Capítulo 3: El Universo de los cuatro dioses (primera parte)

A Ken le dio un shock y sus ojos se tornaron dos arrobas confundidas. ¿Qué demonios era lo que había dicho su amigo Ryo?

- ¿Ken? – dijo Ryo - ¡Ken¿estás bien!

- S... sí – asintió Ken - ¿Acabas de decir nosequé de tinte de pelo¿No irás a...

- Sí, me voy a teñir de rubio – contestó Ryo, con decisión.

- ¡Estás loco! – exclamó Ken - ¡Por qué demonios vas a hacerlo?

- Bueno... esta tarde Rika ha dejado claro que no soy su tipo. Y todo ¿por qué? Por este asqueroso pelo color rata... ¡a ella le gustan los rubios, Ken¡Puede que el ser rubio se convierta en mi pasaporte a la felicidad¿Qué digo¡Será mi pasaporte a la felicidad!

- Ah... Ryo, te has vuelto loco ¿te vas a teñir por una tía?

- No jodas que si Yolei dijese que le gustan los pelirrojos tú no te teñirías...

- Umm... hombre... puede que sí... – vaciló Ken – Bueno, vale: lo haría. De todos modos ¿qué pinto yo en este nuevo plan descabellado tuyo?

- Me ayudarás a elegir el tinte que consideres más adecuado. Quiero un tono que se asemeje al del cabello de Matt: Rika ha dicho que le gusta.

- Bien, de acuerdo, te ayudaré.

- Y luego necesito que me ayudes a teñirme.

- ¿Yo¿Por qué yo?

- Una vez te teñiste de moreno ¿no?

- Sí, una vez... pero quedó de pena... ¿y si le decimos que nos ayude a Mimi¡Ella sí que es una experta!

- Y Mimi es...

- ¡Ah! Claro... no la conoces. Es una chica de tercero de secundaria alta, cada semana lleva el pelo de un color distinto. Esta vez creo que toca rojo vivo.

- ¡Guau, qué nivel! – exclamó Ryo – De acuerdo ¿qué día lo hacemos?

- El lunes se lo diré a Mimi y el martes lo hacemos ¿vale?

- ¡Excelente! – exclamó Ryo – Bueno, me voy a dormir.

- Sí, yo también – contestó Ken. Los dos se despidieron y colgaron.

--- Recreo del lunes. En torno a un árbol se encuentran sentados los alumnos de primero que conocemos además de Yolei, J.P. y Soi. Frente al tronco del árbol, de pie, están Davis y Takuya ---

- ¿Por qué demonios nos habéis reunido aquí? – dijo Rika.

- ¡Por que queremos proponeros algo a todos, piñita! – sonrió Davis.

- Tú vuelve a llamarme eso, vuelve a llamármelo – amenazó la pelirroja.

- ¡Bueno, lo que queríamos deciros era... – comenzó Takuya.

- ... que si os gustaría que nos fuésemos de viaje a Yokohama por el puente del día del niño! – exclamó Davis.

- ¡Oh! – exclamó Rika, sonriente –Unos cinco días sin vosotros contaminando la ciudad... estupendo – finalizó.

- No nos referíamos a eso, pequeña piña – dijo Takuya. A Rika se le hincharon varias venas de la frente.

- ¡No, no, no! – exclamó Davis - ¡Nos referíamos a irnos todos juntos!

- ¡Además! - continuó Takuya, sonriente – Invitaremos a que vengan con nosotros a Ryo y sus amigos!

- ¿A Taka también? – inquirió Miaka – Es amigo de ese tal Ryo.

- ¡Claro, chica del agujero negro en el estómago, a Taka también!

- ¡KYAAAAAAAA! – exclamó Miaka, emocionada – Tres días con Taka... tres inolvidables días... juju, podemos hacer de todo... los dos juntos... – murmuraba, con los ojos como estrellitas y babeando.

- Miaka – dijo Yui – Ya vale de pensar en guarrerías...

- (poniendo la voz de Taka) Te quiero, Miaka (vuelve a su voz normal) Yo también, Taka ¬ (nuevamente la voz de Taka) Hagámoslo (Miaka) ¡Sí, sí!

- ¡MIAKAAA! – gritó Yui, atizándole en la cabeza.

- Glglglglglglglgl... miraaaaad... una hamburguesa con patatas giganteeeeeee...

- ¬¬... por Seiryû, lo que hay que oír... – murmuró Yui.

- Bueno ¿qué nos decís?

- La idea parece buena – comenzó Ken – Pero... ¿habéis pensado dónde alojarnos?

- Eh... bueno... – comenzó Davis.

- ¡Claro! – exclamó Takuya – ¡Claro que sí!

- ¬¬ Takuya... – murmuró Davis.

- ! – sonrió Takuya.

- Bueno... en ese caso... por mí de acuerdo – dijo Ken.

- ¡Yo también quiero ir! – exclamó Henry – Takato ¿te animas?

- No... – comenzó Takato – Es que... quiero estudiar esos días.

- Yo también voy a estudiar – anunció Jen.

- ¡Pues yo voy a ir¡Que les den a los estudios! – exclamó Alice - ¡Rika ¿te vienes!

- Depende – contestó ella.

- Hum... – comenzó Alice, acercándose a Rika – claro, depende de si va tu querido Akiyama ¿no? – susurró a su oído.

- ¡Precisamente si él va, yo no voy! – exclamó la pelirroja.

- Sí, venga, no pretendas que me lo trague...

- Yo quiero ir – anunció T.K. – Kari ¿vienes?

- ¡Claro! – sonrió Kari.

- ¡Y yo también voy a ir! – exclamó Yolei - ¡Soi, vente también!

- Lo siento – se disculpó Soi – No puedo... ya sabes... mi trabajo.

- Oh... – dijo apenada Yolei - ¡Bueno, no importa¡Ya vendrás cuando puedas!

- Yo quiero ir – dijo Koji – Me gustaría conocer ese lugar.

- ¡SI VA KOJI YO TAMBIÉN VOOOOOOOOOOOOOOYYYYYYYYYYY! – exclamó Izumi.

- Me están entrando ganas de no ir – murmuró Koji.

- ¡Bien! – exclamó Takuya – ¿Alguien más? – inquirió.

- Y Miaka y yo. También avisaremos a Amiboshi y Suboshi – añadió Yui.

- ¡Estupendo! – exclamó Davis – He tomado nota... Ken, Henry, Alice, Rika, T.K., Kari, Yolei, Koji, Izumi, Miaka y Yui... ¿algún error?

- Sí – dijo Rika – Que yo no he dicho que vaya a ir.

- ¡Venga, Rika! – exclamó Alice, abrazándola por atrás - ¡Nos lo vamos a pasar de vicio!

- ...

-

- Grmpf... bueno, vale... – contestó Rika.

- ¡Perfecto! – exclamó Takuya – En ese caso, que alguien avise a Ryo y sus amigos.

- Rika – dijo Yui - ¿Vamos a la universidad esta tarde y se lo decimos? Hoy tienen clase.

- ¿Bromeas, Yui? – dijo Rika – Ryo seguro que vendrá aquí a la salida de clase...

- Bueno... pero si no viene ¿vamos?

- Sí, claro – asintió Rika.

- ¡Bueno! – exclamó Ken - ¡Me voy a hablar con Mimi de una cosa!

--- Universidad de Tokio. Clase de matemáticas común para 1º y 2º de informática ---

- Déjame la calculadora, Ryo ¬ - pidió Tasuki.

- Toma – contestó Ryo.

- Gracias... – contestó, cogiéndola. Inmediatamente después, tomó la hoja en la que estaba trabajando y revisó todo lo que había hecho desde el principio hasta el final. Tras ello, observó el cuadro que había en la parte baja de la hoja, en el que estaban los resultados que tenían que salir en las cuatro partes del problema: ninguno coincidía con lo que le había salido a Tasuki – Tú...

- ¿Sí? – respondió Ryo, escribiendo el resultado de una operación en su papel.

- No sé cómo me las he apañado pero el caso es que no me coincide ni el primer resultado...

- Trae a ver... – contestó Ryo, cogiendo la hoja de Tasuki. Trató de disimular una risa y, plantando la hoja delante de las narices del pelirrojo, señaló – So cenutrio, cuatro por tres son doce, no siete.

- ¡Ahí va O ¬ ô! – exclamó Tasuki, cogiendo la hoja - ¡Gracias, tío! – Ryo sonrió, a modo de respuesta, mientras Tasuki rehacía el problema.

- Bueno – comenzó el profesor – Tenéis que terminar el ejercicio para mañana ¿de acuerdo? Que os cunda – se levantó, mientras todos los alumnos también lo hacían y abandonó la clase.

- ¡Bien¡Ahora a zampar! – exclamó Tasuki - ¿Te vienes, Ryo¿O vas a ir a buscar a tu pelirroja?

- No, no, hoy como con vosotros – contestó él, meneando la cabeza. Salieron de la clase y tomaron el pasillo. De pronto, Tasuki vio una hoja agitarse ante su cara. Ésta tenía una enorme "F" en color rojo en la esquina superior.

- ¡Argh! – chilló, agarrándose al brazo de Ryo - ¡Un suspenso que vuela!

- ¡NO SEAS IMBÉCIL! – exclamó una voz tras la hoja.

- ¡Y habla! – volvió a chillar el pelirrojo, cerrando los ojos fuertemente.

- Hola, Taka – sonrió Ryo. Taka bajó la hoja.

- ¡Ah¡Si eras tú! – exclamó Tasuki, volviendo a abrir los ojos.

- Sí, cacho tonto, era yo...

- ¿Y esa "F"? – inquirió Ryo.

- ¡EL CABRONAZO DE NAKAGO, QUE ME HA SUSPENDIDO UN EXAMEN SOBRE HISTORIA DEL ARTEEEEEEE! – respondió.

- Tranquilízate ¿sí? – dijo Chichiri, por detrás. Venía acompañado de Sora, Nuriko (versión hombre, esta vez), Matt, Tai, el "Hoto" y su espejo y un hombre alto, moreno y fornido, pero de expresión benévola.

- ¡Qué tranquilízate ni qué leches en vinagre! – replicó Taka - ¡Tú no tienes de qué quejarte, sólo sacas "A" o "A+"¡¡¡JURO QUE EL AÑO QUE VIENE ME PASO A ECONOMÍAAAAAAAAA!

- ¿Por qué cogiste historia, entonces? – inquirió Sora – Si lo tuyo es el dinero...

- Porque a mis padres les hacía ilusión... ¡pero me pienso cambiar!

- Bueno, ya vale – dijo Nuriko, viendo que Taka comenzaría a despotricar de nuevo contra Nakago en cualquier momento – Mirad quién ha venido, Taka, Tasu, Ryo – dijo, señalando al hombre moreno.

- Hola – saludó él - ¿Qué tal estáis?

- ¡MITSUKAKEEEEEEEEEEEEE ! – exclamaron Taka y Tasuki, abrazándose al hombre.

- ¡Ah! – exclamó Ryo – Claro... el profesor de Joe que era amigo vuestro... Soy Ryo Akiyama, encantado nn.

- Igualmente - sonrió él.

- Por cierto ¿y Joe? – inquirió Ryo, al darse cuenta de que el chico de cabello azul no estaba.

- ¿A que no lo adivinas ni en mil años? – contestó Tai, con sarcasmo.

- ¡Ah! Claro: se ha ido a su casa a estudiar – sonrió Ryo.

- ¡Premio! - exclamó Tai.

- Estudia demasiado – observó Mitsukake – En vez de eso, debería preocuparse más por descansar algo: luego se queda en blanco en los exámenes... ¿ein? – añadió, al ver una pequeña máquina frente a su boca.

- ¡Grábalo, grábalo! – pidió Tai, agitando su grabadora de bolsillo - ¡Tiene que oírlo!

- Bien U – sonrió Mitsukake. Mientras grababa las palabras de Mitsukake, comenzaron a caminar.

- ¿A la cafetería de siempre? – inquirió Sora, volviéndose. Todos asintieron y prosiguieron su camino.

--- De vuelta al instituto Eriol. Hora de ir a comer. Todos se han ido menos Miaka, Yui y Rika, que se encuentran en la verja ---

- ¡MECAGÜEN LA MIERDAAAAAAAA! – exclamó Rika, agitando sus puños – Precisamente para un día que tiene que venir...

- Venga, no te preocupes – dijo Yui – Los hombres son así de oportunos...

- ¿Dices algo de bocadillo perruno? – dijo Miaka.

- No... – contestó Yui – Rika ¿quieres venir a comer a mi casa y luego vamos a decírselo?

- Bien – asintió ella, con una sonrisa – Gracias.

- Miaka ¿vienes tú también? – sonrió Yui.

- ¡Sí! – exclamó Miaka, mientras la baba comenzaba a formarse en su boca - ¡YO NO ME PIERDO NADA QUE TENGA QUE VER CON LA COMIDAAAA! ¬

--- 2 manzanas a la derecha del instituto Eriol. Mimi se encuentra hablando con Ken (antes no había podido) ---

- O sea, que ese amigo tuyo quiere teñirse el pelo de rubio... – dijo la chica.

- Exacto – asintió Ken - ¿Puedes quedar mañana a la tarde con él y conmigo para comprar el tinte y hacerle el destrozo?

- Mmm... – comenzó ella, colocando un dedo en sus labios – Sí, supongo que sí... ¡aunque puede usar mi tinte rubio!

- ¿En serio? – sonrió Ken. Mimi asintió – Pero... ¿no será sólo para chicas? – añadió. Mimi negó con la cabeza y dijo:

- Es unisex, no te preocupes... además, es rubio Matt, como tú me has dicho que tu amigo quería... ¿cómo se llamaba él?

- Ryo Akiyama.

- ¿Es mono?

- Bueno, se podría decir que tiene bastante éxito... qué digo, mucho éxito.

- Ajá – sonrió Mimi – Bueno, pues mañana lo hacemos...

- Muchas gracias, Mimi – sonrió Ken.

- ¡De nada! – contestó ella - ¡Adiós! – exclamo, yéndose.

- Así que a dos bandas ¿eh, Ken? – dijo una voz tras el chico.

- ¿Ein? – contestó él, girándose - ¡Argh! – exclamó. Detrás de él se encontraba Yolei, con la mirada más espeluznante que había visto nunca.

- Hola.

- Ho... hola... – comenzó el chico, mientras el corazón le iba a cien por hora del susto que le había pegado su amiga – Qué susto me has dado, Yolei...

- Claro... como yo no soy taaaaaaaan mona como la Kitsune esa o Mimi... – contestó la chica, girándose y cruzando los brazos.

- ¿Qué quieres decir con eso? Es más ¿qué querías decir con lo de "a dos bandas"?

- La primera banda es Mayumi – comenzó Yolei, clavando sus ojos en los de Ken – la segunda, al parecer, Mimi... ¿qué pasa¿Tu nuevo estilo es estar con dos a la vez?

- ¡Qué va! Mayumi es sólo una amiga...

- Una arpía, diría yo...

- ... y con Mimi estaba hablando sobre un amigo.

- ¡Ajá! – exclamó Yolei señalándole con el índice - ¡Queréis los dos liaros con ella!

- ¡Qué dices? – exclamó Ken - ¡Esto no tiene ni pies ni cabeza, Yolei! Además... ¿qué te importa a ti lo que yo haga o deje de hacer? Sólo somos amigos ¿no?

- ¡SÍ¡Y UNO DE ELLOS UN IMBÉCIL!

- ¿Imbécil?

- ¡Imbécil! – repitió Yolei, atizando un tortazo a Ken.

- Au... #-- ¿por qué me pegas?

- Lo siento, se me fue la olla...

- Oye, Yolei...

- ¿Qué?

- Todo esto sobre Mimi... y sobre Mayumi... ¿no estarás celosa?

- ¿CELOSA, YOOOOOOO! – contestó Yolei, indignada, dejando a Ken medio sordo.

- "Adiós, queridos tímpanos TT" Bueno, entonces no te entiendo.

- ¿NO VES QUE ESTOY CELOSA, CACHO IDIOTA!

- ¿Pero no acabas de decir que no lo estás? – dijo Ken, confuso – Entonces ¿estás celosa de verdad?

- ¿YOOOOOOO!

- Hum... esto se pone raro.

- ¡Pues claro que lo estoy¡O no¡No, no lo estoy¡Imbécil!

- ¿Imbécil?

- ¡Imbécil!

(otro tortazo)

- Bueno... al menos ahora se ha nivelado... #--#...

- ¡IARGGGGGGGGGGGGH¡¡¡ME VUELVO LOCAAAAAAAAAAA! – gritaba Yolei. Ken la agarró de los hombros y la paró.

- ¿Qué demonios te ocurre entonces?

- No es nada – contestó Yolei, ya tranquila.

- De todos modos, deja que te diga que yo no voy detrás de Mayumi y que con Mimi sólo estaba hablando de Ryo. Y, sobre ti... – añadió, enrojeciendo.

- ¿Sobre mí, qué... – contestó Yolei, intrigada.

- Pues que tú me...

POM

- (Ken) glglglglglglglglglgl...

- ¡AHÍ VA, DIOS! – exclamó una voz: era Davis, que venía acompañado por T.K. y Kari - ¡SE M'A ESCAPAU EL BALÓN! – corrió hacia Ken - ¿Tas bien, tío?

- sí... – contestó él, mientras Davis le ayudaba a levantarse.

- ¡Qué demonios te creías que estabas haciendo, cacho cafre? – dijo Yolei, enfadada – ¡Pobre Ken, no va a ganar para tiritas y mercromina a este paso! – añadió, abrazando al chico.

- "¿Y ahora me abraza?" – se dijo Ken, extrañado.

- Ken¿estás bien? – inquirió Kari, preocupada.

- Davis es un bestia... – comentó T.K.

- ¡Vete a la mierda, rubio! – replicó Davis, con una miradilla de las suyas.

- Estoy bien, estoy bien – contestó Ken.

- ¡Te acompañaremos a la estación de Tamachi, Kenny! – exclamó Davis.

- ¡Ese nombre sólo se lo llamo yo! – exclamó Yolei - ¡Y, además de eso, no pienses que me he olvidado de lo otro!

- ¿Qué otro? – inquirió Davis, confuso.

- ¡DE QUE TE ZAMPASTE MÁS BOLLOS QUE YOOOOOOOOO! – chilló Yolei, histérica. Nuevamente, comenzó a dar vueltas en círculos.

- Kari¿tienes la morfina a mano? – inquirió T.K.

- ¡Sí! – exclamó Kari, sacando una pequeña jeringuilla desechable - ¡Yolei, una tarta volando! – exclamó.

- ¡Dónde? – dijo ella, parándose en seco. Aprovechando el descuido, Kari le pinchó a Yolei en el brazo con el mencionado objeto.

- Ahahahahahaaaa ¬ - dijo la chica de pelo morado – morfina...

- Primero acompañaremos a Yolei – dijo Kari. Todos asintieron y comenzaron a caminar, con una Yolei un tanto traspuesta que decía "Os traigo amor...". Ken la observaba preocupado...

--- Universidad de Tokio. Cafetería. Las clases de la tarde han terminado. Los de siempre, sin el de siempre, están tomando algo con Miaka, Yui y Rika ---

- De modo que vamos a irnos de puente a Yokohama ¿eh? – dijo Ryo – Rika ¿tú vas?

- ¿Depende de ello tu decisión, o qué? – replicó ella – Mientras seas castaño, no te tomes esas confianzas – añadió. Ryo se mordió el labio.

- Bueno... estando tú me lo pasaría mejor... bah, da igual, iré de todos modos.

- Enhorabuena – respondió Rika, con sarcasmo.

- ¿Qué te ocurre? – murmuró Yui, extrañada: aún no había visto a Rika tan sumamente borde. Rika sólo sonrió mordazmente.

- ¡Taka¿tú fienef! – dijo Miaka, sonriente, con una ristra de chorizos saliendo de su boca.

- ¡Claro, por supuesto que voy! – sonrió él.

- Miaka, joder, que das asco, trágatela ya... – pidió Tasuki.

- Fueno... – respondió ella. En el último momento...

- ¡Ñam! – era Tai, que había enganchado con sus dientes el extremo que sobresalía de la boca de Miaka. Sin embargo, ella no lo había soltado. Sora y Matt observaban a su amigo con vergüenza.

- ¡FEVUÉLVEMELO! – gritó Miaka.

- ¡EL FUEN FIFFIANO FOMFADTE (Traducción¡El buen cristiano comparte!)!

- ¡FO NO FOY FIFFIANAAAAAAA!

- Grrr...

- ¡GRR!

- Venga, media para cada uno ¿sí? – dijo Chichiri, partiendo la ristra por la mitad y poniendo fin a la pelea.

- Mmm...

- Mmm...

- Chichiri ¿tú te vienes? – inquirió Nuriko.

- ¡Claro! Tengo ganas de ver Yokohama ¿sí? – sonrió - ¿Hay alguien que no vaya a ir? – todos negaron con la cabeza - ¡Estupendo ¿sí!

- ¡En Yokohama vive un pariente mío! – exclamó Hotohori - ¡El gran (pero yo le supero) Matsuko Mizuki¡Hohohohohohohoooo!

- A nadie le importa... – murmuró Rika, revolviendo con una cuchara su té.

- Por cierto ¿y Joe? – inquirió Sora – Habrá que decírselo ¿no?

- ¿Para qué? – contestó Tai – Ése se quedará estudiando...

- Nunca pensé que llegaría a decir esto, pero – comenzó Matt – Tai tiene razón.

Todos se quedaron en silencio.

- Esto se pone raro ¿sí? – comentó Chichiri.

--- Martes por la tarde. Casa de Mimi. Ella, Ken y Ryo junto a Nakuru Akizuki, Tôya y Yukito se dirigen al piso de arriba ---

- ¿Adónde estamos yendo? – inquirió Ryo, confuso - ¿No deberíamos haber ido primero al supermercado a comprar el tinte?

- Proyecto de chico rubio – comenzó Mimi, con una sonrisilla – En esta casa – abrió las puertas de su cuarto – hay todo lo que podemos necesitar.

- ¡Pedazo de cuarto! – exclamaron Tôya y Ryo. Mimi sonrió y todos entraron. Nakuru corrió directamente a sentarse en el tocador.

- ¡Yo quiero uno como éste! – exclamó.

- Akiyama, ven – dijo Mimi. El castaño, temeroso, se acercó a ella. Ken también se dirigió hacia Mimi. La chica abrió un enorme armario – Tintes para el cabello. Desde el blanco albino hasta el moreno azabache pasando por el verde aceituna o el rojo camarón – señaló una fila – Éstos son los tonos de rubio: rubio platino, rubio cobrizo, rubio claro, rubio oscuro...

- ¿Y rubio Matt?

- ¡Claro! – exclamó Mimi, extrayendo una caja. En ella ponía "Rubio Yamato Ishida". Ryo hizo una mueca de incredulidad y Ken se quedó blanco.

- Mimi... – comenzó a preguntar - ¿De dónde demonios has sacado un tinte rubio de la clase "Yamato Ishida"¿Cómo puede ser posible que vendan eso en un supermercado?

- No es de supermercado, chico azul arándano – sonrió Mimi – Se podría decir que es de... cosecha propia – explicó, pronunciando aún más su sonrisa – Bueno, Ryo – dijo Mimi, agitando la caja ante los ojos del cada vez más asombrado castaño - ¿Estás dispuesto a traspasar la última frontera?

-... todo sea por Rika – dijo Ryo, tragando saliva.

- Muy bien – sonrió ella. Pulsó un botón que había en la pared. Se escuchó un ruido y una silla de peluquería surgió del suelo. Mimi indicó al chico que se sentase. Ryo lo hizo y apoyó la cabeza donde le indicó la chica.

- Oye, Mimi – dijo Ryo – Esto ¿se puede quitar?

- ¡Oh! Claro que sí, Akiyamita – sonrió Mimi – De todos modos, una vez que pruebes la fruta del color de pelo de Matt, no querrás volver a ser castaño... palabra de gal.

- ¿Eres una gal? – inquirió Ken, sorprendido.

- ¡Claro que sí! – sonrió Mimi, haciendo el signo de la victoria – Comencemos con el destrozo...

--- Miércoles. Instituto Eriol. Clase de 1º S.A. B. Última hora de la mañana: historia ---

- Bien, bien – dijo Yui, satisfecha – Esto va viento en popa. Kenta: bonita portada – observó.

- Es decente, y todo – sonrió Rika.

- Eh, Rika – comenzó Yui - ¿Hasta cuándo piensas seguir haciendo creer a Ryo que te gustan los rubios?

- Hasta que llegue el momento – contestó ella.

- ¿Y cuándo va a llegar ese momento? – añadió la rubia.

- ¡Que le has dicho a Ryo quéeeeee? – exclamó Alice - ¡Tía, qué perra!

- No sé cuándo llegará el momento... cuando me apetezca – contestó Rika.

- ¡Igual le hago lo mismo a Henry! – exclamó Alice – Así podré averiguar si yo le...

- Tú no tienes nada que averiguar, Alice – contestó Rika – Es más ¿por qué no le pides salir ya, joé?

- ¿Yooooo¡Há¡Eso es cosa de hombres! – contestó Alice – Además, tampoco estoy tan segura de que yo le guste.

- Bueno, es posible que no, ahora que lo pienso... – comenzó Rika – Después de todo, antes de que tú llegases era yo quien le gustaba a Henry. Él dice que ya no, pero...

- ¡So capulla! –exclamó Alice - ¿No estarás pensando en robármelo!

- Mmm... tal vez... – bromeó Rika. Al ver la mirada asesina de Alice, añadió – Que no, so tonta. Henry es sólo un muy buen amigo.

- Venga, basta ya – dijo Yui – Tenemos que seguir con el dichoso trabajo...

- ¡A la porra el trabajo! – exclamó Kari - ¡Vamos a hablar del viaje!

- ¿Ein? – dijo Rika - ¿Y qué le ha dado ahora a la serenidad personificada?

- ¡Es que estoy muuuy emocionada! – sonrió Kari – Subo ¿tú vienes? – preguntó a Suboshi.

- Sí, sí que voy – contestó el rubio.

- ¿Y Ami? – añadió Kari.

- ¿Ami?

- Amiboshi – aclaró Yui, mientras avanzaba ella misma el trabajo.

- ¡Ah! – exclamó Suboshi – Sí, él también va.

- Me pregunto dónde habrán conseguido ese par de descerebrados (también conocidos como Davis y Takuya) habitaciones para todos – comentó Rika.

- Bah, ya se las habrán apañado – dijo Kenta.

- Esto a ti no te incumbe, Kenta: no vas ¿no? – dijo Rika, en tono cortante.

- No, no voy... tengo que estudiar.

- ¡Pobrecito! – sonrió Alice.

- Por cierto – comenzó Kari – Qué callada está Miaka ¿no? – todos miraron a Kari y luego a Miaka.

- Claro – comenzó Yui – Como que se ha quedado frita.

- (Miaka) ¬... ZzZzZzZzZz...

- Qué mujer – suspiró Rika.

--- Clase de 1º S.B. A ---

- Bueno – comenzó a decir el profesor – El timbre va a sonar ya, así que... espero que os lo paséis bien estos días. Sin embargo, recordad que tenéis que estudiar...

- Estudiaaaar... - murmuró Chiriko.

- ... si queréis sacar buenas notas en los primeros parciales. Son más importantes de lo que muchos de vosotros pensáis. No obstante, muchos de vosotros, en especial los que en la prueba de ingreso hayáis sacado de noventa puntos en adelante, no tendréis que estudiar demasiado – observó al chico castaño de coleta de reojo – pero no bajéis la guardia – finalizó. El timbre que anunciaba el fin de la jornada escolar para todo el instituto sonó. Los alumnos se levantaron y, en medio de la algarabía, se dirigieron a los percheros y casilleros a recoger sus cosas.

- ¡Un día de estos – comenzó Sakura – tenemos que ir al parque de atracciones de Odaiba, chicos!

- Es una buena idea – sonrió Eriol - ¿qué os parece a vosotras? – inquirió a Ai y Shiuchon.

- Estupendo – comenzó la última.

- Mientras quede tiempo para estudiar algo, por mí bien – contestó Ai - ¿Y tú, Chiriko, qué nos dices?

- Bueno – comenzó el chico – si no os importa que me lleve algún libro... Por el mero placer de estudiar, no es que me preocupen mis calificaciones.

- Chiriko – dijo Sakura - ¿tú qué harías si no existiese el colegio?

- Fundaría uno – sonrió él, tranquilamente – Hay que entrenar las neuronas desde jóvenes, chicos. Si no, cuando lleguemos a viejos, no recordaremos prácticamente nada. ¡El secreto está en entrenar la inteligencia!

- Aaah... – dijeron todos. Eriol sonrió comprensivamente y añadió:

- Al igual que todos nosotros tenemos una pasión, la de nuestro amigo Chiriko es estudiar. No obstante, chico – añadió, dirigiéndose a su amigo – las neuronas también tienen que descansar de vez en cuando ¿no crees?

- Sí, la verdad – sonrió – Creo que desconectaré por un día para estar con vosotros en el parque de atracciones a fondo.

- Eso está muy bien.

- ¡BIEEEN¡¡¡YA SOMOS CINCOOOOOO! – chilló Sakura, eufórica - ¡Chicas! – exclamó, agarrando de la mano a Ai y Shiuchon - ¡Hay que proponérselo a Iori, B.D. (siglas de "balón deshinchado"), Mako, Tomoyo y... (suspiro)... Xiao Lang... – soltó de la mano a las chicas y comenzó a caminar murmurando palabras inteligibles.

- Me gustaría saber por qué esta mujer siempre suspira antes de decir el nombre de Xiao Lang – dijo Shiuchon.

--- Patio del mismo instituto. Rika sale al exterior junto a Alice, Jen y Yui. Hay una sombra tras uno de los árboles que hay junto a la verja del edificio ---

- Genial: cinco días de vagancia – sonrió Rika – Lástima que te pierdas nuestro viaje, Jen.

- Bueno, al menos también se queda Takato.

- Mmm... – asintió Rika – Sí, es cierto: después de todo, tú y él siempre habéis sido buenos amigos.

- Sí, sí, amigos... – sonrió Alice. Jen enrojeció. Segundos después, la sombra del árbol había desaparecido. Alice abrió mucho los ojos y gritó - ¡DIOS MÍO!

- ¿Qué ocurre? – dijo Rika, confusa, mientras Alice señalaba detrás de ella. Antes de que la pelirroja pudiera girarse, notó cómo unos brazos la rodearon por detrás y cómo un aliento fresco se acercaba a su cuello.

- Hola, mi reina... – saludó una voz varonil.

- Ay, ya está aquí el pesao castaño éste... – dijo Rika, girando su cara hacia el chico – OO – a Rika le dio un shock al ver a Ryo.

- ¿Qué¿Te gusta? – sonrió él.

- ¿QUÉ DEMONIOS TE HAS HECHO! –gritó ella, histérica.

- Bueno – comenzó Ryo – Dijiste que te gustaban los rubios. Aquí me tienes: el mismo tono del cabello de Matt – sonrió, acariciando su pelo – Ahora ya me dejarás algún que otro privilegio ¿no?

- ¡RYO! – exclamó Henry, desde la puerta, junto a Takato - ¡Qué te has hecho?

- Me he teñido – sonrió Ryo. Se acercó a Rika – Bueno, qué ¿no vas a decir nada? – inquirió, acariciando el rostro de la chica.

- Imbécil... – murmuró Rika, meneando la cabeza.

- ¿Cómo? – dijo Ryo, sin comprender.

- ¿Te has hecho "eso" sólo porque yo dije que me gustaban los rubios?

- Claro que sí – sonrió Ryo.

- Te quedaría bien el pelo blanco, Henry... – sonrió Alice, aproximándose al chico – Jejejejejeeee...

- ¿Tú crees? – contestó Henry. Alice asintió. Rika continuó diciendo:

- Si ni siquiera era verdad, Ryo. A mí el color de pelo que más me gusta en un chico es el castaño, precisamente. O el moreno.

- Ah... ¿sí? – dijo Ryo, sintiéndose estúpido. Se pasó una mano por la cabeza y dijo – Entonces... ¿no te gusta?

- Bueno – dijo Rika, alejando con la mano un poco a Ryo y yéndose con él – Te ves... raro. Pero lo que importa es el detalle – sonrió – Lo que has llegado a hacer por... por mí – se alejó un poco más junto a Ryo, mientras Alice trataba de convencer a Henry de que se tiñese de blanco – Pídeme lo que quieras, lo mereces – dijo, cogiendo la mano de Ryo.

- Lo que... ¿quiera¿Cualquier cosa?

- Sí.

- Bueno... pues... quiero que estés durante estas vacaciones todo el tiempo conmigo.

- Está bien – asintió Rika – Pero... hazme un favor, quítate eso. ¿Sabes qué? En realidad, odio el pelo rubio. Al menos en los chicos.

- Joder... pues he metido la pata hasta el fondo.

- ¡Qué va! – rió Rika – Por cierto... ¿por qué no me has pedido que fuese tu novia?

- Porque – comenzó Ryo – sería coaccionarte demasiado.

- Comprendo... – sonrió. Tiró de la manga a Ryo y volvieron con los demás.

- ¡RYOOOO! – sonrió Kazu - ¡ESTÁS ESTUPENDO, REY!

- Gracias... pero me lo voy a quitar enseguida.

- Jooo... – se quejó Kazu.

- Tíñete de blanco – dijo Alice.

- No sé...

- ¡Tíñete de blanco! – volvió a pedir.

- Me da cosa hacerlo...

- ¡TÍÑETE DE BLANCO ! – exclamó Alice. Al ver que Henry titubeaba, añadió - ¡Y TE DARÉ UN BESO!

- ¿Qué O/O? – dijo Henry, rojo – Bueno, vale... – contestó.

- ¡Kyaaaaah, muy bien, Wongy! – exclamó Alice, abrazándose a él. Henry sonrió levemente.

--- Jueves. Estación de tren de Tokio. En el interior del tren con destino a Yokohama, se encuentran ya todos en un departamento para ellos solos. Como había prometido Rika, está sentada con Ryo, en unos asientos con mesa. Aunque en frente suya están la rubia Alice y el peliblanco Henry ---

- ¡Qué mono estás! – sonrió Alice.

- No te queda mal – observó Rika – Aunque no para mi gusto – añadió.

- Bueno, no es para toda la vida...

- Ah ¿no? –sonrió Alice, de forma sádica.

- Pues yo estoy bien a gusto con mi pelo castaño – sonrió Ryo.

En otra mesa se encontraban Yui y Miaka con Amiboshi, Suboshi, Davis y Takuya.

- ¡Toma, Yui! – sonrió Takuya, entregando un paquete a Yui.

- ¿Para mí? – contestó ella, sorprendida - ¡Vaya! Un libro – sonrió.

- ¿Ves? Te dije que se llamaba libro, no frisbee – dijo Takuya a Davis.

- "El Universo de los Cuatro Dioses" – leyó Yui en la tapa – Me resulta... familiar – abrió el libro – Éste es un libro cuya historia se hace realidad. Como ya estamos hasta los huevos de recibir a sacerdotisas y tener que cumplir sus deseos (una de las últimas nos dejó sin nada en la despensa)...

- ¡Achís! – estornudó Miaka.

-... viviréis esta historia pero sin deseos ni gaitas de esas. Volveréis a vuestro mundo cuando la última hoja sea pasada. Ahora os voy a comer – leyó Yui - ¿Comer? – repitió. De pronto, el libro se volvió cuatro veces más grande y unos enormes colmillos surgieron de sus tapas. Saltó de la mesa, ante las miradas aterrorizadas de todos los que estaban allí y abrió sus enormes fauces.

- ¡Qué mierdas es eso? – dijo Davis.

- ¡Ya sabía yo que la lectura era peligrosa! - corroboró Takuya. Inmediatamente después, entre la confusión, todos fueron tragados por el libro. Seguían vivos, sí... simplemente, habían comenzado un viaje en otro mundo. Todos abrieron los ojos.

- ¿Dónde estamos? – dijo Ryo, apretando fuertemente la mano de Rika.

- Definitivamente, esto me suena – dijo Yui. La nube de polvo que se cernía sobre ellos se despejó. Un enorme palacio imperial se alzaba ante sus ojos. En el cartel ponía: Palacio del Emperador Mizuki. Todos se observaron entre sí. Hotohori saltó de emoción. ¿Qué demonios había ocurrido?

Continuará...

Gracias por las reviews a Reiki-Tantei, Chikage-SP, Renamon, Annell Ivanov, Kisa Tsutaka, Atori-chan, Saturno, Nemarie, Kari y tk 93, Lady Scorpio, y Dark Angel Love!

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