Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de Stephenie Meyer y la autora es fanficsR4nerds, yo sólo traduzco sus maravillosas palabras.

Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of Stephenie Meyer and the author is fanficsR4nerds, I'm just translating her amazing words.


Thank you fanficsR4nerds for giving me the chance to share your story in another language!

Este capítulo no está beteado, así que todos los errores son míos.


.: Treinta y seis :.

—Llegué a la corte del Rey Hazel hace muchísimos años. En aquel entonces él era un simple príncipe al que yo conocía por el nombre común Marcus. Éramos amigos, él y yo. Me acogió, y en agradecimiento por su cobijo, le ofrecí lealtad, mucho antes de que lo declararan rey. Cuando su padre murió en batalla y Marcus ascendió al trono, me convertí en uno de sus consejeros más confiables.

»Ara era la joven reina de una corte vecina con la que el padre de Marcus había estado en guerra. Las batallas eran sangrientas y brutales, y cuando murieron los viejos monarcas, se acordó un tratado de paz, uniendo a las dos cortes a través de la alianza de su matrimonio. Ambos cedieron cierto grado de poder, pero a cambio ganaron la paz y duplicaron sus reinos.

»Sin embargo, la paz fue solo temporal, los viejos rencores estaban arraigados. Empezaron a desatarse enfrentamientos, y en vez de condenar a sus súbditos, Marcus y Ara lo dejaron pasar, creían que sus súbditos seguían peleando por lealtad a la como eran las cosas antes.

»Así ha durado la Corte Hazel durante muchos, muchos años. Caos constante, desconfianza constante, todo bajo el pretexto de la lealtad.

»Ara no tardó mucho en darse cuenta que yo tenía más influencia sobre su esposo que nadie más en las cortes. Estaba celosa y buscó alejarme de Marcus. Cuando la hicieron reina, me obligaron a jurarle lealtad de igual manera, y usó eso en contra de nosotros.

»Ara me usaba para su propio placer, y en respuesta me obligó a alejarme de Marcus. Una vez fui la persona en la que confiaba completamente y ahora ya no podía decirme ni una palabra por temor de que Ara me ordenara decirlo. Ella lo aisló, lo apartó del único simpatizante que tenía de verdad, y mientras rompía a su esposo, empezó a romperme a mí también. Se deleitaba con mi menguante voluntad a resistirme a ella, a luchar contra ella. Quería que peleara, pero más que eso, quería mi sumisión completa.

»Así fue como existí por muchos años. No era nada más que un objeto donde el dolor y el placer existían en igual y terrible medida. Me permití dejar de sentir, dejar de importarme, y la vida fue mucho más simple.

Sus ojos vacíos se encuentran con los míos y estoy consciente de las lágrimas que caen por mis mejillas, consciente de la profundidad de mis respiraciones que ahora tengo que forzar porque me duele el corazón por él.

—He hecho cosas malas en esta infinita vida mía, y a cambio, el mal ha sido liberado sobre mí. —Cierra los ojos y respira profundamente—. Hace varios años llegó un elfo a la corte, contando historias de un hechizo, imposible de encontrar por aquellos que lo necesitan. Un hechizo lo suficientemente poderoso para romper los lazos de lealtad. —Abre los ojos y me mira—. Al escuchar los cuentos de este hechizo, sentí por primera vez una pequeña chispa de esperanza. Sabía que tanto Ara como Marcus me enviarían a buscarlo. Lo único que codiciaban más que el poder era liberarse el uno del otro. —Deja caer la cabeza otra vez y puedo verlo fruncir el ceño.

»He conocido a varias brujas en mi búsqueda. —Hace una pausa, sus ojos revolotean hacia mí—. Pero ninguna me llamaba de la forma en que lo haces tú. Tú… —Hace otra pausa, cierra los ojos—. Eras más que lluvia después de una sequía. Eras un océano y quería ahogarme en ti.

Traga con fuerza ante su confesión y suspira.

—Te llevé a aquella cabaña porque no podía arriesgarlo. No podía arriesgarme a que te escaparas de mis manos, no antes de poder averiguar qué era exactamente lo que me atraía tan profundamente a ti. Es verdad, lo que te dije, ese era el suelo ancestral de la antigua bruja, pero no esta seguro de que en realidad fuera a ser útil. Solo sabía que te necesitaba.

Sacude la cabeza.

»Entre más aprendo y saboreo de ti, más perplejo me siento. Muchas brujas habrían podido cumplir con mi búsqueda, pero te quería a ti. Ya no solo codicio libertad y poder; estoy empezando a codiciarte a ti. —Alza su mirada a la mía y me veo asombrada por la profunda hambre que hay en ellos—. Y no sé si alguna vez me sentiré satisfecho de ti, Pequeña.

Me lamo los labios y respiro profundamente. Es mucho por asimilar, y durante un momento, siento la abrumadora verdad barrer sobre mí. Lo han roto, una y otra vez. ¿Soy suficiente para traerlo de regreso de eso? ¿Quiero serlo?

Conozco la respuesta incluso antes de terminar de pensarlo; .

Este es un poder que va más allá de la magia. Su vulnerabilidad, la verdad y necesidad que arden a través de él, que casi me prenden fuego… nos tambaleamos al borde de algo cósmico; el inicio de un universo por cuenta propia.

Y todo lo que tengo que hacer es caer.

Me paro en la tina, completamente consciente de que estoy desnuda ante él, y siento sus ojos quemar sobre mi piel, calcinándome con su necesidad.

—Yo también sufro de un hambre profunda —le digo, atrayendo su mirada a la mía. Me mira con las manos ligeramente hechas puño—. Y creo que es momento de que dejemos de negarnos este banquete.