Capítulo XVII:

Ares VS Artemisa.

¿Por qué se tendrán tanto odio?

Nos quedamos en silencio, comprendí al instante todo, en algún momento había sospechado que había sido Thánatos, pero esto parecía encajar completamente, ¿de verdad había sido tan tonta? Quería reír y llorar, ahora entendía porque no podíamos estar juntos, no era un problema de jerarquía, era que él no pertenecía a este mundo y lo más probable era que yo no encajara en el de él.

De verdad no me esperaba esto, como había mencionado antes las complicaciones estaban a la orden del día, le pedí a Athenea un momento a solas para poder digerir nuevamente todo esta nueva información, ella solo asintió. Vi en su mirada triunfante todo lo que ella quizás había deseado, verme abatida y confundida, pero la verdad es que no confundí mis sentimientos solo lamente en la posición que él estaba y en la cual yo quizás jamás podría estar.

Divague por todos lados, aun no me quería encontrar con nadie por lo que me escondí tras una jardinera que tenía unos hermosas flores, eran rayitos de sol. Según Acacia, así los llamaban los humanos, y la verdad estaba de acuerdo con ellos en cuanto al nombre debido a que estos buscaban la luz del sol por lo que se les podía ver como bailaban en busca de los rayos solares. Al rato llegan a la terraza Artemisa que discutía con Ares fervientemente.

"Anda, déjame ver a la pequeña y menuda Kore." Le rogaba el maravilloso dios de la guerra con su musculosa y esbelta figura.

"Vete de acá, sino quieres que le diga a Afrodita que andas pretendiendo a nuestra doncella." Decía mientras mecía su cabello platinado con un dejo bastante molesto.

"¿Por favor?" Rogaba, he de admitir que tenía un tono bastante sexy. De no saber que realmente él estaba con otra diosa tan temible y de no haber estado… Hades… aun no me lo creo, ¿de verdad es el dios del inframundo? ¿Cómo es posible que siendo de lugares tan distintos… estemos en esto? En fin, parecía que esto al menos me podría hacer un poco más entretenida la tarde.

"Te acercas a ella, y créeme que buscaré el arco y te daré con una flecha donde más te duela. Estúpido Jabalí." Amenazaba Artemisa, quien bajo ningún punto de vista iba a dar su brazo a torcer. La verdad esa actitud tan sobre protectora era algo agradable, a pesar de ser tan odiosa tenía buenas intenciones.

"Artemisa, no seas tan terca, ambos sabemos que bajo esa careta poco femenina que tienes hay algo de cariño por mí, después de todo. ¿Qué harías sin las travesuras que hago?" Decía algo irreflexivo.

"Simple, no tendría que ir limpiando los desastres que dejas en el mundo de los humanos. Por lo demás aun no has logrado ninguna victoria." Dicho esto, Ares dejo de sonreír y por primera vez lo vi amenazante. Pensé que iba a quedar la grande por lo que decido salir de mi escondite para tratar de calmar las cosas.

"Hola, Ares. Es un gusto verte." Decidí salir y encontrarme con ellos, la verdad es que no quería pensar, quería dejar que mi cerebro reposara con trivialidades y luego de eso pensaría con más detención sobre todo esto.

"¡Koré! Debes tener cuidado con este idiota." Me decía Artemisa mientras me cubría con sus brazos, y mientras Ares se levantaba y hacia una reverencia hacia mi persona Artemisa más me apretaba.

"Mi hermosa Kore, es un regalo para mis ojos el poder verte en persona." Me halagaba, la verdad de no saber en la posición que me encontraba le hubiese seguido el juego.

"Ares, te lo advierto. ¿O es que acaso deseas que patee tu musculoso trasero como la otra vez?" Decía arisca la diosa de la luna.

"¿Por qué no mejor vas a buscar a tu séquito de diablitas? Te han de extrañar. Y no te preocupes por tu discípula, que yo la cuido." Mientras le comentaba esto él me guiña un ojo, y agarra mi brazo liberándome del abrazo de Artemisa.

"Gracias…" Susurre, no bien sabiendo si era porque me estaba ahogando o porque tal contacto hacia que mi pálida piel se tornada de un color carmesí.

"Koré, no seas tonta. No caigas en sus trampas. ¡ARES IDIOTA!" Gritaba mientras Ares me jalaba y me tomaba en brazos para luego subirme al caballo junto a él.

"No te preocupes, solo iremos a dar unas vueltas. Te la traeré en un par de horas." Le gritaba a la diosa de la caza.

"¡Ya veras, espera a que te encuentre!" Le gritaba de vuelta la pobre Artemisa, quién por cierto se estaba arremangando el vestido para salir corriendo tras nuestro, pero debido al largo de este hizo que ella tropezase y no pudiese seguir en carrera con nosotros.

"¿Ares?" Pregunté tímidamente, la verdad es que hasta su olor era embriagante.

"¿Qué ocurre? No te preocupes, volveremos pronto. Solo quería darle un susto a Artemisa." Yo asentí. "Mientras tanto, ¿qué te parece si nos detenemos cerca de este arrollo?"

"Me parece estupendo. Hacía tiempo que no venia por acá." Le dije un poco más animada.

"Vaya, pensaba que te había comido la lengua el ratón. Pero parece que me equivoque." Decía mientras me sonreía de manera dulce.

Al llegar él baja primero del caballo, pero al ver que yo tenía problemas al bajarme el solo atino a tomarme de la cintura y bajarme de una vez.

"¿Mejor?" me preguntaba entre risas. Su cabello de un color castaño oscuro y revuelto era desordenado aun más por el viento que corría. Solo atine a agarrar mis faldas para que esta no fuese levantada de improvisto creando así una situación incómoda para mí.

"Sí, mejor." Respondía mientras rápidamente introducía mis pies en aquel arrollo.

"Así que comprometida con Apolo, ¿eh?" Hacia una mueca de dolor fingido, mientras se llevaba una de sus manos al pecho.

"No es tan terrible como lo haces ver." Le respondí sonriendo.

"¿Pero?" Pregunto inquisitivamente.

"Pero nada. Él es perfecto, sin embargo…" No debí haber dejado el espacio a la duda, porque vi como sus ojos se encendieron a pesar de que él aun no sabía que mi corazón estaba ocupado por alguien aun más temible.

"Me basta con saber que aún no te has enamorado, de igual manera tampoco me hubiese importado mucho. Pretendo robarte." Me decía entre serio y jugando, la verdad es que debo reconocer que era bueno en esto de seducir. En ningún momento él quito su mirada sobre mí, eso me hacía sentir importante y apreciada. Pero no estaba ahí por eso, así que me arriesgue. Debía obtener información después de todo esta situación estaba a mi favor.

"Ares… ¿sabes? Sé que aun no conozco a todos los dioses, pero me causa mucha curiosidad saber sobre el dios del inframundo." Intentaba cambiar de conversación a una que realmente me interesara la verdad es que el coqueteo no se me daba bien por lo que es probable que Ares quisiera también tomar otro tema para así entretenerme y tomarnos más tiempo para conocernos.

"¿Te refieres a Hades?"

"¿Hades?" pregunte inocentemente.

"Pues… no sé la verdad es que no se le ve mucho, pero me parece algo presuntuoso." Se sinceró.

"¿Cómo así?"

"Ya sabes, tiene ese aire de ser superior. No digo que no lo sea, pero es un caos poder tratar algo con él. Jamás da su brazo a torcer, jamás ha rogado ni ha pedido disculpas por nada." Dijo algo molesto.

"¿A qué te refieres?"

"Qué él jamás admitiría que se ha equivocado, y siempre defiende a Zeus a pesar de que este último le guarde cierto recelo. Después de todo… cuando decidieron que mundo iban a reinar… Hades cedió su puesto, o algo así. Al menos esos son los rumores sobre el por qué Zeus no lo aguanta. En fin, no quiero hablar de ese tipo. Mejor dime, ¿ya te has enamorado de mi o qué?" Pero antes de que siguiera llega Artemisa enojadísima, y mientras aparece ella con el arco y flecha apuntando donde Ares.

"¿No te dije que me la ibas a pagar?" Dijo Artemisa con una mirada un tanto malévola.

"Querida Artemisa ¿es necesario llegar a esto?" Decía mientras se acercaba a ella con las manos extendidas, pero ella no retrocedió, solo lanzo la primera flecha la cual había volado hasta los pies de Ares.

"Te dije que me la pagarías, ahora. Koré, ven conmigo." Yo corrí a su lado por temor a que realmente la lunática atacara seriamente al pobre dios de la guerra.

"Ha sido un placer, espero que nos veamos pronto bella Kore." Yo solo le sonreí de vuelta, él no era tan malo después de todo, sus ojos de color verdes como la esmeralda era algo que no iba a olvidar fácilmente.

"La próxima vez que te vea rondando a mi discípula te cazare como el vil jabalí que eres, Ares."

Nota de la autora:

¡Uff! La verdad me cae bien Ares, sino fuera porque tiene tan mala reputación el pobre… En fin aquí les dejo otro capítulo. Y aun sigo sufriendo porque no he leído un ff de LouisexSaito pero bueno, son detalles.

A todo esto me iré a acampar por unos días así que si no actualizo en un par de días no se desesperen ¿vale? No es que me tragó la tierra ni nada. ¡A disfrutar de unas merecidas vacaciones!

Y debo darles mi gratitud a quienes me han dejado mensajes, ¡Mil gracias!: Darkalma, Lily Yavetil, Rukia1, kimy, princesa tsunade, Yupi Yahoo Feliz Happy, Chibi Hades, angel de acuario, Yad-Sol, SAINT LOVE MOON, LuCiFeR's AnGeL-ScArLeT Mcr77, Sairen Tensa, Juliet-whitlock, blerak-princess y Ktaina109.

Un besototote.