Octubre - Noviembre1814
Faltaban solo tres semanas para la boda, y el Coronel Barton se daba cuenta que Elizabeth estaba cada día más nerviosa y preocupada. No sabía que le estaba pasando; temía que estuviera arrepentida de casarse con él…
"Lizzy, me doy cuenta que estas muy distraída y cada vez que hablo sobre nuestra boda me contestas con monosílabos. Dime la verdad por favor, ¿has cambiado de idea y ya no quieres casarte conmigo?" Patrick muy preocupado le preguntó.
"Perdóname Patrick, sé que últimamente he estado muy distraída pensando en Jane." Suspiró.
"¿Estás segura que es solo eso? ¿Quieres que pospongamos la boda hasta que Jane tenga su hijo?" Le preguntó con resignación.
Lizzy lo miró a los ojos y sonrió levemente, "No; Jane no quiere que pospongamos la boda." Suspiró, "pero después de nuestro viaje de boda a Dover me gustaría quedarme en Redstone hasta que nazca el niño."
Patrick había alquilado habitaciones en la principal posada de Dover para pasar sus primeros días de casados ya Elizabeth había escuchado a la Sra. Maxwell hablar de los acantilados y del castillo, y sentía curiosidad por conocer el lugar.
"Me imaginé que querrías volver a Redstone después de ir a Dover." Le besó y acarició suavemente la mejilla, "Lamentablemente debo volver a Londres una semana después de nuestra boda," sonrió débilmente, "pero ya sabes que estoy acostumbrado a cabalgar 10 horas para verte, aunque sea unos pocos minutos."
"Gracias, Patrick por ser tan comprensivo conmigo. Es muy importante para mí estar con Jane antes que nazca el niño." Apoyó la cabeza en su hombro y dijo en voz baja, "Tengo mucho miedo que pase algo malo…"
Dos semanas más tarde se celebró la boda de Elizabeth con el Coronel Barton en Ramsgate. Asistieron a la iglesia unas treinta personas, entre ellas los Gardiner, los Maxwell, la madre del Coronel. Jane a pesar que se agitaba al caminar y estaba por comenzar su octavo mes de embarazo, insistió en asistir a la iglesia.
En el contrato matrimonial se estipuló que Elizabeth además de las 3500 libras con las que contribuía al matrimonio, recibiría 1500 adicionales. Además, si la Sra. Barton moría, el dinero de su dote iba a pertenecer a Elizabeth.
Enseguida del mediodía, salieron hacia Dover. A pesar que Elizabeth pensaba que no era necesario, Jane tuvo una charla con ella sobre la noche de bodas muy similar a la que meses atrás había tenido con su tía Gardiner.
La noche de bodas fue muy especial para ambos. Patrick estaba profundamente enamorado de ella, y se esforzó muchísimo para que no estuviera nerviosa, y por su parte, Lizzy sintió muchas emociones que jamás había experimentado.
Como suele pasar cuando uno es feliz, la semana paso muy rápido; hicieron el amor varias veces, pero también tuvieron tiempo de recorrer los lugares turísticos y hacer planes a futuro. Los dos estaban convencidos que iban a ser muy felices juntos.
Patrick la acompaño a Redstone, y con tristeza muy temprano a la mañana siguiente regresó a Londres.
Fines de noviembre 1814
Unos días después que Lizzy volvió de Dover, Jane comenzó con los dolores típicos de parto. Frederick fue enseguida a buscar a la partera y al doctor. El parto fue muy difícil y duró 20 horas. Jane se agitaba mucho y perdía fuerzas, incluso se desmayó en dos ocasiones. Elizabeth estuvo todo el tiempo al lado de ella instándola a que no se rindiera e hiciera fuerza. Finalmente, en gran parte por la habilidad de la partera, una hermosa niña nació. Jane la miró, sonrió, y perdió el conocimiento.
Enseguida la partera llamó al Sr. Harrington, y posteriormente le dieron la niña a la nodriza que estaba en la guardería desde el día anterior.
Dos horas más tarde Jane despertó y Elizabeth suspiró aliviada. Frederick trajo a la niña a quien llamaron Elizabeth Rose en honor a su tía y a su abuela paterna...
Lamentablemente cuatro días después Jane comenzó a tener fiebre y a delirar. Lizzy le suministraba paños fríos por todo el cuerpo, pero la fiebre no bajaba. El doctor estaba atendiendo a la esposa de un rico hacendado que vivía a 10 millas de Ramsgate y no pudo ir a visitar a Jane.
Al tercer día, Jane tuvo unos minutos de lucidez, vio que su hermana que estaba llorando con la cabeza apoyada en la cama y una de sus manos entrelazas con una de las suyas. Con dificultad le acarició el cabello. Lizzy levantó la vista y sonrió entre las lágrimas, y la abrazo, "Jane, ¡despertaste!"
Jane comenzó a toser, y con mucho esfuerzo logró hablar, "No llores Lizzy..., te quiero... prométeme que vas... a cuidar a Lizzy - Rose... "
"Jane, no te esfuerces. Tienes que descansar para recuperarte. Por favor, Jane. ¿Quieres agua?"
Jane negó con la cabeza.
"¿Quieres que traiga a Lizzy-Rose?"
"Si..., quiero... verla."
Elizabeth fue enseguida a buscar a la niña y a avisarle a Frederick que Jane se había despertado. En muy pocos minutos volvieron al dormitorio de Jane. Jane vio a su hija y esposo, con mucho esfuerzo sonrió y nuevamente se desmayó, lamentablemente nunca más despertó.
