ENCUENTROS.
Cáp. X
-¡¡¡¡¡¡Ringgggggggggggg ringgggggggg!
-Ya voyyyyyyyyy ya voyyyyyyyyyyy – gritó Alex saliendo de la ducha con una toalla rodeando su cintura, para atender el teléfono - ¿si? Alex al habla…
-…
-AH! Perdona Beni que no te llamara antes, se me pasó la hora.
-…
-Sí, sé que quedamos temprano para ir a buscar a Tai pero ya no hace falta.
-…
-Tranquilo hombre, que te va a dar algo, no lo digo por eso, sabes perfectamente que me preocupo por él, lo digo porque Tai ya apareció…
-…
-Sí pasó la noche en mi apartamento.
-…
-Ey… no me grites, sé perfectamente lo que hago, soy lo suficiente mayorcito ¿no crees?.
-…
-Pues ya puedes imaginarte como llegó, ahora duerme no he querido despertarlo aún, cuando despierte tendrá una resaca de tres pares de narices.
-…
-Sí sé que ahora está vulnerable y no puedo presionarle. Beni sabes perfectamente que estoy enamorado de Tai desde hace mucho tiempo…
-…
-Sí, eso también lo sé no pretendo que olvide a Matt de un día para otro, pero ahora me ha dado la oportunidad de poder estar a su lado y no lo voy a defraudar.
-…
-Soy consciente de que pudo motivarlo el despecho pero aún así quiero intentarlo Beni, ¿es tal difícil de entender? Ya sé que no soy él.
-…
-¡Joder Beni! ¿De que lado estás? Sabes todo lo que sufrido Tai durante estos años y comprendo que Matt era tu amigo, pero justificarlo de esta manera es…
-…
-Mira Beni no quiero discutir contigo sobre esto, sé que para ti nunca seré tan apto para Tai como lo fue Matt, pero eso me tiene sin cuidado, es Tai quien tiene que decidirlo y por ahora me ha elegido a mí, ¡joder!
-…
-Tranquilo, sé que todo esto también te afecta a ti y lamento haberme puesto así pero entiende Beni yo le amo.
-…
-No te preocupes en cuanto se levante le llevaré a su casa, puedes esperarle allí si quieres, es mejor que se reponga un poco antes de que Aki vea a su padre en ese estado.
-…
-No tienes que darme las gracias y te prometo que haré todo lo que esté en mi mano para que no sufra Tai.
-…
-De acuerdo nos vemos luego y tranquilo Tai está en buenas manos – se despidió en cantante para después suspirar incómodo por la discusión con Beni. Por cierto que son esos gritos a estas horas de la mañana – preguntó Alex al oír con dos personas discutían acaloradamente no muy lejos del teléfono.
-…
-¡¿Matt! ¿Matt está ahí? – gritó sorprendido.
-…
-Entiendo, él también lo está buscando. Será mejor que vallas con Ian porque por los chillidos que está dando no creo que le quede mucho de vida a Matt – le sugirió a su amigo.
-…
-Vale, vale, nos vemos luego. Valla genio se las gasta tu hombre, jeje – bromeó con el pelirrojo que aún podía oírle discutir.
-…
-Jeje su suerte que eres tú el que está casado con él, te dejo Beni voy a revisar como está Tai, nos vemos – se despidió Alex colgando a Beni.
A eso de media mañana se había levantado de la cama para dejar dormir tranquilamente a Tai mientras que él tomaba una ducha. La noche había sido un poco movidita y las escasas horas en las que había podido conciliar el sueño habían sido escasas pero decidió mejor dejar a su acompañante solo para que pudiera descansar. Y en eso estaba cuando su baño había sido interrumpido por la llamada del pelirrojo.
-Arggghh, que dolor de cabeza – gruñó molesto Tai apareciendo en el salón donde Alex, apoyado en el respaldo del sillón recordaba la conversación con Beni, sin percatarse de la llegada de Tai.
-Valla, jaja el dormilón ya despertó, ¿Cómo te encuentras? – le preguntó una vez que lo tubo frente a él para abrazarlo por la cintura para atraerlo a su cuerpo.
-Como si me hubieran pasado una apisonadora por encima, prométeme que nunca más de dejarás que vuelva a beber como lo hice ayer – se quejó presionándose las sienes.
-Tranquilo no dejaré que lo vuelvas hacer precioso – le prometió depositando un breve beso en sus labios resecos.
-Por causalidad ¿no tendrás algo para la resaca? – le pidió el moreno.
-Sí ven acompáñame a la cocina, te prepararé el desayuno y te daré algo para tu cabeza, jeje.
-Por cierto, ¿era alguno de los chicos con el que hablabas? – le preguntó mientras se dirigían a la cocina del cantante.
-Sí era Beni, quería saber porque no aparecí esta mañana temprano en su casa como habíamos quedado para irte a buscar. Creo que hoy no será un buen día para él – insinuó Alex.
-Le dijiste que esta aquí – preguntó tomando el vaso que le tenía Alex para la resaca para bebérselo de golpe - ¿Y porque dices que no será un buen día para él?
-Así es, estaba muy preocupado por ti y tuve que decírselo, ¿te molesta?
-No en absoluto al menos ya no se preocupará por pensar que me a raptado un ovni, jeje. ¿Y lo de su día? – insistió confundido.
-Sí si, muy gracioso pero ayer nos diste un buen susto – le riñó con cariño acariciándole la mejilla.
-Lo sé y lo siento, no volverá a ocurrir
-Eso espero – respondió Alex abrazando a su enamorado – lo de su mal día lo digo por Ian… hoy estará de un humor de perros por… - se interrumpió sin saber si decirle lo de Matt o no.
-¿Por…?
-Por Matt, cuando llamó Beni, Ian estaba discutiendo a gritos con Matt. Parece ser que fue a buscarte a su casa y ya te puedes imaginar… - se sinceró el cantante.
-¡¿¿Matt, en casa de Ian! Oh Dios… - exclamó preocupado – espero que no halla pasado nada…
-Por Matt no tienes que preocuparte – escupió molesto Alex separándose de Beni para darle la espalda – Beni le salvará el pellejo como siempre.
-Alex yo…
-No te preocupes, entiendo que aún te preocupes por él, pero dejemos de hablar de él – le pidió recuperando su sonrisa para volverlo a abrazar por la cintura con adoración.
-Alex… lo de anoche yo… - quiso decir un poco avergonzado pero Alex se lo impidió.
-No digas nada, lo de anoche fue perfecto. Estar contigo siempre ha sido mi deseo, las palabras están de más. Ahora será mejor que te des una ducha, me imagino que Aki estará extrañado al no verte desde ayer.
-Pero yo…
-Nada de pero Tai, no le des más vueltas – le impidió proseguir sin dejar de sonreír.
-Pero yo quería…
-Shhhhhhhh – le interrumpió poniendo su dedo en los labios – yo lo único que quiero ahora es que me beses… como anoche – le pidió ofreciendo sus labios – lo demás no importa.
Tai accedió dudoso, pero aceptó al final, es lo mínimo que podía hacer por él después de cómo se comportó y le apoyó. Fue un beso tierno y dulce sin compromiso y sin obligación a más, cosa que agradeció internamente Tai.
Después de una hora y tras haberse dado un reconfortable ducha, ambos abandonaron el apartamento del cantante para dirigirse al suyo propio para ir al encuentro de su hijo y de sus amigos.
Apartamento de Tai.
-¡¡¡ Papiiiiiiiii ! – gritó Aki lanzándose a los brazos de su padre - ¿Dónde estuviste? ¿Por qué no me viniste a buscar al colegio? – le preguntó a su padre haciendo pucheros.
-Oh! Lo siento amor pero ayer me surgió un imprevisto y me fue imposible. ¿Me perdonas cariño? – le pidió a su hijo abrazando y besando cariñosamente a su hijo.
-Claro que si papi pero debiste llamarme – dijo con tristeza.
-Te prometo que no volverá a suceder – le prometió colocando a su retoño en el suelo.
-Pero con una condición – chantajeó el pequeño sonriendo maliciosamente – tendrás que llevarme a ver a la abuela y a la tía Ami.
-Pequeño diablo chantajista – se rió Tai al escuchar la extorsión de su pequeño vástago – De acuerdo iremos a ver a la tía y a tu abuela – le prometió sonriendo viendo como Aki daba saltitos de alegría a su alrededor.
-Tai… ¿Cómo estás? – preguntó Beni al notar lo relajado que estaba su amigo, tras la breve conversación que el pequeño Aki.
-Bien Beni… dentro de lo que cabe estoy bien, no te preocupes…
-¿Estás seguro Tai? – insistió Ian parando uno de su brazo alrededor de los hombros de su mejor amigo.
-Sí tranquilo Ian, por cierto ¿y los niños? – preguntó Tai al no ver a sus sobrinos.
-Están con la niñera – respondió Ian – tenemos que ir a buscarles dentro de una hora – Ahora que todo está más o menos claro, creo que tú y yo tenemos una conversación que tener sobre cierta persona – le dijo mirando a Tai con seriedad.
-Cariño, no creo que este sea el mejor momento – insinuó Beni sujetando de la mano a su esposo que estaba sentado a su lado en el amplio sillón de la sala del abogado.
-Pero hay que dejar ciertas cosas claras antes de que…
-Ian amor, creo que eso no nos concierne a nosotros, dejemos que ellos lo solucionen – insistió de nuevo a su marido viendo la incomodidad de Tai al tratar ese tema.
-Pero ese maldito desagradecido no… - se quejó molesto el alto pelirrojo ejecutivo.
-Mal que me pese creo que Beni tiene razón – intervino por primera vez Alex que se había mantenido al margen – todo esto me gusta tan poco como a ti Ian pero la última palabra la tiene Tai, é es quien debe decidir que hacer. Yo confío en que tomará la decisión correcta – comentó apretando la mano de abogado con confiada mostrando su apoyo incondicional.
-Gracias Alex, para seros sinceros, todo esto me tiene algo confundido pero tenéis razón soy yo quien tiene que tomar una decisión… buena o mala. Pero por ahora no estoy capacitado mentalmente para ello. Todo ha pasado tan rápido y en tan poco tiempo…
-No te preocupes Tai, tómate todo el tiempo que necesites – animó Alex – yo… tengo que irme, te dejo en buenas manos – sonrió poniéndose de pie – ya sabes donde estoy si me necesitas – le sugirió guiñándole un ojo – te llamo luego – de inquinó un poco para robarle un corto beso a un muy atontado Tai que no supo como reaccionar.
-Err… sí nos llamamos luego – respondió avergonzado Tai al ver como Beni y Ian le miraban sorprendidos y curiosos.
-Nos venos luego chicos – se despidió Alex alegremente del matrimonio pelirrojo – Adiós pequeñazo – revolvió el cabello del Aki como despedida viendo como el niño le miraba entre confundido y molesto por haber besado a su padre.
-Tai eso…? – quiso saber Ian después de que se marchase Alex.
-Verás yo… - comenzó a decir incómodo Tai que miraba a Beni pidiéndole ayuda.
-Ian hay niños delante – le recordó a su esposo.
-Er... sí claro.
-Aki cariño, ¿porque no vas al cuarto y llamas desde allí a la tía Ami diciéndole que vamos a ir a verla? – sugirió Tai a su hijo para evitar que el niño escuchase cosas que aún no debía escuchar.
-Pero papi yo…
-Anda ves – comentó Ian levantándose del sillón para llevar al niño a su habitación – voy con él –dijo mirando a su esposo para hacerle entender que fuese él quien hablase con su amigo, ya que Beni tenía mucho más tacto que él – Anda Aki vamos hablar con tu tía Ami.
-¡¡¡¡Siiiiiiiiiii vamosssssssssssssss! – exclamó feliz olvidándose de la conversación que le querían ocultar los mayores.
El guitarrista pelirrojo y el abogado permanecieron unos segundos en silencio, intentando poner en orden sus ideas. Aunque Tai no tenía mucha intención de reiniciar la conversación justamente por donde la habían dejado.
-Mira Tai – se decidió al fin Beni – no te voy a pedir ninguna clase de explicación y soltarte el sermón que Ian espera que te dé pero… solo quiero hacerte una pregunta… ¿Estás seguro de lo que haces? – le dijo viendo como Tai agachaba la mirada.
-Tendría que decirte que sí, que sé lo que estoy haciendo pero te mentiría y tu me conoces lo suficiente para saberlo. Esto me ha pillado de sorpresa, jamás pensé que Matt…
-A veces las cosas no son lo que parecen Tai, por eso no tomes soluciones precipitadas, con ellas solo conseguirás que halla más gente implicada que sufra.
-¿Lo dices por Alex? – preguntó Tai.
-No solo Alex, Beni, sabes que las soluciones que tomes afectarán a más personas. A pesar de lo que parece… ¿Sigues amando a Matt? – preguntó directamente Beni a su amigo.
-Como no hacerlo Beni – reconoció con dolor - llevo más de cinco años esperando por él no puedes pretender que mi amor se halla borrado de un día para el otro aunque lo desease.
-Entonces espera un poco más Tai, espera ha hablar con él…
-¿Tú sabes algo? – preguntó esperanzado de que le sacase de aquella pesadilla.
-No – mintió, no quería hacerlo pero no era él quien se lo dijese.
-No sé que hacer Beni – dijo frustrado – aún le amo con todo mi corazón pero a la vez deseo odiarle, me siento traicionado y engañado pero aún así rezo porque todo sea solo una estúpida confusión.
-Entiendo como te sientes pero date tiempo, sé que Alex está deseando hacerte feliz y sé que con el tiempo lo conseguirá pero… también sé que él jamás llenará tu corazón, no después de cómo os habéis amado Matt y tú. Ahora estás muy alterado con el reencuentro y con lo que crees que es su traición y no puedes pensar objetivamente para tomar la mejor solución al problema, tómate unos días libres. Vete a Yokohama, ve a ver a tu cuñada, unos días allí te irán bien, a ti y a Aki, no creas que a él no le afecta todo esto – sugirió el pelirrojo.
-Tienes razón, creo que lo haré, debo aclararme las ideas… después ya veré lo que hago.
-¡Bien dicho! – exclamó más tranquilo Beni – creo que lo mejor que es que viajes lo antes posible, así todos se darán tiempo para tranquilizarse y pensar civilizadamente. Esta mañana me costó horrores calmar a Ian para evitar que le arrancara la cabeza a Matt. ¿Sabías que vino a buscarte a casa?.
-Sí, jeje me lo dijo Alex cuando desperté. Entonces me ausentaré varios días, así rebajaré mi nivel de stress, jeje – bromeó Tai - ¿Crees que hago bien marchándome?.
-Sí, no te preocupes yo me ocupo de los de aquí – le respondió comprendiendo su temor.
-Gracias Beni – le agradeció poniéndose de pie para abrazarlo con gratitud.
-Ey… ey ¿Qué es esto? ¿Aprovechándote de mi marido Tai? – bromeó Ian entrado en el salón con Aki cogido de la mano.
-Puedes estar tranquilo no te lo voy a gastar, jeje solo le estaba agradeciendo lo buena amigo que es.
-Valla eso me ha dolido – se hizo Ian el ofendido - ¿Y yo no soy buen amigo?
-Claro que si baka – le riñó abrazando a su amigo cuando estuvo a su lado.
-¿Todo aclarado por aquí? – preguntó Ian mirando a su pareja y a su amigo.
-Sip, hemos decido que nuestro queridísimo amiga ha a tener unas breves y relajantes vacaciones mañana mismo – informó Beni a su flamante esposo.
-¿Mañana? – preguntaron los dos adultos sorprendidos.
-Si, jeje para hoy ya es tarde. Ya te explicaré amor y tú Tai ve a preparar el equipaje para ti y para Aki - le ordenó como si se tratase de un niño pequeño.
-Espero que sepas lo que estás haciendo cariño - le dijo a su pelirrojo – bueno será mejor que hagamos caso al tirano que tengo por esposo, jeje – bromeó Ian.
-Biennnnnnnnnnn! Gritó Aki contento.
La tensión de momento se había disipado después de iniciar una charla amena y distendida que se efectuó hasta la sobremesa del medio día, la cual tuvieron que dar por finalizada llegada la hora de ir a recoger a los hijos del matrimonio Yagami. La pareja se despidieron de su amigo y ahijado hasta el día de su regreso, prometiéndose verse nada más llegar.
El resto del día Tai y Aki terminaron de hacer su equipaje y de avisar a su familia política que anunciarse su llegada. Iban a ser unos días difíciles para el abogado pero bien que sabía que también serían necesarios.
A las siete de la mañana del día siguiente, un padre y su hijo salían de Tokio rumbo a Yokohama sin saber que durante los siguientes días, una gran prueba de perseverancia y fuerza sería lo que decidiría el futuro de todos ellos.
A cierto ex cantante rubio se le iba a hacer la semana tremendamente dura y peligrosa hasta para su propia vida.
1er. Día En la entrada del apartamento de Tai, 9:15 a.m.
-Buenos días – saludó educadamente Matt al encontrarse con una señora mayor que salía a tirar la basura en el portal del gran edificio de apartamentos.
-Buenos días joven, ¿Puedo preguntarle a donde va? – pidió amablemente la mujer de unos 45 años, de pelo casi blanco cenizo y de gruesa complexión.
-Oh! Discúlpeme, voy al apartamento 2º B, a ver a los Yagami, señora – respondió con una sonrisa.
-Ah! Debe de ser entonces amigo del joven Yagami y su pequeño, tendrá que llamar desde el portero automático para ver si se encuentran en casa. Hoy no he visto a Tai llevar a su pequeño a la escuela y eso es extraño. Quizás hallan salido bien temprano – informó la siempre bien informada la señora Sato.
-Er... gracias por la información, Señora...
-Sato, querido. Señorita Sato – dijo coquetamente al joven apuesto.
-Jeje sí Señorita Sato, de todas manera subiré a llamar a su puerta, es importante que hable con Tai cuanto antes. Que tenga un buen día Señorita Sato – se despidió con una respetuosa inclinación.
-Como quieras joven, si necesitas cualquier cosa mi piso es el 1º A. Que tengas buen día joven – dijo amablemente la mujer saliendo del portal para deshacerse de su basura.
-¿Y bien joven? ¿Hubo suerte? – preguntó la misma mujer varios minutos después tras volverse a encontrar en el portal al regresar de tirar la basura.
-No están – respondió con decepción y tristeza pintada en su rostro.
-Te lo dije joven, es extraño que en el joven Tai salirse de sus rutinas, tuvieron que salir temprano por alguna cosa urgente. Pero si regresan les informaré que estuvo aquí, buscándoles – se ofreció la mujer de buena gana.
-Muchas gracias Señora Sato no dudo que lo haga de todas formas prefiero esperarles aquí fuera por si regresan.
-Como quieras muchacho, yo me retiro tengo cosas que hacer. Hasta otro joven – se despidió de nuevo adentrándose por la puerta que sería su apartamento.
Con bastante decepción Matt caminó hasta la acera de enfrente para esperar la ansiosa llegada de su ex pareja, mientras sacaba su móvil para hacer una llamada.
-"Le habla el contestador de la familia Yagami, en estos momentos ni mi pequeño ni yo estamos en casa, si quieren hablar con nosotros deje su mensaje después de la señal. Les devolveremos la llamada en cuanto podamos... Piiiiiiiiiiiiiiiii..."
-Tai... soy Matt, necesito que hablemos, por favor, si oyes este mensaje llámame al 607.55.55.09.
Diez minutos más tarde, 9:25 a.m.:
-"Le habla el contestador de la familia Yagami,..."
-Tai, soy Matt de nuevo... si estás ahí coge el teléfono por favor, necesitamos hablar. Te debo una explicación pero no por teléfono. Tai... te lo suplico, estoy enfrente de tu portal, llámame espero tu llamada.
Treinta minutos más tarde, 9:55 a.m.:
-"Le habla el contestador de la familia Yagami,..."
-Dios, esto es una locura Tai, aún sigo esperando, llámame yo... te quiero Tai, estoy desesperado.
Así durante todo el día Matt se mantuvo frente el portal esperando la llegada de Tai, siendo vigilado de cerca por la curiosa Señora Sato que no perdía detalle de los paseitos que hacía aquel extraño joven rubio mientras pasabas las horas sin intención de desistir. Cada cierto tiempo llamaba a contestador de Tai para dejar su mensaje
12:30 p.m., frente los Apartamentos de Tai.
-Joven...? – llamó la atención del muchacho que se recargaba sobre la barandilla del jardín público que había frente al edificio con rostro cansado y abatido.
-Ishida, mi nombre es Matt Ishida, ¿qué quiere Señora Sato? ¿Ha sabido algo de Tai? – preguntó esperanzado.
-No querido, no me ha llamado, creo que debería marcharte a casa, dudo que aparezca en el día de hoy y la verdad te ves agotado, no te has movido de aquí en todo el día, ni siquiera para comer algo, ¿quieres que te traiga algo para comer o beber? – le ofreció al joven
-No gracias no necesito nada, e perdido el apetito pero muchas gracias por su preocupación. Sobre irme a casa... no me es posible antes debo hablar con Tai, es... es algo que debo hacer sin falta, no me importa esperar toda la noche si hace falta.
-Pero te ves agotado, no ganas nada desvelándote de esta forma.
-Supongo que tiene razón Señora Sato pero debo quedarme es... es algo personal, entiéndame.
-Como quieras muchacho, yo ya me retiro, ya es muy tarde para mi viejo cuerpo, jeje – bromeó
-Que duerma bien Señora Sato – la despidió con su sonrisa agradecida.
-Jeje lo mismo digo, aunque dudo que duermas algo. Buenas noches.
En ese día Matt había contabilizado 25 llamadas echas a Tai y ninguna respuesta.
2º Día. Apartamentos de Tai 9:15 a.m.
Matt seguía más dormido que despierto en el mismo lugar donde como en la mañana anterior fue saludado por la Señora Sato. Tras volverle a insistir que regresase a su casa y ofrecerle algo de desayuno, Matt se negó amablemente como en el día de ayer, para sorpresa de la madura mujer.
9: 45 a.m.:
-"Le habla el contestador de la familia Yagami,..."
-Tai... no has regresado desde ayer. Sigo esperándote frente a tu casa. Ya no sé ni cuantos mensajes te he dejado ya pero seguiré insistiendo hasta que me devuelvas la llamada. Es importante que hablemos, las cosas no son como parecen yo... Mierda estoy echo polvo... Llámame pronto. Te quiero.
1:35 p.m.:
-"Le habla el contestador de la familia Yagami,..."
-Tai... aún no llegas y yo... Me merezco que me hagas esto pero... por favor dame al menos la oportunidad de explicarme, solo te pido eso. No pido más solo verte... hablarte y luego... ¡Joder Tai responde a mis llamadas, que te cuesta!
5:40 p.m.:
-"Le habla el contestador de la familia Yagami,..."
-Tai... lamento haberme puesto así hace cinco minutos pero es que esto es desesperante. Las burradas que te dije no son ciertas, estaba molesto porque llevo más de treinta horas esperándote y la falta de comida y el sueño me están haciendo desvariar. Perdóname, Te quiero llámame, te sigo esperando, eternamente...
-Oye mira, ¿ese no es Matt Ishida? – le comentó una chica a su compañera que paseaban en esos momentos cerca del parque donde Matt aguardaba a Tai a unos quinientos metros de distancia.
-¿Matt Ishida? – preguntó sorprendida mirando en dirección donde le señalaba su amiga - ¿El Matt Ishida del grupo Teenwolves?
-Sí ese, mira está allí, guauu no me lo puedo creer – dijo exaltada.
-Cuando se lo digamos a tu hermana no se lo va a creer – exclamó la otra joven.
-Esto hay que contárselo alguien. Hasta ahora nadie sabía donde se encontraba, jeje. Esto es un notición
-Sí, sí, corre vamos a contárselo a tu hermana – insistió a su amiga saliendo corriendo.
10:28 p.m.:
-Joven Matt – le llamó acercándose al chico con un tazón humeante de sopa caliente – lo que está haciendo es una locura, por mucho tiempo que se obligue a estar aquí no hará que el joven Tai regrese de donde esté. Va a caer enfermo. Anda tómate esto, no has comido nada en estos dos días que llevas aquí.
-No es necesario que se moleste Señorita Sato yo...
-No jovencito, si quieres permanecer más rato aquí deberás tomarte al menos este caldo, vas a caer enfermo. Si no lo haces me obligarás a que llame a la policía para que te lleven a tu casa a la fuerza si es necesario – dijo rotundamente la mujer.
-¡No llame a la policía de lo suplico! – solicitó nervioso el rubio.
-Pues tómate al menos lo que te traigo.
-De acuerdo pero no llame a nadie – le pidió aceptando el tazón que le ofrecía la oronda mujer.
El único alimento que había probado en las últimas 37 horas le reconfortó un poco, dándole las fuerza que necesitaba para pasar otra noche más a la intemperie.
La mujer no pudo hacer que aceptase al menos pasar la noche en su apartamento por lo que desistió y se marchó de nuevo a su hogar con cierta preocupación por el testarudo joven que había aparecido dos días atrás en busca de uno de sus vecinos.
Su registro de llamadas le indicaba que hoy había llamado a Tai 32 veces y sin respuesta aún por parte del joven abogado
3er. Día Apartamento Tai
9:15 a.m.
-Joven Matt, creo que ya es suficiente, ¿es que quieres matarte? – le inquirió molesta – debes regresar a tu casa jovencito.
-Yo... ya no tengo casa Señorita Sota... – respondió con voz cansada – yo... lo perdí todo hace mucho tiempo... y todo fue culpa mía... no luché por lo que amaba. No me moveré de aquí hasta que pueda hablar en persona con Tai... él es... es... – confesó abatido y casado, tanto mental como físicamente.
-Oh! Ésta testaruda juventud... – bufó indignada la mujer – y crees que vas a solucionar algo exponiéndote así...
-Ud. no lo entiende – le interrumpió agotado.
-El que sea vieja no me hace idiota jovencito, sé perfectamente lo que me quieres decir. No es que me agrade que dos jóvenes tan apuestos y jóvenes desperdicien sus vidas con esas ideas vuestras liberales sobre el amor sin fronteras de familias modernas y que no les importa que una pareja no sea hombre y mujer pero bueno vosotras sabréis. Conozco a Tai desde hace años y sé de que pie cojea muchachito y creo saber quien eres y que tipo de relación tienes o tuviste con el joven Yagami, pero créeme que así no vas a conseguir nada.
-Pero él es todo en mi vida. Me comporte como un idiota y ahora estoy pagando por ellos, debo...
-No debes nada, no te auto castigues de esta manera. Vuestros problemas los deberéis solucionar cuando llegue, pero quedándote aquí no hará que él venga antes, ya te lo dije. Vuelve cuando regrese.
-Pero no sé cuando regresará – exclamó angustiado.
-Sí quieres yo te aviso pero no te quedes aquí caerás gravemente enfermo y entonces si que no podrás arreglar nada con el joven Yagami.
-No puedo irme – se reafirmó a si mismo – llevo más de cinco años esperando el momento que pueda explicarle todo lo que han sido estos años. Tuvimos un reencuentro... no muy agradable – le comentó a la mujer, necesitado de consuelo – y las cosas no surgieron como yo esperaba, se pensó cosas que no son y debo aclarárselo.
-Ayy! Muchacho, entiende que temo por tu salud, esto no es bueno para tu bienestar.
-No me importa si caigo enfermo, antes debo verle.
-¿Pero no ves el día que hace hoy? – le dijo haciendo que se fijase en los nubarrones que estaban ocultando el cielo azul – parece que va a llover y si te quedas fuera... hoy quédate en mi casa al menos, tengo que salir hacer unos recados pero igualmente te puedes quedar. No permitiré que te quedes bajo la lluvia, jovencito.
-No se preocupe, si llegase a llover me resguardaría en el portal, no se preocupe Señora Sato, váyase tranquila.
-No puedo irme tranquila jovencito, no sabiendo que te quedarás aquí. Anda ven conmigo – le sujetó del brazo arrastrando del rubio hasta tenerlo ya en la entrada de su casa.
-Pero no es necesario yo…
-Silencio. Ahora te quedarás aquí hasta que vuelva, y pobre de ti si te mueves de aquí muchacho. Te dejo un juego de llaves sobre la mesita de la sala, hay comida de sobre en la nevera y calvo recién echo sobre la cocina. Quiero que comas algo. Yo regresaré sobre las cinco de la tarde aunque intentaré regresar antes.
-Muchas gracias Señita Sato, debería molestarse – le dijo agradecido.
-No te preocupes encanto, y deja ya de angustiarte de esa manera ya verás como todo se arreglará.
-Ojalá sea así Señorita Sato, ojalá – le dijo despidiéndose de la amable mujer.
Los nervios y la incertidumbre por si llegaba o no Tai en esos momentos le pudo más que el mantener la promesa que le había echo a la Sra. Sato. Ni siquiera la repentina lluvia le hizo desistir de seguir apostado frente el edificio.
11:23 a.m.
La débil lluvia no había para en toda la mañana y a esas horas ya estaba prácticamente empapado. Podía sentir el frío en el cuerpo pero seguía en el mismo sitio sin intención a moverse.
La gente que pasaba apresurada con paraguas le miraban con intriga o extrañeza al notar la extraña actitud de un joven apostado frente a un parque sin moverse y calado hasta los huesos por la lluvia.
Pero en esos momentos no era el único que permanecía inmóvil ocultándose entre los transeúntes. Alguien, apostado en unas de las esquinas del gran parque no perdía detalle de todo lo que hacían el joven rubio. Sin dudo aquello le reportaría gran beneficio cuando llegase el momento
-Jeje con esto pienso ganar una fortuna, jeje – se dijo el hombre convenciéndose a si mismo para darse la motivación que le permitiese aguantar el aguacero que en esos momentos comenzaba a caer.
11:30 a.m.
-"Le habla el contestador de la familia Yagami, en estos momentos ni mi pequeño ni yo estamos en casa, si quieren hablar con nosotros deje su mensaje después de la señal. Les devolveremos la llamada en cuanto podamos... Piiiiiiiiiiiiiiiii..."
-Tai, cof cof – tosió sintiéndose cansado – soy Matt… supongo que si aún… no me has llamado – hablaba Tai al contestador con algo de dificultad – es que no has llegado aún, Dios! la Sra. Sato me va a matar cuando se entere que estoy esperándote bajo la lluvia, jeje. Estoy empapado… pero me da igual, necesito verte cof cof yo.
Piiiiiiiiiii Piiiiiiiiiiiiiii
Mierda me estoy quedando sin batería en el móvil, cof cof Tai si oyes alguno de mis mensajes antes de que llegues a tu casa llámame. Te quiero.
1:25 p.m.
-"Le habla el contestador de la familia Yagami…,"
-Soy Matt otra vez…, cof cof. Necesitamos arreglar lo nuestro… no quiero perderte Tai… Kaori no es… Piiiiiiiiiiiiiiiiiiii Piiiiiiiiiiiiiii Piiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
Mierda me quedé sin batería ahora no podré llamarle más, cof cof – gruñó molesto con ganas de arrojar al móvil contra el suelo - ¡¡Joder… estoy helado y para colmo creo que me estoy resfriando!
La sombra que le vigilaba aún no se había movido de su sitio.
4:30 p.m.
-¡¡Por todos los cielos muchacho! – gritó asustada la Sra. Sato al ver el estado deplorable del joven – no te dije que permanecieras en la casa – le riñó con dureza al chico.
-Srta. Sato, lamento haberla desobedecido pero no podía estar más tiempo encerrado en su casa, el estar aquí me tranquiliza un poco – intentó disculpase Matt ante la mira reprobatoria de la mujer.
-Pero que tonterías son esas, mírate estás echo una sopa, debes casarte esa ropa mojada enseguida si no quieres coger una pulmonía – le dijo empezando ha empujar al chico de nuevo hacia su casa.
-No es necesario estoy bien, pronto saldrá el sol y se me secará la ropa no tiene que…
-¡¡A callar! Ahora me vas a acompañar, te sacarás esa ropa para que te la seque y te recostarás para descansar hasta que recuperes un poco de color, estás más blanco que el papel – le aseguró la mujer.
-Pero…
-Nada de peros, andando y no quiero oír ni una replica más.
Sin poder impedirlo, Matt fue conducido al acogedor apartamento de Srta. Sato acatando las órdenes que le había dado. Con bastante vergüenza Matt se deshizo de la ropa húmeda para que la Sra. Sato se las secara, cubriendo su desnudez con una gruesa manta que le ayudó a recuperar parte la temperatura que había perdido. También se vio obligado a tomar una taza de humeante caldo y varias piezas de fruta.
Para cuando quiso darse cuenta, el joven Matt había quedado rendido de agotamiento sobre el mullido sofá de la señora.
-Pobre muchacho – se compadeció la Sra. Sato al observar al chico que dormía en su sillón – debes de estar agotado. ¿Dónde te habrás metido joven Yagami? Como tardes más en llegar no sé que será de este chico – murmuró preocupada mientras abrigaba más al joven con otra manta más. - tengo que localizar al joven Yagami enseguida – se dijo a si misma con decisión – Mmm recuerdo que hace tiempo me dio un número de teléfono para una posible emergencia, ayy! Dios mío que cabeza la mía, donde lo habré metido – se quejó la mujer comenzando a revisar los cajones de su librería – tiene que estar por algún lado
12:22 p.m.
Todo era oscuridad en el apartamento de la Sra. Sato, Matt se despertó sobresaltado y desorientado después de haber sufrido una angustiosa pesadilla. Había soñado que Tai había sufrido un terrible accidente mientras regresaba a su casa, Tai ya no regresaría nunca más a su lado y él como penitencia se quedaría frente a su portal sin comer ni dormir hasta que le llegase la muerte como pago a sus ofensas y errores que había provocado todo aquel desenlace.
-Tranquilo Matt solo ha sido una estúpida pesadilla – se intentó auto convencer para tranquilizarse - ¿Qué hora es? – se preguntó al darse cuenta de la oscuridad reinante – debo de haberme quedado dormido… ¡¡Tai! A lo mejor ya ha llegado, tengo que ir a comprobarlo – se dijo levantándose del sillón con cuidado de no hacer ruido y despertar a la vigilante Sra. Sato.
Con extrema precaución pudo hallar su ropa que permanecía tendida sobre una silla del salón, aún estaba algo húmeda pero aún así se la puso sin perder demasiado tiempo. Con sigilo se deslizó hasta la puerta de entrada del apartamento que permanecía en completo silencio, lo más seguro es que su habitante ya estuviera durmiendo. Decidió conservar una de las mantas que tan amablemente le había ofrecido la Sra. Sato ya que no se encontraba muy bien. Seguramente tendría algo de fiebre, ya que se aquejaba de un leve pero en aumento malestar general. Con decisión salió de la casa rumbo al piso de Tai, pero allí no había nadie. Su desilusión fue tal que ya no sabía que hacer, ¿debería irse por fin a su hotel o debería seguir aguardando la llegada de su amado?
-Me quedo – se dijo con decisión – no he pasado por todo este tormento para ahora abandonarlo, no señor.
Con pasos algo tambaleantes, Matt volvió a salir a la calle, dispuesto a pasar una nueva noche en vela para aguardar la llegada del hombre que le quitaba el sueño.
La misma sombra permanecía oculta armada con una tecnológica cámara digital de gran aumento, que durante esos últimos días no había perdido la ocasión de retratar al desafortunado Romeo en todas y casa una de las angustiosas facetas que le había llevado la larga y aún tediosa espera.
4º. Día Apartamento Tai
8:15 a.m.
-¡Por todos los cielos Matt! ¿Te has vuelto loco? ¿Cómo se te ocurre marcharte de casa? – le riño asustada acercándose al chico al verlo sentado en el suelo casi sin moverse.
-Se... Señorita... Sato – le respondió con dificultad.
-Oh! Dios estás ardiendo en fiebre – exclamó comprobando su temperatura al notarlo excesivamente sonrojado – Sabía que esto pasaría, joven testarudo. Hay que llevarte a un médico cuanto antes.
-No... aún no. Tai, él...
-¡¿Pero es que quieres morir! No debí dejar que me convencieras de dejarte hacer esta locura. Ahora mismo te levantas y entras en casa hasta que llegue el médico – le ordenó intentando levantar al joven.
-Me temo que... eso va a ser imposible,... jeje – sonrió con tristeza Matt agachando la cabeza – tengo mis piernas entumecidas... creo que ahora si aceptaré... uno de esos caldos tan buenos que hace Srta. Sato, jeje. Seguramente luego... pueda moverme.
-Ayyyyy! Hijo mío – se lamentó la mujer preocupada – de acuerdo, iré a por algo caliente y medicamentos para bajarte un poco la fiebre, no te muevas de aquí y abrígate bien – le pidió acomodando mejor la manta sobre el chico – Por Dios pareces un vagabundo con estas pintas – se lamentó la mujer – Ahora mismo vuelvo no te muevas. Lamento no poder cargarte.
-Jeje tranquila no creo... que me pueda mover aunque... quiera, jeje – bromeó Matt aguantando el dolor en el pecho que le dificultaba respirar
Con toda la rapidez que le dieron las piernas cansadas de la mujer salí en dirección a su apartamento para preparar un caldo caliente para hacer recobrar al menos parte de la energía que había estado drenando el muchacho en su locura de permanecer estático a la espera de su supuesto "amigo".
En Yokohama, 8:35 a.m.
-Bueno... muchas gracias por alojarnos estos días Ami, no sabes cuanto te agradezco tu ayuda y apoyo – le dijo el joven moreno a su "cuñada" abrazándola con cariño y agradecimiento.
-No tienes que agradecerme nada Tai, para eso está la familia, a demás es un placer pasar unos días con mi encantador sobrinito, jeje – respondió la muchacha abrazando y besando cariñosamente después al pequeño Aki que aún mostraba rastros de sueño por haberse levantado tan temprano.
-Papiiiiiiii... ¿tenemos que irnos tan pronto? Yo quiero quedarme unos días más en casa de la tía Ami – le sugirió el pequeño a su padre haciendo pucheros.
-No es posible amor, ya tenemos que regresar, dijimos que solo estaríamos unos tres días, tú jovencito no puedes perder más días en el colegio y yo tengo que volver al trabajo – le explicó a su hijo mientras acomodaba las maletas en la entrada de la puerta de la casa de Ami.
-Pero Tía Ami quiere que nos quedemos más tiempo, ¿verdad? – le preguntó a su tía.
-Claro que quiero pero tu padre tiene razón. Tú tienes que seguir estudiando, ¿no querrás perder el curso, no?
-Nop, pero... – respondió apenado Aki
-A demás tu papi tiene asuntos importantes que solucionar y quedándose aquí no podrá hacerlo, ¿lo entiendes...?
-Sip... supongo que sí, pero te echaré mucho de menos, snif – le dijo a su tía aferrándose a la cintura de esta para llorar.
-Ohhh! Venga Aki no te pongas así, cariño – se lamentó Tai al ver que su pequeño lloraba por no querer partir.
-¿Es que a acaso no quieres ver a Sasuke y a Dana? – insinuó Ami a su sobrino.
-Siiiiiii pero, me gusta estar aquí en casa de la abuela.
-Mira haremos una cosa... – comentó Tai a su hijo – hoy regresamos a casa y para las vacaciones de verano regresamos una semana entera, ¿qué te parece, jeje.
-Vale pero deben de ser dos semanas – puso como condición Aki.
-Pero bueno bribón, eso lo tiene que decir la tía Ami, ¿no crees? – conjeturó Tai.
-Tía Ami, ¿me dejarás quedarme dos semanas para el verano? – le preguntó poniendo cara de cachorrito.
-Jajaja, claro que sí amor... todo el tiempo que desees, jeje
-¡¡Biennnnnnnn! Pues entonces vendremos en verano – gritó alegremente olvidándose de la pena de tener que marcharse en esos momentos.
-Jeje bueno, entonces no marchamos ya Ami. Despídeme de tu madre y ya te llamaré para explicarte como salió todo – le dijo a su "cuñada" dándole dos besos de despedida.
-Perfecto, tómatelo todo con calma Tai, lo importante es que lo habléis.
-Sí lo sé, aunque no va a ser fácil.
-Es comprensible... Cambiando de tema, ¿hablaste con Ian y Beni?.
-Sí le he llamado hace un rato, les dije que regresábamos hoy, calculo que a eso de las 10:00 ya estaremos en casa, nos esperarán allí.
-Bien, entonces solo me queda que desearon buen viaje. Ir con cuidado y no corras mucho – le dijo Ami abrazando a su cuñado, esperaré tu llamada.
-Te llamo Ami, adiós.
-Adiós tía Ami, nos vemos en verano – gritó Aki ya sentado en la silla especial del coche.
-Adiós tesoro y pórtate bien.
-Sí lo haré Adióssssssssss – exclamó agitando su manita mientras se alejaban con el coche.
Centro de la Ciudad, frente el Apartamento de Tai.
9:15 a.m.
La gente que circulaba a esas horas de la mañana observaba extrañada la inusual escena que se desarrollaba en una de las aceras del Parque Mibu. A simple vista parecía que una mujer madura intentaba ayudar a un desfalleciente mendigo que había escogido esa calle para descansar sus cansados huesos sobre el suelo.
Los viandantes pasaban curiosos por su lado sin intención a intervenir en la extraña actitud solidaria de la mujer, muchos cuchicheaban a su paso, otros los señalaban sin ningún tipo de pudor. Por suerte para Matt, ninguno llegó a reconocerlo a excepción de aquella pareja de jovencitas que regresaron varias veces a espiarlo pero sin atreverse a acercársele.
Un objetivo de gran alcance no dejaba de sacar instantáneas de todo lo ocurrido, de aquel reportaje en exclusiva iba a producirle un gran desembolso de dinero.
9:25 a.m.
-Eso es muchacho, bebe despacio, así ¿cómo te encuentras? – preguntó la mujer.
-Me cuesta un respirar... pero creo que mejor.
-Bien ahora tómate esta pastilla, te aliviará un poco el dolor corporal, en cuanto te haga efecto y puedas levantarte te llevaré a casa, lamé al doctor y me dijo que en cuanto saliera de una urgencia que estaba atendiendo vendría para aquí de inmediato.
-Muchas gracias Srta. Sato... no sé como se lo voy a poder agradecer...
-No tienes que agradecerme nada, con que consigas que todo este esfuerzo valga la pena para que te arregles con el joven Yagami, ya me vale.
-Pues... espero que así sea...
-Ahora descansa un poco para que haga más rápido el efecto de la pastilla.
9:45 a.m.
El vehículo de Tai pasó por delante del parque para tomar el acceso al garaje privado del edificio. Tai al estar pendiente de la circulación no llegó a percatarse de lo que sucedía en el exterior de su edificio, en cambio Aki, miró extrañado la pequeña aglomeración de gente sin poder ver lo que sucedía realmente ni quienes eran los protagonistas de la misma. Aún estando curioso y extrañado no le comentó nada a su padre.
Con tranquilidad, sacaron las maletas del coche y subieron por el ascensor hasta su apartamento.
9:55 a.m.
En el interior del vehículo de la Familia Yagami (matrimonio Ian – Beni)
-¿Papi papi, vamos a ver a Aki? – preguntó emocionado Sasuke desde su sillita.
-Sí amor, llegaron esta mañana, no tardaremos mucho en llegar – respondió Ian mientras conducía.
-Pensé que se quedarían más días Yokohama – comentó Beni desde el asiento trasero donde podía vigilar a sus hijos, sobretodo a su pequeña Dana.
-Sí yo también, supongo que ya ha tomado una decisión referente a Matt. El que demore más tiempo en hacerlo solo traerá más complicaciones para todos. Esta mañana cuando me llamó lo noté bastante decidido – le explicó a su esposo.
-¿Y te ha dicho que ha decidido? – preguntó Beni
-No concretamente pero me dijo que accedería hablar con él. Supongo que lo demás será en función de cómo se dé esa conversación.
-Eso espero – suspiró esperanzado Beni.
-Beni, cariño...
-¿Sí?
-Tú sabes la verdad de todo ¿no es así? – preguntó con tranquilidad Ian sin despegar la mirada de la calzada.
-Ian yo...
-No me molesta que no me lo digas, solo quiero saber una cosa... ¿Vale la pena que Tai hable con él?
-Sí cariño... lo vale – le respondió sonriéndole comprensivamente.
-Sí tú lo dices deberé creerlo. Mira ya hemos llegado.
-Pero... ¿qué está pasando ahí? – señaló Beni observando a un pequeño grupo de curiosos que se arremolinaba sobre una persona tirada en el suelo y otra que intentaba atenderla.
-No lo sé amor, supongo que alguien se cayó o se accidentó – respondió aparcando su vehículo unos 300 metros de distancia del barullo.
-¿Crees que deberíamos ir a ver, por si necesitan ayuda? – sugirió Beni.
-Ya hay demasiada gente cariño, además al no saber que está sucediendo no quiero arriesgarme a acercarme con los niños – le dijo bajándose del coche para ir sacando a los niños de él.
-Tienes razón, solo estorbaríamos más, será mejor que subamos a Sasuke y a Dana.
-Papi, pa ¿pupa ese señor? – preguntó curiosa el pequeño Sasuke
-No lo sé amor – respondió Ian, cogiéndolo en brazos – pero ya lo están atendiendo, anda subamos ya Aki y Tai nos deben de estar esperando. ¿Puedes con la bolsa de Dana? – pregunto a Beni que cargaba la cesta de Dana y el cochecito en su otra mano.
-Sí, solo un momento... – se paró acomodando mejor a Dana en su cochecito mientras sujetaba la bolsa al mango del mismo – Ahora, jeje ya estamos listos.
Ian emprendió la marcha hacia en edificio, iba caminando cuando algo le llamó la atención, en una de las esquinas más escondidas, alguien parecía esconderse llevando en sus manos una cámara fotográfica.
-La gente cada vez está más loca – pensó para si mismo si darle mayor importancia.
En el apartamento
Dinggggggggg Dongggggggggg!
-Tío Iannnnnnnnnnnnn Tío Beniiiiiiiiiiiiii – se abrazó Aki a sus tíos que había salido corriendo desde el salón.
-Hola precioso, ¿cómo has estado? – habló Ian bajando al suelo a Sasuke que se abrazó a su "primo".
-Hola chico, como ya le dije a Ian no era necesario que vinierais, vais a perder un día de trabajo.
-No te preocupes baka, para que está la familia – dijo Beni abrazando a Tai - ¿qué como fue todo?
-Pues mejor de lo que me esperaba – respondió sin muchos detalles - ¿y como han estado mis preciosos sobrinos? – preguntó abrazando a Sasuke y besando la frente de la pequeña Dana que permanecía dormida.
-Bien tío Tai, yo ser bueno – respondió aferrándose al cuello de su tío.
-Me alegro, me alegro. ¿Queréis algo de beber, café, té...?
-No gracias ya hemos desayunado – informó Beni – por cierto ¿hace mucho que habéis llegado?
-No que va, apenas diez minutos, casi no he encontrado tráfico para venir. Solo el tiempo que me ha dado a sacar la ropa sucia de la maleta, jeje.
-Valla entonces hemos llegado a tiempo, jeje – bromeó Ian – los chicos quieren que nos reunamos este fin de semana para entregarle los regalos a Omi y a Terry, ya sabes no creo que tarde en dar a luz, jeje.
-Por mí hay problema, ¿donde nos reuniremos? – preguntó Tai sentándose junto a sus amigos sin dejar de mirar a su intranquilo hijo que parecía muy ocupado mirando a través de la ventana del salón con gran interés.
-En casa – respondió Beni – es la única que tiene suficientes habitaciones para todos, a demás allí estarán los niños más cómodos.
-Sí tienes razón mi apartamento quedaría muy reducido con tanta gente, jeje – bromeó Tai – y sobretodo sin Iz y Omi se encuentran presentes, esos dos siempre la lían, jeje.
-Sí tienes razón, jeje – se rió Beni – recuérdame cariño que el Lunes contrate una dotación extra de agente de limpieza para la casa, seguro que quedará como un campo de batalla, jeje.
-No te quejes que tú eres el primero en desmadrarte encanto – insinuó Ian riéndose también.
-Aki cariño, ¿qué estás haciendo todo el rato en la ventana? – preguntó finalmente Tai a su hijo – llevas desde que llegamos mirando a través de ella.
-Es verdad – recordó Beni – al venir hacia aquí vimos que algo había pasado en la calle, parece ser que alguien se accidentó o se cayó, no llegamos a verlo claramente – le informó el pelirrojo.
-Valla pues no me di ni cuenta, jeje. Anda Aki no sea chismoso y apártate de la ventana no es agradable espiar a gente en apuros – le pidió a su hijo desde el sillón.
-Pero papi hay alguien en el suelo intentándose poner de pie, no lo veo bien pero se me hace conocido y a demás está la Sra. Sato también...
-¿La Señora Sato? – preguntó extrañado Tai acercándose a su hijo para comprobarlo.
-¿La Sra. Sato no es tu vecina? – preguntó sorprendido también Ian acercándose con ellos.
Algunos de los curiosos se habían acercado al ver que la mujer que atendía al vagabundo se ponía más nervioso por momentos. Esto provocó que los jóvenes que intentaban ver a través de la ventara no pudieran reconocer al joven tendido en el suelo que intentaba e vano ponerse de pie. Hasta que con ayuda de varios transeúntes lograron levantar al joven para que tomase un poco de aire mostrando a sí su identidad a los involuntarios espectadores del 2º piso.
En el exterior del edificio.
-Así es intenta aguantarte de pie joven Matt – hablaba asustada la Sra. Sato. Las piernas de joven no parecían poderle aguantarle y daba la impresión que el joven se desvanecería en cualquier momento.
-Srta... Sato... no... me... encuentro... bien.
-¡Hay que llamar a una ambulancia! – exclamó unos de las personas que se había detenido a auxiliar al joven.
-¡Por favor que alguien llame a una ambulancia! – gritó otra mujer al ver como el joven se desplomaba en el suelo medio inconsciente.
En el apartamento
-Ooohhh! Dios mío – exclamó asustado Tai al reconocer el cuerpo desfallecido de Matt enfrente de él mirando con horror la escena y el rostro igualmente asombrado de Ian.
-¿Qué está sucediendo? – preguntó asustado Beni al ver el rostro pálido de Tai y Ian a la vez que sujetaba a retener a su hijo para que no viera lo que estaba sucediendo fuera.
-¡¡Tengo que ir con él! – gritó Tai saliendo corriendo hacia la puerta de su casa cuando vio caer al suelo el cuerpo de su amado.
-¡¡¿Pero que sucede! – exigió saber asustado Beni.
-¡¡Es Matt! Está tirado en el suelo. Beni quédate con los niños, que no se acerquen a la ventana voy con Tai, en cuando sepa que está sucediendo te aviso – le explicó Ian saliendo corriendo también tras Tai.
Con miedo Beni hizo lo que le pidió Ian, cosa que le costó hacer ya que Aki se negaba a dejar de mirar por la ventana mientras lloraba asustado por su pa Matt. A pesar de lo que había pasado, el amor que sentía por su otro pa no se había disipado aún.
-¡¡Matt! – gritó angustiado Tai al llegar a su lado.
-¡¡Por todo los cielos, joven Yagami! Por fin llegó, estaba tan preocupada – le dijo la mujer nada más verle aparecer.
-¡¡Matt, Matt respondeme! ¿Que ha pasado? – le preguntó acomodándose a su lado para abrazarle con todo su amor.
-Ta... Tai, ¿eres tú?
-Sí Matt soy yo, ¿qué ha pasado? ¿Por qué estás así? – le preguntó intentando controlar sus lágrimas de angustia.
-Te... te estuve esperando.
-Será mejor que no intentes hablar – se oyó la voz dura de Ian que acababa de llegar – ¿alguien a avisado a una ambulancia? – preguntó a los presentes.
-Sí no creo que tarden en llegar – informó la Sra. Sato.
-Bien, les agradezco a los presentes su ayuda pero si no es mucha molestia les agradecería que se retirasen – pidió amablemente el alto pelirrojo.
-¡¡Matt háblame! ¡¡No te duermas! – gritó asustado al verle caer en la inconsciencia.
Con algo de reticencia los transeúntes empezaron a abandonar la escena quedando solo ellos tres y la Sra. Sato. Todos menos el insistente fotógrafo que no perdió detalle.
Dos minutos más tarde la ambulancia llegaba para atender a un Matt inconsciente y a un Tai desesperado. Entonces Ian recordó al fotógrafo y todo encajó.
-¡Maldición ahora lo entiendo! – gruñó molesto el ejecutivo mirando a Tai que lo miraba extrañado sin comprender la molestia de su amigo – Tai tú ve con Matt al hospital, yo me quedaré, iré a explicarle lo sucedido a Beni e iremos hacia allí. Sra. Sato, necesitaré que me cuento todo lo que ha pasado. Anda Tai ve con él, ahora nos venos – se despidió de su amigo que subía a la ambulancia.
-Ian avisa a su hermano y a los chicos, supongo que deberán saberlo y Aki...
-No te preocupes, yo me encargo de él. Hasta luego – le dijo viéndoles desaparecer. En ese momento sacó su móvil para hacer una llamada urgente – Yasako-sama, tenemos un problema – le dijo sin perder tiempo al directivo de la compañía musical e su marido.
Mientras el alto ejecutivo hablaba con el ex jefe de Matt, la Sra. Sato le seguía hasta el apartamento del joven Yagami donde en presencia del matrimonio pelirrojo les explicaría todo lo que había sucedido en estos últimos cuatro días.
Continuará...
Nota: Lamento la demora, pero ya está aquí, jeje.
Lo siento Duo sé que vas a matarse por hacerle esto a Matt, jeje, pero prometo que será la última vez que le haga sufrir.
Este fic ya llega a su fin, seguramente el próximo capitulo sea el último, espero que lo hallan disfrutado, al menos esa fue mi intención, un saludo a todo y gracias por leerme.
Chipita
