Capítulo XX:

Ultimátum.

La caminata con la diosa de la sabiduría fue más que incómoda. A pesar de todo ella seguía siendo cortes conmigo, quizás eso hace que los adultos se entiendan mejor, porque lo que es yo, sino supiera que me derrota en combate y en astucia ya le hubiese arrancado los ojos. No es que esté celosa… pero no me gusta como pinta esto. Ahora sí tengo una mala espina.

"Kore, antes necesito terminar de hablar contigo sobre…" Ella me tomo por lo hombros haciendo que me volteara.

"Claro, dime." Intente ser sumisa y actuar tan dignamente como ella lo había hecho, a pesar de querer no hacerlo. Después de todo ¿qué más podía hacer? No podría escapar de esta aunque quisiera, ella ya lo había manifestado.

"Quizás, aun te preguntas por qué le besé." Ella miró al cielo mientras caminaba, yo la seguí con la mirada como si con ello pudiese descubrir algo.

"Sí, me gustaría saber."Admití con recelo, con los dioses uno no se puede fiar. Ya ven como es Artemisa.

"Primero, antes que todo, debes entender y abrirte de mente, no es que yo lo quiera como tú, es sólo…" Empezó a divagar jamás creí que conocería su lado como mujer. Por primera vez entendí que a pesar de ser dioses no éramos ni remotamente perfectos, quizás ese fue mi error.

"Athenea, siempre te he respetado y siempre lo haré… por favor continua. Prometo no juzgarte hasta terminar de escuchar todo lo que tengas que decir." Ella me miró impactada y me dio una sonrisa un tanto apenada. Quizás se dio cuenta de que ya no la veía como mi mentora sino como a una igual.

"Veras… Esto sucedió hace mucho tiempo… Cuando en un principio yo me encontraba ayudando a mi padre a mantener el orden. Zeus confiaba ciegamente en mi juicio y no es que me equivoque pero temía que me hiciera indispensable, o al menos eso le dijo Hera a Zeus."Rio, no necesariamente por que le causara gracia, quizás ella lamentaba el recelo que Hera le tenía, según lo que me decía, era lo que podía interpretar. Continuo "Por lo que decidió encomendarme otras tareas, que me dieran más libertad de acción. En eso, en una de las tantas misiones me hallé con Hades, él a quien se le nombraba como alguien sanguinario y sin criterio, no lo era. De hecho de todos los dioses en el Olimpo, él es el más justo, después de mí, claro. Y es una aseveración que me atrevo a decir, porque yo misma lo he visto." Sentía que me llevaba a otro mundo, cada vez que ella relataba mi atención se enfocaba en ella. Era asombrosa.

"¿Y qué ocurrió? ¿Ahí te enamoraste?" Sisee con un leve carraspeo en mi voz. Mientras ella abre sus ojos ampliamente mostrando su sorpresa, y deja escapar una leve risita lo cual hace que sonroje, no quería sentirme tonta y desgraciadamente ella hacía parecer que mis preguntas fueran algo infantiles bajo su punto de vista.

Después de mirarme con detenimiento finalmente responde. "No, no. Tampoco lo definiría como 'enamorada'. No… Lo que ocurrió es que mi padre en uno de los tantos ataques de celos de Hera, mi padre me había pedido que custodiara las almas de las pobres ninfas que sufrieron a causa de Hera. Lo cual hizo que nos encontráramos más seguido. Conversábamos de distintos temas, nos hacíamos mutua compañía." Ahora comprendía mejor el por qué ellos se podían entender con la mirada, ambos estaban solos. Dedicados a lo que debían hacer, eran más parecidos de lo que yo pensaba. El rostro de ella se había ensombrecido recordando el pasado, quizás ni ella se había percatado del lugar que Hades se había ganado en su corazón.

"¿Y entonces?" Ella sonríe amargamente.

"Entonces te conoció a ti. No, no me pongas esa cara. No es que crea que sea algo malo, es simplemente que… tú no sabes, no tienes idea de lo que ha pasado y no me corresponde tampoco decírtelo. Simplemente debes entender que él y yo somos dioses que no estamos destinados para estar en pareja. Por lo demás él ya tiene su propia historia, una bastante complicada. Pero como te dije no es mi deber decírtelo." Su mirada se alejo, sentía que en sus palabras no cabía la mentira, sin embargo sabia que algo se traía, esa era la sensación que había sentido desde un principio, debía ir con cuidado.

"…"

"Kore, tu eres una niña muy dulce. El inframundo no es sitio para ti." Sentencio finalmente, mientras se arreglaba los largos tirantes del chitón.

"Eso deja que yo lo juzgue" Las palabras salieron por si solas, me sentía enrabiada, me volvía a tratar como una niña. Y no es que no lo fuera, pero si comprendía todo lo demás.

Tenía mi mirada abstraída, la verdad no esperaba espetar tal declaración, pero es que siempre me sentía indefensa con ella, debía defenderme, debía saber que yo también era tan diosa como ella. Siento que sus ojos penetrantes se posan en los míos y mientras relaja su quijada me dice dulce. "Pequeña Kore, no lo digo porque me gustaría que él estuviese conmigo. Ambos sabíamos que ninguno de nosotros era compatible. Debo admitir que lo que hice esa noche en la terraza no es excusa, pero… sentí que me abandonaba y que volvería a estar sola, ¿me entiendes?" Sonaba sincera, pero seguía pensando que ella en este tipo de cosas era tan inocente como yo, por lo que no la podía culpar.

"¿Él es tu amigo?" Pregunte mientras me cruzaba de brazos, ella, en cambio niega con la cabeza. Sentía como la fría brisa comenzaba a soplar. Hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo.

"Él es más que eso, era mi compañero. Y no hablo de que sea una relación como tú te la imaginas, jamás hubo nada amoroso entre nosotros, exceptuando esa noche, claro."Parecía sincera, pero no dejaba de sentir como la rabia domaba mi cuerpo.

"Claro." Repetí yo.

"Kore, tienes ya a un buen hombre a tu lado, deberías valorarlo, o te sucederá lo mismo que a mí, lo perderás para siempre y arriesgará todo. Él por lo demás pertenece acá, deberías ver lo que está frente a tus ojos. Apolo es lo mejor que te podría pasar. No lo arruines." No sabía si sentirme alagada o reírme, ella no conocía a Apolo, debo admitir que de alguna forma u otra igual me sentí un poco identificada con sus sentimientos. Quizás sólo quizás…

"Apolo, es un buen hombre, sí. Pero no lo amo y no creo que lo pueda hacer nunca." Le afirme.

"No lo has intentado."

"¡Claro que lo he intentado! No tienes idea… yo… desearía haberlo hecho" Las lagrimas brotaban por si solas y mientras trataba de apartarlas torpemente con mis dedos estas se escabullían en distintos rincones de mis mejillas. No sabía que me sucedía, Athenea me abrazo.

"Comprendo por lo que estas pasando, pero tu primer amor no va a ser el definitivo, mira a Afrodita, ella juraba amor eterno y mírala…" Susurraba por lo bajo, lo suficientemente fuerte para que yo la escuchara.

"Esto no se compara." Le asegure, ofendida por ser comparada con dicha diosa, aunque de alguna forma debo agradecerle a ella el conocer a Hades. Después de todo sino hubiese huido de ella esa noche, no lo conocería.

"Son palabras que ya oído, pequeña." Ella me abrazaba con cariño, pero sabía que en ese momento ella no estaba siendo mi amiga.

"Pero, entonces por qué lo besaste si dijiste que no lo amabas." Me zafé de su abrazo me aleje lo suficiente y con ira le dije aquello.

"Claro que lo amo, sólo que no estoy enamorada. Lo amo por todas sus cualidades y virtudes. Pero no creo perdonarlo por el hecho de desobedecer, mucho menos por dejar su reino solo por una niña como tú, quizás si fuera algo carnal lo comprendería, pero creo que ni eso ha pasado ¿me equivoco?." Preguntaba, las palabras llenas de ponzoña me hacían dudar de que tanto se jactara de la justicia.

"Yo lo amo a pesar de ser el dios del inframundo. Y al conocerlo así hizo que me diera cuenta, él no es perfecto. Todos nos equivocamos." Ella me miro perpleja.

"Espero que estés en lo correcto. Sin embargo, esta es nuestra última conversación respecto a este tema." Su rostro se volvió frio, sentía que ahora estaba amenazándome, ella me alejo un poco y mientras me daba la espalda, temí. Temí que dijera lo que no deseaba oir jamás, temí que me hiciera hacer lo que sabía que no podría.

"¿Qué quieres decir?" Pregunte torpemente, mientras mis ojos la recorrían en busca de algún signo o señal de que no me estaba amenazando, lo sentí en sus palabras.

"La próxima vez que lo vea acá lo reportaré inmediatamente, así que por su bien. Deberás decirle que no lo quieres volver a ver." Ella ya no se mostraba amigable ni pasiva.

"Athenea ¡No puedes! ¡No estás hablando en serio!" Rogué mientras mi cuerpo se dejaba caer en el pasto.

"Traté de hacerte entrar en razón y no pude. Ahora deberás obedecer, si lo amas como dices, la segunda noche de la fiesta de Dionisio va a ser la última vez que se vean. Haz lo que te digo o Zeus lo va a desterrar del Olimpo." Fue lo último que me dijo y mientras me encontraba sobre la hierba húmeda, ella se alejaba con el sol que se iba escondiendo tras los templos.


Nota de la Autora:

¡Ok! Acabo de terminar este capítulo y he quedado muy conforme, ¿a que no se lo esperaban?

Lamento el retraso pero es que murió mi pc, bien, no murió. Solo ocurrió lo menos esperado, el cable que lleva la corriente se corto o algo así, la verdad es que con la manía que tengo de enrollarlo al parecer eso produjo que internamente "se cortaran los cables".

Y como siempre les agradezco a todos los que me han dejado una palabra de aliento: Darkalma, Lily Yavetil, Rukia1, kimy, princesa tsunade, Yupi Yahoo Feliz Happy (Lallen y Nina) , Chibi Hades, angel de acuario, Yad-Sol, SAINT LOVE MOON, LuCiFeR's AnGeL-ScArLeT Mcr77, Sairen Tensa, Juliet-whitlock, blerak-princess, Ktaina109, Dlkg, Silentforce666, Niernath y Ktaina109.

¡Muchas gracias por leerme!