Hola gente curiosa que se metió a esta historia experimental que se me ocurrió hace unas horas. Saben, como consejo les daría que no escuchen canciones sobre infidelidades cuando están escribiendo y tienen tiempo ¡Por qué van a salir cosas como estas! Sinceramente la única advertencia que les daría era que este capitulo no se lo tomen enserio, ni siquiera yo que lo escribí me lo tomo enserio, el siguiente capitulo (por lo menos hasta donde voy) luce menos "impulsivo"... Bien los dejo con este capitulo que no se ni por que se me ocurrió. Disfruten(?
Nota: El capitulo solo lo revisé superficialmente, así que si ven un error muy significativo, pido disculpas. Más tarde me pondré a editar el cap con más cuidado; es solo que quería publicarlo a la de ya.
¿Qué tal? Mi nombre es Honoka Kousaka, soy un joven de veinte años que estudia música en el conservatorio de Tokio, ni siquiera se como lo logré pero a eso me dedico y sinceramente, muy a mi modo, vivo la vida de una forma tranquila o por lo menos eso era así hasta hace un dia…
Déjenme explicárselos brevemente, pero antes que nada me gustaría decirles que ¡Tengo una hermosa novia! Y no solo eso, ella es toda una belleza, increíble cabello azul, piel blanca, y unos despampanantes ojos color miel a los cuales sinceramente no me puedo resistir. Umi y yo nos conocemos prácticamente de toda la vida, nuestras madres son amigas, al igual que nuestros padres; así que prácticamente crecimos juntos, para serles sinceros al principio yo solo podía ver a Sonoda Umi como una clase de hermana mayor a la que podía admirar desde lejos y es que siendo, la capitana del club de arco, la mejor en calificaciones de nuestro grado y, a palabras de la mayoría de los alumnos de la preparatoria (incluyéndome) una de las tres bellezas más grandes de la escuela, era difícil no sentirse opacado por algo así.
Ni siquiera sabía como es que un sujeto promedio como yo, con calificaciones promedio, sin destacar en los deportes o en alguna cosa que no fuera "ser un tipo amable". Llevamos saliendo unos cinco años, desde que entramos a nuestro último año de preparatoria, creí que lo nuestro estaba de lo mejor; tal vez no éramos los mas amorosos del mundo pero, por lo menos, no nos llevábamos mal. Así que sus palabras de hace una hora… Me dejaron más frio que un iceberg.
—"Lo siento Honoka-kun, pero debemos terminar, estoy saliendo con alguien más"—Así, sin anestesia, me soltó esa bomba que me dejó en shock. Creo que dijo un par de cosas más antes de tomar sus cosas y salir por la puerta del café donde me había citado, aun que sinceramente no escuche nada; simplemente me quedé ahí sentado, mirando a la nada por más de una hora.
—Disculpe señor…—Una camarera se me acercó y me tocó el hombro, sacándome de la tormenta que era mi cabeza—¿Esta bien? ¿Necesita ayuda?—Sinceramente la vi a los ojos, pero no estaba en condiciones para mantener una conversación.
—Si, estoy bien… Yo… Tengo que irme—No sabría decir a ciencia cierta si mi voz fue un susurro o simplemente yo la escuchaba a lo lejos. Me puse de pie, y "afortunadamente" Umi antes de irse había pagado la cuenta, aun que no tomé ni un sorbo de mi bebida. Escuché a la camarera decir algo pero no entendí nada, solo salí por la puerta. Me sentía perdido, como si de repente alguien me hubiera lanzado en medio de un bosque.
—¡Honoka!—Escuché mi nombre a lo lejos, y al voltear en dirección de la voz, vi a uno de mis amigos más cercanos. Un enano de cabello negro y ojos color rojo, su nombre era Nico, mi autoproclamado mejor amigo y senpai desde la secundaria—¡Que bueno que te encuentro aquí! Por un momento pensé lo peor ¿Estas bien?—Se acercó a mi, mirándome de arriba abajo, buscando quien sabe que—. Honoka…—Puso su mano en mi hombro—. De verdad lo siento, aibo.
—…Nico…—Y como si Nico jalara un palanca que me arrojara encima todo el peso de la realidad, las lagrimas comenzaron a caer de mis mejillas; además que toda vergüenza se me olvidó en ese momento y solo abracé a mi viejo amigo… ¡No quería hacer otra cosa en ese momento que no fuese llorar como un bebé!
Nico no me dijo nada, solo se limitó a abrazarme y luego de un rato ambos estábamos en un bar donde era el único que ahogaba sus penas entre el alcohol, mientras que Nico solo se limitaba a verme, con una cara entre arrepentimiento (por qué seguramente ya había acabado con la mitad de los ingresos que daba su pequeño comedor familiar y su esposa lo mataría), y preocupado por la velocidad con la que estaba acabando con los constantes tarros de cerveza con los que acababa como si fueran agua.
—¡Estoy seguro que fue Maki Nishikino, quien me la quitó!—Grité desde el fondo de mi corazón, mientras ponía sobre la mesa, con algo más de fuerza de la necesaria, el tarro de cerveza—¡Ese bastardo desde que estábamos en la preparatoria, estaba detrás de Umi-ch… Sonoda-san!
Nico simplemente me veía sin quitar la misma expresión de su rostro, y así dos horas se fueron volando, sinceramente no recuerdo muchas cosas o por lo menos no más haya de decir cualquier cosa sobre los "bellos" momentos con Umi, solo para luego, decir con mucho "decoro" hasta de lo que se iba a morir Maki y mi ahora ex novia; de lo que estoy seguro es que de que en un momento a otro estaba en un taxi siendo acompañado de Nico; solo para que a la mañana despertara en una habitación que no era mía, con un tremendo de dolor en el cuerpo y cabeza.
—¿Dónde estoy…?—Miré alrededor y estaba en una sala de un pequeño departamento que tarde unos segundos en reconocer: Era el departamento de la recién formada familia Yazawa, o mejor conocido como: El departamento de Nico y Kotori.
—¿Estas segura de que le quieres decir esto así nada más? ¿No puedes esperar a que por lo menos se le quite la resaca?
—Mientras mas pronto mejor, además, prefiero advertirle como están las cosas antes de que esos…—Las voces de la linda pareja se escuchaban desde el fondo del pasillo, seguramente donde estaría la habitación de esos dos, y aun que Nico se escuchaba relativamente tranquilo; era Kotori quien se escuchaba bastante enojada. Antes de que cualquiera de los dos salieran de su habitación, me puse de pie y luego de sentirme algo mareado preferí sentarme en el sillón de la sala. Realmente en ese momento agradecía el dolor de cabeza y que no me dejara pensar del todo bien, si no, seguramente estaría llorando como el día de ayer; sin embargo eso no evitaba que me sintiera algo triste de pensar en las palabras de Umi—"Así que estas saliendo con alguien más pero ¿Desde cuándo? ¿Por qué?"—Le preguntaba al techo.
Antes de darme cuenta, el sonido de las pisadas de la pareja se escuchaban acercándose hasta donde estaba, apareciendo en el pasillo un Nico con una expresión relajada pero con la seriedad reflejada, mientras que Kotori (una hermosa mujer de gran figura y ojos ambarinos) tenia la furia escrita en toda la cara, especialmente en sus ojos. Ambos al verme sentado, seguramente bastante demacrado por el día de ayer (no me había visto en un espejo, pues ya estaba bastante seguro que no lucia como para la portada de una revista) ambos se miraron un segundo y quien decidió hablar primero fue Nico.
—Honoka ¿Qué tal amaneciste?
—Estoy genial…—Le dije forzándome a sonreír, con todo y el dolor de cabeza—. Incluso no siento como si mi hubieran botado ayer por un medico…—Levanté mi pulgar como todo un campeón. Y con esa acción parece que le encendí en modo maternal a Kotori, quien sin dudar ni un segundo se sentó junto a mi, para acto seguido abrazarme con toda la ternura y amabilidad del mundo.
—Lo siento, Honoka…—Me dijo con una voz suave.
—¿Eh?
Nico suspiró—.Ya te lo explicaremos, pero primero ¿Qué tal un buen desayuno? Creo que vas a necesitar algo en el estomago…—Y ahí fue donde supe que fuese lo que fuese que ellos me dirían no sería una buena noticia en lo absoluto. Nico no era tan buen tipo, éramos los mejores amigos pero incluso conmigo era alguien que no se le podría decir "amable o amistosa", era como un gato, solo con el tiempo se abría para ser un verdadero amigo pero eso no le quitaba que era alguien mas o menos narcisista y con un sentido del humor algo pesado.
Los tres comimos algo ligero que la feliz pareja preparo, mientras en momento me volteaban a ver, cosa que no hacía nada más que ponerme nervioso. Una vez que los tres terminamos, como si unos padres le hablaran a su hijo, Kotori me tomó de las manos y dijo.
—Honoka-kun—Ese honorifico no era muy común en ella—… Antes que todo quiero que sepas que nosotros dos, siempre seremos tu apoyo, eres un amigo a quien ambos queremos mucho.
—Eso lo sé, no tienen que decirlo pero… ¿Qué es eso que me quieren decir?
—Nosotros…—A mi amiga de ojos ambar se le hizo un nudo en la garganta y simplemente no puedo terminar su frase, hasta que Nico intervino.
—Nosotros sabíamos que Umi te iba a terminar…
Mi mente se quedó en blanco "¿Qué era lo que Nico había dicho?" No supe que responder a ante esa declaración, así que ambos siguieron.
—Desde hace un año sabíamos que Umi y Maki se veían, al principio pensábamos que solo era en plan de amigos… De hecho algunas veces, en las que tu estabas ocupado, ellos dos se nos unieron para salir…—Decía Nico, y con cada palabra que salía de los labios de mi amigo, por instinto yo apretaba más la mano de Kotori; buscando de alguna manera apoyo—No fue hasta ayer, que mientras estabas hasta tarde en la escuela que salimos todo y…—Nico se detuvo un momento, intentó calmarse pues ya se le notaba visiblemente enojado—. Esos dos actuaban como toda una pareja, se coqueteaban, abrazaban y… Hasta se besaron frente a todos. Kotori y yo intentamos reclamarles pero al parecer fuimos los últimos en enterarnos, todos nuestros "amigos" ya sabían perfectamente que esos dos eran novios desde hace un año y todo el mundo los estaba encubriendo, celebrando el ese día como "el día en que ambos por fin podrían gritar su amor al mundo" o una imbecilidad como esa. Lo peor de todo es que nadie se oponía a la idea, al contrarío, aplaudían a Umi por "al fin conseguir un hombre de verdad"—Nico golpeo la mesa— ¡Lo siento, daibo! Intente advertirte no pude, no respondías mis mensajes, fui hasta tu casa pero tu madre me dijo que ya habías salido para la cita con Umi y cuando llegué ya era muy tarde…
Esta en shock ¡Mis amigos! Mis propios amigos me habían mentido en la cara, aun a sabiendas de lo enamorado que estaba de Umi. Aun cuando yo los consideraba a ellos mi segunda familia ¡Aun cuando les había dado mi puta confianza! Chika, Riko, You, Maru, Rin y Hanayo, me habían escupido en la cara. Y eso fue todo, me olvide del dolor de cabeza y cuerpo, me olvide de la tristeza… Furia, eso era todo lo que tenia corriendo por mis venas en ese momento.
Así que de me puse de pie y sin escuchar a ninguna de las palabras de Kotori o Nico, salí de su departamento, caminé por el pasillo cegado por la furia tome el ascensor; siendo lo último que mis ojos vieron. Fueron las caras de Nico, Kotori y ¿Dia? Sinceramente en ese momento no estaba seguro. Pues en cuanto estuve en la planta baja del conjunto de departamentos, corrí en dirección de un lugar al que conocía a la perfección, pasé corriendo cruces peatonales, me metí por calles que mi memoria conocía perfectamente (especialmente los atajos) y estaba ahí, a unos cuantos metros del dojo que pertenecía a la familia Sonoda desde hace quien sabe cuantos años y, ahí como si estuviera escrito en papel para que el destino lo llevará acabo, me encontré saliendo a las dos personas que quería ver: Maki y Umi. Los dos lucían de lo más amorosos, y no había que ser un genio para saber que habían pasado la noche juntos (Umi llevaba la misma ropa de ayer y yo sabía gracias a mi madre que los padres de ella no estarían una semana en Tokio, por asuntos de trabajo).
Y sin pensármelo dos veces, como si todo mi dolor, frustración y demás emociones se concentraran en mi puño, fui hasta donde esos dos solo para darle un puñetazo tan fuerte a Maki que lo deje en el suelo (supongo que el entrenamiento tan riguroso del señor Sonoda si que había dado fruto luego de tantos años) y me le fui encima, sin querer perder ni un segundo para desfigurarle la cara; logré darle otro par de puños hasta que Umi me separó, jalándome de la camisa y tirándome a un lado.
—¿¡Que demonios estas haciendo Honoka!?—Naturalmente no le respondí, solo me puse de pie y la encaré; ella, como se esperaría de la heredera de uno de los dojos de artes marciales más reconocidos de la zona, no bajó la mirada sino todo lo contrario, me miró directamente a los ojos con el mismo enojo que yo—¿¡Quien te crees para golpear a mi novio así!?—Seguí sin responderle, pero no dejaba de sostenerle la mirada. Tal vez por impulso ella intentó abofetearme, pero detuve su mano y sosteniéndola con fuerza le dije.
—Esperaba todo de ti… Pero menos que fueras una cobarde ¡Pensé que serías lo suficientemente valiente para decirme en la cara desde el primer momento en que te acostaste con ese imbécil! Que ya no querías nada conmigo. Yo confiaba en ti, eras el amor de mi vida y la persona más increíble que había conocido… Pero ahora resulta que no eres más que el pedazo de mierda más grande que he visto—Solté su mano bruscamente—. Sabes hubiera entendido que me dejaras y salieras con otra persona ¡Te hubiera felicitado! ¡Te habría apoyado desde el fondo de mi corazón! Por que, creía que mi felicidad era la tuya…—Ella al escucharme vi como le temblaban los labios de ¿Impotencia, furia? Nunca lo supe, solo sentí su mano contra mi mejilla… Había cumplido su cometido y esta vez no la detuve, en ese momento no dolió tanto (a la mañana siguiente, vaya que si lo hizo ¡Hasta me dejó una marca!)
—¡Ey, desgraciado!—De la casa de Umi salieron los demás, las personas que les habían solapado la mentira a la feliz pareja, algunos solo se asomaron desde la puerta, tal vez por escuchar el escandalo que habíamos montado. El único que se puso agresivo fue Chika (mi supuesto seguidor más fiel) intentó taclearme pero de alguna manera me las alegré para lanzarlo al suelo. El se puso de pie con la intención de seguir con la pelea.
—¡Vamos, si eres tan valiente como amenazar a una mujer! ¡Ten los huevos para enfrentarme!
—¡Cierra la boca, puto traidor!—Al escucharme Chika corrió hacía mi, con el puño en alto pero ya estaba cansado y dejé salir todo la furia que me quedaba contra el; esquivé su golpe le di un puñetazo en la cara, seguido de otro y otro. El podría ser un sujeto de lo más agradable que pudieras conocer pero no era exactamente alguien bueno con los puños; luego de unos cuantos golpes más lo había dejado en el suelo al igual que Maki. Me miré los nudillos, mi piel estaba abierta.
—¡Honoka!—Detrás de mi, llegaban Nico y Dia corriendo, yo simplemente los miré un momento. Suspiré y me alejé de ahí, pasando de largo a Umi que solo miró horrorizada la paliza que le di a Chika, los otros cinco simplemente me miraron alejarme, y Nico junto con Dia me siguieron—¡Espera, Honoka!
Ni siquiera volteé y les grité a esa bola de traidores, por impulso—. No quiero verlos en mi vida de nuevo… O los dejaré igual que esos dos… ¡Bastardos de mierda!
Aun que a decir verdad, hasta el día de hoy me siento avergonzado de lo que hice en ese momento y si por mi fuera, regresaría en el tiempo para darme ese puñetazo a mi ¡Si que me vi cono un niño haciendo un berrinche! ¡Maldita sea!… P-pero si eso no hubiera pasado, tal vez nunca hubiera conocido al verdadero amor de mi vida; una curiosa rubia que conocería unos meses después, sin embargo eso se los contaré otro día.
