Escritores: Kimonohi Tsuki & JonaX
Nota: Gracias nuevamente a Sayumii por ayudar con la traducción al inglés. Escritoriginal por auxiliarnos con la traducción al español, además, por contribuir con nosotros en la escrita del final del capítulo!
Resumen: La Batalla del Poste resulta ser tan caótica como todos esperaban, especialmente cuando la bazooka de los diez años golpea a la persona que no debería.
Target 414 - La gente cambia en diez años
Resumen: La Batalla del Poste resulta ser tan caótica como todos esperaban, especialmente cuando la bazooka de los diez años golpea a la persona que no debería.
Antes de que el pelirrojo pudiera articular alguna palabra de advertencia, una gran humareda rosa se apoderó de todo el entorno, junto con el sonido de una explosión, provocando que sólo diez personas, a excepción de los capitanes, permanecieran de pie, sólo tres del equipo A, ya que los que no habían sido lanzados lejos por el impacto habían caído por el susto, limitando aún más el número de participantes.
- ¡Esta es nuestra oportunidad! - Gritó Mochida desde su poste al ver que surgía una abertura en medio del caos. - ¡Ataquemos mientras la vista de todos está obstruida!
- ¡Pero veterano! ¡Nosotros tampoco podemos ver nada! - Exclamó uno de sus compañeros tratando de distinguir algo en el humo.
- El veterano es un tramposo*, ¡No debería haber aceptado participar en esta venganza! - Refunfuñó otro, intentando a ciegas dar un puñetazo al aire para ver si le pegaba a alguien de otro equipo, ya que era uno de los más cercanos al poste del adversario. - ¿Cómo puede una pistola de juguete provocar tanto humo? ¿Quién era ese niño de todos modos?
- Pero, ¿Qué es extremadamente eso? - Preguntó Ryohei, tratando de distinguir algo en el humo.
- ¡Era la bazooca de los diez años, idiota! - Gritó Gokudera mirando hacia adelante expectante. - Todos fuimos golpeados por ella cuando nos enviaron a ese caótico futuro de Byakuran, ¡¿No te acuerdas?! ¡Quien sea golpeado cambia de lugar con su versión de diez años en el futuro!
- ¡Ah! ¿Así es como funciona? - Dijo Yamamoto sorprendido. - Pensé que solo era una máquina del tiempo.
- ¿Qué quieres decir con "sólo una máquina del tiempo"? ¡¿Eres un idiota?! - La Tormenta estaba exasperada. - ¡Y no puedo creer que acabes de darte cuenta de como funciona!
Fue en ese instante cuando el estudiante que daba puñetazos a ciegas consiguió golpear algo, o a alguien, el joven estaba seguro de que era la segunda opción cuando una mano enguantada de color negro envolvió la suya con la fuerza suficiente para romperle los dedos, haciendo que un grito saliera de su garganta alertando a más de uno.
- Así que… - Yamamoto comenzó a comprender gradualmente la expectativa de la Tormenta. - Alguien acaba de llegar del futuro…
- ¡Todavía no entiendo extremadamente nada!
- ...Sí… - Gokudera tragó en seco, ignorando al Sol. - Y el único que estaba allí era…
- Sabes, hay pocas cosas que no soy capaz de perdonar. ¡Que me ataquen mientras estoy comiendo está, sin duda, al tope de la lista! - Todo pareció enmudecer inesperadamente cuando una voz enfadada y melódica exclamó sobre la multitud, y en el segundo siguiente, el estudiante fue arrojado a metros de distancia con un chillido. - Entonces, ¡Vuelve más tarde!
- ¡P-pero qué fue esoooooooo! - Y a otro alumno, esta vez del equipo A, le arrojaron algo en su dirección, que se enganchó en su ropa y se lo llevó a la pared que conducía a las gradas, dejándolo colgado al menos a un metro del suelo por dicho objeto - ¿QUÉ ES ESO? ¡BAJENME!
-…Eso es- Kyoko comenzó a apoyarse en la partición junto a Chrome.
-…¿Un tenedor? - Completo la ilusionista, ambos observaron lo que había sido disparado casi como una bala y clavo al pobre estudiante en la pared.
- ¡¿Qué ocurre?!
-…¿Estás seguro de que es Sawada? - Cuestionó Colonello, frunciendo el ceño mientras un miembro del equipo B era arrojado, cayendo inconsciente al suelo. ¿Que le parece, Lal? Tienes sus recuerdos de él en el futuro.
Y otro…
-…No tengo recuerdos de él actuado en campo - Rebatió la CEDEF. - Pero encaja con alguien acostumbrado a ser emboscado.
La mirada de la pareja se dirigió a Reborn, incluso Bianchi hizo lo mismo, para ver su reacción al ver a su alumno diez años después, sin embargo el Hitman tenía su rostro estratégicamente oculto por su fedora.
- ¡¿Quién está haciendo todo esto?! ¡HEEEY! ¡OYE! ¡Yo ya no participabaaaaa! - Y un desprevenido miembro del equipo C voló por encima del muro de la escuela hacia la calle.
Hibari Kyoya sonrió. Un escalofrío de anticipación recorrió la columna vertebral de Kusakabe.
- ¡Mis santos macarrones! - Siguió a Longchamp gritando, no es que tuviera que hacerlo, pues todas las demás voces se habían acallado desde que el imponente tono se impuso entre el humo y comenzó a lanzar a los estudiantes por el aire. - ¡UNO A UNO LOS ÚLTIMOS COMPETIDORES SON EXPULSADOS DEL CAMPO! ¡QUIEN SERÁ ESTE COMPETIDOR TAN AAAAAAAH!
Y cuando los últimos seis competidores fueron lanzados hacia las gradas, uno de ellos golpeando a Longchamp y lanzándolo lejos, el silencio volvió a reinar sobre todos mientras el humo finalmente comenzaba a disiparse.
- ¡MALDITA SEA! ¡¿QUIÉN ES ESE?! - Gritó Mochida, sintiendo que un mal presentimiento corría por sus venas mientras uno a uno sus compañeros volaban por el cielo. - ¡¿Qué está pasando aquí?!
-…Eso es extraño, esto suele durar más… - La misteriosa voz volvió a hablar. - ¿Y dónde están todos? No veo nada… ¿Mukuro? ¿Nagi? ¿Esto es obra de ustedes?
Poco a poco, el espeso humo empezó a dejar ver una figura alta con ropas holgadas, que giraba la cabeza confusa de un lado a otro como si buscara a alguien. La parte superior de su pelo empiezaba a ser visible, revelando unos mechones castaños muy familiares.
- ¡Eso es…! - Gokudera comenzó, con los ojos brillando de anticipación.
- ¡No puede ser…! - Siguió Yamamoto igualmente asombrado.
- ¿Quién es este tipo alto? - Ryohei le siguió completamente desconcertado.
- Sawada Tsunayoshi, diez años en el futuro. - Terminó Rauji, tragando en seco, tras haber presenciado con sus propios ojos el funcionamiento de la bazooka en su lucha contra Lambo del futuro. - Sus llamas son… Aterradoras.
Eso apenas había salido de la boca del Guardián de la Montaña, una figura saltó con elegancia de las gradas a la cancha, con otra que se subió a su hombro.
- ¡PRESIDENTE! - Exclamó Kusakabe, observando cómo Hibari se perdía entre el humo rosa.
- Por supuesto que no perdería la oportunidad de atacar a semejante carnívoro. - Dijo Lal, apretando más a Colonnello entre sus brazos.
- ¡Hey! ¡Esa cantidad de llamas es ridícula! - Exclamó el soldado, llevándose una mano a la boca. - Parece que lo impregna todo, ¡Como si el propio aire pudiera quemarnos desde dentro si lo respiramos!
- De hecho, la temperatura está subiendo muy rápido. - Confirmó Bianchi, secándose el sudor de la frente. - Un poco más y podré preparar algo Takoyaki con ese pulpo que había aquí…
- ¡ESPERA UN MOMENTO! ¡No puedes estar hablando de mi Oodako! - Exclamó horrorizado Skull volviendo de la explosión sin su casco y llevando a I-Pin durmiendo en su espalda, pareciendo completamente ileso, el molusco, en cambio, sudaba terriblemente, encogiendo su tamaño para ser abrazado protectoramente por su dueño. - ¿Y de dónde viene todo este calor?
A su vez, dentro del humo, todavía en el campo...
- ¡¿Presidente?! - Mochida repitió el grito de Kusakabe con pánico, todavía preguntándose qué demonios estaba pasando, lo único que podía ver entre el humo era la parte superior de las gradas y Enma, que también le seguía en lo alto de su poste. - ¡HEY! ¡Pelo oxidado! - Gritó llamando la atención del otro líder. - ¿Qué demonios es esta mierda?
- ¡Sé tanto como tú! - Exclamó exasperado, sin dejar de escudriñar sus ojos en busca de su amigo mientras intentaba comprender por qué sus llamas parecían de repente tan intensas.
En la arena, la alta figura que se encargó de esparcir sus llamas como señal de advertencia con ferocidad a su alrededor por no localizar probablemente a quien buscaba, dirigió su atención al dúo que se acercaba desde el suelo, y antes de que pudiera hacer nada contra ellos como hizo con los demás, sonó una voz infantil.
- Estás en el pasado, Tsuna. - Puso Reborn, sentado en el hombro de Hibari que intentaba ver entre la niebla que no parecía disiparse tan fácilmente como lo hacía normalmente, probablemente también debido a la influencia de la gravedad aún presente en la zona.
- ¿R-Reborn? - Preguntó la voz por alguna razón sonando terriblemente avergonzada, como un niño al que pillan haciendo algo malo, lo que acabó por extrañar al tutor, definitivamente no era la reacción que esperaba. - ¡ESPERA! ¡¿Has dicho pasado…?! ¡AAAAH! ¡Eso explica el humo! - Concluyó dando una palmada con ambas manos, pareciendo reconocer por fin su entorno. - ¿Dónde estoy? ¿En Chuugaku? ¿Koukou*? Sinceramente, nunca he notado la diferencia. ¡Un momento! ¿A quién he golpeado?
- Un grupo de estudiantes inocentes. - Reborn respondió con una sonrisa sádica. - Al menos once de ellos.
- ¡Kazzu! ¡No! ¡Otra vez no! - Exclamó el moreno, llevándose las manos a la cabeza como solía hacer en sus tiempos. - ¡Tengo que dejar de golpear primero y preguntar después!
Esto hizo que el profesor particular levantara una ceja interesado, pero su siguiente comentario tuvo que esperar cuando en un movimiento ridículamente rápido Hibari Kyoya se lanzó hacia su oponente, obligando al Hitman a abandonar su hombro y detenerse unos pasos atrás.
- ¡Oye, oye, tranquilo! ¡¿No dije que esperaras un poco?! - Sorprendió la voz, logrando sostener la tonfa contraria sin ninguna dificultad con su mano enguantada en negro. Eso sólo hizo que el presidente sonriera aún más a la expectativa.
Este era el combate que había estado esperando desde que vio lo que Sawada Tsunayoshi podía hacer cuando iba en serio.
- ¡Por perturbar la paz, te morderé hasta la muerte!
-...Sí, estoy en Chuugaku, cien por ciento Chuugaku. - Suspiró, sin soltar el arma del otro y mucho menos mostrando sorpresa genuina por su acción. - Esos ataques repentinos tuyos son definitivamente algo que no extrañó en el futuro, Kyoya.
El mencionado abrió los ojos levemente al ser llamado así por su primer nombre, hasta donde él sabía, ni siquiera Tsunayoshi del Futuro que Nunca Será lo llamaba así, al menos según la información que logró extraer del otro Kusakabe.
- ¡¿Hahiii?! ¿Qué es todo este humo?
- ¡El Grande Lambo no puede ver nada!
Aprovechando la distracción del guardián, el hombre, con un movimiento rápido, tiró de la tonfa hacia adelante, desestabilizando a la Nube y golpeando así su estómago. No lo suficiente para derribarlo, pero lo bastante para ganar tiempo para que pudiera retroceder con unos pocos pasos y dar una voltereta hacia atrás para aumentar rápidamente la distancia entre ellos.
Reborn dejó escapar un fuerte silbido.
- Flexible. Y algo presumido. - Comentó simplemente, convirtiendo a Leon en unas gafas para ver mejor, pero la gravedad parecía haberse vuelto loca, haciendo que el humo fuera un lío condensado. Pero incluso sin poder ver, el asesino tenía una idea de por qué el otro se había marchado.
- Lo siento, señorita, no debería estar aquí. - Dijo la melodiosa voz, sonrojando a Haru, quien exclamó sorprendida cuando fue tomada en los brazos por una figura alta.
- ¡E-espera! ¡¿Quién eres tú?! ¡Un extraño no puede atrapar a Haru así! - Exclamó luchando.
- ¿Oye? ¡Pero nos conocemos muy bien! - Contestó, dejándose golpear, solo para ver en el suelo el viejo disfraz de la joven, que probablemente se había quitado para poder buscar mejor a Lambo en medio de todo ese caos.
Una idea cruzó por su mente. Así que se colocó la prenda sobre el pie y la arrojó hacia arriba, dejándola caer sobre su hombro y sobre Lambo.
- ¿Hahi? ¿Nos conocemos?
- ¡GUPYAAA! ¡¿QUE ES ESO?! - Murmuró el chico sintiendo algo que no podía ver que era, de textura afelpada, cayendo sobre él.
Sin esperar más respuestas, el más grande se movió con agilidad, haciendo que el dúo gritara y luego los dejó suavemente en el suelo.
- No te acerques más que eso, ¿De acuerdo?
Y con una última caricia en el cabello desordenado de un Lambo confundido, el hombre comenzó a alejarse, tomando en sus manos la fantasía de antes.
-...Sí, tendrá que servir...
Y cuando el humo finalmente se disipó, todos contuvieron la respiración para ver quién era la misteriosa figura que había noqueado a once competidores sin ayuda e incluso llamó la atención de Hibari.
Solo para encontrar un Namahage cerca del poste de Enma.
- ¡¿Qué?! ¡¿Ese monstruo otra vez?! - Exclamó el joven aterrorizado, perdiendo así el equilibrio y cayendo de un grito desde su puesto, incapaz de concentrarse para frenar su propia gravedad, cerró los ojos esperando la caída.
Eso nunca sucedió.
- Así que eso es, estoy en la batalla del poste. - Y al notar la expresión completamente pálida del más joven añadió con gracia. - Vaya, Enma, no te había visto tan asustado desde el incidente de Parmo. Cálmate, soy yo, Tsuna.
- ¿P-parmo? - Repetía completamente confundido. - ¡¿Tsuna?! P-pero… - Miró desde donde estaba hacia el suelo. - ¡Mi amigo Tsuna no es tan alto!
- Jajajaja~ ¿De verdad crees que soy alto? - Rió claramente satisfecho. - ¡Gracias Enma! ¡Siempre fuiste el mejor amigo de todos!
Por alguna razón eso, aún más dicho con esa voz, hizo que el más joven se sonrojara.
- Ahora, agárrate a mi espalda, si conozco bien a Hibari, necesitaré mis manos aquí. - Y antes incluso de dejar contestar a su mejor amigo, en un rápido movimiento el pelirrojo fue deslizado hacia atrás, obligado a agarrar firmemente el cuello del más alto para no caer al suelo, incluso intentó bajar su peso para no ahogar su amigo, pero el otro no parecía realmente preocupado o sentiendo alguna incomodidad por el cargo extra.
- ¡OYEEEE! ¡ESPERE! ¡ESTO ES TRAMPA! - Gritó Mochida señalando a la pareja mientras buscaba a Longchamp en la audiencia sin éxito. - Este monstruo ni siquiera es un competidor, no debería- Pero se detuvo, sintiendo un escalofrío terrible recorriendo su espalda, volviendo su mirada hacia el presidente que parecía jurar a muerte solo con su mirada en caso de que el capitán de kendo no guardara silencio, lo que le hizo inmediatamente llevarse una mano a la boca mientras se sostenía con la otra en el poste.
No valía la pena ser mordido por el líder del comité disciplinar solamente por su venganza contra Inútil-Tsuna, además, con suerte, Enma terminaría en el suelo, estando más literalmente de lo que podía imaginar, en medio del fuego cruzado.
-...Animal salvaje. - Luego de que este obstáculo se resolvió, Hibari volvió a acercarse al mayor, luciendo claramente molesto al ver como su presa vestía un ridículo disfraz, encima de eso con un adolescente aferrado a su cuello, Reborn estaba nuevamente en su hombro. - ¿Cuál es la razón de eso?
-...Puuuues... No quiero revelar cosas innecesarias sobre el futuro, así que prefiero que no me vean. - Él se encogió de hombros, lo que no hizo ninguna diferencia dentro del disfraz, pero casi arrojó a Enma, quien dejó escapar un grito de sorpresa. - ¡Oh! Lo siento, Enma. - Luego se volvió hacia los otros dos. - Sabes, después de ese lío en la época de Byakuran, tengo una verdadera aversión a saber qué pasará en el futuro. Entonces, si ustedes no lo saben, es mejor para el yo de este tiempo.
- ¿Y qué podría ser tan revelador en tu apariencia en diez años? - preguntó el astuto tutor.
Y luego, aunque no podía verlo ni leerlo, algo le dijo a Reborn que el mayor estaba sonriendo victoriosamente dentro de la fantasía.
- Quien sabe.
Eso hizo sonreír a Hitman al mismo tiempo.
"Insolente" - Pensó.
- Parece que finalmente tienes algo de actitud, inútil-Tsuna.
-...Digamos que tuve un buen... - Y de nuevo, la misma reacción de vergüenza, al mismo tiempo que se veía levemente risueño, de nuevo como un niño que esta vez parecía esconder una travesura. -...Profesor.
Sin embargo, la conversación fue interrumpida nuevamente cuando Hibari se adelantó otra vez con sus tonfas en posición.
El guardián se adelantó con el brazo izquierdo estirado, mientras que el derecho se volvió contra su cuerpo en defensa. Sin embargo, como en cámara lenta, con un suave giro de la cadera, Tsunayoshi deslizo su torso hacia un lado mientras defendía la tonfa de hierro con el dorso de su brazo derecho.
- ¿De verdad quieres pelear, Kyoya? - Cuestionó el monstruo disfrazado, comprobando con la otra mano si el silencioso Enma aún estaba con él, como si el peso del más pequeño no fuera señal suficiente. - ¡¿Es eso lo único que te viene a la mente cuando conoces a un viajero del futuro?!
- Sí.
El presidente decidió renunciar a su defensa y dar un paso adelante con su mano opuesta, pero no fue lo suficientemente rápido cuando, todavía con el dorso del mismo brazo que usó para defender de la primera tonfa, Tsunayoshi flexionó su antebrazo ligeramente hacia abajo, tirando el arma fuera del camino y así, abriendo un espacio en su guardia, en el cual aprovechó para que su miembro se deslizara por el metal hasta que se detuviera con la mano en posición horizontal, los dedos firmemente juntos, centímetros de la yugular de la nube como si sus dedos fueran una especie de espada.
- Muy lento. - Fue la burla que recibió a cambio, que sonaba aún más ridícula viniendo de una persona a medio vestir, pues probablemente porque la ropa era pequeña para su tamaño, el mayor le había cortado parte de los pies del monstruo, mostrando los suyos, un simple Zouri, y un pedazo de sus pantalones blancos holgados. - ¡Pero es en serio! ¿No tienes ganas de preguntarme algo o alguna cosa?
Hibari se enojó cuando se dio cuenta de que su brazo izquierdo había sido completamente inmovilizado por la otra mano del Vongola, que agarraba su muñeca con una firmeza que amenazaba con romperla, a pesar del tono suave en que hablaba el mayor.
No satisfecho, y sabiendo que incluso si fuera una versión de diez años en el futuro del moreno no lo atacaría en un lugar tan letal como la yugular, se atrevió a ignorar la mano que parecía un cuchillo en su cuello y avanzar de nuevo con su primera tonfa en un golpe dirigido a un objetivo más bajo, la cadera de Tsunayoshi, solo para ser detenido por el mismo movimiento que antes, esta vez por el dorso de la mano izquierda del Cielo, que soltó su muñeca ahora dolorida, y luego nuevamente usando el suave movimiento sobre la superficie de la tonfa deslizó como un tren sobre el metal, descarrilando un puñetazo bajo al estómago opuesto, que esculpió un poco de saliva con la fuerza del impacto.
- Con eso van dos. - La voz ahogada por la fantasía trompeó en un tono juguetón que a Hibari le sonó extrañamente similar al del bebé. Mientras Enma murmuraba algo sobre empezar a no sentir más sus brazos, siendo ignorado por la pareja.
- Parece que aprendiste algunos trucos, Tsuna. - Reborn, a su vez, estaba nuevamente en el suelo viendo la pelea, prestando atención a los movimientos de los pies de su alumno, donde casi solo la punta de la zapatilla tocaba al suelo, y con cada movimiento del presidente, se deslizaban con precisión y sutileza en respuesta, casi como si su futuro alumno flotara.
- No sé si lo llamaría trucos. - Dijo con evidente humor. - Pero gracias.
Era un estilo diferente al que usaba normalmente Tsuna, su forma natural de luchar estaba guiada por Hyper Intuición para saber dónde atacar y cuándo defender, en definitiva, el estilo del alumno de su tiempo se limitaba a movimientos sucios, impredecibles y adaptables a cada oponente.
Versátil, sin duda, pero brusco.
Pero, ¿Que fue eso que estaba haciendo ahora? Este era un arte marcial sin lugar a dudas.
Y quizás lo más curioso, aunque el estilo le parecía familiar, estaba seguro de que no era algo que hubiera enseñado personalmente.
- ¿Dónde aprendiste a pelear así?
- Sabes, la vida te enseña cosas. - Sin vergüenza se saltó la conversación. Tsunayoshi aprovechó la pequeña pausa, ya que Hibari todavía estaba tratando de recuperar el aliento, para comprobar de nuevo si Enma seguía aferrado a él y bien.
Reborn solo resopló, a pesar de que no perdió su sonrisa ante la creciente audacia del contrario.
- Lo siento Enma, necesitas romper unos huevos para hacer una tortilla. - Comentó casualmente creando una distancia segura entre él y la Nube. - Y el hambre no es tu tía, no te traerá un pastel, así que cuando se trata de Kyoya, siempre es mejor uno cuidarse.
- ¡Nada! ¡No entiendo nada en absoluto! - Exclamó el más pequeño claramente en pánico, e incluso sin mirar, Tsuna pudo notar que el otro mantenía los ojos bien cerrados. - ¡Parmo, tortilla, tía, tarta, futuro, nada de esto tiene sentido!
-...Oh, ¿No sabes cómo funciona la bazuca de diez años? - Preguntó con curiosidad. - Sí… también casi me volví loco la primera vez que lo presencié, y honestamente todavía tengo pesadillas en las que me despierto en mi ataúd por la pequeña aventura con Byakuran, esa fue sin duda la cuarta peor cosa que me pasó.
- ¡¿QUÉ?! - exclamó el pelirrojo conmocionado, a su vez Reborn no comentó nada al respecto, pero no pudo evitar pensar que el hecho de que la llegada de su alumno al Futuro que Nunca Será haber se vuelto la cuarta peor experiencia en la vida de él era algo digno de mención.
- ¡¿ESTAN VIENDO LO QUE YO ESTOY VIEEEENDO?! - Los gritos de Longchamp habían comenzado de nuevo, indicando que había logrado recuperarse de su último golpe y el humo de antes que los había escondido se había disipado por completo. - ¡EL PRESIDENTE DE LA ESCUELA, EL DEMONIO TEMEROSO, EL DEMONIO ESTÁ SIENDO CONTENIDO POR UN TOTORO!
Por alguna razón, al escuchar la voz de su pseudo-amigo, el viajero del tiempo se congeló, lo que no pasó desapercibido para Enma, sintiendo de primera mano el estremecimiento del cuerpo opuesto.
- ¡HAHIII! ¡ESTO NO ES UN TOTORO! - Exclamó la voz de Haru ofendida desde algún lugar del lado izquierdo impidiendo que el pelirrojo comentara. - ¡ES LA FANTASÍA DE UN NAMAHAGE! Y UN PERVERTIDO* ME LA ROBÓ!
-...¿Que yo soy raro? - Repitió confuso el castaño. - ¡Pero la fantasía es de ella!
- Creo que se refería a un pervertido, Tsuna. - Corrigió Enma.
-...¡¿Espera, qué?! ¡Pero esta vez ni siquiera estoy en ropa interior!
Con una carcajada, el pelirrojo finalmente luchó por reunir todo su coraje para abrir los ojos.
- ¿Tsuna? …¡CUIDADO! - Solo para ser el que vea de primera mano cómo Hibari Kyoya cubrió sus tonfas en llamas púrpuras.
Sin embargo, el mayor se recuperó a tiempo, asumiendo nuevamente una postura de ataque, con ambas manos ligeramente flexionadas y los puños cerrados en forma de gota, volteados hacia abajo.
Con un movimiento rápido, la mano derecha de Tsunayoshi, abriendo la palma, golpeó la tonfa izquierda de su atacante haciendo que sus músculos se contrajeran casi como si hubiera recibido un "Attacco di Squalo", mientras que la mano izquierda como si fuera un cuchillo golpeó la mano restante del presidente con tanta fuerza que casi rompe el brazo volteandolo hacia el lado opuesto.
No obstante, el cielo levantó su rodilla derecha pero no completó el golpe con ella, Hibari solo tuvo un segundo para preguntarse si el mayor había dudado para no lastimarlo, solo para darse cuenta de que esto era solo una distracción cuando el moreno dio un pequeño salto para cambiar el apoyo de los pies, y así patear con la pierna opuesta a la altura de la cadera de la Nube, lo que logró llevarlo al suelo, unos metros más adelante, con un fuerte sonido aún audible incluso con el grito de Enma al movimiento repentino.
- Nunca subestimes a un Hibari. - No había salido ileso, sin embargo, se dio cuenta cuando vio que aunque había dejado el brazo izquierdo de Kyoya paralizado, el presidente aún había logrado activar el mecanismo de las cadenas desde el interior de su tonfa, y usó sus llamas de propagación, para hacerlos crecer y así aferrarse a su-brazo-derecho-fantaseado como si fuera una serpiente, sin soltarlo incluso cuando su amo fue arrojado lejos.
El más pequeño sonrió, poniéndose de pie, golpeando sus hombros, volviéndolos a colocarlos en su lugar después de la caída provocada por el movimiento contrario. Reborn no pudo evitar preguntarse si su alumno en una década se había vuelto menos compasivo, o si solo estaba acostumbrado a tratar con Kyoya.
- ¿Entonces no usarás tus llamas? - Quiso saber Hibari, agudizando aún más sus ojos. - ¿Mucho menos tus guantes?
- ¡Es verdad, Tsuna! - Notó Enma, percibiendo que el mayor estaba peleando con los guantes del disfraz, a menos que tuviera los suyos debajo de esa ropa, pero la falta de llamas parecía indicar que ese no era el caso.
- Tenemos audiencia aquí, aunque tal vez no vean tus llamas envolviendo las tonfas, probablemente verán las mías cuando las use para atacar*, y en cuanto a mis guantes… Bueno… Cómo puedo explicar… Es complicado. - Comenzó el adulto, tratando de rascarse la nuca sin gracia, pero siendo detenido por los brazos de su amigo y por su propia fantasía. - En resumen sin spoilers, no tengo los guantes puestos en este momento, y aunque no tuviéramos audiencia, no sé si vale la pena usar mis llamas... - Hizo una pausa, como si buscando las palabras adecuadas. - ¿Usarías una bazuca contra una hormiga?
- ¡Ese idiota! - Exclamó Lal Mirch, aparentemente capaz de escuchar la conversación incluso desde esta distancia. - Parece que la gente cambia en diez años, o se ha vuelto tan arrogante en su modo normal como en Hyper Mode, o está planeando algo, porque eso no es algo que le dirías a alguien como Hibari Kyoya, incluso el de ese tiempo, sin esperar una gran represalia.
- ¡Eso es asombroso, Sra. Lal! - Comentó Skull con sorpresa, todavía abrazando a Oodako, manteniéndolo alejado de Bianchi, a pesar de que el calor de antes ya había desaparecido. - ¡¿De verdad puedes escuchar su conversación?!
- Pero claro, soy un agente de alto rango del CEDEF, no soy una inútil como tú. - Lo expresó con dureza sin apartar los ojos de la pelea.
- ¡Eso duele! ¡Sra. Lal! - Exclamó la pobre Nube.
Colonnello, a su vez, fue lo suficientemente inteligente como para no comentar que tampoco podía escuchar nada, enfocándose en prestar atención a la pelea.
Bianchi, por otro lado, observó todo en silencio, por veces concentrándose en Tsunayoshi, por veces en Reborn quien observaba toda la confrontación desde una distancia segura, con una sonrisa obvia en su rostro, una que rivalizaba con la que traía luego de la victoria de Tsuna contra Bermuda y el fin de la maldición.
Ante todo lo que presenciaba ni siquiera el asesino taciturno pudo permanecer neutral.
Los Shimon también estaban callados, a pesar de que Julie y Shitt-P estaban cada uno sosteniendo un brazo de Adel para evitar que ella entrara a la pelea y sacara a Enma de esa loca situación.
- ¿Qué pasa Chrome? - Quiso saber Kyoko, notando que su amiga miraba de un lado a otro como si de repente estuviera buscando a alguien. - ¿Estás buscando a Haru y Lambo? No se preocupe están ahí, junto con Gokudera, Yamamoto y mi hermano. - Dijo indicando una zona más alejada.
- A-ah... Sí. - Asintió con incertidumbre, todavía mirando sutilmente a su alrededor antes de darse por vencida y concentrarse en la batalla.
Ya la Nube en la arena, a pesar de la clara ofensa y provocación al ser comparada con una hormiga, sonrió sintiéndose desafiada.
- Vaya. En ese caso, no debes subestimar el poder de un insecto, un solo mosquito puede condenar incluso al más peligroso de los carnívoros.
Dicho esto, las llamas moradas vagaron por toda la cadena, creando espinas en cada uno de sus eslabones, y estando así la tiró, lo que provocó que Kyoya rasgara una parte del disfraz, para horror de Haru, revelando parte del brazo derecho del viajero del tiempo, así como logró sacar sangre por primera vez de su oponente.
- ¡IDIOTA! ¡¿CÓMO TE ATREVES A DAÑAR ASÍ AL DÉCIMO?! - Gokudera parecía haber recuperado la capacidad de hablar cuando vio la sangre corriendo por el brazo del hombre mayor, él, Yamamoto y Ryohei se habían liberado juntos del peso de Rauji y de la roca hecha por la Llama de la Montaña, y ahora estaban detrás de Haru, que se sorprendió al solo ahora notar la presencia de todos allí, tan absorta estaba viendo al temible presidente de Namimori Chuugaku atacar al vil ladrón de disfraces.
La atención de Hibari ya estaba en otra cosa mientras recogía sus cadenas ahora manchadas de carmesí.
- Esas cicatrices… - Comenzó, viendo las manchas marrones que tomaban desordenadamente el brazo expuesto del hombre mayor. - El futuro no parece haber sido bueno contigo.
- Fue con pocos de nosotros. - Fue la lúgubre respuesta del contrario cuando se llevó una mano a la herida abierta, lo que llamó la atención tanto del presidente como del asesino a sueldo. - Por eso, sinceramente, hay miles de cosas que podría advertirte sobre el futuro y, al mismo tiempo, quizás ninguna sea realmente útil. - Suspiró como si en ese momento estuviera viendo algo de lo que solo él era capaz. - De todos modos, creo que los cinco minutos ya deben estar por terminar. Entonces, si lo que quieres es una pelea seria, te daré una pelea seria. Sin embargo… - Paró y se volteó en dirección a las gradas, luego a su tutor, y finalmente a Enma, quien había vuelto a estar callado para prestar atención a la conversación de los oponentes. - Dame un segundo, primero necesito asegurarme de algunas cosas. Seré rápido.
Esto hizo que Hibari frunciera el ceño, pero en un raro momento, optó por obedecer y esperar, curioso sobre lo que haría el otro.
- Enma, ¿cómo estás?
- Uh… Bien, creo. - Respondió su amigo con suavidad. - Perdón por molestarte así...
- Oh no, no te preocupes por mí, comparándolo con las veces que Reborn me hizo pelear atado, eso no es realmente un problema…
-...¡¿Hizo qué?! ¿Es eso siquiera posible? - Y no pudo evitar lanzar una mirada incrédula al Hitman que avistó sin gran dificultad a unos metros de distancia en el lado derecho donde se encontraban, quien simplemente parecía aprobar la información y anotarla mentalmente.
-...Mi mayor preocupación no es poder pelear adecuadamente, sino lastimarte. - Siguió el moreno, ignorante de la línea de pensamientos contrarios, quien, sin embargo, volvió a prestar atención luego de su siguiente frase. - Sabes, me gusta pensar que soy algo como tu octavo guardián, así que como tu cielo y gran amigo, siempre te protegeré sin importar qué.
- ¡T-t-tsuna! - Exclamó, sonrojándose terriblemente, haciendo que su cabello pareciera pálido en comparación.
- Entonces necesitaré tu ayuda aquí.
- P-por supuesto, s-si puedo ayudarte, lo haré. - Dijo aún tratando de recuperarse de las palabras del otro, que le golpeaban aún más cuando recordaba la falta de confianza de parte de su propia familia ese mismo día.
- Es simple, tengo la impresión de que el tiempo de la bazuca está durando más de lo habitual, pero no siento nada malo, por lo que debe terminar pronto. - Eso hizo que el más pequeño parpadeara sin entender qué tenía que ver esa bazuca de humo con nada. - Yo diría que todavía tenemos… ¿Casi dos minutos? Quizas tres. Sí, debe estar por ahí. Entonces, ¿Podría se quedar suspendido en el aire con su gravedad durante al menos un par de minutos?
-...¡Espera! ¡¿Qué?!
- ¡Vale! ¡Gracias por entender, sin duda eres el mejor! Baje cuando vuelvas a ver el humo rosa, ¿De acuerdo?
- ¡NO, NO, ESPERA! - Intentó gritar cuando vio como el moreno en un rápido movimiento lo volvía a poner en sus brazos. - ¡NO CREO QUE PUEDA HACERLO ASÍ!
- ¡Sí puedes, confío en ti! Fue un placer verte de nuevo pequeñito, ¡Hasta luego!
- ¡Gracias, pero AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!
- ¡MANTENGA LOS BRAZOS CERCA DEL CUERPO! - Gritó Tsunayoshi, habiendo, sin dudarlo, lanzado a su mejor amigo en un vuelo libre. Algo que hizo que tanto Hibari cuanto Reborn levantaren las cejas y dejó Adel a punto de sufrir un infarto.
- ¡SANTO TOMATE! ¡PARECE QUE EL LÍDER DE LA EQUIPO-A SE HA CONVERTIDO EN UN PÁJARO DE REPENTE! ¡NI EL PRESIDENTE DEMONIO DE NAMIMORI SABERÍA CÓMO HACER ALGO COMO ESTO!
- ¡OYEEE! ESO SIGNIFICA QUE LA VICTORIA ES MIA! - Gritó Mochida, finalmente regresando a hablar de su poste.
- LA REGLA ES CLARA MI AMIGO...
- ¡¿AMIGO?! ¡Ni siquiera sé quién eres!
- ¡MIENTRAS NO SE CAE AL TERRENO, CONTINÚA EN EL PARTIDO! - Seguio el representante de la clase tratando de localizar al pelirrojo que parecía haber desaparecido en algún lugar del cielo. - ¡¿CUÁLES SON LAS POSIBILIDADES DE QUE NO MUERA EN ESA CAÍDA?! NUESTRO PRESIDENTE VA A DEJAR PASAR UNA MUERTE EN SU PRECIOSA ESCUELA Y… ¡Ah, hola! Kusakabe cómo est- Y un ruido agudo interrumpió la transmisión, pero Mochida no pudo entender por qué, pues en el siguiente instante...
- ¡Vale! Con eso resuelto, ahora solo queda una cosa. - Y nuevamente se volvió hacia el público y luego hacia su antiguo tutor, quien aun sin ver la expresión de su alumno, tuvo la impresión de que le estaba enviando una sonrisa de disculpa. - Sin audiencia. Solo yo y Kyoya. Entonces, como me dijo una vez un amigo, como último recurso, ¡hay que saber improvisar!
Y para sorpresa total de todos aquellos que pudieron ver las llamas de recubrimiento, en ese momento Tsunayoshi levantó ambos antebrazos, luego los alineó con su torso en línea recta, apretando los puños e, incluso sin sus guantes, haciendo que ambos ardesen en brasas.
Y si eso no fuera demostración suficiente, las llamas comenzaron a petrificar los guantes de la fantasía, creando una especie de guantelete de piedra. Lo que, para los civiles, debido a la distancia y la ignorancia, parecía tan solo un cambio de color, a pesar de que nadie fuera de la mafia creería lo que ven sus ojos si pudieran verlo más de cerca.
Este era el caso de Mochida, quien estaba claramente seguro de que se estaba volviendo loco.
- ¡TAKESHI, HAYATO, HERMANO, PROTEJAN A HARU Y LAMBO! - El trío en cuestión sintió un escalofrío recorrer sus cuerpos al recibir una orden tan clara y directa, pero obedecieron sin cuestionar, colocándose en un triángulo alrededor de la confundida pareja. - Agárrense fuerte. Voy a causar un pequeño terremoto aquí.
- ¡¿ESPERA, QUÉ?! - Gritó el capitán de kendo que, felizmente o desafortunadamente, también lo había escuchado.
- Sabes "Veterano"... - Comenzó Tsunayoshi por primera vez dirigiéndose a el "mayor". -…¿Qué te faltaba cuando eras joven? Humildad. Lo siento, no mereces ganar esta.
Antes de que alguien pudiera discutir, el Cielo usó su guantelete de piedra para golpear el suelo con todas sus fuerzas, haciendo que toda la cancha se estremeciera, y el suelo se partiera en docenas de partes, invadiendo el campo con polvo en forma de humo.
Incluso Reborn se vio obligado a retroceder, saltando entre las tablas de hormigón, mientras convertía a Leon en gafas protectoras, tratando de distinguir algo, viendo como una pequeña llama era encendida en el dedo meñique de la mano derecha de su futuro estudiante, y lo que parecía ser un arma caja siendo activada.
Algo salió de esta caja y voló a una velocidad sorprendente, el animal no era divisible, lo único que se podía saber era que tenía alas y parecía ser el responsable del nuevo y denso humo que se extendía por el campo, bloqueando por completo la vista de cualquier uno diferente a los que estaban en el centro del huracán gris.
- Maldita sea, estropeaste mí diversión. - Maldijo Reborn, cubriéndose la cara con su sombrero fedora, luego saltando de regreso a las gradas, donde había gritos por todos lados, así como comentarios sobre terremotos y fugas de gas. - Oye, incompetentes.
Reborn miró a los guardianes de su alumno, quienes rápidamente se acercaron al asesino, lo cual transformó a su pequeño amigo en una bolsa casi de su tamaño, que contenía todos los Vongola Gears y el Anillo de la Tierra que previamente habían sido confiscados debido a la competencia.
- No pierdan tiempo y hagan algo. - Ordenó el tutor, arrojando a cada guardián su equipamiento.
A su vez, Gokudera había invocado ágilmente su Sistema C.A.I. para proteger al grupo, e incluso a Rauji y otros estudiantes que seguían en el campo inconscientes, y Ryohei golpeó uno por uno los escombros más pequeños que habían escapado de la Tormenta.
Yamamoto, confiando en la acción de los otros guardianes, había dado la espalda a las amenazas, protegiendo a Haru y Lambo con su misma espalda mientras miraba tranquilizadoramente para tratar de calmar a la afligida y raramente callada pareja.
- Lo siento señorita, no debería estar aquí. - Bromeó Yamamoto, parafraseando lo que había escuchado decir a Tsunayoshi, también acariciando el cabello de Lambo con la esperanza de calmar al chico que estaba a punto de estallar en lágrimas. - ¡Pero todo saldrá bien! - Él sonrió su sonrisa más radiante. - No necesitas preocuparte por nada, ¿De acuerdo?
Haru solo asintió, sonrojándose levemente ante la extraña caballerosidad contraria.
Por otro lado...
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!
Mochida, quien hasta ese momento había estado aferrado a la punta de su poste como si su vida dependiera de ello, lo que posiblemente tenía un punto de verdad, vio frustrado sus planes y esperanzas cuando su poste, incluso clavado en el suelo de antemano por sus compañeros en otro de los intentos de trampa del equipo B, no había resistido al golpe, haciéndolo caer en caída libre al suelo.
O eso sería, si alguien no lo hubiera segurado.
- ¡Ah! ¡Señor Hibari! - Trató de decir cuando vio que el mismísimo presidente demonio lo había sostenido en el aire por la espalda de su uniforme.
- Herbívoro. - Fue toda la respuesta que recibió, para luego ser arrojado al suelo, a los pies de Tsunayoshi.
Aún así, podría haber sido mucho peor si hubiera sufrido una caída directa, así que a pesar de que apenas podía moverse debido al calambre, trató de agradecerle, incluso con la cara contra los escombros.
- S-Señor Hibari… - Dijo en voz ahogada. - G-gracias p-por salvarme.
- ¿Qué? - cuestionó el confundido castaño. - Pero yo no te salvé.
- ¡No te estaba hablando a ti! ¡Idiota! - Gritó, logrando incorporarse, volviéndose hacia el hombre disfrazado que se atrevió a luchar él mismo contra el diablo.
- ¡Ciao! - Saludó - Y lo siento de antemano por eso, Kensuke.
- Qu-
- ¡TAKESHII! ¡ATRÁPALO! - No pudo terminar, cuando el hombre, al igual que el adolescente momentos antes, lo había agarrado fácilmente por la parte de atrás de su camisa para tirarlo. Solo para hacerlo golpear de frente con una tabla levantada del suelo. - Oh, vaya descuido… ¡Debería haber mirado antes de lanzar! - E ignorando la maldición contraria, así como su nariz sangrando, el Cielo se volvió hacia la Nube. - Pues. ¿Dónde nos detuvimos?
- Después de todo, te hice usar tus llamas. - Alardeo Hibari con satisfacción, quemando su brazalete, invocando así su Vongola Gear, que obedientemente trajo consigo su abrigo negro, mientras las cadenas ahora se manifestaban en la punta de sus dos tonfas. - Parece que el animal salvaje se vio amenazado al final.
- Te lo dije, ¿No...? - Contestó, quemando a propósito una parte de su máscara, para que finalmente pudiera ver mejor, lo que reemplazó perfectamente los ojos de ese traje cómico por la mirada naranja llameante del mayor, dándole finalmente el aire aterrador que el atuendo estaba buscando.
Por primera vez, ese disfraz parecía realmente un monstruo.
-...No puedes subestimar a un Hibari. ¿Lo memorizaste?* - Cuestionó, sonriendo ante sus palabras, mientras se llevaba el dedo índice a la sien. Ahora que ya no usaba sus guantes disfrazados, que se habían roto junto con el piso al convertirse en piedra, era posible ver que Tsunayoshi aparentemente no portaba anillos, solo un par de guantes negros que carecían de las yemas de sus dedos. - Ahora, solo tenemos un minuto, como mucho, ¡así que mejor date prisa!
Ambos avanzaron al mismo tiempo con estas palabras, encontrándose a mitad de camino, nuevamente, Tsunayoshi logró inmovilizar a ambas tonfas opuestas con ligeros movimientos de mano, a veces con la palma abierta, a veces con un puño semicerrado, similar a garras, sin dejarse detener, incluso cuando las espinas parecían cortar sus dedos o su brazo, revelando más partes de esa cicatriz marrón oscuro. Y aun así, el mayor ni siquiera pareció parpadear de dolor.
-...Y aunque digo que al final será mejor que no te advierta sobre el futuro, mi Hyper Intuición me sigue avisando que no debería dejar pasar la oportunidad. - Comentó en un susurro cuando una de las cadenas volvió a tomar su muñeca derecha en un nuevo intento de bloqueo. - ¿Pero qué? ¿Qué dirías si pudieras dar una advertencia sobre que pasará en diez años?
Sin siquiera pestañear, el moreno tomó las espinosas cadenas con sus manos enguantadas, que curiosamente no se rasgaron ni mostraron sangre, para jalar al adolescente con fuerza hacia él.
Kyoya no se inmutó, dejándose arrastrar, mientras usaba el factor nube en la otra cadena para hacerla crecer y así darse la vuelta y atacarle al mayor sigilosamente por detrás. Con eso, se las arregló para arrancar otra parte del disfraz, esta vez en la espalda, pero a cambio, al estar dentro del alcance cercano del castaño, él le agarró por la parte de atrás de su cabeza con una fuerza que ni siquiera se sentía humana, sino las garras de un águila, para hacer así que su cara se estrelle contra el suelo en un movimiento seco.
Si Tsunayoshi hubiera querido matarlo, lo habría hecho ahora. Sin embargo, en cambio, todo lo que hizo fue mirar preocupado, y al mismo tiempo resignado, al rostro ensangrentado de su joven guardián mientras se enderezaba con una gran sonrisa, satisfecho por la pelea que estaba teniendo.
El mayor suspiró, sacudiendo la cabeza, casi con cariño.
- Como estaba diciendo, todo lo que puedo pensar en este momento que no generaría un Byakuran-Megalomaniaco-2.0 son advertencias mundanas. - Continuó con su tema anterior, dando tiempo para que el otro se levantara. - ¿Quizás que 1827 es una contraseña demasiado débil?
Con un nuevo brillo de su Gear, el fiel Roll fue convocado, comenzando a generar decenas de miles de pequeñas esferas con púas alrededor de ambos.
-...¿Quizas decirte que el zapato de emergencia está detrás del fregadero del jardín? - A pesar de que el adulto realmente no pareció alterado por eso.
En ese momento, Mochida, todavía en peligro, dejó escapar un grito de sorpresa, habiendo sido cómicamente atascado en la plataforma de piedra detrás de él por las espinas de una esfera.
Estaba a punto de gritarle al extraño loco que se atrevió a llamarlo por su nombre, cuando algo en la espalda de él le llamó la atención.
El hombre tenía un tatuaje que delineaba una extraña X a la altura de su columna. No pude identificar el diseño, solo que estaba compuesto de blanco, naranja y varios tonos de violeta.
Sin embargo, su distracción fue fatal, ya que cuando Hibari comenzó a dirigir las esferas hacia Tsunayoshi, algunas volaron hacia el líder del club de kendo.
O al menos, habría sido fatal si un enorme canguro no hubiera aparecido protectoramente frente a él y hubiera destruido la amenaza con un puñetazo radiante.
- ¡¿QUÉ MIERDA ES ESTO AHORA?!
Y en ese momento, el animal hizo el mismo movimiento contra el humano, justo en su cara, haciéndolo chocar contra la pared de piedra y desmayarse.
- NO LLAME A KANGARYUU "MIERDA", ¡TIENE UN CORAZÓN SENSIBLE! - Gritó Ryohei, deteniéndose junto a su animal caja.
- ¿Y AHORA QUE AVISAS, CABEZAL DE CÉSPED?
- ¡Ja Ja! ¡Incluso la caja de Sasagawa es extrema!
- ¡A-ah Décimo! - Llamó la Tormenta emocionada cuando el mencionado, mientras daba un salto para esquivar una de las esferas, se detuvo a escasos metros del trío. - ¿Tiene alguna advertencia para nosotros viniendo del futuro?
Sin embargo, el mayor no escuchó o ignoró el pseudo brazo derecho, esquivando otra amenaza que casi golpea su máscara.
-...D-décimo. - Siguió el plateado con un poco más de incertidumbre. - No quiero molestarlo, pero… ¡Con su advertencia, podemos prepararnos mejor para futuras amenazas!
-...Creo en extremo que él no te está escuchando. - Comentó piadosamente Ryohei sobre la impotencia de su compañero. - ¡Déjamelo a mí! - Respiró exageradamente.
- No te atrevas-
- ¡OOOOOOOOOOOYEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE! ¡PERSONA QUE ME LLAMA HERMANO! NO TE CONOZCO, ¡PERO EL CABEZA DE PULPO QUIERE HABLAR CONTIGO! - Gokudera, que estaba del lado del Sol, sintió que se volvería sordo, mientras que la Lluvia se limitó a reír.
Inmediatamente Tsunayoshi miró hacia el trío, casi siendo golpeado por una esfera en el estómago por la distracción.
- ¡IDIOTA, CASI HACES QUE EL DÉCIMO SE HAGA DAÑO!
- No soy "Décimo". - Respondió el adulto, deteniendo una de las bolas de espinas con sus propias manos. Esa sola frase hizo que el de cabello plateado abriera los ojos en estado de shock, sintiendo como si él mismo hubiera sido golpeado por una de esas esferas en el estómago, haciéndole olvidar como respirar.
Yamamoto, aunque en un nivel menor, también pareció sorprendido, hasta que se le ocurrió algo.
- ¡Tiene razón, Gokudera! - Exclamó el jugador de béisbol recibiendo una expresión de incredulidad en respuesta. - ¿Tú no lo recuerdas? ¡Anteayer tuvimos una fiesta para celebrar el regreso del Chico y el nuevo título de Tsuna como Neo Vongola Primo!
- ¡¿Qué?! - El joven pareció salir de su conmoción con una brusca sacudida. - ¡No recuerdo esto!
- Ah, creo que te desmayaste cuando habló el Chico, fue cuando llegó Bianchi.
- ¡¿Quieres decir que solo yo no lo sabía ?!
- Sí. - Confirmó Ryohei cruzando los brazos.
- ¡¿Incluso tú Cabeza de Césped?! ¿Quieres decir que pasé DOS DÍAS llamando de modo equivocado al Décimo? ¡Idiotas! - Y luego volvió a dirigirse a su jefe quien lanzó la pelota al aire para golpearla con su propia mano, como si fuera una raqueta de tenis, en dirección a otras cinco pelotas que se acercaban al público. -…Maldita sea, ¿Cómo debería llamarlo ahora? Neo? Quizás... ¿Primo?
- Definitivamente no. - Con la cortante respuesta del mayor, fue el turno del trío de sobresaltar, y tal vez notando su propio tono, continuó de una manera más suave y melodiosa. - ¿Por qué no me llamas Tsuna? Después de todo, yo soy más que un número.
Eso hizo que la Tormenta se sonrojara, sintiendo a su jefe sonreír para sí bajo ese disfraz. Yamamoto sonrió igual y Ryohei inclinó la cabeza tratando de entender.
- En cuanto a las futuras advertencias para ustedes… - Su mirada se dirigió rápidamente a Takeshi cuando una de las pelotas del tamaño de una de béisbol trataba de golpearlo en la pierna. -…Intenta mantener la calma pase lo que pase, ¿De acuerdo? - El antes mencionado parpadeó, pero asintió. Se volvió hacia Hayato, rechazando la amenaza con patadas rápidas. - Confía en mí. - Y viendo que el otro replicaría, lo siguió con firmeza. - Más que como Jefe. - Y finalmente tu vista alcanzó a Ryohei. - ¡Sigue siendo tan extremo como siempre!
- ¡PUES CLARO!
- ¡¿Qué?! ¿Estás seguro Deci-digo, Neo-digo… ¡Aaaargh…!
Y Yamamoto se rió entre dientes, aunque no sonó tan cierto como siempre por alguna razón.
- Lo siento... Odiaría tener que estropear el suspenso, pero tengo que- ¡Oh Santa Trinisette! ¡Dejé pasar una esfera! - Exclamó dejando al trío para correr hacia la amenaza que volaba hacia el público, perdiendo por completo de vista a Hibari, quien hasta ese momento observaba desde lejos los movimientos acrobáticos que estaba haciendo el mayor para esquivar sus ataques, quien sonrió, logrando la apertura que quería.
Tsunayoshi corrió y luego patinó para alcanzar la esfera, balanceándose sobre sus manos mientras giraba sus piernas en el aire de forma circular, y lo más impactante, sin embargo, fue el hecho de que esas piernas estaban parcialmente envueltas en llamas anaranjadas, logrando petrificar para luego destruir con golpes físicos las amenazas.
Cuando volvió al suelo, se dio cuenta de lo cerca que estaba de las gradas, casi saliendo del humo, logrando ver a Kyoko, Chrome y-
- ¡Oh! ¡Mi tenedor! - Exclamó alegremente tomando dicho objeto y finalmente liberando así al estudiante que aún estaba atrapado, completamente presa del pánico. - Koji Sato, ¿No? Hasta que me gustaba. ¡Gracias por cuidar de mi tenedor!
- ¡ESTÁS LOCO! - Y en cuanto el mayor lo puso en el suelo, el joven regordete se escapó llorando.
-...Hmm, Probablemente...? Inclinó la cabeza pensativamente, mientras saludaba con la mano al par de chicas que lo miraban fijamente y que respondieron tímidamente. - De todos modos, será mejor que vuelva antes-
- ¡DÉCIMO! ¡DETRÁS DE TÍ! - Gritó el autoproclamado brazo derecho, al ver como una figura se acercaba al adulto en esa dirección.
Estando a media distancia, delante de la Nube, Hibari usó sus cadenas para envolver la cintura de Tsunayoshi y devolverlo al denso humo, mientras giraba los mangos de sus dos tonfas, lo que provocó que los cilindros de metal avanzaran y aterrizaran un golpe completo con sus espinas en ambos hombros del adulto, clavándose en su carne, a pesar del pelaje del disfraz, la mayor prueba fueron las manchas de sangre que empezaron a manchar el pálido pelaje.
- Já, por supuesto que aprovecharías cualquier distracción. Es una trampa de tu parte atacar a tus propios estudiantes sabiendo que nunca arriesgaría la seguridad de los civiles. - Dijo Tsunayoshi sin darse la vuelta, o siquiera quejarse de dolor. - Incluso mi Hyper Intuición tiene un límite para tantos ataques al mismo tiempo, lo averiguaste tú mismo. Sin embargo, hay un gran problema con tu ataque, Kyoya. Mis manos todavía están libres.
Nuevamente la caja arma de antes fue invocada apenas visible debido a los alrededores y la velocidad con la que el animal dejó su morada, y pronto el trío Lluvia-Tormenta-Sol dejó escapar una exclamación de decepción, en medio de los gritos indignados de Gokudera por su Jefe, cuando más humo les impidió ver incluso a esta distancia.
Sin embargo, esta vez, fue tan intenso que incluso Hibari no pudo ver ni una pulgada frente a él. Así que no pudo hacer mucho cuando un codo lo golpeó en la cabeza, enviándolo tambaleándose hacia atrás cuando sintió un par de manos tratando de sacar su tonfa.
- Nuestro tiempo se acabó, Hibari.
- ¡Como si lo permitiera!
Incluso sin poder ver nada, no se permitiría que lo desarmaran así, sería humillante, así que, ignorando el dolor hirviente, mantuvo sus armas firmemente en sus manos.
Pero el siguiente movimiento lo hizo dudar.
Un disparo, el sonido de un disparo resonó en la arena. Por un momento, la Nube tragó saliva, preguntándose quién podría haber disparado. ¿Fue el bebé? ¿Quizás ese ruidoso bebé militar?
En cualquier caso, no sintió ningún dolor palpitante, lo que significaba que él no era el objetivo, por otro lado, eso fue suficiente distracción para que sus tonfas finalmente le fueran arrebatadas.
Cuando el nuevo humo comenzó a disiparse, aunque muy sutilmente, Kyoya fue recibido con la imagen de Tsunayoshi blandiendo sus armas en pose de guardia, como si quisiera atacarlo usando sus propias contra él.
Kyoya ni siquiera se dio cuenta de que había tragado saliva frente a la imagen del mayor derrotandolo en ese escenario. A pesar de la humillación y la clara perdida, todo había sido...
- Divertido. - Completó el más grande casi como si pudiera leer su mente, haciéndolo parpadear. - ¡Echaba de menos a una buena pelea! Los chicos, debido a… Cosas que pasaran andan siendo demasiado sobreprotectores conmigo, y eso estaba empezando a enojarme. - Comentó de nuevo casualmente, como si ambos no tuvieran charcos de sangre corriendo por sus ropas y disfraz, mientras hacía girar las tonfas en sus manos. - ¡Pero no se preocupe! Realmente nunca aprendí a usar estas cosas. Incluso te devolvería, pero no confío en tu autocontrol para no volver a atacarme, así que...
De repente, Hibari sintió que algo lo inmovilizaba contra el suelo, al mirar hacia abajo pudo ver cómo una cosa oscura simplemente trepaba entre las grietas del concreto, envolviéndose alrededor de su cuerpo más rápido con cada movimiento que hacía tratando de liberarse.
- ¿Que es eso? - Por un momento se preguntó si esto tenía algo que ver con el disparo que había escuchado antes.
- No eres el único que puede usar distracciones. - Fue la simple respuesta del más grande, que parecía guardar algo en otra caja. - Es solo un regalo de mi tío. Spanner y yo lo adaptamos para... Parar peleas innecesarias, no tienes idea de cuántas veces tengo que usarlo a la hora de la cena. - Bromeó, luego agregó en tono de advertencia. - Roll, es mejor que tampoco intentes nada. - El animal mencionado se estremeció al ser nombrado, mientras intentaba furtivamente ir a ayudar a su dueño.
Aún así, Kyoya resistiría hasta el final, soltando la hoja escondida en su zapato* cortó parte del limo que lo retenía y en un movimiento rápido avanzó para recuperar sus tonfas.
Solo para ver cómo las manos enguantadas del adulto brillaban con un naranja intenso, y el metal fundido de lo que alguna vez habían sido sus armas confiables comenzó a gotear entre los dedos del hombre cuyos ojos por un momento al reflejar lo derretimiento pareceran brillar en violeta.
- Tienes que saber cuándo parar, Hibari. - Llamó su apellido en un tono serio de nuevo, el hierro fundido aún goteaba entre sus dedos como agua, de una manera que no debería haber sido posible. - La ponderación fue lo mejor que aprendiste en estos diez años.
La Nube todavía estaba sorprendida por la vista cuando el adulto se acercó y susurró aún más silenciosamente que antes, como si supiera que los estaban escuchando.
- Hibari Kyoya, ya sabes, desde que nos convertimos en familia, tú eras el que siempre sabía cómo ayudarme cuando lo necesitaba. Por eso sabías que Iemitsu-
POOF
El presidente parpadeó sorprendido cuando en lugar del hombre que se había enfrentado a él en una de las mejores peleas de su vida, ahora había un humo rosa, dando paso a la desmayada figura de Sawada Tsunayoshi, cuyo rostro estaba completamente cubierto de dibujos mientras el antes mencionado parecía estar durmiendo plácidamente como si nada hubiera pasado.
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!
Y cuando Enma no pudo mantenerse flotando por más tiempo, habiendo localizado el humo rosa, comenzó a caer rápidamente, debido a todas sus energías agotadas, solo para que Gokudera, Yamamoto y Sasagawa sostuvieran su cabeza, torso y piernas, respectivamente.
- ¡ESO FUE EXTREEEEMOOOOOOOO! ¡LA MEJOR BATALLA DEL POSTE!
- Tengo que estar de acuerdo contigo Sasagawa. ¡Hibari, tu pelea y la del otro Tsuna fue realmente extrema!
- ESPERA, ¿ESE ERA TSUNA?
- EN SERIO, ¿QUÉ HAY DENTRO DE TU CABEZA, BOXEO IDIOTA? - Luego se arrodilló junto a su Jefe, dejando al aturdido Enma para los otros dos. - ¡DÉCIMO! ¡¿Estás bien?! - Que solo roncó suavemente, haciendo que la Tormenta suspirara de alivio.
Como si esa fuera la señal, un sonido gutural llenó la arena, junto con un fuerte vendaval, que casi se lleva a los estudiantes desmayados. Tal vez en realidad llevó alguno... No es que al culpable le importara.
- ¡¿Pero qué…?! - Gokudera estuvo a punto de gritarle al responsable, hasta que notó que era el mismísimo Reborn, quien había convertido a Leon en un gran ventilador para ahuyentar lo que quedaba del humo, permitiendo que todos volvieran a ver.
- ¡ESPERA UN POCO! - Skull rugió descontento. - ¡¿Podrías hacer eso?! Entonces, ¿por qué no lo hizo antes?
- Cállate, Siervo. - Con eso le dio una patada a la nube en la cabeza, arrojándolo contra la pared de las gradas. - Longchamp, anuncia al ganador.
El mencionado candidato a Jefe Tomaso, quien fue golpeado por un irritado Kusakabe, quien había tomado "medidas disciplinarias" contra el narrador cuando se atrevió a ofender y llamar "demonio" al presidente de Namimori, más de una vez, miró suplicando al hombre mayor, quien suspiró antes de devolverle el micrófono.
- ¡EL GANADOR DE LA BATALLA DEL POSTE D ESTE AÑO ES EL EQUIPO A!
Y así, Ryohei y Yamamoto levantan a Enma como un trofeo.
Decir que la escena que quedó atrás fue un caos sería quedarse corto, padres gritando por sus hijos, miembros del Comité Disciplinario de Namimori tratando de contenerlos, profesores tratando de mantener el orden, jóvenes inconscientes y otros quejándose. Todo mezclado en una ráfaga de gritos que hacían que la escuela pareciera una zona de guerra.
Si tuviera el mismo nivel de refinamiento que Collonnelo, frente a todos, volvería a silbar. Su alumno creó una verdadera escena de caos en minutos, no sabía si estar orgulloso o amargado porque no era culpa suya.
Era el tipo de festival que le gustaba a Reborn, por otro lado, no había obtenido las respuestas que quería. Se bajó el sombrero fedora para cubrirse los ojos mientras su boca se torcía con irritación. Este pequeño detalle no pasando desapercibido para los Ex-Arcobalenos y su amante.
En cualquier caso, no había logrado convertirse en el mejor para nada, e inmediatamente aclaró su mente con su fuerza de voluntad y tomó el control de la situación.
Si las circunstancias fueran diferentes, dejaría que todos se resolvieran por sí mismos como pudieran, pero esta vez la situación era delicada, sería mejor actuar rápido para evitar preguntas.
- Bianchi, ayuda a Kusakabe a llamar a las ambulancias y lleva a todos al hospital. - La joven asintió y tomó su teléfono.
- Lal, Collonnelo, Siervo, ocupense de la situación aquí. - Los mencionados no parecían dispuestos a cumplir sus órdenes, pero hicieron lo que se les pidió. Skull parecía querer protestar, pero guardó silencio cuando recibió una mirada peligrosa del asesino.
- Ustedes tres, ¿Cuánto tiempo planean quedarse ahí como idiotas? Chrome cúbrenos con tus ilusiones para evitar preguntas. - La niña preocupada se acercó con Kyoko e hizo lo que le dijeron, escondiendo sus equipamientos Vongola y mezclando su grupo con la multitud.
Haru, a su vez, había regresado a las gradas y se ofreció a cuidar a los niños que estaban muy agitados, por alguna razón la radiante joven se veía un poco demacrada.
- Hibari necesitaremos la enfermería y privacidad. - El presidente frunció el ceño con irritación, pero asintió y se acercó a su vicepresidente, levantándose con más dignidad que la mayoría de los reyes a pesar de su apariencia derrotada, habiendo caído una vez que el humo rosado había comenzado a disiparse.
- Tetsuya. - Nombró ya que su segundo al mando también se acercaba con un teléfono celular en la oreja. - Guía a los herbívoros. Luego encuentra y lleva el viejo pervertido a la área que pertenece. - El vicepresidente asintió y fue a cumplir sus órdenes.
A pesar de todo, Reborn estaba complacido con el joven Nube, quien no solo entendió que este no era el momento de poner obstáculos, sino que siguió adelante y preparó todo sin necesidad de recibir más instrucciones.
Puede que no sea un Cielo como su alumno o Dino, pero no había duda de que era un líder.
Por otro lado, los tres guardianes Vongola se acercaron al Hitman levemente heridos junto con el pelirrojo que lucía intacto, aunque claramente cansado. Rauji se había quedado atrás para ayudar a su club caído y a sus compañeros de equipo, viendo que su jefe y Lambo estaban bien.
En el ajedrez, cuando el rey cae el juego se acaba, sin embargo, en la vida si el líder cae, sus subordinados deben ser lo suficientemente independientes como para saber cómo y cuándo actuar sin órdenes, el trío, en cambio, debido a la clara preocupación por su jefe, se veian al menos desorientados. El joven Yamamoto era el más entero de todos a pesar de no saber qué hacer, Hayato claramente estaba pensando en las posibilidades, vigilando a Tsuna con la mirada a pesar de que Chrome ya lo había reemplazado arrodillándose junto al Cielo, pero su miedo e inexperiencia le impidieron hacer algo como lo haría un verdadero líder. Ryohei, debido a la cubierta de niebla, tenía sus llamas encendidas y listas para ser utilizadas, pero aún esperaba que le dieran instrucciones.
"Todavía son jóvenes". - Pensó Reborn al verlos tan perdidos sin su jefe y amigo.
- Yamamoto lleva a Tsuna, vamos a la enfermería.
El espadachín se arrodilló junto al más pequeño y con mucho cuidado lo levantó como si tuviera miedo de lastimarlo, colocándolo a sus espaldas con la ayuda de Kyoko.
- ¿Estás seguro, Chico? Quizás debería ir al hospital.
- Odio estar de acuerdo, pero creo que él tiene razón, Sr. Reborn. El Décimo necesita más atención que el pervertido. - Declaró la Tormenta, lo que llamó la atención de Enma.
- Normalmente ese sería el caso, pero esta vez puede ser que necesite ayuda especial, además, quiero hablar con todos ustedes en privado.
El Guardián de la Tormenta apretó los puños pero asintió.
- Si el Sr. Reborn cree que es lo mejor a hacer...
Reborn notó que Enma parecía listo para comenzar una discusión al respecto, los demás pareciendo tan convencidos como él.
- Si vemos que su situación lo requiere, lo llevamos al hospital. - Cedió, logrando así calmar los ánimos por el momento, aunque la expresión de Enma continuó fruncida con sospecha, lo que solo hizo que Reborn sonriese por dentro, era impresionante que el Shimon estuviera dispuesto a discutir incluso con el mejor asesino del mundo, si fuera por su amigo.
Por otro lado, los hermanos Sasagawa estaban en su propia disputa interna.
- Dije que estoy bien Kyoko, no es necesario que vengas con nosotros.
- ¡No! Y ya dije que lo haré. Incluso si no me necesitas, quiero saber si Tsuna está bien.
- Pero o-
- Déjala venir, Ryohei. - Intervino el Hitman.
- Pero…
- De todos modos, ella ya sabe demasiado.
Ryohei parecía querer seguir discutiendo, pero Kyoko dio un paso adelante para seguir a Yamamoto, mientras Reborn saltó sobre su hombro, viendo a su estudiante dormido por el rabillo del ojo.
Entonces el grupo finalmente comenzó a dirigirse al edificio, pasando por adolescentes y padres que llevaban a los heridos a las ambulancias con la ayuda del Comité Disciplinario.
El chico que tuvo los dedos rotos, la primera víctima de Tsunayoshi, gritó groserías mientras sostenía su mano. Los Ex-Arcobaleno ayudaban y ordenaban a la gente, y parecía que el chico que había sido colgado por el tenedor había desaparecido de la vista.
- BUENOS OYENTES QUE ME SON TOTALMENTE INDIFERENTES, PARECE QUE LA COMPETICIÓN HA TERMINADO, AUNQUE NO DEJO DE PREGUNTARME, ¿CÓMO PERDIÓ EL MISERABLE MOCHIDA? ¡OJALÁ LO HUBIERA VISTO! ¡DE CUALQUIER MODO LA COMPETICIÓN FUE INCREÍBLE! ¡DIGNA DE CUALQUIER LUCHA DE LA MAFIA! ¡RECUERDEN VENIR EL PRÓXIMO AÑO, Y TAMBIÉN, RECUERDA QUE ESTA COMPETENCIA FUE ANIMADA POR LA FAMILIA TOMASO! SI EN ALGÚN MOMENTO PIENSAS EN UNIRTE A LA MAFIA, ¡VEN CON NOSOTROS! ¡DAREMOS UN RIFLE AUTOMÁTICO A LAS PRIMERAS DIEZ PERSONAS QUE GYAAAAH!
Adel, cansada, se había acercado a la mesa con el micrófono y había acabado con su narrador, claramente parecía estar buscando a Enma, usando la cabina del locutor para eso, junto con Shitt-P y Julie, pero tal tarea era imposible con ella siendo interrumpida cada segundo por estudiantes desesperados.
Al darse cuenta de que lo buscaban, el pelirrojo se acurrucó detrás de Yamamoto, sin embargo, fue descubierto por la joven de cabello rosado que simplemente levantó el pulgar en aprobación a su victoria, sin informar su ubicación a la Guardiana Glaciar, permitiéndole dejar la escena con los Vongola, lo que hizo que el Shimon le agradeciera internamente, devolviéndole el gesto con una sonrisa tímida.
Reborn, a su vez, se tapó los ojos de nuevo, recordando la promesa que le había hecho al Noveno de que mantendría a su alumno alejado de los problemas no causados por él, tanto como fuera posible.
Dejó escapar un leve suspiro.
Al menos no había apostado dinero esta vez.
Notas:
* En caso de que no recuerdes, en el primer capítulo y episodio de Reborn, Mochida hizo trampa a pesar de que sus posibilidades de perder eran casi nulas, cambió la armadura y el shinai de Tsuna por otros mucho más pesados, además, Mochida también se aseguró de que el juez no levantara la bandera para Tsuna, seleccionando a uno de los estudiantes de su club de kendo para juzgar el partido.
* Koukou en japonés significa escuela secundaria. Es eso. :slight_smile:
* Este es un juego de palabras común en Japón, hentai significa pervertido y raro. Sí, hicimos un juego de palabras en japonés, acostúmbrate porque será frecuente, por eso (Tsuki) estudia este idioma. =x (¡Nadie puede detenerme!)
* En la página 1 del capítulo 241, una cantidad gigantesca de llamas se lanza al aire para que los Vongola puedan ser teletransportado para iniciar el Choice, por esa extraña máquina de Byakuran, durante eso, la gente común de la ciudad parecen ver a las llamas y quedandose atónitos, así que sí, los civiles pueden ver, ni que sea el brillo del las llamas, al menos cuando están en alta concentración.
* En inglés esta frase es más genial. =3
* En la pelea entre Hibari y Adelheid, en el capítulo 322, página 6, Hibari tiene una hoja físicamente imposible escondida en la suela de su zapato. Y sí, eso tenía que ser una nota.
Respondiendo a comentarios:
Guest chapter 2 . Dec 3
Puuues, no tienes idea XDD Nos tomo mucho tiempo escribir eso jaja pero nos auxilia mucho, así que fue un mal necesario!
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Guest chapter & 4 . Dec 3 & 10
Tienes un buen punto ahí, y incluso creo que ese es un dato Canon el amor de Hibari por cositas lindas. Quién sabrá.
Pienso que esos dos pueden se dar muy bien en un futuro cercano.
Ahora acerca de Uni, puees, que te puedo decir, Tsuna y Uni van a ser demasiado cercanos, a un nivel que creo que te va a gustar, así que, siga con nosotros y descubra!
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Guest chapter 4 . Dec 10
Pueees, creo que te va a gustar ese capitulo entonces XD
Alguién a ganado una reprimenda =x
