un ángel esta noche, imitando inconscientemente su relación.
—Necesitamos agua —comenta Tanya, alejándose un paso de mí—. ¿Rose? —Rose asiente y se gira para entrar. Tanya me mira—. Iré a ayudarla —murmura—. Quédate aquí, ¿por favor?
Suspiro, dejando caer la cabeza sobre la pared, y asiento.
—Lo prometo.
Me sonríe y hace que mi corazón se apriete, luego se va, vuelve otra vez hacia la multitud.
Estoy demasiado caliente.
Está helado afuera al ser Halloween en Brooklyn, pero mi piel está crepitando y ardiendo por la energía de la fiesta.
Subo una mano para quitarme la diminuta capa que estoy usando. Debajo tengo un disfraz engañosamente inocente de Caperucita roja. Bajo las manos por mi cuerpo, intentando alisar mi disfraz, pero en realidad solo me estoy manoseando.
Estoy lo suficientemente borracha para estar cachonda y que no me importe quién me ve en semejante estado.
—¿Qué tenemos aquí?
Alzo la vista hacia el hombre que se acerca a mí. Parece que tiene veintitantos con un largo cabello castaño y una sonrisa lobuna.
—¿Qué está haciendo una cosita como tú completamente sola?
Lo miro con enojo.
—Vete al carajo.
—Vamos, no seas así —gruñe y avanza hacia mí, y comprendo demasiado tarde que no debería ser tan impertinente con él. Carajo.
—Mi novio está a punto de regresar —le digo, el pánico me llega un momento demasiado tarde.
—Por lo que parece, tu novio es mujer. —Sonríe—. Tal vez los tres podamos pasárnosla bien esta noche.
Me tiene acorralada contra la pared y muevo el cuerpo, preparándome para darle un rodillazo, cuando una mano me rodea el brazo. Me veo apartada de golpe del hombre y me jalan hacia un pecho que no reconozco.
En el momento en que el desconocido me toca, respiro profundamente. Su energía es extraña —eléctrica, pero estable—, me envuelve en musgo, pero me prende en llamas. Huele a pino, moras y agua fresca de primavera.
Le habla al hombre que me está molestando, pero no puedo escuchar porque estoy siendo consumida por su presencia.
Sus manos se apoyan en mis hombros, apartándome de su pecho, y baja la vista hacia mí.
—Me salvaste —arrastro las palabras, mi voz suena pesada por la intoxicación a causa de su energía—. Gracias.
Su sonrisa es perversa y es lo único que puedo ver conforme me pongo cada vez más y más mareada en su presencia.
—Una deuda aceptada —murmura. Estoy hipnotizada por sus labios—. Hueles a poder, Pequeña. ¿Cómo te llaman?
Mi cabeza pesa en mi cuello cuando me obligo a concentrarme en sus palabras. Mis ojos suben hacia los suyos y me veo atrapada en su mirada plateada.
—No le digo mi nombre a desconocidos —murmuro.
Sonríe y es demasiado grande, demasiado brillante.
—Sabio —acepta—. Ven conmigo, Pequeña.
Frunzo el ceño.
—Estoy esperando a mi Tanya.
Ladea la cabeza.
—Tu Tanya —musita. Su cara se agacha hacia la mía y se acerca tanto que por un intenso momento creo que va a besarme. En vez de eso, inhala y se mantiene sobre mis labios—. Magia, sin duda alguna, pero no es tu poder. —Tararea y siento la vibración a través de todo mi cuerpo. No tengo idea de qué está hablando—. No, Pequeña, tú bastarás. Ven.
No encuentro en mí la fuerza para resistirme cuando me aleja de la fiesta.
¡Feliz año nuevo! Quería iniciar el año con el pie derecho y por eso decidí traerles esta nueva historia. Mil gracias a Ariel (fanficsR4nerds y autora de Lockdown) por permitirme compartirla con ustedes en español. Información relevante: tiene 50 capítulos y de momento se actualizará una vez a la semana.
Si me siguen en alguna de mis otras traducciones que tengo en proceso, no se alarmen, ya esta semana llegarán las actualizaciones de esas historias ;)
Como siempre, mil gracias por acompañarme a lo largo de otra traducción, espero que les guste tanto como a mí.
