Momento memorable


Jackie observó a Marco colocándole los protectores a su hijo, se sentía tan orgullosa. Desde pequeño Adam se había interesado por las patinetas, muchas veces, cuando era bebé, la única forma de que hacer que durmiera era sentándolo en la patineta. En su último cumpleaños le habían obsequiado una patineta pues ambos consideraban que estaba listo para tomar sus lecciones.

De los dos fue Marco quien más se demoró en considerar que estaba listo. Marco había dejado de ser el chico seguridad muchos años atrás pero en ocasiones como esa volvía a hacerlo. Lo cuidadoso que fue al comprar los protectores y la forma en que se aseguraba de que Adam estuviera seguro era una prueba de ello.

Jackie tomó una fotografía de los dos hombres que más amaba. Quería guardar ese instante para siempre. Los dos se veían tan adorables, que sentía, sería imperdonable no capturar ese momento. Algo que, aunque en apariencia era sencillo y cotidiano, para Jackie era un momento memorable.

—Si fueras a deslizarte por una placa ¿qué pie usarías primero?

Adam levantó su pie derecho a modo de respuesta.

—¿Estás seguro? Tomate tu tiempo para pensarlo, es muy importante que sepas con cuál pie te sientes más cómodo.

Adam pareció reflexionar durante algunos instantes. Levantó sus pequeños dedos como si estuviera haciendo cuentas y movió sus pies simulando estar en la patineta. Después de varios minutos volvió a levantar su pie derecho. Jackie sonrió al saber que era el momento de la segunda lección.

—Ahora camina hacia la patineta. Apoya primero tu pie delantero y utiliza el otro para impulsarte. Cuando te estés impulsando deberás tener tu pie recto y cuando pongas tu pie trasero en la patineta deberás ponerlo de lado.

Jackie tomó su patineta y le mostró a su hijo la manera en que tenía que hacerlo. Marco y Adam no perdieron detalle de lo que hacía, ambos la veían maravillado, especialmente el menor, quien estaba ansioso por poder patinar. Jackie hizo algunas acrobacias complejas a pesar de que sabía que demoraría en enseñárselas a su pequeño.

Adam se apresuró en correr hasta la patineta en cuanto Jackie terminó su demostración pero se detuvo al notar la mirada de su madre. Se devolvió y siguió las indicaciones que ella le había dado. Quería ir rápido, del mismo modo en que había visto a su madre hacerlo pero su padre le había dicho que fuera despacio y no quería preocuparlo. Al finalizar las lecciones estaba tan cansado que Marco tuvo que cargarlo hasta su cama.