Todo era un desastre. Eran las 5 en punto y Anna los estaba esperando en la pensión sedienta de buenas y noticias y, sobre todo, de dinero.
-Lo siento chicos, pero no podemos sacar a su amigo hasta que cumpla su sentencia o hasta que pague una multa. – Dijo el policía dirigiéndose a los tres shamanes que le rogaban. Prosiguió. –Además tendrá que pagar por el trauma psicológico que le ha hecho pasar a la señorita a la que perseguía…
Yoh, Ren y Horo comprendían perfectamente a la chica demandante: no iba a ser fácil para ella superar la fuerte experiencia de ser perseguida por más de dos horas por un loco con un peinado raro. Pero ahora el verdadero problema era Anna. ¿Cómo se lo explicarían? Todos temían, pero Yoh sabía bien que Anna siempre desquitaba la mayor parte de su furia en él. A los demás, sólo los ponía a limpiar la casa o algo, pero a él, además de limpiar, lo ponía a cocinar, lavar, planchar, ir de compras, ir al infierno (entrenar), y el peor de los castigos: lo ignoraba o lo trataba como si fuera un desecho. Era lo peor. Tenían que pensar en una solución.
-Tenemos 4 opciones… -Comentó Ren cuando el policía ya se había ido. –Ir a casa y decir que Ryu se quedó con sus amigos, ir a casa y hacer como si nada, ir a casa y decirle la verdad a Anna o no ir a casa. ¿Cuál prefieren?
-Etto… -Contestaron Yoh y Horo al unísono.
-Yo digo la opción número 1. –Dijo Yoh después de pensarlo por 25 minutos.
Ren apuntó en un gran cartel:
Yoh: opción 1
Escribió también las opciones que tenían con letras muy grandes.
Horo levantó la mano.
-Sí, joven Hoto-Hoto.
-Se puede saber de dónde sacaste el cartel y porqué te portas como si fuéramos tus alumnos
-Etto… - Se hizo un gran silencio mientras Ren meditaba. -¿Algún otro comentario, joven Hoto? –Contestó por fin evadiendo la pregunta de Horo
-Bueno, yo digo la opción 2
Ren apuntó:
Hoto: opción 2
-¿Y tu qué dices Ren? –Preguntó Yoh
-Yo digo… la opción 4
Escribió:
EL jefe: opción 4
-¡Oye! ¿Desde cuándo eres TÚ el jefe?
-¡Desde ahora! –Contestó o más bien, gritó Ren sacando su gran cuchilla.
-¡Qué bueno que lo aclares! –Ren había acorralado a Horo y tenía la punta de su cuchilla muy cerca del tesoro más preciado del Ainu… su tabla nueva.
-Bueno, vamos a analizarlas todas: Si decimos que Ryu se fue con sus amigos, Anna nos va a mandar a buscarlo para que nos de el dinero que supuestamente debió robar. –Dijo Yoh demostrándoles a los otros dos shamanes que él también piensa.
-Entonces porqué la elegiste. –Horo preguntó y dio paso a otro silencio.
-Si llegamos a casa como si nada… -Siguió Yoh evadiendo también la pregunta de Horo-Horo.-… Anna va a sospechar, no es tan tonta, y además no es ciega para no darse cuenta que uno de nosotros falta.
-Está bien sabelotodo, ¿Cuál es tu análisis de la opción 4? –Preguntó Horo con la esperanza de que ésta pregunta sí fuera contestada.
-Si no vamos a casa, tendremos que dormir en la calle, con frío, toda la gente nos miraría y… -Quería ponerle un poco de suspenso al asunto haciendo pausas. –lo más importante… -Hablaba como si estuviera contando una historia de terror, los shamanes lo miraban ansiosos. –¡¡¡¡¡NOS QUEDARÍAMOS SIN CENAR!
Ren y Horo gritaron tan fuerte que los policías salieron para ver qué sucedía.
-¡Nooo! ¡Eso no! Prefiero limpiar los pisos de la pensión con la lengua o algo así pero por nada en el mundo me quedo sin cenar otra noche. –Horo estaba a punto de tirarse al piso a lloriquear como una niña pero una voz muy conocida se lo impidió:
-Yo elijo la opción 3.
El Ainu, el chino y el pequeño Asakura tragaron saliva, sabían lo que les esperaba. Era Anna la que elegía la opción 3.
Fin del capítulo 2
Hola! Espero que les haya gustado este capítulo y que me dejen muchos reviews. Por favor, los reviews son mi droga, ténganme compasión.
Para los que leen mis otros fics (espero que sean muchos) estén atentos porque como estoy de vacaciones, en vez de estudiar, voy a actualizar más pronto. Así que estén alerta (jajaja me oí como Mtv)
Reviews!
Cuídense
Cya!
