Capítulo XXVIII

La separación, primera parte.

Tras reunirme con Hades, me pude relajar la verdad es que aun quedaban un par de horas antes de que los demás decidieran levantarse o despertarse debido al ajetreo del día anterior.

"Hades…" Susurre al encontrarlo, Hipnos hizo una reverencia antes de dejarnos solos. Nos encontrábamos frente a un gran fresno que nos protegía del fuerte viento que comenzaba a correr, por supuesto mi vestido volaba ávido mientras se torneaba con cada ráfaga que golpeaba mi cuerpo. Mis sandalias tronaban contra el mármol de color rosa que era bordeado por pequeños pinos que tenían una forma rectangular.

Él me miró y mientras se acercaba yo retrocedí, no sé. Fue un acto reflejo no quería rechazarlo temía hacerlo y sin embargo inconscientemente lo hacía. Tenía en mí esa pequeña batalla interna que me hacía dudar y que indudablemente a pesar de querer ocultarlo mi propi cuerpo me traicionaba y lo realizaba inconscientemente.

"¿Cómo se encuentra tu madre?" Pregunto de forma glacial, sus ojos que antes se habían visto cálidos ahora se habían vuelto fríos e inexpresivos. Su túnica blanca con incrustaciones de oro que se triaban entre la tela. Quise besarlo, y decirle que había sido una tonta, que no era mi intención evitarlo.

"Ella se encuentra bien, está durmiendo." Le respondí tratando de evadir sus ojos. Él resoplo molesto por mi actitud, de pronto se levanto y se acerco a mí, agarro mi mentón y elevo mi cabeza con cuidado. Me miro con escrutinio pero luego me dejo, intente conjeturar algo pero no pude. En mi cabeza se arremolinaba todo lo que me habían dicho las moiras… y lo que me había dicho Athenea.

"Hades… yo…" Él no se volteo pero si se detuvo. "Tengo miedo." Reconocí finalmente.

"¿De quién? ¿De mí?" Volvió a su tono monótono, la verdad es que sentía que cada palabra me atravesaba como si de cuchillos afilados se tratase, verlo ahí de espaldas frente a mí, sentí cuanto me iba a doler volver a dejarlo a ir.

"No hagas esto." Le pedí, cuando finalmente se voltea me doy cuenta de lo poco que nos queda para estar juntos y yo sola lo estaba boicoteando.

Antes de hablar suspira con resignación, su toga que esta vez era de un color azul, hacia juego con sus ojos que parecían estar tan apesadumbrados como mi espíritu. "¿Entonces?" volvió a preguntar sin cambiar su tono. Yo me acerque lentamente.

"Lo siento." Fue lo único que pude gesticular mientras agarraba su cinturón. El hecho de que fuese tan alto no me ayudaba mucho. Él simplemente se alejo.

"Deberías volver." Ambos sabíamos que las cosas estaban algo más que tensas pero la verdad es que no me quería marchar con esta sensación.

"Tengo miedo, porque…" Dije mientras intentaba buscar las palabras apropiadas para esto. Hades me miro sin mucho interés. "Porque creo que me he enamorado de ti… "Mis mejillas se habían encendido. Sin embargo, no hubo respuesta por su parte.

"Sé que no entiendo lo que ocurrió entre mi madre y tú. Pero eso fue en el pasado y…" Pero antes de eso él me calla.

"No, no entiendes. Y no tendrías por qué hacerlo. Jamás debí… ¿Por qué tenias que ser tú? A veces realmente creo que es un castigo." Pregunta frustrado, al parecer yo no era la única que se cuestionaba sobre esta relación, sin embargo me dolió darme cuenta que él había dudado.

"Lo lamento…" Dije como despedida, me di media vuelta para volver donde se encontraba Apolo. Pero algo me decía que no debía irme.

"Yo también." Sentenció y se fue, pero yo lo seguí, la verdad es que no quería que las cosas quedaran así a pesar de saber que quizás era lo mejor así cumpliría con mi parte del trato con Athenea. ¡Por Zeus, a veces soy tan estúpida!

"Sí, y yo más lamento haberte dicho lo que sentía. Hazme un favor y olvídalo, jamás te lo dije." Él me mira perplejo, para luego echarse a reír, la verdad no le veía la gracia. Ahora si me sentía ofendida, me gire en mis tobillos y me intente alejar lo más que pude, me metí entre medio de unos árboles frondosos para que así con el silbar del viento el sonido de mi andar fuese oculto. El problema fue que a pesar de llevar el paso acelerado él me alcanzo con un par de zancadas.

"Kore." Me llamó, pero yo solo intentaba liberarme de su mano.

"No me toques." Le amenace como si realmente tuviese mucho que perder. Y la verdad es que lo tenía, pero de igual forma terminaría perdiéndolo ya fuese de esta manera o por Athenea.

"Sé que no estuvo bien decir eso. Pero ambos sabemos, que tu jamás iras al inframundo y yo jamás te obligaría a ir." Confeso finalmente, eso era lo que le preocupaba.

"Entonces déjame ir." Seguí forcejeando a pesar de que no me tomaba la mano con fuerza tampoco podía liberarme de ella.

"No puedo."

"¿Por qué?"

"Porque a pesar de que sé que es imposible. Quiero que estés conmigo para la eternidad." Sonaba tan sincero, a pesar de no ser las palabras que esperaba oír, me pareció lo más dulce que jamás me habían dicho.

Me deje caer en el pasto y aun con su mano agarrando mi brazo, mi cabello estaba todo alborotado, sabía que debía hacerlo ahora que podía, no podía dar un paso atrás.

"¿Qué quieres decir con eso?" Sentía que mi corazón se derretía.

"Lo que estoy tratando de decir… es que eres a la única persona que veo a mi lado. Quiero que seas mi reina, Kore. Eso es lo que quiero." Él se agacho a mi altura. Ya había soltado mi brazo, yo solo había atinado a taparme la boca con ambas manos, no me esperaba una confesión como esta.

"Hades…" fue lo único que alcance a gesticular, él me levanto y me llevo de vuelta hasta uno de los tantos jardines que había en aquel templo. Caminamos en silencio por un largo rato hasta que el sol comenzaba a tomar un tono más anaranjado. Habían pasado las horas muy rápido. No tenía mucho tiempo tenía que hacerle saber que Athenea me estaba amenazando, él tenía que saber que no nos podríamos ver por un buen tiempo o si no lo desterrarían.

"Hades… debo decirte algo antes…" dije titubeando, la verdad es que no estaba segura de si hacia lo correcto. Pero tampoco quería pasar una eternidad sin él.

"¿Hm, que ocurre?" pregunta algo adormecido.

"Es sobre Athenea." Y mientras le explicaba la situación Hades me escuchaba atentamente sin emitir sonido.

"¿Desterrarme?" Se rio, y continuo "Eso no puede pasar. Por más que Zeus lo quisiera así.". Parecía que todo tenia solución, la verdad después de oírlo me sentí mucho más tranquila, sin embargo aun estaba el hecho de que Athenea hablara con mi madre.

"¿Y qué pasará si habla?" Pregunte la verdad es que me quería asegurar.

"Nada, Deméter de por si me odia, lo más probable es que piense que ha sido idea mía." Envidiaba de cierta forma el hecho de que pudiese saber realmente todo lo que pasaría.

"¿Te lo han dicho las moiras?" Pregunte descuidadamente, casi se me olvidaba que no debía mencionarlo.

"No es algo que te pueda decir." Comento sin inmutarse. Seguíamos caminando por un pequeño sendero, que iba camino a una pequeña gruta donde había una maravillosa estatua de las Musas. Me pregunte si alguna vez yo me convertiría en alguien tan importante y si haría alguna vez una estatua de mí, aunque borre rápidamente ese pensamiento frívolo de mi mente de alguna manera esperaba que eso sucediera. Eventualmente… claro, con el tiempo.

Ambos decidimos volver al salón de baile, curiosamente no se encontraba nadie más que algunas musas, se encontraban solo 3 de ellas, cosa rara porque en general siempre estaban todas juntas, pero en fin, solo estaban: Clío, Calíope y Talía. Las tres maravillosas y usando vestidos de tonos tierra muy similares entre ellos, de seda y poco convencionales sin pasar a la impertinencia. Había otros que estaban a cargo de la música al igual que ellas, estaban los sátiros, entre otros.

Y mientras me guía por el grand salón, hasta la pista de baile donde grácilmente el dios que gobierna el inframundo hace una reverencia, en la cual inclinó su cabeza ligeramente y con naturalidad. Y mientras se lleva su mano frente a mí y me pregunta "¿Me concedes esta pieza?" Escuche como algunos de los sátiros ahogaban un grito de sorpresa. Las musas me miraron con complicidad. Yo simplemente alargo mi mano aceptando la invitación y mientras nuestras manos se entrelazan, me hace girar sobre mis tobillos, las musas y los sátiros comienzan a tocar y cantar animadamente, mientras tanto yo apoyo mi mano derecha en su hombro él posa su mano derecha sobre mi espalda, por supuesto danzamos al ritmo de la música.

Aprovechamos el no haber nadie más que las musas en el salón, solo se encontraban dioses de menor rango y la verdad es que estaban tan bebidos que no cuenta como si realmente estuviesen presentes, jamás me la había pasado tan bien, era como si realmente todo hubiese mejorado. Al darme la última vuelta por delante me acerca más a él, posé mi cabeza en su pecho y descansamos en esta pieza que llevaba un tempo más ligero por no decir lento.

"No sabía que bailaras. Si lo haces así, entonces ¿por qué no disfrutabas de las fiestas?" le susurraba.

"Por qué no el baile no es nada si no tienes una buena compañera." Me respondió.

Seguimos bailando, y cuando me volvió a acercar a él me besó. Acacia que venía entrando con Mint y… nos vieron. Acacia corrió rápidamente a mi lado y me separa de Hades como si fuese lo peor del mundo.

"¡Deméter venia tras nuestro con Zeus, por todos los dioses del Olimpo, espero que no te haya visto!"

Nota de la autora: YA SÉ! Soy lo peor del mundo ¡lo siento, lo siento, lo siento!, pero es que cuando me enfrasco en un proyecto no lo suelto hasta que lo termino. Y la verdad es que hacía tanto tiempo que no dibujaba… se me había olvidado lo divertido que es. Ahora sí pretendo organizarme, creo que al fin llegue a un nivel "decente" de dibujo lo cual hace que me permita tiempo para otras cosas, no crean que solo los deje de lado a ustedes. Lo que pasa es que soy demasiado competitiva, y claramente hay personas que son excelentes dibujantes y de verdad me gustaría aspirar a ser como uno de ellos. Pero tampoco debería haber dejado este proyecto de lado habiendo tanta gente que me apoya, se los agradezco de corazón y a pesar de que se que he dicho en reiteradas ocasiones que no me atrasaría término rompiendo esa promesa, pero no, no me he olvidado de ustedes ¡supieran cuantas veces me dije: hoy subo un cap.! Y al final mi día consistía en estudiar (rápido porque como les dije estaba metida con reponerme de mis años sin dibujar) terminaba a eso de las 2 am de pintar y dibujar, lo demasiado cansada con apenas un ojo abierto y el otro soñando.

En fin, de verdad lo siento, soy de lo peor, espero que sigan leyéndome aun, asumo mis culpas. Solo diré que no los volveré a dejar de lado, trataré de volver a tomar el ritmo que llevábamos.

Un beso gigante a todos, y de nuevo. ¡Mil disculpas! Pero era algo que sentía que debía hacer, lamento que eso los perjudicara, la verdad es que me pongo en su lugar y cuando yo leo algo de verdad me desespera que no sean rápidos al subir un capitulo, y he caído en lo mismo. De nuevo me disculpo y espero que al menos entiendan el por qué lo hice. Espero poder reponerles todo el tiempo que han esperado por estos capítulos.