"… Estoy muy contenta que hayas hablado con el Sr. Darcy y que todo se haya aclarado entre ustedes dos." La Sra. Barton suspiró, "Creo que nunca te conté que mis padres no querían que me casara con el Sr. Barton. Decían que su posición social era inferior a la mía, e incluso mi padre no quiso dar su consentimiento cuando John me propuso matrimonio por primera vez."
Elizabeth negó con la cabeza sorprendida, "Nunca me habías contado eso. Sabía que habían tenido un noviazgo largo, pero pensé que era por otros motivos"
"No es una historia que me guste contar ya que no me trae ningún tipo de placer recordarla." Sonrió débilmente, "Si bien cuando me propuso matrimonio por primera vez, y mi padre se negó, estábamos muy enamorados, decidimos que íbamos a esperar a que fuera mayor de edad para poder casarnos. Durante los siguientes dos años él se fue a Londres, y nos vimos solo en tres ocasiones. Él trabajó duramente en el ejército, y por sus esfuerzos logró ascender. Además, una tía falleció y heredó una pequeña fortuna con la que posteriormente compró esta casa…" tragó saliva, "En una noche en que estaba en una taberna festejando su ascenso con unos compañeros de armas; tomó más de la cuenta – o al menos eso creyó - y cuando despertó estaba acostado con la hermana de uno de sus compañeros en una habitación de dicha taberna. Horrorizado al ver que estaba acostado desnudo al lado de esa mujer, se levantó enseguida y se fue. Recordaba solo fragmentos de la noche anterior…, y prácticamente seguro que no había tenido intimidad con ella... El hermano de esa mujer, demandó que se casara con ella, pero John se rehusó… Eso le costó la censura e incluso amistad de varios de sus compañeros del ejército."
Elizabeth abrió muy grande los ojos y muy curiosa preguntó, "¿Cómo te enteraste de ese incidente? ¿Te lo contó él?"
La Sra. Barton asintió, "Efectivamente, él mismo me contó lo que había pasado, o al menos lo que el recordaba de esa noche." Miró un punto fijo, "y pese a sus súplicas, rompí el compromiso..." suspiró, "unos días más tarde por azares del destino me enteré que fue mi padre quién le pagó a esa mujer y a su hermano para que le pusiera láudano a su bebida, y de esa forma creyera que había dormido con ella." Hizo una pausa, "esa mujer hacia casi dos meses que no tenía su período, y si efectivamente estaba embarazada, querían 'acusarlo' de ser el padre del niño."
"No puedo creer que tus padres llegaran a tal extremo para que te separaras de él, iban a arruinarle la vida…"
La Sra. Barton la interrumpió, "El motivo por el que te conté esta historia es para que veas que estuve a punto de perder al único hombre que amé en toda mi vida por no confiar en él." Suspiró, "afortunadamente me perdonó, y poco tiempo después pudimos casarnos… John siempre me dijo que todo el esfuerzo que hizo para ascender en su carrera fue por mí, y por nuestro futuro…"
"¿Por eso insististe tanto en que debía hablar primero con el Sr. Darcy, antes de sacar una conclusión?"
"Elizabeth, con los años uno aprende que hay mujeres que están dispuestas a todo por conseguir lo que desean. Claramente la Sra. Smith quiere al Sr. Darcy, en parte la entiendo, porque él es muy rico que solucionaría todos sus problemas económicos, y sumado a ello, es muy guapo; tú estás en su camino…"
Después de esa larga e interesante conversación con la Sra. Barton, Elizabeth estuvo gran parte de la noche pensando en su compleja relación con el Sr. Darcy; al igual que en el pasado, nuevamente había pensado lo peor de él sin siquiera darle el beneficio de la duda. No podía entender porque seguía siendo tan prejuiciosa. ¡No había aprendido nada en todo este tiempo! ¡Darcy le había probado que era un hombre constante en sus afectos y que estaba enamorado de ella! No era solo Darcy quien había estado en falta, ella también tenía que cambiar su actitud y confiar en él.
A la mañana siguiente se despertó con la resolución de hablar ese mismo día con él. No iba a hacerlo esperar más, los problemas que surgieran en el futuro los iban a enfrentar juntos…
