Capítulo III:

¡Y ha comenzado la fiesta!

¿Deberé cuidarme de los dioses ebrios?

Advertencia: Este capítulo tiene escenas fuertes. Lo recomendaría para mayores de 15+ y para Fanfiction caería en la categoría M.



Estaba lista, con un chitón blanco mostrando mi pureza e inocencia pero a su vez tenía un escote que mostraba mi espalda desnuda casi hasta llegar al termino de mi espalda, por el frente sin embargo no se podía decir lo mismo mi busto aun no era tan voluptuoso como el de Afrodita por lo que no me atreví a hacer demostración de este, pero si insinuaba bastante, no lo suficiente como para ser catalogado de atrevido o sensual, la seda se ajustaba muy bien a mi cuerpo mostrando las formas y adaptándose muy bien, debo mencionar que este lo sujete con un cinturón dorado dando varias vueltas creando así varias capas creando la ilusión de que tenia mas cadera, debajo del cinturón se podía apreciar que la seda si era muy vaporosa lo cual daba la impresión de estar flotando en las nubes y daba la impresión de que fuese más grácil de lo que realmente soy. El chitón era afirmado por dos broches de esmeraldas en la parte alta de mis hombros, haciendo juego con el lazo que se trenzaba con mi cabello, ¿mencione que una de mis piernas quedaba totalmente expuesta? ¿No? Bueno, ahora se los digo, pero me preocupe de que no se notara tanto.

"Kore, es hora de que te pongas la máscara ya han llegado todos los invitado incluso llegó quien gobierna el inframundo" este último fue mencionado en un susurro.

"Voy, voy, solo me falta lo último" El anillo, lo pongo en mi dedo anular, me pongo la máscara y me miro en el espejo por última vez, sí, luzco bien o eso esperaba. Salgo al fin de mi cuarto, Acacia me guía hasta el centro del salón, no podía ver nada estaban las luces completamente apagadas y a medida que me acercaba escuchaba ruidos grotescos.

"¿Qué está pasando?"Le susurro.

"No lo sé, pero tenga cuidado…" Ambas nos tomamos de la mano para no perdernos. Tontamente ella me suelta la mano para salir del salón espantada, realmente esos sonidos eran algo repulsivos y yo al no ver nada tropiezo. Pero alguien me agarra antes de caer.

"¿Te encuentras bien?" Es su voz… quedé helada sentí como su mano estaba agarrándome fuertemente desde la cintura. Intento mirarlo pero solo veo oscuridad, no distingo formas ni nada.

"Sí…" Susurro, luego cuando logro recomponer mi equilibrio, él toma mi mano y me saca de allí.

"Te dije que eran aburridas…" Su voz sonaba monótona pero yo estaba tan excitada por haberlo encontrado que incluso me pareció tierno.

"¿Qué estaba pasando ahí?"Intento enfocar mi mirada en algo para no quedar atrapada en sus ojos.

"Digamos que… es la hora del libertinaje, creo que no era buen momento para ser introducida a menos de que quisieras ser manoseada por quien sabe que o quien" Sonaba más serio de lo que lo recordaba, sentí que me miraba con reproche. Agache mi cabeza pero el pozo su mano bajo mi mentón e hizo que volviera mi mirada hacia él.

"Sin embargo creo que luces perfecta esta noche." Me sonroje creo que toda la sangre se me fue a las mejillas, mi corazón latía a mil por hora. Creo que estoy enamorada, tontamente e idílicamente enamorada de alguien que no era mi pretendiente lo único que sabía de él es que le gustaba la soledad y sin embargo ahí estaba conmigo, salvándome nuevamente, la primera vez me salvo de mi misma, y ahora de ser ultrajada por unos dioses pervertidos.

"Esperaba verte nuevamente no pensé que nos encontraríamos… tan rápido" Digo mientras agradezco que la máscara esconda mi rubor.

"Esperaba lo mismo." Tomo su mano y la llevo a mi mejilla, aquel contacto fue tan intimo que casi me olvido de respirar, cuando el vuelve a tomar mi rostro lo acerca a el suyo, sentía su aliento delante de mí, olía a menta, podía ver su rostro pálido bajo la luz de la luna y su máscara de un color violeta hacia juego con su túnica negra. Baje mi mirada pero él se mantuvo en la misma posición, y con un suave movimiento hizo que sus ojos y los míos se volvieran a encontrar, poco a poco nuestros rostros empezaron a acortar la distancia que nos separaba y para cuando sus labios tocan mi mejilla me sentí algo defraudada pero de igual manera me sentí feliz. Intento alejarme tratando de esconder mi decepción, él me acorrala contra una pared.

"Pareces algo incómoda…" Su voz profunda pero con un leve toque de ternura hizo que me derritiera ante su persona. Sus manos que acariciaban mis brazos hacían que temblara, realmente quería otra cosa pero sin embargo mi cuerpo me traicionaba y daba la impresión opuesta. Esto hace que el me suelte rápidamente.

"No, no es eso…" Le doy la espalda, lo escucho suspirar con cierta represión, quiero disculparme por comportarme como una niña pero antes de que voltee mi cuerpo para volver a enfrentarme a él siento que me toma por los hombros, su álgida piel ocasiona distintas reacciones en mi y mientras estiro mi cuello tratando de ocultar mi rubor el posa sus labios en el nacimiento de mi cuello, haciendo que sienta un cosquilleo.

"Lo siento" Al fin me disculpo y me giro para darle un abrazo pero este no es respondido.

"Realmente deseaba verte" Confieso mientras entrelazo mis brazos alrededor de su cuerpo, y curiosamente siento que emana una energía bastante cálida a pesar de su fría temperatura corporal.

Bruscamente me separa y se tapa la cara diciéndome "Lo siento, esto está mal, deberíamos entrar, la luz ya está por volver…" Creí ver que estaba algo apenado, lo halle curioso a pesar de tener ese aire tan magno y esto hizo que tomara cierta confianza y me arriesgara a tomar su mano.

"No me has obligado a nada, y si me preguntas prefiero estar acá contigo que allá adentro"Su rostro no delataba edad alguna, por lo que asumí que su apariencia era a la de alguien de unos 20 años, me miró consternado, quizás mi juventud lo incomodaba, yo representaba apenas unos 16 años con mucha suerte. Y quizás mis palabras eran más provocativas de lo que yo pensé. El negó con la cabeza e hizo una mueca.

"Eso lo dices porque estarías siendo ultrajada" me dice con un tono de voz algo sarcástico, con esto sentí que toda la conexión que pudo haber se perdió en ese momento.

"Cierto, pero eso no significa que…"

"Es mejor que volvamos"

"No"

"¿Qué ocurre?" Me mira un poco frustrado.

"Prefiero estar contigo, no me importa si hubiesen estado bailando o cantando, ni comiendo, ni haciendo cualquier otra cosa, no estoy acá porque seas la elección más cómoda, es porque…" Creo que parecí muy seria, él me mira y se echa a reír.

"Está bien, está bien, me has convencido, simplemente te lo preguntaré una vez ¿estás segura? No soy lo que parezco, soy un lobo disfrazado de oveja. Una vez que lo hayas decidido no podrás arrepentirte." Cuando termino de hablar me quede pensando, pero luego aclare mi mente.

"Estoy segura." Ciertamente lo estoy, creo que jamás había estado tan segura de algo.

"Que no se diga que no te lo advertí." Y diciendo esto me tomo la mano y volvimos al gran salón donde nos quedamos quietos hasta que la luz volviese. Su mano jamás soltó la mía, yo jugueteaba con sus dedos mientras estaban entrelazados con los míos, de pronto sentí que alguien se acercaba y me empujaba, nuevamente me volvió a tomar para evitar que cayera, sin embargo esta vez su mano se quedo en mi espalda jugando con mi piel, recorriendo con sus dedos entremedio de mis vertebras llegando hasta su término, debo admitir que esto provoco en mi sentimientos que hasta ese entonces habían estado dormidos. Agradecí que la luz estuviese apagada porque estoy segura que mi madre se hubiese avergonzado de mí si me hubiese visto.

"¿Qué estás haciendo?" le susurro, pero antes que me respondiese la luz volvió y su mano soltó la mía. Todos parecían estar acalorados, mi madre me vio, haciéndose espacio entre la multitud llego hasta mi y de un tirón me saco.

"¿Te encuentras bien?" parecía preocupada, yo asentí. Estaba mejor que bien, estaba enamorada de todo, esto era algo con lo que yo siempre había soñado poder compartir con todos, hombres, mujeres, niños y niñas.

"Sí, madre no te preocupes no me ha pasado nada." La veo suspirar de alivio. Con la mirada lo busco pero sin embargo no lo encuentro. Pero luego al darme vuelta lo veo detrás de mí, le sonrió a escondidas de mi madre, él me mira con complicidad.

"Deméter, luces tan pulcra como siempre…" Su voz monótona dejaba algo de sarcasmo en sus palabras.

"¿Cómo te atrev…?" Mi madre escupió su pregunta sin terminar debido a que una de las ninfas la interrumpió llamando con mucha urgencia, y sin preocuparse de los buenos modales. Yo quedé confundida ya que mi madre parece odiarlo y aun desconozco de su nombre ¡Su nombre! Qué tonta, jamás se lo pregunte…

"Y ella ha de ser tu encantadora hija Kore, es un placerconocerte" haciendo una énfasis en la palabra placer. Esta vez sonó más animado, luego tomo mi mano y la beso. Mi madre lo miro de manera déspota y elevando su cabeza desafiante.

"Mucho gusto" fingí no conocerlo, le seguí su juego pero cuando mis ojos se toparon con los suyos y me sumergí en ellos, quede prendada sintiendo esa conexión que no permitía que alejara mi vista de él. Aún sostenía mi mano. Lo cual molesto a mi madre y me saco de allí rápidamente por segunda vez.

"Ten cuidado, él es muy peligroso." Fueron las únicas palabras que me quedaron grabadas.

"Madre, ¿por qué lo dices? A mí me pareció muy cortés"

"Simplemente mantente alejada de él, ¿entendiste?" Asentí obedientemente, pero por dentro me moría por volver a su lado. Cuando volvemos al salón ya con mi madre un poco mas compuesta nos encontramos con Apolo, quien intenta besarme, pero yo simplemente lo esquivo dejándolo simplemente besar mi mejilla, no quería que me viera con él en plan amoroso.

"Querido Apolo."

"Zeus, ¿qué te trae por acá?"

"Quería felicitarte por tu bellísima novia"

"No…yo aun no lo llamaría tan formal"

"¿No tan formal?" Apolo toma a Zeus por el codo y le susurra algo que no logro oír, escucho como Zeus ríe estruendosamente y luego le da una palmada en la espalda a Apolo.

La noche es larga y mientras todos disfrutan del festín en mi mente repaso lo cerca que estuve de besarme con él, con la persona que mi madre parece odiar más que a nada en el mundo. Ahora comprendo o intento hacerme una idea de cuándo me pregunto si esto era lo que quería, pero no hay vuelta atrás…

WARNING: La siguiente escena preferentemente no es para menores de edad, presenta un intento de abuso.

Después de un par de horas todos están ebrios incluyendo a mamá, jamás la había visto así incluso Apolo, con quien por cierto baile toda la noche, mis pies se sienten algo adoloridos por lo que decido ir al baño a tratar de arreglar mis sandalias y mientras voy por el pasillo alguien me acorrala contra la pared. Lo primero que pensé fue ¡Apolo! Que ya me había gastado una broma parecida. Pero cuando lo veo, me doy cuenta de lo equivocada que estaba, era Hefestos el marido de Afrodita, y empieza a tocarme de forma morbosa, intento alejarlo pero es mucho más fuerte que yo, intento gritar pero su mano tapa inmediatamente mi boca, mis ropas son rápidamente quitadas y cuando deja la mitad de mi cuerpo desnudo, caigo en la desesperación y lloró, deseo que alguien me salve, no me importa quién.

Hefestos empieza a besar mi cuerpo dejando marcas a su paso, besa mi cuello y con su mano libre torpe y bruscamente intenta tocar mis pechos, yo pataleo mientras me quedan fuerzas, cuando veo que intenta bajarse los pantalones ya mis patadas dejan de tener la fuerza de antes y me resigno. Esto hace que llore con más fuerza y le ruego que me deje tranquila, pero no logro convencerlo, simplemente logro que me dé un manotazo intentando acallar mis suplicas.

WARNING OFF.

"¡Hefestos!" Veo como sus ojos arden en llamas. Mientras mis ojos rojos siguen derramando lágrimas el dios del fuego me deja caer en el suelo marmolado.

"…H…H…Ha…Ha…" Escuche como temblaba ante la aparición de él. Lo demás que paso es borroso sólo recuerdo que lo tomo por el cuello, intercambiaron palabras que parecían no tener sentido, sentía como me desvanecía, luego de eso no recuerdo más.

"Kore, Kore…" Escucho mi nombre y comienzo a volver y a recobrar la conciencia... Al abrir los ojos me percato y todo vuelve de golpe, comienzo a temblar, miro a mi alrededor y veo que me está mirando con cautela, veo como observa las marcas alrededor de mi cuello, mientras me enrollo sobre mi misma tratando de tapar mi cuerpo semidesnudo.

"¿Estás bien?" Niego con la cabeza, sigo llorando recordando lo sucedido. Él me cubre con un su toga que era de color violeta mientras me recoge del suelo y me acomoda entre sus brazos y se dispone a llevarme al cuarto. Ya adentro de mi cuarto me deja en la cama y me cubre con las sábanas. Mientras lo veo alejarse en dirección al baño. Escucho como abre la llave del agua de golpe cuando vuelve lo veo con una toalla mojada y me la empieza a pasar lentamente por mi cara.

"Gracias…" Veo como los músculos de su cara se contraen, estaba molesto.

"Lo siento, te perdí de vista un momento y…" Hunde su cabeza en mi hombro, sigo semidesnuda pero con una sábana tapándome, alargo mis brazos para abrazarlo. Él comienza a levantar su cara y queda a mi altura, se vuelve a disculpar posa sus fríos dedos sobre mis hombros desnudos y me indica que me acueste.

"Gra…" pero antes de terminar de agradecerle, siento sus gélidos labios sobre los míos, esto hace que mi corazón se alborote pero no tanto debido a la situación anterior, ciertamente no era un beso, ciertamente… Siento como tiembla de rabia e impotencia, a ciegas busco sus manos que están empuñadas y las guio hasta mi cuello poco a poco empieza a bajar sus manos pero antes de llegar a cualquier parte se detiene.

"Debo irme" Es lo único que dice ni siquiera me miró.

"Quiero verte mañana…" Se da vuelta y pero no me mira.

"Antes del anochecer detrás de los abedules cerca de los lindes de este valle." Como una niña me aferro fuertemente a él y no lo suelto. Suspira resignado, se vuelve hacia mí y me besa la frente, para él he de ser una niña.

"De verdad debo partir"

"Mañana… sin falta ¿de acuerdo?" Le ruego, me sonríe de manera sincera, besa mis manos y luego se va mientras que mi corazón acalorado da golpes contra mi piel.


N.A: ¡Saludos a todos los que leen! ¡Agradezco todos los comentarios y reviews!

Bueno, luego de leer varias novelas y estudiar bastante me apiade un poco y subí el cap. antes (pensaba subirlos cada 7 días, pero ahora que revise y re-que-te-contra revise la ortografía, aunque siempre esta ese % de equivocación).

¡Ah! Espero que comenten que les ha parecido (y supongo que ya empieza a tomar forma esta historia ¿no?). Aunque sinceramente creo que me van a odiar en unos capítulos más adelante, pero son detalles.

Ahora, tomando un poco de seriedad. Creo que el tema que toque en este capítulo trate de ser lo menos explícita posible, son temas complicados y que creo fervientemente que no se deberían tomar a la ligera pero tampoco quise coartar la historia, es por ello todo esta alharaca. En caso de que se considere que no ha sido necesario no harán que cambie de opinión.

¡Insisto en que me encanta recibir reviews! Y mientras más reciba, más rápido publico. Ahora voy en el cap. XV y debo revisar si está bien escrito y eso.

Próximo Capítulo: Confesiones de una diosa.