Notas: Queda un único capítulo de la parte II de esta historia.
Abril 1815 – Junio 1815
A los pocos días de volver a Pemberley, nació el primer hijo de Georgiana. Pese a que no estaba de ánimo, fue a conocer a su sobrino. El esposo de Georgiana estaba radiante, y orgulloso les mostraba a todos a su hijo. La doméstica felicidad en la casa de su hermana, sumado al nacimiento del niño deprimieron aún más a Darcy. Tres días después, volvió a Pemberley.
Los días pasaban y Darcy estaba cada vez más sumido en pensamientos tristes y sobretodo arrepentimiento. Cada día entendía mejor lo que casi un año atrás su primo Richard le había dicho, y se daba cuenta que Esteban Hauton no era un tonto, sino que él y muchos otros como él que se casaban con mujeres de dudosa moral eran los tontos.
En horas de insomnio recordó su primera propuesta de matrimonio… Había insultado a la única mujer de la que estuvo enamorado simplemente porque era socialmente inferior a él… y a pesar de todas las ventajas que ella habría tenido si se casaba con él, lo rechazó tajantemente por ser arrogante, arruinar la felicidad de su hermana, y no tener en cuenta los sentimientos de los demás. ¡No estaba a la altura de los estándares de integridad y carácter que ella esperaba de su futuro esposo! Además, por lo que Richard le contó, el Sr. Barton era un auténtico caballero; era un hombre honesto, inteligente y valiente… y por lo que había visto en el teatro parecían muy enamorados, y ella se veía aún más hermosa que antes.
Reconocía que, a pesar de la infidelidad de su esposa, nunca tuvo realmente en cuenta lo que ella sentía. De hecho, cuando accedió a que fuera sola a Londres, no fue exactamente para complacerla, sino porque prefería estar solo que con una mujer que estaba mal humorada. Sabía bien que podía perfectamente haber ido mucho antes a Londres, pero prefirió quedarse en Pemberley. No fue infiel, pero no hizo nada para que su matrimonio funcionara. Incluso muchas veces, cuando tenía intimidad con ella, cerraba los ojos y trataba de imaginarse que era Elizabeth Bennet.
Julio 1815
En julio recibió la tercera carta de su esposa. Hacia un mes que no tenía noticias de ella y en las dos cartas que le había enviado le juraban que nunca había sido infiel.
2 de julio 1815
Escocia
Sr. Darcy,
En todos estos meses he tenido mucho tiempo para pensar en usted y en nuestro matrimonio. Desde antes de casarme sabía muy bien que a usted no le importaba en lo más mínimo mi vida, y era probable que nunca le importara. Se que el único motivo por el que usted se casó conmigo es porque soy la hija de un conde.
Pero, lo hecho, hecho está, y hay un niño que es inocente que en poco tiempo va a nacer. Por eso, le ruego que recapacite y venga pronto a Escocia para el nacimiento de su hijo. La partera estima que va a nacer en pocas semanas.
Los dos cometimos muchos errores durante el matrimonio; usted por no prestarme atención y no tener en cuenta mis deseos y sentimientos, y yo por la necesidad de sentirme hermosa y querida.
Honestamente pienso que los dos somos culpables de la situación en la que estamos ahora; dado que estamos casados, tendríamos que tratar que nuestro matrimonio funcione. Por eso, si usted me da una nueva oportunidad, prometo que voy a hacer todo lo posible para ser una buena esposa y una excelente madre.
Lo espero,
Lady Maria.
Después de leer la carta, Darcy quedó sumamente pensativo. Días atrás, había resuelto que si era un varón lo iba a entregar en adopción ya que por la memoria de sus ancestros no podía tener como heredero a un niño que no sabía si realmente era su hijo. Por el contrario, si era una niña iba a conocerla y si se convencía que era su hija, la iba a traer a vivir a Pemberley sino también la entregaría en adopción.
No pensaba viajar a Escocia, iba a ir el Sr. Reynolds y tenía instrucciones claras de lo que debía hacer…
