Cursiva: Pensamientos

¿Y después?

Capítulo 13: El único recuerdo que me queda

Rukawa no podía creer lo que sus oídos oían. ¿Hanamichi se estaba declarando? Algo en su interior le hacía estar quieto ahí y no saltar de alegría y correr y gritar. De todos modos, Rukawa sentía que el sol volvía a iluminar su vida.

Hanamichi estaba más nervioso que antes. Olvidó que había más gente en el lugar y sentir que todos lo observaban lo puso muy nervioso.

-Se acabó el entrenamiento – dijo Ayako, mirando la hora - ¡A las duchas!

Todos entraron a las duchas rápidamente y se quedaron solos Rukawa y Sakuragi. El zorro miraba fijamente al pelirrojo, y comenzó a notar en su mirada mucha tristeza.

-Yo… no puedo recordar nada… lo intento, pero no puedo… nadie puede entenderme a la perfección… no saben lo complejo que es no recordar un período de tu vida, aunque sean unos míseros meses comparado con mi edad… lo único que recuerdo… es esta opresión en el pecho… - se llevó una mano a dicho lugar, apretando la ropa que tenía con rabia – esta opresión que siempre sentía… cuando te veía… lo que nunca supe fue encontrarle el significado y… creo que ya lo encontré… aunque no fui capaz de encontrarlo solo… creía tener todos los cabos atados, pero luego en mi mente se introdujeron nuevas cosas que los desataron todos… ¡Qué frustrante es volver a empezar!

Hanamichi no sabía qué más decir o hacer. Rukawa seguía sorprendido y no sabía qué decir. En un movimiento por inercia, Hanamichi salió corriendo del gimnasio, siendo perseguido casi inmediatamente por Rukawa. Pero, como todos saben, el pelirrojo es más rápido que Rukawa.

En cuanto salieron del gimnasio, Ryota y Ayako se juntaron en la cancha.

-¿Esto fue el efecto de la conversación que tuvo ayer Anzai-sensei con Hanamichi? – pregunta Ryota

-Lo más seguro… sólo nos queda esperar qué pasará…

-¿Qué te dije? – Pone una mano en el hombro de Ayako – Te dije que Hanamichi volvería al equipo

Hanamichi seguía corriendo en dirección a su casa. Pero ni él ni Rukawa iban tan rápido como antes.

No puedo seguir huyendo… ¡no puedo seguir huyendo de mi verdad! Pero no puedo parar… corro por inercia… quiero que mis pies se detengan, quiero dejarme llevar… ¡pero me cuesta mucho aceptar todo esto de un día para otro! Ya sé lo que va a pasar… ¿por qué hago más larga la espera?

Sakuragi tomó las llaves de su casa y abrió la reja para entrar, sin siquiera cerrarla. Algo apurado abrió la puerta al sentir unos pasos que se acercaban rápidamente a él. Abrió y entró, pero era tarde: un pie de Rukawa estaba entre la puerta y la pared. Hanamichi no opuso resistencia pero sí retrocedió, hasta que chocó con la pared.

Rukawa se puso frente a él y con una mirada demasiado serena y con voz del mismo tipo comenzó a hablar.

-¿Estás seguro de todo lo que estás diciendo?

-¡Claro que sí¿Por qué crees que estoy así como estoy¡Aceptar de repente lo que soy y lo que siento es difícil! En el antes que yo recordaba no sabía que podía llegar a gustarme un hombre, pero ahora… eso venía impuesto, y no sabía reconocerlo, porque nunca lo viví. Y jamás se me habría cruzado por la cabeza esto si no me lo hubieran dicho… habría vivido enamorado de ti toda mi vida sin darme cuenta… confundiendo las cosas…

Hanamichi se quedo con la mirada perdida en la nada. El zorro no se atrevía a decirle nada, quería que él hablara, sentía que Hanamichi sabía todo lo que Rukawa pensaba. Hanamichi avanza un poco, separándose de la pared, y se abraza a Rukawa, el cual queda perplejo.

-Tengo miedo… quizás en un pasado todo esto era lo mejor para mí… pero ahora es algo muy nuevo, algo que traigo y que no puedo cambiar ni evitar… pero sé que tú me vas a ayudar y apoyar… creo en ti a ciegas… porque esto que siento me lo dice…

El pelirrojo estuvo abrazado un buen rato a Rukawa, se sentía más seguro. Pero notó que Rukawa seguía inmóvil, sin decir ni hacer nada.

-¿Qué¿No vas a decir o hacer nada?

-No quiero decirte nada… estoy muy nervioso… y tú también…

-Maldito kitsune – rió – no entiendes nada

Se separó del zorro. Inclinó un poco la cara y lo besó, para su sorpresa. Rukawa estaba completamente asombrado, pero poco a poco comenzó a reaccionar y respondía, feliz, el beso del pelirrojo, empujándolo hacia la pared, tomándolo posesivamente y empinándose un poco. Hanamichi abrió los ojos y vio que al kitsune le corrían lágrimas, cada vez más. Se sorprendió demasiado al ver a Rukawa en esta faceta, detuvo el beso y puso sus manos en el rostro del zorro, borrando las lágrimas con los dedos.

-¿Por qué lloras?

-No preguntes cosas que sabes, has visto cómo la he pasado y lo que significa para mí este instante…

-Es que… para mí es raro verte así… recuerda que yo nunca te he visto llorar, quizás el Hanamichi de antes sí…

-Vas a tener que acostumbrarte… incluso a que sonría

-¿Sonreír? Bueno, si ya te he visto llorar…

-Pero de felicidad – sonrió, como jamás lo había hecho, notando un sonrojo en el rostro del pelirrojo

------------------------------------------------------

Era entrenamiento. Al día siguiente eran las nacionales y todos estaban nerviosos. Rukawa hizo su aparición y sabía que sería atacado, al menos por Ayako.

-Rukawa…

-¿Quién habló con él?

-… Anzai-sensei… - contestó Ayako

-¿Qué pasó, Rukawa? – pregunta Ryota

En eso se abre la puerta. Todos observan y ven a Hanamichi.

-¿Aun es temprano para volver? – dice alegremente

-¡Nunca es tarde para nada! – Dijo Ayako feliz - ¡Pero si no te cambias de ropa…!

-¡Estoy listo! – apunta a sus pies, mostrando las zapatillas

-¿Y para qué pregunta? – pregunta Ryota

-¡Ryochin! – Lo rodeó con un brazo y lo golpeaba, como solía hacer, en la cabeza - ¡No te molestes¿Acaso no te alegra que este tensai haya vuelto?

-¡Obvio que si! Pero si volviste es porque… - miró a Rukawa

-Ah bueno es que… es que… - se rascó la cabeza, se sonrojó y puso unos ojos divertidos, la misma cara que ponía cuando aparecía Haruko, lo que causó que todos se rieran - ¡Nee!

Luego de reír bastante comenzaron a entrenar para el campeonato nacional. Era el último entrenamiento y todos esperaban que Hanamichi tuviera las condiciones. Justo ese día asistió el profesor y estaba muy alegre de ver a Hanamichi y le aseguró ser titular en los partidos.

------------------------------------------------------------------

Al día siguiente Hanamichi le contó todo a su amigo Yohei.

-¿Qué volviste con Rukawa! – todos se voltearon a mirar mientras Hanamichi le daba un cabezazo

-¡Cállate baka! – luego se sonrojó – Es que… bueno, te conté lo que habló el profesor conmigo… y me terminé convenciendo… en realidad terminé dándome cuenta que era cierto… ¡Ay, no sabes lo difícil que fue para mí! – puso sus dedos entre su pelo

-¡Claro que lo sé!... ¿Pero estás seguro?

-Todos me preguntan lo mismo… ¡Este tensai nunca duda de nada! – rió

-Ay Kami-sama… y se desmayó por no dormir porque tenía dudas… nunca cambiarás, Hanamichi, ni aunque pierdas la memoria – dijo riendo, a sabiendas de que Hanamichi no lo oía pues reía con todas sus fuerzas

Pasó rápidamente el día y Hanamichi se juntó con Rukawa a la salida, pues habían quedado en cenar juntos, pues al día siguiente partían a jugar las nacionales. Iban caminando lentamente a la salida del colegio, cuando ya pocos rayos de luz quedaban. Hanamichi nota algo pálido a su koi.

-¿Pasa algo, Kaede?

-Iie, sólo que como el clima está cambiando… no quise sobre abrigarme y ahora tengo frío – sonrió torpemente

-Y el do'aho soy yo… - lo rodeó con un brazo y lo atrajo hacia sí, tratando de disimular su sonrojo mirando hacia delante como si no le importara

-Hanamichi… si te sientes incómodo no tienes por qué hacer esto…

-No… no me siento incómodo… estoy bien… es sólo que…

-Ya entiendo… no eres el Hanamichi de antes y todo te parece nuevo… disculpa

-No, no me pidas disculpas… no has hecho nada… además estoy nervioso por las nacionales…

-Vas a ver que ganamos – se apegó más a Hanamichi, aprovechando el repentino abrazo que tanto extrañaba

-¿Es cierto que antes jugábamos muy bien en equipo?

-Hai

-¿Y si ahora no lo hacemos bien?

-Do'aho…

-¡Pero si es verdad!

-¿No que eras un tensai?

-Sí, pero tú no eres tan tensai como yo…

-Kami-sama… - suspiró – si te deja más tranquilo, podemos ir a entrenar luego de cenar

-¡Claro que deja más tranquilo a este tensai¡Vamos entonces! – toma al moreno y salen corriendo a una velocidad impresionante

Llegaron rápidamente, pues estaban cerca. Hanamichi no mostraba ninguna seña de cansancio. El pelirrojo entró a la cocina y se disponía a cocinar, pero Rukawa lo notó nervioso.

-Nee do'aho… ¿sabes cocinar?

-Ehm bueno… no soy un tensai de la cocina… - rió nervioso

-Baka – suspiró acercándose a la cocina – veamos qué tienes… - comenzó a registrar toda la cocina viendo qué podía hacer

-¿No te importa que tengas que cocinar?

-Claro que no…

-Voy por mi equipo por mientras

Hanamichi fue a cambiarse de ropa. Cuando terminó, el olor a comida que había le llamó la atención y bajó a la cocina. Abrazó al zorro por atrás, rodeándolo por la cintura, y poniendo su mentón en el hombro del jugador.

-¿Qué haces?

-Cocino

-Ya sabía – dijo, de mala gana - ¿Qué cosa?

-Comida

-¿Podrías ser más específico?

-Comida china

-¿Comida china¿De dónde sabes hacer eso?

-No es tan difícil…

-¿Y es rico?

-Sí

-¿Y no nos va a caer pesado?

-No hice mucho

Sakuragi suelta a Rukawa y ambos se sientan a comer. Ambos comen rápidamente y se van caminando a paso lento a entrenar un rato. Cuando llegaron a la cancha ya estaba oscuro pero la luz artificial iluminaba muy bien, y por eso pudieron percatarse que había otra persona en la cancha.

-¿Sendoh?

-¡Oh, Hanamichi Sakuragi¡Y Rukawa!

-¿Qué haces, puercoespín?

-Lo mismo que vienen a hacer ustedes. Me enteré que ya habías recuperado la memoria

-Pues sí, hace ya un buen tiempo

-No nos habíamos visto… además supe que te retiraste

-Sí, pero volví hace unos días

-En realidad ayer – Rukawa lo mira feo

-¡Oh, pues qué bien! Bueno, yo ya me iba… aunque si quieren les hago un favor y juegan los dos contra mí

-Eso no te conviene – dice Rukawa

-No, pero si va a ganar un equipo, prefiero que gane alguien de Kanagawa – reía con su típica sonrisa y alegría

-Está bien… ¡Pero no podrás ganarle a este tensai! – rió con todas sus fuerzas

-Oh, eso lo veremos – dijo el aludido, sin perder la sonrisa

Empezaron jugando no tan bien como Sendoh. Realmente eran jugadas muy bonitas las que se veían en ese simple enfrentamiento. Pero con el pasar del tiempo Rukawa y Hanamichi lograron complementarse y pudieron superar al capitán de Ryonan. Al terminar el partido, el de cabellos parados les sonrió amablemente como siempre.

-¡Fue un excelente partido¡Deberíamos jugar más seguido! – dijo lleno de emoción

-Será mejor que nos vayamos… - Rukawa mira serio a Hanamichi

-¡Oh, sí! Mañana tenemos que partir y hay que descansar

-Mucha razón, Sakuragi. Después de todo no eres tan torpe

-¡Maldito puercoespín!

-Hanamichi… - Rukawa lo mira feo – tengo sueño

-Podemos pelear otro día – sonrió nuevamente

-¡Sí, en la cancha¡Nos vemos en las nacionales, Sendoh! – sonrió desafiante

-¡Adiós, Sakuragi, Rukawa! – se despidió calurosamente moviendo su mano

Rukawa acompañó a Hanamichi a su casa. Se quedaron en la vereda del frente, bajo un poste, que les permitía poder verse las caras.

-¿No te da miedo irte solo? Ya es medianoche

-No, no te preocupes, Hanamichi

-Mejor vete luego¿sí? Mientras más tarde es peor

-Sí… nos vemos mañana, que descanses

Hanamichi se acerca a Rukawa y lo besa para despedirse. Se separan y se quedan mirando. Hanamichi sonríe y vuelve a besarlo. Rukawa comienza a notar que Hanamichi está cada vez más entusiasmado.

-Nee Hanamichi…

-¿Mmm?

-Pueden vernos…

-¿Quién nos va a ver a esta hora? – Rukawa lo mira con reproche – bueno ya…

Hanamichi vuelve a besarlo y cruzan la calle así. Pone a Rukawa de espaldas a la reja y trata de abrirla, pero está cerrada.

-¿Y la llave?

-En mi pantalón… - Rukawa le mete la mano al bolsillo - … atrás

Rukawa intercambia de posiciones con Hanamichi y lo deja contra la reja. Hanamichi va a sacar la llave del bolsillo pero Rukawa le empuja la mano y es él quién saca la llave con cuidado, entre risas nerviosas de Hanamichi. Luego abren la puerta y entran. Rukawa empuja a Hanamichi al sillón, pero el pelirrojo hábilmente da la vuelta, dejando al zorro en el sillón y Sakuragi sobre éste. Mientras se besan, Rukawa abraza por debajo de la camiseta a Hanamichi, viendo en su rostro dolor, pues el zorro tenía los dedos helados. El moreno sonrió malignamente.

-Nee estás helado – dijo Hanamichi en un susurro

-Entonces no te abrazo más

-¡Teme kitsune! – el aludido rió y volvió a besar al zorro

Mientras se besaban, suena el teléfono. Rukawa ve que su koi hace caso omiso al aparato.

-Contesta, do'aho…

-No quiero, Ru…

Rukawa toma el teléfono y contesta.

-¿Moshi-moshi?

-¿Kaede?

-Mamá…

-Kaede, es muy tarde ya…

-Lo sé… se me hizo tarde jugando, gomen ne

-Ni se te ocurra volver solo… prefiero que pases la noche allá

-Está bien…

-Tu papá te va a dejar tu equipo a Shohoku… ¿está todo guardado en el bolso, cierto?

-Hai…

-Bien, nos vemos mañana

-Adiós

El moreno corta. Cuando cuelga, ve que Hanamichi estaba plácidamente dormido en su pecho, iluminado por la tenue luz de la luna.

-No parecías estar agotado – dijo suavemente, en un tono divertido

Puso la alarma de su reloj de pulsera y, abrazado al pelirrojo, se quedó dormido rápidamente.


El pelirrojo sintió un fuerte pito en su oreja. Levantó la cabeza y sintió caer la mano de Rukawa a su lado. Vio que el moreno apretaba los ojos y lo miraba.

-Me dormí… - dice arrepentido el pelirrojo – debes estar incómodo

-No… estoy bien… al menos se me ocurrió poner el despertador a buena hora

-Mmm… - se acurrucó en el moreno

-Nee hay que levantarse, no queremos llegar tarde

A duras penas se levantaron, se ducharon y desayunaron. Rápidamente fueron camino hacia Shohoku, donde se juntarían y partirían todos juntos a la estación de tren. Cuando ambos llegaron, había un poco de gente, un poco alejado del grupo más grande estaban los padres de Rukawa.

-Hola hijo – saludan sus padres al unísono, recibiendo un cansado saludo

-Aquí están tus cosas – le entrega el padre a su hijo el bolso, mirándolo con los mismos ojos zorrunos

-Estás cansado… ¿te dormiste muy tarde? – pregunta la madre llevando su mano a la mejilla del zorro, caricia que fue esquivada

-En cuanto me llamaste… nee él es Hanamichi – toma del brazo al pelirrojo y lo presenta a sus padres

-Ho-ho-hola – saluda nervioso, rascándose la cabeza con una mano y riendo

-Do'aho… eran los mismos gestos que hacías al ver a la hermana de Akagi – sonrió

-Hanamichi Sakuragi… - dice la madre de Kaede – no sabes cuánto te envidio – dice al borde de las lágrimas, desconcertando al pelirrojo, su koi y su padre

-¿E… envidia¿De… mí¿Por qué?

-Sakuragi-kun… no sabes cuánto esperé de mi hijo una sonrisa como la que te acaba de dedicar a ti… o que me presentara a sus amigos… - el pelirrojo mira preocupado al moreno

-No le hagas caso – bufó

-Pero estoy contenta por él… debes ser una persona excelente para lograr esas muestras de afectividad en él… yo lo único que he podido lograr son sus gritos… cuando lo castigaba y no lo dejaba salir a jugar basketball…

-Mamá cállate

-Yo… no sé qué decir… sé que él es una persona muy fría, pero… no pensé que fuera así

-Ahora tú también… lo que me faltaba

-No te enojes con él, hijo… he sido yo

-¡Por eso¡Cállate!

-No le grites así a tu mamá, hijo

-¡Tú no te metas! – ya estaban todos mirando disimuladamente la discusión

-Kaede, no seas así con tus padres…

-No te incumbe cómo sea yo con ellos

-Claro que me importa…

-¡No¡No te importa!

-¡Sí me importa!

-Guau, se nota que no eres el Hanamichi de antes

-¡Siempre hablando del Hanamichi de antes, Kami-sama¡Si tanto piensas en él, anda a buscarlo!

-No peleen… - pide la madre de Rukawa

-¡Qué estás hablando, si ya lo estamos haciendo¡Y es tu culpa!

-¡Deja de tratar mal a tu madre¡No soporto que los hijos sean tan malagradecidos!

-¡Qué ha hecho ella por mí!

-¡Ella te deja hacer lo que más quieres¡Te deja jugar basketball¡Y qué has hecho tú por ella¡Ni siquiera una sonrisa!

-¡No te metas en mi vida!

Se hizo un silencio profundo e incómodo. Rukawa miraba muy asombrado a Hanamichi por sus palabras, y éste miraba al moreno lleno de furia.

-Repite lo que dijiste

-… gomen ne

-¡Repítelo, maldita sea!

-No… no pensé lo que dije…

-No lo pensaste… - guardó silencio - ¡Eres un completo idiota! – se alejó del lugar

-¡Hanamichi!

-Déjalo… - se acercó Ryota – ya se le va a pasar, sabes cómo es

-¡Es tu culpa! – mira a su madre, enrabiado - ¡Siempre que dices algo ocasionas un problema!

-Kaede…

-¡Te dije que te quedaras callada¡Lo único que haces es ocasionarme problemas¡Eres una idio…!

Un golpe en su mejilla detuvo sus palabras.

-Calla tu boca antes de hablare así a tu madre

-Hanamichi…- se llevó la mano a la cara

-¡No pensé que fueras así! – se dio media vuelta y se fue

-Cariño, será mejor que nos vayamos – le habla el padre de Rukawa a su esposa, la cual estaba llorando

-Que te vaya bien... hijo…

Los padres de Rukawa se fueron rápidamente. Todos miran a Rukawa, que no sabía qué hacer. Se acostó en el piso y apoyó su cabeza en el bolso, mirando el cielo. Nuevamente, sintió un viento frío que lo rodeaba. Cerró los ojos y pudo ver a Fuyu Sakuragi.

-¿Otra vez no pensaste, Rukawa?

-No sé cómo le puedo decir do'ahou… - rió

-No me vengas con tus chistes ahora – lo tomó del cuello - ¡Ya no aguanto más tus errores! Hubieras visto cómo se carcomía mi hijo por dentro por tu culpa…

-¿Por qué ahora está tan tranquilo, Sakuragi-san?

-La otra vez me pillaste de malas… es que no pensé que sólo eres un niño… creo que tienes derecho a equivocarte y aprender de tus errores, pero es segunda vez que no piensas lo que dices y no sabes cómo hieres a mi hijo

-Soy demasiado impulsivo… gomen nasai…

Este Rukawa que veía Fuyu se diferenciaba demasiado del otro, que andaba siempre a la defensiva. Éste se veía muy debilitado, sin ganas de defender nada. Fuyu trató de calmarse un poco, y pensar también en el zorro, que la pasó más mal que su hijo, aunque le costara reconocerlo.

-Trata de no hacerlo de nuevo, Rukawa – puso una mano en su hombro

-Arigato - sonrió

Cuando abrió los ojos se topó con las nubes encima. Sintió que los llamaron, pues debían irse en camino a la estación de trenes. Se fueron rápidamente y subieron al tren. A Rukawa y a Hanamichi les tocó irse solos. El primero en sentarse fue Rukawa. El pelirrojo se sentó frente a él. No tenía ninguna gana de hablarle, al menos por ese día.

Ambos iban mirando por la ventana, hasta que Rukawa quiso romper el silencio.

-Hana… - no recibió respuesta – Hanamichi… mírame al menos… - Rukawa se paró y se sentó a su lado – Hanamichi… no me interesa estar peleado contigo

-A mí tampoco

-… ¿Entonces?

-Es que tú no me entiendes

-Sí te entiendo… por eso… quiero pedirte disculpas… sé que no actué como una persona pensante

-Yo también… quizás tienes tus razones… para ser así con tu mamá…

-Algún día te las contaré… no ahora… - le sonrió con algo de dolor por el golpe propinado

-Gomen ne… - dijo apenado

-Fue la única forma de… calmarme… aunque me dolió… no tanto físicamente…

-Lo siento, Kaede…

-Yo también…

Se abrazaron y decidieron olvidarse del asunto hasta que Rukawa quisiera hablar de sus problemas con su familia. No sabían que atrás estaba todo Shohoku escuchando y suspiraron aliviados… no les gustaba ver a la pareja estrella pelear.


Terminaron las nacionales con un excelente resultado: ganando. Todos pensaron que sin Akagi y sin Mitsui el equipo no sería nada, pero se equivocaron, pues contaban con muchos elementos buenos y los tomaron a la ligera. Unos días después de llegar, se juntaron en casa de Akagi todo Shohoku y sus ex-integrantes a celebrar el triunfo. Pero hubieron dos que se fueron antes y a celebrar otra cosa: su amor.

Estaban en la casa de Hanamichi. Lo único que los alumbraba era la luz de la luna. Ambos estaban con pantalones para dormir, pero con el torso desnudo. El pelirrojo descansaba el rostro en el pecho del moreno.

-Es primera vez que noto tus ojos tan zorrunos… - puso una mano en un hombro del zorro

-Y espero que no sea la última – rió

Ambos se quedaron mirando, y no necesitaron palabras para expresar lo felices que se sentían. Todo ese esfuerzo, los rencores olvidados, las opiniones de los demás, las lágrimas, el dolor y todo lo que sintieron… valió la pena, y estaban felices y juntos.

-¿Sabes, Kaede? Yo en realidad no recuerdo cuando estábamos juntos… no recuerdo tu sonrisa, tu mirada, tus palabras, tus lágrimas, tus besos, tus abrazos. No recuerdo cómo fue nuestra amistad ni cómo empezó, tampoco cómo empezó nuestro amor y si alguna vez lo hicimos. Ni siquiera recuerdo los entrenamientos, los partidos, las caminatas al colegio, los almuerzos… no recuerdo si alguna vez lloré, tampoco si golpeé a alguien, ni cómo era mi carácter. No recuerdo frío, ni calor, no recuerdo dolor ni alegría… y sé que aunque lo intente… no podré recordar nada de esto… ¿Y sabes otra cosa? Ya no me atormenta nada… no me importa haberme saltado un período de mi vida, porque algo he conservado de ese tiempo… el único recuerdo que me queda… es este amor

OWARI

N/A: Sé que quizás no era el final que muchas esperaban (Por ejemplo Pilcho, que quería lemon XD), y también sé que otras hubieran querido saber más cosas, que está muy inconcluso… por eso lo dejo todo a imaginación, no hay epílogo ni aunque me rueguen de rodillas. Respondiendo a los reviews "anónimos"…

Serenity Moon001: Muchas gracias por haber leído el fic, espero que te haya gustado el final... y voy a estar pendiente de tu fic. ¡Gracias!

Shadir¡Oh, dímelo¡No seas mala! Espero que te haya gustado y gracias por leer el fic TT

Paty: Lo siento por la espera TT espero que haya valido la pena jejeje ¡Gracias por leer!

Kuddy: Sí, segura que no hay lemon xD soy lemonfóbica xD ¡Gracias por tu review y por leer!

Inuyashaluci¿Haruko¿Qué es eso? XD jajaja, aquí Haruko fue 0 aporte XD ¡Gracias por tu review!

Paulikun¡Paulikun¡Waaaa¡Gracias por el review! Tu opinión me hace mucha ilusión TT ¡Se te echa de menos!

Quería darles las gracias a todas por leer este fic, espero que les haya gustado y que no las haya decepcionado el final. ¡Muchas gracias y nos leemos en otro fic!