Diciembre 1816 – Enero 1817

En diciembre, Georgiana invitó a su hermano a su casa a pasar navidad y fin de año. Estaba preocupada por él, ya que la última vez que lo había visto lo notó más taciturno que de costumbre. Deseaba que su hermano fuera feliz, y como ella era muy feliz en su matrimonio, pensaba que Darcy debía casarse.

De todas las señoritas que conocía, había solo dos que le parecían eran adecuadas para su hermano, la Srta. Martin y la Srta. Midelton. La Srta. Martin era la hija del párroco, tenía veintiseis años, era una mujer sensata que había estado comprometida con un coronel que había muerto en la guerra. Por otro lado, la Srta. Midelton era la hija del dueño de la hacienda lindera a la de su esposo, tenía veintiún años, era muy bonita y simpática.

Su hermano llegó dos días antes de navidad con regalos para ella y sus hijos. Como Anne aún era muy pequeña, Darcy prefería que se quedara en Pemberley.

En la noche previa a navidad, Georgiana hizo una gran cena en la que invitó a la Srta. Martin y a la Srta. Midelton, y acomodo las tarjetas de forma tal que su hermano estaba sentado entre medio de las dos.

Lamentablemente, a la media hora, Georgiana se dio cuenta de su error… Las dos muchachas querían llamar la atención de su hermano, pero le daba la impresión que su hermano no estaba interesado…

La cena paso sin grandes incidentes, y después de la separación de los sexos, la Srta. Midelton se ofreció a tocar el piano. Desde el punto de vista técnico indudablemente tocaba muy bien, pero la pieza que estaba tocando lo transporto años atrás a Rosings, y en particular a Elizabeth Bennet…

El resto de la semana pasó en forma similar; si bien conversó con ambas señoritas, ninguna de las dos le interesó. La Srta. Midelton le pareció muy joven, y la Srta. Martin le pareció sensata, pero tenían pocos intereses en común.

La primera semana de enero, salió hacia Londres. Por el mal tiempo, el viaje duro más días que de costumbre, y como consecuencia, llegó media hora más tarde al baile que su tía Lady Matlock hacia todos los años. Ese año en particular era en honor de su hijo, Sir Richard…

"Sobrino, llegas tarde. Pensé que no venías." Le dijo Lady Matlock aliviada al verlo entrar.

"Tuve algunos contratiempos por el mal tiempo. Pero ya estoy acá."

"Ven, hay algunas jóvenes que quiero que conozcas, y hay otras que ya conoces…"

Su tía le presentó unas jovencitas que habían debutado el año anterior, e incluso consiguió que bailara con la hija de un conde, Lady Sophia, que parecía interesada en él.

Al terminar el baile, Darcy volvió a su casa convencido que, si un día se casaba nuevamente, no iba a ser con una dama de la alta sociedad de Londres…

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A los pocos días de su llegado a Londres, Darcy fue a Hatchard's a comprar unos libros sobre nuevos adelantos en las técnicas de cultivo y a ver que libros se habían publicado recientemente. Iba en su carruaje distraído mirando hacia la ventana, cuando vio caminando del brazo de una señora a Elizabeth Bennet. Se veía tan hermosa como antes, pero a su vez se veía distinta. Por instinto golpeó el techo del carruaje para que su cochero parara, y cuando efectivamente paró, bajo rápidamente, pero no logró encontrarla…

Por dos días seguidos soñó nuevamente con ella, los sueños eran sobre hermosos y no sentía ninguna gana de despertar. Decidió hacer algo muy en contra de su carácter, iba a averiguar dónde estaba viviendo, para propiciar un encuentro 'casual'. Necesitaba verla…

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Después de la propuesta fallida y la posterior respuesta a su carta, Margareth Smith pensó en ir a Pemberley para ver a Darcy, pero finalmente decidió no hacerlo ya que los costos del pasaje y las posadas para pasar la noche eran muy altos.

Seguía trabajando con la modista, y no había vuelto al establecimiento de Madame Dupree. Con la única persona con la cual seguía teniendo intimidad era con el doctor que atendía a su hija, y solo las veces que lo llamaba por los problemas respiratorios que ella tenía. Como costumbre, que le había enseñado el doctor, nunca tenía intimidad sin usar protección para evitar enfermedades y un embarazo.

Al enterarse por el diario que Darcy estaba en Londres, decidió irlo a ver a su casa. Tenía solo 40 libras ahorradas, y estaba segura que Darcy iba a ser muy generoso con ella si eran amantes…, y estaba segura que iba a ser más generoso si lograba tener un hijo con él…