Disclaimer: Shingeki no Kyojin le pertenece a Hajime Isayama, esto es simplemente una divagación navideña.
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Notas de la autora: Este es un pedido de Angelicacuario para la "Colección navideña RivaHisu" que es una serie de 4 fics ubicados en navidad, cumpleaños de Levi y año nuevo a cargo de varias autoras. Este fic se ubica en todo el día del 24 de diciembre.
Nota 2: Este es el fic de navidad y por ende, el primero de esta serie y solamente consta de una parte. El capitulo dos, parte uno estará en mi perfil, mie tras que el capítulo dos, parte dos, estará en el perfil de Laurelin Grice al igual que el capítulo 3.
Agradecimientos: A Nazg, por hacer esta maravillosa portada, vayan a seguirlo en instagram.
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El peso de las promesas
Historia salió de su gran cama y se puso una bata acolchada sobre el pijama. Ese domingo en particular se encontraba muy frío, pero a pesar de eso, se sentía emocionada, después de todo, le prepararía a su prometido, un gran pastel.
Para muchas personas, el preparar un pastel no significaría nada más que tener un festejo o dárselo a alguien como manera de agradecimiento, algo que era un bonito gesto sin dudas, pero para Historia era mucho más que eso.
Comprobó la hora en el reloj de su mesita de noche y sonrió; era temprano todavía y tenía el tiempo suficiente para arreglarse antes de que Levi llegase. Se estiró mientras dejaba salir un bostezo y se dirigió al cuarto de baño para tomar una ducha. Dejó que el agua caliente cayera sobre su piel. La joven disfrutaba intensamente el contacto cálido del líquido vital y se envolvía gustosa en el vapor que se formaba. Empezó a enjabonar su cuerpo y no pudo evitar imaginarse a su amado acariciando toda su anatomía, recorriendo suavemente su cuello, sus pechos y el abdomen hasta desembocar hasta ese lugar en medio de sus piernas. Tuvo que morderse el labio ante la fantasía que se le presentaba y solo pudo sentirse agradecida con la vida por haber puesto a un hombre como Levi en su camino.
Un pensamiento le asaltó la mente: ¿Cómo habían logrado llegar a formar una relación tan estable a pesar de ser tan diferentes? Incluso la manera en la que se habían conocido le pareció mágica. Levi era Gerente de capacitación y desarrollo en una empresa que elaboraba textiles e Historia en ese entonces estaba terminando su carrera en diseño de modas y buscaba desesperadamente un lugar en el que hacer sus prácticas profesionales.
La universidad en la que Historia estudiaba organizó una feria de empleo para los recién egresados, pero ella, tan obstinada como era, decidió ir al evento con el fin de encontrar una empresa que estuviera contratando pasantes. No encontró nada relacionado a su rama, o bueno, habían empresas, pero no lograba conectar con ninguna de ellas. Llegó un momento en el que se encontraba cansada de tanto dar vueltas por el amplio salón y decidió sentarse en el primer banco que encontró libre. Recordaba que se encontraba cansada, molesta, acalorada y hambrienta, así que su humor no era el mejor. Sintió que su estómago gruñó y se levantó decidida a buscar algo para comer. Se acercó al primer stand que encontró y le preguntó al expositor en dónde se encontraba el patio de comidas, sin embargo, su mal genio desapareció al encontrarse con los ojos azules de su interlocutor.
Esa había sido la primera vez que lo vio.
Con el pasar del tiempo, Historia descubriría mediante las anécdotas que le contaba Levi, que él había ido a ese evento solamente porque el encargado de esa labor había tenido un imprevisto y que siendo él, la única persona con las cualidades necesarias disponible, lo habían enviado para salvar el día.
Historia cerró la regadera y sonrió un tanto apenada recordando su primera interacción. Estaba segura de que no le dio una muy buena primera impresión a Levi, pero de alguna manera, eso fue lo que los unió.
Salió de la ducha envuelta en la bata de baño de color blanco y con una toalla más pequeña del mismo color envolviendo su cabello. Eligió las prendas que ese día se pondría y decidió que lo mejor sería optar por algo cómodo ya que planeaba pasar todo el día en casa, refugiada bajo las cobijas con Levi, disfrutando del pastel que hubiesen horneado juntos. Pedirían comida a domicilio y verían películas de comedia romántica una tras otra hasta que la noche cayese, o bueno, tratarían de verlas, porque estaba segura de que no podrían aguantar más de media hora antes de envolverse en besos y caricias que desembocarían en la intimidad.
Estaba sacando las prendas del clóset cuando el timbre del departamento sonó ¿Quién podría ser? No esperaba a Levi hasta después de un par de horas y usualmente él solía avisar con anticipación si hacía algún cambio de último minuto, cosa que no sucedía a menudo. Historia, aún envuelta en la bata se dirigió al telecomunicador y presionó el botón para revisar la cámara. Su sorpresa fue enorme al ver a Levi parado afuera de su puerta, vistiendo una gran chompa de invierno roja.
—¿Pasó algo? —dijo Historia con un tono preocupado mientras abría la puerta.
Levi sonrió de esa manera tan sensual y dulce al mismo tiempo que la desarmaba por completo.
—Solo quería darte una sorpresa, pero veo que llegué demasiado temprano.
—¡Pues si que lograste sorprenderme! —exclamó ella con bastante alegría.
En efecto, Levi era de esas personas que lo calculaban todo. Siempre era puntual y no era fanático de las sorpresas, además valoraba mucho los espacios cerrados, con poca gente, y de ser posible, bajo un ambiente en el que pudiera controlar la mayoría de cosas.
—Entonces te espero en el sillón hasta que estés lista y podemos salir, ¿te parece bien?
Historia se quedó perpleja ante las palabras de su prometido ¿qué le había dicho?
—Pensé que nos quedaríamos aquí viendo películas y…
—Quiero hacer algo diferente.
Eso era totalmente nuevo e Historia no pudo evitar rememorar el principio de su relación. Había sido un tira y afloja constante hasta lograr llegar a un acuerdo. Un acuerdo en el que ambos salían ganando de cierta manera, así Levi podía estar en un lugar que no le significara tener que interactuar con personas ajenas a su entorno e Historia podía disfrutar de todo tipo de películas. Siempre le pareció curioso que un gerente de capacitación fuera tan reacio a convivir con otras personas, pero con el tiempo había descubierto que esa era su manera de descansar, de soltar el trabajo y concentrarse en lo que era importante.
Historia sonrió al saber que Levi se sentía en calma cerca de ella…
—Entonces, ¿qué debería ponerme?
—Algo cómodo y abrigado, porque hoy vamos a hacer todo tipo de cosas.
La joven se emocionó, tanto, que dio un pequeño salto en el lugar donde se encontraba. Se acercó a besar a ese hombre tan atractivo que tenía enfrente y caminó con una calma mal disimulada hacia la habitación.
Levi se sentó en el sillón aguantando las ganas de ir tras de Historia para admirarla, pero tenía que abstenerse, estaba seguro de que si iba con ella a la habitación, no saldrían del departamento en todo el día y ese no era el plan que él tenía. Debía admitir que esa mujer lo enloquecía, y no solamente eso, sentía una admiración total hacia ella, hacia sus talentos -que eran muchos- hacia esa personalidad explosiva y llena de vida, a la espontaneidad que siempre la acompañaba, características que definitivamente él carecía. Quizás por eso y por muchas cosas más la amaba.
Levi cerró los ojos y recordó tan vívidamente el día en la que la conoció y tuvo que reconocer que desde aquella ocasión, esa muchachita malhumorada había logrado captar toda su atención aunque en un principio no lo hubiese querido admitir.
Volverla a encontrar meses después en la empresa textil donde él trabajaba, fue lo mejor que le pudo haber sucedido en la vida, y pensar que todo se había tratado de una coincidencia, un suceso tan extraño que quizás nunca más se volvería a repetir, y es que justamente Historia había iniciado sus pasantías con una empresa de prendas de ropa de lujo que empezaba a posicionarse en el mercado y que había consolidado una muy buena relación de negocios con la empresa textil.
Dio la casualidad que Levi estaba capacitando a un nuevo grupo de empleados en el área de logística e Historia había sido encomendada a entregar unos documentos muy importantes y nuevamente se volvieron a ver, aunque solamente de lejos.
—¿En qué piensas? —Historia había notado a Levi un tanto extraño ese día, y aunque le encantaba que estuviese tomando la iniciativa de hacer cosas al aire libre, en realidad le preocupaba un poco.
—En que te ves hermosa.
No era muy común que Levi hiciese ese tipo de cumplidos, así que Historia, al no esperarse ese tipo de afecto, empezó a sentir como un calor agradable le subía por todo el rostro y una sensación cálida se alojó en su pecho. Ese día había decidido vestir un pantalón tipo palazzo rojo, que sabía que a Levi le gustaba, acompañado de unas botas negras bajas y un abrigo grueso blanco. Se podría decir que estaba a juego con Levi, aunque el color de sus prendas estuvieran alternadas.
—Estás mintiendo. —golpeó suavemente el hombro de su amado, era una especie de juego que habían desarrollado con el tiempo.
—En verdad eres hermosa.
—Pero no estabas pensando en eso.
—¿Recuerdas cómo nos conocimos?
—¿Hablas de la primera, la segunda o la tercera vez?
Levi se quedó un tanto pensativo y le ofreció una sonrisa juguetona.
—Hablo de la tercera…
—Oh si… claro que la recuerdo. Estaba terminando mi pasantía y nunca más te volví a ver a pesar de ir a tu empresa cada semana.
—Sabes que viajo mucho.
—Pero creo que las cosas resultaron como lo hicieron precisamente por eso.
—Era tu despedida, ¿no? hicieron una reunión en un restaurante formal y te invitaron a seguir trabajando con ellos en cuanto te graduases, pero tú tenías otras metas.
—Y tú estabas en ese mismo restaurante, con tus jefes y otros compañeros, ajustando los detalles de tu próximo viaje… lo recuerdo como si hubiese sido ayer.
—Y tu jefa, al vernos allí reunidos se empeñó a presentarte a mi jefe para que cuando regresaras a trabajar en la casa de modas, pudieran confiarte sin dudar los encargos de la empresa o lo que se necesitara.
—De ahí conseguiste mi número.
—Si no lo hacía de esa manera, quizás nunca más hubiésemos podido coincidir. Aunque debo admitir que fue un impulso loco. No sabía si ibas a aceptar a salir con un viejo que te lleva diez años de diferencia.
Historia lo miró con ternura, sabía que Levi no era de las personas que actuaban por impulso, y menos que menos tratándose del tema afectivo.
—Debo decir que eres el viejo más atractivo de todo Japón.
Esta vez fue el turno de Levi de darle un ligero golpe en el hombro a la mujer que había escogido como su compañera de vida y luego la abrazó para besarla en la frente. En ese momento, Levi quiso quedarse en el departamento, desnudarla suavemente y hacerle el amor hasta que el hambre los obligara a detenerse, sin embargo, el teléfono celular de él emitió un sonido y tuvo que separarse un poco de ella para comprobar que había llegado la notificación que estaba esperando. Sonrió al ver el mensaje y pronunció:
—¿Nos vamos?
—Claro que sí.
Salieron del departamento y abordaron un taxi que ya los estaba esperando.
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Se alejaron del sector de los condominios para dirigirse al centro de la ciudad, y mientras más cerca de su destino se encontraban, los adornos decembrinos empezaban a poblar los árboles, paredes y rejas del área comercial.
Levi contempló a su prometida mirando con emoción infantil los colores y decoraciones variadas de la ciudad.
—Te gustan, ¿no? los colores, las fiestas, el bullicio.
Historia asintió con alegría sin dejar de mirar por la ventana del taxi.
—Aún no me dices a dónde vamos a ir.
—Siempre comentas acerca de lo mucho que te gusta salir a caminar por el centro comercial en estas fechas, así que…
Historia se entusiasmó con la idea y besó a Levi de manera tierna a modo de agradecimiento.
Las cosas hubiesen seguido de manera natural, de no ser por el tráfico que se iba haciendo más denso conforme se acercaban al lugar.
De por sí, la ciudad siempre se encontraba abarrotada de carros y de personas, así que era de suponer que las cosas no estarían mejor siendo un domingo veinticuatro de diciembre. El malestar en el rostro de Levi se hizo evidente e Historia podía comprender su frustración. A su prometido no le agradaba el ruido estridente ni los trayectos largos en un vehículo, ya mucho tenía con tener que soportar todo eso en su trabajo como para también tener que hacerlo en su día libre.
—¿Y si regresamos a casa?
—No… usualmente nos quedamos en el departamento para que yo no tenga que vivir en un estado de estrés constante, pero la verdad es que puedo ver que muchas veces dejas de lado las cosas que quieres hacer conmigo… Eso empezará a cambiar.
Por un lado, Levi tenía razón. De un tiempo hasta la actualidad, Historia había dejado de insistir en tener citas que implicasen el ritmo acelerado de la ciudad en donde vivían, porque de cierta forma entendía que Levi era un hombre que solía vivir en un estado de estrés constante por el trabajo que llevaba. Historia pensaba que era innecesario tener que someterse a ese tipo de labor a pesar del buen dinero que ganaba, sin embargo, también entendía que Levi había hecho una serie de promesas en el pasado, promesas que no podía dejar de lado. Además, existía un encanto único en quedarse los fines de semana de invierno echados en el sillón o la cama, y en la primavera solían viajar a algún pueblito cercano con aguas termales y se dedicaban a tener conversaciones profundas, acompañadas de una muy buena comida.
—Te molesta el tráfico, ¿no?
—Si, pero eso no va a detener nuestra cita de hoy.
—¿Cuánto frío tienes?
—¿Y eso a que viene?
Historia se rió como si se tratara de una chiquilla a la que habían atrapado cometiendo una travesura e hizo detener el taxi. Lo único que Levi supo después, es que se encontraban corriendo por las calles abarrotadas de gente, tomados de la mano, esquivando a las personas que se cruzaban en su camino.
Levi estaba un tanto perplejo, pero divertido al mismo tiempo, definitivamente Historia nunca dejaría de sorprenderlo. Ella tenía la habilidad de convertir un momento no tan grato, en una aventura que al final terminaba disfrutando.
Mientras corrían, el mayor empezó a recordar la tercera vez en la que se conocieron- como ellos la llamaban- y hasta la fecha no dejaba de sorprenderse ante el impulso que había tenido con su jefe al pedirle sin rodeos el contacto de Historia. No recordaba muy bien la excusa que le había dado, solo sabía que había sido tan lamentable, que en seguida el señor lo palmeó en la espalda a manera de felicitación.
—Pensé que te quedarías soltero toda tu vida.
Levi intentó no escupir el vino que estaba bebiendo y trató de defender su excusa de manera lamentable. Una parte de él también pensaba que nunca lograría encontrar a alguien, más que nada porque siempre se había movido de manera demasiado cuidadosa en los temas referentes al dinero y al amor, además de que en intentos anteriores generalmente él terminaba por descartar a la candidata de turno al pensar que no lograrían llegar a nada bueno, o de plano, las mujeres terminaban por hartarse de él debido a sus estrictas reglas y su particular forma de ser.
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Lograron llegar al centro comercial después de varios minutos de estar corriendo por las calles heladas. Lo primero que hicieron fue dirigirse al patio de comidas, necesitaban urgentemente algo que los hiciera entrar en calor, además de que también debían desayunar, pues no habían tenido la oportunidad de hacerlo en el departamento de la muchacha. Levi se decantó por una taza de café negro, mientras que historia prefirió un gran jarro de leche con cocoa y crema batida decorada con grajeas de color verde y rojo coronada con una galletita de jengibre. De acompañamiento pidieron un quiche lorraine que era una tarta francesa de sal a la cual Historia le había agarrado cierto vicio luego de que Levi se la recomendara después de haber visitado el país.
Empezaron a comer con alegría mientras conversaban de cosas triviales. Nada acerca del trabajo. Generalmente Historia solía preguntarle sobre sus proyectos, sobre sus futuros viajes y demás, pero decidió que en esa ocasión valía la pena dejar de lado esos temas y en cambio prefirió contarle acerca del nuevo libro que estaba leyendo.
—¿Te imaginas? Tener la certeza de que todos tus recuerdos son falsos, y aún así, aferrarte a ellos porque son la base de tu personalidad, son tu esencia… Sin ellos, no serías nada.
—¿Cómo dijiste que se llama el libro?
—Lágrimas en la lluvia. Estoy descubriendo a esta autora… ¿Cómo se llama? — pausó un momento hasta dar con el nombre, mientras tanto, decidió comer un poco de la tarta. —. Rosa Montero, es extranjera, si no recuerdo mal es de España ¿o era de Francia?
Levi no podía dejar de verla. Le encantaba escucharla hablar de los temas que la apasionaban. La luz de sus ojos se incrementaba haciendo que su interlocutor se perdiera entre sus historias y sumergiéndolo de lleno en lo que sea que estuviera contando.
—Entonces, Bruna sabe que va a morir —Levi consiguió retomar el hilo de la conversación. —, pero todos sabemos que vamos a morir, ¿por qué eso sería especial?
—Porque ella sabe cuándo va a morir. Es una Rep de combate.
—Espera, espera, ahí me perdí ¿Qué es una Rep de combate?
—Claro, claro, te estoy contando todo en desorden, como si también hubieses leído el libro —Historia se quedó en silencio un momento y tomó otra porción del quiche. —. ¡Amo este pastel! Te decía, Bruna es una especie de androide o algo así, es como un clon al que le vertieron recuerdos para crear su personalidad y tiene alteraciones de ADN para que su cuerpo se adapte a la función que le corresponde. Entonces una Rep de combate es…
—Un clon creado para el combate, ¿no?
—¡Eres tan inteligente!
La relación de ambos había sido un poco complicada al inicio, dado que muchas veces Levi pensaba que la joven se burlaba de él por algunos comentarios que parecían sarcásticos, e Historia tenía la certeza de que en un momento u otro terminaría por rendirse con él debido a que era demasiado reservado y no lograba comprenderlo del todo, sin embargo, a pesar de los roces que tenían, los dos sabían que algo bueno saldría de todo aquello. Levi encontraba su calma entre la energía abrumadora de Historia, y ella por su parte había encontrado un lugar al cual asirse, un lugar seguro en donde podía fluir y al mismo tiempo descansar.
El error había radicado en que en un inicio, por los nervios, ni el uno ni el otro era capaz de hablar directamente de sus emociones y debilidades, tuvieron que llegar a la tercera cita y sentir que esa sería la última. Levi dejó de lado sus apariencias y decidió hablar directamente con ella al sentir que el final estaba cerca, y eso que solamente se estaban conociendo ¿Tan malo era para relacionarse? Levi le comentó sobre su mal carácter y lo difícil que era para él encontrarse en lugares en donde no tenía el control. Que era un viejo que no estaba a la moda y no lograba entender del todo las nuevas tendencias y que si era estricto en muchas cosas era porque había hecho una promesa. Historia fácilmente hubiera podido decidir alejarse, ahuyentada por las palabras de Levi, así que dio con una genial idea, si el problema eran los espacios que no podía controlar, sería mejor encontrarse en un lugar en el que Levi no se sintiera en presión. Lo demás iría surgiendo si así debía ser.
—¿Qué es lo siguiente? —preguntó Historia en cuanto terminaron de desayunar.
—Estuve investigando, y se supone que las parejas suelen ir a esos locales de videojuegos. Pensaba que te podría gustar.
—Ya no somos niños…
—Aunque muchas veces sigas pareciendo una.
Historia se tomó a bien la broma de su prometido, así que respondió de una manera juguetona:
—Solamente porque tú insistes, voy a dejar que ganes un osito de peluche para mi.
Y tras esto, se dirigieron a la sección de juegos de video que estaba repleta de gente, entre ellos, varios estudiantes de colegio, niños pequeños con sus padres y en general, personas de todas las edades.
—Creo que voy a necesitar que me guíes. —dijo Levi al encontrarse con el gentío y las numerosas máquinas.
Historia lo tomó de la mano y lo llevó hacia uno de los extremos del gran salón para encontrarse frente a una infinidad de máquinas de diversos tipos que contenían premios.
—Con que un oso de peluche, ¿no? —Levi recordó las palabras de su novia.
—Así es.
Levi insertó el aporte que requería la máquina de garra y haciendo uso de toda su concentración- que en ese momento era casi nula por la música estridente del lugar- se dispuso a sacar un osito blanco con un lacito rojo en el cuello. Tras varios intentos fallidos, a Historia no le quedó otra opción que tomar acción.
—Creo que es hora de que te muestre como se hace.
—Pensé que dijiste que esto era solo para niños.
—En mi infancia era muy buena con estas cosas, así que creo que no he perdido el toque.
Historia metió una moneda por la ranura, esperó a que las luces led pegadas al vidrio se prendieran y apagaran y procedió a manejar la garra.
—El problema es que atacas directamente, pero en realidad, debes desestabilizarlo primero. Es toda una estrategia.
La garra mecánica se movió alrededor del oso de manera brusca, creando así una oscilación, y cuando el movimiento fue suficientemente fuerte, Historia movió la palanca hacia el frente, provocando así que la garra derribara al peluche, liberándolo así de los demás.
—Está bien, señorita experta en juegos mecánicos ¿qué sigue luego?
—Solo observa.
Historia metió una nueva moneda y procedió a agarrar al oso que ya no estaba atrapado entre extremidades de tigres, leones y pingüinos de felpa. La garra logró aferrar la cabeza y con sumo cuidado, la joven piloteó el mecanismo para hacer llegar al oso al agujero por donde saldría.
—En verdad eres buena. Podrías hacer muy buen dinero sacando juguetes de estas máquinas y luego venderlos.
—Ese es mi sueño. —Rieron mientras Historia recogía su premio. Le extendió el osito a Levi al tiempo que le dedicaba una sonrisa amplia. —Ten, ahora podrás regalármelo.
Levi tomó al animalito de felpa y lo miró directo a esos grandes ojos negros vidriosos.
—Creo que te lo daré luego.
—Eso es hacer trampa.
—Merezco tener un momento con el osito, en la noche te lo llevarás y estoy seguro de que dormirá contigo cuando yo me encuentre de viaje.
—Solo dejaré que te lo quedes por un momento. Se ven tan bonitos juntos.
Retomaron su camino para recorrer el centro comercial. Se dedicaron a mirar los escaparates de las tiendas adornados con pequeños árboles navideños y nieve de espuma flex mientras hacían diversos chistes acerca de una u otra cosa, después de todo, ambos compartían un sentido del humor bastante particular.
—¡Mira! me encantan esas cosas. —Historia se entusiasmó al encontrar una de esas cabinas de fotografías que solían colocar por todos sitios. —. ¿Nos tomamos unas fotos?
—Claro, será un lindo recuerdo.
Entraron juntos al pequeño espacio e Historia se encargó de configurar el número y disposición de las fotos.
—¿Estás listo?
Levi asintió y una cuenta atrás en la pantalla dio inicio.
3,2,1…
El sonido característico de una cámara se abrió paso después de que el contador llegara a cero. Levi estaba un poco perdido, no sabía cómo posar, pero Historia lo abrazaba, guiándolo para que pudiera soltarse y ser más natural frente a la cámara.
—Ahora, solo debemos ponerles un fondo, filtros y stickers, ¿me ayudas a elegirlos?
El buen ojo de Historia para los colores, resultó en una serie de cinco fotografías en las que parecía que se encontraban a las afueras de una cabaña en un bosque nevado. Mirar la foto automáticamente provocaba frío, pero las sonrisas de la pareja acompañada de la luz amarillenta de la cabaña de fondo, lograban transmitir felicidad.
Siguieron paseando por el centro comercial, visitando tiendas y locales de ropa, de artesanías extranjeras, de postres chocolates y jugueterías. Y así, casi sin darse cuenta, la hora del almuerzo estaba cerca.
Decidieron que irían a un restaurante de ramen que se encontraba cruzando el parque, así que salieron del centro comercial y fueron caminando a paso lento mientras admiraban los árboles de cerezo cubiertos de nieve.
—¿Sabes a qué me recuerda todo esto? —Historia suspiró con alegría y melancolía al mismo tiempo.
—¿A qué?
—A la vez cuando me pediste que sea tu novia…
—Fue en nuestra cuarta cita.
—Hasta ahora no entiendo cuál fue tu motivación para pedírmelo.
—¿No quedó claro ese día?
Aquella noche habían quedado de verse en ese mismo parque, y desde allí irían al departamento de Levi. Comerían (algo) mientras bebían un poco de vino y conversarían de manera que pudiesen conocerse mejor. Levi debía admitir que el entusiasmo de la joven lo intimidaba un poco, pero también tenía la certeza de que ella estaba poniendo todo de su parte para poder ir con el ambiente sobrio que destilaba el lugar, sin que eso necesariamente significase que estuviera conteniéndose. Poco a poco fieron relah´ndose y la charla se extendió hasta que la botella de vino se acabó. para ese momento, Levi estaba más que convencido de que quería estar con ella por mucho más tiempo, no solamente por tratarse de una mujer hermosa, sino que también era muy inteligente y sobretodo, comprensiva, algo que definitivamente no había encontrado en ninguna otra mujer, al menos no, todas esas cualidades juntas.
—Hace algunos años, hice una promesa muy importante. —Levi pensó en dar el siguiente paso, después de todo, sentía que había llegado el momento de presentarse con todos sus defectos.
Historia le puso toda su atención al notar que la voz de Levi se volvía mucho más seria y profunda, ella solamente se limitó a asentir para instarlo a continuar.
—Soy un hombre un tanto extraño, con muchas manías y al que le gusta que todo tenga un orden, además, socializar en otros ámbitos que no involucren el trabajo me es muy complicado.
—Entiendo, y por eso quise venir aquí, para poder verte en tu hábitat natural.
Levi sonrió, algo que no sucedía con mucha frecuencia e Historia se quedó prendada del gesto. Se veía tan atractivo con esa sonrisa de medio lado.
—Ahora bien, la promesa que hice provocó que todo se intensificara, y por ende me volví adicto al trabajo y también muy cuidadoso con absolutamente todo —Levi alzó su copa para beber un poco de vino, pues decir las siguientes palabras requerían de cierto valor, sin embargo, descubrió con desagrado que el recipiente se encontraba vacío. —. Quizás por eso, nunca tuve suerte en el amor.
Historia se sintió contrariada al no saber el rumbo que tomaría la plática, pero presentía que no sería nada favorable, esto por varios rumores que rondaban tanto en el trabajo del hombre como en su propio trabajo. Levi tenía mala fama de ser un rompecorazones o incluso un cretino, sobretodo porque había rechazado en más de una ocasión a las recepcionistas, gerentes o cualquier mujer que se le acercase. Quizás esas habladurías habían hecho que la curiosidad de Historia hacia ese hombre se incrementara, y más aún cuando la invitó a salir.
—¿A qué quieres llegar con esto? —Estaba lista para tomar sus cosas e irse, le diría que él tampoco era lo que ella estaba buscando a pesar de ser una mentira. Estaba decidida a marcharse con su dignidad intacta.
—Me la paso muy bien contigo, y no quisiera equivocarme, pero me da la impresión de que tú también lo haces, además, me siento cómodo a tu lado. Pienso que si iniciamos una relación de pareja, podemos complementarnos muy bien y quizás en un futuro podríamos formar una familia. Como yo lo veo, es un ganar y ganar a partes iguales.
Historia entrecerró los ojos tratando de comprender lo que Levi le estaba diciendo, y aunque el mensaje estaba muy claro, no se sentía como una declaración formal.
—¿Me estás pidiendo que sea tu novia? —Historia prefirió cerciorarse de que había comprendido el mensaje antes de crearse ideas disparatadas.
—Es lo que acabo de decir, ¿no?
Las cosas habían escalado muy rápido… demasiado. Era la cuarta vez que salían juntos y Levi ya le estaba hablando de formar una familia, y a pesar de que a la joven le atraía muchísimo el señor que tenía en frente, por alguna razón no se sentía del todo satisfecha. ¿Dónde estaban las flores y el discurso amoroso? no había rastros del "me gustas mucho" o del "cuida de mí por favor" que tanto había soñado con recibir cuando llegase el día. A lo mejor Historia había idealizado esos momentos por ser ella fanática de las películas extranjeras y le parecía hermosa esa tradición occidental de tener declaraciones elaboradas y ostentosas.
Terminó aceptando esa noche, porque a pesar de todo, ella también se empezaba a sentir cómoda junto a él. Encontraba el orden que ella tanto necesitaba, y admitía que lo que Levi le había dicho con respecto a la compatibilidad, era algo que no podía negar.
Paulatinamente, Levi le fue contando a Historia las razones por las cuales se había obsesionado con todas esas cosas que le había contado en esa noche. Todo se remontaba a algunos años atrás, cuando Kuchel, la madre de levi, había contraído un cáncer de ovario que fue detectado demasiado tarde.
Kuchel había sido una buena mujer, muy trabajadora, pero que a pesar de darlo todo en sus labores, nunca logró destacar entre los demás. Había criado a Levi con muchísimo amor y mano dura para que él tuviera más y mejores oportunidades en la vida. Cuando la enfermedad hizo metástasis en los pulmones, no faltaba un solo día en el que ella le recordase a levi la importancia de trabajar duro, ser ordenado, leal y pulcro, además solía recalcarle que era primordial saber con quién su y con quién no en los asuntos del corazón.
En el lecho de su muerte, la señora le había hecho prometer a un Levi mucho más joven, que se convertiría en un hombre de bien, que siempre mantendría en alto los valores que ella le había inculcado, y que si algún día llegase a querer formar una familia, debía hacerlo con una mujer que pudiese caminar a su lado. No muy adelante como para abandonarlo, ni tampoco atrás como para retrasarlo, pero eso sí, siempre impulsándolo para ser mejor.
Después del funeral, Levi se dedicó a trabajar con muchísimo más ahínco. No se tomó ni un solo día libre para llorar u honrar la memoria de su madre, y a partir de ese momento, solía negarse a tomar vacaciones…
—En vez de una declaración de amor, parecía más un contrato. —se quejó Historia mientras miraba las copas de los árboles de cerezo cobijadas por la manta blanca de la nieve. —¡Poco más te faltó para sacar algunos papeles y hacerme firmar algo!
—Ganas no me faltaron, pero debes admitir que todo salió bien., de lo contrario, no estaríamos aquí.
Historia le sonrió y retomó el camino ya que el clima poco a poco se iba enfriando más y no quería pescar algún resfriado, además, ya quería probar el ramen. Había escuchado que el que preparaban en ese lugar, era delicioso.
Caminaron lentamente mientras intercambiaban palabras sin ninguna relevancia, haciendo bromas entre sí sobre cualquier cosa que apareciera en el camino hasta que por fin llegaron al restaurante.
El sitio era amplio y acogedor. Varias mesas se acomodaban de manera armoniosa en un extremo del restaurante, mientras que del otro lado había una barra en donde uno podía ver como preparaban su comida en vivo. Optaron por sentarse en el lugar más apartado de la puerta, que era también el sitio que menos gente tenía. El aroma del caldo mezclado con varias especias les abrió el apetito y ordenaron su comida mediante una pantalla táctil que se encontraba junto a la mesa.
Mientras los platos llegaban, siguieron conversando. Esta vez fue Levi quien tomó las riendas de la plática.
—¿Recuerdas el nuevo grupo sobre el que te comenté?
—Si… No me digas que alguien reprobó.
—Fue peor que eso.
—Uy, esto va a estar interesante.
—Resulta que ayer le dimos la bienvenida a ese grupo, por suerte todos pasaron la capacitación y no tuvimos que abrir un nuevo proceso. En fin, dio la casualidad que el jefe estaba dando un recorrido para los futuros inversionistas. Todo iba bien hasta ahí hasta que a uno de los inversores se le ocurrió organizar una salida porque le encantó el ambiente de la empresa, y mi jefe no tuvo otra opción que aceptar. Entonces terminamos yendo algunas personas que estamos en el área de desarrollo, algunos gerentes y también incluyeron a los nuevos.
—Por eso anoche llegaste tan tarde a tu departamento. —Historia expresó un gesto de lástima que trataba de camuflar con una sonrisa. No se imaginaba lo mal que tuvo que haber pasado Levi.
—Si, pero solo porque no pude escaparme como otras veces. Me tendieron una trampa.
En ese momento, un mesero depositó dos sopas calientes en la mesa. Tanto Levi como Historia se inclinaron para darle las gracias y continuaron con su conversación después de decir "buen provecho".
—¿Y qué pasó en la reunión?
—Al principio se notaba un ambiente un poco tenso entre uno de los nuevos con uno que ya lleva trabajando ahí un buen tiempo, pero después de algunas cervezas, todos los que estábamos allí nos enteramos que el nuevo había sido el amante de la ex esposa del antiguo.
—¿Y cómo se enteraron de eso ustedes?
—Porque literalmente se agarraron a golpes afuera del bar. Al final solamente tuvimos que armar las piezas del rompecabezas con lo que se gritaban cuando se les intentó separar.
—Tuviste mucha suerte de poder presenciar en primera fila un chisme tan bueno. Sabes que en tu lugar de trabajo se hablará de esto durante meses, ¿no?
—Y tu sabes que no me gusta el chisme.
—Pero a mí sí. Así que siempre te agradeceré cuando me traigas algo así de interesante.
Antes de Historia, Levi poco se involucraba con la gente de la oficina, pero desde hace un tiempo atrás, había decidido poner atención a esos detalles, porque sabía que a su novia le encantaba escuchar las anécdotas de oficina.
…
Salieron del lugar un par de horas más tarde debido a que se habían entretenido en sus pláticas, además de que la comida estaba deliciosa y repitieron el plato. Nuevamente cruzaron por el parque mientras miraban cómo el cielo se iba oscureciendo al tiempo que las luces navideñas se iban encendiendo. Caminaron lentamente tomados de la mano. En esta ocasión no hablaron, después de todo, también se sentían cómodos en el silencio y les bastaba saber que estaban uno junto al otro. De vez en cuando, sus miradas se cruzaban y se dedicaban una sonrisa para después volver a lo suyo. Se veían tan bien juntos y a la vez tan felices, que parecían una pareja recién formada cuando en realidad llevaban más de un año juntos.
Historia bostezó cubriéndose la boca y unas pequeñas lágrimas saltaron desde sus azules ojos.
—Estoy muy cansada… ¿podemos volver a casa?
Levi titubeó un poco antes de hablar.
—Pero todavía es temprano… Ni siquiera han prendido todas las luces y tampoco hemos comido en el KFC.
—¿KFC?
—Si… ese restaurante de pollo frito. KFC.
—¿Sigues con hambre?
—No, pero se supone que es lo siguiente que deberíamos hacer.
Historia soltó una carcajada tan sonora que llamó la atención de varios transeúntes.
—¿Estuviste buscando guías o consejos sobre las cosas que uno hace en navidad?
Levi se ruborizó un poco al verse descubierto.
—También me gustaría hacer ángeles en la nieve.
—Sabes que no era necesario hacer todo esto. En verdad amo estar en casa contigo, abrazados, viendo alguna serie o película, quizás escuchando música o cocinando algo entre los dos… Además, no es que siempre estemos encerrados en casa, también amo nuestros viajes y las pláticas profundas, también amo nuestras conversaciones sin sentido.
—Lo sé… Y agradezco muchísimo que tú te hayas adaptado a mis costumbres extrañas y aburridas, pero igual siento que yo debería dar más de mi parte.
—Eres demasiado duro contigo mismo. ¿No has notado cuánto has cambiado?
Levi se quedó un poco pensativo. Al parecer no tenía consciencia de lo mucho que había evolucionado con el pasar de los meses.
—Si. Sigues teniendo tus extrañezas con respecto al orden, a la limpieza y al tiempo, algo que no me molesta en absoluto, porque gracias a ti puedo mantener reluciente mi departamento y ya no suelo perder mis cosas con tanta frecuencia como antes.
—¿Ves? Sigo siendo el mismo viejo aburrido.
Historia se acercó a él para tomar el rostro de Levi entre sus manos. Acarició tiernamente las mejillas del hombre para obligarlo a mirarla hacia los ojos.
—¿Recuerdas que meses después de que me pidieras ser tu novia, te reclamé por la manera en que me lo pediste?
—Claro que me acuerdo de eso… —Levi aceptó el gesto de Historia al llevar sus propias manos sobre las de ella.
—Tu respuesta inmediata fue empezar a ser más dulce conmigo.
—¿En serio?
—¿Acaso no te fijas en esas cosas?
—Soy un cero a la izquierda con respecto a esos asuntos.
—A estas alturas del camino puedo entender el por qué tus pretendientes terminaron huyendo —El tono de su voz oscilaba entre la ternura, la delicadeza y un poco de burla. —, pero mejor para mí. Puedo decir con orgullo que me gané el premio mayor.
Levi tuvo tantos deseos de besarla allí mismo a pesar de encontrarse en público, y con delicadeza la tomó de la barbilla para acercarla más a él. Sus labios apenas se rozaron, y eso fue suficiente para crear en Historia una revolución completa.
—Vamos a casa. —Casi le suplicó la muchacha.
—Aún no es hora. —susurró Levi mientras la alejaba con delicadeza.
—Vas a pagar muy caro por esto. —amenazó entre frustrada y divertida. —Entonces ¿qué es lo siguiente en tu itinerario? pero que no sea comer en el KFC… sigo llena por el ramen.
—Lo único que se me ocurre es hacer angelitos de nieve.
—Tengo una mejor idea. Tú quédate aquí. —Acto seguido corrió algunos metros para luego parar abruptamente y agacharse para recoger algo del suelo.
Levi la miró un tanto extrañado. No logró captar las intenciones de su novia hasta que sintió el impacto de una bola de nieve en el área de su pecho sobre el abrigo. El golpe le hizo recordar la pequeña cajita que precisamente llevaba oculta en ese lugar y se quedó pasmado. Una serie de pensamientos se arremolinaron en su mente y se preguntó si sus planes no estaban yendo muy lejos. Por un momento temió que la sorpresa que le tenía preparada a Historia resultara tan desastrosa como la vez en la que le pidió matrimonio.
Recordaba que había estado dándole vueltas al asunto desde que ella le había reclamado el poco tacto que había tenido cuando le pidió que sean novios, además de que todo había sido tan frío y calculado , así que decidió que le pediría matrimonio de manera en que ella pudiera sentirse como en una de esas películas extranjeras que veían cada fin de semana.
Empezó a tomar notas mentales de las cosas que a Historia le parecían románticas y fue descartando las opciones que a ella le parecían ridículas. Solía tomar como base los comentarios de la joven o los suspiros profundos acompañados de algunas lágrimas y fue tan minucioso en su proceso que logró crear todo un esquema que calificaba las escenas del uno al cinco, en donde además de los factores antes mencionados, también calificaba sus posibilidades económicas, físicas y mentales.
A partir de ahí, Levi fue descartando y modificando sus opciones hasta por fin dar con una mezcla de eventos infalibles, y siguiendo su plan, invitó a Historia a pasar todo un fin de semana en un hostal de aguas termales.
Salieron un sábado muy temprano en la mañana para poder aprovechar el día. Pasearon por uno de los bosques del sector y luego disfrutaron de un masaje relajante, aunque lo más justo sería decir que Historia disfrutaba del masaje mientras Levi se dedicaba a hacer estiramientos a un lado, ya que no le gustaba que personas ajenas a él estuvieran en contacto con su piel.
Después de eso, se dirigieron a su habitación. Levi la había elegido especialmente porque tenía un estanque de aguas termales privado y cuando la orden de sushi llegó a la estancia, procedieron a meterse a la piscina para disfrutar de la comida. Levi aprovechó a esconder el anillo en uno de los bocaditos favoritos de la muchacha, ahora solamente tendría que esperar a que lo encontrara.
Estuvieron conversando durante un buen tiempo mientras comían y bebían vino. A veces se rozaban de manera sugerente, explorando la desnudez completa que presentaban. Historia por fin recogió al bocadito que hacía las veces de caballito de Troya y se lo metió a la boca para comerlo. Tuvo la mala suerte de morder el anillo con fuerza, tanta que se le astilló un diente provocándole una herida en la parte interior de la mejilla. La reacción que tuvo Historia fue escupir todo el contenido de su boca para poder atenderse la herida y Levi solamente pudo pensar en dos cosas: Uno, que necesitaba un doctor, y dos, necesitaba a alguien para recuperar el anillo del fondo de la piscina.
Está de más decir que tanto el personal médico como el de mantenimiento de las aguas termales estaban desconcertados. Ambos seguían desnudos, apenas tapados con las toallas mientras el doctor revisaba a Historia y un grupo de gente se había zambullido en el estanque para buscar algo que Levi expresó mantener en secreto. Una voz proveniente de las afueras de la habitación dio la buena noticia de haber encontrado el objeto culpable de la herida de la joven. Historia se levantó en ese momento, después de todo, necesitaba saber que le había causado tanto daño.
Al final, Levi terminó proponiéndole matrimonio en medio del personal del hostal, quienes se limitaron a aplaudir entre risas. Historia aceptó la propuesta sin dudar ni un solo segundo, y a pesar de haber terminado con un diente roto, debía aceptar que hasta el momento, había sido lo más memorable que había vivido hasta la fecha.
—¿Estás bien? —Historia se acercó a él con prisa. Temía haberlo lastimado con la bola de nieve, pues él solamente se había quedado estático.
—Estoy bien, no te preocupes —dijo al tiempo que reía. —. Solamente estaba recordando la vez en que nos comprometimos.
—¿Sabes qué es lo único que lamento de ese día?
—No… ¿Qué cosa? —Levi empezó a ponerse nervioso por la respuesta de su prometida, que él recordase, ya habían hablado del desastre que fue todo aquello y al final, él terminó prometiendo que no volvería a tomar como base lo que veían en las películas.
—Que al siguiente día tuvimos que salir temprano del hostal y regresar hasta aquí para ir a un dentista. Me hubiera gustado quedarme allí durante toda una semana.
Levi acarició el cabello de Historia con delicadeza mientras miraba directamente hacia la profundidad de sus ojos. Quería perderse en ese mar infinito y decidió que ya no la haría esperar más.
—Hay una razón por la cual hice todo esto —Levi sentía que el corazón se le iba a salir del pecho, pero ya no había vuelta atrás. Miró a su alrededor y notó que las luces que adornaban los cerezos empezaban a encenderse al igual que los bombillos de las rejas y los postes. — Había pensado en un discurso, pero con la conversación que tuvimos hace algunos minutos, botaste por completo muchos de mis argumentos.
—Me estás asustando Levi… Por favor no me digas que algo va a caer del cielo —Historia miró divertida hacia arriba. —. Prometiste que dejarías de hacer sorpresas extremas sin antes consultarlo con un profesional.
—¿Me vas a dejar hablar?
Historia lo miró de vuelta sin dejar de sonreír.
—Sólo bromeaba.
—Iba a hablarte sobre mis manías y mi manera de ser…
—No es necesario, sabes que así como eres me encantas. Eres perfecto.
Levi asintió un poco apenado.
—Entonces creo que saltaré hacia la parte más importante. Historia, todos estos meses a tu lado me han mostrado que no quiero tener que seguir viviendo un día más lejos de tí. Sé que habíamos acordado no vivir juntos hasta después del matrimonio, pero ya no soporto tener que verte solamente los fines de semana en los que no estoy viajando. Quiero sentirte cerca todas las noches que me sean posibles y despertar a tu lado todas las mañanas. Sé que al principio va a ser un tanto difícil, sabes que me cuesta mucho cambiar mis rutinas y ceder en cuanto a mi espacio personal —Levi tuvo que cambiar el discurso sobre la marcha, algo que no le estaba gustando para nada y sintió que empezaba a dar vueltas sin llegar a ningún sitio. —. Lo que quiero decir, es que quiero que vivamos juntos, porque no creo poder soportar un año hasta nuestra boda. —Levi sacó una pequeña cajita de un bolsillo interno del abrigo rojo y le extendió la misma.
A Historia le encantaba cuando Levi se ponía en ese estado. Le resultaba tan tierno y al mismo tiempo despertaba dentro de ella un deseo inmenso de abrazarlo, tocarlo y explorarlo por completo. La muchacha aceptó el presente y lo abrió con cierta emoción.
—Es precioso. — Dentro de la cajita se encontraba un juego de llaves sostenido por un llavero que tenía la forma de un par de alas.
—Entonces, ¿qué dices?
—Claro que acepto… Yo tampoco quiero seguir esperando para poder estar contigo todas las noches y todas las mañanas. —Se abrazaron de manera amorosa sin darle importancia a la gente que pasaba a su lado.
—¿No se te hace extraño que te haya regalado una llave?
—Ahora que lo mencionas… con el llavero bastaba, después de todo, ya tengo una copia de las llaves de tu departamento.
Levi sonrió con un poco de superioridad.
—Ese es el punto. No son las llaves de mi departamento…
—No me digas que…
—De hecho, no son las llaves de ningún lado. La realidad es que simbolizan las llaves de nuestro nuevo hogar. Decidí que ya era hora de buscar nuestro espacio y bueno… He estado hablando con agentes de bienes raíces y…
Historia no pudo soportarlo más. Notaba todo el empeño que había hecho Levi para poder armar toda la sorpresa y solamente tuvo deseos de fundirse con él de todas las maneras posibles.
—¿Podemos ir a casa? —Los ojos grandes de Historia se encontraban un tanto entrecerrados mientras que sus labios estaban ligeramente abiertos y un rubor intenso pintaba la piel de sus mejillas. Levi la conocía demasiado bien como para saber lo que eso significaba y no pudo evitar sentir un hormigueo placentero en toda su piel al imaginarse todo lo que le haría cuando llegasen al departamento.
—Vámonos. —Alcanzó a susurrar antes de que los dos saliesen corriendo hacía la calle principal para tomar un taxi.
Dentro del vehículo todo lo demás desapareció. Jugueteaban rozando entre sí sus dedos. Historia le acariciaba la pierna con dulzura y él le dedicaba miradas profundas llenas de deseo.
Al llegar a la puerta del edificio en donde Levi vivía, saludaron al guardia de turno con prisa para pasar directamente a los elevadores. No tuvieron el resguardo de disimular que estaban ansiosos por llegar a su piso, y el encargado de la seguridad se limitó a sonreír. Siempre era un gusto ver parejas enamoradas.
Dentro del ascensor, tanto Levi como Historia dieron rienda suelta a sus deseos. Los besos apasionados y fogosos los ahogaban de manera deliciosa y el latido de sus corazones se aceleraban paulatinamente mientras el elevador los llevaba a su destino. Las puertas se abrieron dejando al descubierto a una pareja de amantes que no podían seguir guardando la compostura, y sin dejar de aferrarse el uno al otro, hicieron malabares para poder abrir la puerta del departamento.
Levi azotó la puerta para cerrarla y así no perder demasiado tiempo. Muy poco les importó la oscuridad del lugar y tropezando con varios muebles lograron llegar a la habitación.
—Alexa, prende la chimenea. —jadeó Levi al momento de llegar a la habitación. El calor se hizo presente desde un extremo del sitio y el fuego falso apenas logró iluminar la estancia.
Historia se quitó el pesado abrigo blanco, pues sentía que la ropa le estorbaba. Necesitaba desnudarse y sentir la piel de Levi sobre la de ella. El hombre también se despojó del abrigo rojo con cierta prisa y volvieron a abrazarse. Levi hundía sus labios en el cuello de Historia arrancándole suspiros intensos. La agarró del cabello de manera un tanto brusca y obligó a la joven a darse la vuelta para apoyarla sobre una de las paredes. Le acarició la columna tan suavemente con un dedo y después apretó las caderas de la muchacha con ambas manos de manera sensual. Historia estaba enloqueciendo solamente con el contacto que su amado le propiciaba y los gemidos no tardaron en aparecer.
El ritmo acelerado y errático de la respiración de ella le indicó a Levi que estaba yendo por buen camino, y se dispuso que esa noche la haría disfrutar como nunca antes en su historia. El hombre procedió a quitarle el saco de lana para por fin llegar hasta la piel blanca, que para ese momento estaba escasamente iluminada. Tras tocarla levemente y sentir como Historia se estremecía decidió avanzar un poco más. Desabrochó el sujetador liberando los senos, y sin sacarle la prenda todavía, se aferró a la suavidad del busto. Jugueteó un poco, moviéndolos de arriba hacia abajo, sintiendo en la palma de su mano como los pezones se erguían de manera mágica. Se apegó al cuerpo de su prometida, empujando con cierta fuerza su propia pelvis hacia la de ella.
—¿Ves lo que provocas? —le susurró al oído mientras le refregaba una gran erección entre las nalgas bien trabajadas.
Historia tembló al sentirlo y pudo imaginarse a Levi irrumpiendo dentro de ella. Una risilla nerviosa se hizo presente en el silencio de la habitación. Levi no siguió perdiendo el tiempo y se dedicó a despojar a Historia de la poca ropa que le quedaba. Primero se arrodilló para bajarle el pantalón rojo de manera lenta y con la palma abierta le propinó una nalgada que la hizo sobresaltar.
—Eres hermosa.
Las piernas de Historia flaquearon. Para ese momento se encontraba tan excitada que la mente se le nublaba. Atinó a darse la vuelta y Levi se incorporó para abrazarla y llevarla a la cama. Se recostaron de manera lenta sin dejar de tocarse y la joven decidió que era hora de avanzar un paso más. Ella se sentó sobre la cama para desvestir a su prometido, y cuando tuvo acceso por fin a la piel desnuda, se encargó de llenarlo de besos al tiempo que hurgaba dentro de los pantalones del mayor. Agarró con una mano el falo y empezó a masturbarlo de manera lenta, solamente quería estimularlo lo más que pudiera para sentirlo dentro de ella en todo su esplendor. Levi se relamía los labios ante el contacto.
—No puedo más.
Ella asintió y se levantó para dirigirse a la mesita de noche y mientras Levi terminaba de desnudarse, ella sacó un preservativo. Lo abrió con sumo cuidado y luego procedió a colocarlo sobre el pene erecto.
Historia se recostó en la cama frente a él y Levi se abalanzó sobre ella. La besó con extrema dulzura mientras trataba de apuntar el glande hacia la entrada de la vagina de su amante. Cuando por fin logró dar con el lugar, empujó suavemente. Historia cerró los ojos y mordió su labio inferior al momento en el que sentía la irrupción y se aferró a la espalda de Levi como quien se aferra a la orilla.
Las estocadas en un principio fueron lentas, pero conforme los segundos pasaron, se tornaron cada vez más fuertes y violentas. El sonido acuoso de la humedad de sus sexos se esparcía por toda la habitación acompañado de jadeos y suspiros intensos.
Levi se detuvo de manera abrupta al sentir que en cualquier momento acabaría, y todavía no quería hacerlo. No hasta haberle robado varios orgasmos a su novia.
—Da la vuelta. —La voz ronca de Levi estremeció a Historia, quien no tuvo más opción que obedecer.
La muchacha adoptó una posición que dejaba sus nalgas al descubierto, completamente a merced de Levi y lentamente fue bajando sus pechos hasta que estos tocaron el cobertor. Levi sonrió, le encantaba tenerla en esa posición, ya que sabía que era una de las favoritas de su novia. Acercó su boca hacia el perineo de la muchacha que para ese entonces estaba más que al descubierto y procedió a lamerlo de manera voraz.
Historia estaba enloqueciendo. De tanto en tanto optaba por morder las cobijas para no hacer demasiado ruido, pero lo que le estaba haciendo Levi le dificultaba ese trabajo, así que dejando a un lado sus inhibiciones, empezó a gemir intensamente. Levi se sació de los jugos que emanaba la joven para después, sin previo aviso, penetrarla con fuerza.
Historia arqueó la espalda y trató de darle más fuerza a sus piernas para no ceder ante el empuje y soportar la posición a cuatro patas. Levi embistió tanto y tan fuerte que la joven se perdió inmediatamente en oleadas intensas de sensaciones que vaticinaban el inicio de un orgasmo múltiple.
Levi tardó un poco más en irse, pero cuando lo hizo, apretó las caderas de Historia con fuerza, empujando mucho más hondo su virilidad. Una total calma se instaló en el ambiente cuando los sonidos y el movimiento cesó. Se quedaron estáticos durante algunos segundos por temor a romper la magia del momento, pero cuando por fin lo hicieron, fue como haber aterrizado en otra realidad.
Se quedaron abrazados sin decir una sola palabra después de asearse un poco, y justo antes de que Levi se quedara profundamente dormido, la voz de Historia interrumpió el inicio de sus sueños.
—Y yo que quería prepararte un pastel.
—¿Qué?
—Compré todo lo necesario ayer por la noche, pero cierta persona me cambió los planes. —bromeó con dulzura.
—¿Quieres levantarte para preparar el pastel?
Historia lo pensó unos segundos antes de responder.
—Estoy cansada y tengo sueño, pero si no lo hacemos hoy, tendremos que esperar al siguiente fin de semana. En verdad quiero hacerlo.
—Te propongo algo. Podría llamar mañana al trabajo fingiendo estar enfermo, y tú podrías hacer lo mismo. Horneamos el pastel y podemos aprovechar para empezar a buscar nuestro nuevo hogar.
—¡Qué escándalo! Levi faltando al trabajo por quedarse horneando pasteles con su novia.
Los dos se echaron a reír.
—Te haré una promesa. A partir de hoy, trataré de estar más presente para que no tengamos que limitarnos a hacer este tipo de cosas solamente los fines de semana, además, el hecho de que empecemos a vivir juntos va a cambiar muchas de nuestras dinámicas.
Historia asintió con alegría, pues sabía que Levi se tomaba muy en serio sus promesas. Agradeció infinitamente el estar junto a un hombre de palabra y que sabía que nunca le defraudaría. Se abrazó a él para admirar la nieve caer desde la ventana para en algún punto quedarse profundamente dormida.
FIN
Espero que hayan disfrutado muchísimo de este fic. Debo decir que disfruté muchísimo haciéndolo y llegué a encariñarme bastante con esta versión de los personajes.
El día 25 de diciembre estaré subiendo el primer capítulo de la segunda parte de este compendio, así que manténganse atentos. No olviden seguirme en facebook "Chisheccid fanfics" para que se enteren de primera mano de todos los proyectos en los que estoy trabajando.
Felices fiestas a todos.
