ENCUENTROS.
Cap. XII
La ambulancia llegó con rapidez al Hospital, Matt seguía inconsciente y su pulso y respiración era cada vez más errática. Los sanitarios luchaban bajo a aterrada mirada de Tai como mantener al paciento estable.
En cuanto llegaron se dirigieron al área de Urgencias donde un grupo de médicos esperaban al paciente en camilla. Tai no se separó de su lado en todo el trayecto hasta que uno de los médicos le impidió el paso a la entrada del Box de Urgencias.
-Disculpe Señor pero a partir de aquí no puede pasar, será mejor que espere en la Sala de Espera, en cuanto se sepa algo ya informaremos – explicó amablemente un enfermero.
-¿Pero... quiero estar a su lado? – suplicó Tai.
-Es es imposible – dijo tajantemente - ¿es familiar del paciente?
-Yo... sí... bueno... no, soy un amigo pero...
-Entonces deberá retirarse y cuando lleguen sus familiares ya le informaremos, son normas del Hospital.
-¿Y no podré verlo? – preguntó preocupado.
-Supongo que sí. Pero por ahora no, si me disculpa tengo que atender a mis pacientes – se despidió desapareciendo por la puerta del Box por la cual había ingresado Matt.
Sin más remedio que tener que esperar, Tai se dirigió a la Sala de Espera de Urgencias, intentó acomodarse en uno de esos incómodos sillones de plástico de bajo respaldo pero después de 2 minutos sentado en él, se puso de pie y comenzó a pasear sin molestar a las diferentes personas que se encontraba en ese momento igual que él.
Media hora más tarde, el mismo enfermero que le atención antes se asomó llamando la atención de joven abogado.
-¿Cómo está? – se apresuró a preguntar al enfermero - ¿Está muy grave? ¿Puedo verle?.
-El paciente por suerte ya está fuera de peligro – explicó aliviando a Tai – normalmente debería esperar a hablar con algún familiar directo pero como lo vi tan angustiado me acerque para tranquilizarlo.
-No sabe cuanto se lo agradezco. ¿Pero ahora está bien, no? ¿Qué le ha pasado? Me gustaría poder verle, por favor.
-No tiene que agradecerme nada. El paciente presenta un cuadro severo de agotamiento, esto le ha provocado un debilitamiento general, tiene un cuadro de leve desnutrición y una fuerte pulmonía, seguramente se expuso durante bastante tiempo a la intemperie cosa que le agravó la situación. Ahora está estable, le estamos tratando la pulmonía y la fiebre con antibióticos. Para restablecer los niveles de nutrientes que perdió le estamos poniendo suero. Sobre verle... el paciente está sedado, no creo que despierte en varias horas, el agotamiento que sufre es severo así que...
-No me importa, por favor solo quiero verle, saber que está bien, prometo no molestar, aunque sean solo cinco minutos por favor – rogó Tai, sin poder estar tranquilo hasta que no lo vea en persona.
-Está bien... haré que trasladen al paciente a un Box de esta planta hasta que le asignen una habitación, pero antes ya que aún no han llegado sus familiares le pediré que me acompañe a rellenar la solicitud de ingreso. Hay uno datos del paciente que nos son necesarios.
-De acuerdo... aunque supongo que su esposa vendrá en cuanto se entere – recordó con dolor a la muchacha que había visto junto a su ex amante en aquellos Grande Almacenes.
-Bien, pero aún así necesitamos los datos del paciente, luego ya hablaremos con su esposa.
Tan solo cinco minutos le llevó informar a la dirección del Hospital sobre los datos de Matt para después dirigirse al Box que le habían indicado donde se encontraba su cantante rubio.
Con nerviosismo entró a la habitación sin hacer ruido. SU corazón latía fuertemente, deseaba ver a Matt, acariciarle, abrazarle... engañarse pensando que nada había cambiado entre ellos pero tenía que ver la realidad. Ahora el hombre que descansaba en aquella aséptica cama ya no le pertenecía, ahora le pertenecía a alguien más y eso le destrozaba el corazón.
Al entra vio en cuerpo laxo y relajado de su ex amante, ya no presentaba esa palidez enfermiza que había visto cuando lo recogió e la calle pero aún así su color habitual había desaparecido por completo. Vestía la usual bata de Hospital dándole un aspecto más desvalido si era posible. De su brazo derecho, varios catéteres a través de una aguja hipodérmica entraban a su cuerpo donde tres botellas con soluciones salinas colgaban del soporte del cabezal de la cama. Una mascarilla le ayudaba a respirar ocultándole parcialmente su bello rostro pero aún así le contempló embelesado.
Con pasos lentos se acercó a él cogiendo una silla y acercándola a su lado se sentó cerca de él para tomarle de la mano fría.
-Matt, yo... hay tantas cosas que me gustaría decirte... explicarte... preguntarte – empezó a decir.
-...
-¿Por qué has llegado a esta situación? ¿Qué hacía frente a mi apartamento? ¿Por qué...? – quiso preguntar pero el nudo de su garganta se lo impidió, sin poder contenerse más Tai rompió en llanto para intentar desahogar tanta angustia y dolor.
-...
-Yo... snif, lo siento tanto Matt, siento que por mi culpa estés así... sé que ahora tienes una nueva familia... que ya no pertenezco a tu vida pero me duele tanto no serlo... yo jamás dejé de amarte... incluso ahora... no puedo dejar de amarte Matt. ¡¡Te amo, maldita sea! – le suplicó mirando su rostro tranquilo esperando haber provocado alguna reacción con su confesión, pero nada.
-...
-Durante estos días que estuve fuera... estuve pensando snif... me prometí que lucharía por ti... yo... que Dios me perdone por querer romper la felicidad de una familia pero entiende que yo tengo que luchar por la felicidad de la mía... tengo la esperanza de que algo que aquel amor que sentíamos hace cinco años aún perdure en tu corazón y si es así... lucharé por él Matt, snif snif prometo que lucharé por volverte a enamorar... por que vuelvas a mi. Te quiero – le dijo Tai poniéndose de pie para inclinarse sobre él para apartarle un momento la mascarilla y besarle depositando en ese beso todo el amor que sentía por él.
-...
-Solo espero que tu mujer no llegue a odiarme por querer recuperarte – confesó volviéndose a sentar en la silla que utilizaba.
-Por eso no te preocupes, jamás podría llegar a odiarte – se oyó la voz de una mujer a su espalda.
Tai asustado se dio la vuelta para enfrentar al visitante, quedándose pálido al reconocer a la mujer que le sonreía amablemente desde el quicio de la puerta abierta.
-Yo... discúlpame, solo quería comprobar que Matt se encontraba bien, yo... será mejor que me valla, os dejaré solos – habló Tai manteniendo como podía la compostura, no sabía hasta que punto había presenciado esa mujer la escena, por lo que optó por actuar con naturalidad.
-No hace falta que te manches Tai, es más me gustaría que te quedases. Creo que necesitamos hablar sobre ciertas cosas – le pidió mostrándose algo más seria.
-No es necesario que hablemos, yo... no sé que te habrá contado Matt de mi pero voy a ser sincero – le dijo seriamente – Matt y yo hace cinco años tuvimos una relación... éramos pareja pero por causas ajenas a nosotros tuvimos que separarnos. Yo siempre pensé que Matt regresaría a mí una vez se calmasen las cosas pero no fue así... Ignoro que le ha sucedido durante esos años, lo único que sé es que yo aún sigo amándole como el primer día y pienso luchar por él – le habló con la verdad por delante sin dejarse intimidar.
-Él hoy en día... – quiso decir la muchacha.
-No me interrumpas por favor, déjame hablar - le pidió sin dejar de ser respetuosa, al menos lo que la situación le permitía - Aún no sé lo que Matt siente por mí, así que hasta que él no me diga lo contrario, me esforzaré... lucharé por que regrese a mi lado. Imagino que esta situación debe incomodarte tanto como a mí, pero me he prometido luchar por mi familia, yo también tengo un hijo que estera que Matt vuelva a su lado. Sé que tú no tienes culpa de nada, eres una víctima en este asunto pero espero que comprendas... no que entiendas que tengo el mismo derecho que tú a pelear por lo que una vez tuve y que perdí por absurdos malentendidos – finalizó mirando expectante a la mujer de Matt.
-Antes de nada debo agradecerle la sinceridad con la que me has hablado – respondió Kaori – conozco de sobras tu situación, entre Matt y yo jamás ha habido secretos entre nosotros y debo decirte que te entiendo. Pero hay algo que debes de saber...
-Toc... toc – unos golpes en la puerta los interrumpió – Kaori, ¿Puedo pasar? – se oyó la voz un hombre joven asomándose tras la puerta, que Tai no reconoció.
-Alan pasa por favor – sonrió Kaori al ver al alto y atractivo hombre.
Tai lo miraba sin comprender, había algo en ese hombre que no le gustaba, la supuesta mujer de Matt lo miraba con demasiada adoración para tratarse de una mujer casada y el hombre en cuestión no disimulaba para nada su atracción por la chica.
-¿Cómo se encuentra tu chico? – preguntó el hombre con cierta burla que molestó bastante a Tai.
-Según pude hablar unos minutos antes con los médicos, está fuera de peligro. Se encuentra algo débil y enfermó de pulmonía. El muy tonto seguro que hizo de las suyas.. llevaba varios días sin saber de él. Cuando despierta me va ha oír – dijo fingiendo molestia a la vez que se abrazaba al recién llegado con total descaro.
-Grr – gruñó molesto Tai, tanto por el comentario dicho por Kaori como el comportamiento libertino de la mujer con respecto a ese hombre –"por el amor de Dios, como puede ser tan fresca, tiene a su esposo convaleciente en una cama del hospital y ella coqueteando con otro tío" – pensó furioso.
-Ah disculpa Alan! Jeje – rió la muchacha – quiero presentarte al "famoso Tai" – presentó con rintintín Kaori, cosa que molestó aun más a Tai – Tai él es...
-No quiero saber quien es este tipo – estalló sin poder contenerse más ante la sorpresa de los presentes, pero que a la vez no dejaba de sonreír – ¡no me parece de buen gusto que estés flirteando con otro hombre cuado tienes a tu esposo imposibilitado en una cama del Hospital! Es que no tienes vergüenza – medio gritó poniéndose de pie para encarar a los adúlteros.
-Jajaja, - se rió sin poderse contener Alan ante la furiosa mirada de Tai.
-¡¿Se puede saber que es lo que tanta gracia te hace, capullo! – insultó Tai llenándose de ira.
-Tai, deberías calmarte – sugirió Kaori sin cambiar su comportamiento.
-¡¿Qué me calme! Has tenido la desfachatez de presentarte aquí con tu amante y encima delante de mis narices. ¡¿Ni siquiera vas a negarlo! – exigió saber perdiendo los estribos.
-No voy a negar algo que es obvio, ¿no? – quiso seguir jugando Kaori – sí, Alan es mi amante, eso y mucho más – se abrazó de nuevo a él para después besarle con pasión ante la atónita mirada de Tai.
-Pero... pero tú... Matt – tartamudeaba impresionado Tai – Eres... eres una...
-Se acabó – cortó Alan cansado de la situación – esto llegó demasiado lejos Kaori. Debería darte vergüenza jugar así con el pobre chico – regañó dulcemente a la muchacha.
-Joooo! – hizo un puchero de niña pequeña ante el regaño – solo busco un poco de venganza, jeje. Se lo merece por idiota – les dijo a los dos sacándole la lengua a Tai en una actitud puramente infantil cosa que desconcertó a Tai.
-¿Se puede saber de que va todo esto? – preguntó molesto Tai - ¿A qué venganza te refieres?
-Mira que llegas a ser cortito – se burló Kaori – si no hubieras sido tan tonto como para dejar escapara a Matt hace cinco años, todo esto no hubiera sucedido nunca... Matt no habría sufrido como lo hizo y tú...
-¡Crees que yo no he sufrido! ¿Crees que no removí cielo y tierra para buscarlo? ¡Tú no sabes nada de nada! – se defendió Tai.
-Pues te equivocas y baja la voz, estamos en un Hospital – le habló intentando tranquilizarlo – sé mucho más de lo que tú te crees.
-Pues si sabes tanto... explícamelo. Explícame como puedes estar con otro hombre estando casada con Matt y encima teniendo un hijo suyo.
-Primero, no estoy casada con Matt... – le respondió poniéndose de repente seria.
-Casada, juntada, que más da, lo que importa es que tienes un hijo con Matt y le eres infiel – le acusó.
-Ufff – bufó frustrada y cansada – eres como los burros, solo ves lo que ponen delante de los ojos. Mira le prometí a Matt no decirte nada, él lo quiere hacer a su manera pero todo está saliendo mal desde un principio y si la cosa sigue así, esto acabará mucho peor, así que te diré la verdad, así que siéntate y escucha.
Durante los próximos veinte minutos Tai escuchó atentamente toda la conversación, Kaori exponía su los sucesos apoyados por su supuesto amante. Entre lo dos resumieron todo lo ocurrido a Matt durante los cinco años anteriores. También explicaron como se conocieron entre ellos y que relación tenían en aquella extravagante relación.
Tai asimilaba la información, evaluándola con detalle, todo aquello parecía algo extraño, no por la historia en si sino por la idea ya establecida que tenía de aquellas personas. Todo podía ser un simple montaje o simplemente la verdad. Pero si era la primera opción, para que le darían esperanzas... ¿qué ganarían con eso?.
A esa misma hora, en dirección al Hospital.
-Aún no me puedo creer la estupidez que hizo – comentó incrédulo Beni a Ian que conducía hacia el Hospital – debí suponer que haría una tontería así, maldita sea, en parte también es culpa mí sino me hubiera callado... – se culpó el pelirrojo
-Eso ya no tiene remedio cariño, prometiste no meterte y Matt y tú debéis tener vuestras razones, pero lamentarse ahora no tiene sentido.
-¿Crees que estará bien? – preguntó preocupado.
-Supongo que sí a pesar de todo Matt es fuerte, de no ser por la Sra. Sato, ahora mismo lamentaríamos algo peor.
-Tienes razón, todo lo que nos dijo la Sra. Sato fue increíble. Más de cuatro días esperando en la calle y nosotros sin saber nada.
-No teníamos forma de saberlo, además lo que más me intriga ahora es ese fotógrafo, ¿estaría ahí por Matt? Si es así se avecina tormenta.
-No creo que sea mucho pero que lo de Sora – supuso Beni – al principio hubo mucho bombo pero cuando todo se calmó y se vio el tipo de persona que era Sora, la gente lo tomó muy bien.
-Si de algo estoy agradecido por todo lo que pasó fue por que al fin se pudo poner en su lugar a esa perra – recordó con satisfacción Ian.
-Sí, la fama no le duró mucho.
-Ni la fama ni el dinero que le sacó a Matt – puntualizó el alto pelirrojo.
-Es verdad, es lo mejor que le pudo pasar, lástima por las cosas de Matt pero se lo mereció Sora, todo se lo ganó a pulso. Supongo que pensaría que podría sacar provecho de la ausencia de Matt e ir de plató en plató contando sus supuestas desgracias, pero gracias a que alguien filtró aquellas fotos comprometidas y aquellas grabaciones donde Sora confesaba todo en una conversación privada fue el detonante para que todo el mundo la despreciara.
-Es lo que se merecía, no hay que darle más vuelta, ahora bien lo de ese fotógrafo... advertí a Yasako-sama, ahora estoy esperando su llamada – le explicó a Beni.
-Ringgggggg
-Hablando del rey de Roma – comentó Ian mirando el identificador de llamada – Yasako-sama, soy Ian – se identificó el pelirrojo.
-...
-Entiendo...
-...
-Bien estaremos preparado. Lamento no haberme dado cuenta, a lo mejor lo hubiéramos podido evitar – se molestó Ian.
-...
-No se preocupe y gracias por las molestias, le mantendré informado – se despidió Ian colgando el teléfono.
-¿Y bien? – preguntó Beni
-Lo que me temía. Agradezco que hallamos dejado a los niños en casa de mi madre. El Hospital va ha parecer un circo en pocos momentos.
-¿Un circo? ¿Por qué lo dices?.
-Yasako-sama me acaba de confirmar mis sospechas. El fotógrafo que vimos frente a casa de Tai es un periodista de prensa del corazón, parece ser que lleva varios días retratando y siguiendo los pasos de Matt. Alguien avisó a su revista que Matt Ishida, el cantante de Teenwolves se encontraba en ese lugar. Al parecer la editorial de la revista a montado todo un reportaje sobre lo que estaba haciendo durante esos días y vete a saber que más. Todo esto se verá publicado, dando a conocer el regreso de Matt a Tokio y sus posibles motivos para ello – le explicó a Beni.
-Se va a montar una buena... al menos tendremos un par de días para intentar impedirlo, ¿no?
-Me temo que no. A Yasako-sama le han confirmado que ese reportaje saldrá en edición especial esta misma tarde.
-¡¡¿Queeeeeeee! ¿Tan pronto? – exclamó sorprendido Beni
-Si, parece ser que lo que le pase a Matt aún es tema de noticia. Como esta situación duró varios días se teme que alguien más pueda sacar la exclusiva, por ello se han dado tanta prisa.
-Y el que nos presentemos en el Hospital confirmará los rumores – conjeturó Beni.
-Así es, así que debemos prepararnos de nuevo a la avalancha de periodistas y fans histéricas. Uff porque no debí enamorarme de un pintor de brocha gorda – se quejó en broma Ian.
-Por que seguramente no sería tan interesante como yo, jeje – bromeó también Beni
-Tienes razón, jeje. Mira ya llegamos – apuntó Ian viendo la conglomeración de personas en la entrada del Hospital.
-¿Cómo lo han podido saber tan pronto? – no hace ni tres horas que Matt fue ingresado dijo Beni impresionado por las numerosas fans que blandía pancartas de apoyo a Matt y a Tai.
-Aquí puedes comprobar el poder de la prensa. Seguramente la edición especial salió después de dos horas para Tokio, el resto del país se irá enterando poco a poco. Sí ahora el Hospital está así temo por como estará mañana.
Intentando llamar menos la atención posible Ian y Beni aparcaron el vehículo en el parking del Hospital, por un momento intentaron localizar alguna entrada auxiliar por la cual entrar pero eso era imposible parecían que todas las salidas y entradas estaban vigiladas por alguien, así que armándose de valor, Ian abrazó a su esposo y se dirigieron hacia la entrada principal.
Enseguida la pareja de pelirrojos fueron reconocidos llamando la atención de todos, numerosos fan se acercaron a ellos preguntando por el estado de salud de Matt. Algunos periodistas también se acercaron para preguntarles.
-Sres. Yagami... Sres. Yagami – insistió uno de los periodistas cortándoles el paso – ¿es verdad que Matt Ishida ha regresado a Tokio para encontrarse de nuevo con su ex amante el Sr. Tai Yagami? ¿Se podría decir que los enamorados están viviendo su propia historia de Romeo y Julieta? ¿Tiene alguna declaración que decir al respecto? – siguió insistiendo el periodista.
-Por ahora no les podemos decir nada – respondió fríamente Ian protegiendo con su cuerpo a su esposo para evitar problemas – nos acaban de informar que Matt está ingresado, no sabemos nada más si nos disculpan.
-¿Es verdad que Matt de declaró en huelga de hambre para revelarse del rechazo de su ex amante? – preguntó otro periodista.
-Eso es una estupidez – gruñó molesto Beni por la acusación – Matt jamás haría una cosa así.
-Las fotos que han surgido en la revista constatan que Matt permaneció ante el apartamento de su ex amantes sin que este se dignase a aparecer. ¿Quiere decir que no hay posible reconciliación? – preguntó una fan angustiada.
-No sé como obtuvieron esas fotografías – dijo Beni – ni siquiera he visto el reportaje, pero estoy seguro que han escrito un sin fin de mentiras como siempre han hecho con mi amigo. Solo espero que no los juzguen a la primera de cambio, ellos son los que más han sufrido. Si ellos quieren dar algún tipo de explicación así lo harán pero hasta el momento os ruego que respeten su privacidad.
-¡¡Nosotras apoyamos a Matt y a Tai! – gritaron un grupo de chicas con pancartas – Solo queremos que sean felices!
-¡Que se haga justicia para ellos! ¡Que los dejen vivir en paz! – gritó otra chica.
-¡¡Amamos a Matt! ¡¡Queremos a Tai! – siguieron coreando.
-¡Recupérate pronto Matt! ¡Te queremos! – se oía
De pronto varias chicas se acercaron a Ian y a Beni, entregándoles cajas de bombones, ramos de flores, peluches y globos con forma de corazones.
-Por favor hacerle llegar esto y nuestro más sincero apoyo – solicitaron las fans al matrimonio
-Err... sí claro - dijeron los dos cargados como mulas – si nos disculpan nos están esperando.
Sin perder más tiempo y abriéndose paso entre la gente, haciendo malabares para que no se les cayesen los presentes de las manos. Ian y Beni llegaron a la recepción del Hospital para preguntar por su amigo recién ingresado.
-Un momento por favor. El Sr. Ishida está siendo subido a plana en estos momentos – informó con una sonrisa la enfermera viendo lo apurados que se encontraban los dos pelirrojos.
-Tardará mucho, es que jeje esto pesa – se quejó Beni.
-No, si quieren pueden ir subiendo, las visitas de antes deben de estar ya en la habitación asignada, es la Nº 605.
-Muchas gracias – agradeció Ian caminando hacia los ascensores.
Al llegar a la planta Ian y Beni vieron a Tai y a Kaori acompañados por otro hombre que no conocían de nada. Se podía apreciar cierta tensión en el ambiente pero a pesar de ello, todos parecían relajados a la espera de noticias.
-Tai, ¿cómo está Matt? – preguntó Beni nada más verle.
-Ahora mismo lo están revisando, mientras lo subían a planta Matt comenzó a despertar. Por cierto no creéis que habéis exagerado un poco – bromeó un poco mostrando una sonrisa tristona viendo la cantidad de regalos que llevaban encima.
-No sé palurdo – intervino Ian a empujando con la cadera a su amigo – no hemos sido nosotros sino toda esa marabunta de fans que tenéis ahí fuera.
-¿Fans? ¿Afuera? ¿Cómo lo han sabido? – preguntó Tai desconcertado.
-Es una larga historia – respondió Beni mirado tanto a Tai como a los demás.
-¿Va todo bien por aquí? – preguntó directamente mirando con asco a la mujer como al hombre que los acompañaban – ¿ha surgido algún problema?
-Er... no tranquilo – le sonrió complacido por la preocupación de su amigo. Durante este tiempo que esperábamos noticias del estado de Matt, Kaori y yo hemos estado hablando y hemos aclarado ciertos asuntos – le explicó sin dejar de mostrarse preocupado – ahora lo importante es que Matt se recupere... lo demás
-Después de todo lo que ha pasado aún te preocupas por ese desgraciado – inquirió molesto Ian.
-Ian, sé que parecerá extraño pero...
-Señores... – interrumpió el doctor que salía de la habitación con una sonrisa satisfactoria – el paciente está consciente y fuera de peligro – informó el doctor.
-Ufff – bufaron de alivio, todos menos Ian.
-¿Podemos entrar a verlo? – preguntó primero Beni.
-Sí claro pero no todos a la vez, será mejor que lo hagan de uno en uno, el Sr. Ishida necesita reposo absoluto, no debe de alterarse, por lo pronto me pidió ver a un tal Tai Yagami.
-Er... soy yo, doctor.
-Pues pase, no lo agote demasiado – le sugirió amablemente – yo me retiro tengo que seguir con mi ronda, para cualquier altercado, avisen enseguida a una enfermera, ellas contactarán conmigo.
-Muchas gracias doctor – le agradeció Kaori.
-¿Y tú a que esperas? – se burló Beni antes la incertidumbre de su amigo – anda entra ya y toma – le dijo pasándole todo lo que llevaba encima – esto segura que lo anima – rió ante la cara de espanto de Tai.
-Lo demás lo dejamos aquí fuera, luego sal a buscarlo – comentó Ian dejando lo que llevaba él sobre los asiento del pasillo.
-Por cierto Ian ¿y los niños? – preguntó acordándose de repente.
-Mira que eres baka – rió Beni ante el nerviosismo de su amigo - ¿vas a entrar o no?
-Yo...
-Están con mi madre – explicó el alto ejecutivo – no tienes que preocuparte por ellos.
-Bien... yo... voy a entrar – informó como si de un asalto se tratase.
Respirando profundamente Tai tomó el pomo de la puerta y lo abrió con decisión. AL entrar vio una habitación espaciosa de colores cálidos y agradables. Matt estaba tumbado en la cama mirando hacia la ventana que estaba a su derecha por lo cual no le vio entrar, pero al oírle se giró con lentitud regalándole una preciosa y cansada sonrisa que le aceleró el corazón.
Matt ya no usaba mascarilla de oxigeno ya que podía respirar por si solo sin dificultad, las botellas de suero, aún seguían conectadas a su brazo pero por lo demás parecía un poco más saludable que antes. Con rapidez dejó todo lo que llevaba en brazos sobre el sillón de la habitación.
-Tai – susurró Matt con voz ronca.
-Matt... – susurró también con miedo de que aquella escena se deshiciera como solía suceder en sus sueños
-Yo... te estuve esperando... – logró decir con algo de dificultad.
-Shhh no digas nada – se acercó Tai a su lado para tomarle de la mano – yo también te estuve esperando... durante cinco años y...
-Lo siento – le tembló la voz controlando las ganas de llorar – todo salió mal... yo no quería pero tenía tanto miedo.
-Lo sé y ahora te comprendo pero no debiste huir... no debiste huir de mí. Yo hubiera hecho lo imposible por nosotros – le aseguró Tai.
-Yo... la cague, ¿verdad? – sonrió con tristeza.
-Un poco, jeje – bromeó Tai – pero eso ya no importa.
-Tai hay tantas cosas que quiero explicarte, tenía planes, me hice a la idea de cómo sería el volverte a verte pero todo se complicó haciendo parecer que las cosas eran de una manera siendo todo lo contrario – le explicó sujetando las manos de su ex amante con cariño y amor.
-Eso ya no importa Matt, lo importante es que tú estás bien. Me diste un gran susto, pensé que te perdía y creí morirme. No lo vuelvas hacer, por favor – le suplicó acercándose y besarle la frente.
-Tai, yo...
-Shhh, ahora tienes que descansar – se alejó un poco de él.
-¡No te vallas! – le dijo asustado al verle alejarse de la cama.
-No me voy a ir, jeje – se rió al ver que le necesitaba – solo voy a poner estas flores sobre la mesita – le explicó tomando un hermoso ramo de rosas rojas.
-¿De donde ha salido todo eso? – preguntó Matt asombrado al ver que el sillón estaba lleno de ositos de peluche, cajas de bombones y globos de corazones.
-No lo sé muy bien pero Beni dijo que eran de tus admiradoras, parece ser que se enteraron de que estabas aquí ingresado, jeje. Aún después de cinco años tus fans no te olvidan, como yo no lo he hecho – le confesó arreglando el ramo sin atreverse a mirarle a la cara.
-Tai yo...
-Solo quiero que me respondas a una pregunta, con eso me conformo por ahora – le pidió Tai mirando fijamente a Matt a los ojos tan azules como el cielo.
-Pregúntame lo que quieras, te juro que seré sincero – accedió Matt.
-¿Me quieres? – preguntó aguantando la respiración.
-No te quiero Tai... – dijo observándole como extraía de un bolsillo varias hojas blancas algo arrugadas.
-Me lo temía... entonces Kaori me mintió, estas canciones – se las mostró – serán para ella, no sé porque me las dio a mí – dijo antes que nada con el corazón destrozado, dispuesto a salir de aquella habitación.
-¡Tai espera! – se apresuró a decir, al notar que Tai había malinterpretado su pausa – espera no me dejaste acabar... te he dicho que no te quiero porque en realidad, yo... te amo Tai... más que a nadie en el mundo.
-Matt... ¿Lo dices en serio? – sonrió esperanzado acercándose a la cama del rubio.
-Por supuesto, baka. Jamás he dejado de hacerlo. Creí morir cuando me tuve que separa de ti, quise volver, no sabes cuantas veces pero temía perjudicarte.
-Entonces... Kaori me dijo la verdad – sonrió sentándose a su lado para estar más cerca de él.
-No sé que te habrá dicho esa loca, pero supongo que será la verdad, ya que te tengo a mi lado. Sí Tai, te amo, que quiero, te deseo y no quiero volver a separarme nunca más de ti. ¿Me aceptas a pesar de ser un loco baka que casi lo arruina todo?.
-Claro que sí, baka – se lanzó a sus brazos enterrando su cara en el cuello del rubio para volver a disfrutar del olor de su amor – claro que quiero, te quiero – beso – te amo – beso – te adoro – beso.
-Mmmm y yo a ti Tai – le respondió sujetándole la cara para que no se volviera a retirar para después besarle apasionadamente, como desde hace cinco años había estado soñando. ¿Te han gustado las canciones? Las he estado escribiendo durante estos años, todas pensando en ti y en lo que nos sucedió.
-Son preciosas – le dijo abrazándose a él mientras las volvía a leer – Cántamelas Matt.
Vengo
de tanto perder
Que tuve miedo a tener
Algo por lo que abrir
mi alma y ponerla a tus pies
Siento, del viento,
Celos por
acariciar tu cara cada mañana
Y quiero pegarme con él
Y a pesar de todo
Que difícil es
Que no me
duela estar sin ti
Yo seré tu aire,
Tú serás
la piel
Que cubra mi soledad…
Quiero estar junto a ti
Quiero dejar de morir
En vida tú me haces vivir
Todo por con lo k soñé
Y nunca pude tener
Quiero dormir en tus ojos
Y al despertar beber de tu boca
Todavía de ti tengo sed
Y a pesar de todo
Que
difícil es
Que no me duela estar sin ti
Yo seré
tu aire
Tú serás la piel
Que cubra mi soledad…
Quiero estar junto a ti (x 2)
Si te vas
Mi amor si tú
te vas
Me volveré a encerrar
En vida y no saldré
¿Donde estás?
¿Mi vida, donde estás?
Pues necesito tu amor para vivir… (x 2)
(El Mago de Oz – Si te vas)
-Dios Matt no sabes la falta que me has hecho – le dijo volviendo a besar a su rubio impidiendo que siguiera cantando.
Sin dejar que Tai se separase de su cuerpo, Matt le abrazó tirando de él para tumbarlo a su lado sin dejar de besarlo. Tai devoraba su labio con desesperación mientras sus manos acariciaban su cuerpo sobre la fina bata de hospital teniendo cuidado de no golpear los tubos de la intravenosa. Pronto sus respiraciones se aceleraron olvidándose en donde se encontraban. Solo podían atender el deseo que sentir juntos de nuevo. Matt le besaba el cuello mientras que sus manos se apresuraban a abrirle la camisa para recorrer sus manos sobre su pecho firme, por otro lado Tai había conseguido llegar al borde inferior de la bata para introducir por allí sus manos para ir subiéndolas conforme la bata decía a su ataque. Cuando quisieron darse cuenta, Tai estaba recostado sobre Matt masajeando su miembro excitado mientras que Matt se deshacía en caricias sin jalando la camisa de Tai que permanecía arrugada sobre sus antebrazos.
Los dos jadeaban con cierta fuerza sin percatarse de lo que sucedía a su alrededor.
-¡¿Pero que...! – se oyó el grito sorprendido y avergonzado de Tk que había abierto la puerta de la habitación sin llamar por estar impaciente por ver a su hermano.
-Oh mierda! – exclamó avergonzado Matt al verse descubierto con Tai en semejante circunstancia.
-Jajajajaja – se oyó seguido las carcajadas de Beni – ¿así pretendes que Matt guarde reposo, jajaja
-¿Se puede saber que estáis haciendo? – gruñó molesto Ian al ver la escena.
-Creo que no es necesario que den explicaciones, jaja – se rió Kaori ante el sonrojo de los chicos – creo que eso se podría decir que es "aprovechar el tiempo" jaja.
-Chico yo... lo siento – se disculpó Tai bajándose de la cama de Matt mientras se arreglaba la ropa.
-Ey, machote – bromeó Izzy – no os han dicho nunca que los Hospitales son para curar a los pacientes y no para echar un polvo, jaja para eso tenéis los Hoteles jaja.
-Izzy ahórrate los detalles – se martirizó Matt.
-Valla, me alegro que al menos las cosas estén bien con vosotros hermano – se acercó Tk a ellos, no antes descargar numerosos objetos sobre el sillón como había hecho antes Tai.
-¿Y todo eso? No me digas que también son... – preguntó Matt sorprendido.
-Sip, jeje. Tienes una legión de fan esperándote ahí fuera. En cuanto nos veían a alguno de nosotros nos cargaban de cucherías – habló esta vez Omi, entrando junto con los demás en la habitación.
-Yo... me alegro de veros a todos, chicos – agradeció Matt sorprendido por el apoyo de su vieja banda, sobretodo después de lo que había pasado.
-A pesar de las circunstancias, siempre seremos una banda... una familia – dijo Alex entrando el último luciendo una sonrisa más triste que otra cosa. En el fondo de su corazón siempre supo que esto sucedería. Tai nunca sería algo más que un amigo para él.
-Alex yo... – quiso disculpares Tai con el chico.
-No son necesarias las explicaciones Tai. Sabía en lo que me metía y para serte sincero, sabía que en cuanto Matt apareciese regresarías a él. Así que tranquilo, es mejor ahora que aún podemos dar marcha atrás, ¿no crees? – le sonrió.
-¿Pero vosotros no...? – preguntó confundido Ian.
-No... no pasó nada entre nosotros, al menos nada de lo que nos podamos arrepentir – puntualizó Alex, ante la mirada agradecida de Tai y la de desconfianza de Matt.
-¿Y hablando de explicaciones? Creo que nos debes una Matt – pidió Izzy algo mosqueado
-Lo sé lo sé, no es necesario que me lo recuerdes, tu derechazo me lo dejó bien gravado – recordó Matt el incidente en los grandes almacenes.
Creo que será mejor que os sentéis todos – sugirió Kaori que se sentó junto a Alan en uno de los sillones que había en la habitación.
-La verdad, no por donde empezar – comentó Matt embargado por los nervios.
-¿Qué tal por el principio? – ironizó Ian.
-Si supongo que es lo más lógico... bueno yo... admito que no actué de la mejor forma, ahora lo sé pero cuando sucedió todo... pensé que era lo mejor para todos... para Tai. Jamás mi intención fue hacerle sufrir no al menos a propósito, siempre supe que se sentiría algo más por la forma que me fui pero esperó que en poco tiempo se olvidara de mí...
-Eso es imposible – dijo con tristeza Tai sentándose de nuevo junto a él para apoyarlo.
-Ahora lo sé... pero... cuando vi que peligraba la custodia de Aki por mi culpa y también tu trabajo por relacionarte conmigo pues decidí alejarme, fue un error pero eso ya no se puede solucionar. Lo siento chico – dijo avergonzado – os dejé tirado cuando más me necesitabais.
-Eso ya da igual hermano – dijo Tk acercándose al otro lado de la cama para acariciarle la mejilla.
-Eso fue cobarde y los sabes, nos tenías a todos para apoyaron y aún así decidiste no contar con nosotros – le dijo con rencor Izzy que aún le miraba serio.
-Debéis entender que se sentía culpable y bajo mucha presión – interino Kaori – ¿cómo os sentirías pensando que la persona a la que más ama es a la que le estáis perjudicando con vuestra cercanía?.
-Lo comprendemos pero nosotros estábamos ahí... solo tubo que decírnoslo – puntualizó Omi.
-Lo sé y esa será una culpa que la llevaré siempre – continuó Matt hablando – actué impulsivamente y quise desaparecer, rápidamente y muy lejos... así que tomé el primer avión al extranjero que encontré. Solo me llevé lo más necesario, todo lo demás lo dejé aquí, no podía llevarme los recuerdo hacia mi nueva vida, eso sería un tormento para mí.
-¿Dónde estuviste hermano?
-El vuelo que tomé me llevó a España, en concreto a la capital, Madrid – respondió con cansancio empezando a notar las secuelas de su agotamiento.
-¿Allí conociste a tu mujer? – preguntó directamente Ian sin ninguna amabilidad – es preciso que vallamos al grano. EL problema que hay que resolver es porque apareciste después de cinco años si se supone que tenías una vida resuelta con una nueva mujer y un hijo... ¿era necesario restregárselo en la cara a Tai? – le dijo molesto – y lo que menos entiendo es ¿cómo es posible que lo perdones Tai?
-Las cosas no son así Sr. Yagami – habló con seriedad Alan, que hasta el momento había permanecido en silencio.
-Creo que todo este lío se dio al presuponer que yo soy la mujer de Matt... me hubiera gustado pero... jeje eso es otro asunto – bromeó Kaori - Para ir directamente al grano, le diré que Matt y yo no nos conocimos exactamente en Madrid sino en el mismo avión que nos llevó allí. Fue mi compañero de asiento y tres 13 horas de agotador viaje pues supongo que nos caímos bien.
-En un principio pensé que no me había reconocido – prosiguió Matt – ya que me trató con normalidad, nada de gritos histéricos ni autógrafos ni cosas de esas así que me relajé. Dentro de lo que mi mente obnubilada podía. Las primeras horas permanecimos en silencio cada uno sumido en nuestros propios problemas... yo cada kilómetro que recorríamos de distancia me hacía sentir peor, intentaba controlarme, serenarme, pero después de tres horas de calvario emocional no aguanté más y me fui a los lavabos a desahogarme, no sé cuanto tiempo estuve... solo recuerdo que alguien golpeó la puerta preguntándome si me encontraba bien.
-Yo sí que le reconocí a primera vista, ¿Quién no conocería al famoso Matt Ishida?. Como miles de personas conocía la situación que estaba viviendo y comprendí que lo que más necesitaba era un buen consuelo que no una histérica fan así que fingí no conocerlo. Después de veinte minutos de haber desaparecido hacia los aseos, me levanté para ir a ver que le sucedía. Allí comprobé que algunos de los rumores si eran ciertos. El famoso cantante de Teenwolves sufría por un amor que muchos no aceptaban y para no dañar a la persona que amaba decidió alejarse de ella.
-Sin poder aguantar más la angustia que llevaba en mi corazón, me desahogué con ella, una completa desconocida que me estaba dando el apoyo que tanto anhelaba. Estuvimos una hora en el pasillo de los aseos, sentado en el suelo hablando, contándole mis penas sin desvelar quien era yo en realidad –la muy mentirosa me engañó sin darme cuenta, jeje, solo varios meses después supe que Kaori si sabía quien era en realidad.
-Después de estar tan incómodos en aquel pasillo regresamos a nuestros asientos, allí seguimos hablando con más calma – explicó Kaori sonriendo ante los recuerdos – yo viajaba de Tokio a Madrid para instalarme en esa capital, era un traslado provisional, al menos eso pensé en su momento. Mi marido es uno de los directivos de Yamaha Motors y lo habían trasladado a España a una de las sucursales, solo se trataría de un par de años así que quise irme con él, así que volaba para encontrarme con él. Durante el vuelo Matt de dijo que no tenía nada concertado para su estancia en la capital y que no sabría que haría una vez llegasen debido a que solo se preocupó en huir de Japón. Así que le ofrecí que viniera conmigo, mi marido tardaría aún una semana en llegar a España ya que estaba de viaje en otras sucursales.
-Al principio me negué, no quería molestar a nadie más, pero en cabezonería no se le puede ganar a esta mujer, así que no me quedó más remedio que aceptar. Nada más llegar a Madrid me instalé en su casa no sin antes pedirle que llamase a su esposo y se lo dijera, no quería crear más problemas con mi presencia, así que Kaori llamó a su marido y este, supongo que a regañadientes aceptó. Con Kaori no se puede, jeje.
-Desde el primer día Matt se empeñó en buscar piso, por suerte al lado de mi edificio encontramos un bonito piso en alquiler, cuatro días después, antes incluso que mi esposo llegase, Matt ya se instaló en su nuevo hogar. AL principio todo parecía ir bien, o eso pensé pero esta vez fue Matt quien me engañó. Casi ni lo noté en los primeros días, cada vez dormía menos, cuando lo veía comer parecía un pajarillo, hasta que ya no lo pudo ocultar más. Calló enfermo y casi le cuesta la vida.
-Caí en una fuerte depresión, os primeros meses casi ni los recuerdo bien lo tengo todo muy borroso. Lo único que recuerdo es que Kaori estaba conmigo en todo momento, poco a poco me ayudó a superarlo, se convirtió en el pilar que sustentaba mi precaria existencia.
-Con mucha paciencia mi esposo y yo conseguimos que saliera a flote, nos costó casi un año, en que volviera a sonreír algo. Le animé a que regresara a Japón y que recuperase su antigua vida ya que estaba convencida de que Tai esperaba por él. A pesar de haber superado su depresión, la seguridad en si mismo era algo inestable, miles de veces me confesó que deseaba regresar, que anhelaba a su ex amante pero nunca se decidía, siempre busca cualquier argumento para no regresar, a pesar de mis gritos ese año no lo conseguí.
-Seis meses me costó darme el valor suficiente para regresar, compré los billetes para ese mismo fin de año, después de 18 meses fuera de Japón, por fin iba regresar...
-¿Pero no regresaste? Nadie te vio entonces, ¿Qué pasó? – preguntó Tk impaciente.
-No fue por mi culpa – dijo apenada Kaori.
-No fuiste la única culpable – aseguró Alan abrazando a Kaori – yo tuve mucho que ver.
-¿Tú? – preguntaron todos mirando al hombre.
-Jeje, si no os habéis dado cuenta, – habló Tai sonriendo – Alan es el "supuesto esposo" de Kaori.
-¡¡Tuuuuuuuuuuuuuu! – exclamaron sorprendidos los de la banda.
-Si, jeje lo soy, para esa época, las cosas entre Kaori y yo no iban muy bien... yo aún estando destinado en Madrid viajaba mucho, las pocas semanas que estaba en mi casa me veía obligado a compartir a mi mujer con Matt y eso me enceló. Envidiaba la familiaridad con la que se trataban, sé que era un amor meramente fraternal, pero me sentía desplazado, así que comencé a distanciarme de Kaori, eso Kaori lo resintió y se deprimió mucho. Llegamos a separarnos durante seis meses, como imaginéis Kaori se fue a vivir con Matt y eso me molestó aún más.
-Debes reconocer Alan que te comportaste como un cretino – insultó con cariño a su casi cuñado – Kaori lo pasó realmente mal. Ella intentó que yo no me enterara, ya que en breve regresaría a Japón pero lo descubrí una tarde que la encontré llorando, cuando lo supe que había reñido no pude marcharme. Le debía mucho como para dejarla cuando más me necesitaba así que post puse el viaje, primero vinieron las infidelidades de Alan, casi seis meses estuvo Kaori aguantando la situación pero no lo soporto, luego vino la separación de ellos, meses muy duros que comprendía a la perfección. Me costaba aceptar que una pareja como ellos se rompiera sin motivo aparente. Alan no es de las personas que buscan aventuras por que sí, así que quise averiguar el porque y cuando lo supe...
-Casi me mata a golpes – rió Alan – se presentó en mi oficina echo un energúmeno, me dijo de todo y casi me parte la cara.
-Bueno la cara no pero el labio sí que te lo partí – bromeó Matt.
-Sí, jeje. Estuvimos hablando y entonces comprendí el error que había cometido. Matt me recordó muy bien lo que era perder a alguien amado, me pidió, me exigió que no cometiera el mismo error y que los celos que sentía eran una estupidez. Para él solo había una persona en su corazón y en su cama y como esta no estaba a su lado, su cama quedaría vacía hasta que volviera con él, así que no tenía que preocuparme.
-Me llevó bastante tiempo en volver a confiar en él – intervino Kaori – me había hecho mucho daño, pero le perdoné, le amaba y como Matt me dijo, el amor de tu vida solo lo conoces una vez.
-Después vino lo del embarazo... no me miren así – dijo al observar la mirada de todos fija en él – ese bebé no es mío sino de Alan... – se defendió – Kaori quedó embarazada, estuvo bastante delicada y como Alan aún tenía que viajar pues permanecí junto a ella hasta que nació Reiki.
-Nada más nacer mi hijo le dije que retomara sus planes para regresar a Japón, ya que yo ya me sentía bien y Alan pediría una baja por paternidad. Pero como siempre no accedió de inmediato, solo unos meses después lo hizo.
-Regresé a Japón en Mayo, mi intención era ir directamente a Tokio y buscar a Tai, pero mi valor se evaporó y temí que después de tanto tiempo Tai ya no quisiera verme. Llamé a Kaori y le expliqué mis dudas.
-Le convencí a no regresar de nuevo a Madrid y me hice prometer que se quedaría allí hasta que yo pudiese volar para reunirme con él – recordó Kaori – Una semana después pude volar aunque no fui a Tokio directamente, antes le dije que quería ir a ver a mi familia en Hokaido, que nos encontraríamos allí.
-¿Entonces ahí fue cuando Aki os vio? – descubrió Ian sorprendido.
-Así es – respondió Matt ya más tranquilo – lo que vino después ya lo conocéis... Aki no vio y creyó ver otra cosa. AL principio no le reconocí pero enseguida me percaté de quien era y quise ir hablar con él, luego me encontré con vosotros en la Casa-Albergue – dijo mirando al matrimonio pelirrojo.
-Debiste haber hablado con Tai en ese momento y no dejar que las cosas se liasen de esa forma – accedió Ian aún algo reticente.
-Tienes mucha razón Ian pero supongo que no tuve el valor de hacerlo por eso fui hablar con Beni, le expliqué mi situación y le prometí que intentaría remendar el error, pero todo volvió a salir mal. El encuentro en aquellos Almacenes, y luego la ausencia de Tai, estaba desesperado, me planté delante del apartamento de Tai hasta que apareciera, pero se demoró un poco, jeje.
-Baka – golpeó Tai el hombro de Matt cariñosamente.
-Y aquí me tenéis, espero que no sea demasiado tarde, me gustaría que me aceptaseis de nuevo como parte de vuestra familia – pidió esperanzado.
-Nunca dejaste de serlo baka – le dio un coscorrón Izzy.
-Sin ti nunca hubiéramos llegado a donde estamos ahora – aseguró Omi.
-Siempre serás bienvenido hermano – le abrazó con cariño.
-Bienvenido a casa Matt – le ofreció la mano Alex al ex cantante – si quieres tu puesto aún te espera, siempre será el vocalista de Teenwolves – cedió amablemente.
-Eso no puedo aceptarlo Alex, y gracias por tu ofrecimiento pero ese puesto ahora te pertenece, has hecho un gran trabajo. Todos habéis hecho un gran trabajo.
-Por algo somos los mejores, jeje – rió Beni alegre por haber resuelto la situación al fin.
-Creo entonces que yo te debo una disculpa Matt – comentó Izzy rascándose la nuca de forma nerviosa – el puñetazo que te di...
-Jaja no te preocupes por eso, jeje me lo merecía, así que quedamos en paz.
-Yo también te debo una disculpa – habló Ian – suelo ser muy protector con Tai y me dejé llevar por la rabia sin ser conocedor de la verdad, los siento Matt, espero que me perdones.
-No pasa nada Ian, entiendo que reaccionases así y en verdad me alegro que lo hagas así siempre estaré tranquilo sabiendo que tai jamás se sentirá desamparado, sois estupendos y soy yo quien os debe una disculpa y agradeceros también.
-Bueno ahora será mejor que nos retiremos, Matt debe descansar – habló la gallina clueca (Kaori).
-Pero casi no hemos estado con él – refunfuñó Tk.
-Ya lo veréis después, el doctor pidió reposo absoluto. Y lo mismo va por ti Tai, si te dejo seguro que os montáis aquí una fiestecilla y todo, jeje.
-Nos vemos Matt – se despidió Omi y Izzy.
-Me gustaría reunirnos todos cuando salga del Hospital – pidió Matt.
-Tranquilo, ya no reuniremos, así te presentaremos a las chicas y a los más peques – sugirió Beni.
-Te dejo ahora pero luego vendré a verte – se despidió Tai besando sus labios – nos vemos amor.
-Hasta luego – se despidió Matt durmiéndose feliz al poco rato.
A pesar de tantos problemas, malentendidos y sufrimientos, un rayo de esperanza parecía brillar olvidando los días oscuros y sin esperanza. Las lágrimas y penas se habían sustituido por risa y alegrías. Una vez más sus corazones volvían a latir para prometerse que de hoy en adelante solo y únicamente ellos serían los decidirían hacia donde irían sus caminos.
Si
siembras una ilusión
y la riegas con tu amor
y el agua
de la constancia
Brotará en ti una flor
y su aroma
y su calor
te arroparán cuando algo vaya mal
Si
siembras un ideal
en al tierra del quizás
y lo abonas
con la envidia
sera dificil arrancar
la maldad
de tu alma
si echó raíz
Y que mi luz te acompañe
pues la vida es un jardín
donde lo bueno y lo malo
se
confunde y es humano
no siempre saber elegir
Y si te
sientes perdido
con tus ojos no has de ver
hazlo con los de
tu alma
y encontrarás la calma
tu rosa de los vientos
seré
Si siembras una amistad
con mimo plántala
y abónala con paciencia
pódala con la verdad
y
transplántala con fe
pues necesita tiempo y crecer
Si
te embriagas de pasión
y no enfrías tu corazón
tartamudearán tus sentidos y quizás
hablará
sólo el calor y no la razón
es sabio contar hasta
diez
Y que mi luz te acompañe
pues la vida es un
jardín
donde lo bueno y lo malo
se confunde y es
humano
no siempre saber elegir
Y si te sientes perdido
con tus ojos no has de ver
hazlo con los de tu alma
y
encontrarás la calma
tu rosa de los vientos seré
(Mago de Oz – La Rosa de los Vientos)
Fin...
Notas: Gracias a todos por el apoyo a este fic, que aún sin tener mucho conocimiento de esta serie me habéis aceptado y apoyado en este proyecto. Gracias a Duo, sin él nunca se hubiera hecho realidad ya que fue él quien me animó a hacerlo. Gracias guapísimo a ti va dedicado.
También muchas gracias a todas aquellas personas que me habéis escrito diciéndome que os ha gustado, espero que este final no os halla decepcionado.
Estoy pensando en hacer un epílogo... un último lemon entre los protagonistas pero ya veré eso dependerá de vosotros, jeje. Bueno me despido y a sido un placer escribir para vosotros. Espero saber que os pareció. Un abrazo.
Chipita.
