Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de Stephenie Meyer y la autora es fanficsR4nerds, yo sólo traduzco sus maravillosas palabras.

Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of Stephenie Meyer and the author is fanficsR4nerds, I'm just translating her amazing words.


Thank you fanficsR4nerds for giving me the chance to share your story in another language!

Este capítulo no está beteado, así que todos los errores son míos.


.: Veintitrés :.

Nunca he lidiado bien con la oscuridad. Siempre me ha asustado más de lo que tal vez debería y siempre se lo he atribuido a mi imaginación. Porque, en serio, ¿qué podría estar esperándome en las sombras?

Excepto que ahora lo sé. Los monstruos son muy reales y yo estoy en el corazón de su guarida.

—Carajo, carajo, carajo —susurro, mi voz rebota a mi alrededor y llega más lejos de lo esperado. Cierro la boca con fuerza e intento controlarme.

Me separo de la puerta y decido que si voy a avanzar a ciegas, tengo que ser inteligente. Pongo la mano izquierda en la puerta y me prometo no alejar la mano de la pared sin importar nada.

Todo mi cuerpo está temblando de miedo cuando doy el primer paso a través de la completa oscuridad.

Huele a piedra mojada y tierra fría y húmeda. Si no lo supiera mejor, diría que estaba bajo tierra.

Doy otro paso con la mano izquierda pegada con firmeza en la pared.

Paso a paso voy avanzando, rezando para no chocar con algún horror desconocido.

El corredor parece alargarse por mucho tiempo, y empiezo a preguntarme dónde demonios podría estar, cuando llego a mi primera bifurcación en el camino. Me voy a la izquierda, constante en mi resolución de mantener la mano pegada a la pared.

Sigo y sigo, doy vueltas en la oscuridad; totalmente ciega y completamente vulnerable.

Las alucinaciones no tardan mucho en comenzar.

Al principio creo que veo destellos de luz. Chispas en la oscuridad más adelante que hacen que acelere mis pasos. Luego son los sonidos – respiraciones pesadas en mi nuca, el suave rasguñar de unas garras sobre la piedra.

No tengo idea de si el monstruo de la oscuridad es real, o si es mi propia imaginación intentando matarme.

Intento enfocarme en mi respiración, intento centrarme y controlar mi miedo, pero no sirve de nada. Estoy petrificada y con cada paso que doy en el oscuro abismo, mi miedo se vuelve más y más fuerte hasta que estoy temblando a causa de él.

Creo que podría estar sufriendo de un ataque al corazón.

Me detengo en donde estoy, mi cuerpo se recarga en la resbalosa y fría pared de piedra mientras intento controlarme. No puedo respirar y mi corazón martillea tan fuerte que siento que me voy a desmayar. Me voy deslizando hasta el suelo, me llevo las rodillas al pecho y dejo caer la cabeza entre ellas.

Nunca antes había sufrido de un ataque de pánico. ¿Podían matarte?

Esa idea solo hace que la histeria sea más fuerte.

Me arden los ojos con las lágrimas calientes, me cierran la garganta hast que siento que me estoy ahogando.

¿Cómo puede mi cuerpo traicionarme de esta manera? ¿Cómo puede ponerse en mi contra y apagarse completamente de adentro hacia afuera?

Puedo sentir que estoy al borde del colapso cuando lo huelo. No sé si es otra alucinación o no, pero en el momento en que puedo oler el aroma a enebro y madreselva. Inhalo profundas bocanadas de aire, como si acabaran de sacarme de estar a punto de ahogarme. El aroma penetra en mis huesos, estabiliza mi cuerpo mientras respiro cada vez más y más profundo, permitiéndole pasar a través de mí. Conozco el aroma, aunque no puedo identificar exactamente por qué. Aún así me trae confort y me estabiliza lo suficiente después de un momento, ya no estoy temblando. Me permito unos minutos más, intentando calmar el resto de mi cuerpo. Tardo un rato, minutos u horas, es difícil decirlo. Mi cuerpo ya pasó el límite de fatiga; no he dormido en más de veinticuatro horas y lo que comí apenas fue un poco de algo. Necesito descansar y comer y recuperarme, pero no puedo. Tengo que seguir.

Me doy unos momentos más antes de ponerme de pie, mi mano izquierda agarra con firmeza la pared antes de obligarme a seguir avanzando.

Los ataques de pánico se apoderan de mí tres veces más, pero cada vez ese aroma a enebro y madreselva me saca de ellos. Me estoy rompiendo y sé que no puedo soportar más de esto antes de quebrarme por completo. Tanto mi mente como mi cuerpo no están equipados para este tipo de tormento.

Estoy lista para darme la media vuelta y salir de este maldito agujero cuando una luz de verdad parpadeando frente a mí capta mi atención. Me lanzo hacia ella, mi cuerpo está más que fatigado por el peso de navegar este laberinto.

Casi lloro al ver que la antorcha parpadeante es real. Es demasiado brillante y me arden los ojos al verla, pero es la visión más dulce que puedo imaginar justo ahora.

Tardo un rato para que mis ojos se ajusten a la luz parpadeante, pero luego de que lo hacen, analizo mis alrededores. Enormes calabozos de piedra con gruesos barrotes de metal se sitúan en un circulo alrededor de esa única antorcha. Me asomo en uno y mi corazón decae un poco más y más cuando cada uno resulta estar vacío.

Me asomo en el último y casi vomito al darme cuenta de que soy la única que está aquí. He hecho todo esto por nada. Edward no está aquí.

Estoy lista para llorar de frustración, pero sé que no puedo quedarme aquí haciendo pucheros. Necesito seguir avanzando, encontrar un lugar seguro y descansar. Necesito recuperar mi fuerza y planear mi siguiente movimiento.

Hay una segunda puerta, una envuelta en metal que no es por la que entré aquí, y me obligo a cruzarla. Sé lo que me espera si regreso por donde llegué. Le rezo a la diosa para que esta nueva puerta me otorgue un mejor camino.