Crimen
Sus manos sudaban
Sus piernas estaban débiles
Sus brazos pesaban
Estaba nervioso
Pero en la superficie se veía tranquilo y listo para enfrentarla
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La furia de Anna
Podía verlos perfectamente. Se acercó lentamente sin que ninguno la viera. Detrás de ella iba Manta apresurando el paso para poder alcanzar a la chica.
"Están discutiendo, como siempre" –pensó la rubia mientras caminaba más rápido aún provocando que Manta corriera.
Veía un gran cartel con letras feas y mala ortografía, sin duda, la letra de Ren quien por cierto, tenía su gran cuchilla en la mano la cual apuntaba directamente a una tabla de snowboarding que Horo tenía abrazada. Anna recordó que Horo no llevaba esa tabla en la mañana, así que dedujo que la había robado.
Se paró de repente detrás de un árbol y se quedó ahí para ver a los chicos. Manta se escondió detrás de una roca, la cual lo cubría perfectamente. Después de casi cinco minutos de espiar a los shamanes, Anna caminó despacio, muy despacio.
Cuando estaba a casi tres metros del gran cartel, leyó:
Yoh: opción 1
Hoto: opción 2
El jefe: opción 4
A un lado había un pedazo de cartel con las definiciones de cada opción.
Caminó un poco más lento procurando que los chicos, los cuales estaban discutiendo nuevamente, se dieran cuenta de que ella estaba ahí.
-Yo elijo la opción 3. –Dijo por fin cuando ya estaba a escasos centímetros del cuerpo de Yoh. Anna sintió como el cuerpo de Asakura se paralizaba y enfriaba lentamente hasta que cayó al piso desmayado del susto.
Mientras tanto, Ren arrancaba el cartel de la pared suplicando en sus adentros que Anna no lo viera, lo que era totalmente estúpido pues la rubia ya se sabía las opciones de memoria.
-Anna… -Susurró Horo para después meterse en la primera celda vacía que encontró. Cerró con candado y se escondió detrás de una cama.
De lejos, Manta pudo observar como a Kyouyama la salían llamas de los ojos (y no precisamente de amor) al ver el escándalo que estaban haciendo los shamanes: Horo-Horo rogándole al policía que le pusiera doble candado a su celda, Yoh desmayado y Ren tratando de aguantar la respiración para morir ahogado.
Anna caminó decidida hacia donde yacía el cuerpo de su prometido, pero en vez de ayudarlo puso un pie en su cuello y gritó:
-Si no vienen a la cuenta de tres, ¡voy a matar a Yoh!
Antes de que llegara al dos, Horo, Ren, Manta y Ryu (que por una inexplicable razón había podido salir de su celda) ya estaban ahí frente a la rubia esperando a que empezara la repartición de bofetadas.
-Estoy aquí porque Tokageroh, en su función de informante, me dijo que a Ryu lo habían encarcelado por ser el ser humano vivo más estúpido del planeta Tierra, lo cual creo indudablemente. Lo que quiero saber, es porqué fuiste a parar a la cárcel.
-Porque persiguió a una chica por todo Tokio tratando de raptarla. –Contestó el policía desde lejos.
-¡Yo sólo quería su número telefónico!-Replicó Ryu indignado.
-¿Y por eso estabas en la cárcel?
-Sí.-Respondieron Horo, Ren, Ryu, Manta, Tokageroh y Amidamaru (acababan de llegar), el policía, la chica a la que Ryu perseguía, un vendedor de hamburguesas que iba pasando, el hijo del vendedor de hamburguesas e Yoh, que despertó únicamente para decir "sí" pero después volvió a su estado inconsciente.
Anna empujó a todos los que la rodeaban y sin fijarse a quién pisaba –Yoh- caminó enfurecida hasta donde estaba el policía, lo tomó de los hombros y alzó su rodilla derecha provocándole al funcionario un gran dolor. Éste, tratando de guardar su postura, se paró derecho y dijo con voz quebrada a causa del dolor:
-Hago una muy cordial invitación a todos los que tengan peinados raros, tablas de snowboarding, cuchillas gigantes, audífonos naranjas, ganas de matar al mundo entero o que midan menos de un metro veinte, a que entren a la delegación para poder tener una plática como gente civilizada y no como animales. –Al decir animales, miró fugazmente a los shamanes. –Ahí dentro, se sentirán más cómodos que aquí en la intemperie.
Todos entraron, a excepción del vendedor y su hijo.
Ya adentro, el policía informó a todos los shamanes y a Anna que estaban arrestados y que no se movieran si no querían salir lastimados. Ninguno se movió mientras los llevaban a las celdas.
A Anna y a Yoh los pusieron en una celda juntos, a Ren y a Horo en otra y a Manta y a Ryu en una muy alejada de todas las demás.
La noche cayó inundando la cárcel de oscuridad y dejando a un Horo-Horo pensando que no cenaría otra vez, a un Manta temiendo por su seguridad estando a lado de Ryu y a una Anna creyendo que esa noche sería muy larga. Era la primera vez que Yoh y ella dormirían a una misma habitación y eso era bueno, aunque ésta tuviera barrotes.
Fin del capítulo 4
Hola, espero que les haya gustado este cap. El próximo, como pudieron notar, tendrá un poquito de romance.
Dejen reviews y cuídense!
