Drem yol lok, una vez más nos encontramos aquí en un nuevo capítulo del poder de las sombras, la batalla por Primaris está por comenzar, Aela y Dan están por enfrentarse a la hija más peligrosa de todas la cual ya tiene una estrategia planificada, comencemos…
CAPITULO 46: La Más Grande de todas las Batallas
El ambiente de la nave cambio radicalmente en el momento en que las alarmas comenzaron a inundar el lugar con su estruendoso sonido, el ajetreo se hizo presente en cuanto los soldados y tripulantes comenzaron a moverse apresuradamente para realizar sus funciones y prepararse para la batalla.
El terrícola que hasta ese momento había estado durmiendo no fue la excepción sabiendo lo que pasaría si se retrasaba, el castaño comenzó a alistarse lo más rápido que sus temblorosas manos le permitían, al momento de despertarse los temblores y el fuerte retumbar de su corazón solo se habían incrementado.
Era realmente molesto llevar consigo esta sensación desde los últimos días y más aun teniendo en cuenta que el único momento en que se habían aplacado había sido durante su batalla contra Aela, esta vez sí que estaba comenzando a asustarse ya que esto le confirmaba que no era miedo lo que sentía.
Recordaba vívidamente las palabras que Kendra y la contraparte de sus visiones le habían dicho en varias ocasiones y realmente no le gustaba saber cuánta razón tenían en ciertas ocasiones…
Termino de prepararse y salió de la cabina mientras acababa de ponerse su chaqueta sobre una especia de coraza protectora de un material muy ligero color negro con gris que le habían asegurado protegía contras disparos de láser.
- Espero no tener que comprobar su eficacia – se dijo el castaño nervioso avanzando por los ajetreados pasillos repletos de Onderianos corriendo por todos lados.
Llego al puente de mando como pudo y allí pudo contemplar Primaris, un planeta enorme con campos verdes, formaciones rocosas color negro puro y lo más importante, ríos de lava.
Una vista impresionante en la que podría haberse perdido de no ser por el hecho de que el ataque estaba por comenzar…
Aela se encontraba dando órdenes y en la parte delantera del puente mientras Angron esperaba pacientemente el comienzo de la batalla cerca de la silla de mando, Dan y Drago intercambiaron miradas y asintieron afirmativamente en poner el plan que habían preparado en marcha, quizás no tendrían otra oportunidad.
Drago se separó para tratar de entablar conversación con Angron esperando poder obtener algo de información y Dan siguió hacia adelante para mantener ocupada a Aela solo si era necesario… sinceramente no era una idea que le apasionara mucho pero debía hacerlo si quería obtener algunas respuestas y esclarecer por lo menos un poco todo este asunto.
- Angron – llamo Drago con seriedad
El violento bakugan pyrus se giró para ver a Drago visiblemente sorprendido ya que realmente nunca había entablado mucha conversación con él.
- Drago – respondió Angron con sequedad - ¿A qué se debe esto? –
- Puedo hacerte una pregunta – dijo Drago con seriedad
- Adelante – respondió Angron con la misma sequedad
- ¿Qué tanto sabes de Código Eve? – dijo Drago
- Acaso me estas tomando por un tonto Drago – escupió Angron mientras le daba la espalda a Drago insultado – Por supuesto que se quién es Código Eve –
Quizás no había sido el mejor comienzo pero por lo menos ahora podía avanzar con más seguridad.
- ¿Alguna vez ha decidido interferir? – pregunto Drago vagamente con un poco de suerte Angron mordería el anzuelo y hablaría más de la cuenta.
Angron se giró esta vez con curiosidad no era una pregunta que esperaba que Drago le hiciera, decidió seguirle el juego principalmente porque no tenía nada mejor que hacer…
- En ocasiones, pero son sucesos sin importancia y a Malygos esa bombilla glorificada le resulta indiferente – dijo Angron con una ligera risa – Aunque reconozco que ha llegado a ser una molestia según lo que he podido escuchar –
- Entiendo – dijo Drago lentamente disponiéndose a salir de allí los más rápido posible.
- ¿Por qué harías una pregunta cómo esa? – dijo Angron con una seriedad severa
- Solo curiosidad – dijo Drago con seguridad
- La curiosidad es peligrosa Drago – rio Angron – Aunque hoy estoy de humor por lo que no diré nada –
Drago estuvo empeñado en alejarse pero la voz de Angron lo detuvo una vez más…
- Sabes a cuantos pobres diablos a engatusado Código Eve para que reten a Malygos – dijo Angron con malévola satisfacción – ¿Deseas saber cuántos sobrevivieron? –
El bakugan dragón se alejó tan pronto como pudo siendo seguido con la mirada por Angron el cual decidió restarle importancia a la conversación que acababa de tener.
Drago se acercó sigilosamente al hombro de Dan para no llamar la atención de Aela la cual discutía los detalles del ataque con el almirante de la flota.
- ¿Qué descubriste? – pregunto Dan
- Es mejor que lo hablemos después de la invasión – dijo Drago – Es algo que no te va a gustar y tenemos que estar centrados –
Dan asintió pero el tono que había usado Drago no lo tranquilizaba o le daba un buen augurio de lo que pudiera pasar en el futuro, trato de calmarse lo mejor que pudo pero solo sentía como su corazón palpitaba con más fuerza, empuño su mano con tanta fuerza como pudo para poder disimular el temblor de la misma y que resultara imperceptible.
- Eso será todo – hablo Aela de repente hacia el oficial – Almirante puede comenzar –
- Si Comandante – asintió el hombre con un breve saludo respetuoso - ¡Atención a todos los tripulantes, preparados para entrar en combate! –
- Andando Kuso – gruño Aela dirigiéndose al hangar…
En la superficie las alarmas se habían encendido en el momento que las naves invasoras aparecieron en el firmamento del planeta, todo ante la atenta mirada de Artemisia la cual se encontraba en una sala de mando lista para dirigir la batalla.
- Todas las defensas están listas alteza – anuncio uno de los presentes visiblemente nervioso ante el prospecto de la batalla.
- Bien, que todos estén en sus puestos me voy a dirigir a ellos – dijo Artemisia levantándose de su asiento.
- Atención a todos… - comenzó a hablar Artemisia
Por cada rincón de Primaris la voz de Artemisia se escuchó, Crixos levanto la mirada encontrándose en una armería poniéndose una coraza protectora ligera de color rojo oscuro.
- El enemigo está a nuestras puertas y su objetivo es tomar este planeta a cualquier precio – comenzó Artemisia con un cierto aire solemne captando la atención de todos los ephestianos – Y lo único que se interpone en su caminos somos nosotros –
De vuelta en la nave onderiana gran cantidad de personal se encontraba reunido en el hangar de la nave listos para embarcar las naves de transporte, las puertas principales se abrieron de golpe dando lugar a la entrada con paso firme de Aela seguido de un algo inseguro terrícola.
Aela llego al centro del hangar siendo atentamente observada por todos los presentes…
- ¿Y esta banda de mocosos de que agujero salió? – pregunto Aela con tono casual a sus tropas haciendo que los presentes se rieran con ligereza
- Veo muchos rostros decididos aquí – comenzó Aela – Rostros y voluntades que han forjado este imperio por generaciones, en algún momento sus antepasados han enfrentado grandes sacrificios, ahora es su turno –
- La tarea que se nos ha encomendado no será sencilla, somos los últimos en atacar y por lo tanto el enemigo está preparado para nuestra llegada – dijo Aela – Pero cada uno de nosotros vale más que 100 de ellos –
El ambiente en la superficie se hacía cada vez más entusiasta conforme Artemisia también se pronunciaba…
- Las horas que vienen van a ser duras, pero no tengo dudas de que cuando el día termine habremos prevalecido – finalizo haciendo que la moral de los defensores se elevara drásticamente.
Aela levanto su mano derecha pidiendo silencio y acallando los gritos de júbilo del resto de los soldados.
- Quizás algunos de ustedes no regresaran esa es la realidad de la guerra – anuncio Aela en un tono un tanto tenebroso – Confíen en su propia fuerza y les aseguro que no serán ustedes, ¡Andando! – dijo esto último con un grito
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Beryl entro en el salón del trono con sus facetas inamovibles y sin haberle dirigido la palabra a Aria desde que había regresado.
- Madre – tartamudeo Aria lentamente
Beryl paro de golpe al pie de los escalones hacia su trono y dio un medio giro muy solemne para encarar a su hija, Aria estaba esperando encontrarse una mirada enojada que quizás hubiera podido manejar y calmar la situación, pero no se encontró con nada de eso, en su lugar era una mirada seca que no daba a entender nada y eso la aterraba.
Aria retrocedió ligeramente, sin saber cómo debería actuar debido a la enigmática mirada que su madre le estaba dando.
- Sé que esto se ve mal – dijo Aria con cautela
- Se ve mal – interrumpió Beryl – No cariño… di las cosas como son, ¡Es un desastre! – exclamo Beryl terminando con un grito – Nos han hecho trizas, esperaba una victoria de tu parte, me la aseguraste y estas con las manos vacías –
Aria retrocedió unos pasos más ante el elevado tono de su madre – Te prometo que la próxima vez te daré una victoria – dijo Aria notando el enojo de su madre
Beryl se giró dándole la espalda a Aria subiendo los escalones con paso resonador – Eso si es que hay una segunda vez – dijo Beryl sentándose en su trono con cansancio
Aria se quedó allí en silencio esperando que su madre dijera algo más, incluso una vaga esperanza de que decidiera perdonarla o por lo menos no dedicarle esas miradas tan frías, pero al igual que la última vez en la mirada de Beryl no había perdón…
- Vete – dijo Beryl con calma – Si Primaris cae tengo que preparar las defensas de Ephestus así que estaré ocupada, no te necesito ahora mismo –
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Una vez más lo único que podía escuchar era el rugir de los motores que opacaban las voces de los ansiosos soldados onderianos presentes en la lanzadera que los llevaría a la superficie para presentar batalla a los ephestianos en Primaris, no se encontraba en su mejor forma y esa sensación de desesperación no había cesado ni por un poco en las últimas horas por lo que cuando la nave tembló con fuerza al levantar el vuelo sintió nauseas.
La nave se movió ligeramente por unos cuantos segundos dándole la oportunidad a sus ocupantes de recuperar el equilibrio y en el caso de Dan de recuperar los sentidos un poco, todo esto antes de acelerar increíblemente dirigiéndose hacia el planeta a toda velocidad.
Conforme se acercaban y el retumbar de los disparos aumentaba, el ritmo cardiaco del castaño solo se incrementaba a pasos agigantados, temblores y sacudidas más fuertes que antes se hicieron presentes producto de los escombros de las armas ephestianas que estaban siendo destruidas en la órbita del planeta.
En una sacudida Dan perdió el equilibrio que casi cae al suelo de no ser porque alcanzo a sostenerse de la pared, en ese momento su mirada se cruzó con la de Aela la cual se encontraba a varios metros de él.
La mirada de Aela era agresiva pero por sorprendente que pareciera parecía mucho más serena y fue mucho más sorpresivo cuando la onderiana le asintió levemente, Dan parpadeo un par de veces antes de asentirle en respuesta recibiendo el mensaje con claridad, no importaba lo que hubiera pasado antes, durante la batalla todo estaba olvidado.
Probablemente Aela volvería a su estado normal después de la batalla por el planeta pero era un consuelo no tener que preocuparse por lo que pudiera hacer.
La atmosfera se hacía más pesada conforme descendían al planeta y de repente justo cuando se encontraban a pocos metros del suelo un disparo de un bakugan pyrus le dio a la nave haciendo que el aterrizaje fuera más fuerte de lo esperado.
La nave se arrastró por el suelo zarandeando a sus ocupantes de un lado a otro hasta finalmente reducir su velocidad y detenerse a varios metros de un muro defensivo.
Dan tardo un tiempo en recuperar el sentido y aun cuando finalmente lo hizo estaba completamente aturdido que ni siquiera lograba escuchar lo que Drago le decía desde su hombro, se puso de pie como pudo apoyándose en las paredes de la nave hasta llegar a la enorme puerta lateral la cual ya se encontraba abierta luego de que los ocupantes que se encontraban ilesos habían salido.
El exterior era un caos conforme la batalla entre los dos ejércitos se desencadenaba con un salvajismo sin igual, era extraño ver todo ese aterrador espectáculo sin poder escuchar nada, primaris era un planeta peculiar, lleno de vegetación pero con ríos de lava recorriendo todo el paisaje, la tierra también era color negro por la lava probablemente…
Paseando su mirada por el campo de batalla vio a Angron atravesar la muralla defensiva ephestiana como si no fuera nada acabando con un par de torretas de defensa en el proceso para luego golpear a un golem sub-terra y mandarlo a volar varios metros.
Sintió como alguien lo tomaba de las solapas de la chaqueta sacándolo de sus pensamientos y sintió un leve terror al ver que se trataba de Aela la cual le estaba diciendo algo…
Solo el prospecto de que la salvaje onderiana se enojara más de lo que probablemente ya estaba hizo que rápidamente recuperara la audición y el estruendo de la batalla inundo sus oídos.
- ¡Entra a la batalla de una vez! – repitió Aela con un grito
El humano sacudió su cabeza ligeramente para recuperar la compostura y le asintió a Aela la cual lo soltó.
Drago no tardó mucho en aparecer en los cielos del planeta llamando la atención de cada uno de los bakugan ephestianos, los cuales habían sido avisados de quien era Drago y de porque era un objetivo prioritario para ellos.
Varios oponentes de diferentes atributos se lanzaron contra Drago con intenciones de acabarlo pero realmente no tenían idea del poder que Drago poseía por lo que la mayoría cayeron a su forma de esfera en el momento que Drago lanzo su primera llamarada.
Algunos bakugan ventus lograron acercarse lo suficiente como para atacarlo a gran velocidad pero Drago no recibió mayor daño y los derroto sin demora golpeando a varios con su cola y despachando al resto con unas cuantas bolas de fuego.
Desde tierra un grupo de tres bakugan subterra levantaron grandes trozos de suelo para lanzarlo contra Drago, mas no tuvieron la oportunidad de lanzar su ataque ya que Chad apareció de repente en su forma de Kroxilodon y ataco a los bakugan sub-terra dejándolos fuera de combate luego de asestarles varios golpes con la fuerza que lo caracterizaba en su forma más salvaje.
Drago bajo su mirada unos momentos y le asintió a su amigo el cual le devolvió el gesto antes de que tuvieran que continuar con la batalla, poco a poco y metro a metro los atacantes estaban haciendo retroceder a los ephestianos al momento del asalto inicial.
Alejados del campo de batalla Artemisia entro una vez más a la sala de mando luego de haber hablado con Crixos sobre el plan que debería ejecutar.
- ¡Informe! – exigió Artemisia haciéndose presente en la habitación.
- El primer ataque fue peor de lo que pensábamos, nuestras defensas fueron atravesadas casi al instante, se acercan rápidamente – anuncio uno de los presentes
- ¿Dónde están los blancos principales? – cuestiono Artemisia
- Ambos blancos atacaron la principal línea de defensa a pocos kilómetros de aquí, perdimos el contacto hace unos minutos
Artemisia medito la situación con paciencia, el hecho de que Aela y Kuso estuvieran en un mismo lugar era un contratiempo mayor pero ya había llegado muy lejos y lo llevaría hasta el final.
- Infórmenle a la Guardia que es hora de entrar en combate, le harán frente a Angron inmediatamente – dijo Artemisia dirigiéndose hacia la salida de la habitación – Yo me preparare para hacer lo mismo –
- Entendido Alteza – dijeron los presentes al unísono.
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Un escenario dantesco se observaba en el área de desembarco, lo que antes había sido una perfecta eh impecable zona defensiva ahora no eran más que escombros que se encontraban en llamas o hechos pedazos, la resistencia de los ephestianos no había durado mucho luego del asalto inicial y la mayoría se dispersó al instante.
Aela se encontraba en una colina observando la lejanía dirigiendo su mirada a la fábrica la cual sería su próximo objetivo, a una distancia prudente se encontraban Drago y Chad con sus respectivos compañeros esperando que Aela diera la orden de seguir avanzando.
Dan se encontraba en una especia de trance principalmente por el cansancio y también por la intranquilidad que le había dejado el hecho de que Drago todavía no le había comentado de lo que hablo con Angron, cuando se lo pregunto le dijo que no era el mejor momento.
Su precario estado mental se había aliviado ligeramente en el momento en que había entrado en combate, pero ahora estaba volviendo a sentir esa extraña presión en su pecho acompañada de esos temblores tan extraños…
Estaba inquieto y por lo que podía observar Drago también lo estaba, se sentía incompleto y cada segundo que pasaba estaba cada vez más inestable como si se estuviera volviendo loco…
- ¿Seguía siendo siquiera humano? – se dijo a si mismo por primera vez
Lo que lo saco de su trance fue una voz que sonaba bastante preocupado por su actual estado, giro rápidamente su mirada en la dirección de la voz como si de un reflejo se tratase.
- ¿Qué te sucede? – cuestiono Liska de manera preocupada
- Es complicado – dijo Dan con un tono de voz cansado
- Sé que quizás no lo entenderé, has pasado por mucho incluso antes de que terminaras en Onderon – dijo Liska – Pero necesitas hablar con alguien de lo que sea que te esté pasando –
- No le prestes atención no es algo que valga la pena – dijo Dan manteniendo su tono agotado
Liska rodo los ojos con cierta molestia ante tanta testarudez pero todavía quería seguir insistiendo.
- Dan, soy tu amiga y te conozco bien, sé que siempre quieres llevar el mundo solo – dijo Liska – Y sé que quizás no puedo ayudarte mucho pero creo que es importante que le digas a alguien –
El humano permaneció en silencio brevemente – Sé que tienes razón, pero aun así esto es algo que me supera a mí y a Drago no pienso meterte en esto –
Liska tenía intenciones de decir algo más, pero la autoritaria voz de Aela se hizo escuchar con un llamado dirigido a ambos…
- Cuando esta batalla acabe espero que por lo menos le cuentes a alguien lo que sea que tengas en la cabeza – dijo Liska antes de moverse hacia la colina en la que estaba Aela.
Dan y Drago se miraron intercambiando ideas, probablemente no había sido muy justo con ella, más si tomaba en cuenta que solo quería ayudarlos.
Aún tenía que organizar mejor sus ideas pero esperaba poder dar mejores respuestas a las preguntas que el mismo se estaba haciendo, porque siendo sinceros ni el mismo sabía que le estaba pasando.
Cuando llego a la cima de la colina uno de los soldados que acompañaban a Aela le pasó unos binoculares para que observara la lejanía, acción que estaba siendo repetida también por Aela.
Mirando a través de los lentes cibernéticos pudo divisar con detalle un ejército de bakugan de un tamaño considerable todos del mismo atributo y el mismo tipo, le recordaron inmediatamente a los paladines que había utilizado Hal-G durante su batalla contra Naga, solo que estos eran Pyrus y su armadura y escudo eran mucho más ornamentados y detallados.
Drago solo pudo recordar vívidamente lo difícil que había sido penetrar las defensas de esos bakugan la última vez que lucho con ellos, sospechaba que estos iban a ser iguales.
- ¿Quiénes son? – cuestiono Dan
- Guardia Vulcano de Ephestus – dijo Aela – Es lo mejor que tienen y mira nada mas quien está con ellos –
Dándole un vistazo más detallado al lugar logro ubicar un punto morado entre todo el ejército, un bakugan darkus de múltiples cabezas y su compañera que mantenía esa mirada fría tan característica.
- Artemisia – gruño el castaño
- Esta batalla se ha vuelto más interesante – rugió Aela con una sonrisa - Esta va a ser una batalla digna de recordar por siglos –
Aela no quería perder tiempo por lo que rápidamente reunió a tantos oficiales onderianos como pudo en tan corto tiempo y comenzó a planear su ataque con una rapidez sin igual.
Aela actuaria de punta de lanza junto con varios grupos de soldados incluyendo a Liska, Dan actuaria desde el aire aprovechando la notable ausencia de bakugan voladores y por ultimo una última fuerza flanquearía al enemigo y todo acabaría con sus enemigos rodeados y eliminados.
Un plan que Aela no dudo en poner en marcha inmediatamente, la peleadora se subió al hombro de Angron y este anuncio el inicio del ataque con un estridente rugido que los defensores pudieron escuchar, haciendo que incluso algunos se estremecieran.
Angron dio un salto y comenzó a correr a gran velocidad mientras era seguido por una parte del ejercito onderiano conformado por los miembros más resistentes, preparados para cargar y chocar contra la estrecha formación enemiga.
Artemisia miro sus enemigos con decisión dando la orden de que la formación se cerrara para aguantar mejor el golpe, acto seguido los escudos de los paladines se juntaron en una estrecha formación defensiva y se iluminaron con tonos anaranjados.
Pero había pocas formaciones defensivas que pudieran detener la fuerza bruta de un bakugan como Angron, el bakugan pyrus no hacía más que aumentar su velocidad conforme se acercaba y cuando se produjo el choque un intenso sonido metálico rompió el silencio conforme Angron desbarataba la formación enemiga atravesando varias filas de escudos enviando a volar a los Paladines y haciendo volver a su forma de esfera a un gran número de enemigos.
El resto del ejército tuvo una suerte variada en este asunto pero el punto es que el choque inicial había dejado la formación ephestiana parcialmente desbaratada, a pesar de estos contratiempos la batalla era feroz y los defensores no daban un solo centímetro sin primero dar una pelea digna de ser mencionada.
Artemisia examino la situación sacando una carta preparada para atacar a Angron con intención de debilitarlo un poco, pero una bola de fuego interrumpió cualquier intención que tuviera, Artemisia se cubrió instintivamente y levanto la mirada viendo pasar a Drago volando a gran velocidad.
Humano y Ephestiana intercambiaron una mirada, los agresivos ojos rojos del castaño se clavaron en las frías y desalmadas pupilas de Artemisia.
- Crixos adelantaremos el plan ataca ahora –
Kromag estaba oculto entre una de las ventilas de la fábrica con Crixos en su hombro, el bakugan sacudió su cabeza rugiendo impaciente por entrar en batalla…
- Andando – dijo Crixos mientras activaba una carta poder
Alas de fuego se formaron en la espalda de Kormag y este lanzo un último rugido antes de comenzar a batir sus alas lanzándose a la batalla.
Drago dio un giro brusco para hacer otra pasada y atacar a Scila una vez más, pero antes de que siquiera pudiera acercarse Kromag lo ataco.
Con una gran fuerza Kromag choco contra Drago haciendo que el bakugan dragón perdiera el control en el vuelo lanzándolo lejos del campo de batalla principal haciéndolo chocar contra unos peñascos rocosos rompiendo la mayoría con los que choco.
Aela había visto todo el espectáculo y tenía intenciones de hacer que esta batalla terminara los más rápido posible, unos pesados pasos interrumpieron sus pensamientos mientras Angron interrumpía su batalla con uno de los Paladines al cual tenía agarrado de la cabeza.
Una enorme sombra cubrió el campo de batalla mientras Aela levantaba la mirada sin sentirse muy impresionada por lo que tenía frente a ella, Angron se encontraba en una posición similar a la de su compañera mientras veía al Mechtogan Darkus acercarse a ellos.
El mechtogan tenía una especie de enorme plataforma con su cabeza sobresaliendo de ellas con un aspecto medieval en la cual brillaban dos ojos rojos, sobre la plataforma reposaban dos enormes cañones triples, tenía un cuerpo bastante robusto y en una de sus dos manos llevaba un enorme cañón simple y en el brazo izquierdo una mano con 5 dedos metálicos puntiagudos, todo esto acompañado de una mezcla de colores morados y negros.
Angron chasqueo los dientes preparado para el desafío y arrojo al paladín contra el mechtogan con una increíble fuerza, el bakugan choco contra el escudo y volvió a su forma de esfera lo cual lo hizo emocionarse más.
- ¿Este cacharro es tuyo? – dijo Aela
- Si – dijo Artemisia con desafío
- Espero que no estés muy apegada a el – dijo Aela con un tono sombrío
El mechtogan apunto sus cañones dobles hacia Angron listo para disparar, Angron flexiono sus piernas dando un salto justo cuando el mechtogan disparo.
Una explosión morada producto del impacto le dio a Angron un impulso extra que necesitaba para llegar a su objetivo.
Angron empuño su mano y con una increíble fuerza golpeo el rostro el mechtogan atravesando su escudo y haciendo que el enorme ser retrocediera varios pasos mientras se tambaleaba claramente afectado.
Angron cayó al suelo de pie observando el resultado de su ataque, notablemente decepcionado de que su golpe no hubiera acabado con el Mechtogan.
- No va a ser tan fácil de derribar, es el mechtogan de un bakugan como Scila – dedujo Aela – ¡Liska! – dijo Aela con un rugido
Kroxilodon golpeo a un paladín en la cabeza dejándolo fuera de combate antes de mirar en la dirección del llamado de Aela.
- Ve a ayudar a Kuso – ordeno Aela
Bakugan y peleadora asintieron sin demora y a base de golpes se abrieron paso entre las líneas de enemigos antes de que pudieran tener camino libre para llegar hasta donde se encontraban Dan y Drago.
Angron hizo traquear sus nudillos al ver como el mechtogan terminaba de reincorporarse para continuar con la batalla, Aela sabía que tendría que enfrentarse también a Scila y Angron no tenía un mechtogan ya que ni su madre ni ella confiaban mucho en esas seres, por lo que la única forma en que pondría el marcador de su parte era evidente.
- Fase Tartarus Activada – rugió Aela
Las mandíbulas de Angron se unieron a su compañera con un estridente rugido mientras el bakugan se hacía ligeramente más alto y su masa muscular se notaba visiblemente aumentada, cuando termino su grito de batalla varias partes de la espalda y los brazos de Angron se encontraban cubiertas por un fuego carmesí oscuro que emanaba del propio bakugan.
Angron repitió su anterior movimiento, saltando otra vez al ataque solo que esta vez era más rápido y más fuerte por lo que el golpe que el mechtogan recibió esta vez fue mucho más grave que el anterior.
Alejados de la batalla principal Drago se levantó lentamente apartando las pesadas rocas que habían caído sobre el con gran esfuerzo, había logrado proteger a Dan de la caída y pudo respirar tranquilo.
La llegada de Kromag no se hizo esperar y aterrizo atravesando varios peñascos para quedar frente a frente con Drago, Crixos venía con él y observo la situación desde el hombro del oscuro bakugan.
- Kuso – dijo el rubio de modo de un seco saludo
- Crixos – dijo Dan usando un tono similar al que había usado el ephestiano
- Sabes a que vine, hazme la vida más fácil y acabemos rápido con esto – dijo Crixos
- Sigues sin saber nada de mi si piensas que eso va a pasar – dijo Dan – Además eso dijiste la última vez y saliste con la cola entre las patas -
- Solo suerte – dijo gruño Crixos
El humano se dio un ligero golpe en el pecho emitiendo un sonido metálico que fue imperceptible para Crixos – Que bueno que siempre tengo de sobra, Poder Activado: Meteoro Ardiente –
El ataque tan repentino tomo por sorpresa a Crixos y a Kromag, el bakugan trato instintivamente de cubrirse pero poco pudo hacer, el ataque de Drago le causo un inmenso daño pero Kromag no bajo la guardia sabiendo que Drago trataría de atacarlo aprovechando la confusión por lo que se preparó para el asalto.
Sus predicciones se volvieron verdad cuando Drago trato de utilizar el humo de su ataque para aparecer de la nada y golpear a su oponente, Kromag actuó rápido y sujeto a Drago del cuerno para balancearlo y lanzarlo contra uno de los peñascos, a pesar del sorpresivo contraataque Drago fue capaz de corregir su vuelo y evitar chocar.
- Poder Activado: Fuego Delta – dijo Dan
Drago estabilizo su vuelo para lanzar su llamarada con la mejor precisión posible.
- Poder Activado: Devorador de Soles – dijo Crixos
Conforme la llamarada de Drago se acercaba Kromag comenzó a absorberla para no recibir daño aunque el bakugan aunque Kromag noto que no tuvo que hacer mucho esfuerzo para detener el ataque.
- Poder Activado: Aguijón Ígneo – dijo Crixos
Kromag aún tenía sus alas de fuego por lo que sin pensárselo un segundo salió en persecución de Drago con su cola llena de fuego dando la apariencia de un aguijón, sin querer arriesgarse a que un golpe afortunado lo dejara fuera del juego tan rápidamente Drago se elevó y comenzó a maniobrar lo mejor que pudo entre los peñascos.
Kromag ni siquiera se molestaba en maniobrar se la pasó toda la persecución atravesando la roca solida con su increíble fuerza hasta que tuvo la oportunidad de derribar a Drago una vez más, pero para su desdicha no pudo golpearlo con su ataque ígneo ya que Drago logro ser lo suficientemente escurridizo, logrando salir ileso por muy poco.
Dan respiraba agitadamente y Drago se encontraba igualmente cansado, Kromag comenzó a acercarse lentamente he iba aumentando la velocidad conforme se acercaba alistando su aguijón para darle el golpe definitivo a Drago, Kromag sonrió con suficiencia dejando caer su golpe.
En lugar del rugido de dolor de Drago lo único que se escucho fue el seco sonido del contacto del aguijón de Kromag contra el hacha de guerra de Kroxilodon el cual había llegado a tiempo.
El bakugan Aquos empujo a Kromag lo mejor que pudo para alejarlo de ellos y darles un tiempo para respirar.
Crixos gruño al ver la intromisión comenzando a cansarse de que siempre hubiera un hecho imprevisto con este humano, tendría que pelear en desventaja pero no perdería esta vez no.
Dan miro a Liska – Gracias –
- Ni lo menciones – dijo Liska
- Poder Activado: Estruendo Incinerador – dijo Crixos
Un estruendo resonador se hizo presente en cuanto las manos llameantes de Kromag hicieron contacto con fuerza, rompiendo roca sólida y aumentando la distancia que había entre Drago y Kroxilodon.
Crixos miro a ambos bakugan con rapidez analizando cual sería más fácil de derribar, la respuesta era sencilla quizás no formaba parte de su misión pero estaba en desventaja y no podía permitir que eso se extendiera más de la cuenta.
- Poder Activado: Barrera Incendiaria – dijo Crixos
Crixos lanzo su ataque defensivo no con el fin de parar ningún ataque de sus adversarios si no para aumentar y mantener la distancia que había entre Drago y Kroxilodon.
Drago se alarmo al deducir lo que los ephestianos estaban planeando hacer…
- ¡Dan! – grito Drago el cual ya había comenzado a moverse pero termino chocando contra la barrera de fuego
- Poder Activado: Implosión Llameante –
La explosión lo cegó temporalmente a él y a Drago y lo último que el humano vio fue como él y Liska intercambiaban una última mirada con la onderiana sabiendo muy bien cuál sería su destino.
Una enorme explosión siguió al impacto del ataque de Kromag el cual termino por derribar los pocos peñascos que aún se mantenían en pie, el castaño permaneció aturdido por varios segundos mientras buscaba con la mirada algún rastro de Liska, una tarea en la cual fracaso… Liska había perecido en aquel ataque.
El aire del lugar permaneció inmóvil mientras las pulsaciones en su pecho aumentaban y los temblores se esparcían por todo su cuerpo mientras más repasaba este suceso en su mente.
Miro su temblorosa mano apenas pudiendo respirar y con la visión borrosa aislado del mundo que lo rodeaba algo no muy optimo si consideramos que la batalla aún continuaba.
Drago que se encontraba más consciente que su compañero aunque igualmente afectado, esquivo torpemente un ataque de Kromag tratando de recuperar sus sentidos.
El humano que finalmente parecía comenzar a reaccionar ignoro los temblores al empuñar su mano con fuerza invadido por una ira que nunca hubiera pensado que llegaría a sentir.
Solo cuando sintió la sangre fría correr por sus venas fue que los temblores se detuvieron completamente y su mente fue despejada de todas las dudas que lo habían agobiado las últimas semanas, todo eso ya le parecía poco importante.
La presión en su pecho en el pasado le había exigido algo que él no comprendía, también se silenció de manera repentina, levanto su mirada para observar a Crixos a los ojos mientras se ponía de pie una vez más sobre el lomo de Drago, una agresiva mirada fue lo que recibió Crixos el cual no retrocedió pero quedo levemente impresionado.
El humano tomo una bocanada del volcánico aire del planeta después de aguantar la respiración por tanto tiempo y al hacerlo sintió como si hubiera vuelto a nacer libre de toda duda, ahora tenía claro lo que iba a hacer de ahora en adelante.
- ¡Fin del camino Crixos! – dijo Dan acompañado del iracundo rugido de Drago
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Alejados de los eventos de Primaris una presencia sintió un retumbar en el universo que había recorrido años luz en cuestión de segundos siendo recibida con preocupación por un ser de inmenso poder.
Código Eve despertó de su silenciosa meditación al percibir el odio y enojo que Drago estaba sintiendo en estos momentos y debía ser un sentimiento muy fuerte si hasta ella lo había logrado sentir con tanta intensidad.
La conexión entre peleador de Drago y Dan Kuso era muy fuerte por lo que también fue capaz de sentir el odio y más importante aún, el dolor que el humano estaba llevando consigo en estos momentos.
Mientras analizaba todo no podía evitar sentirse preocupada por la situación, esperaba haber tenido más tiempo pero cada segundo que pasaba la situación se le salía de control y había menos posibilidades de que el humano la escuchara y eligiera el camino que debería, mientras más pensaba en algo que pudiera remediar esta situación más desesperación invadía su psique con dudas sobre el destino de esa galaxia.
Sin embargo Código Eve no fue la única que recibió las poderosas señales que producía la batalla de Primaris, Malygos se encontraba en su forma real cuando percibió los cambios en los peleadores pyrus, el bakugan inicialmente indiferente también percibió los pensamientos de su creadora, fue ahí cuando todo a sus ojos se tornó más interesante.
Conforme ataba los cabos su sonrisa solo se hacía más grande, cargada de conspiración y de una motivación bastante siniestra.
El dragón se relamió sus labios con satisfacción al sentir como ese orbe arrogante se derrumbaba en pensar una forma de eliminarlo.
- Miedo – dijo Malygos en voz baja
Malygos comenzó a reírse de repente de una manera un tanto desquiciada que llamo la atención de todos los presentes que lo miraron con temor y confusión en el caso de Kendra.
La maligna carcajada del dragón resonó por el espacio siendo escuchada por algunos seres por todo el universo cercano, uno de estos seres fue Código Eve.
Y allí escuchando la victoriosa risa de uno de sus hijos más poderosos el ente milenario y omnipotente sintió como un escalofrió de temor digno de un mortal recorría su esencia.
CONTINUARA…
Bueno… primero que nada lamento el retraso con este capítulo esperaba haberlo tenido antes pero no fue el caso, espero que haya valido la pena la espera.
La batalla por Primaris apenas está comenzando y ya se saldó con su primera víctima un suceso que va a marcar profundamente a nuestros protagonistas de ahora en adelante pero tendremos más tiempo para ver eso en el siguiente capítulo ya que esta batalla apenas está comenzando, respecto a la muerte de Liska era algo que realmente no había sucedido en la anterior ocasión principalmente por mi propia cobardía por lo tanto era momento de cambiar, sé que se podrá sentir extraño que haya sobrevivido para luego morir.
Sin embargo pasemos a los comentarios…
Camilo Navas: Me alegra que la batalla de Kayla te haya gustado y espero que esta tampoco decepcione, Código Eve va a tener muchos más problemas de ahora en adelante ya que el hoy no será el último, espero que te haya gustado el capítulo.
Marianoaiello6: Yeah, she have good deeds, but she's not good with explanations, downsides of being a deity I guess, glad that you liked that Drago part and hope you liked this chapter.
Ra Bestial: Ya veremos qué pasa con él y Aela en el futuro aún tienen que zanjar asuntos aunque una invasión planetaria no es un buen sitio para limar asperezas si me lo preguntas, espero que te haya gustado el capítulo.
Joseka679: Aria efectivamente se llevó una horrible derrota que le costó caro a los ojos de su madre y no fue en un buen momento ya que el plan de Artemisia comienza a desenvolverse, espero que te haya gustado el capítulo.
DragoViking: Llego el turno de los protagonistas aun que se están llevando la peor parte por ahora, espero que te haya gustado el capítulo.
Y eso será todo, espero no tardarme tanto con el siguiente, chao.
